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Revista Pilquen

versión On-line ISSN 1851-3123

Rev. Pilquen  n.10 Viedma ene./dic. 2008

 

ARTÍCULOS

El confín maldito: viajeros al Estrecho de Magallanes (Siglo XVI)

María Jesús Benites
Universidad Nacional de Tucumán - CONICET

Resumen
El Estrecho de Magallanes fue el punto más lejano e inhóspito del poderío español en el Nuevo Mundo. En este trabajo me acerco a un corpus integrado por los escritos de quienes participaron o comandaron tres de las expediciones que solventó la Corona Española a lo largo del siglo XVI: la de Fernando de Magallanes (1519), Juan de Ladrillero (1557) y Pedro Sarmiento de Gamboa (1579 y 1581).

Palabras clave: Estrecho de Magallanes; Siglo XVI; Colonización; Relatos de viajes; Espacio geográfico.

The damned limit: travelers to the Strait of Magellan (XVIth century)

Abstract
The "MagellanStrait" was the most far and inhospitable place of the New World, during the Spanish colonization process. In this paper I study a corpus wrote by those who participated or commanded three expeditions: Fernando de Magallanes (1519), Juan de Ladrillero (1557) and Pedro Sarmiento de Gamboa (1579 and 1581).

Key words: Magellan Straight; XVI the Century; Colonization; Travel stories; Geographical space.

Recibido: 13/11/08
Aceptado: 20/02/09

Por falta de pilotos o encubierta
Causa quizá importante y no sabida
Esta secreta senda descubierta,
Quedó para nosotros escondida,
Ora sea yerro de la altura cierta
Ora que alguna isleta removida
Del tempestuoso mar y viento airado
Encallando en la boca la ha cerrado.

I.

En estos versos de la Araucana de Alonso de Ercilla y Zúñiga (1569) la fuerza de la sinestesia describe un espacio límite, el confín o término de la Corona Española durante el siglo XVI: el Estrecho de Magallanes. La suposición de que un viento tempestuoso clausuró el paso no es más que un eco de la imaginería popular. Los innumerables infortunios padecidos por los navegantes que recorrieron, enviados por la Corona Española, sus laberínticos canales que intentaron infructuosamente colonizarlo determinó que esas tierras lejanas, en el confín de los confines, fueran consideradas malditas.

En este trabajo me acerco a un corpus integrado por los escritos de quienes participaron o comandaron tres de las expediciones que solventó la Corona Española a lo largo del siglo XVI: la de Fernando de Magallanes (1519), la de Juan de Ladrillero (1557) y la de Pedro Sarmiento de Gamboa (1579 y 1581)

Si bien se ha perdido el diario que redactó Magallanes y muchos otros documentos, entre la tripulación se encontraba un lombardo, Antonio Pigafetta, quien a su regreso a España en 1522 dejó testimonio de los acontecimientos en su Primer viaje en torno al globo1 cuyo manuscrito entregó a Carlos V en calidad de servicio: "De Sevilla fui a Valladolid, ante la sacra Majestad de Don Carlos V a quien no ofrecí ni oro ni plata, sino algo más grato a sus ojos. Le di, entre otras cosas, un libro de mi mano escrito, en el que anoté cuanto nos acaeció a diario en nuestro viaje" (159)2

De la empresa de Ladrillero (1557) encomendada, a pesar del fracaso de numerosas expediciones anteriores, por el Gobernador de Chile García Hurtado de Mendoza, se conserva en el Archivo General de Indias su derrotero conocido como Descripción de la Costa del mar océano desde el sur de Valdivia hasta el Estrecho de Magallanes inclusive.3 Luego de permanecer casi un año en la zona del Estrecho, el marino emprendió el decepcionante regreso. Sólo tres tripulantes (un marinero, uno del servicio y el propio Ladrillero) sobrevivieron a la empresa.4

Como resultado de las reiteradas frustraciones el Estrecho terminó significando para España sólo un punto estratégico como el paso único entre los océanos pero sin valor económico. En un documento colonial (Oyazún Iñara 1975) se subraya la pobreza de las tierras y la poca rentabilidad de su colonización lo que disminuye el riesgo de que otros imperios quieran ocuparlas. Pero la noche del 13 de febrero de 1579 el temido Francis Drake entró al puerto de El Callao en Lima y saqueó el cargamento de las naves. Esta incursión replantea la necesidad de fortificar el paso. Con esta finalidad el virrey del Perú Francisco de Toledo encomendó la tarea de explorar las costas magallánicas con vistas a fortificarlas a una de las más atrayentes y contradictorias figuras que ofrece la conquista y colonización del Nuevo Mundo: me refiero al historiador, soldado, perseguido brujo y frustrado poeta Pedro Sarmiento de Gamboa.5

