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Revista Pilquen

versión On-line ISSN 1851-3123

Rev. Pilquen. secc. cienc. soc.  no.15 Viedma dic. 2012

 

ARTÍCULO

Migraciones y conformación de sectores dirigentes en Viedma (Río Negro). Estudio de caso: Pierre Inda (1872-1920)

 

Talía Violeta Gutiérrez
taliavioletag@yahoo.com.ar
Centro de Estudios de la Argentina Rural (CEAR) - Universidad Nacional de Quilmes; Fac. de Humanidades y Cs. de la Educación - Universidad Nacional de La Plata

Recibido: 19/11/11
Aceptado:
20/03/12

 


Resumen
El presente estudio se centrará en el análisis de una trayectoria migratoria -la de Pierre Inda, francés de los Bajos Pirineos- y su inserción en la sociedad de acogida, Viedma en el Territorio Nacional de Río Negro (Argentina), entre 1872 y 1920. El objetivo es aportar a la mejor comprensión de la relación entre migraciones y conformación de sectores dirigentes en el ámbito rionegrino a fines del siglo XIX e inicios del XX. Hijo de agricultores propietarios en su país natal, Inda llegó a Viedma en 1872 y fundó una familia que ha participado activamente en la vida socioeconómica y política local y regional, en una sociedad de frontera, en proceso de cambio e institucionalización. Ligado al comercio, a la propiedad y explotación rural al mismo tiempo que se tejían redes familiares, sociales y políticas, integró lo que podemos considerar una verdadera "élite territoriana", sin cortar sus vínculos con la comunidad francesa y vasca en Argentina y en su región de origen.

Palabras clave: Migraciones; Río Negro; Sectores dirigentes; Inda.

Migration and formation of leaders sectors within Viedma (Río Negro). Case study: Pierre Inda (1872-1920) 

Abstract
This study will focus on the analysis of a migratory path - that of Pierre Inda, French of Basses Pyrenees - and their insertion into the host society, Viedma, in the National Territory of Rio Negro (Argentina), between 1872 and 1920. The objective is to contribute to better understanding of the relationship between migration and formation of leaders sectors within the Río Negro society, in the end of the 19th century and early 20th. Son of farmer owners in his home country, Inda came to Viedma in 1872 and founded a family that had participated actively in local and regional socio-economic and political life in a frontier society, in the process of change and institutionalization. Linked to trade, property and rural exploitation at the same time that wove family, political, and social networks integrated which can be considered a true "elite territoriana", without cutting their ties with the French and Basque community in Argentina and its region of origin.

Key words: Migrations; Río Negro; Leaders sectors; Inda.


 

INTRODUCCIÓN 

El proceso migratorio temprano en la Argentina, y más aún la inmigración masiva a partir de la década de 1880, tuvo como escenario principal la región pampeana y las grandes ciudades puerto. Sin embargo, y por diversas razones, muchos inmigrantes fueron más allá, aventurándose incluso en los territorios aún no totalmente controlados por el Estado nacional, como el norte patagónico, y contribuyeron a la conformación política, social y económica de estas sociedades de frontera. Atraídos por las posibilidades económicas de las regiones "nuevas" llegaron españoles, italianos, franceses y otros grupos menores que se radicaron en las localidades existentes, entre ellas Viedma (antes Mercedes de Patagones) Dedicándose al comercio, ganadería y las más variadas actividades, algunos de ellos llegan a fundar una importante descendencia que desempeña por largo tiempo (y a veces aún hoy) un papel relevante en la vida socioeconómica y política local y regional. Ese fue el caso de Pierre Inda (1848-1934), un inmigrante proveniente de los Bajos Pirineos en Francia (zona que en parte corresponde al antiguo pays vasco francés, y que ahora integra el departamento de Pirinées Atlantiques), y su actuación en el norte patagónico. Perteneciente a una familia propietaria de tierras en su región natal, emigró a la Argentina en 1866 -previo paso por Uruguay, donde quedó su hermano Jean- y, asentado en Viedma (Argentina) fundó una familia que ha participado activamente en la vida política, socioeconómica y cultural - gozando de importante reconocimiento social hasta la actualidad.

