Alberto Livov
11 de abril de 1949 - 8 de febrero de 2008

Fernando Manuel Escobar

Estimados colegas:
Comenzar a escribir estas palabras, es para mí, una extraña mezcla de profundo dolor pero a la vez de un gran orgullo por tener la responsabilidad de redactar en la revista de la Sociedad Argentina de Endocrinología y Metabolismo la despedida a un gran amigo.
Como muchos de Uds. ya saben el 8 de febrero del corriente año dejó de existir, luego de una dolorosa enfermedad, que lo aquejó durante el último año, el Dr. Alberto Mario Livov, Médico Endocrinólogo, Docente Autorizado en Medicina Interna, Médico de Planta del Servicio de Endocrinología Hospital Escuela General San Martín y Presidente de la Sociedad Argentina de Obesidad y Trastornos Alimentarios en ejercicio.
Hablar de Alberto es, para mí, como hacerlo de un hermano, ya que con él compartimos casi todos los años de nuestra vida, desde que teníamos 14 años y concurríamos a la misma secundaria, el Colegio Nacional Nicolás Avellaneda.
Desde allí continuamos juntos hasta la actualidad. Compartiendo infinidad de aspectos de nuestras vidas, desde el aprendizaje en las aulas de aquel secundario o los partidos de fútbol en lo que hoy es el Paseo de la Infanta, digo ésto para que todos Uds. dimensionen los lazos y recuerdos que me unen con este gran amigo que se ha ido. Juntos hicimos 4º y 5º año del bachillerato especializado en el área de Biología y desde allí emprendimos la carrera de Medicina que Alberto finaliza en 1974, para ingresar luego al Internado Rotatorio del Hospital de Clínicas a cargo del Profesor José Burucúa. Al finalizar la misma, Alberto estaba interesado en la Endocrinología y por ese motivo yo le recomiendo que haga la Residencia en el Instituto Modelo del Hospital Rawson dirigida por el Profesor Dr. Roberto Soto que en ese momento era uno de los mejores centros del país para desarrollar esta especialidad. Compartimos entonces, este espacio ya que yo también me encontraba desarrollando mi formación en dicha institución
Para esa época contrae matrimonio con Violeta Alonso con quien tuvo dos hijos Gabriel y Javier. Gabriel, Dr. en Filosofía y Letras y Javier, médico, haciendo su residencia en Cardiología; de ambos Alberto siempre, se demostraba sumamente orgulloso como solía comentarme en nuestras charlas de café al salir del hospital.
Alberto fue, siempre, una persona muy estudiosa, gran lector, dueño de una rica cultura general, siempre recuerdo sus comentarios con las profesoras de lengua o literatura sobre los libros que solía leer.
Pero retomando la idea siempre le atrajo la docencia por lo que juntos nuevamente realizamos el Curso Superior Universitario de Especialista en Endocrinología dirigido por el Profesor Dr. Rodolfo Pasqualini y luego comenzamos la carrera docente para ser profesores en la facultad. Asimismo, seguimos asistiendo al Hospital Ramos Mejía adonde nos habían trasladado cuando se produjo el cierre del Hospital Rawson. Alberto podría haber continuado en el hospital Durand como Jefe de Residentes, pero por distintos motivos prefirió encaminarse hacia su profesión y la docencia que lo llevó a recalar en el servicio de Endocrinología del Hospital de Clínicas a cargo del Dr. Oscar Bruno, en su momento como Docente Autorizado en Clínica Médica. En este servicio no sólo desarrolló su actividad asistencial y docente sino que participó en la publicación de numerosos trabajos de investigación. También se incorporó a la Sociedad Argentina de Endocrinología y Metabolismo siendo miembro Titular de la misma. Finalmente, el interés por las áreas metabólicas hizo que se despertara en él la inquietud de desarrollar más la nutrición, diabetes y obesidad, motivo por el cual se incorpora a la Sociedad Argentina de Obesidad y trastornos alimentarios, en donde desarrolla una brillante tarea institucional para finalmente alcanzar la Presidencia que ejerció durante estos dos últimos años.
De Alberto quiero rescatar no sólo su bondad personal, su ética y seriedad profesional sino su mesura para exponer sus ideas y por sobretodo su extraordinaria fuerza de voluntad, su compromiso permanente con lo que él consideraba su deber. Así lo recuerdo yo cuando ya aquejado por la enfermedad, igual continuaba atendiendo a sus pacientes y desarrollando las actividades institucionales a las cuales pertenecía.
Con estas palabras espero haber podido transmitir lo más fielmente posible la personalidad del Dr. Alberto Livov, a quien hoy recordamos y despedimos a través de la Sociedad Argentina de Endocrinología y Metabolismo
En nombre de todos los colegas te damos el adiós y te agradecemos haber compartido con nosotros todos estos años

Tu amigo
Fernando Manuel Escobar