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Boletín de la Sociedad Argentina de Botánica

On-line version ISSN 1851-2372

Bol. Soc. Argent. Bot. vol.49 no.4 Córdoba Dec. 2014

 

ETNOBOTÁNICA

La etnobotánica moqoit inédita de RaúlMartínez Crovetto I: Descripción, actualización y análisis de la nomenclatura indígena

 

Gustavo F. Scarpa1 y Cintia N. Rosso2

1 Investigador Adjunto del CONICET. Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia", Angel Gallardo 470, C1405DJR Buenos Aires.
2 Becaria posdoctoral del CONICET. Centro de Estudios Farmacológicos y Botánicos. Paraguay 2155 piso 16, 1121 Buenos Aires.


Resumen

Raúl Martínez Crovetto (M.C.) es considerado pionero de las investigaciones etnobotánicas argentinas. En el Instituto de Botánica del Nordeste se hallaron valiosos manuscritos inéditos de este autor sobre la etnobotánica mocoví (moqoit) documentados en la década de 1960 en la provincia del Chaco. El objetivo de este trabajo es rescatar, analizar e interpretar el voluminoso conjunto de informaciones que M.C. ha relevado sobre la fitonimia mocoví, a los fines de contribuir al patrimonio cultural de este pueblo y a la comprensión de su etnobotánica. La metodología empleada es la correspondiente a la "etnobotánica histórica" que considera a los datos del pasado como una fuente de información primaria, sobre los cuales se aplica el método etnobotánico clásico. Se comprueba que M.C. registra un total de 295 fitónimos moqoit correspondientes a 443 entidades botánicas totales, la mayoría nativas (95 %). El análisis semántico de la nomenclatura vernácula consigna 84 lexemas primarios, 37 lexemas secundarios y 141 nombres metafórico-descriptivos, además de algunos préstamos de traducción y absolutos re-fonologizados tomados de otras lenguas. Se destacan la edición y el análisis de la cuantiosa información aquí referida, de la cual un tercio es aquí actualizada y precisada, así como sus implicancias etnotaxonómicas.

Palabras clave: Etnobotánica; Mocoví; Chaco; Martínez Crovetto; Nombres vernáculos.

Summary

The unpublished moqoit ethnobotany of Martínez Crovetto I: Description, updating and analysis of the indigenous nomenclature. Raúl Martínez Crovetto (M.C.) is the begginer of the ethnobotanical researches in Argentina. Valuable and unpublished data from this author about mocoví (moqoit) indians ethnobotany recorded in the ‘60's in the Chaco province, were found at the Instituto de Botánica del Nordeste. The objetive of this paper is to rescue, to analyze and to interpret the huge volume of information about mocovi plant names recorded by M.C. The aim is to contribute to the cultural patrimony of these people and to the understanding of their ethnobotany. Methodology employed is the corresponding to the "historical ethnobotany", that considers past records as primary sources, about which classical ethnobotanical method is applied. M.C. records 295 plant names corresponding to 443 botanical taxa, most of them native species (95 %). Semantic analysis of these names resulted in 84 primary lexemes (proper names); 37 secondary lexemes, and 141 metaphorical-descriptive names, besides some translation and absolute loanwords taken from other languages. Edition and analysis of the substantial information here presented -a third of which is updated with accuracy- and the ethnotaxonomy implications it shows, is highlighted.

Key words: Ethnobotany; Mocoví; Chaco; Martínez Crovetto; Vernacular names.


 