Es objetivo de este artículo, a través del análisis de la trayectoria migratoria de Inda y su inserción en la comunidad local de Mercedes de Patagones/Viedma -desde su arribo en 1872, hasta 1920, cuando se produce un retorno y reencuentro con su comarca de origen en Francia- y avanzar en la comprensión de la incidencia de las migraciones extranjeras en la conformación de los sectores dirigentes en Viedma, proceso que se daba al mismo tiempo que se tejían redes familiares y sociales y se mantenían lazos estrechos con la comunidad francesa.1

Comerciante y ganadero, con una importante participación en el asociacionismo de la comunidad y en la vida política municipal -esfera relevante en la época por ser el único espacio de ejercicio de la ciudadanía en los territorios nacionales- Pedro Inda fue un integrante y es más, contribuyó a conformar, una verdadera élite territoriana. Es decir en el sentido de élite dirigente, que reúne en sus manos el poder y reconocimiento social, mediante una especial combinación de diversos factores, contando también con el hecho de que buena parte de sus integrantes, en esta etapa temprana, provenían de familias inmigrantes2.

El migrante como actor social concreto en sus decisiones personales y familiares ilustra las múltiples maneras en que se inserta una historia personal en la historia más amplia de la consolidación del Estado nacional con el aporte migratorio como uno de sus aspectos. Las redes personales y comunitarias, actuando en el momento del asentamiento en el país, y aún más allá en el tiempo, y el fuerte vínculo con la comarca de origen no impiden que a su vez se integren a la comunidad de acogida, ayudando a conformar, en algunos casos como el estudiado, el grupo dirigente local.

PATAGONIA, TERRITORIO DE FRONTERA: EL CONTEXTO HISTÓRICO

El contexto en que actuó Pedro Inda era cambiante -llegó al sur en 1872 y ya para fines de la década parecía estar bien instalado como comerciante- a medida que la Patagonia se incorporaba al resto de la Nación, por medio de la "conquista" militar y la ocupación de tierras. Este proceso se desarrolló en tres etapas entre 1879 y 1885, tuvo por resultado "el sometimiento del norte de la Patagonia a las autoridades del Estado nacional, la destrucción de la economía y la sociedad indígena y su progresivo reemplazo por una sociedad de inmigrantes criollos y europeos". En definitiva una campaña militar que combinó eliminación física con la privación del uso de tierras, cultivos, animales, estructura social y formas de vida a las poblaciones originarias de la Patagonia. (Navarro Floria, 1999: 105,131)3 Cuando se impulsó la conquista definitiva de estos territorios por los estados de Argentina y Chile, jugaron elementos económicos (incorporación de tierras a la producción, mano de trabajo aborigen), geopolíticos (consolidación de las fronteras de los Estados nacionales, aún permaneciendo puntos conflictivos) y la imposición de un imaginario, que bien ha descripto W. Delrío como "una visión del 'otro' fuertemente denigrada y una imagen del nosotros, comunidad nacional, como factor de civilización", un discurso que "homogeneizaba y salvajizaba" a los pueblos originarios.(2005:61-62) En este esquema, y de acuerdo con el mandato alberdiano y sarmientino, el inmigrante contribuiría al proceso "civilizatorio" con su aporte laboral y cultural.

Si bien la fundación de poblaciones costeras como el caso de Carmen y Mercedes (luego Viedma) de Patagones a ambos lados del Río Negro fue anterior4, la ocupación de las tierras del interior patagónico por parte del gobierno nacional permitió dinamizar la actividad socioeconómica de la región. Ésta se centró en la ganadería extensiva (ovina fundamentalmente pero también vacuna y caprina) y el comercio, tanto el ganadero y de "frutos del país" como variados productos e insumos para una población que, si bien escasa con relación al territorio fue en aumento en todo el período (en determinados momentos fue relevante la provisión de diversos insumos para las tropas, en especial donde el ejército establecía sus guarniciones) Al respecto se ha afirmado que "la necesidad de incorporar suelos menos favorecidos para la expansión de la ganadería extensiva en sus diferentes rubros, más la inversión especulativa en tierras, muy importante en esos años, son entones el macronivel de análisis en el que necesariamente debe inscribirse el modelo de expansión territorial con bajo poblamiento, que en términos generales caracterizó la ocupación de los territorios patagónicos" (Bandieri 2000: 128) Ya en 1878 por la ley Nº 954, conocida como "ley de fronteras", se había creado la gobernación de la Patagonia, poniendo al frente al gobernador Álvaro Barros, hacendado, militar y político bonaerense, con capital en Viedma al sur del Río Negro. La población adquirió entonces otra entidad política, controlando un amplísimo territorio y Barros la dotó de un Concejo municipal y un juez de paz, dando origen así a la posibilidad de cierta participación política de la población, una novedad para la Patagonia (Ruffini 2006:29-40; 2007:152)

