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Revista argentina de dermatología

versión On-line ISSN 1851-300X

Rev. argent. dermatol. vol.102 no.2 Ciudad Autónoma de Buenos Aires jun. 2021

 

Articulo original estadístico

Tatuajes: visión antropológica y social en 193 pacientes de un hospital público de Buenos Aires, Argentina.

Tattoos: anthropologic and social review of 193 patients in a public hospital of Buenos Aires, Argentina.

V Neglia1 

MM Aloise2  * 

M Jofre3 

A Abeldaño4 

1Médica Dermatóloga de planta, Unidad de Dermatología - Hospital General de Agudos Dr. Cosme Argerich, CABA, Argentina

2Médica Residente Dermatología - Hospital General de Agudos Dr. Cosme Argerich, CABA, Argentina

3Médica Dermatóloga, Unidad de Dermatología - Hospital General de Agudos Dr. Cosme Argerich, CABA, Argentina

4Jefa de la Unidad de Dermatología- Hospital General de Agudos Dr. Cosme Argerich, CABA, Argentina

RESUMEN

Antecedentes: El tatuaje ha sufrido muchos cambios a lo largo de las décadas, no solo en las técnicas utilizadas para su realización, sino en la significancia y popularidad.

Objetivos: Evaluar los aspectos antropológicos y sociológicos de los tatuajes en Argentina.

Diseño: transversal, observacional y descriptivo.

Materiales y métodos: Se incluyeron todos los pacientes con tatuajes que acudieron al servicio de dermatología del Hospital Dr. Cosme Argerich en el intervalo de 1 de julio 2012 - 1 de diciembre 2016, a quienes se le realizó una encuesta.

Resultados: Se incluyeron 193 pacientes (49%: mujeres, 51%: hombres), entre 15 y 72 años. El 44.5% de la muestra se realizó el primer tatuaje entre los 20 y 30 años, mientras que un 22.8% lo hizo después de los 30 años y solo un 10.8% lo hizo antes de los 20 años. Las localizaciones más frecuentes en ambos sexos fueron los miembros superiores. 50 pacientes presentaban solo 1 tatuaje al momento de la consulta, 87 entre 2-5 tatuajes, 34 entre 6-10, 11 entre 10-20, 4 entre 20-30 y un solo paciente refirió tener más de 60 tatuajes. La mayoría de los pacientes (132) se realizaron el/los tatuajes en sitios profesionales. El 30% (59) decidió hacerse el/los tatuaje/s sin tener conocimiento de los efectos adversos. La mayoría de los pacientes (85%) decidieron realizarse el tatuaje por deseo. El motivo que se observó con más frecuencia fueron frases/nombres (n:50) de los cuales 47 presentaban nombres de sus seres queridos y solo 3 su propio nombre. Las imágenes místicas (n:29) le siguieron en frecuencia. De los pacientes evaluados la mayoría (90) realizaron secundario completo, 65 solo primario, 24 tenían una carrera universitaria, 12 una terciaria y 2 pacientes sin estudios. El 88% refería ser heterosexual, 1.5% bisexual, 3% homosexual, pero el 7.5% decidió no responder a la pregunta solicitada. Ciento veintisiete pacientes negaron el consumo de drogas, mientras que 36 manifestaron tener consumo de marihuana, 9 cocaína y 19 más de 1 droga (marihuana, éxtasis, paco, cocaína). Solo 10 de los pacientes evaluados presentaba antecedentes carcelarios y 31 pacientes antecedentes de ITS. 17 pacientes presentaban deseos de removerlos por presión en el ámbito laboral.

Conclusiones: El tatuaje ha dejado de ser un simbolismo para transformarse en una práctica motivada por el deseo, cada vez más aceptada en la sociedad. Realizada principalmente por pacientes jóvenes, sin relación con género, preferencia sexual, antecedentes carcelarios o de ITS.

Palabras claves: Tatuajes; aspectos antropológicos; aspectos sociológicos

ABSTRACT

Background: the tattoo practice has suffered many changes throughout decades, not only on the techniques used but also on its popularity and significance.

Objective:Evaluate the anthropological and sociological aspects of tattoos in Argentina.

Design: cross-sectional, observational and descriptive

Materials and Methods: A survey was conducted to all tattoo patients who attended the dermatology department from Dr. Cosme Argerich Hospital from July 1st, 2012 to December 1st, 2016.