Introducción

Durante el desarrollo de una investigación etnobotánica en curso sobre la etnia moqoit (mocoví) los autores tuvimos la oportunidad de encontrar en la biblioteca del IBONE (UNNE, Corrientes) una cuantiosa información inédita sobre esta temática, la cual fuera recabada durante 1967 en el sudoeste de la provincia del Chaco por el Dr. Raúl Martínez Crovetto. Entre los antecedentes históricos sobre la fitonimia moqoit, en particular, figuran los del sacerdote jesuita Paucke (1942- 1944) (siglo XVIII) y los de Zapata Gollán (1945) (mediados del XX), además de escasos datos publicados por Martínez Crovetto (1967; 1968a; 1968b; 1968c, 1970). En efecto, a pesar que en estos trabajos M.C. indica las cantidades de fitónimos y de plantas útiles de los moqoit, los únicos nombres indígenas -con su correspondiente identificación botánica- son los referidos a sus plantas cultivadas (25) o aquellos usados para ejemplificar cada una de las categorías tipológicas de su clasificación fitonímica. En la actualidad, a excepción del estudio de Rosso (2010) -sobre un aspecto de su fitonimia recopilada en la actualidad-, el de Scarpa& Rosso (2011) -que analiza la significación del "coro" (Nicotiana paa Mart. Crov.)- y el de Rosso & Scarpa (2012) -sobre los datos etnobotánicos en la obra de Paucke-, no han sido publicados otros trabajos acerca de la etnobotánica moqoit. Debido a la escasez de informaciones sobre esta temática, los datos inéditos considerados en este trabajo sobre la fitonimia de este pueblo cobran una relevancia particular, ya que constituirían los registros etnobotánicos más exhaustivos hallados sobre esta etnia hasta la actualidad.
Los mocovíes eran en el pasado un pueblo semi-nómade de cazadores-recolectores, pescadores y horticultores incipientes que históricamente se ubicaron en la región sur del Chaco Oriental argentino. Su modo de vida ha cambiado profundamente de tal manera que en la actualidad se conchaban como jornaleros en trabajo agrícolas o forestales, como docentes u otro trabajo asalariado o bien arriendan o trabajan sus propias fincas. En la actualidad, las comunidades mocovíes se encuentran ubicadas en su gran mayoría en el sur de la provincia de Chaco y el norte de la provincia de Santa Fe. El idioma moqoit —mocoví— hablado por este grupo indígena pertenece a la familia lingüística guaycurú y posee dos variedades dialectales correspondientes a las localizaciones antes mencionadas (Rosso, 2010). Si bien la castellanización es un hecho consumado, el idioma originario mantiene un grado aceptable de vitalidad en gran parte de las comunidades chaqueñas, mientras que en Santa Fe el abandono de la lengua, de su uso y su transmisión, se ha acelerado en la segunda mitad del siglo XX determinando un creciente debilitamiento de la misma (Gualdieri, 2006).
Los estudios sobre la nomenclatura vernácula asignada a las plantas por un pueblo dado poseen una importancia de índole lexicográfica, etnobotánica y etnotaxonómica. Desde el enfoque lingüístico, cada una de las denominaciones a partir de las cuales los pueblos refieren a las plantas constituye una "entrada" léxica de los diccionarios de lenguas indígenas, conjuntamente con sus correspondientes identificaciones botánicas (muchas veces claramente incompletas o imprecisas cuando estas no se realizan sobre la base de estudios etnobotánicos). La clase de nombres empleados por ejemplo, aporta un dato de valor sobre el significado general de la planta a la cual se hace referencia; en efecto, se ha registrado que las principales plantas para la cultura de un pueblo se denominan con lexemas primarios (Scarpa, 2007). Desde el punto de vista etnotaxonómico, por otra parte, algunos de los fitónimos constituyen verdaderas categorías clasificatorias vernáculas (como algunos nombres genéricos), o bien incluyen en sí mismos las marcas de clase a las que se hallan incluidos, lo cual resulta sumamente relevante para el análisis de su etnotaxonomía (ver Scarpa, 2010; Rosso, 2010).
Raúl Martínez Crovetto (M.C.), profesor durante veinticuatro años de la cátedra de Botánica Sistemática y Fitogeografía en la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE, es considerado el pionero de las investigaciones etnobotánicas propiamente dichas en Argentina (Arenas, 1992). Además de la precisión botánica -y etnográfica-de estos datos inéditos, el hecho que hayan sido registrados hace ya más de 45 años le confieren una importancia adicional en vistas al cambio cultural sobrevenido en esta etnia (que habría determinado el olvido y/o la pérdida de prácticas y conocimientos), así como a la alta tasa de deforestación sufrida en todo el Chaco Oriental desde esa época a la actualidad3. Así, por una u otra razón, muchos de los datos recopilados por M.C. resultan imposibles de volver a registrarse a campo en la actualidad. La validez y relevancia de otros datos inéditos de este autor ya fueron destacadas en otras obras donde algunos de ellos han sido publicados (Viegas Barros, 1995; Pirondo& Keller, 2012).
En suma, el objetivo de esta contribución es rescatar, analizar, actualizar e interpretar el voluminoso conjunto de informaciones de M.C. acerca de la fitonimia mocoví en particular y de su etnobotánica en general que hasta hoy permanecen inéditas, a los fines de contribuir al patrimonio cultural y a la comprensión de la etnobotánica actual de este grupo humano.