Por otra parte, en 1884 se sancionó la ley 1532 creando los "territorios nacionales" de La Pampa, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del fuego, y al norte los de Chaco, Formosa y Misiones, cuyos gobernadores eran designados por el poder centralsalvo en el nivel del municipio (elecciones de juez de paz y concejos municipales) (Bandieri 2000:138). Respecto de estas regiones se ha afirmado que "en estos espacios, no hay sociedades constituidas, sólo remanentes de la población nativa, extranjeros (mayoritariamente chilenos en la Patagonia) y algunos pocos argentinos". La acción estatal es importante en el desarrollo de los recursos, y la rapidez de la integración económica dependió de "la importancia respecto del área pampeana". (Favaro y Scuri, 2005:6)

A partir sobre todo de los años ochenta y hasta principios del siglo XX, el eje Viedma-Carmen de Patagones centralizó el comercio, en función de la expansión ovina en todo el norte de la Patagonia, hasta que más tarde arribó una firma de Buenos Aires a la Bahía de San Antonio, arrebatándoles buena parte del tráfico (Rey; 2007:233)

En el aspecto demográfico la población total para el territorio de Río Negro fue escasa en todo el período analizado (últimas décadas del siglo XIX, primeras del XX, aunque también posteriormente), pero ya en 1912 de todos modos alcanzó el número de 34.229 habitantes (lo cual lo hubiera habilitado para tener su propia legislatura aunque la norma no se cumplió entonces). Las migraciones de ultramar, presentes desde la fundación del sitio por los españoles, en particular desde que se ampliaron las posibilidades comerciales cuando en 1856 se instaló el puerto franco en Carmen de Patagones, y, en consonancia con la legislación de otorgamiento de tierras que facilitaba su apropiación por particulares, se incrementaron desde la década del ochenta. Entre los europeos predominaban españoles, italianos y franceses, (el grupo de mayor número era el de los chilenos, debido a su situación limítrofe con la Argentina), aunque los extranjeros no eran más que el 11% en 1886. En 1895 ya eran el 18% pero subió su porcentaje al 35% en 1914, solo levemente menor al de un espacio como Tandil en la región pampeana, estudiado por Hernán Otero, para el cual en 1914 era de 37,4%. Con relación específicamente a los franceses (inmigración que había llegado tempranamente), se ha contabilizado que para 1895 eran el 9% de los nacidos fuera del país, y solo 3% en 1914 y 1920 (este último un Censo territorial). La mayoría de los inmigrantes de ultramar llegaban a la Patagonia luego de una estadía cerca del puerto de Buenos Aires -los franceses e Inda en particular no fueron la excepción- y con un gran predominio masculino, mayor al anotado para el conjunto de la migración a otras zonas (Moldes y Entraigas 2007: 103-109; Otero 1995: 82-83)

Dentro de este colectivo los franceses de la región pirenaica, vascos y bearneses, se asentaron predominantemente en la región pampeana (en particular en algunas localidades bonaerenses como Azul o Tandil) aunque parece haber existido también una expresa y temprana atracción hacia el sur del país. En 1879 un periódico local -El Río Negro- citaba al diario capitalino La Prensa, anunciando la llegada de dos contingentes a Viedma: "Con destino a la Patagonia salen hoy las dos ya anunciadas expediciones de inmigrantes vascos franceses", aun cuando no conocemos su destino posterior.5 Si bien luego se frenó esta tendencia, se consolidó la inclusión en la vida socioeconómica, asociativa, política, de las familias ya asentadas en el valle inferior del Río Negro, y sus descendientes.