Results: 193 patients were included (49% women, 51% men), between the ages of 15-72. Forty four percent of the sample got his first tattoo between the ages of 20 and 30, 22.8% did so after age 30 and only 10.8% before the age of 20. The most frequent locations in both sexes were the upper limbs. Fifty percent of the patients had only 1 tattoo at the time of the survey, 87 between 2-5 tattoos, 34 between 6-10, 11 between 10-20, 4 between 20-30 and a single patient reported having more than 60 tattoos.Most patients (132) were tattooed by professional. Thirty percent (59) decided to get the tattoo(s) without knowing the adverse effects.

The most frequently observed reason(85%) for getting a tattoo was “desire” , with phrases/names in 50 patients, 47 of which had names of their loved ones and only 3 their own name. The mystical images (N:29) followed in frequency. Ninety patients evaluated finished high school and 65 middle school; 24 had a university career and 2 didn’t had studies. Eighty eight percent were heterosexual, 1.5% bisexual, 3% homosexual, but 7.5% decided not to answer the question. One hundred and twenty seven patients denied drug use, while 36 reported to have marijuana use, 9 cocaine and 19 more than 1 drug (marijuana, ecstasy, paco, cocaine). Only 10 of the patients evaluated had a prison history and 31 patients had a history of STDs. Only 17 patients were willing to remove their tattoo due principally to pressure in the workplace.

Conclusions: Tattooing has ceased to be a symbolism to become a practice motivated by desire, increasingly accepted in society. Performed mainly by young patients, unrelated to gender, sexual preference, prison or STD history.

Key words: Tattoos; anthropological aspects; sociological aspects

MARCO:

El estudio se llevó a cabo en el Hospital General de Agudos Dr. Cosme Argerich (HGACA) en la Unidad de Dermatología (UD).

Se realizó una encuesta a pacientes que acudieron a la UD del HGACA que consultaron por tratamientos para sacar los tatuajes o que simplemente presentaban tatuajes al examen físico y se les preguntó si querían responder un formulario.

Se incluyeron pacientes que concurrieron al consultorio externo durante el periodo transcurrido entre el 1ro de julio de 2012 y el 1ro de diciembre de 2016.

INTRODUCCIÓN

El tatuaje se considera un arte, que ha adquirido gran popularidad en las últimas décadas sobre todo entre los adolescentes y adultos jóvenes. Constituyen una técnica de ornamentación corporal de significación diversa (religiosa, social, guerrera, sexual).1 Las motivaciones que han llevado a realizarlos son diversas: modas, ruptura sentimental, lazos amorosos, presión social. El tatuaje es un fenómeno de interés para varias áreas del conocimiento. En este estudio nos dedicamos sobre todo a los aspectos socio antropológico de los mismos.

Pueden reflejar diferentes condiciones sociales, estéticas, artísticas y en algunos casos criminales.

La palabra tatuaje proviene del polinesio tau-tau, onomatopeya del sonido rítmico de los martillos al percutir sobre las agujas que utilizan los haitianos para dibujar figuras artísticas sobre la piel. Fue el navegante ingles James Cook, quien lo había comunicado con ese término en un informe acerca de sus viajes a bordo del Endeavor, acompañado del reconocido botánico Sir Joseph Banks. De vuelta a Inglaterra en 1772, el nombre de tatuaje se impuso rápidamente.2 La palabra latina para tatuaje es “estigma”, cuya definición remite a una marca hecha en el cuerpo pero con carácter de castigo que no aparece en el vocablo original.3

Son muchos los hallazgos realizados por la arqueología. El más antiguo de los tatuajes, data de 5000 años, fue descubierto en los glaciares del Tirol. En 1947, fue encontrado en un guerrero perteneciente a los nómades Escitas, conservado por el hielo desde 500 a.c. Aun ostentaba en el dorso de la región lumbar líneas paralelas color azul y en el hueco poplíteo izquierdo una cruz.2 Otros tatuajes antiguos fueron los del «Hombre de los hielos» del glaciar de Smilaun (Alpes suizos), encontrado en 1991. Presentaba signos de artrosis y tatuajes coincidiendo con las zonas afectas (espalda, rodilla). Por este motivo, algunos especialistas piensan que se realizaron los tatuajes en un intento de introducir sustancias curativas o con finalidades mágicas.1