Material y Métodos

Los materiales cuyo rescate, actualización y análisis se efectúan en este trabajo provienen de manuscritos inéditos de M.C. encontrados en la Biblioteca del Instituto de Botánica del Nordeste (IBONE) de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), sito en la ciudad de Corrientes, entre abril de 2010 y octubre de 2011. Los mismos se hallaron en una caja de cartón rotulada: "Caja Mocoví - Ms. Martínez Crovetto", ordenados en tres paquetes de fichas atadas y etiquetados de la siguiente manera: 1- "Mocobí - latino. 327 nombres - (10/1/67)"; 2- "Latino - Mocoví. 475 sp. (9/9/67)" y 3- "Mocovíes. 11/10/67". El primero de ellos lo conformaban 323 fichas inicializadas en su borde superior izquierdo con uno o más fitónimos en lengua moqoit ordenadas alfabéticamente según este criterio. En renglones subsiguientes figuraba el o los nombres científicos a los que correspondían dicho/s nombre/s vernáculo/s. El segundo paquete contaba con 475 fichas inicializadas por un nombre científico, ordenadas alfabéticamente según este criterio y en renglones subsiguientes se indicaba el o los fitónimos moqoit registrados para dicha especie. El tercer paquete constaba de 227 fichas ordenadas alfabéticamente por nombre científico, las cuales incluían las "especies útiles" -así denominadas por M.C.-. En cada una de ellas se indicaba una somera descripción de uno o más datos etnobotánicos recabados de primera mano entre pobladores moqoit. Además de estos paquetes, la caja citada conservaba una carpeta con hojas mecanografiadas cuyo contenido se dividía en dos partes: una titulada "Arquitectura de la fitonimia mocoví" y otra "Índice de las especies útiles entre los mocovíes del Chaco". Por otro lado, en varias de las fichas correspondientes a especies de la familia de las Fabáceas hay señales que habría consultado a especialistas para su determinación, como en la que consigna: "A.B." y en otras consigna directamente "según Burkart", lo cual indica que aquellas iniciales corresponderían con seguridad al célebre botánico argentino Arturo Burkart, máximo referente argentino en dicha época para tal familia botánica.
La metodología empleada es la correspondiente a la "etnobotánica histórica" que considera a los datos del pasado como una fuente de información primaria, sobre los cuales se aplica el método clásico etnobotánico (ver Rosso, 2012 y Rosso& Scarpa, 2012). Debido a los avances registrados en la disciplina botánica y en etnobotánica, así como a los cambios culturales y ambientales ocurridos desde que fueron tomados los datos, consideramos que todo abordaje de este tipo debe trascender la simple editorialización y ordenamiento de la información histórica -inédita o publicada-. Esta tendría que ser presentada procurando aplicar -al menos-la siguiente metodología: 1) Contextualización espacio-temporal y socio-cultural de los datos; 2) identificaciones botánicas de los taxa referidos; y 3) fitonimia referida y análisis nomenclatural. Por todo ello, los resultados de este trabajo serán estructurados según este criterio.
En todo momento se intentó rescatar la mayor cantidad de datos posibles, por lo cual no solo se incorporan las etnoespecies científicamente determinadas hasta el rango específico, sino también hasta el nivel de género, familia e incluso aquellos fitónimos indígenas sobre los que no se posee identificación alguna. En cuanto a las
identificaciones botánicas referidas por M.C. se procedió a verificar la validez del binomio, su inclusión como "aceptado" para la flora argentina, su distribución en la provincia del Chaco y su actualización en caso de su condición de "sinónimo", según las bases de datos "Flora del Cono Sur" (Zuloaga& Morrone, 2009) y "Tropicos" del Missouri Botanical Garden.
Las categorías semánticas estructurales empleadas aquí para clasificar los fitónimos moqoit son las empleadas por Friedberg (1991) y Ellen (2000) -entre otros-: 1) "Lexemas primarios" (nombres propios), como aquéllos que contienen una base nominal o "término básico" -"basic term" según Friedberg (1991)- cuya relación con la planta es puramente arbitraria; 2) "lexemas secundarios", formados por un lexema primario seguido de un calificador de índole "descriptivo" (según remita a propiedades objetivas como color, hábitat, tamaño, etc.), o "alusivo" (si refieren a propiedades no objetivas, tales como términos de parentesco, número, pluralidad, similitud, etc.) y 3) "nombres metafórico-descriptivos", consistentes en frases nominales que indican asociaciones con diferentes tipos de atributos de la planta, tales como morfológicos, utilitarios, perceptuales, fenológicos, de hábitat y de relación con la fauna, entre otros. En la traducción de los lexemas secundarios y descriptivos nos guiamos en parte por lo expresamente registrado por MC. en sus fichas y por el diccionario de Buckwalter& Litwiller de Buckwalter (2001).

Resultados

1. Contextualización espacio-temporal y etnohistórica de los datos
Según la contrastación realizada entre los datos referidos en los manuscritos hallados y los publicados sobre los moqoit por Martínez Crovetto (1967; 1968a; 1968b; 1968c y 1970), podemos colegir que aquellos habrían sido registrados a campo -al menos- desde el año 1966.
Esto deducimos en función de la fecha de su primer trabajo publicado sobre esta etnia y al hecho de que, en enero de 1967, ya declaraba haber registrado un total de 327 de sus fitónimos. Asimismo, las informaciones habrían sido registradas hasta el año 1967, debido a la última fecha de los datos declarados en sus fichas y a que los demás trabajos fueron publicados durante del primer semestre de 1968.
Respecto a los asentamientos moqoit cuyos representantes brindaron estos datos, todas sus publicaciones al respecto coinciden en afirmar que se trata de aquellos ubicados en el centro-sur de la provincia del Chaco cercanos a las localidades de Charata (Colonia Gral. Necochea), Villa Angela y Villa Berthet. A este respecto, es especialmente ilustrativa su publicación titulada "Estado actual de las tribus mocovíes del Chaco" donde detalla la localización de este pueblo, así como su etnohistoria reciente en los siguientes términos: "A principios de este siglo [XX], un grupo de indios mocovíes, compuesto por unos 500 individuos de ambos sexos, dejó la región santafecina de San Javier, lugar de su origen y se internaron entre los montes casi inexplorados del centro de la actual provincia del Chaco. Durante más de 20 años vivieron como nómades, hasta que, hacia el año 1922, decidieron establecerse definitivamente en las vecindades de la joven localidad de Charata, mientras hacían venir de Santa Fe a sus parientes y amigos, aprovechando el auge económico promovido por el cultivo del algodón" (Martínez Crovetto, 1968b: 1). A pesar de que este desplazamiento poblacional sería de larga data, los autores tuvimos la oportunidad de observar en una de las localidades referidas (Colonia Gral. Necochea) durante el año 2010 la presencia de algunos descendientes originarios de las riberas del río Paraná (donde se ubica la localidad citada de San Javier).

