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Revista Pilquen

On-line version ISSN 1851-3123

Rev. Pilquen  no.13 Viedma Jan./Dec. 2010

 

NOTA

¿Sí o no a Wal-Mart en Bariloche?: una perspectiva desde los sectores populares del "alto"1

 

Maximiliano J. Lezcano
mjlladeranorte@gmail.com
Centro Regional Universitario Bariloche - Universidad Nacional del Comahue; CONICET

Recibido: 10/11/10
Aceptado:
11/12/10

 

"a la ciudad [Bariloche] no basta con pensarla desde una perspectiva física sino dando cuenta del proceso histórico social que engendró esta estructura urbana, tanto su dimensión, su densidad y su heterogeneidad, de analizar sus redes sociales, sus fenómenos expresivos, y la tensión de sus memorias."
(Fuentes y Núñez, 2008)

INTRODUCCIÓN

En la ciudad de San Carlos de Bariloche, con uno de los ejidos urbanos más extensos del país (27.455 Ha.) y una estimación mínima de 124000 habitantes (Monasterio et al. 2009a), conviven identidades sectorizadas socio-espacialmente, que a los fines de este trabajo resumimos en "el Centro" de la ciudad de Bariloche, desde la orilla Sureste del Lago Nahuel Huapi hacia el Sur, a partir del Centro Cívico; los barrios de "el Alto", en la parte alta al Sur del Centro de la ciudad y "los kilómetros", hacia el Oeste a lo largo de la costa del lago, hasta Llao-Llao (km 23) (Figura 1) En los años 2008 y 2009 se registra un deterioro económico creciente por la crisis económica internacional, con menor afluencia de turistas y consiguiente reducción de ingresos y de la oferta laboral; a lo cual se suma la reciente pandemia de Influenza A (H1 N1), además de problemáticas locales como los efectos de la lluvia de cenizas del volcán Chaitén en el 2008 y la escasez inicial de nevadas de la temporada invernal 2009.

En 2008 la empresa Wal-Mart comunica la intención de instalar un hipermercado de la línea Chango Más en la zona conocida como "el Alto", a la altura de la intersección de Pasaje Gutiérrez y Ruta 40 Sur, petición en principio aceptada luego de más de un año de trámites administrativos y habiéndose aprobado el expediente según las exigencias del rango III del Código Urbano de Edificación. Sin embargo, el 29 de mayo de 2009 el Consejo Deliberante Municipal rechazó la propuesta, argumentando un perjuicio para los pequeños y medianos comerciantes, presionado por el sindicato de comercio y la empresarial que se movilizó en contra del emprendimiento, así como por organizaciones sociales y políticas contrarias al proyecto.

Las posturas en el Consejo a favor del proyecto se relacionaban con el tema de los precios, sosteniendo que el mercado local es un oligopolio acordado por tres actores, los supermercados La Anónima, Carrefour y Todo, con lo cual la instalación de Wal-Mart introduciría un actor más dentro de la dinámica de la economía de la ciudad. También argumentaban que los supermercados locales, todos alejados del sector de menores recursos del Alto (Figura 1), no ofrecen buenos precios a los barilochenses, apuntando que si las principales empresas que existen actualmente "hubieran ofrecido mejores precios y supermercados en el Alto, no estaríamos discutiendo Wal Mart". Otras acusaciones se referían a que el empresariado local representa "el capitalismo más asqueroso", debido a la falta de "responsabilidad social", agregando que "Estamos en un sistema donde los empresarios son dueños y señores de la ciudad".


Figura 1.
Plano de parte del ejido urbano de Bariloche, que incluye los sectores del Centro y del Alto y barrios citados en el texto. Los círculos rojos indican la ubicación de supermercados.

Los concejales que rechazaron el proyecto, por su parte pedían que se revea el impacto sobre las fuentes laborales, con la expectativa de posible pérdida de muchos puestos de trabajo y la quiebra de pequeñas unidades comerciales. Argumentaban también la cuestión arquitectónica, con el impacto de la obra, en particular en el congestionamiento de tránsito en el sector, considerando contraproducente abrir la puerta a una inversión de ese tipo sin tener regulación específica, en el sentido de tener planificado hacia donde y cómo tiene que crecer Bariloche. Otra objeción se centraba en el impacto socioeconómico en cuanto a la superficie propuesta, ya que es desproporcionada con respecto a las superficies de otros comercios. Por último, la negativa radicaba en parte en la demanda de más tiempo para evaluar el proyecto. Luego de la fuerte polémica desatada en torno al voto negativo del Consejo, las autoridades decidieron convocar a un referéndum popular para votar por SI o NO a Wal-Mart en Bariloche, que finalmente se efectuó el día 30 de Agosto de 2009 (Fuente: "El Deliberante rechazó la llegada de Wal Mart", en http://www.elcordillerano.com.ar, 30 de Mayo de 2009)

La empresa Wal-Mart había pedido un informe a la encuestadora rionegrina de Ricardo Vignoni & Asociados en mayo de 2009, con la finalidad de saber qué piensan los vecinos sobre la construcción y posterior apertura de un supermercado de la cadena Wal-Mart en San Carlos de Bariloche. La encuesta a 1250 personas en salidas de los distintos supermercados y autoservicios que funcionan en diferentes barrios y zona céntrica arrojó, entre otros datos, que el 86 por ciento de los encuestados considera beneficiosa la instalación de Wal-Mart en la ciudad (Fuente: http://www.bariloche2000.com/la-ciudad/noticia-del-dia,20 de mayo 2009)

Por otro lado, la opinión pública no es ajena a los aspectos negativos de esta empresa multinacional, denunciados fuertemente por el director y productor de cine Robert Greenwald en su documental de 2005 Wal-Mart: The High Cost of Low Price (Wal-Mart: El Alto Costo de Los Precios Bajos), que incluyen maltrato laboral, escape de ganancias, quiebre o deterioro de comercios y consecuente desocupación, etc., como parte de los impactos de los grandes hipermercados y del modelo de producción y consumo que estimulan.

Los principales actores sociales involucrados en el conflicto son:barrios populares de "el Alto", la Cámara de Comercio, Industria y Turismo Local, el Sindicato de Comercio con la Asociación Empleados de Comercio (AEC), supermercadistas y otros empresarios, el gremio de la construcción (UOCRA), concejales y otros funcionarios, partidos políticos como el Partido Comunista de Bariloche, ONG como la Asociación Ecologista Piuke y otras organizaciones sociales como la Asociación de Microemprendimientos Productivos, además de vecinos de la ciudad que participan lateralmente, según su nivel socio-económico y forma de pensar.