Dado el éxito de esta incursión sarmientina Felipe II decidió poblar el Estrecho organizando para ello una de las empresas colonizadoras más costosas de su reinado.6 En el Archivo General de Indias se encuentra la instrucción que guía este viaje en la cual no deja de llamar la atención el siguiente asiento: "Primeramente habéis de advertir que por agora conviene que no se entienda que esta armada que se haze es para el estrecho así por lo que toca a los enemigos y poderlos mejor castigar estando desorientados como porque la gente vaya de mejor gala." (Las cursivas son mías)7

Con una engañada tripulación de más de 3000 personas Sarmiento de Gamboa zarpó ostentando el cargo de Capitán General del Estrecho de Magallanes y Gobernador de sus inexistentes ciudades. Entre los años 1579 y 1590 escribió numerosas cartas y relaciones sobre sus incursiones magallánicas que se conservan en el mencionado Archivo.

Ahora bien, lo que primero que se advierte en los textos que analizo es que dan cuenta de una escritura surgida en el marco de empresas colonizadoras oficiales y ponen en escena elementos recurrentes en la pluma de un navegante y viajero: referencia a los avatares y curso de los vientos, a la irregularidad de las corrientes, a la disconformidad de los tripulantes, al estado de las naves y descripción de la geografía: entradas, puertos, alturas de las aguas. Se enmarcan allí las múltiples realizaciones que involucra la escritura del viaje: actas de posesión, descripción de derroteros, detalles de los itinerarios, trazado de mapas, planos, relieves.

Es que en los escritos de los tres viajeros se reconoce como rasgo sobresaliente la relación espacio - escritura ya que ésta revela el recorrido, el desplazamiento del discurrir de la navegación y de las exploraciones terrestres. El itinerario forma parte de la materia textual hasta tal punto que el acto de escribir adquiere un paralelismo con el de trazar un mapa. En las expediciones el acto de escribir es consignado por ese documento oficial que emitido por las autoridades influye y condiciona la mirada y la escritura: las instrucciones que acompañan a los viajeros. 

II. 

Fernando de Magallanes partió con órdenes explícitas que le fueron entregadas antes de la travesía en una Instrucción Real.8 En setenta y cuatro asientos se consignan los puntos esenciales que debía atender a lo largo del viaje. Las acciones que señala el documento se centran en el movimiento económico y comercial y en la demarcación de los puertos y entradas: "La principal cosa que en este viaje habéis de mirar es los asientos de los lugares" (Asiento 26, 128).

En ninguno de ellos se especifica un mandato de escritura que deba ser cumplido por Magallanes. Sí se ordena que los escribanos apunten, a partir de lo que los pilotos digan, "las alturas y los puntos" (Asiento 4) y que consignen en los libros las transacciones comerciales con el detalle de las cantidades y precios. (Asiento 13). En el punto 31 la Instrucción deja constancia de que el acto de escribir se puede ejercer libremente, sin especificar los aspectos que debe respetar esa escritura.

Habéis de mirar que todos los que agora en esta Armada van e adelante fueren, han de tener toda libertad para escribir acá todo lo que quisieren, sin que por vos ni otros ninguna persona les sea tomada carta ni defendido que no escriban, porque nuestra voluntad es que dada uno tenga libertad de escribir lo que quisiere; e si alguna persona tomare alguna carta, vos mandamos que ejecutéis en él las penas que de derecho se deban ejecutar, e a vos parezcan; e si por vuestro mandado se hiciere, vos certificamos que demás de lo que de derecho se deba hacer, mandaremos que se provea como en cosa que nos tenemos por deservidos de vos, e que dello recibiremos mucho enojo9 (130)

Esta instrucción entregada al "Gobernador del Maluco" se ubica en el momento inicial del proceso de sistematización de los datos que se desean obtener sobre el Nuevo Mundo. Es un momento inicial puesto que aún no se especifica la obligatoriedad de la escritura ni se establecen los elementos centrales que deben guiar el ejercicio de la observación, como es el caso de los escritos tanto de Juan de Ladrillero como de Sarmiento de Gamboa.