2. Identificaciones botánicas

2.1. Colecciones botánicas: Las únicas referencias que pudimos hallar respecto a la existencia de material vegetal colectado por el autor son ciertas anotaciones del tipo "M678" que invariablemente figuran en las fichas correspondientes a taxones que M.C. no pudo identificar o en aquellas determinaciones a nivel de género. Según el Ing. Krapovickas (com. pers.) este código indica el número de muestra herborizada por dicho autor, quien la habría depositado en el Herbario del IBONE (CTES). Esta observación resulta congruente con lo señalado por Arenas (1992) respecto al hábito de M.C. de coleccionar a campo solo aquellas plantas que le resultaban desconocidas.

2.2. Identificaciones de Martínez Crovetto: En una ficha manuscrita en la que contabiliza toda la información indica que el número de especies identificadas fue de 381, de las cuales 61 fueron determinadas hasta género y 33 especies quedaron sin clasificar. De esto se deduce que se trata de un conteo desactualizado ya que en sus trabajos publicados (Martínez Crovetto, 1968c; 1970) registra como "número de especies que los mocovíes conocen" un total de "475". El hecho de que este último conteo coincida con el número de fichas encontradas por nosotros en el segundo paquete rotulado "Latino-mocoví", reafirma que la autoría de todas ellas corresponde a M.C.
Sin embargo, según los datos derivados de nuestro análisis de las fichas, M.C. distingue en total 457 entidades botánicas, de las cuales 5 son hongos, 4 líquenes y 448 son plantas vasculares (segunda fila, Tabla 1). De estas, 378 (84 %) son identificadas a nivel de especie (4 de ellas a nivel varietal); 49 (11 %) a nivel de género; 13 (3 %) a nivel de familia botánica y otras 8 (2 %) han quedado sin identificar (en concordancia con el criterio de colección de M.C. antes señalado, consideramos a priori que no habría superposición entre los ejemplares de un mismo género ni de una misma familia herborizados por el autor).

2.3. Análisis de las identificaciones históricas: Entre las determinaciones botánicas de M.C. (a excepción de las correspondientes a los hongos y líquenes) se comprobó la existencia de binomios inválidos o inexistentes (como Withfordia elegans), de otros considerados como "no aceptados" para la flora argentina o cuya distribución no se incluye dentro de la provincia fitogeográfica Chaqueña, así como denominaciones que en la actualidad son consideradas como "sinónimos". Entre los primeros figuran "Borreria baselloides" (que consideramos se trataría de Anredera cordifolia (Ten.) Steenis -Basellaceae- ya que su antigua denominación -Boussingaultia gracilis Miers var. pseudobaselloides (Hauman) L.H. Bailey- recuerda a ella y porque su nombre moqoit -nowelá [trepadora]- se corresponde con su forma de vida); "Acalypha guaranitica" (la cual derivaría de manera errónea de A. communis Müll. Arg. var. guaranitica Chodat& Hassl., hoy A. communis Müll. Arg., muy común en la provincia del Chaco); "Digitaria penniciligera"; "Polypodium polypodioides" y "Solanum aff. insidiosum", cuyas identidades botánicas se limitaron únicamente a los géneros respectivos. Similar decisión se tomó para "Dioscorea brachybothria" ya que las dos variedades citadas para el país son endémicas de la provincia de Neuquén (las demás son chilenas).
Para todos los nombres científicos aceptados -según la base de datos de la Flora del Cono Sur-con distribución chaqueña se procuró precisar, cuando nos fue posible, las identificaciones de M.C. añadiendo taxa subgenéricos. De esta manera se pudo identificar el epíteto específico de algunas plantas determinadas hasta el nivel de género en caso de tratarse de endemismos o por descarte (especies de dicho género presentes en la provincia de Chaco pero no identificadas por M.C.). De la misma manera se procedió en los niveles infraespecíficos (variedades y formas).
Finalmente se proponen como identificaciones "a confrontar" (cf.) los siguientes casos. En primer lugar, MC. indica que los fitónimos indígenas "chiguisé latak'arík" y "chik lateé" corresponden al "palo piedra" y al "palo azul", respectivamente, tal como señala entre paréntesis luego de cada uno de ellos. Estos nombres vulgares hacen referencia, según la fitonimia criolla del Chaco, a Diplokeleba floribunda N.E. Br. (Sapindaceae) y a Cyclolepis genistoides D. Don (Asteraceae) respectivamente, de manera unívoca, por lo cual consideraríamos que se trata de estas especies. Asimismo, el taxón indicado como "Orchidaceae" por M.C. podría corresponder a Sarcoglottis grandiflora (Hook.) Klotzsch (orquídea terrestre chaqueña de vistosas flores color salmón en inflorescencia terminal), debido a que su nombre vernáculo "pelák letáa" ("padre de la achira"), asociaría su hábito de crecimiento, disposición de sus hojas y de sus flores y el color de estas últimas con las de Canna indica L. ("achira"), también común en el Chaco. Por último, el taxón denominado "satachík" sin identificar por M.C., podría corresponder a Maytenus vitis-idaea Griseb., debido a que presenta idéntico nombre en idioma qom (toba) - misma familia lingüística (guaycurú)- según Martínez (2009) y a que su "k" final denota que se trata de una planta leñosa, según demostrara Rosso (2010), al igual que el taxón referido. En suma, de las 448 identificaciones botánicas analizadas (plantas vasculares), se actualizaron y/o precisaron la tercera parte de los mismos (149, 33 %).
En el Apéndice (Tabla 1) se enumeran los nombres científicos actualizados y los referidos textualmente por M.C. ordenados por familia botánica, a fin de distinguir claramente los datos provenientes de la información histórica primaria de aquellos derivados de la tarea de los autores. Como resultado del análisis realizado las identificaciones botánicas en el Apéndice llegan a un total de 443 taxa, de los cuales 5 son hongos, uno es liquen y 437 son plantas vasculares. Un total de 390 de estas últimas fue identificado a nivel de especie, 47 a nivel de género y 6 a nivel de familia botánica. El 95 % de estas plantas (401) son nativas o asilvestradas al área chaqueña, mientras que sólo 22 resultaron exóticas (la mayoría cultivos moqoit).

