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Quinto sol

On-line version ISSN 1851-2879

Quinto sol  no.9-10 Santa Rosa 2005 / 2006

 

RESEÑAS

María Estela Spinelli, Los vencedores vencidos. El antiperonismo y la "revolución libertadora", Buenos Aires, Editorial Biblos-Argentina Contemporánea, 2005, 345 páginas.

María Virginia Mellado

INCIHUSA/ CONICET

La historia política ha retomado una fuerza inusitada en el ámbito académico como así también ha despertado el interés de vastos sectores interesados por encontrar claves interpretativas para las recurrentes crisis argentinas. Tal como plantea Tulio Halperín Donghi (2004), el "resurgimiento" de esta área disciplinar, olvidada por la historiografía vinculada a la empresa de Annales, donde lo político forma parte de la historia eventual, responde a cambios acaecidos en el contexto internacional como así también a transformaciones producidas en el campo historiográfico nacional, donde los historiadores han retomado las preocupaciones inherentes al campo de la política. Entender sus coordenadas a través de renovadas "perspectivas" y "problemas", ha significado el esfuerzo de numerosas investigaciones. En esta línea de análisis, el libro Los vencedores vencidos. El antiperonismo y la "revolución libertadora", de María Estela Spinelli, es un esfuerzo por contribuir a desenmarañar la abigarrada historia argentina del siglo XX, donde el enfrentamiento entre peronistas y antiperonistas vertebra la vida política nacional.
Spinelli se propone explorar los dos gobiernos que conformaron la denominada "revolución libertadora", haciendo hincapié en la heterogénea coalición antiperonista que prestó apoyo y conformó los cuadros dirigentes que integraron los gobiernos militares sucedidos desde septiembre de 1955 hasta las elecciones de febrero de 1958. Con un minucioso análisis a través de la prensa, de las deliberaciones emanadas de la Junta Consultiva Nacional, las actas de congresos partidarios y la riqueza de testimonios que produjo la refl exión acerca del "vencido" peronismo, la autora indaga las distintas imágenes que fueron configurando las fuerzas políticas opositoras al peronismo en torno al gobierno derrotado, el diagnóstico de la situación política que derivaba de la implantación del gobierno militar como así también las propuestas y reformas respecto al orden político que diseñaron para la salida democrática.
La relevancia de la investigación, derivada de un importante trabajo de tesis doctoral, proviene de la escasa preocupación que ha recibido el tratamiento que desde el plano ideológico y desde el examen de las prácticas políticas ha recibido la coalición antiperonista. El análisis del clima cultural y político posterior a 1955 ha permitido a Spinelli revisar categorías epocales que comprendieron el arco antiperonista bajo las denominaciones de "conciliadores" y "revanchistas". Una mirada más compleja sobre el fenómeno permite a la autora sugerir la insuficiencia de esta dicotomía advirtiendo la necesidad de hacer visibles los matices que exhibieron las distintas tendencias unificadas por la aglutinante oposición hacia el peronismo. Si bien existía un sustrato común en el antiperonismo -asociado al consenso respecto de los valores vinculados a la tradición republicana y al rechazo del populismo peronista-, los diagnósticos situacionales, las medidas para solucionar el problema que ofrecía el peronismo y las alternativas para la construcción del nuevo gobierno resultaron claves que generaron disensos entre sus filas. Esta visión propuesta rompe con aquella promulgada en torno a la noción de un "proyecto unificado" de la "revolución libertadora", sugiriendo la falta de un acuerdo sobre puntos básicos para llevar adelante los objetivos de "desperonización" y reforma del orden político.
La etapa abierta a partir del golpe militar de setiembre de 1955 permite asimismo a Spinelli interrogarse acerca del valor de la democracia y la concepción que de ella se forjaron estos grupos dirigentes. Los actores políticos antiperonistas no percibieron como contradictoria la necesidad de refundar el régimen democrático y a la vez excluir al peronismo del juego político. Esta visión deriva de la particular concepción que ellos fueron moldeando respecto del movimiento popular depuesto. La identificación del peronismo con el nazifascismo fue compartida por las filas antiperonistas, aunque esta idea estuvo matizada paulatinamente por algunas fracciones de la coalición, que percibieron las huellas identitarias de diez años de gobierno peronista.
La estructura del trabajo se encuentra conformada por tres partes con objetivos diferenciados. En la primera de ellas -integrada por dos capítulos- se hace hincapié en la consolidación coyuntural de la oposición antiperonista, nucleada alrededor del conflicto católico y la descripción de los dos gobiernos de la "revolución libertadora". En la segunda parte - compuesta de tres capítulos-, se explora la coalición antiperonista que prestó apoyo al gobierno, atendiendo a los matices diferenciales suscitados en su interior, a partir de los problemas que debieron enfrentar una vez instalados en el aparato estatal. Finalmente, la tercera parte busca responder al interrogante sobre el fracaso de la "revolución libertadora" y su proyecto de "desperonización" y reforma del orden político.
