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Revista Pilquen

On-line version ISSN 1851-3123

Rev. Pilquen. secc. cienc. soc.  no.15 Viedma Dec. 2012

 

ARTÍCULO

Expansión universitaria y movilidad académica: trayectorias de investigadores universitarios en el área metropolitana de Buenos Aires

 

Laura Inés Rovelli
laurarovelli@gmail.com
Universidad Nacional de La Plata

Recibido: 15/11/11
Aceptado:
14/04/12

 


Resumen
El presente escrito examina los procesos de movilidad de investigadores académicos desde las universidades más tradicionales del área metropolitana de Buenos Aires hacia las universidades nacionales de Quilmes, General Sarmiento y General San Martín. Para ello, se exploran -por un lado- ciertas dinámicas históricas que la movilidad académica asumió en el sistema universitario argentino, a la vez que se analizan las políticas y las configuraciones universitarias específicas que alentaron los desplazamientos profesionales estudiados. Por otra parte, se indagan las trayectorias académicas de los investigadores universitarios radicados en las últimas dos décadas en alguna de las tres universidades señaladas, con el fin de analizar diversos factores de expulsión desde las universidades de origen como de atracción hacia los nuevos entornos institucionales. El argumento central sostiene la existencia de un cambio en las dos últimas décadas en las trayectorias profesionales de jóvenes investigadores universitarios en el área metropolitana de Buenos Aires, caracterizado por un proceso de movilidad interinstitucional, asociado predominantemente a la posibilidad de movilidad ascendente y reconocimiento profesional. A su vez, la movilidad estudiada sigue los vaivenes de las políticas públicas e institucionales, sin terminar de conformar acabadamente un mercado estable de posiciones académicas para los investigadores universitarios.

Palabras clave: Movilidad; Expansión; Universidad; Trayectorias; Investigadores.

University expansion and academic mobility: areers of university researches in Buenos Aires metropolitan area

Abstract
This paper examines the processes of mobility of academic researchers from more traditional universities in the metropolitan area of Buenos Aires to the national universities of Quilmes, General Sarmiento y General San Martín. To follow this purpose, we explore, on the one hand, certain historical dynamics that academic mobility took in the Argentine higher education system, while we analyze the policies and the specific university configurations that encouraged the professional movements studied. In addition, we inquire into the academic careers of researchers located in the past two decades in one of the three universities mentioned, in order to study various factors of expulsion from the universities of origin as well as those of attraction to new institutional settings. The central argument states that in the last two decades there is a change in the careers of young academic researchers in the metropolitan area of Buenos Aires, characterized by a process of inter-institutional mobility, associated mainly to the possibility of upward mobility and professional recognition. In turn, the mobility studied follows the fluctuation of public and institutional policies, enabling the formation of a stable market of academic positions for university researchers.

Key words: Mobility; Expansion; Universities; Careers; Researchers.


 

PRESENTACIÓN 

La movilidad académica constituye una dimensión que exhibe tradicionalmente escaso desarrollo dentro de la dinámica del sistema argentino de educación superior; los desplazamientos de mediados del siglo pasado por cuestiones de orden político ocurren en contextos de intervención universitaria; pero en general, la exigua movilidad se encuentra vinculada mucho más con el limitado desarrollo del mercado académico interno que con un modo específico de organización de la actividad científica1.

En otros países del continente, como Brasil y México y principalmente en los Estados Unidos, la movilidad interinstitucional acompaña las distintas etapas de desarrollo de la carrera profesional y se asocia fuertemente con la movilidad ascendente2. En la Argentina, en cambio, las carreras académicas móviles (ya sean interinstitucionales, sectoriales -público o privado- o geográficas) difícilmente llegan a constituir un rasgo idiosincrático predominante (Krotsch, 2001); por el contrario, la movilidad alentada por la búsqueda de progreso profesional resulta muy reducida (García de Fanelli y Moguillansky, 2009)

La presente investigación analiza entonces algunas mutaciones recientes en los procesos de movilidad académica de investigadores universitarios en el área metropolitana de Buenos Aires, en el marco más amplio de las políticas públicas y la expansión institucional de las dos últimas décadas, en la esfera de la educación superior. Se trata de un diseño de investigación flexible conformado por una selección de casos representativa en relación con el tipo de movilidad estudiada. En esa dirección, el universo de la investigación está integrado por investigadores universitarios radicados en la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), en la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) o en la Universidad Nacional de General San Martín (UNSAM), las que se hallan localizadas en el área metropolitana de Buenos Aires3. La elección responde a que las tres instituciones combinan la formación profesional con el desarrollo de comunidades académicas comprometidas con la investigación científica, cuestiones que operan como estímulos para la movilidad académica de investigadores universitarios, y más ampliamente, para la consolidación de diversos enclaves de producción de conocimiento.

El presupuesto orientador de la investigación se basa en la interpretación según la cual los procesos de movilidad académica son condicionados por políticas y arreglos institucionales que les dan origen y supeditan su desarrollo. A su vez, tales desplazamientos tienen lugar en dos espacios complejamente interrelacionados y geográficamente situados: uno, de posiciones académicas estables y temporales para docentes e investigadores; otro, de reputaciones institucionales en el que rige una escala de prestigio asociada al personal académico, a los estudiantes y a las propias universidades(Bourdieu, 1994; Brunner, 2006)

El argumento central reposa, entonces, en el siguiente supuesto: el cambio en las trayectorias profesionales de jóvenes investigadores hacia las universidades seleccionadas, se liga estrechamente con expectativas de movilidad ascendente y reconocimiento profesional4, posibilidades de progreso en la carrera académica, estabilidad en el cargo y mayores recompensas, tanto materiales como simbólicas. A su vez, la reputación de las universidades estudiadas está sujeta a un dinamismo que depende del ritmo de la producción y de la negociación que realizan en un espacio académico plagado de estrategias institucionales dirigidas a mantener y optimizar su posición y a aprovechar la distribución del capital institucional. Finalmente, los procesos de movilidad académica aquí estudiados siguen los vaivenes de las políticas públicas e institucionales, sin terminar de conformar acabadamente un mercado estable de posiciones académicas para los investigadores universitarios.

ALGUNOS ANTECEDENTES Y TRADICIONES DE MOVILIDAD 

Hacia fines de la década de 1950, la Argentina sólo cuenta con ocho universidades nacionales: Córdoba, Buenos Aires, La Plata, del Litoral, Tucumán, de Cuyo, del Sur y del Nordeste. El cruce entre los años 60 y 70 marca una época de fuerte expansión de la matrícula universitaria y de la educación superior en general, al tiempo que proliferan diversas fuerzas de modernización aunque con alcances disímiles según las universidades y las áreas de conocimiento, en el marco de una planificación estatal débil.

