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Revista Pilquen

versión On-line ISSN 1851-3123

Rev. Pilquen  no.12 Viedma ene./jun. 2010

 

NOTA

El carácter de las reformas sociales durante la década de los años cuarenta del siglo XX en Costa Rica

Gerardo Contreras
gcontre25@gmail.com
Universidad de Costa Rica

Recibido: 02/06/10
Aceptado:
16/06/10

INTRODUCCIÓN

Nada más propicio, en esta época en que estamos conmemorando el Bicentenario de la Primera Independencia de América Latina y el Caribe, para llevar a cabo diversos tipos de reflexión sobre hechos realmente significativos en el decurso de la historia de nuestras sociedades. De ahí surge la inquietud, de escribir este ensayo sugerente, pues abordaremos aspectos esenciales de un corto período histórico en la década de los años cuarenta del siglo XX, los cuales han sido altamente significativos para la sociedad costarricense.

Nos referimos a las Reformas Sociales que se suscitaron en condiciones histórico-concretas muy particulares, y dentro de estas particularidades, es fundamental, plantear las inquietudes o problemas de las colectividades en términos de conciencia. Más aún, para poder tener una comprensión de la dinámica social de Costa Rica, es preciso tomar en consideración la apreciación de los historiadores Ana María Botey y Rodolfo Cisneros, cuando enfatizan

Para comprender el desarrollo del capitalismo en Costa Rica, es importante remitirse a las condiciones que prevalecieron en el país durante la época colonial. La ausencia de grandes concentraciones indígenas, el desconocimiento de la existencia de metales preciosos, la lejanía de los centros político-administrativos de la Corona Española y la ausencia de vías de comunicación provocaron, en este territorio rasgos específicos en su evolución posterior.1

Haremos un esfuerzo por pensar y repensar, estudiar y reestudiar una faceta de nuestra historia patria, eso sí, desde una óptica de la Historia No Oficial Emancipadora, la que nos permita asumir una postura crítica, rigurosa, en apego estricto al desarrollo de los acontecimientos, vale decir, pensar y escribir la historia, como lo que es, como ciencia.

LAS REFORMAS SOCIALES: UN PARADIGMA EN LA HISTORIA DE COSTA RICA

Ya desde los inicios del siglo XX, se había gestado un movimiento popular que planteaba luchas reivindicativas en aras de mejorar de algún modo su nivel de vida. En lo fundamental, se trataba de artesanos quienes se habían organizado, unos en sociedades mutualistas, y, otros en incipientes sindicatos. Cabe destacar, el rol que jugaron en la dinámica de estas entidades gremiales, educadores de una sólida formación pedagógica y de sólidos estudios de teoría política (anarquismo, socialismo, marxismo, liberalismo) Estos trabajadores artesanales -nos referimos a panaderos, zapateros, tipográficos, sastres, ebanistas, y de otros oficios- decidieron acudir al expediente de la Huelga como instrumento de lucha a partir del mes de enero de 1920 y se exigía como punto único, que se estableciera la jornada laboral de ocho horas. Debe enfatizarse en el hecho de que esa huelga, como expresión de sectores artesanales en confrontación con sus patrones, debe ubicarse, ahí, en el escenario de la lucha de clases, sobre todo, en el plano económico.

La huelga, como suele suceder en las confrontaciones sociales, de sectores subalternos contra la clase dominante, tuvo momentos muy tensos, aunque al final el Gobierno de la República, tomó la siguiente resolución.