En el primer capítulo, Spinelli aborda los prolegómenos de la "revolución libertadora", desarticulando la visión hegemónica de la "caída del peronismo". En ella se enfatizaban las dificultades en el seno del gobierno a partir de las pujas intestinas y conflictos institucionales, especialmente los emanados a partir del confl icto con la Iglesia católica. En contraste, la autora aduce que si bien las fuerzas opositoras habían sido minoritarias en los ejercicios electorales acaecidos a partir de 1946, el golpe militar tuvo éxito cuando las fuerzas opositoras al "régimen" conformaron paulatinamente una unidad coyuntural, "logrando efímeramente unidad y masividad". La organización de la oposición en un conglomerado de características ideológicas y políticas heterogéneas, integrada principalmente por católicos pero a la que se sumaron nacionalistas, dirigentes partidarios de la oposición y miembros de la Marina y el Ejército, concordaron en una fuerza con capacidad de acción política, la cual fue el detonante que explica el éxito de la "revolución libertadora". De esta manera, fuerzas civiles y militares conspiraron, encontrando esta única salida ante el confl icto social y político desatado desde los sucesos de junio de 1955. Cuando el levantamiento militar logró la victoria en septiembre de 1955, una multitud reencontró las vías para acceder nuevamente al espacio público, usufructuado hasta ese momento por las "muchedumbres obreras y populares".
Conformado el gobierno provisorio, Spinelli explora, en el segundo capítulo, los distintos ensayos que se intentaron a partir del triunfo de la "revolución libertadora". Los dos problemas mayores a los que se enfrentaba la coalición antiperonista giraban en torno de eliminar el peronismo de la vida política argentina y diseñar un nuevo orden político que asegurara el efectivo ejercicio democrático. Con el lema "ni vencedores ni vencidos" se inició la efímera experiencia lonardista, la cual buscaba dar respuesta a estos dos dilemas planteados por la coyuntura. No obstante, las soluciones esgrimidas no contentaron al conjunto de la coalición antiperonista; la causa principal del fracaso del ensayo lonardista fue la respuesta que esbozó para el problema peronista. El anhelo de una "pacificación política" con el peronismo por medio de un "acuerdo con el movimiento obrero" resultó urticante para las fuerzas más radicalizadas de la coalición.
La política de tolerancia hacia el régimen depuesto fue el primer punto de conflicto entre las fuerzas antiperonistas. El alejamiento de Lonardi del Ejecutivo conllevó a que la fracción nacionalista retirara el apoyo del gobierno provisional. La incapacidad de establecer acuerdos entre las tendencias condujo al debilitamiento de la amalgama que respaldaba a la "revolución libertadora". Desplazado Lonardi, se hizo cargo de la presidencia Pedro Eugenio Aramburu. En este segundo ensayo, se buscó dar cabida a los dirigentes partidarios antiperonistas en la configuración de políticas públicas y en los cargos de la administración estatal. La importancia de los partidos políticos se materializó en la Junta Consultiva Nacional, órgano deliberativo formado por los dirigentes partidarios quienes diseñaron las políticas a implementar por la "revolución libertadora". Aramburu propulsó también un proceso de "desperonización" radicalizado, derivado de un diagnóstico político donde se identificaba el peronismo con el fascismo y por lo tanto no cabía la posibilidad de establecer negociaciones con este movimiento político. La autora esboza que el gobierno buscaba desmontar el "aparato totalitario", a través de la "acción pedagógica" hacia las masas populares y de esta manera "restaurar la tradición democrática republicana", flagelada por la impronta del peronismo.
En la segunda parte del trabajo, Spinelli se propone el análisis de la coalición peronista que prestó apoyo al proyecto de la "libertadora", percibiendo sus matices y heterogeneidad en el examen de coyuntura que planteaba el experimento "libertador". Para asir conceptualmente la diversidad de miradas y diagnósticos en torno a los dos problemas acuciantes que enfrentaba el gobierno militar, el tratamiento del fenómeno peronista y la confección del nuevo orden político que impidiera la implantación de nuevas "dictaduras", Spinelli elabora tres categorías de análisis en donde se exhiben las perspectivas encontradas que impidieron llegar a un acuerdo a la coalición antiperonista.
