1. INTRODUCCIÓN
El Chaco es el bioma más extenso de Argentina (Hueck, 1978), el 50 % de su superficie total se encuentra en nuestro país. Es considerado una de las ecorregiones terrestres críticas de Latinoamérica por el alto grado de amenaza de sus ambientes (Dinerstein et al., 1995). La porción austral del Chaco está representada solo en Argentina y se caracteriza por una marcada estacionalidad hídrica y térmica (Pereyra, 2003).
El rasgo más característico del Chaco son sus bosques, altos densos y más diversificados cuando hay mayor disponibilidad de agua, mientras que son más bajos, abiertos y con menor variedad de especies arbóreas en ambientes más secos. El Chaco es conocido como “el antiguo país del Quebracho, esos gigantes del bosque que requieren más de 150 años para alcanzar la madurez”. Hoy se encuentran en un estado de extrema degradación a causa de la intensa deforestación (Giménez y Hernández, 2008).
La intervención del hombre ha provocado una creciente modificación de la estructura de los bosques y esto es atribuible a la instalación de sistemas silvopastoriles y el aprovechamiento del bosque para la producción de rollizos para la industria del tanino, madera aserrada, leña y carbón. El desmonte para cambio de uso del suelo, en la mayoría de los casos, es en parte precedido por la explotación selectiva y el empobrecimiento, aunque es difícil afirmar que la degradación sea siempre su causa directa y única. La acción del fuego es otro factor importante que actúa como elemento de cambio de la estructura del bosque a nivel local y regional.
Los aspectos funcionales de los bosques chaqueños constituyen una de las áreas de estudio de más reciente desarrollo. Este hecho se debe probablemente a la aceptación por parte de la comunidad científica de la importancia que tienen los procesos ecológicos en el conocimiento de la estructura de los ecosistemas (Biani et al., 2006).
En las últimas dos décadas, se realizaron importantes esfuerzos para estudiar y caracterizar las condiciones de base de la vegetación leñosa y bosques de la región chaqueña. Se pueden citar algunos trabajos como por ejemplo el de Tálamo y Cazziani (2002) que analizaron la diversidad de un área del Parque Nacional Copo en la provincia de Santiago del Estero, por su parte, y desde un punto de vista silvicultural, también para la misma provincia, Brassiolo (2005) estudió y caracterizó los bosques del Chaco semiárido según el potencial de aprovechamiento. Dentro de la misma región ecológica, Gómez et al., (2013) realizaron una descripción fitosociológica de los bosques en el extremo oeste formoseño. En otra escala de trabajo, Torrella et al. (2011) estudiaron la composición, estructura y estado de conservación de leñosas del bosque de tres Quebrachos en el SO de la Provincia de Chaco, por su parte, y a una escala menor, tanto Michela y Juárez de Galíndez (2016) como Kees y Michela (2020) brindan detalles sobre bosques del centro oeste de la provincia del Chaco. Respecto a otros departamentos de la provincia del Chaco, existen antecedentes de estudios relativos a bosques del Chaco Húmedo (Gómez y Kees, 2005) no obstante, para las formaciones forestales de mayor extensión en la citada provincia se encontraron escasos datos concretos, en consecuencia, se corre el riesgo que ambientes prístinos sean modificados sin tomar los recaudos mínimos mediante la aplicación de prácticas que deriven de conocimientos traducidos en términos de sustentabilidad.
Asimismo, para avanzar en el proceso de la gestión responsable es condición necesaria contar con información mediante la definición de la distribución diamétrica característica, así como de la estructura horizontal y vertical de este tipo de bosques.
Debido a la presión antrópica que soportan los bosques, en particular del uso ganadero, es relevante hacer un estudio de base para generar información ecológica y silvicultural orientada a la gestión sostenible. El presente trabajo tiene por objetivo describir la composición arbórea, estructura vertical y horizontal y diversidad de los tipos forestales.
2. MATERIALES Y MÉTODOS
Área de estudio
El área de estudio corresponde a la superficie boscosa que no presenta evidencias de intervención silvicultural (3.665 ha) de la estancia “La Catalina”, ubicada en el noroeste de la provincia del Chaco (61° 32' 35" O, 25° 26' 40" S), cuya superficie catastral es de 4.978 ha. Esta área se halla a 120 km de la localidad de Juan José Castelli, (Figura 1) está ubicada dentro de la unidad geográfica denominada Chaco Semiárido (Prado, 1993).