Los tatuajes se usaban también para impresionar y asustar a los enemigos en el campo de batalla. En las antiguas poblaciones escocesas este método de intimidación fue utilizado por los guerreros que al tatuarse la cara y el cuerpo en preparación para la guerra, lograban infundir temor a los enemigos. En otro punto del planisferio, los romanos por lo general no practicaban el tatuaje, lo que los distinguía de los bárbaros pictos, escitas y demás, pero, lo usaban como castigo, así las personas acusadas de sacrilegio debían ser tatuadas.4

Respecto a algunas religiones, los cristianos (como los judíos) rechazaban los tatuajes, ya que creían que, si Dios había creado el hombre a su imagen y semejanza, era pecaminoso que éste tratara de alterar su imagen; por eso el emperador Constantino, primer emperador cristiano, emitió un decreto contra la actividad del tatuaje. Esta posición ha sido adoptada por varias religiones hasta nuestros días.1

Durante la edad media, el tatuaje era una especie de tarjeta de identidad entre los individuos de las diferentes corporaciones gremiales que tomaban parte en la construcción de las catedrales. Así el carpintero llevaba tatuado un martillo, el albañil una plomada, etc. Además de sus aspectos religiosos, de pertenencia o jerarquía social, el tatuaje representa la expresión de intensos afectos en el individuo que elige llevar en ese momento para siempre.2

Todo elemento rígido y afilado que no desgarrara la piel fue utilizado. Aun en la época de las cavernas no era difícil obtener agujas de cactus, huesos de aves, espinas de pescados, dientes de tiburón, como ahora de alfileres.2 Fue en 1981 que Samuel O Reilly patentó en EEUU su máquina eléctrica para tatuar, inspirado en el Autografic Pinter y Electric Stencil Pen de Tomás Alva Edison. Este principio es el mismo que se sigue utilizando en la actualidad. Hoy en día es una herramienta utilizada en el campo de la medicina estética, se adoptaron estos aparatos para realizar dermografía, maquillaje permanente y dermopigmentación para corrección de imperfecciones de la piel.5

Una forma de clasificar a los tatuajes es a partir de su causa: 6

Accidentales: injurias por abrasión

Reparativos o cosméticos: reconstrucción de la areola

Iatrogénicos: uso de percloruro férrico; o por amalgamas (en mucosas durante tratamientos odontológicos)

Decorativos: lo más frecuente y popularizado desde los años ´90.

A su vez, los subclasificamos en permanentes, o transitorios o pseudotatuajes (realizados con henna).6

OBJETIVOS GENERALES

Contribuir al conocimiento dermatológico de la visión antropológica y sociológica de los tatuajes en Argentina.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

- Estimar la distribución de frecuencias según sexo y edad en la que se efectúan los tatuajes

-Estimar la distribución de frecuencias de las causas y motivaciones que llevan al paciente a tatuarse y el nivel de satisfacción.

-Estimar el grado de satisfacción que presentan al momento de la consulta.

-En caso de arrepentimiento estimar la distribución de frecuencias de causas de remoción y sus métodos.

- Estimar el porcentaje de pacientes con tatuajes que tienen antecedentes de detención y/o ITS.

DISEÑO

Estudio observacional, descriptivo, prospectivo, transversal.

POBLACIÓN Y MUESTRA

Se incluyeron pacientes adultos de ambos sexos (mayores de 18 años) con uno o más tatuajes que asistieron al servicio de dermatología del Hospital Argerich durante el periodo establecido.

Fueron excluidos aquellos que se negaron a responder la encuesta y/o a efectuar la iconografía.

Implementación de estudio:

Se estudiaron pacientes con tatuajes que concurrieron al servicio de dermatología del Hospital Dr. Cosme Argerich en el intervalo de 1 de julio 2012 - 1 de diciembre 2016. Todos los pacientes firmaron el consentimiento informado previamente al ingreso del protocolo. A cada uno se les efectuó un cuestionario referido a sus tatuajes en una sola consulta y se tomaron todos los datos necesarios. La evaluación de la muestra se realizó por dos profesionales con experiencia en este campo.

En la visita: se recolectaron los datos filiatorios y clínicos del paciente referidos al tatuaje o los tatuajes que el paciente se hubiera realizado durante su vida, y se tomaron fotografías 1. 2. 3.

Materiales y Métodos

Se obtuvieron datos sobre la presencia o no de tatuajes, edad de realización, número de tatuajes, género, preferencia sexual, localización, antecedentes personales, motivos del tatuaje y nivel educativo de los pacientes encuestados.