La materia textual del relato del Primer Viaje redactado por Pigafetta, en tanto, se nutre de las circunstancias vividas. El texto marca un lugar especial en el contexto verbo - conceptual por ser el escrito que habla de tierras hasta ese momento nunca vistas (Mignolo 1982: 60). El lombardo se representa como un estudioso de la geografía y la astronomía y conocedor de los fenómenos celestes, dejando asentado que es el afán de conocimiento el que lo impulsó a emprender la travesía: "Supe que navegando por el Océano se veían cosas maravillosas y decidí asegurarme por mis propios ojos de la veracidad de todo lo que se contaba" (7). En distintos tramos de su texto se refleja la posición de un hombre de saber que trata de interpretar el nuevo espacio: realiza observaciones sobre las diferencias idiomáticas de los pueblos que conocen; procura instruirse acerca de las costumbres de las comarcas que recorren; examina y apunta los cultivos de cada zona. Es por esto que la escritura está acompañada por el trazo del mapa, veintiuno en total. En ellos el viajero delinea todas las islas que circundan coloreando los distintos relieves.10

Ingresa al texto un nuevo gesto que se suma al de la narración y la descripción de lo producido: el discernimiento. El mundo descripto no se caracteriza por el tipo de objeto referido sino por la forma inicial de conocimiento de ese objeto: la experiencia sensible. Pero a pesar de esta postura -podría afirmar cercana a lo científico- que acerca su escritura a la de un compendio sobre el reino natural, el relato es invadido por seres mitológicos. Es en la descripción de los indígenas que habitan el Estrecho donde se activan las imágenes fantásticas.

Pasaron dos meses sin que viéramos ningún habitante del país. Un día, cuando menos lo esperábamos, un hombre de figura gigantesca se presentó ante nosotros. (...) Este hombre era tan grande que nuestra cabeza apenas llegaba a su cintura. (...) Las mujeres no son tan grandes como los hombres; pero en compensación, son más gordas. Sus tetas, colgantes, tienen más de un pie de longitud. Nos parecieron bastante feas; sin embargo sus maridos mostraban estar muy celosos. (...) Son muy glotones; los dos que capturamos se comían cada uno un cesto de bizcochos por día, y se bebían medio cubo de agua de un trago, devoraban las ratas crudas, sin desollarlas. Nuestro capitán llamó a este pueblo patagones (30)

Estas descripciones, basadas en la exageración de las formas del cuerpo y la alimentación, tienen un carácter definidamente grotesco. La figura del indígena es asociada a la de gigante, imagen en la que se conjugan los excesos y deformidades. Los seres que describe Pigafetta no distan, por ejemplo, de las imágenes que crea Francois Rabelais en 1532 para describir a sus memorables Gargantúa y Pantagruel.11 Además, tengamos en cuenta que esta representación es fundante y adquiere tal fuerza cultural que esta mirada sobre los indígenas se mantiene sin variantes considerables en las relaciones de los expedicionarios posteriores.

El viajero no escribe por obligación; su obra es el resultado de un libre ejercicio que le permite seguir un criterio de selección propio. Así se permite referir, en muchos tramos con marcada crudeza, diversidad de anécdotas y situaciones.

La galleta que comíamos no era ya pan, sino un polvo mezclado con gusanos, que habían devorado toda la sustancia y que hedía insoportablemente por estar empapado de orines de rata. El agua que nos veíamos obligados a beber era igualmente pútrida y hedionda. Por no morir de hambre llegamos al terrible trance de comer pedazos del cuero con que se había recubierto el palo mayor (...) Frecuentemente quedó reducida nuestra alimentación a aserrín de madera como única comida, pues aun las ratas, tan repugnantes al hombre, llegaron a ser un manjar tan caro, que se pagaba cada una a medio ducado (41)12

Esta cita del Primer viaje me permite introducir un aspecto central de este trabajo, que da cuenta de la conflictiva relación que se establece entre el hombre y el espacio en el vínculo entre confín e infortunios. Es que estas escrituras invariablemente revelan una conciencia del sufrimiento. En los textos observo dos momentos: uno primero de optimismo frente a la posibilidad de conocer, recorrer o colonizar nuevas tierras; otro, de marcada decepción ante un espacio que se define por su extrema carencia. En ambos momentos se cruzan la rigurosidad de la naturaleza con las contrariedades de un narrador que introduce en la materia textual el propio cuerpo.

