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Quinto sol

versión On-line ISSN 1851-2879

Quinto sol  n.9-10 Santa Rosa 2005 / 2006

 

COMUNICACIÓN

Mazamet: de cómo un centro de manufactura de telas se convirtió en un mercado de materias primas1

Rémy Cazals2

Mazamet (departamento del Tarn, Francia) es el caso único de una ciudad industrial textil que ganó notoriedad internacional gracias a la reconversión que la transformó en un importante proveedor de lana obtenida mediante el deslanado de las pieles de oveja masivamente importadas.
Durante la segunda mitad del siglo XIX, el florecimiento de la actividad textil de Mazamet fue obstaculizado por problemas de aprovisionamiento de materia prima. En esa época, la lana provenía exclusivamente de la esquila de ovejas del Languedoc, de la Provenza y de España. Fue preciso encontrar un medio para remontar esta dificultad. Es así que un industrial, Pierre-Elie Houlès, tuvo la idea, en 1851, de importar pieles de oveja de la Argentina. Fueron necesarios algunos años para la puesta a punto de la técnica original del "deslanado" que permitió, por primera vez, separar la lana del cuero sin estropear a ninguno de esos dos materiales.
Es en parte gracias a las aguas excepcionalmente suaves (desprovistas de calcáreos) del Arnette (el famoso río del Peine de Oro) que el deslanado pudo desarrollarse en la región. En efecto, siendo el procedimiento enteramente biológico y utilizándose la fermentación, un agua calcárea provocaría un depósito alrededor del pelo a nivel del poro, impidiendo así su liberación.
Rápidamente, Mazamet se convierte en el centro mundial del deslanado: es conocida en los principales países de aprovisionamiento en pieles lanadas (Argentina, Australia, Nueva Zelandia, Africa del Sur, Maghreb) y en los países compradores de lana (Norte de Francia, Gran Bretaña, Alemania, Estados Unidos de Norteamérica). La principal cualidad de Mazamet es la de poder proveer en muy poco tiempo todos los tipos de lana de oveja originarios del hemisferio sur.
La mégisserie es igualmente una actividad importante para la ciudad. El término mégisserie es empleado para la curtiembre de pieles finas. En Mazamet se curten exclusivamente pieles de cabra, de oveja, de corderito o de ternera.
En términos generales, esta industria no depende del deslanado pero en Mazamet está bien implantada, pues el cuirot (cuero), despojado de la lana, provee la materia prima.
Por otra parte, geográficamente, en Mazamet el emplazamiento de los deslanados y de las curtiembres difiere: las curtiembres son instaladas a lo largo del río Thoré (con agua más dura que la del Arnette) mientras que los deslanados se desgranan a lo largo del Arnette subiendo a la montaña por las rutas de las fábricas. Finalmente algunas fábricas son mixtas: deslanado y curtiembre fina se efectúan allí simultáneamente.
En el siglo XVIII no era más que un pequeño centro común de producción de telas. Sin embargo, los fabricantes locales tenían buena reputación y el lugar no cesaba de progresar. En la primera mitad del siglo XIX empresarios dinámicos prosiguieron por el mismo camino. De visita en la ciudad hacia 1850, Armand Audiganne comparaba sus cualidades a las de los ingleses: "la audacia sin temeridad, la tenacidad sin empecinamiento, el deseo infatigable de avanzar por la vía que se ha emprendido3". Ellos aumentaron su cifra de negocios, mejoraron la calidad de sus productos, extendieron la filial aguas abajo, equipando a la ciudad de todos los sistemas de aprestos4, construyeron una sólida red de ventas en la provincia francesa, y supieron insertarse en los mercados de París y de Londres.
El más importante de entre ellos, Pierre Elie Houlès, fue el primero en osar abordar las "colosales casas de la capital (París) marcando una tendencia, provocando los perfeccionamientos, comprando al por mayor a los fabricantes" y aceptó sus enormes pedidos5. Su yerno y sucesor, Ferdinand Cormouls, afrontó con éxito el mercado de Londres, seduciendo por la excelencia de la relación calidad-precio de sus productos6. Otros industriales actuaban de la misma manera. Los negocios prosperaban. Audiganne, maravillado, podía a justo título recalcar que Mazamet se había convertido en "l'Elbeuf del Sur".
Al mismo tiempo, el entorno se transformaba: un verdadero paisaje industrial se constituía. Los raros molinos bataneros, que bastaban a fines del siglo XVIII, se multiplicaban sobre los cursos de agua. Se agrandaban y allí se diversificaban las operaciones de aprestos. La primera hilandería mecánica data precisamente de 1816; otras fueron creadas en el curso de los años siguientes. Aún antes de que la tejeduría se mecanizara y a su vez se concentrara, un esbozo de calle de fábricas aparecía en el valle del curso de agua local, el Arnette, con su equipo hidráulico típico de barracas, compuertas, canales de derivación, vertederos, ruedas motrices de toda clase, canales de desagote... Hacia 1860, solamente en el territorio de la comuna de Mazamet (once mil habitantes), cabeza de la región, se contaban 36 fábricas de producción textil a partir de una única materia prima, la lana. Entre las usinas, se intercalaban múltiples y pequeños talleres de lavado, de tintura, ocupando la más mínima parcela disponible. Los industriales mazametanos comenzaban así a construir establecimientos en las comunas vecinas, allí donde las condiciones de utilización de la fuerza motriz del agua eran favorables, recuperando a veces el sitio de los antiguos molinos de trigo o de papel7.
