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Quinto sol

On-line version ISSN 1851-2879

Quinto sol  no.12 Santa Rosa Jan./Dec. 2008

 

RESEÑAS

Daniel Campione, Orígenes estatales del peronismo, Buenos Aires, Miño y Dávila Editores, 2007, 223 páginas.

Mariana Garzón Rogé
CONICET- IEHS/UNCPBA

Orígenes estatales del peronismo de Daniel Campione aparece para iluminar uno de los aspectos menos estudiados del período de formación del peronismo: las transformaciones operadas en el Estado. Además, el texto presta atención a la conformación de las elites que lo integraron y a las reacciones que, frente a las continuidades y rupturas observadas, exhibieron las principales centrales empresarias.
El autor se dedica especialmente al conjunto de organismos que dependen del Poder Ejecutivo Nacional, con especial énfasis en las dependencias vinculadas a lo económico-social. Así, quedan comprendidas las entidades que tienen competencia sobre "la regulación e intervención en los diferentes mercados, así como la promoción de determinadas actividades productivas; b) la provisión de infraestructura necesaria para desarrollar las actividades económicas, y c) la regulación de las relaciones capital-trabajo". Para ello, se atiende a los aspectos novedosos de la conformación de la burocracia pública y a las transformaciones a nivel de reclutamiento, composición y modos de actuar del personal en los cargos.
La finalidad del texto es, por una parte, echar luz sobre las transformaciones en el vínculo entre el Estado y la sociedad que en esos tres años se opera y, por otra parte, explorar la historia del Estado nacional de ese trienio.
En primer lugar, el autor caracteriza el momento del golpe militar de 1943 e indaga sobre lo que fue la "agenda pública" al comenzar de la Revolución de Junio. Resalta que el golpe fue lo más parecido, que hasta ese momento se había producido, a un encumbramiento bonapartista ya que no se sustentó en ningún sector de la sociedad civil. La diversidad de propósitos de los militares involucrados tal vez tuvo sólo una dirección común, según indica el autor: intensificar el dirigismo estatal y rechazar un carácter "provisional" de la medida adoptada (a diferencia con la propuesta de 1930). La "agenda pública", es decir, el conjunto de ideas socialmente problematizados existente al 4 de junio, fue marcando el ritmo del gobierno ya en el poder. Entre los principales puntos descriptos por el autor se destaca la resolución de combatir una legitimidad estatal horadada por los manejos de la década anterior. Campione subraya la voluntad modernizadora de los altos mandos del gobierno a partir de una ampliación del campo de acción del Estado y de las bases materiales de su consentimiento.
En un segundo momento, el autor explora las transformaciones producidas en el aparato estatal desde un acercamiento al "personal" que ocupa cargos en los organismos estudiados. Observa que si bien el gabinete se compone de personajes nuevos, no es esto lo que sucede con los cuadros inferiores, lugar en donde se manifiesta cierta continuidad. Campione trabaja en detalle sobre algunos grupos de individuos: los economistas del "Grupo Prebisch" y sus descendientes, los veteranos de la administración pública, los funcionarios de origen conservador, los militares "técnicos", y otros. También se analiza la composición de quienes participaban en la Revista de Economía Argentina. Puede encontrarse al final del libro, como anexo, una serie de reseñas biográficas de los ministros, secretarios y subsecretarios de Estado que ejercieron entre 1943 y 1946.
Campione señala que en general se trató, en una visión de conjunto, de una élite renovada con los ingredientes de las etapas anteriores. Sin embargo, "no predominaban a su interior con tanta fuerza los clivajes que los polemistas de la época, y muchos historiadores después, hicieron creer verdaderos y operantes: liberalismo y nacionalismo, partidarios de la "independencia económica" y "entreguistas", pro británicos y pro norteamericanos. Ni todos se definían sobre esas bases, ni existían muros infranqueables entre los que sí lo hacían". Estas complejidades se complementaron con una labor legislativa que apuntaba a mejorar la mano de obra estatal fomentando la incorporación de empleados calificados y profesionales, y especializando a quines ya integraban la administración pública. El rasgo sobresaliente de los tres años en cuestión fue el ascenso a los primeros rangos de individuos de larga trayectoria que hasta entonces habían estado recluidos a segundos planos de la administración pública.