El Presidente de la República ha apreciado la justicia de las reclamaciones solicitadas. En lo que al Gobierno se refiere ha dictado las disposiciones conducentes a mejorar la situación de los obreros. Por esas disposiciones, la jornada de trabajo queda reducida desde hoy, 4 de febrero de 1920, a ocho horas de trabajo y por lo otro, el salario de los trabajadores ha sido aumentado en un 20%.2

Obviamente este triunfo de la clase trabajadora elevó el nivel de conciencia, y fueron aún más pujantes los esfuerzos por continuar la lucha de nuevas conquistas sociales. En esa perspectiva en los años veinte, se constituyó la Confederación General de Trabajadores y el Partido Reformista; en su plataforma doctrinaria, el líder de este Partido señaló con precisión, la postura de la nueva organización política, de manera tal que el líder Jorge Volio, enfatizó en que

El Partido Reformista desea un gobierno eminentemente nacional, que anteponga los intereses propios a los que en una forma velada sojuzgan nuestra libertad económica en lo interno y por consecuencia nuestra soberanía[...] queremos un gobernante que no sea un títere cuyos hilos manejan a su antojo las cancillerías extranjeras,[...] es decir un carácter representativo que indique que nuestra nacionalidad tiene un perfil, puesto que la Historia nos dice cómo se han perdido los países pequeños por la vileza de sus gobernantes. El Partido Reformista no combatirá los errores de los hombres, sino la estructura social que los modeló;[...] como su acción es constructiva, deja atrás el pasado para mirar por el porvenir.3

Si bien es cierto, que el Partido Reformista trabajó en pos de conquistas sociales, solo tuvo oportunidad de que se le aprobara una Ley, -por lo demás muy importante-; nos referimos a Ley de Accidentes de Trabajo, con la que se protegió tanto a los trabajadores del sector urbano como del campo. La misma se promulgó el 31 de enero de 1925.

Las luchas sociales continuaron, pero como es de todos sabido, el mundo entró en una de las crisis cíclicas del capitalismo más agudas, la así denominada Crisis de 1929; en el caso de Costa Rica, se dio la siguiente circunstancia

[l]a crisis se originó por una contracción interna que se inició en el sector agroexportador de la economía, el más importante de la producción nacional, puesto que hacia él se orientaban los capitales nacionales y extranjeros en nuestro país. Posteriormente, la crisis se trasladó a la esfera fiscal,[...] dado que los principales rubros de ingreso del Estado provenían de los aranceles aduaneros. La crisis fiscal se tradujo en una crisis monetaria que se expresó en la disminución del medio circulante.4

Los efectos de esta crisis económica, no se hicieron esperar, los niveles de desocupación en los más diversos rubros de la producción fueron realmente alarmantes. Fue en esta coyuntura económica y política, que un grupo de estudiantes de Derecho y trabajadores artesanales, se dieron a la tarea de crear una instancia organizativa, en lo fundamental como centro de estudio, esto sucedió el 21 del mes de febrero de 1929; a la citada organización se le denominó Asociación Revolucionaria de Cultura Obrera, más conocido como Grupo ARCO.

Con el transcurso del tiempo, los jóvenes Manuel Mora Valverde, Jaime Cerdas Mora, Ricardo Coto Conde, Carlos Marín Obando, Alvaro Montero Berry, Fabián Soto y otros, realmente habían convertido esa entidad en

[u]n círculo de estudios marxistas, y discutían los libros en que se explicaban las experiencias de la revolución rusa y también algunas obras de la teoría marxista. No se limitaron a estudiar la teoría revolucionaria, sino que salieron a la calle a luchar a la cabeza del pueblo contra los efectos de la crisis económica y contra la injusticia social5

Fueron ellos mismos, los que en el año 1931, decidieron que había que superar la estructura de la Asociación Revolucionaria de Cultura Obrera, y constituirse en una organización revolucionaria. Dieron ese salto cualitativo, y el 16 de junio de 1931, fundaron el Partido Comunista de Costa Rica. Desde un primer momento, este Partido Comunista, estuvo delineado dentro de una concepción marxista-leninista, por lo que significó un cambio fundamental en la vida política costarricense, en la medida en que esta nueva organización expresaba la reivindicación genuina de la clase trabajadora. En su primer programa político, se advierten cuestiones fundamentales, de una organización marxista-leninista, tales como