3) Fitonimia moqoit
En la Tabla 1 se detallan 295 fitónimos moqoit a los que aluden las especies vegetales referidas por M.C. Aunque en ocasiones se ha registrado más de un nombre vulgar para una misma entidad botánica, la situación inversa suele ser lo más frecuente, tal como lo sugiere la superioridad numérica de estas últimas respecto de los primeros. Así, las correspondencias totales entre uno y otro tipo de nomenclatura suman 479 datos etnobotánicos. En varios casos se consigna la traducción castellana de los fitónimos indígenas, las cuales son producto tanto de nuestra autoría como de M.C.

3.1. Notación fonética: En la transcripción fonética de los fitónimos moqoit M.C. emplea como notación los siguientes fonemas diacríticos: "β", el cual correspondería a la "b" (fricativa bilabial sonora); "r" equivalente a "r'" (fricativa postvelar o uvular sonora) -según Viegas Barros (1995)-; "k" equivalente a "k'"(oclusiva velar sorda glotalizada), "y" a una semiconsonante palatal y "e" correspondiente a un valor vocálico intermedio entre "e" y "i" (que aquí reproduciremos como "ë"). En el Apéndice (Tabla 1) se reemplaza la notación original por la señalada anteriormente.

3.2. Clasificación fitonímica de Martínez Crovetto: En la sección del manuscrito dedicada a la "Arquitectura de la fitonimia mocoví", M.C. refiere prácticamente las mismas categorías de nombres vernáculos por él ya publicadas (Martínez Crovetto, 1968c; 1970). En estas últimas obras se limita a cuantificar los fitónimos incluidos en cada una de ellas (referido entre paréntesis) y a ejemplificarlas con un único nombre indígena. Sin embargo, en el manuscrito hallado se detallan todos los nombres vernáculos incluidos en cada una de las categorías por él definidas, así como los taxa botánicos a los que refieren. Se enumeran a continuación tales categorías junto a la cuantificación indicada en el manuscrito inédito y entre paréntesis en su obra publicada (Martínez Crovetto, 1968c): "Nombres propios: 66" (36); "Nombres derivados de alguna característica de la planta: 7" (17); "Nombres derivados de la utilidad: 22" (2); "Nombres derivados de animales (teniendo en cuenta la semejanza de partes de la planta con órganos de aquellos): 20" (10); "Nombres derivados del uso, real o supuesto que hacen los animales: 26" (14); "Nombres derivados de la semejanza con otras plantas: 14" (13); "Nombres de tipo ecológico: 2" (1); "Nombres híbridos formados por dos palabras, una de las cuales pertenece a otro idioma: 3" (1); "Nombres adaptados de otro idioma: 8" (3); "Nombres de plantas cultivadas: 7" (25) y "Nombres sin ubicación: 18" (4); "Total de nombres: 193" (100). Como se puede apreciar, la cuantificación de las categorías en su carpeta manuscrita supera la que el autor publicara en su momento para cada una de ellas, pero a su vez, resulta inferior al total de fitónimos registrados por él mismo en sus fichas (495 en total). Esto nos permite colegir la existencia de, al menos, tres niveles de actualización de sus datos, cada uno de ellos -quizás- correspondientes a los resultados de sendas campañas, como suele ser usual en las investigaciones etnobotánicas.
La clasificación de la fitonimia en tales categorías resulta en la actualidad extremadamente tipológica y no responde a los criterios formales-estructurales utilizados en el análisis nomenclatural de los estudios etnobiológicos (ya enunciados en la sección Materiales y Métodos). Este análisis meramente referencial realizado sobre la base de clases de nombres descriptivos, subestima la importancia de los lexemas primarios y secundarios4 en su sistema fitonímico, al tiempo que sobreestima la de los
nombres descriptivos, es decir, a la inversa de lo que sostienen los enfoques actuales5 (Friedberg, 1991; Ellen, 2000). En nuestro país, esta metodología fue utilizada por Scarpa (2007; 2010) para los chorote, Martínez (2009) para los qom y Rosso (2010) para los moqoit. A pesar de esto último, su tratamiento de la "arquitectura de la fitonimia mocoví" destaca a M.C. como el primer investigador interesado en nuestro país por este tipo de análisis como parte de estudios etnobotánicos.
3.3. Análisis nomenclatural: Pudieron ser categorizados 276 nombres, ya que del resto (19) se desconoce su pertenencia relativa. En primer lugar se distinguieron los fitónimos indígenas propiamente dichos (262) de los préstamos tomados del castellano (14), ya sean estos re-fonologizados o no. En segunda instancia, a partir de nuestro conocimiento actual de la lengua moqoit y de las traducciones al castellano efectuadas por MC. acerca de muchos de ellos, realizamos un análisis semántico preliminar de la nomenclatura vernácula a los fines de distinguir su pertenencia a cada una de las categorías descriptas en la sección metodológica: lexema primario (NP), secundario (NP2) o metafórico-descriptivo (DE). Los resultados de la cuantificación se grafican en la Figura 1.