Gran parte de la superficie boscosa del predio tiene como destino un uso silvopastoril, que llegará a afectar alrededor del 50 % de la cobertura predial.
En cuanto a la ubicación geográfica y desde el punto de vista geomorfológico, Ledesma y Zurita (1995) ubican al sitio de estudio dentro del área Geomorfológica Impenetrable, la que es descripta como una extensa llanura interfluvial que abarca una superficie aproximada de 1.850.000 ha, modelada a partir de un sistema de ríos que interrumpieron su evolución en una etapa en que comenzaban su actividad lateral - derrames - con formación de albardones. Estos ríos se encuentran anastomosados debido al bajo gradiente de los paleocauces, de rumbo oeste-este. Los suelos son de colores claros, pobres en materia orgánica y en proceso de calcificación, dado que las escasas lluvias no alcanzan a cumplir con las funciones de lavado. La agricultura se ve limitada por precipitaciones muy escasas y alta evapotranspiración. La ganadería extensiva, con poco o ningún tipo de manejo.
El clima en esta zona según Ledesma y Zurita (1995) es subtropical continental con estación seca, con un período libre de heladas de 280 a 240 días.
En cuanto al tipo de vegetación boscosa predominante en la zona, Oyarzabal et al., (2018) la describen como una comunidad conformada por un bosque de xerófitas con Schinopsis lorentzii y dentro de ésta, se trata de una comunidad local de tipo bosque cerrado de xerófitas, de entre 15 m y 25 m de altura, con Schinopsis lorentzii y Aspidosperma quebracho-blanco acompañadas por Ceiba chodatii y Ziziphus mistol, siendo un poco más abierto hacia el suroeste donde aparecen Cercidium praecox y Larrea divaricata.
3. METODOLOGÍA
Se llevó a cabo un estudio de la composición florística y la estructura de dos tipos forestales del noroeste de la provincia del Chaco, Argentina, los cuales fueron identificados como Bosque Alto Abierto y Bosque Bajo Abierto dentro de un predio privado denominado “La Catalina”. Se emplearon datos provenientes de un inventario forestal predial estratificado. Se relevaron un total de 18 parcelas de 1.000 m., donde se identificaron y registraron todos los individuos con diámetro a la altura del pecho (DAP) mayor a 10,0 cm a los que también se les estimó la altura total (HT) en metros. La identificación de los individuos se realizó in situ.
En cada tipo forestal se calculó el Índice de Valor de Importancia de cada especie (IVI) [1] como la sumatoria de la abundancia (AB), la frecuencia (FR) y la dominancia (DO) relativas (Finol, 1971). La abundancia hace referencia al número de individuos por hectárea y por especie en relación con el número total de individuos. Se distingue la abundancia absoluta (número de individuos por especie) y la abundancia relativa (proporción de los individuos de cada especie en el total de los individuos del ecosistema) (Lamprecht, 1990). La frecuencia permite determinar el número de parcelas en que aparece una determinada especie, en relación al total de parcelas relevadas, o existencia o ausencia de una determinada especie en una parcela. La frecuencia absoluta se expresa como un porcentaje de la existencia de la especie en todas las parcelas, la frecuencia relativa de una especie se determina como su porcentaje en la suma de las frecuencias absolutas de todas las especies. La dominancia se relaciona con el grado de cobertura de las especies como manifestación del espacio ocupado por ellas, que en este caso está representado como área basal. La dominancia absoluta es la sumatoria de las áreas basales de los individuos de una especie sobre el área especificada y expresada en metros cuadrados y la dominancia relativa es la relación expresada en porcentaje entre la dominancia absoluta de una especie cualquiera y el total de las dominancias absolutas de las especies consideradas en el área inventariada.
[1]
Donde:
AB (%) = abundancia relativa de cada especie.
FR (%) = frecuencia relativa de cada especie.
DO (%) = dominancia relativa de cada especie.
En cada tipo forestal, además, para cada especie se determinó el Valor de Cobertura (VC) [2], como la media aritmética de la abundancia relativa y la dominancia relativa.
[2]
Para describir la estructura de ambos tipos forestales se utilizaron curvas de distribución de frecuencias diamétricas (Lamprecht, 1990), las cuales son una representación muy potente para describir un stand de árboles (Pond y Froese, 2015) y se utiliza como sustituto de la tabla de vida de una comunidad arbórea para evaluar su dinámica y sustentabilidad; las mismas se ajustaron por medio de la ecuación propuesta por Meyer (1952).