[t]odo el poder político para la clase trabajadora... el Partido Comunista busca la implantación del socialismo en nuestro país como fin último... forjar una alianza obrero-campesina.[...] eliminar el latifundio e impulsar la explotación socializadora por y en favor de los campesinos pobres[...] control de los salarios por parte de Consejos de Obreros y Campesinos.6

Se nota en esta primera etapa, una influencia muy marcada de las tesis de Lenin, que ya había expuesto en sus trabajos tales como, El Programa Agrario de la Social Democracia Rusa, Dos Tácticas de la Social Democracia en la Revolución Democrática, Informe de la Comisión para los Problemas Nacional y Colonial. Desde un primer momento, el recién fundado Partido Comunista trabajó arduamente por desarrollar y poner en práctica una estructura orgánica a lo largo y ancho de todo el territorio nacional.

EL PARTIDO COMUNISTA DE COSTA RICA Y LA INTERNACIONAL COMUNISTA

Aunque formalmente los comunistas costarricenses no se habían adherido a la Tercera Internacional, o más popularmente conocida como Internacional Comunista, ellos en su praxis aplicaban la tesis central de la Internacional, la cual era denominada Clase contra Clase, tesis aprobadas en el V y VI Congreso, las cuales sentenciaban

El congreso reafirmó el planteamiento leninista de que el capitalismo se hundiría como resultado de la agravación de todas las contradicciones del sistema capitalista, tanto interiores como exteriores, a consecuencia de la lucha revolucionaria de los trabajadores. [...]El congreso llamó a todos los partidos a intensificar en grado máximo su labor en los sindicatos y la lucha por la unidad del movimiento sindical en cada país y a escala internacional.7

Fue con la beligerancia de estas tesis, aplicadas en el quehacer cotidiano de la lucha, que el Partido Comunista de Costa Rica organizó y dirigió tareas como las Marchas de los Desocupados, la organización sindical de artesanos por oficios, pero eso sí, con una educación política, de que se estaba en una lucha contra la clase hegemónica, la clase explotadora y esas posturas fueron llevadas al Parlamento, a los Concejos Municipales, a las calles y en 1934 a las enormes plantaciones bananeras de la zona atlántica del país, y ahí se fraguó y llevó a cabo la Gran Huelga Bananera, la cual movilizó a más de quince mil trabajadores, quienes laboraban para la empresa estadounidense United Fruit Company.

La particularidad de ese movimiento huelguístico es que fue dirigido no por un sindicato, porque no lo había, sino propiamente por el Partido Comunista, pues como señaló Antonio Gramsci

[l]os rasgos característicos de la revolución proletaria solamente pueden ser buscados en el partido de la clase obrera, en el Partido Comunista... El Partido Comunista es el instrumento y la forma histórica del proceso de íntima liberación por el cual el obrero se convierte de ejecutor en iniciador, de ser masa pasa a ser jefe y guía, de brazo a cerebro y voluntad8

Precisamente, un elemento sustancial en este proceso de lucha de clases desarrollado durante la Huelga Bananera de 1934, es que fue la primera vez en historia de la clase trabajadora costarricense que se logró incidir, organizar y dirigir a un enorme contingente de obreros, propiamente dichos, quienes eran explotados por un auténtico monopolio imperialista, este hecho de por sí, le dio a esa lucha esa particularidad de que los obreros se amalgamaron junto a su vanguardia, y, fueron capaces de demostrar, aquella tesis de Marx y Engels, esbozada al final del Manifiesto Comunista, la cual reza que: "Los comunistas consideran indigno ocultar sus ideas y propósitos... Las clases dominantes pueden temblar ante una revolución[...] los proletarios no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar."9

LOS COMUNISTAS COSTARRICENSES Y LAS TESIS DEL FRENTE ÚNICO OBRERO Y POPULAR

A raíz, del surgimiento impetuoso del nazi-fascismo en el continente europeo, durante la década de los veinte y el primer lustro de los años treinta, el Movimiento Comunista Internacional consideró pertinente replantearse su tesis política de clase contra clase, esto es, del proletariado contra la burguesía.