Una de las propuestas -conocida como Plan de Nuevas Universidades o Plan Taquini, como resultado de la identificación con su principal mentor- da lugar durante el régimen autoritario de 1971-1973 a la creación de trece nuevas universidades nacionales, mediante la fundación de nuevas casas de estudio, la subdivisión de instituciones preexistentes o la nacionalización de anteriores establecimientos privados o provinciales bajo5. En los siguientes siete años, y como resultado de los proyectos inconclusos del período anterior, se nacionalizan otras tres, con lo que quedó clausurada la etapa de mayor creación de universidades nacionales del país6. Tomando como uno de los criterios determinantes la concentración poblacional, dos de estas institucionales se emplazaron en el conurbano bonaerense: una en el oeste (Luján) y la segunda en el sur (Lomas de Zamora)

No obstante, el Plan de Nuevas Universidades, combina criterios modernizadores y elitistas, que reproducen los conflictos propios del espacio académico-universitario de la década anterior. Sus éxitos consisten en completar algunos proyectos que habían quedado inacabados, en cautivar el interés de las poblaciones rezagadas por falta de una oferta de educación superior y en imaginar nuevas realidades derivadas del desarrollo científico y humano que podían proveer las universidades. Sobre este último punto, cabe destacar que si bien la propuesta formula un modelo innovador no logra articularse con transformaciones económicas, sociales y políticas más amplias. Paralelamente, concibe a las nuevas universidades como centros de formación de recursos humanos y alternativas para el descongestionamiento de la demanda profesional de las universidades metropolitanas.

Como resultado, durante varios años, la débil institucionalización de las nuevas casas de estudio es acompañada por una baja profesionalización en general de la actividad docente y principalmente de la científica. Por tanto, en lugar de atraer masivamente a profesores e investigadores de excelencia y promover procesos amplios de movilidad hacia esos nuevos entornos, lo que predomina en algunas de las noveles universidades -y particularmente en el área metropolitana de Buenos Aires- fue la figura del "profesor itinerante", quien se traslada de su universidad de residencia hacia la nueva institución con el propósito de dictar cursos y seminarios docentes pero sin asentar allí una tarea investigativa significativa. A pesar de las dificultades, logran desarrollarse algunos nichos investigativos aunque generalmente en el marco de modelos institucionales con escasas dedicaciones exclusivas para el avance de la investigación.

En la transición democrática de los años ochenta, el cuerpo docente crece a una velocidad inusitada aunque siguiendo el esquema anterior de bajas dedicaciones, en virtud de la necesidad de responder al aumento de la matrícula (Chiroleu, 2003b; Vacarezza, 2007). Se estima que durante el período 1982-1992, el número de docentes se duplica, pasando de 52 mil a 101 mil (Chiroleu, 2003a y 2003b)7. Con respecto a la estructura del sistema, y hasta principios de la década de 1990, el espacio académico-universitario sigue mostrando un bajo nivel de desarrollo y una alta concentración geográfica, situación que perdura hasta la actualidad8. En cuanto a los salarios, se mantiene una fuerte rigidez. Así, los incentivos para la movilidad se ligan a la reputación de las instituciones, antes que a diferencias salariales o a condiciones laborales que permitiesen recompensar los logros de los profesores (Cruz Castro y Sanz Menéndez, 2010). Ambas dimensiones -las dinámicas de expansión del sistema y la homogeneización salarial- comienzan a sufrir mutaciones en el período analizado en este escrito, especialmente durante la etapa de creación de las nuevas universidades en los años 90.

POLÍTICAS, EXPANSIÓN INSTITUCIONAL Y MOVILIDAD

A riesgo de simplificar, puede afirmarse que las políticas públicas de educación superior de los últimos veinte años marcan dos etapas diferenciadas en el gobierno de las instituciones de educación superior. La primera, durante los años noventa, se caracteriza por un fuerte intervencionismo estatal en un contexto más amplio de reposicionamiento del estado nacional en la escena político-educativa, en detrimento de la tradicional autonomía universitaria y de reconversión del gobierno del sistema de educación, a partir de la injerencia de otros actores sociales en las decisiones y orientaciones de la política pública (Suasnábar y Rovelli, 2010).Por otra parte, en paralelo al activismo estatal en materia de educación superior, en el plano de las políticas sociales se desarrolla un desplazamiento o "achicamiento" del estado de sus responsabilidades o funciones clásicas. En esos años las políticas de Ciencia y Tecnología (en adelante, C&T) se caracterizan por cierto repliegue estatal, el que sin llegar a introducir modificaciones sustantivas en el esquema de políticas prevaleciente, debilitó a los actores más pequeños del sector y benefició a aquellos ya establecidos (Versino y Roca, 2010)

En la última década, en cambio, las políticas de educación superior presentan menor dinamismo respecto a otras áreas de gestión, atravesadas por la capacidad de innovación política y la vocación de intervención y regulación gubernamental (Suasnábar y Rovelli, 2010). En ese marco, parecieran alcanzar cierta dispersión ante el limitado diseño e implementación de políticas que aspiren a orientar al conjunto del conjunto del sistema. Por el contario, el área de C&T adquiere un influjo mayor tanto en términos cuantitativos como cualitativos, convirtiéndose en un ámbito de desarrollo estratégico en la arena de las políticas públicas.

En ese escenario, aún perduran en el ámbito universitario muchas de las políticas que desde la década de 1990 moldearon más fuertemente la actividad científica de la profesión académica: nos referimos a los esquemas de incentivos y a la consagración de la evaluación, como elementos más significativos9. A ellas se acoplan, sin pocas tensiones, una serie de programas que promueven vigorosamente en los últimos años el desarrollo de actividades científicas y tecnológicas, sumado a la ampliación de las becas de formación para los recursos humanos y una mayor apertura del acceso a la Carrera de Investigador Científico y Tecnológico del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET)10.

Con relación a la movilidad académica de los docentes e investigadores, en los años noventa y a través del Programa FOMEC se observa un impulso incipiente a la migración hacia nuevas universidades mediante becas de apoyo a la radicación de profesores en "universidades nacionales de menor desarrollo relativo"11. De todas formas, a lo largo de todo el período estudiado la movilidad interinstitucional no alcanza mayor relevancia como cuestión problematizada en la arena de políticas públicas. En líneas generales, la preocupación por la movilidad ingresa en la agenda de políticas a través de la búsqueda inserción docentes y estudiantes en los procesos de internacionalización de la educación superior o bien, en los últimos años, mediante programas de repatriación de talentos científicos en el exterior. Con todo, los planes concretos de promoción de la movilidad académica de los docentes e investigadores en el plano nacional resultan todavía exiguos y circunscriptos a áreas disciplinares específicas12.