En este trabajo pretendo mostrar no cálculos económicos, no posturas consabidas, no enfoques hegemónicos; sino la percepción de un sector de la población frecuentemente "invisibilizado", cuya voz ha sido menos escuchada en el conflicto en cuestión. En este sentido, interesa lo que puede pensar el actor individual y colectivo, que desde su urgente presente espera que las cosas cambien para bien, que no deja de resistir a un sistema injusto, desde su posición y en la medida de sus posibilidades. Me planteo la existencia de causas estructurales que subyacen y dan lugar a problemas del presente; problemas que frecuentemente son tratados ahistóricamente desde la superficialidad del día a día del conflicto. El análisis es en principio y sobre todo cualitativo, aunque futuras entrevistas y análisis de fuentes y bibliografía pueden brindar un sustento más cuantitativo a las interpretaciones. Como el artículo se comprende en el contexto previo al referendum, su contenido no fue mayormente actualizado2, salvo en el hecho mismo de que el resultado de la convocatoria popular fue positivo para la empresa Wal-Mart.

FORMAS DE VER Y DE PENSAR LA SOCIEDAD; PASADO Y PRESENTE

Antes de dar voz a los actores sociales que forman parte de este conflicto, es necesario detenerse en algunas consideraciones teóricas e históricas que nos servirán de marco para intentar una comprensión del proceso socio-económico en cuestión. En principio es necesario incorporar el concepto de Bariloche como sociedad heterogénea, que sufre un proceso de fragmentación y marginación social relacionado con aspectos identitarios que tienen que ver con el origen, la ubicación socio-espacial y el nivel socio-económico de sus integrantes. Estas divisiones son de carácter histórico, con manifestaciones socio-económicas variables a través del tiempo.

La hegemonía marcada de ciertos sectores sociales y la estigmatización de otros han sido fuentes de constantes tensiones y resistencias en Bariloche, como sucede entre "el Alto" y "el Centro" de la ciudad o, por oposición, "El Bajo". En el ámbito urbano, la ciudad "imaginada" en ocasiones no coincide con el espacio físico que la define, sino que se refiere a uno o más sectores que son percibidos como tales, marginando al resto. En esta línea, autores como Bacsko (1991) han trabajado el concepto de imaginario social y urbano como una de las fuerzas que regulan y controlan la vida colectiva, ya que a través de los imaginarios sociales se designan identidades y se elaboran representaciones, se distribuyen papeles y posiciones sociales, creencias y modelos formadores. Así, "Designar su identidad colectiva es, por consiguiente, marcar su "territorio" y las fronteras de este, definir sus relaciones con los "otros", formar imágenes de amigos y enemigos, de rivales y aliados".

En cuanto al contenido histórico del conflicto que se analiza y la relación entre pasado y presente, el tema aquí tratado se inscribe en el marco de la "Historia del presente" (Aróstegui 2001) o "Historia reciente" (Franco y Levín 2007), donde la plena vigencia del objeto de estudio y del problema que enfoca el historiador así como su efecto en el presente y su intención de transformarlo conforma una "historia vigente" (Lezcano 2010). Perspectivas como las de la nueva historia política y de una historia desde abajo, analizan a la sociedad permeada por sus componentes ideológicos y políticos y en constante tensión a partir de las relaciones desiguales entre los actores sociales. La microhistoria (Levi 1999), enriquece y complejiza el análisis social por medio del análisis de períodos de corta duración que permiten explicar coyunturas, sin perder de vista el contexto, para alcanzar la comprensión de problemas generales. Este tipo de enfoques asumen que la realidad es subjetiva y diversa, donde la interacción entre investigador y el contexto de trabajo y las mutuas influencias resultantes forman parte de la investigación. Estas y otras perspectivas son necesarias para analizar la posición actual de los sectores populares en el conflicto, que en su historia de exclusión y estigmatización permite remontarnos al ante siglo pasado (ver Méndez e Iwanow 2001), donde se mezcla el imaginario de la época con respecto al "otro" cultural, las ideas del darwinismo social, el genocidio indígena intentado por la "Campaña de desierto" y por parte de la sociedad de la época y el etnocidio practicado posteriormente en nuestro país, al igual que la campaña de "Pacificación de la Araucanía" en Chile, influidas fuertemente por dicotomía entre "civilización y barbarie" plasmada en el ideal sarmientino, vigente hasta bien entrado el siglo XX.

IDENTIDAD POPULAR

Los barrios populares están integrados por trabajadores de diverso origen, aunque con una fuerte impronta de gente llegada de Chile y de las áreas rurales de la provincia, en particular de tramos cercanos de la Línea Sur. En muchos casos se integran precariamente al sistema productivo de la ciudad, en general en el marco de la construcción y desarrollo de la actividad turística (Agüero 2007:25) y en particular a partir de la década del 50 al 70. En esta última década, muchos vecinos de escasos recursos fueron trasladados de las tierras que ocupaban a las zonas periféricas de la ciudad, incluido "el Alto". Como Paula Nuñez (2007:12), utilizaré aquí el término "sectores populares" para designar a un sector heterogéneo de la realidad social de Bariloche que reúne "una diversidad de identidades cambiantes, de límites variables y con dinamismo propio; un áreade la sociedad donde se constituyen sujetos y cuya existencia es el resultado de un conjunto de procesos, objetivos y subjetivos, que confluyen en cierta identidad, en una coyuntura determinada.". Como expresa Romero (1990), "un área de la sociedad donde se constituyen sujetos. Su existencia es la resultante de un conjunto de procesos, objetivos y subjetivos, que confluyen en una cierta identidad, la que aparece en el momento en que, de un modo más o menos preciso, puede hablarse de un "nosotros", sea cual fuera esa identificación."

El conflicto Wal-Mart es una de esas coyunturas que al polarizar la sociedad, reúne sectores internamente heterogéneos pero que mantienen una identidad en común. Entre las tendencias unificadoras en torno a los sectores populares se destacan aquellas que residen en las "experiencias colectivas, en las condiciones de hacinamiento, en el ser parte de minorías étnicas o de colectividades, en la participación en acciones de lucha, en las vivencias de las mismas condiciones laborales" (Núñez 2007:12), así como en las necesidades compartidas, en formas de marginación comunes y, en definitiva, en formas similares de ver, sentir y sufrir la realidad socio-económica del país y de la propia localidad en la que viven. Si bien existe una clara diversidad de situaciones socio-económicas en los barrios populares del sur de Bariloche, destacada por Fuentes y Núñez (2007) y Núñez et al. (2008), es notorio que en este conflicto la identidad conjunta del "Alto" es utilizada como estrategia de bloque ante la oposición con sectores hegemónicos del Centro o "la Ciudad". Esto se ha dado durante el "conflicto Wal-Mart", que les toca más de cerca que a otros sectores de menores recursos, entre los cuales se encuentran: al Oeste del centro de la ciudad, en la zona de "los kilómetros", los barrios Virgen Misionera (km 7) y Villa Llanquihue (km 23), y al Este parte de los barrios "San Francisco" cercanos a la barda del Ñireco (Figura 1)