La idea del replanteamiento no fue por simple ocurrencia, sino que respondió a las nuevas realidades del escenario político, y a una práctica de lucha revolucionaria contra las posturas totalitarias nazi-fascistas. La enseñanza estaba demostrando que para combatir a los nazi-fascistas, se requería desarrollar una política de alianzas con otros sectores sociales y fuerzas políticas. Fue esa realidad y las experiencias acaecidas en varios países de Europa, las que persuadieron al Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista a convocar el Séptimo Congreso de este organismo.

Los planteamientos, el reconocimiento de las experiencias prácticas, el análisis desde una perspectiva marxista-leninista, conllevaron a que en dicho cónclave, se llegara a la conclusión, que para enfrentar y derrotar a los adversarios del movimiento obrero y revolucionario, la táctica y la estrategia en todo el mundo era la conformación de Frentes Populares Antifascistas y Antiimperialistas. Hubo, insistimos, muchas experiencias internacionales, pero sobresalieron en lo fundamental Francia y España

La creación del frente único obrero en Francia y el paso a la política del frente popular hicieron que el movimiento obrero francés ocupara el lugar más destacado entre los países de la Europa capitalista [...] el Partido Comunista de España obtuvo éxitos reales en su lucha por el frente popular.10

Si bien es cierto, hubo una innumerable cantidad de elementos a considerar por parte de casi todas las delegaciones ahí presentes, entre los que se encontraba el dirigente comunista de Costa Rica, zapatero Rodolfo Guzmán; fue el líder comunista búlgaro Jorge Dimitrov, quien esbozó y redactó las tesis centrales, de este memorable VII Congreso de la Internacional Comunista, él planteó

No puede pensarse seriamente que sea posible llevar a cabo de un modo efectivo el Frente Popular Antifascista sin establecer la unidad de acción de la propia clase obrera, que es la fuerza-guía del Frente Popular... Y ¿cómo se plantea la cosa, en realidad? Naturalmente, que en todas partes debemos esforzarnos para conseguir un extenso Frente Popular de lucha contra el fascismo11

Esa nueva directriz, no fue fácil asimilarla por parte del Partido Comunista de Costa Rica, el cual, como lo señalamos antes estaba imbuido de la tesis de clase contra clase. Pero paulatinamente en Costa Rica, se fueron dando otros escenarios de lucha, en los cuales se requirió de la más amplia y combativa unidad. Esto se reflejó por ejemplo en las jornadas de solidaridad con el pueblo español y con la República Española; en la lucha contra las posturas fascistoides del entonces Presidente de Costa Rica, Lic. León Cortés, sobre todo cuando este destituyó el Consejo Nacional Electoral y se le anuló la elección como Diputado al Congreso de la República, al destacado educador, Prof. Carlos Luis Sáenz. Ambas circunstancias políticas se sucedieron en el cuatrienio 1936-1940.

EL PARTIDO COMUNISTA Y SU NUEVA LÍNEA POLÍTICA

Como es de todos sabido, el mundo entero entre los años 1939-1945, vivió inmerso en medio de esa gran conflagración, denominada Segunda Guerra Mundial. En el marco de este hecho histórico, debemos recordar la alianza de la Unión Soviética con Inglaterra y los Estados Unidos de América, a la que se denominó Los Aliados. En otras palabras, la realidad política mundial había cambiado, y ese cambio, de una u otra manera, repercutió en Costa Rica.