TRAYECTORIA MIGRATORIA E INSERCIÓN SOCIOECONÓMICA

Un itinerario de vida de una persona o de una familia puede no tener interés para la historia si se la toma en un plano aislado pero, "comprender una vida articulándola con hechos colectivos, y mostrar el juego de interacciones entre la dimensión individual de una trayectoria y los movimientos de orden más universal puede aportar nuevos elementos de conocimiento" (Raquillet-Ambrogi 2006: 582) Es en ese sentido que nos interesa la historia de los Inda, en particular Pedro, quien con su esposa Francisca Sarratea fundó una familia que actuaría en los diversos ámbitos sociales, políticos y económicos rionegrinos, desde el último cuarto del siglo XIX (y hasta la actualidad)

Pedro [Pierre] Inda (1848-1934) era natural de Esterençuby, cantón Saint Jean Pied de Port, en Iparralde (Francia) Sus padres -Jean Inda y Marie Cahterine Arrosagaray- eran agricultores y ganaderos en esa comuna6. Eran propietarios de la maison de Guilento, que había pasado de generación en generación para los Inda, Amipoenia y Pouchouloneo, y casas chicas como Aldeharta, Coborda, Incaure conformaban el dominio familiar. Los Arrosagaray asimismo pertenecían a una maison de propietarios del mismo cantón.

Esta estructura familiar de residencia y producción se enmarcaba en el sistema de propiedad y herencia propias de los vascos de los Bajos Pirineos, basado en sistèmes a maison. "La maison o casa constituía la unidad esencial de la vida de los individuos", y era un sistema sucesorial con gran estabilidad, que descansaba en la primogenitura -o a favor de alguno de los herederos- desafiando incluso el cambio de legislación ya que el Código napoleónico no lo permitía. "La rígida repartición interna de roles producida por el sistema de herencia" podría haber sido un factor de emigración para el país vasco (Zeberio, Bjerg y Otero: 1999) Los Inda, medianos propietarios en su localidad, pudieron permitirse mantener la propiedad en la familia durante el siglo XIX y al menos las primeras décadas del XX, aunque no tenemos indicios de que la herencia haya sido la causa de la emigración.

Pedro emigró hacia América al parecer con su hermano Jean (mayor, nacido en 1841), y pasaron en primer lugar por Montevideo en Uruguay, donde permaneció el hermano. En Buenos Aires se estableció Pierre y allí lo registró el Censo Nacional de Población de 1869 (sección 3ª) en cercanía de otros connacionales. Esta trayectoria del previo paso por Uruguay para luego llegar a Argentina era bastante habitual en la época, Inda no fue entonces un caso excepcional. Ya en el país comenzaron a funcionar los lazos o redes de conocimiento con paisanos vascos y franceses y estableció contacto con un tal Harguindeguy dueño de una zapatería importante en el centro de Buenos Aires, "Los angelitos", donde se empleó. Aprendió el oficio de fabricación y venta de zapatos, el que conservó aún más tarde cuando sus circunstancias socioeconómicas habían cambiado. Esta actividad laboral le permitió establecerse al menos por un tiempo en la ciudad, antes de decidirse a tentar otros destinos, una vez reunido el dinero necesario7.

Era habitual que los salarios relativamente altos en actividades calificadas del medio urbano permitieran obtener un mínimo de capital que diera la oportunidad a un inmigrante para pasar luego a buscar mejores oportunidades "en la campaña, que no significa únicamente el campo […] sino también los nuevos pueblos" (Irianni 2010:339) Esa fue la trayectoria de Pedro Inda, solo que no se quedó en la región pampeana como muchos de sus paisanos a los que se refiere la afirmación anterior, sino que avanzó hasta el norte patagónico.

En 1872 se trasladó a Mercedes de Patagones (luego Viedma) en la orilla sur del río Negro, el valle inferior, zona de frontera8 con relación al alcance del dominio Estado argentino, pero con salida al mar a través del puerto de Carmen de Patagones y por ende con posibilidades de progreso para quien supiera aprovechar las oportunidades de hacer negocio. Inda se encontraba entonces en posición de formar una familia, para lo cual regresó a Buenos Aires, donde en 1874 se casó -en la parroquia San Miguel Arcángel- con Françoise Sarratea, española pero también de origen vasco, (de Elizondo, en la zona de Pamplona, un municipio muy cercano a la frontera y a Esterençuby, aunque no hay datos de conocimiento en Europa). Pero sin dudas la relación se habría entablado antes, cuando ambos residían en el mismo barrio de Buenos Aires así como otros miembros de la familia Sarratea/Garchitorena, tal cual lo testifica el censo del año 69 (Sección 3ª. del Censo), o aún durante el paso previo por Uruguay, un recorrido que también habían realizado los Sarratea9.