Fig. 1.
Categorías semánticas estructurales de la fitonimia moqoit.

3.3.1. Lexemas primarios: Se identificaron 84 lexemas primarios, los cuales representan la tercera parte (32 %) de los nombres moqoit propiamente dichos. De la misma manera que para otros grupos humanos chaquenses (Scarpa, 2010; 2012), las plantas así denominadas constituyen las de mayor significación en su cultura. Se advierte la correspondencia entre la marca léxica "k" en posición final y la forma de vida leñosa (árboles, arbustos y algunas lianas), fenómeno ya identificado tanto para otras etnias chaquenses (Scarpa 2010; 2012) como para los mismos moqoit (Rosso 2010). También se advierte en estos nombres la presencia de genéricos asociados a la forma de vida herbácea -tales como "pewé" (hierba, yuyo)-, graminiforme -"(a)wakapi" (pasto)- y lianescente -"nowelá" (enredaderas, lianas)-. Como se aprecia en el Apéndice (Tabla 1), cada una de ellas se emplea para denominar a numerosas especies vegetales, que a su vez poseen también un nombre específico.

3.3.2. Lexemas secundarios: Se identificaron 37 nombres de este tipo, los que representan el 14 % de los nombres moqoit. Los calificadores que acompañan a los lexemas primarios con mayor frecuencia de aparición son: "lateé" ("madre") -i.e. "(no)k'olá lateé" "madre de Guadua paraguayana Döll", para nombrar a Guadua chacoensis (Rojas) Londoño& P.M. Peterson- y "letaá" ("padre") -i.e. "netarguék letaá", "padre de Prosopis kuntzei Harms", para nombrar a Senna rigida (Hieron.) H.S. Irwin& Barneby-. La relación entre las plantas a las que estos nombres aluden y aquellas referidas por los lexemas primarios que los conforman, no resulta del todo clara. Sin embargo, en consonancia con lo observado en la fitonimia qom -misma familia lingüística-, se podría hipotetizar que la relación de parentesco se aplica a plantas afines morfológicamente aunque de menor valor y/o tamaño relativo que la nombrada con el lexema primario (como se aprecia en el último ejemplo). Otros lexemas secundarios responden a atributos organolépticos asociados a lexemas primarios de tipo genérico, tales como -i.e. "pewé lalaGaraík" ("yuyo blanco"), para nombrar a Pterocaulon alopecuroides (Lam.) DC.-6 debido al color blanquecino del envés de sus hojas. Se destaca la ausencia de calificadores que denoten una relación anómala, distorsionada o "falsa" entre la planta nombrada con dicho lexema secundario y la referida por el primario al que hace referencia, tal como ocurre en la fitonimia de los indígenas qom (calificador: "póleo") (Scarpa& Arenas, 2004) y en la de los chorotes (calificador: "tiój / tók") (Scarpa, 2010).

3.3.3. Nombres metafórico-descriptivos: Se identificó un total de 141 de estos fitónimos, los cuales representan el 54 % de los nombres indígenas. Los tipos de descripciones más utilizadas aluden a partonomías del tipo "parte de un animal X" (i.e. "layor-r'ái lkaiít", lit. "cola del oso hormiguero" para nombrar a los helechos en virtud de sus frondes aladas) o de un personaje mítico (i.e. "k'onasé laañík", lit. "soga de la mujer duende del monte" para Microgramma vacciniifolia (Langsd.& Fisch.) Copel.). Otras refieren a relaciones planta-animal del tipo "su comida" -o "donde come"- (i.e. "k'ochiñí lokó'", lit. "comida de la charata" para Erythroxylum argentinum O.E. Schulz); "su guarida" (i.e. "(na)k'aték lashík", lit. "guarida de la abeja lechiguana", para especies del género Schinus), "su remedio" (i.e. "piók' latarík", lit. "remedio del perro" para Cestrum parqui L'Hér.); "su amuleto" (i.e. "nasaló nemaík", lit. "amuleto de la perdiz" para especies del género Polygala). También suelen nombrar a algunas plantas en función de atributos organolépticos de tipo gustativo (i.e. "chemmak'-raík", lit. "picante" para especies del género Capsicum); colorimétrico (i.e. "togué' le'noβiar'ái", lit. "flor colorada" para Eupatorium macrocephalum Less.), háptico (i.e. "pok'oík", lit. "que quema" para las plantas urticantes) o morfológico (i.e. "lo'ió", lit. "gorda", "carnosa" para Portulaca oleracea L.). Tanto por la cantidad de las descripciones que incluyen como por el valor que estas representan, estos tipos de nombres aportan sustanciales datos para profundizar acerca de las significaciones de las plantas en base a tales indicios.
3.3.4. Préstamos de otras lenguas: Se distinguen los "préstamos de traducción" al idioma indígena de fitónimos criollos de aquellos "préstamos absolutos" que han sido re-fonologizados. Entre los primeros se cuentan "shipr'ák' lk'aiít" -lit. "cola de caballo", Equisteum giganteum L.) o "naiiapëk lasoté" -lit. "cuerno del diablo", Ibicella lutea (Lindl.) Van Eselt.), entre otros. Respecto a los absolutos podemos mencionar "akós" (por "ajo", Allium sativum L.); "manyóka" (por "mandioca", Manihot esculenta Crantz), "chirígo" (por "trigo", Triticum aestivum L.); "álpa" (por "alfa / alfalfa"; Medicago sativa L.), "ladásna" (por "durazno", Prunus persica (L.) Batsch), "narankík" (por "naranjín", Citrus sinensis (L.) Osbeck).
3.4. Fitónimos sin correspondencia botánica: De las nueve (9) entidades botánicas sin identificar mencionadas tres (3) corresponden a líquenes y a un hongo cuyos nombres moqoit se incluyen en el Apéndice (Tabla 1). El resto de los fitónimos con sus respectivas etiquetas son: "salok'llík" (n° 75; 76); "ler'ra" ("espinoso") (M677); "nowair'á nemaík" (lit. "amuleto del zorro o aguará") (M680); "piók' latarík lateé" ("madre del remedio del perro") (M710) y "lak'abiar'aík lateé" ("madre del quebradizo"). A excepción del primero de ellos -que desconocemos su categoría-, los otros cuatro (4) corresponden a nombres metafórico-descriptivos.