En los barrios populares de Bariloche las Juntas vecinales se conforman como espacios de resistencia social, donde las mujeres cumplen un rol muy importante y a veces casi excluyente. En este marco, podemos ver a los barrios populares como espacios de resistencia, "de constitución de diversas identidades colectivas, como una construcción histórica cultural antes que una [mera] categoría administrativa de residencia. Se los rescata como escenarios de sociabilidad, de experiencias asociativas, estrategias de incorporación y resistencia al sistema político." (Núñez 2007:15)

LA SOCIEDAD DISOCIADA

En este punto vemos particularmente necesario un marco histórico y contextual del actor social, ya que para entender su posición actual en el conflicto es necesario remontar un proceso socio-económico que le da sentido. El sector de los barrios periféricos de Bariloche denominado "el Alto" es omitido en la literatura memorialística barilochense de la década del 60' Laura Kropff (2005:35), aunque es cierto que remite a décadas previas, o bien según la misma autora se los incluye fugazmente como totalidad homogénea, pasiva y victimizada. Los subalternos de esa historia son los mapuche, calificados según la literatura de "exóticos, grotescos, ignorantes" e invisibilizados por las categorías derivadas de la idea de extinción y los chilenos; "borrachos, viciosos, vagos y peligrosos para la soberanía nacional" (Laura Kropff 2005:35)

Así, la autora destaca la percepción de 'la ciudad de las dos caras', "como conformación de sentido común que constituye un principio de crítica a la imagen de "la Suiza argentina" y está dando cuenta de una nueva construcción hegemónica, ya que aparece reiteradamente en los discursos mediáticos y políticos locales a partir de los 80'." Esta nueva percepción cuestiona la "pureza" de "la cara blanca" a la vez que manifiesta y legitima la presencia de una "cara oscura", generando un nuevo "sentido común" que emerge de procesos sociopolíticos locales (nunca aislados de los macroprocesos) de las últimas dos décadas del siglo XX (Kropff 2005:36)

Sin dudas la estigmatización de los sectores populares en buena medida deviene de su contexto socio-económico, que los define y a la vez los margina, en el marco histórico de una fragmentación y marginación socio-espacial creada. En Bariloche existe una diferenciación espacial que margina claramente a los que menos tienen, a partir de un momento donde la distribución de los asentamientos humildes para las décadas 50'-60' aún era suntuaria, incluso en áreas cercanas al lago, hasta hoy donde nos encontramos ante una polarización socio-espacial total entre "el Centro" y "el Alto", como parte de una fragmentación de la ciudad más diversa y compleja.

La directa relación entre poder adquisitivo, reflejado por ejemplo en los materiales constructivos, y la cota sobre el lago ya era destacada por Abalerón (1992); al comentar que en la década del 60', en el centro se veían casas de material, arriba de la calle Moreno casas de madera y en las afueras casas precarias construidas con materiales heterogéneos que incluían madera, lata, cartón y papel de diario. A partir de la década del 80' se va evidenciando una clara polarización, con amplios asentamientos marginales en los barrios altos, al Sur del Centro.

La historia de desalojos y desplazamientos de asentamientos data de 1903, coincidiendo con la revalorización de la tierra, con ímpetu renovado en la década "infame" del 30' y los desalojos violentos de la última dictadura en la gestión municipal de Omar Barberis (Barrios Mutisias y Arrayanes). Este último es un caso extremo de acción política que se dio en 1977 para contribuir al imaginario de ciudad postal y a intereses inmobiliarios, a partir de una serie de medidas tomadas por la dictadura militar en el marco del Plan de Erradicación de Villas. En plano local significó la adopción de una política destinada a alejar la pobreza del centro urbano y provocó a corto plazo la concentración espacial de la misma en los espacios considerados ajenos a la ciudad. En coincidencia con esta situación aumentan las órdenes judiciales de desalojo de tierras ocupadas. El retorno de la democracia no significó la revisión de la ocupación del espacio o del imaginario del Bariloche postal; silencio en el que se naturalizaron las tendencias consolidadas en períodos autoritarios (Fuentes 2006)

En el caso de la relocalización de la gente de las 34 hectáreas que se llevó a cabo en 1989-1994 (Barrios Unión y 2 de Abril), los funcionarios municipales y de Acción Social prometían servicios e incluso un supermercado (Fuentes 2007:100), que hoy, a más de quince años, aún brilla por su ausencia. Así es como la actual propuesta de Wal-Mart es lo que más se acerca a la expectativa generada desde esa época.

Como expresa Nuñez (2007:14), estamos "[a]nte la imagen de una ciudad ideal que dispositivos mediáticos y estatales contribuyen a sostener y cuyos problemas sociales de violencia, desocupación, fragmentación social y marginación se consideran ahistóricamente derivados de un presente cuyos propios actores sociales, los "sectores populares", serían los responsables". Si embargo, agrega, el hecho es que los conflictos sociales pueden rastrearse hasta los orígenes mismos de la ciudad, aspecto que debería ayudar a superar la falta de operatividad de la argumentación anterior, que no permite pensar en soluciones eficientes porque niegan los conflictos. Para esta autora, "[l]os sectores populares han sido sistemáticamente negados por esta sociedad, llegando incluso a ser disociados de la "ciudad" como tal; sus problemas son vistos como "ajenos" y producto de factores "extraños", actitud que muestra facetas de xenofobia y discriminación" (Núñez 2007:15) Como expresan Fuentes y Núñez (2008), por lo general las representaciones que se construyen desde afuera sobre los barrios populares son las que los identifican con el clásico juego clientelar, con la lejanía espacial y con la estigmatización como "zona de peligro".

La percepción de la realidad social y los marcos de identidad varían según rasgos de afinidad que operan muchas veces en el nivel del subconsciente y que se relaciona con el posicionamiento político-ideológico, el origen socio-económico y las posibilidades de acceso a los beneficios de la sociedad capitalista. Así, en Bariloche se ha generado una dicotomía entre "el Alto" y otras zonas comúnmente asociadas con los "sectores populares" (como suele decirse, "la otra cara de Bariloche") y las zonas bajas, más cercanas al lago; o más resumidamente en este caso entre "el Alto" y "el Centro", como oposición generadora de identidades.

CONSTRUCCIÓN DE LA MEMORIA

Es necesario destacar la importancia de una visión histórica en la comprensión de conflictos como el de Wal-Mart en Bariloche, ya que como definen Fuentes y Nuñez (2008:2), "la historia oficial de San Carlos de Bariloche es el producto de un determinado ejercicio de la memoria." Ésta se ha establecido a lo largo del tiempo como una proyección de la ciudad entre sus habitantes, conjugando una serie de imaginarios sociales que intervienen en la memoria colectiva. Como expresan estos autores, en todo espacio social existen imaginarios fundadores, funcionales a un cierto ejercicio de poder establecido, donde el uso de la memoria histórica y su vinculación con la permanencia de un discurso hegemónico anula otras miradas de la realidad social local, construyendo una identidad homogeneizante.

