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Revista Pilquen

versión On-line ISSN 1851-3123

Rev. Pilquen  n.11 Viedma ene./dic. 2009

 

RESEÑAS

Gabriela Caretta e Isabel Zacca, (comps.) Para una historia de la Iglesia. Itinerarios y estudios de caso. Salta: CEPIHA, Universidad Nacional de Salta, 2008, pp. 406.

Rocío Guadalupe Sánchez
Universidad Nacional de La Pampa

Recibido: 30/10/09
Aceptado:
15/12/09

La compilación realizada por las historiadoras Gabriela Caretta e Isabel Zacca es un ejemplo de las transformaciones producidas en el campo de la Historia de la Iglesia Católica, de la renovación y el avance historiográfico ocurrido en las últimas tres décadas que permitió mirar la historicidad de las instituciones y experiencias religiosas como objetos de estudio. El corpus de trabajos que compone el libro es el resultado de debates y discusiones de los investigadores que participaron en las Primeras Jornadas de Historia de la Iglesia en el NOA (octubre del año 2006). El principal objetivo del libro, mediante la exposición de nuevos temas, problemas, propuestas metodológicas, discusiones, planteos teóricos y conceptuales es abrir nuevos caminos para la reflexión y la interpretación.

La historiografía sobre la Iglesia tuvo dos grandes momentos, antes y después de 1983. Durante el primero se construyó y consolidó la idea de "nación católica" y quienes realizaban historia eclesiástica eran miembros directos o "simpatizantes" católicos. De este modo resultó imposible construir un espacio para el diálogo entre las investigaciones tanto católicas como laicas. Con la vuelta de la democracia en 1983, se retomaron los problemas vinculados con el catolicismo, emergió una "nueva" historia de la Iglesia, germinaron nuevas perspectivas de análisis, nuevos grupos de trabajo y nuevas publicaciones; el campo de estudio se amplió y diversificó, pretendió incorporar a la institución eclesiástica en las múltiples dimensiones de la historia nacional.

En este sentido, uno de los desafíos consiste en buscar las "continuidades" en la historia de la Iglesia para poder dilucidar, entre otras cosas, las relaciones entre esta última y la sociedad global. Estos debates y discusiones se pueden realizar porque "hoy, sin las ataduras de ninguna confesión y sin constreñimiento intelectual alguno es posible encarar el estudio sistemático de la religión y la religiosidad en el marco de la disciplina histórica" (p. 82). Sin duda nos encontramos ante un campo de estudio que crece y se encuentra en proceso de consolidación, una "nueva historia de la Iglesia" que no implica hacer a un lado la producción anterior, sino intentar nuevos cruces interdisciplinarios, intervenir en los debates actuales de las Ciencias Sociales sobre el papel que ocupa o debería ocupar la religión.

La compilación se estructura en tres partes, una introducción en la que se realiza una presentación de los temas tratados, una primera con los "Nudos problemáticos y planteos historiográficos" y por último los "Estudios de caso y experiencias de investigación". En la primera parte se indagan problemas y preguntas radicales para la Historia de la Iglesia, que se podrían dividir en cuatro ejes temáticos. El primero refiere a las discusiones en torno al concepto de "Iglesia Colonial" junto al problema de la institucionalización de la Iglesia. Roberto Di Stefano plantea la necesidad de repensar en clave histórica y procesual la definición, el uso y los alcances del concepto de "Iglesia Colonial", para dejar de lado el supuesto de que en el mundo colonial existió una institución eclesiástica. A partir de dicha reflexión el autor discute la cuestión de las relaciones entre la Iglesia y el Estado, es decir, cuándo y por qué la Iglesia puede ser considerada una institución. A su vez, Di Stéfano hace referencia a debates y discusiones que servirían para evitar pensar el siglo XVIII y parte del XIX como un momento en el que el Estado sojuzgaba a la sociedad estamental y atacaba a la Iglesia, es decir, el esquema dicotómico Estado vs. Iglesia. Por último analiza el caso de la creación del Obispado de Salta con el objetivo de realizar un aporte a las discusiones y debates mencionados.