En esa dirección, el tipo de movilidad analizado en este trabajo resulta más una consecuencia indirecta de la implementación en la década de 1990 de innovaciones tales como la desregulación salarial y los esquemas de incentivos, en particular a la productividad, que de un programa o política de educación superior concreta orientada en ese sentido. En efecto, en esos años las universidades estudiadas toman ventaja de las desregulación salarial de la educación superior y de la segmentación de un mercado de posiciones profesionales que se encuentra obturado en las universidades más tradicionales de la zona y que obstaculiza tanto las posibilidades de ascenso en la carrera académica como el reconocimiento material y simbólico de una generación de investigadores con novel formación de posgrado. A ello se añade la apuesta a la creación y consolidación de programas de posgrado y de una base importante de investigación académica, las que juegan un papel decisivo en el posicionamiento social de las nuevas universidades dentro de un espacio de reputaciones institucionales histórica y socialmente configurado.

A comienzo de este siglo, la política de ampliación del ingreso a la Carrera de Investigador Científico del CONICET favorece la profesionalización de la actividad de investigación, a la vez que beneficia a una elite científica que a partir de su estabilidad profesional accede a una mayor movilidad. Como la Carrera de Investigador depende de una agencia no universitaria, los investigadores cuentan con mayor autonomía tanto para asentar como para cambiar sus sedes de trabajo. Con todo, la libertad de movilidad intensifica la distinción entre investigadores sujetos a sus respectivas comunidades académicas y los productores de carreras móviles; esto se debe a la existencia de una brecha entre un grupo minoritario que ocupa posiciones seguras que favorecen su movilidad y un colectivo en aumento más inestable, al que se les dificulta llegar a posiciones privilegiadas y seguras. Luego, las características de la Carrera de Investigador Científico, y su expansión en los últimos años, alienta la movilidad académica interinstitucional, aunque no necesariamente en la dirección de los itinerarios analizados en este trabajo; es decir, desde universidades tradicionales a instituciones de reciente creación. De todas formas, la disponibilidad de un espacio de posiciones académicas y laborales atractivas convoca a investigadores del CONICET hacia las universidades estudiadas, al tiempo que -pese a ciertas tensiones- las instituciones se benefician del capital reputacional que éstos portan.

Las tendencias en las políticas públicas de educación superior antes descriptas interactúan en los distintos escenarios institucionales con otras reglas y normas al imponer, permitir o reconfigurar esos mismos lineamientos. Al cabo, esos interjuegos alcanzan una influencia importante tanto en el plano de las expectativas como en el de las prácticas de los investigadores universitarios. En el siguiente apartado se abordan esos procesos para el caso de los actores y universidades seleccionados en esta investigación.

TRAYECTORIAS E ITINERARIOS DE MOVILIDAD

La noción de trayectoria se vincula con la idea de un tiempo narrado -en buena medida- linealmente que involucra la formación pasada, la situación presente y las expectativas futuras. Comprende, entonces, un curso extendido en el tiempo que sigue el comportamiento de una persona, de un grupo social o de una institución13. Las trayectorias individuales están atravesadas por factores institucionales, nacionales y disciplinares que se expresan en circunstancias muy específicas, por lo que las narrativas colectivas juegan un papel significativo en la configuración de ciertos relatos identitarios y culturales de las universidades. "Hacer una carrera" o "tener una trayectoria" supone pertenecer a una determinada comunidad de conocimiento, crecer en un campo o en una disciplina y negociar las reglas de la vida académica en condiciones institucionales específicas (Garforth y Cervinková, 2009: 186). Luego, nuestro análisis toma en cuenta "el horizonte histórico" de corta duración de tales trayectorias, vale decir "[…] el carácter no intemporal, no desarraigado de las relaciones materiales extra-subjetivas […] el conjunto de las relaciones estructurantes, ya sean formalizadas en instituciones o bien expresadas en comportamientos y costumbres" (Ferraroti, 2005:11).

Generaciones científicas y movilidad 

La etapa de normalización institucional de las universidades analizadas se extiende desde su fundación hasta el período comprendido entre 1995 y 1998. Tal como se desprende del material analizado, en los primeros años la movilidad estuvo liderada por científicos de "alta reputación" (Mulkay, 1972). Muchos de esos investigadores se habían formado en los años "dorados" de las universidades públicas, pero también transitaron períodos de intervención y crisis institucional. En la década del sesenta, buena parte de quienes trabajan en el área de las ciencias naturales y exactas, se refugian en institutos de investigación no universitarios (privados o estatales) donde desarrollan una producción científica de alto nivel y también se dedican a la formación de jóvenes investigadores. Otros, en cambio, optan por el exilio. Como consecuencia de la intervención militar en las universidades durante la última dictadura (1976-1983), numerosos investigadores del campo de las ciencias humanas y sociales salen del país por un largo período; su regreso coincide con la voluntad de reconstrucción de las universidades públicas, y ulteriormente, con el empeño por fundar nuevas instituciones.

A lo largo del período fundacional, y como consecuencia de una estrategia institucional asociativa, la UNSAM capta buena parte de sus recursos calificados en ciencias exactas y naturales de organizaciones científicas preexistentes como la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), el Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (CITEFA) y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), con las que realizan actividades conjuntas. También se verifica la migración de equipos casi completos convocados para formar nuevos centros de investigación. En este mismo campo disciplinar, la UNQ y la UNGS se constituyen en puntos de llegada de grupos e individuos atraídos por la posibilidad de trabajar con investigadores destacados.

La UNSAM convoca a prestigiosos investigadores de las ciencias sociales radicados en el exterior, quienes a su regreso carecen de una pertenencia institucional formal. Por su parte, la UNGS al igual que la UNQ, atraen investigadores consagrados de universidades nacionales. En el área humanística, una parte de la movilidad se liga a la crisis político-institucional de la universidad de origen14.

Esta primera etapa se caracteriza por los desplazamientos académicos de carácter colectivo, particularmente en el área de las ciencias exactas y naturales. Por un lado, algunos investigadores de alta reputación se ven favorecidos con mayores márgenes de decisión y libertad académica para llevar a cabo movilidades conjuntas, precisamente por su condición de "pioneros". Al respecto, un investigador en ciencias exactas destaca:

me decidí a venir acá porque venía un grupo grande. Esta universidad era nueva, tenía mucho interés en ese sentido y sobre todo venía un grupo grande en mi tema, venía mi director de tesis, venía el co-director de mi tesis que ya estaba trabajando acá, después vino más gente inclusive. Se armó un grupo del tema específico en el que yo trabajaba [UNGS, Ciencias Exactas]

También en la UNSAM, algunos de los equipos de investigación en ciencias naturales se trasladan conjuntamente hacia la nueva institución. En ese sentido, un investigador señala que "los grupos de la Fundación Campomar que migraron a la UNSAM (…) fuimos los mismos que estábamos allá, con los mismos directores, y después vinimos acá (…)" [UNSAM, Ciencias Naturales]