En primer lugar, la autora advierte una visión que engloba bajo la denominación de "antiperonismo radicalizado", coalición que reúne al socialismo, al partido demócrata progresista y a los partidos demócratas conservadores. Su particular punto de vista sobre el peronismo, derivado de un diagnóstico situacional infl uido por la tradición liberal, entendía que para llevar adelante un gobierno pluralista y democrático era necesario extirpar al peronismo de la vida política del país, sugiriendo eliminar todo vestigio de "totalitarismo" y de "nazifascismo" que este movimiento imprimió en la escena argentina. El antiperonismo radicalizado entendía que las masas obreras fueron "manipuladas", en primer lugar, por medio de la movilización popular inducida por políticas demagógicas, y en segundo lugar, por la propaganda gubernamental. Las clases subalternas incultas habían sido "engañadas", en consecuencia, se debía implementar una tarea pedagógica que hiciera explícito este engaño. Por ello, esta tendencia fue la que alentó desde la Junta Consultiva Nacional la respuesta inmediata de "desperonización" más encarnizada y la refundación del sistema político sobre la base de la representación proporcional y la reforma parlamentaria, que pusiera coto al presidencialismo esgrimido por la constitución alberdiana.
En segundo lugar, Spinelli aborda el análisis de la tendencia caracterizada como "antiperonismo optimista". La misma se encuentra asociada a la concepción que la Unión Cívica Radical del Pueblo esbozó en torno a los dos problemas del gobierno. Fiel colaboradora del gobierno de Aramburu, el diagnóstico del "antiperonismo optimista" se aleja del diseñado por el "antiperonismo radicalizado". Su idea, con rasgos de ingenuidad, se percibía en que no llegaron a vislumbrar la construcción de la identidad peronista como fenómeno original de la realidad política argentina. Para esta coalición, las masas habían sido "engañadas" por el líder demagógico, conservando el radicalismo el clivaje popular que detentaba desde el advenimiento del yrigoyenismo. En síntesis, para la coalición "optimista", el gobierno peronista había logrado adhesión por los incentivos materiales que había otorgado, dejando escasos indicios desde el punto de vista de la construcción identitaria. Por ello, su respuesta en torno al fenómeno peronista giró alrededor de la condena de sus dirigentes, fomentando la intervención de las instituciones que representaban sus intereses y desgajando de esta condena a las masas que habían sido producto de la manipulación dirigencial. La búsqueda de respuesta se encontraba en la noción de "concienciar democráticamente" a los sectores populares. Este diagnóstico implicó llevar adelante una "política zigzagueante" desde el punto de vista estratégico.
A través de un minucioso análisis de la trayectoria de la UCR, de la explicitación de la lucha facciosa en su seno entre abstencionistas y legalistas, Spinelli atisba las causas que confluyeron en la división del partido y las distintas respuestas esgrimidas a los problemas planteados. Una vez que la división se materializó, la UCRP reforzó su acercamiento con el gobierno de Aramburu, evidenciando el apoyo al proyecto de la "libertadora", apoyo que encontraba sus orígenes en la conspiración ejercida durante el gobierno peronista. Los dirigentes radicales del pueblo participaron del segundo gobierno provisorio por medio de declaraciones y propuestas de políticas públicas, como así también integraron los cuadros administrativos del Estado, aunque criticaron de cierto modo el plan económico y social que se llevaba a cabo. Su proyecto de reformulación del orden político coincidía en algunos perfiles con el resto de la coalición antiperonista, en el sentido de esbozar la necesidad de suscitar cambios de envergadura. Sin embargo, se mostraron renuentes a fomentar el sistema parlamentario y el régimen de representación proporcional, contrario a sus intereses por sobrerepresentar a los partidos mayoritarios. Los radicales del pueblo hicieron hincapié en la incorporación de los derechos sociales y en las temáticas antiimperialistas en referencia a la"soberanía del país sobre los recursos naturales".
La tercera categoría que construye Spinelli para distinguir las particularidades de la coalición antiperonista es la que engloba bajo la denominación de "antiperonismo tolerante". En ella confl uyen una serie de grupos y partidos políticos que comparten diagnósticos sobre los problemas que debe enfrentar la "libertadora", por lo que acuerdan en una estrategia frentista para la salida electoral planificada para febrero de 1958. Esta coalición, heterogénea ideológica y políticamente ya que estaba conformada por la UCR Intransigente, los partidos nacionalistas y el comunismo, se convirtió paulatinamente en la oposición del gobierno provisional, imputando las propuestas diseñadas para paliar los males del juego político. Asimismo, Spinelli considera dentro del "antiperonismo tolerante" dos partidos que no conformaron la estrategia frentista, el Partido Demócrata Conservador Popular de Vicente Solano Lima y el Partido Cívico Independiente liderado por Álvaro Alsogaray. Todas estas fracciones intentaron la construcción de una mirada que superara la dicotomía peronismo/ antiperonismo, buscando integrar al movimiento bajo nuevas coordenadas. Entendían que las consecuencias que marcaron el paso de este régimen eran imposibles de matizar, por lo que señalaron la vacuidad de las políticas de "desperonización". Para este conglomerado heterogéneo era necesaria la convivencia pacífica que encauzara al movimiento bajo nuevos formatos, a pesar de seguir conservando su impronta antiperonista.