La manipulación de la historia comienza por la propia administración de la memoria y el olvido y por lo tanto de lo que se convierte en historia. Como suele ocurrir en otras ciudades, en Bariloche los sectores populares habitualmente quedan fuera de la memoria oficial, mientras que las historias de vida de sus actores o no existen o son subestimadas e incluso desestimadas. El cambio es visible en las producciones de profesionales como el arquitecto Abalerón, pionero en el tema a comienzos de los 90' y las posteriores de Daniel Fuentes, Laura Kropff y Paula Nuñez, que analizan la realidad social desde la óptica de los sectores populares.

LA CIUDAD IMAGINADA

A lo largo del tiempo y desde diferentes instancias, Bariloche ha sido presentada por su propia sociedad como una ciudad al margen de muchas necesidades sociales, una ciudad alegre y festiva, que recibe con los brazos abiertos al turista y le asegura que su estancia va a ser placentera, sin que nada enturbie su feliz estadía. Bariloche se presenta así como una ciudad-postal donde claramente no tienen cabida los sectores populares, con su "carga" de problemas y necesidades sociales y sus "diferencias" con respecto al modelo socio-económico hegemónico, más acorde al perfil turístico de la ciudad.

Es común pensar en que, siendo Bariloche una ciudad turística, es necesario mostrar la mejor cara de la ciudad (ocultando la "otra") y de su maravilloso entorno natural, como parte de una suerte de "lógica" de la actividad del turismo. El problema es que esa "lógica", luego de más de 70 años de presencia en nuestra comunidad, ha sido instalada en la cotidianeidad, más allá de las prácticas turísticas; es así que ha llegado a conformarse un imaginario social cristalizado que percibe a la ciudad como se quiere que sea percibida por el visitante, aunque en los últimos años la realidad socio-económica y un cambio en la mentalidad está transformando esta forma de "imaginar" la ciudad. Estos y otros aspectos marcan claramente la fragmentación socio-espacial en Bariloche, cuya graficación podemos ver en los innumerables modelos de folletos turísticos con mapas de "la ciudad" donde nunca aparece el Alto, pese a que en algunos de ellos la leyenda diga: "Ciudad de San Carlos de Bariloche". Más allá de la lógica del turismo que lo explica, el recorte se va instalando como una representación gráfica de la ciudad imaginada.

Situándonos en la problemática actual que nos ocupa, la realidad de los barrios populares no refleja una imagen superadora ya que "En los últimos años se agudizó una situación explosiva que tiene, como telón de fondo, a la continuidad de un modelo político y económico que naturaliza la vida de varias generaciones en un marco de exclusión y desigualdad, marginalidad y continuo enfrentamiento con las fuerzas de seguridad." (Fuentes y Nuñez 2008). En este contexto, es válido preguntarse cómo se accede a la realidad de los sectores populares en Bariloche; como expresa Tissot (2007:120) con respecto a la cobertura periodística local "sensacionalista" sobre hechos de violencia en los barrios, "No se hace análisis y de esta manera se saca de contexto la noticia. Esta mirada oficial es la que va formando la opinión pública.".Con el caso Wal-Mart ocurre algo parecido; se muestra el problema en lo superficial, pero no se explora en la profundidad y complejidad de las causas socio-económicas que llevan al conflicto a las partes. En Bariloche falta un periodismo de investigación reflexivo y crítico.

HABLAN VECINOS DEL ALTO

Luego del voto negativo del Consejo Municipal del día 29 de Mayo, vecinos del Alto se presentaron en el Centro Cívico para leer un petitorio a favor de la instalación de Wal-Mart, entregado al Intendente Municipal Marcelo Gascón. Representantes barriales mostraron su disconformidad en cuanto al voto negativo de los concejales Arabela Carreras, Darío Duch, Darío Barriga y Silvana Camelli, a la vez que denunciaron que "fuimos amenazados por gente que estaba en el lugar". Entre otras acusaciones un vecino expresó que "Juraron sobre la Biblia (los ediles) para defender los derechos del pueblo y no lo hicieron". Los concejales Silvia Paz, Laura Alves y Daniel Pardo acompañaron a los vecinos (Fuente: "Vecinos del Alto pidieron por Wal Mart en el Centro cívico", en http://www.elcordillerano.com.ar, 30 de Mayo de 2009). El petitorio entregado al Intendente Municipal Marcel Cascón con cientos de firmas expresaba lo siguiente:

Por medio del presente comunicado las siguientes juntas vecinales: Pilar I, 28 de Abril, Perito Moreno, El Progreso, El Maitén, Unión, Quimey Hue, Vivero, Omega, El Frutillar, Bella Vista, Malvinas, 400 viviendas, junto a todos los barilochenses que se hallan sentido perjudicados y a aquellos que no compartan la decisión tomada por una parte del cuerpo deliberante el pasado viernes 29 de mayo, con respecto a la negativa sobre la instalación de la sucursal Bariloche de la cadena de hipermercados Wal Mart, nos concentramos y exigimos:

A) Repudiar la actitud egoísta por parte de la Cámara de Comercio de nuestra ciudad, así como también la modalidad de reclamo adoptada por la AEC (Asociación de Empleados de Comercio); insultando y mostrando señas amenazadoras a los dirigentes vecinales y vecinos.

B) Solicitar a los cuatro concejales que votaron en contra de este proyecto, a que revean su posición, ya que consideramos que sus argumentos resultan poco contundentes y poco convincentes.

C) Manifestar todo el apoyo a los vecinos del alto de Bariloche, los cuales con esta decisión sienten que sus derechos de libertad de elección y de una mejor calidad de vida han sido burlados y avasallados."

En agosto de 2009 efectué una entrevista a la dirigente barrial Elizabeth Rivera y a vecinos del barrio 28 de Abril, en un sector del Alto. La entrevista, pese a estar orientada claramente al tema Wal-Mart, giró principalmente en torno a la situación del barrio y de los vecinos, las necesidades y las estrategias que aplican para revertirlas, las luchas, las esperanzas, los fracasos y los éxitos. Al finalizar la charla quedaba claro que su postura positiva a la propuesta de instalación de un hipermercado de la empresa Wal-Mart en el Alto se comprendía sólo en el marco del contexto social, político y económico de necesidad y urgencia que vive este sector de la ciudad. El discurso claramente trascendía al barrio y se proyectaba a todo el sector del Alto, ya que, opinan, "la realidad es parecida".