"Qué es lo que sitúa a un individuo en posición de migrar?", es el interrogante que se plantea al investigador, con relación a la motivación individual, pero también a cuestiones comunes a diversas historias migratorias y estrategias de implantación (Raquillet-Ambrogi 2006:563) Los factores de emigración vasco bearnesa más conocidos fueron las prácticas sucesorias, presión de la miseria, deseo de independencia y éxito personal o el rechazo al servicio militar, pero hay otros menos analizados. La tradición migratoria de estas poblaciones, el desarrollo del transporte marítimo, la propaganda activa de los agentes de emigración, las cadenas migratorias y otros ingredientes de orden personal (el valor simbólico de la tierra, la proximidad del mar, el gusto por la aventura, la libertad, la independencia socioeconómica por parte de los jóvenes -varones pero también mujeres-, los valores comunes de civilización, religiosos y sociopolíticos, y la facilidad para el aprendizaje de una lengua también de origen latino) son parte de las múltiples cuestiones a tener en cuenta (Blázquez 2010:29-39). En este caso no conocemos las motivaciones específicas por las cuales emigró Pierre, aunque no parecen haber sido económicas, o al menos no una necesidad apremiante en ese sentido, dada la situación estable de la familia. Para sus descendientes actuales, la "necesidad de buscar nuevos horizontes", es la motivación aceptada por la familia, a la vez que el ejemplo de un pariente que había migrado previamente10. Posiblemente haya sido una conjunción de esos factores menos conocidos que se han mencionado, entre ellos la presión sobre la tierra, en regiones de propiedades pequeñas y que habían pasado sucesivas crisis económicas y políticas que indudablemente de alguna manera lo (los) afectaba incentivando las migraciones.

Si bien no ha sido posible establecer datos exactos de cadenas migratorias que hayan actuado en el sentido de apoyo a la migración, los hermanos Jean y Pedro Inda emigraron posiblemente por influencia de un tío que lo había hecho anteriormente. Ya en Argentina las redes de contacto con connacionales de la misma región de origen fueron las que funcionaron en el establecimiento de Pierre. Su hermano Jean, que permaneció en Montevideo, formó allí su familia casándose con María Anzolabehere, también de origen francés y vasca, y tuvieron varios hijos e hijas. Pedro en Buenos Aires como vimos se estableció gracias a su contacto con Harguindeguy.

Una vez en Río Negro, por su relación con otro paisano de apellido Veiguela, que tenía almacén de ramos generales, se ubicó primero como empleado, luego socio o habilitado, hasta que, finalmente, él mismo estableció su propio comercio. Por datos de los primeros periódicos de la zona, ya para 1879 era un comerciante establecido, relativamente importante para el tamaño del pueblo, y competía con otra familia de inmigrantes, estos españoles, los Contín. Muy pronto Pierre alcanzó alguna significación social y económica en la pequeña localidad que era entonces Viedma. En los pioneros semanarios "El Río Negro", editado en 1879 y "La Razón" de 1881 -no por casualidad por un francés, César Villuermet- figuraba más de una vez Inda, como pasajero a la ciudad de Buenos Aires, o participando en diversos acontecimientos sociales y suscripciones (para inundados, la iglesia, etc.) en las cuales era uno de los vecinos que más contribuían. En1881 se fundó la Sociedad Francesa de Socorros Mutuos, en la que Inda actuó como tesorero, siendo otro destacado personaje Guillermo Iribarne, hacendado, el presidente11.

Es de destacar que, en esta sociedad de frontera, pequeña en dimensiones, pero relevante para la historia de Río Negro, dos de las principales familias que integraban el sector dirigente eran del sur de Francia, una los Inda, y la otra la familia Iribarne, gascones, fundada por los inmigrantes Juan, Gregorio y Guillermo (llegados muy tempranamente al sur, en 1858, donde se establecieron como comerciantes y propietarios de tierras) (Ruffini 2007a: 417; Ruffini 2007b). A estas familias podemos sumar los Vuillermet.