Del análisis anterior se desprende que una primera generación de investigadores académicos consolidados se incorpora a las universidades estudiadas en carácter de migrantes pioneros durante el período fundacional y de normalización. Simultáneamente, llega una segunda generación de investigadores, quienes al momento de su movilidad se encuentran en una etapa de inicio o de desarrollo intermedio de sus carreras científicas. Se trata de investigadores jóvenes con altas calificaciones, situados en el piso de la jerarquía científica, quienes por diversos motivos no encuentran espacios para desarrollarse profesionalmente en las universidades tradicionales. Si se toman en cuenta los resultados de algunos estudios sobre los investigadores científicos (Ben-David, 1974; Mulkay, 1972, entre otros), se observa que este grupo cuenta con credenciales suficientes como para aspirar a una mejor posición laboral, dado que sus carreras se encuentran en una pendiente ascendente, por lo que serían más susceptibles a la búsqueda de posiciones académicas más altas. Siguiendo a Mulkay, tienen "[…] todo para ganar de la inconformidad, no tienen reputación que perder, sus riesgos son bajos y sus ganancias extremadamente altas" (1972: 50).

Itinerarios de movilidad

Nuestra búsqueda se orienta, particularmente, a desentrañar los recorridos formativos y la inserción institucional de esa segunda generación de investigadores. A los fines analíticos, el concepto de "generación" resulta iluminador pues alude no tanto a una distinción etárea, sino al cambio verificado en las condiciones sociales, culturales y materiales de la vida universitaria. Se trata de un proceso en cuyo curso los sujetos -independientemente de su edad- se valen del capital científico-cultural que portan para organizar prácticas y trayectorias profundamente impregnadas por los valores de ascenso en el campo científico (Bourdieu, 1988: 464-5).

De los datos de las entrevistas surge un elemento digno de atención: un alto porcentaje de los investigadores proviene de las universidades nacionales de Buenos Aires (UBA) y La Plata (UNLP). En su mayor parte, los científicos de la UNQ que desarrollan sus tareas en el campo de las ciencias naturales son originarios de la universidad platense, movimiento que puede vincularse a la cercanía geográfica, tanto como a las redes de relaciones académicas entre ambas. En la UNGS y la UNSAM, es considerable la cantidad de investigadores procedentes de la UBA, si bien existen corrientes migratorias menos numerosas desde otras instituciones y desde centros de posgrado del exterior. Como efecto de distintas redes de relaciones de investigadores y autoridades de la UNGS, sobresalen los vínculos con académicos procedentes de la Universidad Nacional del Comahue. Por otra parte, en la UNGS destaca la formación de investigadores en instituciones de posgrado en ciencias sociales y humanas del Brasil y Francia; mientras que en la UNSAM, en la misma área, cobran mayor notoriedad los recorridos de formación en España, los Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia en virtud -nuevamente- de las distintas redes académicas de los investigadores y las autoridades de ambas universidades. En el mapa 1 se ilustran los itinerarios locales de una generación de investigadores universitarios con altas calificaciones, situados en los primeros peldaños de la carrera científica. Convencionalmente denominamos a estos recorridos primera corriente migratoria.

 

 

LOS QUE SE FUERON: FACTORES DE EXPULSIÓN

Las barreras invisibles15

Un factor crucial que estimula la expulsión de investigadores de sus instituciones de origen se vincula con las dificultades de crecimiento profesional y de ascenso en la carrera académica; en otros términos, con la "falta de reconocimiento" material y/o simbólico (entre otros,Crane, 1965, Becher, 2001). Muchos entrevistados consideran que sus trayectorias se hallaban estancadas, o como dice un científico social "la UBA no ofrecía algo más consistente de lo que yo tenía, un cargo docente sin concurso, la beca de CONICET y un sueldo como empleado de la facultad; yo veía que estaba medio trabado" [UNQ, Ciencias Sociales]. Este testimonio ilustra uno de los problemas principales: al no existir una carrera académica reglamentada, los cargos docentes dependen de la regularización a través de concursos. Pero las demoras para sustanciarlos, o las distorsiones de implementación (escasez de presupuesto, politización del procedimiento, arbitrariedad de los criterios de evaluación, etc.) frecuentemente se traducen en la inadecuación entre la jerarquía del cargo y los méritos alcanzados. Al respecto, un entrevistado asegura: "no encontré las posibilidades para presentarme a concursos que me permitieran hacer la carrera que hago acá. Acá yo soy profesor ordinario adjunto, pude concursar, allá todavía soy un JTP interino" [UNQ, Ciencias Humanas].

En este plano cabe hacer una aclaración: el conjunto de reformas de los años noventa, incluso la propia Ley de Educación Superior, tiende a establecer como horizonte de política la tendencia gradual a la máxima titulación, condición para acceder a la categoría de profesor universitario. A partir de allí, se hace más notoria la alta competitividad institucional; y "ciertas trampas etáreas" (Laudel, 2005) o "desaceleraciones" (Garforth y Cervinková, 2009) plantean obstáculos al desarrollo de las carreras. De los testimonios se desprende que buena parte de los individuos comenzaron su posgrado al calor de esos estímulos y a mayor edad que el común de los estudiantes, lo que instauró una competencia por los cargos docentes que agrandó la brecha generacional. En referencia a la universidad de origen, una entrevistada menciona: "empecé a hacer mi doctorado bastante grande y cuando lo terminé había mucha gente más joven que tenía lo tenía hecho. La competencia por los cargos se volvió mucho más difícil y llegó un momento en que ya no me sentía muy cómoda porque veía que no tenía cabida" [UNGS, Ciencias Naturales]. En el mismo sentido, otra investigadora afirma que "obviamente, la posibilidad de ascender se complicaba sin el doctorado, era nula prácticamente, y aún con el doctorado" [UNGS, Ciencias Naturales]

Retornos, destituciones y reinserciones

Asimismo, las posibilidades de reinserción en las instituciones de origen y/o de formación resultan arduas para quienes regresan al país luego de una larga estancia en el exterior16. Antes de partir, muchos de ellos se ven obligados a renunciar a su cargo, o bien lo pierden por su condición de interinos. Al decir de una investigadora en ciencias exactas,

en casi todas las universidades se privilegió al que se quedó e hizo el doctorado ahí. Cuando vos vas a cualquier lado, Exactas por ejemplo, y querés presentarte a un concurso, no vale más el titulo de afuera. Es más, yo di clases afuera y eso no me sirve como antecedente docente en un concurso. Me fui como ayudante de primera, ese fue mi último cargo; el que se quedó fue JTP, se doctoró, pasó a ser adjunto e hizo una carrera de docencia [UNSAM, Ciencias Exactas]