Pero el proceso de fabricación no tenía nada de original: se lo podía encontrar, idéntico, en las otras ciudades industriales que se libraban a la producción de telas de lana. La especificidad de Mazamet, el deslanado, apareció primero en posición subordinada, antes de dar los resultados extraordinarios de una doble innovación, comercial e industrial. En primer término hubo una innovación comercial. Para procurar lana a las fábricas locales en pleno desarrollo se tuvo la idea de importar pieles de oveja de la Argentina y de otros países de América del Sur. Esas pieles, portando su lana, no eran sino subproductos de la matanza para la carne o inclusive, a veces, desechos, en caso de fuerte mortalidad ovina. El precio de compra al principio era bajo mientras aunque esos desechos encerraban un material de valor. Primeros en llegar a este mercado, los mazametanos supieron organizarlo en beneficio de su ciudad. Las más importantes casas mazametanas crearon centros de compra: nueve en Buenos Aires entre 1856 y 1877 (Périé, Cormouls-Houlès, Puech frères, Greffier fils, Eugène Guiraud, Paulin Daure, Durand frères, Philippe Olombel, Ulysse Rives), cuatro en Montevideo, e inclusive uno en Río de Janeiro. Habitantes de Mazamet vinieron a instalarse en el lugar, en el "país de origen" de las pieles de ovejas. Hijos o yernos de propietarios y empleados superiores, estaban destinados, al cabo de algunos años, a regresar al país natal, a retomar el mando de la empresa familiar, entrar a formar parte de ella y hasta inclusive a dar nacimiento a una nueva sociedad8. Después de América del Sur (73% del aprovisionamiento del deslanado de Mazamet para el período 1896-1900), el interés se focalizó en los otros grandes países de cría de ovino/s del hemisferio sur, Australia y la región del Cabo en Africa; Marruecos, España, Austria-Hungría aparecían en la/s estadística/s pero en bajas proporciones.
Al mismo tiempo, sobre las márgenes del Arnette, luego de algunas vacilaciones, se fijaba el método del deslanado à l'échauffe (al abrasado) dimensión industrial, técnica, de la doble innovación de la que acabamos de ver el aspecto comercial. Las pieles de oveja llegaban a Mazamet secadas y muy sucias. Un trempage (una inmersión) devolvía al cuero su flexibilidad y ablandaba las materias mezcladas durante la esquila. El sabrage9 lavaba la lana "a espaldas", es decir aún sobre la piel, eliminando la tierra, los cardos y una parte del de la grasitud. Luego de un retrempage (una nueva inmersión) las pieles eran colgadas en las bodegas (las étuves) y allí se las dejaba un tiempo más o menos largo según la estación, hasta que fuese destruido el sedimento animal que mantenía las briznas de lana en los bulbos pilosos. La operación se llamaba el abrasado; se acompañaba de un fuerte desprendimiento de amoníaco. Si se interrumpía demasiado pronto la piel "no pelaba". Si duraba demasiado, el cuero se estropeaba. Bien llevada, permitía arrancar muy fácilmente la lana con la ayuda de una lámina metálica provista de dientes, sostenida con ambas manos por las manijas de madera: la herramienta tradicional del "pelado" es llamada en Mazamet el coutel (cuchillo) pero la analogía con un gran peine sería más elocuente. Luego del pelado se obtenían dos productos: la pelada (lana) y el cuirot (cuero). Preciso es subrayar que el deslanado por abrasado permitía sacar de una piel de oveja la totalidad de su lana, comprendida su raíz, a diferencia de la esquila. Bien conducida, la operación no alteraba el valor del cuero. Esta era la lana que interesaba a las empresas locales de fabricación de tejidos: el deslanado les proveía un nuevo aprovisionamiento. El cuero, considerado al principio como un subproducto, era vendido a las empresas de una ciudad del mismo departamento, Graulhet, ya especializada en la curtiembre de pieles finas y que se desarrolló paralelamente a Mazamet.
El deslanado, un trabajo penoso, sumido en la humedad, los fuertes olores, sucio, poco calificado, se hacía, en sus comienzos, alrededor de 1860, en algunos edificios anexos de las fábricas textiles. Pero pronto la actividad anexa se amplió e inclusive se impuso en el primer rango de las industrias locales, sobrepasando a la antigua fabricación de tejidos. Se percibía que la simple operación de comprar las pieles en bruto, de hacerlas deslanar y vender las dos materias primas, el cuero y sobre todo la lana, sería realmente muy lucrativa. Si se tenían capacidades de almacenamiento en los depósitos y si se vendía en el momento más favorable se podían hacer fortunas. En todo caso, ello reportaría mucho más que la antigua industria. Por otra parte, el textil regional tenía principalmente necesidad de lana para cardar y el deslanado producía cualidades que convenían al peinado. Deslanado y textil comenzaron