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Quebracho (Santiago del Estero)

versión impresa ISSN 0328-0543versión On-line ISSN 1851-3026

Quebracho (Santiago del Estero) vol.29 no.1 Santiago del Estero jun. 2021  Epub 01-Dic-2021

 

Editorial

Nuevos desafíos post pandemia 2021

Miguel Sarmiento1 

1Equipo Editor Revista Quebracho

2021 Año Internacional de las Frutas y Verduras

La Asamblea General de las Naciones Unidas designó el año 2021 como el Año Internacional de las Frutas y Verduras (AIFV). La FAO es el organismo encargado de celebrar el año en colaboración con otras organizaciones y órganos competentes del sistema de las Naciones Unidas.

A los efectos de aclarar lo que son las frutas y las verduras, la ONU, en el marco del AIFV define a las frutas y verduras como las partes comestibles de las plantas (por ejemplo, estructuras portadoras de semillas, flores, hojas, tallos, brotes y raíces), ya sean cultivadas o cosechadas en forma silvestre, en estado crudo o en forma mínimamente elaborada. Esta definición incluye a los frutos que se obtienen de los árboles que, desde los orígenes del hombre, alimentaron a los pueblos originarios y a los actuales que habitan los bosques.

El término general “frutas y verduras” abarca una increíble gama de especies, variedades, sistemas de cultivo, condiciones agroclimáticas y tipos de explotaciones y mercados. No se puede utilizar un único enfoque de producción para todas ellas. Para que la producción sea sostenible, las prácticas y tecnologías deben ajustarse al contexto local.

La mayoría de los frutos crecen en los árboles que deben ser plantados, cuidados y cosechados. Las verduras, (la mayoría de las cuales son cultivos anuales) deben ser sembradas, trasplantadas, desherbadas, manejadas para el control de plagas y enfermedades, y cosechadas. Esas actividades tienden a intensificarse en mano de obra y habilidades, que, si bien genera empleo, también aumenta el costo de producción, lo que hace subir los precios.

Destacar la importancia del consumo de frutas y verduras es necesario; ya que la falta de estos elementos en la alimentación humana puede traer problemas de salud. La misma Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir por lo menos 400 g diarios para obtener sus beneficios para la salud y nutricionales. Algunos estudios científicos reportan que la ingesta insuficiente de frutas y verduras es la causa de alrededor del 14 % de las muertes por cáncer gastrointestinal en todo el mundo, del 11 % de las muertes por cardiopatías isquémicas y del 9 % de las muertes por accidentes cerebrovasculares.

El Año Internacional de las Frutas y Verduras se centra en los productos frescos o mínimamente procesados. No obstante, reconoce que las formas procesadas de frutas y verduras son importantes para los medios de vida y los ingresos de los agricultores, el comercio, la seguridad alimentaria y la nutrición.

En ese contexto los ecosistemas forestales no quedan exentos de estas actividades ya que juegan un papel importante como soporte de la producción natural de frutas y verduras por los servicios ecosistémicos que brindan. En ellos, es posible y necesaria la implementación de prácticas sostenibles de producción y recolección de frutas y verduras provenientes exclusivamente de los bosques. Estas prácticas no solamente podrían mejorar el nivel de ingresos monetarios de comunidades que dediquen sus actividades al manejo de los bosques para la obtención por cosecha o producción de frutos sino que generarían beneficios ambientales asegurando entre otros aspectos la conservación de la biodiversidad.

Esas prácticas están orientadas a desarrollar sistemas agroalimentarios más eficientes, 1inclusivos, resilientes y sostenibles. Ese objetivo solo puede ser alcanzado si se trabaja de manera coordinada entre instituciones relacionadas al manejo y decisiones del uso de los productos del bosque. Este escenario del AIFV 2021 ofrece la oportunidad única de sensibilizar sobre la importancia de las frutas y verduras para la nutrición humana, la seguridad alimentaria y la salud, y para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.

Siguiendo ese razonamiento observamos que estas actividades permitirían alcanzar y lograr el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Entre los tantos aspectos que abarcan los ODS se destacan los beneficios de las frutas y verduras para la salud de las personas, así como una dieta diversificada (ODS 2 y 3), calidad, inocuidad, garantía de suministro en sus cadenas productivas, disponibilidad para su consumo y mejoras tecnológicas e innovación en su producción evitando pérdidas y desperdicios de alimentos (ODS 2, 8, 12, 13, 14 y 15). Por un lado, se lograrían cadenas de valor sostenibles e inclusivas desde los puntos de vista económicos, social y ambiental (ODS 1, 2, 12 y 15); y por otro se destacaría el papel de los agricultores familiares sosteniendo una actividad biodiversa en busca de una creciente prosperidad económica basada en una gestión sostenible de los ecosistemas (ODS 1, 2, 3, 4, 5, 8, 11, 12 y 15).

La misma FAO sostiene que, los productos alimentarios vegetales de origen forestal pueden ser catalogados como hojas, semillas, nueces, frutas, tubérculos, raíces, jugos, resinas, gomas, hongos, sal y medicinas. En conjunto, añaden diversidad y sabor a la dieta humana, y proveen también proteínas, energía, almidón, vitaminas, y minerales esenciales. Algunos productos son recogidos y consumidos sin elaboración alguna, mientras que otros deben pasar por una compleja transformación para poder ser ingeridos. Las hojas silvestres, tanto frescas como secas, son uno de los productos forestales más amplios y comúnmente consumidos en diferentes países. Frecuentemente son usadas como base de sopas, estofados y salsas, acompañando a alimentos básicos que, como el arroz o el maíz, contienen carbohidratos. Esta combinación es importante porque además de aumentar el valor nutritivo del alimento, estimulan un mayor consumo al dar sabor a las dietas básicas (que de otro modo serían sosas)

Los bosques nativos del Parque Chaqueño ofrecen una variada oferta de frutos provenientes de los árboles tales como el algarrobo, mistol, chañar, además de una oferta de frutas provenientes, mayormente, de cactáceas además de hierbas comestibles y también curativas tras su ingesta como infusiones o aplicaciones culinarias. Los conocimientos y saberes de las bondades de las plantas por parte de los habitantes de estas regiones constituyen un capital de conocimiento invaluable que es necesario mantener para permitir parcialmente asegurar alimentos para las poblaciones de zonas con bosques.

Estudiar sus propiedades y potencialidades de producción de frutos, frutas y verduras y demás hierbas de utilidad nutricional, condimentaria y aromática es una tarea a desarrollar en las investigaciones que se planteen para aprovechar de manera sustentable estos bienes naturales y los servicios que se relacionan.

Manejando nuestros bosques con criterios de sostenibilidad podremos asegurar alimentos para nosotros y nuestras generaciones futuras.

6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Barberis, I. M.; J. P. Lewis y W. B. Batista. 2005. Heterogeneidad estructural de los bosques de la Cuña Boscosa de Santa Fe en distintas escalas espaciales. En La heterogeneidad de la vegetación de los agroecosistemas: Un homenaje a Rolando León. Buenos Aires, Argentina. Editorial Facultad de Agronomía, UBA. p. 43-58. [ Links ]

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