En gran parte de los relatos, la "búsqueda de inserción" insume un largo tiempo durante el cual deben realizarse otros trabajos: "los dos primeros años fueron de adaptación, pero después, me di cuenta con el tiempo, que esa vuelta lleva dos años de recuperación, no hay forma de acortar el plazo" [UNSAM, Ciencias Humanas]; "a mí me tomo exactamente nueve meses conseguir un trabajo serio, porque llegué con la crisis del tequila, entonces en principio sabía extraoficialmente que había ganado una beca de reinserción pero jamás se efectivizó" [UNQ, Ciencias Humanas]

En otros casos, la "búsqueda de un lugar de trabajo" responde a la necesidad de articular los temas de investigación con los de docencia:

cuando volví los dos cargos docentes que tenía en la UBA tenían que ver con un área que a mí ya no me interesaba, había perdido el tren de lo que se estaba produciendo en este campo; para ser consecuente con lo que venía trabajando, renuncié automáticamente a los dos cargos en la UBA el mismo día que llegue [UNSAM, Ciencias Humanas]

La disputa por el espacio

En varias entrevistas, aunque con mayor asiduidad entre investigadores de las áreas de conocimiento social y humano, surgen cuestiones de orden espacial: los problemas edilicios y la falta de un lugar físico para trabajar. Según indican, "medicina de la UBA, no era un lugar con mucho futuro, en sentido edilicio, en perspectiva de crecimiento" [UNQ, Ciencias Naturales]; mi trabajo en la Facultad de Ciencias Sociales fue en la cátedra; nos reuníamos en los bares, en la sala de profesores o en la casa de alguno. No teníamos espacio físico, esa era la cuestión. Para mí era fundamental trabajar en un lugar donde hubiera infraestructura mínima indispensable [UNSAM, Ciencias Sociales].

Conflicto y partidización

Las razones que contribuyen a explicar la búsqueda de ámbitos de inserción profesional, también se deben a los reiterados conflictos en las instituciones de origen. En ciertos casos, se asocian a la inexistencia de un ciclo de formación en las carreras: "en ningún momento me quise ir del instituto; lo que sucedió es que se me presentó una situación en la que el director me dice: "te formaste y te tenés que ir" [UNSAM, Ciencias Sociales]. En otros casos, se relaciona con el desmembramiento de los grupos de investigación: "hubo un momento de quiebre importante en ese laboratorio; tres grupos enteros nos fuimos" [UNQ, Ciencias Humanas]. Por último, se los vincula con la elevada politización en el nivel institucional, que de acuerdo a los distintos vaivenes académicos-partidarios repercute en el posicionamiento de ciertos actores, particularmente al interior de determinadas unidades académicas. Al respecto vale la referencia de un entrevistado sobre las cuestiones político-partidarias que lo incitaron a buscar otros horizontes: "la alianza radical -peronista pierde la facultad justamente por la caída de la Alianza a nivel nacional. En verdad, se nos hace difícil trabajar en Filo, y aparece por un lado la oferta de venir a trabajar acá (…); yo pedí licencia con la idea de no volver; este año vuelvo a dar clases, pero sin demasiado entusiasmo" [UNSAM, Ciencias Humanas].

Giros en el plano cognitivo

En el trabajo de campo, aunque en menor medida, se identificaron motivaciones de índole cognitiva. Lo que se señala es la voluntad de asentar la investigación en una universidad abocada a problemáticas más empíricas o aplicadas, pasar "de hacer química pura a la biotecnología que es algo nuevo, que me gusta más, es más aplicable" [UNQ, Ciencias Naturales]; "creo que todos estamos en esto porque nos interesa, siempre nos gustó la aplicación; difícilmente alguien a quien le interese la química teórica hubiera aceptado venir a General Sarmiento" [UNGS, Ciencias Naturales].

LOS QUE LLEGARON: FACTORES DE ATRACCIÓN

En este apartado se procura detectar la especificidad de los factores de atracción que orientan la movilidad. Vale aclarar que muchos de los entrevistados no abandonan la universidad de origen, donde mantienen algún cargo de baja dedicación. Sin embargo, la actividad de investigación se radica en las universidades de destino.

Aspectos concernientes a la carrera docente

Tanto en la UNQ como en la UNGS, la promoción de los docentes combina la realización de concursos con evaluaciones periódicas, a diferencia de la UNSAM que no cuenta con carrera docente. Tomando las recomendaciones de una consultora académica internacional, el Centro Universitario de Desarrollo (CINDA), la UNQ instituye un patrón innovador de evaluación del desempeño académico y de las remuneraciones docentes. En un comienzo, a raíz de la descentralización salarial fijada por el Ley de Educación Superior, la antigüedad pierde valor en el cálculo salarial en favor de incentivos (suplementos) vinculados al mérito (Claverie: 2009: 45).

No obstante, a más de diez años de su implementación, la UNQ revisa ese diseño como consecuencia de la necesidad de incorporar a la planta básica un número significativo de docentes contratados (más del 60% en 2007) y también debido a una cierta equiparación salarial en las demás universidades nacionales. Por tanto, la antigüedad pasó a formar parte del salario, al tiempo que se fijaron complementos para mantener los incentivos al mérito (premios a la productividad) financiados con recursos propios. A su vez, la informalidad del plantel docente es reducida drásticamente a través del otorgamiento de dedicaciones simples, las que pasan de 33 en 2007 a 311 al año siguiente. La nueva carrera docente, reformulada en 2006, instituyó como funciones básicas la docencia, la investigación y la extensión, a las que se sumaron la gestión y la evaluación. Paralelamente, se fijan tres categorías diferentes para solicitar la promoción de la carrera, las que responden a las distintas orientaciones académicas: Docencia e Investigación, Docencia y Docencia y Desarrollo Profesional (Claverie, 2009).

Para muchos de los entrevistados, la implementación de la carrera docente resulta positiva pues establece pautas claras para el ascenso profesional, y a diferencia de lo que sucede en otras instituciones, disminuye el conflicto y la arbitrariedad en el proceso de asignación de cargos:

la UNQ no tiene cátedra, tiene áreas, entonces uno no compite contra otros. En Filo estoy doctorada, tengo 45 años y soy JTP. No hay posibilidad de ascenso porque la persona que es adjunta tiene diez años más que yo y mi titular ocho años más. En cambio, en la UNQ estoy asociada y no tengo que competir con nadie, sólo conmigo misma; en la medida en que vas reuniendo antecedentes, te van ascendiendo, entonces es mucho menos conflictivo [UNQ, Ciencias Humanas]

En la UNGS, la carrera académica consiste en la aplicación de evaluaciones de desempeño a pedido de los investigadores-docentes que hayan sido convocados a concurso. El Consejo Superior los designa en las categorías de profesor o asistente, y según tres niveles jerárquicos distintos. En todos los casos, el acceso al cargo se realiza mediante concurso público y abierto de antecedentes y oposición. Los criterios de evaluación fijados en las grillas incluyen tanto el desempeño en actividades tradicionales de investigación, docencia, servicios y acción con la comunidad -equiparable a la función de extensión de otras universidades- como la gestión, entendida como una función universitaria más de los investigadores. Mientras en la UNQ existen perfiles profesionales diferenciados de carrera, la UNGS integra una diversidad de roles en un único modelo académico; vale decir, el profesor profesional, los investigadores más internacionalizados, los profesores inclinados hacia la gestión institucional, el profesor extensionista, etc. Los criterios de evaluación combinan una serie de demandas que responden a las orientaciones del mundo científico, a las políticas públicas de educación superior, a los intereses propios de la institución y a las necesidades del entorno.