El comercio, la actuación pública y la realización de actividades relacionadas con la propiedad y tenencia de tierras caracterizaron la estrategia de vida de la familia Inda, iniciada con sus fundadores, Pedro y Francisca y sus siete hijos/as. En efecto, en la sociedad de acogida también la estrategia de inserción tendió a la vinculación con la tierra y labores rurales, que comenzaron a complementar la actividad de Inda como comerciante de artículos diversos (ferretería, frutos del país, zapatería), en un proceso de ascenso social ligado no solo a lo económico sino también al prestigio que daba el acceso a la tierra.

"Al hacer de una trayectoria migratoria un objeto de estudio, este enfoque detallado permite leer lógicas sociales en el nivel de un individuo y en la temporalidad de una vida y mostrar, por su complejidad, en qué medida es imposible reducirla a esquemas mecánicos", en ese sentido "el hombre es devuelto al centro como actor de una historia concreta" (Raquillet-Ambrogi 2006:596). Si bien el de Pedro Inda es un recorrido semejante al de una buena parte de los vascos franceses o bajo pirenaicos simplemente estamos ejemplificando en un caso el aporte de muchos otros a la economía, la sociedad, la política y la cultura de la Argentina, devolviendo el actor concreto al centro de la historia. Generalmente aportes estudiados en relación a los migrantes establecidos en la región pampeana, y bastante menos en el resto del país.

En el caso de Inda el comercio local jugó un papel fundamental en su afianzamiento, tal como ha sucedido con otros connacionales en la región pampeana, pero también el objetivo de la propiedad fundiaria en la zona urbana y rural, donde alternaba con el arriendo. Sus negocios comerciales le han permitido sin dudas forjarse suficiente capital para volcarse, luego de los primeros años de afincamiento, a la cría de ganado, a la vez que conservaba el rubro comercial.

Los Inda participaron -al inicio Pedro, luego sus hijos- activamente en el mercado de tierras, comprando, vendiendo y arrendando, en la zona rural como urbana, en Viedma y en Carmen de Patagones, es decir en jurisdicción de los territorios nacionales y de la provincia de Buenos Aires. Esta actividad se realizó luego de 1885, ya que al principio parece haber armado su capital con el comercio. La posibilidad de ser proveedores del ejército empeñado en la campaña militar contra los aborígenes a partir de 187912 y la posterior instalación de destacamentos produjo un movimiento económico -además de militar- en la zona que favoreció a los negociantes preparados para aprovecharlo, forjando un capital que luego se pudo invertir en tierras y actividad ganadera.

De hecho incluso uno de los hijos de Pedro, Julián Inda, abrazó la carrera militar y sirvió al ejército nacional en el territorio13. No sugerimos con eso una vinculación de negocios, sino el prestigio y ascenso social que también tenía el servicio de las armas como oficial seguramente era valorado por una familia que consolidaba su lugar en la sociedad de acogida.

La inversión en tierras es parte de esta estrategia familiar. En Carmen de Patagones, los Inda -padre e hijos varones- adquieren varias propiedades urbanas, compradas a particulares u obtenidas de la Municipalidad14. Esto implicaba la diversificación de inversiones con la adquisición y luego alquiler de esos predios -también en Viedma- a diversas personas y al Consejo Nacional de Educación, una estrategia que continuó al menos hasta la siguiente generación15.

Asimismo arrendaba en el partido de Carmen de Patagones unas 7.500 has, parte de una cuadrícula de 10.000 has que eran las divisiones establecidas para otorgar por la "campaña al desierto" (por compra de cédulas o premios militares), en el lugar denominado Laguna del Monte. Años más tarde pasó a su hijo Enrique, y luego la viuda de este adquirió el campo en propiedad (ahora sigue en la familia). Es algo semejante a lo estudiado para otros espacios de la Argentina, en los que también el hijo podía heredar el arriendo que hacía el padre, muchas veces combinando con propiedad16 (Zeberio, Bjerg y Otero 1995:206).

La participación en el mercado de tierras era activa, Pedro arrendaba en Laguna de los Reales, Campo Frías, Potrero cerrado (2500 en propiedad, más tarde la familia lo vendió), La mata linda (en propiedad al parecer). Arrendó además 10.000 has en San Antonio Oeste en 1900, y en isla Inda (sobre el río Negro) en 1906. Se asoció con Pedro Arjmon para explotar isla de Choele Choel en 1899. Sus actividades comerciales diversas siguieron siendo complemento de la explotación de la tierra y, en ese papel de negociante no desdeñó tampoco Pedro Inda otras actividades económicas, y se transformó en accionista del vapor Pueyrredón en 1901 y en vocal de la compañía de transportes de Río Negro en 1907 (Ruffini 2007b:416).