Se analizó la biodiversidad por medio del cociente de mezcla (CM) [3] que expresa la relación entre el número de especies y el número de individuos totales. Proporciona una idea somera de la intensidad de mezcla, así como una primera aproximación de la heterogeneidad de los bosques. Cabe mencionar que los valores del CM dependen fuertemente del diámetro mínimo de medición y del tamaño de la muestra, por lo cual, sólo se debe comparar ecosistemas con muestreos de igual intensidad (Sabogal, 1980).
Su cálculo se realiza dividiendo el número de especies encontradas entre el total de árboles de las muestras de cada tipo, y se obtiene una cifra que representa el promedio de individuos de cada especie. Este cociente permite tener una idea general de la intensidad de mezcla, es decir, de la forma cómo se distribuyen los individuos de las diferentes especies dentro del bosque; a mayor valor, mayor intensidad de mezcla.
[3]
Donde:
S = Número total de especies en el muestreo.
N = Número total de individuos en el muestreo.
La estructura vertical se la definió en base al número de estratos de la vegetación leñosa en cada tipo de bosque que surge del empleo de la metodología del diagrama h - M. En este método la diferencia de estratos se obtiene gráficamente ploteando la altura total de los árboles (h) en el eje de las ordenadas y el valor acumulativo medio de las alturas (M) en el eje de las abscisas, en escala aritmética. Esta última se calcula de la siguiente manera, a cada valor de h se le asigna un número de orden correlativo desde 1 hasta la cantidad de alturas consideradas, luego a cada altura iniciando por la mayor se le suma la siguiente que representa la media acumulativa parcial de altura a partir del mayor valor de h, finalmente se obtiene el valor de M que resulta de la relación por cociente entre cada suma parcial y el correspondiente número de orden hasta un valor de h inferior al valor máximo de h (Sanquetta, 1995).
4. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Las especies inventariadas en ambos tipos forestales se presentan en la Tabla 1.
En el Bosque Alto Abierto se registraron 14 especies pertenecientes a 8 familias botánicas mientras que en el Bosque Bajo Abierto solo se contabilizaron 8 especies y 6 familias botánicas.
En el primer caso el coeficiente de mezcla (CM) es de 1:19, mientras que en el segundo es de 1:26. Estos valores son muy próximos a los citados por Gómez et al., (2013) para bosques del oeste formoseño y por Kees y Michela (2020) para bosques del centro oeste de la provincia del Chaco, si bien se trata de bosques del Chaco semiárido sus valores no difieren mucho de los citados por Gómez y Kees (2005) para el este de la provincia del Chaco.
En la Tabla 2 y la Tabla 3 se presentan los valores de la estructura horizontal para ambos tipos forestales.
El Bosque Alto Abierto presenta un 30 % más de individuos arbóreos que el Bosque Bajo Abierto, en términos de área basal esta diferencia llega al 33 % aproximadamente. En ambos tipos forestales tanto el VC como el IVI reflejan que las especies de mayor importancia son los Schinopsis lorentzii, Aspidorperma quebracho-blanco y Ziziphus mistol. Estos resultados son similares a los encontrados tanto por Michela y Juárez de Galíndez (2016) para un bosque del Chaco semiárido como por Loto et al., (2018) para bosques de Bulnesia sarmientoi (palo santo) también en el Chaco semiárido, además coinciden solo para el caso de los Quebrachos con lo observado por Kees y Michela (2020) siendo diferentes en esta ocasión para el caso de Z. mistol.
En las gráficas de las distribuciones diamétricas de ambos tipos forestales que se presentan en las figuras 2 y 3, se muestra la distribución de las especies más frecuentes y las demás están agrupados en la categoría “otras”. Se puede observar que, si bien ambas situaciones presentan una distribución diamétrica característica de estructuras de tipo irregular, se destaca la diferencia entre ambos, donde la primera posee dos clases diamétrica más que corresponden a los árboles con diámetros mayores a 45,1 cm de DAP.
Respecto a lo hallado por otros autores, ambos tipos forestales presentan valores de constante y pendiente de distribución menores a los hallados por Kees y Michela (2020), sugiriendo que se trata de bosques con una dinámica más lenta en el movimiento de los ejemplares a través de las clases diamétricas, lo cual posiblemente se explique por la falta de intervención silvicultural, además de las condiciones de sitio.