Si bien es cierto, el Partido Republicano Nacional (ideología liberal) y el Partido Comunista por espacio de una década habían seriamente confrontado política e ideológicamente, la realidad que es terca, los hizo tener un acercamiento muy concreto. ¿Por qué se dio este acercamiento? Ello obedeció a un reagrupamiento del sector del capital financiero, agro-exportador, comercial, que no aceptaban que el Gobierno de la República de Costa Rica, fuera aliado del Gobierno de los Estados Unidos de América, y más aún, que a raíz del conflicto militar en Pearl Harbor, el gabinete presidido por el Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia, le hubiese declarado oficialmente la guerra a las potencias del Eje (Alemania, Italia, Japón)

Y es que para el caso de Costa Rica, se había venido dando la circunstancia económica de que

En general nuestra agricultura y nuestra industria estaban penetradas por el capital alemán y la banca. Los alemanes tenían enormes influencias, pero el Doctor Calderón, consecuente con la alianza con los Estados Unidos, tomó la decisión de declarar la guerra al Eje, esto hizo que no solo se echó a los alemanes encima, sino a todas las fuerzas económicas que lo habían hecho Presidente12

En esta nueva realidad se fue permeando el acercamiento entre el Gobierno de la República con el Partido Comunista, y ese acercamiento provocó que el dirigente comunista Manuel Mora Valverde dialogara con el Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia, y se planteó lo que sigue

Hablé con él, le expliqué la situación y le dije que estaba a punto de caer, a lo que él respondió: No, no estoy a punto de caer, me estoy cayendo [...] vengo a decirle en nombre de mi Partido que si usted quiere sostenerse puede hacerlo; pero para eso es necesario que cambie radicalmente[...] El pueblo es realista y si el Gobierno da un viraje, el pueblo apoyará al Gobierno y consideramos necesaria que lo dé, porque es indispensable que busquemos la unidad nacional para enfrentarnos a Hitler, que es el primer peligro que tiene ahora planteado la humanidad.

Esa noche prácticamente, quedó hecha la alianza entre el Doctor Calderón Guardia y nosotros.13

Esta alianza, que se va a mantener desde ese momento (1941) hasta el mes de abril de 1948, es una alianza de sectores de la clase trabajadora con sectores de la burguesía anti-fascista, por supuesto cada sector, en diversas circunstancias asume, o posturas unitarias, o actitudes hegemónicas, cuestión, si se quiere muy normal, cuando se ha establecido una política de alianzas.

Es fundamental advertir, que esta alianza tuvo un carácter patriótico, democrático, progresista, a lo largo de su vigencia. No obstante lo anterior, para cada uno de los sectores sociales involucrados en la alianza, esta va a tener su propio carácter, o digámoslo más bien, sus propios intereses político-ideológicos. Precisando más la apreciación anterior, debe apuntarse que para el Gobierno de la República y para el Partido Republicano Nacional, lo fundamental era ganar influencia entre la sociedad, y particularmente, posesionarse como un Partido de la burguesía con posturas reformistas, sin perder la perspectiva de ejercer una influencia en sectores populares.

En lo que concierne al Partido Comunista, este tuvo siempre el interés de obtener influencia considerable en el seno de la clase trabajadora, pues procuró siempre comprender la postura marxista-leninista, de que la fuerza del Partido, radica en la vinculación estrecha con las masas populares; entonces desde esta perspectiva, se puede afirmar desde una óptica dialéctica, que las reformas sociales fueron reformas revolucionarias, en tanto y en cuanto, fueron elementos sustanciales en un proceso histórico de transformación social, el cual implicó dejar viejos moldes del modelo económico liberal para ampliar y fortalecer la democracia costarricense; le asiste la razón al historiador David Díaz, cuando afirma: "En sentido estricto estas reformas venían a ser la realización de las luchas laborales emprendidas desde fines del siglo XIX y que se traducían en el programa mínimo del Partido Comunista, redactado a principios de la década de 1930."14 Además, debe considerarse que cuando se hace la afirmación, de que las reformas sociales -producto de la alianza política republicanos-comunistas-, ellas tienen un carácter revolucionario, esto no se afirma de manera antojadiza, sino que esa alianza y el producto que de ella se derivó, están circunscritas dentro de la estrategia global del Movimiento Comunista Internacional, de la conformación de Frentes Populares Antifascistas.