Este entrecruzamiento, al que denomino narrativa del desamparo, se apodera paulatinamente de los escritos y los sujetos se reconocen en el desconsuelo permitiéndose inscribir el tormento propio y el de quienes los acompañan. La actitud paradigmática, propia del momento mitificador que menciona Beatriz Pastor en su Discurso Narrativo de la conquista (1983) es revelada, en el caso de Ladrillero, en la concreción de los objetivos exploratorios, en el de Sarmiento en el acto ilusorio de fundación de ciudades. Los padecimientos de un "nosotros" que lucha por sobrevivir en una naturaleza hostil, motivo que atraviesa la narrativa del fracaso, se materializa en estas escrituras que bien pueden denominarse corpóreas (Margo Glantz 1992). Los textos muestran las marcas que la supervivencia en un medio hostil va dejando en los cuerpos.

Vinculado con esta propuesta de narrativa de desamparo es necesario pensar que, a diferencia de aquellos que recorren el espacio caminando, quien navega establece con el barco una proyección de sí mismo. El caminante puede recorrer extensos territorios con un propio medio: su cuerpo. El barco, en tanto, colectiviza la experiencia del viaje y es así como el infortunio empieza a inscribirse en el papel mucho antes del arribo. La experiencia del transcurrir sobre un navío se perfila en los nombres técnicos (sobre todo los surgidos de la lectura de las agujas de marear y el astrolabio), en la lucha de los hombres por proteger las velas de los vientos impetuosos. Asimismo las tensas situaciones que genera la travesía forman parte de la materia textual en la cual siempre está presente el temor al motín y la huida. Al hambre que corroe los cuerpos se suma la broma que pulveriza las jarcias.

Ladrillero y Sarmiento se representan como navegantes. En sus escrituras se advierte una percepción del mundo que pondera el saber empírico y establece una relación científica con el espacio que trasciende en una permanente actitud de búsqueda experimental. Ladrillero recorrió el Estrecho desde ambas costas lo que le posibilitó elaborar una detallada relación donde asentó datos de interés geográfico pero que clausuraban las esperanzas de hallar riquezas materiales en la zona. Su escritura es a la vez la más despojada pero también la más contundente en cuanto a las casi nulas posibilidades productivas de la región.

Este Estrecho son playas de arena, y es fondo limpio la canal, y en algunas partes hacía la boca de la mar, callao movedizo en el arena, grandes y pequeños: á la costa ay pocos puertos hasta llegar a la cordillera.
En todo este estrecho desde la mar del norte hasta llegar á la cordillera que son quarenta y tres leguas el estrecho adentro, no hay marisco ni chocos ni lapas ni yeruas de las de la mar de las que comen, ni pescado se puede tomar en ynuierno: hay obejas y guanacos y venados, pero con el frío en el ynvierno se meten en las montañas donde no se pueden ver hasta el verano, que con el calor deben de llegar á la ribera á los rassos.

El primer escrito de Sarmiento de Gamboa denominado Relación y derrotero del viaje y descubrimiento del Estrecho de la Madre de Dios, antes llamado de Magallanes cumple con la función básica de referir aquello que previamente se ha pedido por medio de una instrucción. Así en la medida que escribe, no sólo configura el territorio sino que, además, la escritura constituye en sí misma un acto de apropiación del espacio que se recorre.

Los avatares de la segunda incursión son referidos en tres relaciones: Relación de lo sucedido a la Armada Real de Su Majestad en este viaje del Estrecho de Magallanes13 (1583), Relación hecha por Pedro Sarmiento a Su Majestad sobre lo sucedido en el Estrecho (1584)14 y Sumaria Relación (1590)15 son textos que surgen de la necesidad de ofrecer una narración como único medio de defensa y de solicitud de recompensas. La escritura de la Relación de 1580 abunda en las descripciones y se acerca a los textos de Ladrillero, la de las tres relaciones sobre el segundo viaje es invadida por lo narrativo.

En estos relatos advierto un movimiento descendente ya que el viajero nombrado por el virrey Francisco de Toledo Cosmógrafo Mayor de los Reinos del Perú, si bien se va transformando por los diversos avatares que lo acosan en un desamparado, nunca se aparta de los objetivos colonizadores. Se entremezclan los motivos que tejen la narración de expedicionarios harapientos con la representación épica de un héroe que desconoce el sufrimiento de quienes lo acompañan.