Un problema que inicia la entrevista es el hacinamiento producido por lotes y espacios habitacionales muy reducidos, problemas con el agua en verano, asentamientos precarios y en riesgo y falta de casa y terrenos propios; por lo cual, comentan, ... "la gente ya perdió el límite de lo que es legal y lo que es ilegal"; "a la larga y por la falta de respuesta y por políticas mal entendidas ir y encontrar la tierra y ocuparla parece ser que fuera lo más normal del mundo." (aquí y en adelante el texto en cursiva y entre comillas es reproducción textual del discurso de los vecinos). En cuanto a los servicios y comodidades expresan que "todo está en el centro, no hay cajero, oficinas de pago de servicios, hospital, gimnasio, pileta, salas velatorias, supermercados";"a la policía tenemos que estarla llamando, y tenemos una sola comisaría, la 28, para tanta población." Hay mucha necesidad de leña para la gente sin gas en los barrios principales, por ejemplo en Nahuel Hue, Malvinas, Frutillar, que tienen más de mil familias, en algunos casos con más de siete hijos.

El problema del desempleo y la falta de actividades para los jóvenes ocupa un lugar principal en la larga lista de necesidades y preocupaciones: "Los "pibes jóvenes" quedan sin trabajo por la baja en la construcción"; "en Barilochehay mucha gente que está desempleada, hay juventud de 17-18 años que está amontonada"; "¿por qué hay tanta droga?, ¿porque hay tanta delincuencia?" "La misma necesidad de no tener trabajo y que los padres no pueden darle lo que necesitan y entonces optan por desviarse del camino." "A estos chicos les falta educación, trabajo y ocupación, ese es el grave problema en Bariloche". Denuncian que "están despidiendo, los muchachos están sin trabajo", los empleadores dicen "que no les dan los números"; "no hay dinero, según ellos". Preocupa la situación laboral, afectada por la baja de turismo, que observan, por ejemplo, en la creciente demanda de alimentos y pañales por parte de las mamás adolescentes.

Encuentran una clara relación entre el creciente desempleo, la inseguridad y la droga, que remite a causas estructurales: "Ahora en la parte alta igual es como que está volviendo a brotar mayor inseguridad"; "si hay un montón de gente despedida, ahora en esta semana, un montón de acá, y que están despidiendo gente y dicen que van a despedir más"; "de aquí a un mes o dos"; "esto hace que empeore más la situación." "Ahora cambió, los robos son con más violencia, como en los barrios Omega, Frutillar, 400 viviendas"

Lucharon hace años para conseguir un colegio secundario, el único existente hoy en todo el Alto, "para evitar el ocio", porque "los chicos a las cinco de la tarde estaban bolseándose en la esquina y era natural como que comían un pedazo de pan", "hicimos un trabajo social y con la policía que nos ayudaba con la seguridad, porque entonces si que teníamos un barrio inseguro, y logramos que si bien los chicos a lo mejor no dejaron de hacerlo pero ya no lo hacían en las esquinas y con eso por lo menos resguardábamos a los mas chicos"...

El tema de la droga en los jóvenes es particularmente cercano al barrio; ellos impulsaron el Programa Prevenir de la CEDRONAL, que enfoca el control de la adicción. Algo que marcó a los vecinos es el asesinato de un chico adicto en Enero pasado: "no hubo nadie que se haga cargo cuando la hermana buscaba ayuda"; "pasado de drogas lo mataron en el playón". El barrio participó en el Congreso Patagónico de Adicciones, con buena presencia municipal, con mesa de trabajo en el mismo barrio y dos programas generados por estas actividades (Prevenir y Quiero ser). En estos barrios convive el drama con la vida cotidiana; allí donde mataron al chico drogado se pintan juegos multicolores, se juega y se transita, como si nada (o todo) hubiera pasado.

Pensando en políticas y gestiones que atiendan las necesidades de la gente, en particular de los más necesitados, la experiencia de los vecinos es elocuente en cuanto a los políticos, que "siemprevan atrás, el vecino primero y ellos llegan atrás y a veces no con la respuesta justa o tan tarde que ya generó conflicto en la gente, o de última que uno proponga y que ellos vayan y ejecuten, pero no, viene primero el paño húmedo para que la gente no se altere, y después otro paño húmedo para sigan sin alterarse y se va diluyendo la idea, las personas se desgastan y se termina; entonces por eso es que nosotros somos a veces tan porfiados pero si no somos porfiados no lo vamos a conseguir."

Otro vecino es más contundente: "la gente está tan descreída por el mal funcionamiento de las autoridades, mal manejadas por funcionarios"; "Lo que pasa es que tenemos unos políticos deficientes, que les preocupa más lo que se ve en el centro, todo eso, el turismo, todo esas cosas, pero para arriba no llegan, entonces, vienen cuando hay un movimiento de gente que se está preocupando por algo, entonces recién ahí se acercan, buscan de que los vecinos les hagan las cosas y después se las lleven servida en bandeja."

El 29 de Mayo, cuandolos vecinos del Alto se movilizaron hasta la sala de sesiones del Consejo Municipal en donde se trataba el proyecto de instalación del hipermercado Chango Mas de Wal-Mart, el barrio 28 de Abril estuvo representado, aunque su dirigente barrial, activa portavoz de su barrio y del Alto en el conflicto, lamenta que "nosotros los dirigentes del Alto éramos muy poquitos, sabíamos que iba a haber una gran movilización"; "nunca le temimos a la patoteada" "pero eso surgió desde la conducción de Walter Cortés y el sindicato de comercio." "La mayoría de nosotras éramos mujeres, había muy pocos varones, excepto la gente que se había acoplado de UOCRA, ellos también estaban de acuerdo con la postura nuestra, y después habían vecinos, pero no éramos tantos como todo lo que instalaron los demás!!, pero la fuerza de la convicciones nuestras tenían mucho más rédito, más verdad."

En cuanto a la postura ante el "conflicto Wal-Mart", dejan claro que "nosotros cuando empezamos a apoyar a este proyecto nunca imaginamos que se iba a generar tal revolución, pero estábamos tan convencidos de lo que nosotros queríamos para este sector, nosotros no veíamos que era una multinacional"; "y lástima que sea una empresa multinacional, bienvenida hubiese sido una empresa nacional, pero ha nadie se le ocurrió instalarse acá"; "porquesiempre buscaron el centro".

Destacan el rol de los medios: "se utilizó mucho los medios de difusión, la Radio 6, que fue una de las campanas que más fuerte se escuchaba"; "los vecinos llamaban, no se pedía a Wal-Mart, cualquier otro hubiese sido lo mismo, la gente pedía que acá arriba, en nuestro barrio, en los barrios altos hubiera un supermercado que ayudara a la gente humilde, por los precios bajos no?, no es que estamos pidiendo que nos vengan a regalar nada, sino tener algo más cerca, con mejores precios"; "Si bien no va a traer la solución que Bariloche necesita en cuanto a la demanda de puestos de trabajo, pero va a solucionar en parte la necesidad de algunos."

Los fundamentos del reclamo se encuentran en las necesidades y expectativas que se muestran en torno al proyecto, donde se destaca que los supermercados más cercanos al Alto cobran caro, no muy diferente a los almacenes de barrio; "en las despensas barriales, el no perecedero, el azúcar el arroz y el fideo está al doble o a veces al triple de lo que se puede comprar en el supermercado"; los supermercados Todo más cercanos no traen todo lo que tienen las sucursales del centro, hay menos variedad, faltan, "no tenemos chance de elegir como si se fuera a la Anónima que está en el centro o al Carrefour".