Por último, cabe destacar que en sus comienzos las tres instituciones fijan salarios cuyos montos eran muy superiores a los de los docentes de otras universidades nacionales, cuestión que muchos entrevistados señalan como una fuente de motivación para decidir la movilidad. En efecto, a fines de los años noventa, los sueldos en las universidades estudiadas varían entre 1.500 y 3.000 dólares, dependiendo de la ubicación del docente en la grilla salarial (García de Fanelli, 1997: 77), mientras que los salarios de las universidades más tradicionales oscilan entre los 300 y 1500 dólares.

Distribución de dedicaciones y cargos docentes

A partir de los datos recabados, se hace evidente que con algunas excepciones, la movilidad institucional implica un ascenso en la escala docente. Lo más frecuente es el pasaje desde la categoría de Jefe de Trabajos Prácticos (JTP) detentada en la universidad de origen, al cargo de Profesor Adjunto en la de destino, y en menor proporción, desde el cargo de Profesor Asociado o Adjunto al de Titular. En la UNGS y en la UNQ predominan las dedicaciones exclusivas y semi-exclusivas, mientras en la UNSAM son numerosas las dedicaciones simples, precisamente porque se trata de una exigencia que acompaña los cargos exclusivos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).

Si tomamos en cuenta la inclusión de la mayoría de los entrevistados en el Programa de Incentivos a los Docentes-Investigadores, y si consideramos su distribución por dedicación y cargo, obtenemos un mapa más representativo de su distribución académico-institucional. En 2008, en la UNQ y en la UNGS, un 80% y un 85% de los docentes-investigadores poseen dedicaciones exclusivas. En cambio, en la UNSAM, existe un 50% dedicaciones simples y un 32% de semi-exclusivas en parte en virtud de su estrategia asociativa con otras instituciones y su política de captación de recursos humanos del CONICET.

La cuestión de escala

Otro aspecto surgido en el curso de esta investigación refiere a la cuestión de la escala, o el tamaño de la universidad y su influencia en las percepciones de los investigadores con respecto a los vínculos que se establecen y a las facilidades edilicias para el desarrollo del quehacer. En ese sentido, al describir sus experiencias, los investigadores en ciencias sociales y humanas hacen hincapié en la importancia de la interacción con otros colegas en espacios que ofrecen condiciones favorables para el intercambio: "estaba todo a disposición, teníamos medio piso" [UNSAM, Ciencias Sociales]; "aquí las condiciones de trabajo son ideales, estoy muy cómodo, tengo mi propio escritorio, mi propia maquina, reúne las condiciones óptimas" [UNQ, Ciencias Humanas]; es un lugar "muy amable", donde se está "muy cómodo", y "permite armar equipos" [UNGS, Ciencias Sociales]. Sintetizando, "hay toda una red de contención que otras universidades grandes no tienen" [UNGS, Ciencias Exactas]

En suma, las mejores condiciones salariales y de trabajo en las universidades de destino, junto con la posibilidad de estabilidad y ascenso concreto en la carrera académica, fueron en un comienzo los estímulos más importantes mencionados por los entrevistados. A esos factores se añaden otros de orden contingente: las redes de relaciones entre colegas, directores y becarios, las que en algunos casos acarrean movimientos institucionales; el deseo -expresado en repetidas oportunidades- de trabajar con figuras relevantes y admiradas con el propósito de enriquecer la formación.

ITINERARIOS DE MOVILIDAD A MEDIADOS DEL NUEVO SIGLO

En los últimos años, la movilidad es más circunscripta y reviste un carácter "interconurbano"; vale decir, desde y hacia alguna de las universidades nacionales aquí estudiadas. En particular, se observan "pases" individuales de investigadores. El mapa que sigue evidencia la variedad de corrientes migratorias, aunque es necesario aclarar que al haberse producido estos movimientos recientemente, todavía no pueden analizarse con la suficiente perspectiva como para adelantar conclusiones al respecto.

 

 

Por otra parte, se identifican otros desplazamientos cuantitativamente más pequeños, de regreso hacia las universidades tradicionales: más específicamente, desde la UNGS hacia la UNLP y la UBA, y desde Quilmes hacia la UBA. En referencia a este fenómeno, un entrevistado señala:

nos ocurre que se nos va gente y tenemos que pensar cosas para retenerlos porque hay competencia. Incluso lugares que antes estaban más cerrados ahora ofrecen cargos. La UBA era un lugar donde la gente tenía que estar mucho antes de conseguir algo. Ahora no es tan así. Se nos va gente que en su momento no tenía lugar en la UBA y vino acá y ahora están volviendo para allá. De hecho nos pasó cuando buscamos cubrir contratos de profesores full time. Los aspirantes te decían no quiero full time porque si no me descuentan del CONICET porque no puedo tener otro cargo. Antes la gente buscaba un cargo full time [UNGS, Ciencias Exactas]

Algunos indicios acerca del fenómeno dan cuenta del surgimiento de conflictos entre las condiciones y características del trabajo de los investigadores del CONICET y los proyectos más innovadores de carrera académica de las nuevas universidades, particularmente en la UNGS y en la UNQ. Es destacable el hecho de que en algunos casos, esos desplazamientos se producen una vez que los investigadores han "hecho carrera" y han obtenido alguna reputación en sus respectivos campos, adquirida durante su radicación en las universidades estudiadas. En la UNGS, sobresale la tensión entre la tradición del modelo de investigador de CIC -caracterizado por la amplia autonomía de sus miembros, quizá más vinculado con la cultura institucional de las universidades grandes- y la carrera académica diseñada por la propia universidad, fuertemente articulada con las demandas institucionales y regional/locales. En la UNQ, el pasaje desde una escala salarial donde el merito académico antes que la antigüedad era el criterio orientador y los salarios resultaban comparativamente más altos que en otras universidades, hacia otra basada en los últimos años en la antigüedad y relativamente equiparada en términos salariales con el resto de las instituciones genera algunas disconformidades entre ciertos investigadores de la institución, quienes optan -ante los cambios descriptos- por radicarse en universidades demandaran una menor actividad de docencia. No obstante, el flujo migratorio desde la UBA hacia la UNSAM continúa siendo significativo, especialmente en el área de las ciencias sociales y humanas. Además, tanto en la UNGS como en la UNSAM, las corrientes migratorias de investigadores que obtuvieron su formación de posgrado en el exterior siguen vigentes.