PROCESAMIENTO Y ANÁLISIS DE LOS DATOS

Los datos obtenidos se registraron en una ficha individual formateada (Tabla 1). Se describieron los datos categóricos y continuos.

En el caso de frecuencias se utilizaron porcentajes y en el caso de variables continuas, media o mediana según corresponda.

Tabla 1: Encuesta 

RESULTADOS

Durante el estudio realizado, fueron evaluados en consultorio general de la Unidad de Dermatología e incluidos en el protocolo un total de 193 pacientes, (49%: mujeres, 51%: hombres), entre 15 y 72 años.

El 44.5% (n. 86) de la muestra se realizó el primer tatuaje entre los 20 y 30 años, mientras que un 44.5% lo hizo después de los 30 años y solo un 11% (n. 21) lo hizo antes de los 20 años.

Las localizaciones más frecuentes en ambos sexos fueron los miembros superiores. 29% (n. 56) pacientes presentaban solo 1 tatuaje al momento de la consulta, 45% (n. 87) entre 2-5 tatuajes, 17.6% (n. 34) entre 6-10, 5.6% (n. 11) entre 10-20, 2% (n. 4) entre 20-30 y 0.5% (n. 1) paciente refirió tener más de 60 tatuajes.

La mayoría de los pacientes 68.4% (n. 132) se realizaron el/los tatuajes en sitios profesionales, mientras que 24.4% (n. 47) pacientes lo hicieron en un lugar amateur y el resto en ambos lugares. El 30% (n. 59) decidió hacerse el/los tatuaje/s sin tener conocimiento de los efectos adversos.

90% (n. 174) decidieron realizarse algunos de sus tatuajes por deseo, 8.2% (n. 16) pacientes lo hicieron por estética. 4.6% (n 9) porque sus amigos tenían uno, 2.07% (n. 4) lo hicieron por aburrimiento y 1.6% (n. 3) por religión.

El motivo que se observó con más frecuencia fueron frases/nombres en un 26% (n. 50) de los cuales 47 presentaban nombres de sus seres queridos y solo 3 su propio nombre. Las imágenes místicas 15% (n. 29) le siguieron en frecuencia. 5.2% (n. 10) pacientes presentaron imágenes pacíficas, mientras que menos de 10 pacientes eligieron imágenes agresivas, animales o sexuales (5, 3 y 1 paciente respectivamente).

De los pacientes evaluados, el 90% (n. 174) realizaron secundario completo, 33.6% (n. 65) solo primario, 12.4% (n. 4) tenían una carrera universitaria, 6.2% (n. 12) una terciaria y 1% (n. 2) pacientes refirieron no haber estudiado en lo absoluto.

En el caso de la cohorte evaluada por este estudio, el 88% (n. 170) refería ser heterosexual, 2% (n. 4) bisexual, 3% (n. 5) homosexual, pero el 7% (n. 14) decidió no responder a la pregunta solicitada.

65.8% (n.127) pacientes negaron el consumo de drogas, mientras que18.6% (n. 36) manifestaron tener consumo de marihuana, 4.6% (n. 9) cocaína y 19.3% (n. 19) más de 1 droga (marihuana, éxtasis, paco, cocaína).

De los 193 pacientes, 5.2% (n. 10) de ellos presentaba antecedentes carcelarios y 16% (n. 31) pacientes antecedentes de ITS.

51% (n. 98) de la muestra se encuentra bastante satisfecho con la imagen actual, el 31.6% (n. 61) muy satisfecho, mientras que 16.5% (n. 32) bastante/muy insatisfecho. 17% (n. 33) de la muestra se arrepiente del/de los tatuajes realizados mientras que 23.3% (n. 45) manifestaron deseos de removerlos. 8.8% (n. 17) presentaban deseos de removerlos por presión en el ámbito laboral (por ejemplo, para entrar a la policía).

Foto 1:Tatuaje profesional en varón de 36 años en región escapular izquierda. Motivo: familiares/afectivos. 

FOTO 2: Tatuaje profesional de varón de 30 años en cara ventral de brazo izquierdo. Motivo: nombre de hijo. 

FOTO 3: Tatuaje profesión en mujer de 25 años en región escapular derecha. Motivo: imágenes pacíficas. 

DISCUSIÓN

La práctica del tatuaje ha experimentado un notable incremento en las últimas dos décadas. Es una práctica popular y creciente en la población sobre todo en los jóvenes adolescentes. Se ha retomado el lenguaje de los tatuajes como códigos de comunicación entre distintos grupos de personas, con predominio en los jóvenes.