a coexistir con pocas relaciones directas. El textil compraba en el exterior la lana para cardar; el deslanado vendía al exterior cantidades cada vez más importantes de lanas para peinar. El éxito del deslanado atrajo capitales e iniciativas. Así, a título de ejemplos, los hijos de Ferdinand Cormouls-Houlès otorgaron un lugar cada vez mayor al deslanado y terminaron por abandonar el textil. La correspondencia de Gaston Cormouls-Houlès en 1889 es explícita. Lleno de entusiasmo escribía a su hijo a quien había enviado a la Argentina: "Hoy, con nuestras dos fábricas del Puente del Arn y de Saint Saveur (antiguas fábricas de fabricación textil) podemos tratar fácilmente 40 y aún 50 balas de piel por día. Buenos Aires solo será insufciente (...), necesariamente tendremos que buscar la manera de traer pieles un poco de todos lados. Bahía, Rosario, Montevideo (subrayado dos veces), del Cabo, Australia, pieles de Africa, pieles del país, etc.". Algunos días antes él se había felicitado de haber vaciado el edificio conocido por "Les Casernes" de los ofcios de telares, herramientas de la antigua industria, liberando las amplias salas para almacenar allí la lana, producto de la nueva industria10. De esta manera, no solamente el textil era soprepasado por el rápido florecimiento del deslanado: veía a su producción disminuir en valor absoluto. La comparación de las cifras de expedición de tejidos (producto textil) y de la lana bruta (producto del deslanado) es significativa. Otorgando el índice 100 a las cifras del período quinquenal 1890-1894, se obtenía 144 para el textil y 32 para el deslanado en 1880-1884 y 91 para el textil y 199 para el deslanado en 1900-190411.
Numerosas fábricas textiles fueron reconvertidas en deslanados, mientras se edificaban nuevas unidades, destinadas desde el comienzo a la joven industria. En 1900, sólo sobre el territorio comunal de Mazamet, no había más que 20 fábricas textiles, en lugar de 36 hacia 1860 pero, por otra parte, había 22 deslanados. Si se toma en consideración el conjunto de la cuenca, formada por una decena de comunas, se llega a los 60 establecimientos de tratamiento de pieles importadas. En su informe anual de 1896, el presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Mazamet podía exclamar: ¡"Qué actividad en nuestra circunscripción! Contamos, en la llanura que se extiende de Labruguière hasta las puertas de la Lacabarède, en las gargantas tan pintorescas de la Montaña Negra, en los bordes de nuestros arroyos, sesenta fábricas trabajando en el deslanado de piel de oveja y en el lavado de lanas. Nuestros deslanadores suben cada vez más a lo alto en busca de agua clara y pura, el más pequeño hilo de agua formando una caída encuentra su empleo. El movimiento está lanzado, ¿dónde se detendrá?"12. Mazamet se había convertido en un lugar de peso para la provisión de lana fuera de los períodos de esquila. Se aprovisionaba en pieles brutas en varios países del hemisferio Sur. Vendía la lana en todos los países industrializados (EEUU, Inglaterra, Bélgica, Alemania, Italia...). Se trataba, principalmente, del "lavado a espaldas", salido de las usinas de deslanado y, en menor proporción, del "lavado a fondo" obtenido en otras usinas edificadas lo más alto posible sobre los ríos para aprovechar el agua no contaminada. En cuanto al cuero, siempre considerado como un producto secundario, era igualmente exportado, a veces a los Estados Unidos o bien vendido a Graulhet, mientras los capitales de Mazamet comenzaban a crear localmente curtiembres de pieles finas y marroquinerías. Los verdaderos subproductos, cuidadosamente recuperados, servían para fabricar abonos y pegamento. Transportistas, negociadores, banqueros y aseguradores gravitaban alrededor de estas actividades industriales, que atraían también a su paso a las empresas de construcción y de reparaciones, a todos los oficios y los comercios. La ciudad vivía de la explotación de las pieles de oveja.
En vísperas de la guerra de 1914, Mazamet recibía anualmente más de cincuenta mil toneladas de pieles, cifra que encontramos entre 1926 y 1938, sobrepasada durante el período 1955-1980, con un pico artificial de ciento diez mil toneladas a comienzos de los años 1970, debido a una matanza intensa del rodeo ovino australiano por razones de sequía y de precios elevados de la carne. Desde ese momento, la caída fue brutal. El deslanado ha desaparecido casi en estos comienzos del siglo XXI, mientras que la fabricación textil que había subsistido siempre, resiste especializándose en lo alto de la escala integrándose a un sitio más amplio: Castres-Mazamet-Lavelanet. Las relaciones de la pequeña ciudad del Tarn con el mundo entero, a partir de la piel de oveja, eran una verdadera paradoja que debía finalizar. Subsiste el hecho de que, durante un siglo, el deslanado hizo la fortuna y la reputación internacional de Mazamet. También, en la misma Mazamet, permanecen los asombrosos nombres de calles: de Buenos Aires, de Montevideo, de la Plata, también de Melbourne, de Tasmania, de Adelaida, de Bradford...Y sé además que existe un hotel Mazamet en Victorica, provincia de La Pampa, República Argentina.