La familia se dedicó a la ganadería -ganado ovino, caprino y vacuno- pero también a la explotación de la sal, en una propiedad llamada precisamente La salina (actividad asimismo tradicional de la zona, la sal era en buena parte vendida en Buenos Aires, extraída por el puerto de Patagones). Los hijos varones colaboraban en el trabajo de administración de estas variadas propiedades, pero todos tenían su principal residencia en el pueblo de Viedma17.

Respecto a este tipo de trayectorias se ha afirmado que "la empresa familiar, con su base en la red de parentesco y/o amical en sociedades en procesos de cambio y con instituciones aún débiles fue capaz de generar la confianza y la eficacia necesarias para reducir los costos de transacción" (Reguera 2006:216). La referencia es a Tandil, ubicada en plena región pampeana, pero también zona de frontera en su momento, pero también sería válida para Viedma y aún por más tiempo, dado el estatus jurídico de los territorios.

El itinerario de Pedro Inda, desde su arribo a Buenos Aires hasta construirse una "posición" en el norte de la Patagonia, Viedma-Carmen de Patagones, merced a sus muy diversas actividades económicas, nos muestra su inserción en ese sentido, pero también hay otros niveles a analizar, como la actuación pública del personaje, que lo convierte en integrante de la naciente clase dirigente rionegrina. Puede verse en dos dimensiones: la participación en política -en la medida en que lo podía hacer un extranjero y en el contexto de los territorios nacionales- y la intervención en el asociacionismo local, en este caso en particular en una región en cierto modo marginal en lo político, pero singularmente cargada de posibilidades a futuro. Cabe destacar que la familia Inda, a través de Pedro y de sus hijos, en particular Enrique, han sido, junto con la de Nazario Contín (español pero también de origen vasco) y sus descendientes, quienes más larga perduración han tenido en su actuación en el ámbito político local.18

Los habitantes de los territorios nacionales tenían en la época estudiada una ingerencia limitada en los problemas que les atañían, por su situación subordinada al gobierno central, pero el nivel municipal es asimismo un indicativo del espacio de poder local. Quienes accedían al mismo ocupaban, a la vez que un poder político, un lugar simbólico de prestigio social, si bien lo más relevante para estas autoridades era su vinculación con los temas fiscales y económicos, sobre todo lo referido a la tierra y al comercio. Se ha afirmado que "la población viedmense sólo se manifestaba a través del Concejo Municipal en reclamos relacionados con necesidades económicas (prórrogas para el pago de impuestos, exenciones impositivas), permiso de edificación, ofrecimientos de servicios, solicitudes de tierras fiscales, actividades de esparcimiento (kermeses, deportes) y habilitaciones comerciales"(Elvira y Varela 2004, soporte electrónico). Sin embargo no es poco, teniendo en cuenta la situación de los territorios nacionales y la posibilidad de elegir y ser elegidos para los extranjeros solo en el nivel municipal, lo cual en los territorios los igualaba con la población criolla.

Solo mucho más tarde estas regiones adquirirían el status de provincias. A principios del siglo XX, aún «los funcionarios e intelectuales del liberalismo reformista», que por otra parte apoyaban las reformas electorales que expanden la ciudadanía efectiva, formularon

…una serie de proposiciones que dieron forma a una concepción dominante del progreso deseado para los Territorios. Esa concepción, retornando a la lógica alberdiana, anteponía el crecimiento material y postergaba -sometiéndolo a la lógica evolucionista tan de moda- el desarrollo político de la autonomía de las futuras provincias….los Territorios constituyen un experimento en curso, y en el protocolo de esa experiencia todavía no ha llegado el momento de que el pueblo soberano ejerza la soberanía política (Navarro Floria 2009:94).