Remarcan que "nosotros lo único que vemos es eso, nosotros buscábamos en ese supermercado el tema de ir cambiándole la cara al Alto, que empiece a sentirse como un lugar a donde también se puede venir, o sea, no solamente tener que bajar sino que ahora empiecen a subir también, nosotros no íbamos por el apoyo a Wal-Mart y por que era una multinacional, nunca fuimos por eso, íbamos por lo que iba a significar para el sector, a la gente, que se iba a ahorrar el colectivo, que se iba a ahorrar el taxi, que iba a comprar más barato, que iba a generar puestos de trabajo, a eso fuimos, por que eso era lo que no teníamos." Se percibe la sensación de que los barrios populares consideran al proyecto Wal-Mart como la posible materialización de un beneficio que trasciende incluso lo económico, en el sentido de disponer de algo que sea deseado por otros sectores de la sociedad, generando un doble sentido de circulación entre el Alto y "el Centro."

Los vecinos tienen a mano múltiples críticas a los supermercadistas locales: denuncian que "El Todo es lo más caro que hay", "lo más barato dentro de todo, vendría a ser la Anónima, pero no en todo tampoco", la falta de stock, los precios altos y trucos supermercadistas para atraer a la gente como los de bajar muy poco los precios y las ofertas que luego no están. El problema de la falta de un supermercado en el Alto, que obliga a bajar hasta el centro, muchas veces caminando, y ahorrar unos pesitos cuando se puede, para volver en taxi; esto teniendo en cuenta el estado de las calles y la inseguridad creciente, ya que "En muchas ocasioneslos taxis no quieren entraruna vez que oscurece, cuesta mucho volver luego de las compras, por eso "para nosotros sería un alivio tenerlo [al Wal-Mart] acá nomás".

En cuanto a la amenaza del empresario Giglio (supermercados Todo) de echar gente y a las repetidas menciones en ese sentido de la Cámara de Comercio aclaran "no era tanto que venga Wal-Mart acá arriba, sino que ellos empezaron por el tema de los precios, como generando de que si se instala un Wal-Mart acá con el precio más bajo ellos tenían que bajar los precios y despedir gente"; "Ellos iban a lo más fácil, que es atemorizar a la gente, principalmente al empleado diciendo que si bajan los precios ellos iban a echar gente"; "Si al final sin que llegue el Wal-Mart están despidiendo igual." La fácil y anticipada amenaza de despidos genera así dudas en cuanto a que la posible llegada de Wal-Mart no represente para el empresariado una excusa para desprenderse de personal, en el actual marco de crisis económica. Como expresa otro vecino "Lo que pasa es que nosotros como ciudadanos ya de segunda, o de cuarta, como nos quieran poner, nos cuesta unirnos a nosotros mismos, y a veces necesitamos que algo pase para podernos unir, para saber que la necesidad mía es la del vecino también y del otro, pero a veces no miramos eso, entonces ahí aprovechan los más poderosos, que dicen estos están divididos entonces aprovechamos nosotros."

El "conflicto Wal-Mart" cobra una particular significación en cuanto a la fragmentación socio-espacial de la ciudad, como muestran los vecinos al destacar que "esto va a dejar un antecedente fuerte"; "dejó muy marcado lo que nosotros siempre discutimos, la diferencia que hay entre el Centro y el Alto"; "eso sirvió muchísimo para mostrar las dos partes, la parte alta y la del centro"; "sí, hay mucha diferencia entre el Alto y el Centro"; "parecería que fuéramos indios de otra época, no?." En torno a este tema, los vecinos se refieren a efectos negativos de la ciudad turística: "acá los chicos de Bariloche, siendo de Bariloche, no pueden cruzar a la isla Victoria"; "hay muchos de acá que no saben lo que es el Circuito Chico, y no sólo los chicos, los grandes también"; "el turismo genera trabajo pero la distribución no es igualitaria."

Un vecino especula, con clara proyección histórica; "Yo creo que va a pasar como hace muchos años, que Bariloche terminaba en la 25 de Mayo; para arriba era otra cosa y sin embargo ahora nos fueron empujando cada vez más arriba, más arriba, entonces viene como quedando el centro hasta Brown y un poquito más arriba a lo mejor y para arriba otra cosa." En este sentido, las constantes referencias a "arriba", "abajo", "subir" y "bajar" no se relacionan únicamente con la variable altitudinal, sino que remiten a la existencia de dos espacios diferenciados socio-espacialmente, separados por un área de "frontera".

La dirigente barrial se pregunta "¿por que no tenemos derecho a tener otras cosas?, ¿por que siempre tenemos que estar viviendo en diferentes condiciones que el resto?, ¿porque tenemos que tener ese título de la puerta de atrás, que uno ve en el Google Earth no más, donde al sector se le denomina como la puerta trasera de Bariloche?", concluyendo que resulta "Difícil que eso [la ciudad] funcione como una sola cosa, difícil por que todo no cambia tan fácilmente." En este marco, los vecinos sostienen con convicción: "nosotros vamos a seguir la pelea de querer vivir igual que en el Centro; con el asfalto, con veredas, con los servicios, con la gente regularizando su situación con la tierra"; "Nosotros acá somos vecinos con ideas, que de repente de tanto desparramar y decir, insistir, conseguimos que brote y se de, son ideas de cómo quisiéramos que fuera y no escribirlo en un papelito como un cuento sino tratando de ir haciendo hasta donde podamos y ver que queda." Estas expresiones tienen la fuerza y el espíritu de rebelarse ante una sociedad y un sistema económico "irracionales" (en el sentido de K. Marx), que naturalizan desigualdades intolerables y que marginan a la mayor parte de la población.

Para finalizar y ante la pregunta sobreel mensaje que querían dejar al vecino común para que puedan votar concientemente en el referéndum, responden que "No queda otra que contando cuál es el fondo del apoyo al proyecto; nosotros no tenemos intereses de otro tipo, nosotros si un día nos traen cualquier cosa que fortalezca el sector"; "siempre hemos dicho que lamentábamos que fuera una empresa multinacional; chochos hubiéramos estado de que hubiese sido una empresa nacional, pero bueno, nadie quiso venir al Alto." "Nosotros, bueno, tampoco que queremos dar lástima, pero es una cuestión de querer vivir mejor, de tener acceso a los servicios con mayor facilidad, de poder tener un montón de cuestiones que no signifiquen siempre el recorrido bendito al centro para conseguir lo esencial; que se tome en cuenta el tema de las distancias." "La realidad tendría que ser distinta, porque si nosotros queremos tener mejores condiciones, nos tienen que dar las posibilidades de tener esos cambios, ¿por qué no podemos tener un supermercado?"