En este estudio la prevalencia entre hombres y mujeres tatuadas fue casi igual (51%: hombres vs 49%: mujeres), dato que concuerda con lo publicado previamente 7 en donde es claro que las nuevas generaciones no presentan una asimetría tan marcada (a favor de los hombres) como ocurría en los años 1950-1960. El número de mujeres con tatuajes se ha cuadruplicado en los últimos 20 años.

Al igual de lo observado en la literatura, la mayoría de los pacientes se realizó su primer tatuaje entre la 2° y 3° década de su vida. Actualmente los que más tatuajes presentan son las personas de la llamada generación “X” y “millenials”.8 En contraposición de la generación “silenciosa” y los “boomers” (pacientes por encima de 45 años) en los cuales la presencia de tatuajes es mucho menor. 7

En este estudio ambos sexos presentaron una predilección por los miembros superiores, seguidos del tronco, miembros inferiores, cuello y por último la cabeza en un solo paciente masculino. La localización del tatuaje es una decisión clave, influenciada no solo por preferencias personales, sino muchas veces por trabajos, familiares, etc. En la literatura las zonas más frecuentemente elegidas por los hombres son los miembros superiores, mientras que las mujeres prefieren los miembros superiores y el dorso1, datos que concuerdan con lo presentado.

A diferencia de los países industrializados en donde aproximadamente el 90% de los pacientes se realizan tatuajes en lugares profesionales exclusivamente9, en este estudio el 24.4% fueron realizados por tatuadores amateur.

Respecto a la motivación/causa que los llevó a tatuarse, 174 pacientes refirieron haberse realizado el tatuaje por “deseo”. Esto muestra una gran diferencia en relación a lo que se describía previamente respecto al origen de los tatuajes, en donde tenían un simbolismo que les permitía pertenecer a ciertos grupos sociales (antiguamente se los relacionaba a presidiarios, prostitutas, legionarios o marinos).1

Los motivos más comunes descriptos en la literatura son tatuajes místicos/religiosos, agresivos, pacíficos, familiares o afectivos, sexuales, nombres propios, animales, insectos y hongos.10 Los motivos más frecuentes en el presente estudio fueron frases/nombres de sus seres queridos. Lo característico del nombre propio es que no permite traducción y produce la ilusión de representar al sujeto en sí mismo.11

El tatuaje parece no tener pretensiones de moda, ya que, si ésta cambia según las épocas, aquel aspira a valer “para siempre”. Algunos tienen un carácter puramente decorativo, pero la mayoría intenta dar expresión a creencias del sujeto en determinados símbolos, o a la necesidad de que queden grabados nombres de personas queridas, vivas o fallecidas. La juventud toma el tatuaje como un símbolo distintivo generacional y se distingue así de las generaciones anteriores. El tatuaje del siglo XXI es, una forma de tarjeta de presentación del individuo, la representación de su personalidad.1

El simbolismo de muchos tatuajes es un hecho innegable, aunque su interpretación es difícil, ya que debe situarse en su contexto. Para muchos son una bandera, una declaración de intenciones, una manera de ser, de simbolizarse. Los tatuajes ejercen la función simbólica del lenguaje, esa misma que, según el semiólogo francés, Roland Barthes, permite a los hombres construir ideas, imágenes y obras.1

Los tatuajes hablan de una necesidad de identificación en algunos casos la localización de ciertos tatuajes tienen una connotación erótica como los pequeños tatuajes en las nalgas, las mamas o las proximidades del pubis. 1

En este estudio la relación entre nivel educativo y numero de tatuajes fue inversamente proporcional, es decir, a mayor nivel educativo, menor número de tatuajes. Al igual que lo descripto por Lise et al. 12

Mortensen et al publicaron en 2019 un estudio retrospectivo realizado en Estados Unidos donde evaluaron la relación entre los tatuajes, enfermedades sistémicas y conductas de riesgo asociadas. Uno de los puntos evaluados fue la sexualidad y la relación que había con la presencia o no de tatuajes. De la población total (n:2008), tan solo 644 presentaban tatuajes; de los cuales 80% referían ser heterosexuales, 14% bisexuales y 6% homosexuales. Mortensen concluye que los pacientes tatuados participarían con mayor frecuencia en comportamientos de riesgo en comparación a los no tatuados.13

En contraposición con Mortensen, Nowosielski et al no encontró ninguna relación significativa entre la preferencia sexual y la presencia de tatuajes. 14. En el presente estudio la heterosexualidad fue referida por el 88% de la muestra y no se pudo demostrar relación alguna entre hábitos sexuales y trabajos.