En sus escritos la narrativa del desamparo se articula alrededor de la imagen del abandono. Abandono en el que convergen la búsqueda infructuosa de auxilio tematizada a través de la carencia de ropa, alimentos, refugio. El deterioro corroe dos elementos imprescindibles para el navegante y viajero: el barco y el calzado. Los pies descalzos y llagados de los peregrinos y las naves que se deshacen y pulverizan, delinean el marco de estropicio que ingresa e invade todos los niveles textuales.

Y cuando llegábamos a hacer noche era bajamar. Allí, las más veces, se hallaba tanto marisco de esto, que toda la noche no hacían sino comer, con que se olvidaban de la falta de comida y hambre que teníamos, que ya se iba sintiendo mucho, mientras más aumentábaseles con pensar que aquello no había de tener fin, y también con ir los más descalzos, porque como toda es gente pobrísima y el viaje duró tanto, si alguno tenía algo, lo vendió en las invernadas de los puertos del Brasil y lo gastó; y los zapatos de la munición se perdieron en la Arriola, y los alpargates que se les dieron en la Ciudad de Jesús, como eran podridos y mareados, durábanles muy poco, que ya llevaban sino los pies llagados e hinchados (Relación de 1584, 39)

Es así como la desventajosa situación del viajero frente a un espacio incontrolable permite observar los distintos registros de una escritura cuyo objetivo es recorrer otros sucesos que la alejan progresiva y sustancialmente de los requerimientos de la Instrucción. Por eso se entremezcla la descripción del paisaje con el sufrimiento, el penoso vagabundeo con la exploración de las costas. Lo que se destaca en Sarmiento es su afán constante de cumplir con el deber asignado. Incluso después de haber sobrevivido a un naufragio en el Estrecho, después de un azaroso retorno a España que le insumió cuatro años de padecimientos y torturas y aunque el tiempo lo haya transformado, parafraseando sus palabras, en una figura fantasmal, en una estantigua desdentada y encanecida, sigue construyéndose en la escritura como un fiel vasallo.16

III. 

Es importante considerar, a modo de conclusión, que el trazado del mapa y la exposición verbal de la geografía que hace el viajero - cartógrafo se constituyen en representaciones verdaderas y concretas de los nuevos territorios. En todos los textos el espacio es una dimensión determinante en su sentido racional y emocional ya que las distancias que se recorren se llenan de significaciones tanto para el que las atraviesa físicamente como para aquél que, desde la distancia y a través de la lectura, las transita con la mente. En algunos casos (Sarmiento de Gamboa), el viajero se aferra a la concreción de su empresa, rasgo que define a la narrativa del desamparo ya que desde este espacio textual no se reconoce el fracaso; si bien existe una conciencia del sufrimiento y sacrificio que implica la colonización de tierras inhóspitas, la empresa no se asume como imposible.

En los textos trabajados se observa que el acto de escribir responde a diversas motivaciones que se sintetizan en dos gestos: el descriptivo que guía los textos de carácter informativo (los más útiles a los fines colonizadores ya que responden a la denominada "Instrucción Real") y el narrativo, el más valioso para el análisis ya que refleja en sus múltiples realizaciones (relaciones de viajes, testimonios, informes, memoriales) los vínculos entre el sujeto que escribe y una naturaleza inhóspita que se le opone. Espacio que, como se revela en estos escritos del siglo XVI, ha trascendido en una escritura que refiere una trayectoria de desamparo, un recorrido de hambre, desnudez, frío, miseria y muerte.

Notas

1. Primer viaje en torno al globo. Todas las citas corresponden a esta edición del Centro Editor de América Latina. También se ha consultado la versión publicada por la editorial El elefante blanco bajo el título Primer viaje alrededor del mundo.

2. En el Archivo General de Indias se conserva el Diario y derrotero escrito por Francisco Albo. En él se consignan desde el día 29 de noviembre de 1519 hasta el 4 de septiembre de 1522 las lecturas de las agujas y de las observaciones celestes. El texto se construye sobre la base de estructuras fijas y repetitivas: "A los 13 del dicho tomé el sol en 356 grados y medio, tenia de declinación 20 grados 32 minutos, vino a ser el altura 33 grados 58 minutos, estábamos en vista de tierra en derecho del río de la Laguna, norte sur con el viento les nordeste, íbamos al oes sudueste, y el día fue martes". De manera lacónica se evocan algunos detalles sobre las tierras que recorren. Hay un silencio absoluto sobre los acontecimientos centrales del viaje como los motines y la muerte de Magallanes.