ALGUNAS REFLEXIONES

En el informe socio-económico solicitado en julio de 2009 por Consejo Deliberante Municipal al grupo encabezado por Hugo Monasterio (Universidad Fasta) se muestra la ambivalente situación de que efectivamente se estima que los precios bajarían al instalarse el Chango Más de Wal-Mart, pero también la casi certeza de que se generaría desempleo por reducción de ingresos sobre todo de supermercados locales y cierre de comercios medianos y chicos. Si bien el estudio reconoce que son indiscutibles los beneficios que pueden obtener los consumidores, con baja de precios de entre un 25 y un 30%, aclara que hay que proteger el interés de los consumidores; pero también el de numerosas pequeñas y medianas empresas locales, que han sido desde siempre un engranaje vital para el crecimiento de la ciudad y la economía regional. Proponen por tanto la necesidad de implementar políticas públicas (normas regulatorias y procedimientos de fiscalización) y privadas (reconversión del sector minorista) para atenuar los costos sociales que trae consigo el abrumador avance del supermercadismo (Monasterio et al. 2009b)

En este estudio falta un análisis de actores sociales, de intereses, demandas, necesidades y limitaciones de cada parte, que incidirán en los costos y beneficios sociales que se intentan evaluar, notorio ya desde que se considera un único tipo de consumidor, el barilochense, es decir uno de los escasos 124000 habitantes que estiman para Bariloche, con lo cual se pierde la gran diversidad que existe en cuanto a necesidades, poder adquisitivo y ubicación dentro del ejido urbano. Dada la fragmentación socio-política de Bariloche y que el Wal-Mart se instalaría en un sector de menores recursos, este es un aspecto fundamental a la hora de evaluar los alcances y efectos del emprendimiento. Sin dudas los sectores populares del Sur de Bariloche, cuya población involucra muchos miles de familias, serían los primeros y más directamente beneficiados por el proyecto, para los cuales el impacto positivo de laaccesibilidad y la rebaja de precios, siempre y cuando ésta ocurra, será notablemente mayor que para otros sectores.

En principio, en los medios pareciera que el eje de la discusión es la cuestión laboral, por la creación o pérdida de fuentes y puestos de trabajo, cuando se están dejando de lado problemas más abarcativos que comprometen a gran parte de la población de Bariloche; como el de los altos precios de los alimentos en la ciudad, que inciden directamente en la canasta familiar y en la economía de la gente; en particular en la de los sectores de menores recursos. Además, hay que destacar que también otro importante sector de la población, que no puede considerarse humilde, hoy también sufre la presión insoportable de los valores que imponen los supermercadistas locales, que junto con los alquileres desproporcionados absorben los sueldos al punto de inhibir muchas aspiraciones básicas de la gente. Tampoco se toman mayormente en cuenta las necesidades de los sectores populares, históricamente marginados y hoy principales convencidos de los beneficios del proyecto.

Estos son problemas reales y propios y que sistemáticamente no se atienden. Por opiniones de algunos entrevistados, la estadística disponible y el comentario general recogido en forma aleatoria, se vislumbra que buena parte de los votos por el SI a Wal-Mart son votos castigo al oligopolio que ejercen los supermercadistas locales, básicamente el Todo y La Anónima, reflejado en los altos precios en comparación con otros puntos de venta en Norpatagonia, como Neuquén, Alto Valle y Viedma (Monasterio et al. 2009a). Sin dudas la ciudadanía barilochense resulta un mercado cautivo del oligopolio local; ante esta situación y considerando la falta de iniciativas superadoras, muchos vecinos consideran al proyecto Wal-Mart la única alternativa a corto plazo para acceder a precios más bajos, ya sea por parte de la propia empresa o por parte de los supermercadistas locales, quienes se adecuarían a la nueva situación de competencia, bajando sus precios.

En este conflicto hay que destacar también que muchas de las posturas por el NO, en particular de los consejales, no consideran alternativas superadoras de las problemáticas planteadas en el conflicto, como políticas de Estado, aunque sí las consideran vecinos, instituciones y un partido político; como la reciente propuesta del Foro Permanente de la Economía Popular Solidaria, que a cambio de Wal-Mart reclaman un Matadero y Feria Municipal, con Ferias Francas Itinerantes por los barrios de la ciudad para reactivar el sector local de productores primarios y manufactureros, afectado por la crisis económica y abandonado por las políticas estatales. Estos vecinos piden políticas públicas y salir del monopolio de la fruta y verdura de Diaz Hnos. y de la carne de Arroyo, posibilitados a partir de la gestión política local de la última dictadura. Apoyan estas ideas, por ejemplo, la asociación Microemprendimientos Productivos, el Partido Comunista de Bariloche y la Asociación Ecologista Piuke. Sin dudas estos planteos redundarían en un beneficio socio-económico, incluidos precios más accesibles, aunque su plena concreción se daría a mediano o largo plazo.

En opiniones recogidas en forma aleatoria entre vecinos de sectores "medios" no movilizados, se manifiesta una profunda decepción por la presión en precios altos que imponen los supermercadistas locales, que impacta sobre todo en los sectores de menores recursos, por lo que, pese a no estar de acuerdo con la política de la empresa Wal-Mart y lo que implica como modelo de economía, en general tienden a aceptar el proyecto, como voto castigo no convencido, ante la expectativa de cambiar las cosas en Bariloche y ante la falta de otras alternativas visibles y viables.

Existe un descreimiento en la sociedad, una suerte de desesperanza en que las cosas cambien en beneficio de los que más necesitan; es por eso que surge el miedo de que al decir NO al proyecto Wal-Mart no surja otra alternativa; esperar de los supermercadistas locales lo que no dieron hasta hoy parece en cierta manera utópico, como aquella esperanza del Socialismo "utópico", que pretendía que el cambio viniera de los privilegiados. Una instancia como la de Wal-Mart demanda la participación de los actores sociales de Bariloche, ahora, cabe preguntarse, ¿todos están en las mismas condiciones de participación y cuentan con los medios necesarios?, evidentemente no, empezando por los propios actores más involucrados, como los vecinos del Alto, que muchas veces se encuentran limitados por las propias demandas y preocupaciones de la subsistencia diaria.

Wal-Mart puede acceder al mercado de Bariloche gracias a las características de la oferta local de productos alimenticios, principalmente, "en un una ciudad como la nuestra, en la que han abundado los sobreprecios y ha escaseado la solidaridad. (la negrita es mía)" (Monasterio et al. 2009b). Si los supermercadistas locales hubiesen tenido una actitud solidaria hacia los barilochenses, gran parte de la población hubiese dicho NO al Wal-Mart.

Entonces, de quién será la responsabilidad ante los posibles efectos negativos de la instalación de Wal-Mart en Bariloche?:

¿De los vecinos necesitados del Alto, por pretender accesibilidad y ahorro en un contexto de total necesidad económica?, ¿De los vecinos del "Centro" y de "los kilómetros", que habrán votado por el SI como castigo al abuso supermercadista, pese a no estar nada convencidos de querer a Wal-Mart en Bariloche?, ¿De todos los que ven en Wal-Mart la solución que no encuentran localmente?.