Discusión y Conclusiones

Se advierte en primer término el gran volumen de nombres indígenas recabados (295) y de identidades botánicas a los que estos hacen referencia (443), en comparación con los antecedentes ya citados para la fitonimia moqoit (no debe confundirse esta cuantificación con la cantidad de taxa que M.C. afirma haber registrado -475-, ni con los que efectivamente dicho autor registró según nuestro conteo -457-). El número de nombres indígenas registrados por M.C. supera sustancialmente los obtenidos para etnias chaquenses del Chaco semiárido de la provincia de Salta (198 entre los chorote-iyojwa'ja - para 238 taxa botánicos- y 214 para los chorote-iyowujwa -para 225 taxa-) (Scarpa, 2010). Sin embargo, resultan comparables a los registrados 40 años después para los qom-bermejeños del Chaco Central de la provincia del Chaco (250 fitónimos -para 235 taxa-) (Martínez, 2009), aunque para un número mucho mayor de taxa vegetales (443). Estas diferencias se explicarían tanto por razones de índole ecológica -diversidad vegetal comparable-, como por su pertenencia a la misma familia lingüística -guaycurú- de la última etnia citada (a diferencia de los chorote del Chaco semiárido que pertenecen a la familia lingüística mataco-mataguayo).
Por otra parte, se registran 479 correspondencias entre taxa botánicos y nomenclatura indígena, cada una de las cuales constituyen datos etnobotánicos propiamente dichos.
La clasificación de la fitonimia en función de las categorías semánticas indica un neto predominio de nombres descriptivos (54 %), los cuales superan la cantidad de lexemas primarios (33 %) y secundarios (14 %) (Fig. 1). La importancia de estos resultados radica en sus implicancias etnotaxonómicas, en cuanto a que los lexemas primarios (i.e. "algarrobo") suelen cumplir el rol de (etno-)géneros y los secundarios el de etnoespecies (i.e. "algarrobo blanco") en los sistemas de clasificación vernáculos. Así, la relación entre las dos últimas categorías, que indica la proporción de (etno-)géneros monotípicos, resulta sustancialmente más baja -19 %- que la registrada para otros grupos chaquenses, como los chorotes-iyojwa'ja (31 % -50 % lexemas primarios y 19 % secundarios-) y los chorote-iyowujwa (29 % -52% y 23 %-) (Scarpa, 2010). Paradójicamente, los datos registrados entre criollos del Chaco semiárido por categoría semántica (34 % primarios, 18 % secundarios y 48% descriptivos) y la proporción de (etno-)géneros monotípicos (16 %) (Scarpa, 2012), fueron semejantes a los hallados, aunque estos no serían atribuibles a cuestiones de préstamo cultural.
Otras implicancias de los resultados obtenidos estriban en que muchos de los nombres genéricos registrados por M.C. corresponden a verdaderas categorías etnoclasificatorias denominadas "formas de vida", según la terminología etnotaxonómica empleada por Berlin (1992) para cientos de pueblos alrededor del mundo. Estos nombres genéricos responden al criterio clasificatorio definido según atributos fisonómicos de la vegetación, tales como "herbáceas" ("pewé", lit. hierba, yuyo), "graminiformes"("(a)wakapi", lit. pasto) y "lianescente" ("nowelá", lit. enredaderas, lianas), razón por la cual son así denominadas un gran número de especies botánicas.
Al comparar la exhaustividad de nombres indígenas aquí consignados con la relativa escasez de datos sobre usos y significaciones registrados en estos mismos manuscritos inéditos7, se aprecia una evidente desproporción entre ambas. Esta estructura y distribución de los datos etnobotánicos resultan típicas de los que se esperarían encontrar durante las primeras fases de una investigación etnobotánica de largo alcance (la cual habría quedado trunca).
Además de la importancia de los datos aquí referidos para el patrimonio cultural moqoit, estos resultan especialmente valorables por el hecho de haber sido documentados hace ya 45 años. Esto implica que existen bajas probabilidades de volver a registrarlos a campo en la actualidad debido a: i) El cambio ambiental operado como consecuencia de los altos niveles de deforestación existentes en los asentamientos moqoit actualmente sometidos a explotación agrícola intensiva; ii) las profundas transformaciones culturales operadas en el seno de la sociedad indígena desde dicha época hasta la actualidad; iii) los traslados masivos de las poblaciones moqoit desde otras zonas fitogeográficas ocupadas desde antaño (ribera paranaense), lo cual redunda en el registro de ciertas especies vegetales ajenas a su ámbito actual de residencia. Entre éstas pueden mencionarse las que habitan en las "selvas de ribera" o "en galería" del río Paraná y sus afluentes, tales como Ficus luschnathiana (Miq.) Miq., Eugenia uniflora L., Allophyllus edulis (A. St.- Hil., A. Juss.& Cambess.) Hieron. Ex Niederl., así como algunas plantas acuáticas tales como el "irupé" (Victoria cruziana Orb.).
Por último, consideramos que sería un grave error desdeñar los datos etnobotánicos registrados por M.C. por el hecho de no haber coleccionado ejemplares de herbario en compañía de los mocovíes, debido a: i) La existencia de material estudiado por M.C. de cada una de las especies mencionadas -en otra circunstancia y lugar-,
legado al Herbario del Instituto de Botánica del Nordeste (IBONE) bajo la sigla CTES, donde se encuentran depositados; ii) la confiabilidad que ameritan sus determinaciones botánicas por su amplio conocimiento sobre la flora del Chaco Oriental, el cual ha sido demostrado tanto en sus trabajos botánicos y etnobotánicos sobre esta región, como por su calidad de profesor titular en Botánica Sistemática y Fitogeografía en la Universidad Nacional del Nordeste; iii) al aval explícito que M.C. habría conferido a estas determinaciones botánicas inéditas, como lo demuestra la publicación de las mismas cuantificaciones de especies y fitónimos referidos en este trabajo (Martínez Crovetto, 1968c) y iv) la comprobación en 70 (setenta) oportunidades de idénticas correspondencias taxa botánicos / etnoespecies entre las registradas por M.C. y las obtenidas a campo por los autores -hasta el momento- en nuestros resultados preliminares sobre la etnobotánica de esta etnia (Rosso& Scarpa, inédito). Estos últimos fueron documentados sobre la base de ejemplares botánicos depositados en el Herbario del MACN (BA) que sí fueron coleccionados en compañía de representantes moqoit en los mismos asentamientos visitados por aquél.
La cuantiosa información histórica en términos de nombres indígenas recopilados y de taxa botánicos a los que hacen referencia que se expone como resultados de este trabajo contextualizada en tiempo y espacio, pone de manifiesto en forma indudable la relevancia que las inéditas investigaciones de M.C. tienen todavía para la etnobotánica argentina actual.