Con base a lo expresado por Brassiolo (2005), los dos tipos forestales analizados se corresponden con un “bosque aprovechable” con un potencial de producción de madera actual o inmediata, expresado no solo en una elevada participación de Quebrachos en las clases diamétricas superiores y predominancia de Mistol en las inferiores e intermedias sino también en los altos valores de área basal que presentan ambos tipos. Se trata de bosques irregulares de crecimiento lento y donde el potencial productivo descansa sobre las especies de gran área basal. En este sentido, considerando los diámetros mínimos de corta para cada especie establecidos según el Decreto Provincial N° 816/92, el Bosque Bajo abierto ofrece como producto principal solamente leña ya sea para su uso como tal o bien para la producción de carbón.
Con base en lo visualizado en los diagramas h - M de ambos tipos forestales presentados en las figuras 4 y 5, tanto para el Bosque Alto Abierto como para el Bosque Bajo Abierto es factible diferenciar 4 estratos en función de los puntos de inflexión que se identifican, resultado similares a los citados por Araujo et al., (2008) quienes mencionan la presencia de tres estratos en bosques con composición florística similar, aunque en condiciones de mayor aridez para la provincia de Santiago del Estero con una metodología diferente.
Comparando ambas figuras, se observa que ambos tipos forestales, se diferencian en la continuidad de los estratos, en el caso del Bosque Alto Abierto existe continuidad entre y dentro de los estratos; mientras que en el Bosque Bajo Abierto esta continuidad se ve interrumpida a medida que se avanza en altura de los estratos. Esto posiblemente esté relacionado a la falta de individuos en las clases diamétricas mayores.
En el Bosque Alto Abierto (Figura 4), el estrato 1 (inferior), alcanza una altura de hasta 6 metros. El 30 % de los ejemplares de este estrato corresponden a Z. mistol y un 20 % por A. quebracho- blanco, otras especies que integran este estrato son: A. praecox, S. obtusifolium, S. fasciculatus, C. chacoense y S. lorentzii. El estrato 2 (intermedio), alcanza los 13,5 metros de altura, es el estrato con mayor densidad y está integrado por un 31 % de Z. mistol, 32 % de A. quebracho- blanco, 18 % de S. lorentzii, 10 % de S. obtusifolium y el resto por P. nigra, C. chacoense, A. praecox, P. kuntzei, Capparis sp y S. fasciculatus. En el estrato 3 (superior) todos los ejemplares son de A. quebracho-blanco. El estrato 4 (predominante) alcanza los 19 metros de altura, los ejemplares están repartidos en igual proporción entre A. quebracho-blanco y S. lorentzii.
En el Bosque Bajo Abierto (Figura 5), el estrato 1 (inferior) alcanza una altura de hasta 5 metros. Comparten su participación en igual proporción Celtis sp. y Z. mistol. El estrato 2 (intermedio), alcanza los 8,7 metros de altura, está constituido por un 46 % de Z. mistol, 23 % de A. quebracho- blanco y el resto por C. paraguariensis, S. obtusifolium, J. rhombifolia, A. praecox y S. fasciculatus. En el estrato 3 (superior) la altura llega hasta los 15,7 metros donde el 60 % de los ejemplares son de S. lorentzii, el 25 % de A. quebracho blanco y el resto de C. paraguariensis. El estrato 4 (predominante) alcanza los 19 metros de altura y está conformado exclusivamente por S. lorentzii.
5. CONCLUSIONES
En ambos tipos forestales se visualizan diferencias en composición específica, clases diamétricas y continuidad de estratos de altura; sin embargo, se puede establecer que Ziziphus mistol, Aspidosperma quebracho - blanco, Schinopsis lorentzii son las especies de mayor IVI y VC para ambas situaciones. Con esta base, se recomienda que las pautas silviculturales que se propongan para ambos tipos forestales, estén orientadas a mantener la presencia y participación de estas especies en todas las clases diamétricas y estratos de altura
Es conveniente continuar con estudios relativos a la dinámica de las especies para lograr una comprensión más acabada de las condiciones actuales y generar datos para visualizar las condiciones futuras de ambos tipos forestales frente a determinado tipo e intensidades de intervención.