EL PAPEL DE LA IGLESIA CATÓLICA COSTARRICENSE COMO ALIADA EN EL PROCESO DE LAS REFORMAS SOCIALES

Si bien es cierto que durante la administración del Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia se estableció una alianza política de él y del Gobierno, el Partido Republicano Nacional con el Partido Comunista de Costa Rica -esto en el marco complejo de un mundo en guerra, y no de una guerra cualquiera, sino de un conflicto bélico, en el que la contradicción fundamental era Nazi-Fascismo o Democracia-, la alianza provocó un conjunto de Reformas Sociales, de gran envergadura para la institucionalidad del país, y de hecho para beneficio de la clase trabajadora costarricense.

Entre dichas Reformas Sociales, cabe destacar:

1) Ley de Creación de la Universidad de Costa Rica.
2) Ley de Creación de la Caja Costarricense del Seguro Social.
3) Ley de Código de Trabajo.
4) Capítulo de Garantías Sociales en la Constitución Política.
5) Ley de Creación de Casas Baratas.

Como la alianza había provocado esa legislación social, se consideró pertinente conformar una alianza electoral -toda vez que en Costa Rica, los períodos presidenciales duran cuatro años- con el firme propósito de continuar llevando a cabo más reformas.

En esas circunstancias histórico-concretas, entró a ser parte de la alianza política-ideológica, la Jerarquía de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, y ahí jugó un papel de primer orden el Arzobispo de Costa Rica, Monseñor Víctor Manuel Sanabria y Martínez. Y fue él, quien en el año 1913, le sugirió al Lic. Manuel Mora Valverde, Secretario General del Partido Comunista de Costa Rica, que dicha organización política se cambiara de nombre. El Partido Comunista evaluó esa propuesta, y el día 13 de junio se llevó a cabo una Conferencia Nacional. Entre otros se tomaron los Acuerdos que siguen:

1) Aprobar la disolución del Partido Comunista de Costa Rica.
2) Aprobar la fundación del Partido Vanguardia Popular.
3) Autorizar al Buró para redactar un nuevo programa con base en el último del Partido Comunista.
4) Autorizar al Buró para entrar en conversaciones de alianzas electorales.
5) Publicar un manifiesto sobre estos acuerdos y pedir al Jefe de la Iglesia, un pronunciamiento sobre el nuevo partido.15

El carácter del nuevo nombre que se le consignó al Partido de los comunistas, debe advertirse que fue una acción táctica para romper los prejuicios cultivados por la ideología dominante, para ampliar la imagen partidaria y concretar la alianza con el Partido Republicano Nacional, y para aislar hasta donde fuera posible, a las fuerzas sociales y políticas antipopulares y pro-oligárquicas.

En la historia política de Costa Rica es fundamental conocer el diálogo epistolar, que se estableció entre el Lic. Manuel Mora Valverde y Monseñor Víctor Manuel Sanabria y Martínez, porque él determinó en mucho el curso de los acontecimientos políticos que se dieron en el corto y mediano plazo. En misiva enviada por el dirigente comunista, Manuel Mora Valverde al Arzobispo, le manifiesta:

El Partido Comunista de Costa Rica fue disuelto ayer, en una conferencia nacional... En el mismo acto se constituyó un nuevo partido que se denomina "Vanguardia Popular"... Cree usted, señor Arzobispo que exista algún obstáculo para que los ciudadanos católicos colaboren o concierten alianza con el Partido Vanguardia Popular? ... Al mismo tiempo me tomo la libertad de pedirle un pronunciamiento en relación con la conveniencia de que todo el pueblo se unifique y combata decididamente contra las fuerzas salvajes del Eje totalitario que está amenazando la civilización.16

Esta carta fue contestada por el Arzobispo, Monseñor Víctor Manuel Sanabria y Martínez, en los términos que siguen:

He leído con suma atención tanto su carta de esta fecha como los documentos, el Manifiesto y el Programa del Partido Vanguardia Popular... Tengo más de una razón para pensar que, usted, y también los suyos, al dar el paso que han dado, y cuya trascendencia nacional e internacional es bien evidente, han procedido con sentido realista. Pienso, pues, que la nueva situación creada por aquel acto de la Conferencia Nacional del Partido disuelto, quedan solucionados los conflictos de conciencia que para los católicos resultaran de la situación anterior [...] y por consiguiente sin gravamen de conciencia pueden los católicos que así lo deseen, suscribirlos o ingresar en la nueva agrupación.17

Así las cosas, de cara al proceso electoral que culminaría en el mes de febrero de 1944, se organizó electoralmente la alianza Partido Republicano Nacional. Partido Vanguardia Popular, bajo el nombre Bloque de la Victoria, y obtuvo el triunfo, frente al Partido Demócrata, el cual fue encabezado por el Lic. León Cortés, de orientación ideológica claramente filo-fascista, y por ende, contrario a todo tipo de reforma social en beneficio de la clase trabajadora.

Durante el cuatrienio (1944-1948), gobernó el país el Lic. Teodoro Picado Michalski, y por otro lado el Partido Vanguardia Popular (comunista), aumentó de modo considerable su votación para diputados en todo el país. Como es del conocimiento histórico-político, la situación internacional varió sustancialmente al concluir la Segunda Guerra Mundial, con el triunfo de los Aliados, en 1945. Y Costa Rica no fue la excepción, aquí incidió de modo negativo, la política denominada en el plano de las relaciones internacionales, Guerra Fría.

La alianza Gobierno -Partido Vanguardia Popular- Jerarquía Iglesia Católica, continuó desarrollando algunas tareas, pero la Oposición se sintió envalentonada con la postura asumida por el imperialismo estadounidense. Ya no eran los tiempos de la política del New Deal, del Presidente Franklin Delano Roosevelt, ni de las relaciones internacionales en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Se comenzó a desatar la ola de anticomunismo mundial, y muy particularmente en América Latina, por tanto, Costa Rica no estuvo ajena a tal dinámica. En concreto, durante este segundo período de la alianza Gobierno-Iglesia-Partido Vanguardia Popular, las reformas sociales impulsadas fueron muy pocas, entre ellas:

1- Ley de Creación del Impuesto sobre la Renta.
2- Ley de Creación del Código Electoral.
3- Ley de Creación de Repartimiento de Tierras en las zonas de Turrialba.

Y para debilitar aún más la Alianza, los sectores de la burguesía financiera y comercial, llevaron a cabo un movimiento social, al que se lo conoce como la Huelga de Brazos Caídos; ellos exigieron al Presidente de la República que el Consejo Electoral debía estar integrado por personas pertenecientes a su grupo. El Presidente de la República, Lic. Teodoro Picado, de manera personal, negoció con los huelguistas y les aceptó sus peticiones, demostrando con ello una enorme debilidad política, pero lo peor fue la falta de lealtad absoluta con sus aliados, pues nunca les informó lo que estaba negociando con la Oposición. Se puede afirmar, sin temor a equivocación que el período de quince días que duró la Huelga de Brazos Caídos, en el mes de julio de 1947 fue uno de los más conflictivos de la lucha de clases durante el período de la alianza en pos de reformas sociales

Las contradicciones, las posturas diferentes, los enfrentamientos políticos culminaron con elecciones nacionales en febrero de 1948, las que lejos de resolver institucionalmente la problemática planteada fueron el caldo de cultivo que coadyuvó para que en Costa Rica, del 12 de marzo al 19 de abril de 1948, se produjera ese hecho histórico conocido como la Guerra Civil de 1948. Ésta concluyó con el triunfo de la Oposición posicionando a don José Figueres Ferrer como Presidente de Facto en Costa Rica, y una persecución brutal contra el movimiento obrero y popular.