Notas

1 Esta contribución se enmarca dentro del Convenio frimado entre la UNLPam (Instituto de Estudios Socio-Históricos) y la Universidad de Toulouse-Le-Mirail (Francia) con el equipo del FRAMPESPA dirigido por el Dr. Remy Cazals.

2 Versión en castellano: Ana María Lassalle (UNLPam); Consultora: Ana María Huvelle. El autor es profesor de la Universidad de Toulouse Le Mirail. Este texto fue presentado durante la euroconferencia"La lana: prodotti e mercanti (XIII-XX secolo) en Biella (Italia) en octubre de 2001. Un desarrollo sobre la historia industrial de Mazamet se encontrará en Cazals 1983: 298.

3 En Audiganne 1853 : 357-358.

4 Nota de la traductora: Se refere a diversas las operaciones a que los fabricantes someten a las telas de modo de mejorar su calidad y apariencia.

5 En Anacharsis 1845:197.

6 Respuestas de Ferdinand Cormouls (1860).

7 Ver Rémy Cazals 1997: 121-140.

8 Nieto de Eugene Guiraud, el joven Alberto Vidal pasó un año en Buenos Aires y casi un año en Montevideo, pero tenía otras preocupaciones más allá de las pieles de ovejas. Ver Vidal y Cazals 1985.

9 Nota de la traductora: La piel se pasa entre una grilla metálica y un rodillo provisto de láminas verticales que van primero a separar el pelo longitudinalmente. Inmediatamente después un poderoso chorro de agua (tipo Karcher) elimina parte de la suciedad.

10 Copias de las cartas de Gaston Cornouls-Houlès, 3 de abril y 16 de febrero de 1889. Archivos de la empresa, actualmente depositados en los archivos del Tarn.

11 Estadísticas provistas por las revistas anuales de la Cámara de comercio de Mazamet.

12 Revue annuelle, 1896, Archivos de la Cámara de comercio e industria de Mazamet.

Bibliografía

ANACHARSIS Combes (1845) « Notice historique sur Pierre Elie Houlès, manufacturier, maire de Mazamet (Tarn) », Annuaire du Tarn.

AUDIGANNE, Armand (1853) « Du mouvement intellectuel parmi les populations ouvrières. Les ouvriers des Montagnes Noires et l'industrie des draps », Revue des Deux-Mondes, octobre pp. 357-358.

CAZALS, Rémy (1983) Les révolutions industrielles à Mazamet (1750-1900), Paris et Toulouse, La Découverte-Privat.

CAZALS, Rémy (1997) « Cinq siècles de paysage industriel à Mazamet », en : René LEBOUTTE y Jean-Paul LEHNERS, Formation et mutations des bassins industriels en Europee, Centre Universitaire de Luxembourg, pp. 121-140.

CORMOULS, Ferdinand (1860) Enquête. Traité de commerce avec l'Angleterre. Industries textiles. Laine, volume 3 : Conseil supérieur de l'agriculture, du commerce et de l'industrie, Paris, Imprimerie impériale.

VIDAL, Albert y Rémy CAZALS (1985) Le Jeune Homme qui voulait devenir écrivain, Toulouse, Privat.

Anexo

Casas de Compra-Venta de Mazamet y otras formas de compra América del Norte - Africa del Sur - Australia - Nueva Zelandia - etc.

1. Esquema del sistema industrial de Mazamet en el siglo del deslanado (1890-1980).

2. El trabajo del deslanado hacia 1900. Arriba, el "sabrage". Abajo, el"pelage". En el centro, organización de una fábrica.

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