En la tercera parte del libro de Campione, la atención se pone específicamente en los cambios acaecidos en la estructura del Estado y sus principales organismos. El crecimiento del aparato estatal y su reordenamiento general para enfrentar las crisis ya era un componente en la década de la restauración conservadora. El autor indica aquí que la Revolución de Junio lo que sumó fue una "seria tentativa de "reconstrucción hegemónica". El gobierno surgido en 1943 rechazó las políticas emanadas del intervencionismo conservador anterior, pero supo aprovechar sus estructuras administrativas, sus mecanismos ya instalados de intervención y la existencia de personal apto para realizar esas tareas. Lo que se produce en 1943 es un cambio en la concepción del Estado, no una innovación en términos de intervención/ no intervención. El Estado fue concebido desde un nuevo marco ético-político en donde él se convertía en el centro de la actividad económica y comenzaba a jugar el papel de árbitro entre los diferentes grupos de la sociedad.
Las orientaciones principales de las reformas producidas entre 1943 y 1946 fueron la jerarquización y reorganización de áreas relegadas a segundos planos, el otorgamiento de autarquía a otros organismos, la incorporación de capitales privados a iniciativas estatales, el fortalecimiento de los organismos que producían información a fin de racionalizar la toma de decisiones, la unificación de jurisdicciones dispersas, la creación de organismos científico-tecnológicos, la formación de nuevas estructuras de planeamiento y coordinación y las nacionalizaciones.
En el Capítulo III, el autor presenta detalladamente las criaturas de la Revolución del 4 de Junio, y lo hace teniendo en cuenta que se trata de un proceso de "realimentación" en el que las reorganizaciones generan nuevas contradicciones. En términos generales, Campione explica, se crean organismos nuevos y se fortalecen algunos de los existentes con el objetivo estatal de asumir nuevas funciones, se persigue generar mejores capacidades de acción apuntando a la modernización y la racionalización y, finalmente, se corrigen las disfunciones generadas por las mismas transformaciones.
Por último, en el cuarto capítulo, Campione estudia los desplazamientos valorativos y las reacciones que dos organizaciones de la sociedad civil, como son la Unión Industrial y la Sociedad Rural, exhiben frente a las políticas del gobierno militar. De una primera buena valoración del golpe por parte de las dos organizaciones se pasa a un enfrentamiento hostil. Este cambio de actitud dependió de varios factores explicados en con minucia por el autor a través de las publicaciones de las dos entidades. Pero los resultados de la radicalización fueron diferentes en cada caso. Mientras la SRA desarrolló una temprana pero menos aguda oposición al régimen, la UIA sufrió más profundamente las contradicciones de una política sectorial favorable y una política social perjudicial. Mientras entidad rural logró adaptarse a los nuevos climas a su modo; como consecuencia de la situación generada, los industriales debieron enfrentar la intervención de su entidad.
Para concluir, Campione propone un balance de los cambios producidos. Resalta que, si bien "los elementos de innovación introducidos a partir de 1943 ya estaban presentes en el "clima de ideas" de la época", hubo algo efectivamente novedoso en estos tres años: que esos elementos fueran llevados al plano de la decisión política y con semejante intensidad. Se asiste a una autonomización del Estado en donde lo distintivo es la atención puesta en los mecanismos de legitimación. El Estado fue, en este trienio, según Orígenes estatales del peronismo un "actor fundamental en el éxito de un proyecto político que aspiraba a legitimarse mediante el sufragio ejercido sin alteraciones, ampliar la base de sustentación del poder político, y ganar para éste "nueva autoridad". Esta legitimación le daría la capacidad para regir los destinos del país desde una posición arbitral.
La Argentina de 1946, señala Campione, "tenía notablemente "más" Estado que la de 1943". No sólo de un aparato más grande, sino de un Estado más poderoso, autónomo y técnico que el Estado político y preburocratizado de la década anterior. Este modelo estatal supuso otra diferencia con respecto a las alianzas con los distintos sectores sociales, ya que no pretendía "neutralidad o imparcialidad, sino identificación con el bien común".
En clave interpretativa gramsciana, Orígenes estatales del peronismo de Daniel Campione es un texto que cumple con los objetivos que se propone: por un lado, echar luz sobre las transformaciones del Estado argentino que cimienta la etapa peronista; por otro, explicar las modificaciones en el vínculo con ciertos sectores de la sociedad civil.

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