Finalmente, la ampliación del ingreso a la CIC de los últimos años, sumado al estímulo simbólico y económico que representa para los investigadores en detrimento del salario y la responsabilidad docente en el ámbito universitario, desalienta en muchos casos la radicación de la actividad de investigación en la universidad. Asimismo, el modelo de Carrera de Investigador promueve una relativa autonomía de los científicos universitarios respecto de la institución donde trabajan, cuestión que desemboca tanto en la posibilidad de movilidad, como en cierto distanciamiento de otras funciones universitarias como la docencia. Según los testimonios, lo que sucede es que "con el cargo de CONICET, la movilidad es sencilla y en principio, es ganancia para la universidad" [UNQ, Ciencias Humanas]. En la misma dirección, un entrevistado sostiene: "hasta que obtuve el ingreso en la carrera, imaginaba que iba a estar aquí; ahora pienso en la posibilidad de dejar la universidad en algún momento y dedicarme sólo a investigar pero no cambiar a otra universidad" [UNGS, Ciencias Humanas]

A MODO DE CIERRE

Durante el período estudiado, el surgimiento de nuevas universidades identificadas con las innovaciones anteriores y diversamente comprometidas con la promoción de la investigación científica, genera movimientos en las posiciones académicas y en la reputación institucional de las casas de estudio de región metropolitana. De la investigación realizada se desprende el carácter dinámico de la reputación institucional, cuya especificidad deriva de constantes negociaciones a través de distintas estrategias institucionales.

En la etapa de su fundación y normalización institucional, las universidades estudiadas se benefician de determinados incentivos financieros, así como de la política de desregulación salarial implementada en esos años y de cierto apoyo político e institucional para diseñar modelos universitarios con una fuerte impronta investigativa. Luego, desarrollan procedimientos basados en una distribución diferencial de cargos y dedicaciones para atraer recursos humanos de excelencia, escasamente reconocidos en las instituciones de origen, y conformar así una planta docente muy calificada. Con ello, en alguna medida, parece trastocarse la escasa cultura de movilidad inter-institucional existente hasta entonces.

Desde el año 2000, tanto la UNQ como la UNGS pudieron organizar un plantel medianamente consolidado de investigadores. Por lo tanto, los procesos de movilidad desde las universidades más tradicionales de la zona hacia estas instituciones tendieron a desarrollarse más acotadamente. En la UNSAM, en cambio, continúa un flujo migratorio importante, en parte por la apertura incipiente de varias de sus carreras de grado. Luego, si bien se han sostenido los aumentos salariales, se verifica una equiparación con el conjunto de los docentes universitarios nacionales, a diferencia de lo que ocurrió durante la década de 1990. Aun así, las favorables condiciones laborales, edilicias y la alta reputación alcanzada en ciertas áreas de conocimiento, hacen todavía de la UNQ, la UNGS y la UNSAM espacios atractivos para muchos investigadores. En contraposición, algunos de los que trabajan en ellas encuentran que la paridad salarial no se corresponde con el nivel de demandas y exigencias en comparación con las de las universidades más antiguas de la zona, o incluso con configuraciones más recientes. Por consiguiente, no descartan la posibilidad de encarar nuevos procesos de movilidad.

Por otra parte, en los últimos siete años, la apertura del ingreso a la CIC del CONICET llevó a que numerosos investigadores compensaron los obstáculos para ascender en la jerarquía docente con estrategias dirigidas a obtener reconocimiento a partir de la realización de una carrera en ese organismo. La especificidad de dicha carrera, habilita a sus investigadores a emprender el tipo de movilidad analizada en este trabajo, al tiempo que allana el camino para otros movimientos migratorios, aunque también genera tensiones con las culturas académicas locales.

Por último, es preciso señalar que en el período que se extiende desde 2007 hasta la actualidad, se fundaron un total trece nuevas universidades: cuatro instituciones de gestión privada y nueve estatales. De ellas, cinco se localizan en el área metropolitana de Buenos Aires, lo cual significa en ese espacio geográfico la creación de apenas una universidad menos en comparación con la expansión de los años noventa17. En la medida en que los nuevos actores académicos e institucionales busquen incrementar su prestigio académico en la base de la institución -antes de limitarse sólo a la captación de matrícula- lograrán incorporarse a un espacio dinámico de competencia entre posiciones académicas y reputaciones institucionales en lucha. Estos hechos le otorgan un renovado interés a nuestro estudio, pues seguramente inaugurarán nuevos procesos de movilidad en un espacio universitario cada vez más competitivo en términos académicos, sociales y políticos, antes geográficos.

Notas

1. El presente escrito constituye una reformulación de nuestra tesis titulada "Movilidad Académica, Lógicas Institucionales y Actividad Científica. Un estudio sobre investigadores universitarios en las universidades nacionales de Quilmes, General Sarmiento y San Martín", defendida en agosto de 2011 ante el Programa de Doctorado de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Asimismo, corresponde señalar que una versión anterior y parcial de este escrito fue presentada en agosto de 2011en las IX Jornadas de Sociología de la Universidad de Buenos Aires, bajo el título "Políticas de Educación Superior y Movilidad Académica: trayectorias e itinerarios en el área metropolitana de Buenos Aires".

2. En los Estados Unidos, la movilidad geográfica e interinstitucional asociada al ascenso en la escala académica estuvo relacionado con el aliento que brindaron las instituciones de educación superior a quienes habían alcanzado el grado doctoral en otras casas de estudio; fue un modo de prevenir las consecuencias negativas de la endogamia (Cruz Castro y Sanz Menéndez, 2010)

3. Como parte del trabajo de campo, se efectuaron treinta y seis entrevistas a investigadores académicos con dedicación exclusiva o semi-exclusiva, pertenecientes a los campos de las ciencias sociales y humanas y de las exactas y naturales, radicados en alguna de las tres universidades nacionales escogidas. Otro criterio de selección se asentó en un requisito principal: que los investigadores hayan desarrollado actividades de investigación científica en otra universidad nacional, antes de migrar hacia las de su actual radicación. Asimismo, se llevaron a cabo entrevistas a autoridades vinculadas con la Secretaría de Investigación de las tres instituciones, con el propósito de obtener información significativa relacionada con la política de investigación y de captación de recursos humanos y se relevaron documentos, normativas e información estadística vinculada con la temática de investigación.