Y de quién la responsabilidad por la continuidad de las necesidades insatisfechas de la gente?:

¿De los vecinos antiimperialistas, que rechazan de plano a una multinacional como Wal-Mart y lo que significa dentro del capitalismo extremo?, ¿De los vecinos e instituciones, que antes que el Wal-Mart justificadamente prefieren ferias barriales, Mercado y Matadero Municipal?, ¿De los medianos y pequeños comerciantes que temen verse aún más constreñidos?, ¿De los empleados, que temen que los despidan?, ¿De los supermercadistas, que se resisten a salir del esquema actual de acuerdo de precios y que no cumplen con las expectativas de la gente, generando el resentimiento que hoy se percibe?, ¿Del Estado, que no toma las medidas necesarias para reducir la desigualdad social?.

Seguramente no del vecino común, eventualmente acusado de consumidor egoísta e irresponsable, siempre ávido de mejores precios cueste lo que cueste; que ve la posible respuesta a sus necesidades no en un empresario local, como quisiera, sino en una empresa multinacional tan discutida como Wal-Mart.

Faltaron mesas de diálogo entre el Municipio, los empresarios y la sociedad para tratar la necesidad de aliviar al barilochense de la pesada carga de vivir en una ciudad patagónica y turística, que más allá de los beneficios estéticos, paisajísticos, multiculturales y de generación de los medios de subsistencia en forma directa o indirecta de la mayor parte de la población, a la vez genera un modo de vida excluyente para muchos, desde el elevado costo de la canasta familiar a los precios imposibles de los inmuebles y alquileres, sin hablar de las excursiones y otros beneficios locales de los que disfruta el turista. Es necesario generar alternativas que beneficien al residente, sobre todo al de menores recursos, para que se lo deje de castigar con precios de turista; porque como dicen los vecinos entrevistados: "Acá en Bariloche deberíamos tener una tarifa para residentes". En este marco, vale preguntarse quiénes viven y quienes sobreviven del turismo.

En cuanto al resultado del "conflicto Wal-Mart", resulta difícil visualizar un camino determinado: sólo con el paso del tiempo se verá cómo evolucionan los necesarios grados de satisfacción e insatisfacción generados por el resultado del referéndum. Ahora bien, es importante que la sociedad comprenda que dicha evolución no dependerá únicamente del propio paso del tiempo, sino que dependerá de las medidas que la misma sociedad y el Municipio puedan tomar para regular los posibles efectos negativos y para dar alternativas de solución a las necesidades insatisfechas realzadas por el conflicto. En este sentido, insisto en que, más allá del conflicto planteado y de los resultados de la convocatoria popular, se ha instalado nuevamente en la sociedad barilochense la percepción de las profundas diferencias socio-económicas que la convierten en una "sociedad disociada", resumida en la frase enarbolada por los sectores populares durante el conflicto: "El Alto también existe".

COMENTARIOS FINALES

La problemática socio-económica generada en torno a la llegada de la empresa Wal-Mart a Bariloche revela que el conflicto trasciende ampliamente los planteos de costo-beneficio económico que se están manejando, reactivando conflictos sociales profundamente arraigados en la sociedad barilochense. También es evidente el enfoque parcial, estático y ahistórico de cada postura emitida, separadas de una realidad socio-económica de conjunto, incluso en funcionarios políticos directamente involucrados en el conflicto. En el manejo de la problemática se nota la falta de un análisis social de los actores, de intereses, demandas, necesidades y limitaciones de cada parte, que inciden en la evaluación de los beneficios y costos sociales del proyecto. Es necesario superar esas limitaciones y lograr una visión más de conjunto de la problemática, con profundidad histórica y sin falsas pretensiones de objetividad. No alcanza con mostrar "lo que pasa" sino que es necesario analizar "por que pasa lo que pasa", como camino a la reflexión y a la búsqueda de posibles soluciones a los problemas de nuestra sociedad.

El "conflicto Wal-Mart" trasciende los planteos por pérdida o ganancia de puestos de trabajo y por la oportunidad de precios más bajos, aunque la discusión mediática se centre en estos aspectos. La postura de los sectores populares instalados en la zona comúnmente conocida como "el Alto" se comprende en el marco histórico del contexto socio-cultural y socio-económico de la ciudad de Bariloche y en particular de la realidad social de necesidad y urgencia que vive ese sector, excluido de muchos beneficios comunes a otros sectores de la ciudad.

Así, el conflicto va más allá de lo aparente; responde a causas estructurales, hunde sus raíces en una sociedad escindida socio-espacialmente, donde la propuesta de la empresa es vista por parte de la población como una forma de reducir la desigualdad en el acceso a los recursos. En este sentido, además de las ventajas económicas también se abre una vía de "visibilización" del sector, una forma de atraer la atención, de ser percibidos, y con ello sus demandas y expectativas, a partir de la instalación de un hipermercado que genere el tránsito de personas y bienes hacia el Alto, en una circulación de doble sentido, hoy inexistente.

En Bariloche no se dijo SÍ a Wal-Mart sino BASTA a los altos precios, a la falta de compromiso social del empresariado y a la falta de políticas sociales que tiendan a mejorar la situación del Alto y a disminuir la desigualdad social existente entre los sectores de la ciudad. Retomando la idea de los dos paradigmas que signaron y signan a Bariloche, el de la "suiza argentina" y el la "ciudad de las dos caras", cabe preguntarse cuándo se llegará a un tercero: el de la "ciudad unificada".

Para concluir, considero que el "conflicto Wal-Mart" es un acontecimiento inaugural en San Carlos de Bariloche, que generó el primer referéndum popular de la ciudad, disparó la protesta social del sector del Alto como bloque unificado y puso en cuestión realidades socio-económicas naturalizadas, como la marginación socio-espacial y el acceso profundamente desigual a los recursos económicos, sociales y culturales.

Notas

1. A Laura Méndez, coordinadora de la carrera de Historia del CRUB (UNCo) por su empuje constante y por incentivar este tipo de trabajos, iniciado como monografía; a los compañeros/as de estudio por su apoyo; a Elizabeth Rivera y vecinos del Barrio 28 de Abril por recibirme y acceder a mostrar su visión sobre el tema y, finalmente, a mi familia por compartir conmigo momentos gratos que dieron lugar a este trabajo.

2. Una versión resumida del texto fue comunicada en medios digitales días antes de la convocatoria al referéndum popular (http://www.barilochense.com/suplementos, del 27 de agosto de 2009 y http://www.bariloche2000.com/comentarios/columnistas, del 28 de agosto de 2009). Una versión completa aunque desactualizada, de la misma fecha, se subió a http://www.hechohistorico.com.ar

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