Este estudio obtuvo resultados que se identifican con lo expuesto por Nowosielski. Es importante remarcar que ambos estudios presentan una casuística pequeña en comparación con Mortensen.

Tal como se pudo analizar en esta cohorte, donde de los 90 pacientes que manifestaron consumir drogas, 53 refirieron tener íntima relación con el cannabis; se ha comunicado con anterioridad una mayor incidencia en consumo de drogas recreacionales en pacientes con tatuajes. Los tatuajes se han relacionado también con mayor consumo de tabaco y alcohol. 9

En el caso de los pacientes evaluados en este estudio, solo 10 (5%) refirieron antecedentes carcelarios. Tatuarse en prisión es una práctica común, tanto en hombres como mujeres. Las condiciones de higiene implementadas no suelen ser las mejores, utilizando como método antiséptico agua o calor, es por esto que la relación con infecciones de piel, así como también infecciones de trasmisión sexual es mayor.15

En el estudio llevado a cabo por Mortensen et al13 la prevalencia de pacientes encarcelados fue de 10.6%. Treinta y un pacientes presentaron antecedentes de ITS (HIV, HCV, HBV, HSV, sífilis y gonorrea). De no realizarse con medidas asépticas adecuadas la probabilidad de contagiarse de enfermedades infecciosas tales como: HBV, HCV y HIV es del 16%, 12% y 0.5% respectivamente.12 Nowosielski et al. en su estudio publicado en 2012, evaluó 120 adultos de Polonia que presentaban tatuajes/piercings. En dicho estudio llegó a la conclusión que a pesar de lo que se pensaba anteriormente, los pacientes con tatuajes no presentaban mayor riesgo/relación con enfermedades de transmisión sexual, dentro de las cuales evaluó HIV, HCV, HBV, HSV, sífilis y gonorrea. 14

Hubo 45 pacientes con deseos de remover los tatuajes, de los cuales 19 fueron por cansancio. La mayoría refirió disgusto o arrepentimiento,17 manifestaron motivos laborales (presión laboral, ingreso a policía o al ejercito), 3 no especificaron, 1 por divorcio y 1 paciente fue por complicación del tatuaje (infección). Las complicaciones de los tatuajes decorativos pueden ser clasificadas como: arrepentimiento, estigmatización social, trasmisión de infección (como en este caso), reacciones inflamatorias por injurias, reacciones a los tintes decorativos, localización de enfermedad cutánea (fenómeno Köebner), efectos adversos de la remoción del tinte.6

Es interesante el motivo que lleva a los tatuados a solicitar la remoción de los mismos. Diversas causas influyen en esta determinación: grado de convicción del sujeto en el momento de realizarse el tatuaje, aceptación por parte de los familiares, amigos, pareja y público en general, zona del cuerpo tatuada, edad del momento de la realización, estado psicofísico del paciente (decisiones impulsivas), tipo del tatuaje realizado y costo del mismo.10 Los motivos por los que los pacientes solicitan la remoción de los tatuajes pueden ser personales, sociales, o culturales (divorcio, separación, cambio de pareja, amistades o grupo al que pertenecía el paciente, dificultad para conseguir empleo por tatuajes expuestos, identificación policial, ocultamiento repetido del mismo, etc).

CONCLUSIONES

La evolución sociológica del tatuaje muestra que en la actualidad hombres y mujeres recurren a esta práctica por igual.

El tatuaje ha dejado de ser un simbolismo para transformarse en una práctica motivada por el deseo, sin relación con la preferencia sexual, presencia o antecedente de infecciones de trasmisión sexual, pero inversamente proporcional al nivel de educación en lo que respecta al número de tatuajes.

Nos parece importante enfatizar la importancia de realizar tatuajes en sitios matriculados, donde las medidas de asepsia sean indiscutidas para prevenir las infecciones asociadas a tatuajes.

A pesar de que la motivación primordial fue el deseo, una proporción de pacientes varones consideró la remoción, pero por motivos laborales principalmente, mientras que la mitad de la muestra se mostró satisfecho con su trabajo.

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Recibido: 19 de Marzo de 2020; Revisado: 30 de Diciembre de 2021; Aprobado: 05 de Febrero de 2022

* Correspondencia: Aloise María de los Milagros Email: milialoise@hotmail.com

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