3. El texto de Ladrillero se encuentra en el Archivo General de Indias de Sevilla en el Patronato 33, N° 1, Rama 1 del año 1558, bajo el nombre de Descripción del Viaje de Juan Ladrillero. Como contenido figura el siguiente: Descripción del viaje que hizo Juan Ladrillero para terminar de descubrir el Estrecho de Magallanes y sus tierras desde los últimos límites de las provincias y gobernación de Chile hasta dicho Estrecho. El detalle del contenido consigna: Describe las alturas, señales de tierras, su calidad, trajes y maneras de los habitantes de cada provincia o bahía, tiempos de permanencia en ella y en los meses del año, altura de la costa, y como se corre, señales de bahía y puertos, distancia de lo que cada una entra en la tierra adentro, brazos que en ellas hay y armas que usan. La trascripción que se reproduce pertenece al texto de Pastells.

4. No se conoce con exactitud ni la fecha ni el puerto al que llegó Ladrillero después de su incursión magallánica, aunque es muy probable que haya sido el de Valdivia o el de Concepción.

5. Sarmiento de Gamboa (¿1532?- 1592). Llegó a América en 1550, permaneció en México y luego pasó a Lima. Con el arribo de Francisco de Toledo (1569), afianzó sus vínculos con el poder virreinal en Perú. Designado Historiador y Alférez de la comitiva que acompañó al Virrey en su Visita General por los Andes, emprendió la redacción de una historia sobre el incario que apoyaba el proyecto político toledano demostrando con argumentos válidos la ilegitimidad de los incas como dueños de la tierra. Él mismo se atribuye la captura del rebelde Túpac Amaru y encabeza la campaña contra los chiriguanos. Su afición por ciencias ocultas, como la nigromancia, lo enfrentan en más de una oportunidad con la temible Inquisición limeña.

6. La flota estaba conformada por más tres mil hombres y mujeres distribuidos en veintitrés naves. Este elevado número lo conformaban seiscientos soldados que iban a Chile acompañando al nuevo Gobernador: Álvaro de Sotomayor; trescientos cincuenta pobladores; el resto lo constituían tanto los soldados afectados a las futuras fortificaciones del Estrecho, como los marinos. Véase Armando Braun Menéndez, "Introducción" en Viajes al Estrecho de Magallanes.

7. Documento inédito encontrado en el Archivo General de Indias.

8. En el Archivo General de Indias se conserva en el Patronato 34, Rama 8, una copia de la extensa Instrucción dada por Carlos V a Fernando de Magallanes. La Instrucción está firmada en Barcelona el 8 de mayo de 1519. En la Colección de los Viages y descubrimientos que hicieron por mar los españoles de Martín Fernández de Navarrete (Edición de 1946, Tomo IV, 121 - 141) existe una transcripción del documento. A esta edición pertenecen las citas.

9. No deja de sorprender la dureza con la que se ordena actuar si alguien impide el libre ejercicio de la escritura.

10. Los colores utilizados responden a técnicas convencionales: el mar, en azul; la tierra, un color hollín, las montañas en verdes, y las casas o chozas, blancas. En un mapa hay una piragua, y algunos árboles de especias. Desde fines del siglo XIII se empezaron a dibujar algunas cartas geográficas que señalaron un rompimiento con la tradición medieval ya que se basaron en las observaciones hechas directamente durante las expediciones marítimas, por medio de instrumentos como el compás náutico, la aguja de marear o la brújula. Estas cartas se conocen con el nombre de portulanos. Ver Eli de Gortari (1991) "Antecedentes científicos y técnicos del descubrimiento", en Ideas y presagios del descubrimiento de América, Leopoldo Zea (comp.), México: Fondo de Cultura Económica.