La fracción con mayor peso relativo dentro de la coalición antiperonista fue la UCRI, quien identificó al gobierno provisorio de Aramburu con la defensa de los mecanismos de la democracia "formal". Asimismo, esta tendencia del radicalismo se opuso a la reforma de la constitución denunciando los intereses "oligárquicos" y "proimperialistas" que la sustentaban. Su estrategia inmediata fue mostrar su oposición al gobierno captando a la vez al electorado peronista. La autora también revisa la trayectoria de nacionalistas y comunistas, observando su comportamiento en relación al gobierno de Aramburu, pero a la vez le otorga un espacio importante a los dirigentes "desarrollistas", vinculados en torno a la revista Que. Su importancia reside en que allí se plasmó la propuesta programática que llevó adelante Arturo Frondizi, desechando algunas medidas incentivadas desde la UCRI. La revista constituyó una empresa política que acercó al electorado las nociones del frente del "antiperonismo tolerante", denunciando las políticas esbozadas por el "antiperonismo radicalizado" y por el gobierno respecto al peronismo y a su diseño de la salida democrática. El acento de la revista fue colocado en las políticas económicas industrialistas, especialmente en el incentivo de la industria pesada, haciendo hincapié en la importancia del capital extranjero para lograr el desarrollo nacional, propiciando lo que denominaban un "nacionalismo de fines".
En el último capítulo, Spinelli responde al interrogante de por qué los vencedores fueron vencidos, analizando los tramos finales del gobierno de Aramburu, la Convención Constituyente de 1957 y la victoria del frente, constituido por el "antiperonismo tolerante". Para la autora, esta fracción transgredió, en cierto sentido, los supuestos básicos del proyecto diseñado por la "revolución libertadora", reconociendo la identidad peronista y captando su electorado para ganar la contienda electoral. En este itinerario, un punto de infl exión lo componen las elecciones para convencionales constituyentes y los resultados obtenidos de los debates allí realizados. Los resultados electorales arrojaron una imagen clara respecto a que el próximo gobierno quedaría en manos de alguno de los dos radicalismos. Asimismo, la Convención plasmó el fracaso de reforma del orden político, impulsada por el gobierno de Aramburu. Para Spinelli, los motivos de este fracaso estuvieron fundados en el enfrentamiento entre la ideología liberal que impregnaba la reforma y la impronta antiimperialista, propuesta por una parte de la dirigencia política. Las visiones estatistas, reguladoras y antiimperialistas tuvieron mayor aceptación entre los partidarios, desacreditando las propuestas gubernamentales. Asimismo, la divergencia en los diagnósticos situacionales colocó a las distintas fracciones en pugna, imposibilitando llevar adelante una estrategia negociadora. A partir de la Convención, el gobierno se vio debilitado, ya que tanto el "antiperonismo radicalizado" como el "antiperonismo tolerante" acentuaron su oposición. Las elecciones presidenciales ratificaron el triunfo frentista del "antiperonisto tolerante", por medio de la cooptación del electorado peronista que le prestó su apoyo.
En suma, el análisis llevado a cabo por María Estela Spinelli es una contribución de destacada importancia para la historia política, ya que recorre un periodo escasamente revisado por la historiografía a la vez que introduce novedosas pautas interpretativas para examinar la coalición antiperonista y los ensayos gubernamentales de la "revolución libertadora". Su principal interés radica en que la investigación desmonta algunas visiones tradicionales imbuidas por intereses epocales que devuelven miradas simplificadoras en torno al fenómeno antiperonista. Su iniciativa de exhibir la divergencia de diagnósticos y propuestas para enfrentar los problemas que ofrecía el peronismo y la reforma del orden político permiten explicar el fracaso de los postulados canónicos de la "revolución libertadora".

Bibliografía

• HALPERÍN DONGHI, Tulio (2004), "El resurgimiento de la historia política: problemas y perspectivas", en: Beatriz Bragoni (comp.), Microanálisis. Ensayos de historiografía argentina, Buenos Aires, Prometeo, pp. 17-30.

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