En el segundo eje se atiende la cuestión de la conformación de los sistemas simbólicos en América Latina y los "grados" y efectividad de la dominación española. El trabajo de Jaime A. Peire intenta llenar el "agujero negro" que dejó la historiografía, el "secreto" de una dominación ininterrumpida desde la mirada de las clases "dominadas".

El tercer eje plantea las problemáticas en torno a la relación entre el clero y la política, la discusión sobre la dinámica y los trayectos del proceso de conformación de los campos políticos y religiosos y la capacidad explicativa del concepto, teoría o paradigma de la secularización. María E. Barral estudia el clero bonaerense en la década de 1820 y examina los cambios que acontecieron en un contexto de naciente secularización y fuerte politización, es decir, cómo los sacerdotes debieron redefinir sus estrategias sin perder -junto con otros nuevos actores- el lugar de mediadores sociales. Las conclusiones muestran que el nuevo orden le otorgó el lugar de "funcionarios" que, junto a la necesidad de luchar por el liderazgo comunitario provocó la redefinición de su politización; la utilización de nuevas armas de la política evidenció la transformación del modo de dirimir los conflictos.

Valentina Ayrolo plantea una propuesta para pensar el problema de la separación de las esferas política y religiosa que consiste en la conceptualización de las relaciones de poder en el espacio a partir de 1820 en términos de provincias-diócesis. La autora sugiere la unión de intereses entre el Estado y la Iglesia, y se focaliza en el caso del clero secular cordobés. Este último no estuvo separado de la política sino que mantuvo un compromiso con ella, situación que le permitió ganar mayores espacios de acción en la sociedad en detrimento del clero regular. Se constituyó un "campo de entendimientos", asevera la autora, entre las esferas civil y eclesiástica y se creó una lógica de mutua legitimación. Ayrolo ubica la viabilidad del acuerdo y la participación del clero diocesano en la conformación de la Provincia-diócesis, en el origen social común de sus miembros.

Por último el interrogante-problema referido al momento en que aconteció la división entre las esferas política y clerical es el aspecto central del trabajo de Nancy Calvo. Su planteo parte de la afirmación que la dimensión religiosa es un elemento clave para la comprensión de lo político y viceversa. La autora afirma que durante 1810-1822 se cristalizó dicha separación, la sacralización de la política y la politización de lo religioso. En el cuarto y último eje Patricia Fogelman, Claudia Touris y Alicia Fraschina presentan, desde diferentes esferas, el panorama actual de la historiografía sobre la Iglesia. Fogelman presenta una síntesis de la renovación historiográfica a partir de 1984 y menciona los cambios surgidos específicamente en la historia de la Iglesia. En relación a esto último, propone estudiar desde una perspectiva de la Historia Cultural, la construcción y consolidación del culto mariano en el área suramericana colonial. Dicho análisis abriría una ventana, en palabras de la autora, hacia una mejor comprensión del cambio histórico. Touris se pregunta cuáles fueron las transformaciones y dificultades por las que se desenvolvieron los estudios de la historia de la Iglesia y del catolicismo del siglo XX y qué experiencias institucionales extendieron las investigaciones al campo de la religión y la sociedad. Se propone deconstruir el mito de la "nación católica" a través de nuevas explicaciones -y en estrecho diálogo con otras disciplinas como la antropología, geografía y la sociología- referentes a la conformación y desarrollo del campo religioso en la Argentina. Por último, Fraschina se ocupa de observar el tipo de tratamiento historiográfico que tuvo la historia de las monjas y las beatas en la América Colonial. Es interesante ver cómo este tema ganó su espacio en el campo científico en el mismo momento en que surgía la historia de las mujeres, las teorías de género y emergían la Historia Social y Cultural.