4. Por movilidad se entiende el desplazamiento de individuos o grupos de una posición social a otra. La movilidad vertical ascendente supone el desplazamiento hacia una posición social y/o profesional superior (Cavalli, 1997: 1005)

5. Las universidades nacionales pasaron de diez a veintitrés. Sin embargo, sólo cinco fueron realmente nuevas: Río Cuarto, Lomas de Zamora, Luján, Santiago del Estero y Catamarca. Otras cinco instituciones se originaron en sub-divisiones: Salta, San Juan, San Luís, Entre Ríos y Misiones. Las tres restantes fueron nacionalizaciones de universidades anteriores provinciales o privadas: Comahue, La Pampa y Jujuy.

6. Posteriormente, entre 1973 y 1975, se nacionalizaron las universidades de la Patagonia, del Centro de la Pcia. de Bs. As. y de Mar del Plata. En 1980, la Universidad Nacional de la Patagonia fue fusionada con la universidad privada San Juan Don Bosco, lo que resultó en la creación de una única institución denominada Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Don Bosco.

7. De acuerdo con la autora, en 1982 las dedicaciones exclusivas constituían el 9% del total de la planta docente universitaria; en 1992 suben al 11%, y en 2000 llegan al 13%. En 2008, los cargos con dedicación exclusiva representaban el 10,8% del total, mientras que los de dedicación simple constituían el 55, 6%.

8. Las universidades más grandes (Universidad de Buenos Aires, Universidad Nacional de La Plata y Universidad Nacional de Córdoba) en términos de alumnos, recursos y docentes se sitúan en el centro del país. Las tres concentran la mayor cantidad de docentes-investigadores inscriptos en el Programa de Incentivos, por lo que -según datos de 2009-absorben alrededor de un 36% de los inscriptos en el programa y del crédito inicial en C&T.

9. Cabe recordar que en 1993, se crea el Programa de Incentivos a Docentes Investigadores (PROINCE) con el objetivo central de promocionar la investigación integrada a la docencia en las universidades nacionales. Impulsado desde la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU), propone aumentar la investigación en las universidades públicas por medio de la asignación de un incentivo monetario a los docentes que acrediten la realización de investigaciones. De tal forma, el PROINCE inaugura por un lado, la asignación presupuestaria por mecanismos competitivos, lo que origina una diferenciación salarial entre los docentes, y promueve la diferenciación del mercado académico (Albornoz, et. al., 2004). Asimismo, rompe con el principio de que a "igual función docente, igual remuneración", dado que a mayor productividad en el plano de la investigación resulta posible obtener una mejor remuneración en el cargo docente. Por otra parte, introduce criterios formales de valoración de la actividad de investigación, al tiempo que genera una nueva identidad institucional en torno de la noción de "docente-investigador" (Carullo y Vacarezza, 1997). Por otra parte, resulta determinante al instalar criterios de evaluación homogénea entre los investigadores universitarios y en fijar parámetros de antecedentes y productividad para los proyectos del sistema universitario nacional. Asimismo, logra generar y mantener en el tiempo un sistema de información de una parte significativa de las actividades de las universidades nacionales.

10. Al respecto, cabe señalar que entre 2006 y 2011 las becas doctorales y posdoctorales otorgadas por el CONICET aumentan un 46.4%. Por el contrario, entre 2006 y 2011, los ingresos a la CIC crecieron más moderadamente, al incrementarse en un 12.6%.

11. En el ámbito de la Secretaría de Políticas Universitarias y en el marco del Programa de Reforma de la Educación Superior (PRES), en 1995 se crea el Fondo para el Mejoramiento de la Calidad de la Educación Superior (FOMEC), financiado a través de recursos del Banco Mundial. Como rasgo sobresaliente, el programa introdujo un nuevo mecanismo de distribución presupuestaria articulado con procesos de evaluación. El programa duró siete años y medio, durante los cuales se llevaron a cabo cinco convocatorias anuales.

12. A excepción de ese panorama general, en los últimos cinco años se desarrolla el Programa de de Intercambio entre Universidades Nacionales "InterU". La iniciativa surge de un acuerdo entre el Consejo Universitario de Ciencias Exactas y Naturales (CUCEN) y la Secretaría de Políticas Universitarias y fija ciertos mecanismos comunes de cooperación entre las universidades tanto en el área de docencia como en investigación y administración. Una de las características centrales de la propuesta consiste en la posibilidad de movilizar interinstitucionalmente a estudiantes y docentes -en carácter de visitantes- como parte del objetivo general de formación de recursos humanos de posgrado. En la actualidad, el programa se mantiene vigente y mantiene -desde su creación- un registro de veinticuatro convenios firmados entre las distintas universidades participantes. Asimismo, extendió su influencia hacia las áreas de Matemática, Física, Química, Biología, Geología y Computación. Corresponde señalar que si bien las dimensiones del programa son muy pequeñas en relación con la magnitud del sistema (en términos de disciplinas, instituciones, estudiantes y docentes), la propuesta resulta una de las pocas iniciativas de movilidad docente, en el marco de un proyecto de cooperación interinstitucional- desarrolladas hasta el momento.

13. Como la definición de itinerario se asemeja a la de trayectorias, pues refiere a una "dirección y descripción de un camino con expresión de los lugares, accidentes, paradas, etc., que existen a lo largo de él" (Diccionario de la Real Academia Española, 2001), emplearemos ambas expresiones como equivalentes. En contraste, los términos circuito y recorrido suponen una ruta o itinerario previamente fijado (Ibíd.)

14. La UNQ abre sus puertas a prestigiosos científicos de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, quienes conforman allí un programa entero de investigación; a la UNSAM, pasa parte del plantel docente de una cátedra de la misma facultad, mientras la UNGS recibe a investigadores destacados de esa misma institución.15. Tomamos prestada la expresión de García de Fanelli y Moguillansky (2009:124)

16. Para paliar la situación, en 2003 se relanza el Programa Raíces de la Dirección de Relaciones Internacionales de la SECyT, que promueve el retorno y la reinserción en empresas de base tecnológica, universidades y centros de investigación. Sobre el impacto del programa, puede consultase Luchilo (2007) y García de Fanelli (2009).

17. Desde la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner hasta la actualidad se fundaron trece universidades, lo que representa un crecimiento del 12,9% del sistema. Nueve instituciones son estatales y de ellas, cinco se encuentran localizadas en el área metropolitana de Buenos Aires y cuatro en otras provincias o regiones del país; las cuatro restantes son de gestión privada. Nos referimos a las Universidades Nacionales de Avellaneda, Moreno, del Oeste (en Merlo), Arturo Jauretche (en Florencio Varela) y José C. Paz; a la Universidad Nacional de Río Negro, a la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, a la Universidad Nacional de Chaco Austral y a la Universidad Nacional de Villa Mercedes en la provincia de San Luís.

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