11. Los viajeros y conquistadores del Nuevo Mundo, desde Américo Vespucio, Hernán Cortés y Alvar Núñez Cabeza de Vaca, Cieza de León, entre muchos otros, mencionan la presencia de estos seres fabulosos. Pero en el contexto americano la presencia de gigantes implicaba un estadio anterior a lo humano ya que se habían apartado de la creación divina al exceder por su altura los límites de la creación. En el Tesoro de la Lengua Castellana de Covarrubias se lee en el registro Gigante "Pero oy día, los descubridores de las Indias, han hallado una tierra que llamaron de los Gigantes, por aver en ella hombres disformes en estatura, y cuentan que cogieron a uno de los españoles y le echavan de uno a otro, recibiéndole en las manos, jugando con él un corro dellos a las bonitas, como si fuera pelota".

12. En la novela Maluco de Napoleón Baccino, el personaje ficticio que narra la historia, refiere de la siguiente manera el estado de desazón que vivieron en el Estrecho: "Entonces un día, a mediados de marzo, cuando ya no es posible continuar porque aquellas endemoniadas aguas negras amenazan con despanzurrar los cascos, ya desvencijados, y el viento golpea con su garrote los palos y las vergas, ya sin velas, hechas jirones; cuando ya casi no se escuchan las voces ni órdenes, sino rezos, cuando el frío y la oscuridad de aquellos mares se instala como una médula en el alma de cada uno, y uno siente miedo y asco de sí mismo; cuando parece que hemos llegado al fondo del pozo y ya ni se discute porque todo el mundo piensa que ahora sólo nos queda regresar; entonces la noticia que nos paraliza (...): don Hernando ha decidido pasar allí el invierno (1997: 136)

13. Firmada el 1 de junio de 1583 en Río de Janeiro. Manuscrito del A.G.I. P. 33, N° 3, R. 27. Está escrito íntegramente de puño y letra por Sarmiento de Gamboa en ochenta y cinco folios de ambos lados, más un folio en blanco y dos de carátula y cubierta. Bajo esta denominación la publica Rosenblat (191 - 290: T. I) copiada de Pastells (561 - 645).

14. Firmada el 18 de septiembre de 1584 en Pernambuco. Manuscrito del A.G.I., P. 33, N° 3, R. 46. Posee treinta dos folios escritos de ambos lados, más la carátula y tres folios en blanco. La letra no es Sarmiento de Gamboa. El documento fue publicado por Pablo Pastells como Relación hecha por Pedro Sarmiento a Su Majestad sobre lo sucedido en el Estrecho cuando allí se quedó y fundó dos ciudades. (pp. 664 - 719).Bajo este mismo título aparece en Ángel Rosenblat (9 - 71: T. II) de donde se han extraído las citas.

15. Firmada el 15 de septiembre de 1590 en El Escorial. Manuscrito del AGI. P. 33, N° 3, R. 68. El documento es extenso y posee setenta y siete folios escritos de ambos lados, más uno en blanco y la carátula. La letra no es la de Sarmiento de Gamboa quien ha escrito en los folios 76 y 77 v° y r°. El copista ha ubicado en la parte superior de la primera hoja el título de Sumaria relación de Pedro Sarmiento de Gamboa governador y capitán general del Estrecho dela Madre de Dios antes nombrado de Magallanes y delas poblaciones en el fechas y q' sean de fazer por V. Magestad. Bajo esta misma denominación la publica Rosenblat (73 - 167, T. II) quien afirma haberla reproducido de la Colección de documentos inéditos de Luis Torres de Mendoza, Madrid: 1866. (Tomo V, 286 - 420). Las citas utilizadas corresponden a la edición de Ángel Rosenblat.

16. Los últimos años de este navegante estuvieron marcados por el infortunio. Tras haber permanecido cuatro meses en el Estrecho, naufragó, durante un derrotero, en un batel hasta las costas de Brasil. Allí, permaneció más de un año esperando ayuda de España. El 22 de junio de 1586 partió de Bahía. A los pocos días el barco fue asaltado por piratas ingleses. Sarmiento fue tomado prisionero y llegó a Inglaterra en agosto de 1586, donde se vinculó a los círculos del poder y obtuvo de la Reina su libertad. En el viaje de regreso fue capturado en Burdeos por los hugonotes quienes lo encarcelaron en el denominado Castillo Infernal durante trece meses. En total Sarmiento estuvo preso tres años. Regresó a España a principios de 1590. Nunca pudo volver al Estrecho. Para indagar más detalles sobre la biografía de Sarmiento, véase José Miguel Barros Franco (1982), Ernesto Morales (1946), Ángel Rosenblat (1947), Amancio Landín Carrasco (1945), entre otros.

Bibliografía 

Textos

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Teórica

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