La segunda parte del libro la conforman un grupo de estudios de caso que podrían agruparse alrededor de cinco temáticas-problemas: la religiosidad, las representaciones y los imaginarios; la cuestión de la configuración social y política de instituciones y actores, particularmente en el momento de la crisis colonial y en la primera etapa del Virreinato del Río de la Plata; la relación educación y religión; la cuestión de la institucionalidad católica hacia fines del siglo XIX y durante el XX y por último el por qué de los estilos neogóticos de edificios religiosos en la ciudad de Buenos Aires. A los fines de la presente reseña se expondrán sólo algunos de los trabajos que ilustrarían cada uno de los ejes citados.

Dentro de la primer temática-problema, José D. Jiménez, desde una perspectiva teórico filosófica, estudia el mundo religioso del pueblo Calchaquí, sus significaciones heredadas, el espacio de la imaginación en el tiempo del símbolo, y busca responder el interrogante referido a cuáles fueron los resortes desplegados por el hombre calchaquí para llegar al momento presente. Victoria Cohen Imach se adentra en el mundo de las representaciones y explora los alrededores de un convento cordobés de carmelitas descalzas a mediados del siglo XIX. Analiza un reglamento de viaje que se realizó para el traslado de tres monjas con el objetivo de aportar al conocimiento de las representaciones sobre monjas delineadas por eclesiásticos.

En relación con el segundo eje temático, Oriana Inés Pelagati, a través del caso del intento de creación del obispado de Cuyo en los primeros años del Virreinato del Río de la Plata, estudia la conformación del espacio eclesiástico, las disputas por los recursos y las aspiraciones de la elite local. Con respecto al eje educación-religión, Susana Shirkin examina la actividad educativa que desarrolló en Salta la Congregación de los Canónigos Regulares del santísimo Salvador de Letrán en la primera década del siglo XX. Este caso se analiza a la luz del conflicto por el espacio material y simbólico entre la diócesis salteña y la elite liberal. Alejandra Landaburu focaliza sobre la congregación salesiana en Tucumán, su proyecto y estrategias educativas que llevaron a cabo durante los primeros tiempos de su establecimiento (1916) en dicha provincia. Hace referencia también a la influencia de los sacerdotes no sólo en los sectores populares sino también en los sectores de clase media y la creación de una red de apoyo conformada por laicos.

Entre los seis trabajos que se relacionan al cuarto eje temático, se señalarán tres. Silvina Daniela Roselli, trabaja el caso del primer Círculo de obreros del NOA denominado "Centro Católico" fundado en Tucumán a fines del siglo XIX. A partir de la exposición de varios conflictos, la autora indaga sobre la función de dicho Centro y las luchas por el poder a su interior. María Mercedes Tenti, a partir del caso de la creación de Acción Católica en Santiago del Estero, profundiza sobre su conformación, la participación y el rol que desempeñó en la sociedad civil y los ámbitos en los que se desenvolvió para alcanzar el objetivo de organizar al laicado en la lucha contra el liberalismo y el socialismo. Lucía Santos Lepera, realiza una primera aproximación a la historia de la Iglesia tucumana y la relación con el gobierno provincial entre 1943 y 1946. En su investigación señala que, en un país cada vez más politizado y dividido, la Iglesia emprendió una "retirada silenciosa", situación que refleja las contradicciones de una institución que parecía compacta.

En referencia al último eje temático, Ofelia Manzi estudia cinco capillas y junto con los recursos de la cátedra de Historia del Arte Medieval de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires pudo identificar el revival gótico como un estilo que selló un particular sentimiento religioso cristiano.

Para concluir la presente reseña es relevante destacar que la compilación constituye un aporte al conocimiento de las problemáticas específicas de la Historia de la Iglesia y un estímulo para aquellos investigadores especializados en el tema. Aunque la gran amplitud cronológica y espacial de los trabajos podría causar alguna dificultad para seguir la línea argumental, hay que subrayar que, al ser una compilación que tuvo sus orígenes en jornadas de investigación, es comprensible la decisión editorial. Los trabajos dan cuenta de la complejidad y variedad de problemáticas que presenta este campo de estudio en la actualidad. Se historiza la Iglesia y las formas de religiosidad y se muestran los profundos cambios que se produjeron en la perspectiva teórico-metodológica.

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