CONCLUSIONES

Si algo estuvo presente en las luchas fue entre otras cuestiones, el carácter dialéctico de la sociedad, y esto en el más amplio sentido de lo que significa esta categoría. Por ello, en estas conclusiones, me permitiré citar a dos grandes clásicos del pensamiento social, primero a Federico Engels, quien apuntó

Solo una organización consciente de la producción social, en la que se produzca y se distribuya con arreglo a un plan, podrá elevar a los hombres, en el campo de las relaciones sociales... Y el desarrollo histórico, hace que semejante organización sea cada día más inexcusable y, al mismo tiempo, más posible. (Engels; 1961: 16-17)

Ya el estudioso de la historia, E. Hobsbawn advirtió: "Es imposible escribir la historia de una clase determinada aislándola de las demás clases, de los Estados, instituciones e ideas que componen su marco, de su herencia histórica y, obviamente, de las transformaciones sufridas por las economías". (1987: 231)Comprendiendo entonces, que la política es ciencia de realidades, y además, que ella es el arte de lo posible, y llevando esta apreciación a los hechos históricos de la Costa Rica de los años cuarenta, podemos concluir que la promulgación de las reformas sociales, significó un salto cualitativo en el desarrollo de la calidad de vida de esta sociedad.

En el marco de estas conclusiones, es digno de destacar, las Resoluciones de la Cuarta Asamblea Nacional del Partido Vanguardia Popular, llevada a cabo en el mes de junio de 1950. Ahí se valoró que: "Declarar que la política de alianzas con el Partido Vanguardia Nacional fue justa[...]Considerar justo el Acuerdo con la Iglesia Católica en 1943[...]Declarar que fue un grave error del Partido orientarse hacia la anulación de las elecciones de febrero de 1948.18

Notas

1. Véase el texto La Crisis de 1929 y la Fundación del Partido Comunista de Costa Rica, de los historiadores Ana María Botey y Rodolfo Cisneros, Editorial Costa Rica, San José, Costa Rica, pág. 19.

2. Diario Oficial La Gaceta, 4 de febrero 1920, pág. 2.

3. Manifiesto del Líder del Partido Reformista, 22 de febrero de 1923; este documento está inserto en el libro Jorge Volio y el Partido Reformista de la historiadora y abogada Dra. Marina Volio, Editorial Costa Rica, San José, Costa Rica, pp. 103-105.

4. Botey y Cisneros, 1984: 84

5. Herrera García et al. 1971, págs. 9-10

6. Periódico Trabajo; 13 marzo 1932; pág. 3. Todas las referencias al Programa Mínimo se toman de esta fuente.

7. Sobolev, A. et al. s.fe. pág. 269.

8. Gramsci, 1920: 6.

9. Marx y Engels, 1848: 97.

10. Sobolev, A. et al. s.f.e. pág. 361.

11. Dimitrov, J. 1935: 128.

12. Lo anterior fue expresado por el Lic. Manuel Mora Valverde, en una entrevista al historiador Oscar Aguilar Bulgarelli, s.f.e., San José, Costa Rica, pág. 319.

13. Aguilar Bulgarelli, op. cit., pág. 320.

14. Díaz, 2003: 15

15. Periódico Trabajo, 19 de junio 1943; págs. 1 y 4.

16. Hobsbawn, 1987: 231.

17. Ambas cartas fueron publicadas en revista Archivos Nacionales, Números 7-8, (julio-agosto) 1943, pp. 384-389.

18. Documento "Resoluciones de la Cuarta Asamblea Nacional del Partido Vanguardia Popular, 1950" pp. 1-4.

BIBLIOGRAFÍA

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DOCUMENTOS

12. Colección Periódico Trabajo (1940-1948)        [ Links ]

13. Diario Oficial La Gaceta (1940-1948)        [ Links ]

14. Resoluciones de la Cuarta Asamblea Nacional del Partido Vanguardia Popular (1950)        [ Links ]

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