Tabla 1: Apéndice. Identificaciones botánicas actualizadas y de M.C., fitonimia moqoit y categorías nomenclaturales. (*): Especies exóticas. NP: Lexemas primarios (nombres propios); NP2: Lexemas secundarios; DE: Nombres metafórico-descriptivos; PRE: Préstamos.














Agradecimientos

Al Ing. Antonio Krapovickas por facilitarnos los materiales de trabajo de Raúl Martínez Crovetto archivados en la Biblioteca del Instituto de Botánica del Noreste, Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE, Corrientes. Al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas.

Notas

3 A pesar de que la zona donde el citado investigador registró sus datos es históricamente agrícola -antes con cultivos de algodón preferentemente-, es en las últimas décadas cuando se intensifica especialmente la deforestación del bosque chaqueño relictual de la zona, debido al aumento de la superficie sembrada y a la diversificación de los cultivos practicados (soja, girasol, maíz, etc.).

4 A excepción de algunos pocos incluídos en la categoría "Nombres derivados de la semejanza con otras plantas", que corresponderían a lo que hoy se consideran "lexemas secundarios".

5 No se incluyen en estos abordajes de la fitonima aquellos de índole lingüístico-gramatical que analizan la estructura morfemática de los nombres vulgares de las plantas, así como los mecanismos de formación de palabras y otros aspectos, ya que escapan a los fines estrictamente semánticos del análisis nomenclatural típico de la etnobiología. En efecto, el concepto de "lexema" aquí considerado engloba a varias de las categorías derivadas de este último tipo de análisis (nombres simples, compuestos o frases).

6 Sólo en dos casos se observó un calificativo que denota "apéndice" de otra planta, tales como maapik naβol (barba del algarrobo), para referirse a Usnea barbata.

7 Estos datos, que serán publicados en la revista Bonplandia 23(2), se incluyen en el tercer paquete de fichas denominado "Especies útiles", correspondientes al mismo trabajo de campo del autor a partir del cual hubo de registrar los fitónimos considerados en este artículo.

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Recibido el 26 de mayo de 2014,
aceptado el 23 de septiembre de 2014

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