En ese contexto, Pedro Inda participó activamente en la política municipal, fue Concejal de Viedma en varios períodos hasta 1908 (es decir hasta una edad de sesenta años), luego parece haberse retirado a la actividad privada en Río Negro y a la administración de la propiedad adquirida en Francia. Actuó como concejal muy tempranamente, cuando el territorio se estaba organizando. Lo fue en 1882; luego desde 1884 a 1887. El período más largo se advierte en la década de 1890, ya que detentó el cargo durante unos ocho años, entre 1890 y 1898 y finalmente en la primera década del siglo XX, entre 1906 y 1908. En 1895 fue incluso Presidente del Concejo Municipal. En esa época se fueron conformando diversas agrupaciones políticas locales, que adquirían el título de "partidos" o de "clubes", que eran las que se disputaban los únicos cargos disponibles a nivel local, en algunos de los cuales participó Inda, y también luego sus hijos. El Partido Popular lo contó entre sus miembros en 1888; el Club Río Negro en 1889 y finalmente el Club Independiente, de 1903 en adelante, (Ruffini 2007b: 416). Recordemos de todos modos que estamos en una etapa de gobiernos conservadores y "acuerdos entre notables" en el nivel nacional, por lo que a veces más que confrontación entre partidos en el sentido moderno, lo era más bien entre personajes "notables" (Botana 1994). El nivel municipal no era la excepción.

Por otra parte, a partir de 1898, cuando el gobierno nacional decidió iniciar un período de designación de gobernadores civiles en Río Negro [anteriormente habían sido todos militares, lo que se consideró apropiado para una zona de frontera recientemente incorporada al dominio nacional], el primero de ellos, Eugenio Tello, creó un Consejo de Gobierno en busca de consenso para gobernar y con el fin de otorgar cierta transparencia a su gestión. A este Consejo se le encargaron, entre otras funciones, las de asesoramiento y la inspección mensual de las inversiones de los fondos públicos. En el mismo, integrado por personas relevantes de la sociedad local (militares, presidente del concejo municipal de Viedma, un representante por las misiones salesianas de importante actuación en la zona, el gerente de Banco agrícola, y cuatro comerciantes) participó también Pedro Inda, en el momento de su conformación, representando con otros colegas al grupo de los comerciantes (Ruffini 2007ª: 224-225). Cabe destacar que los cuatro comerciantes que integraron el Consejo de gobierno en ese momento eran de origen inmigrante (posiblemente también el salesiano), dos españoles (Contín y Balda) y dos franceses (Inda e Iribarne), es decir no había aquí la proporción de población europea que encontramos en la región pampeana, pero sí quienes lograron establecerse, antes de la etapa de inmigración masiva a la Argentina, ocuparon un lugar relevante en la sociedad, la economía y la política locales.

Asimismo los descendientes de Inda intervinieron en la vida pública local. En principio sus hijos, como Pedro (hijo), cuya carrera política se frustró tempranamente con su muerte en 1910. Había integrado el Club Independiente en 1903 y fue Concejal de Viedma en 1908. Su muerte en junio de 1910 fue ocasión para mostrar el peso de la familia en la comunidad: el día del sepelio todo el comercio de Viedma cerró sus puertas. Sus hermanos Juan Ramón y Julián, sin dedicarse expresamente a la actuación política como Pedro o Enrique más tarde, participaron de la fundación del primer comité de la Unión Cívica Radical en Viedma (Ruffini 2007b:416)19. Los Inda se han mostrado como una familia comprometida con la vida pública de la comunidad, y en este caso, viviendo cada paso de los reclamos por la vigencia plena de la ciudadanía en el territorio de Río Negro. La participación en la política territoriana siguió siendo característica en la década de 1930, en este caso a través de Enrique Inda (Varela y Elvira 2010; Varela 2011).

Volviendo a Pedro Inda (padre), vemos que integraba no solo los agrupamientos de origen nacional o étnico de acuerdo a su origen migratorio, sino también toda otra comisión o asociación ya sea cultural, comunitaria o simplemente social, desde el Consejo escolar hasta comisiones por el templo o para recaudar fondos para diversas causas20. Así Pierre perteneció a la Sociedad Francesa de Socorros Mutuos21, al menos entre 1881 y 1890, pero también presidió la Sociedad musical «La lira» en 1884, integró la Comisión Auxiliar de Inmigración en 1888, la Comisión pro-templo en 1898, fue presidente de la Comisión de desagües El Juncal en 1901 y miembro del «Club Social» de Viedma, en el cual era vocal en 1907. Asimismo formó parte del Consejo Escolar, dependiente del Consejo Nacional de Educación entre 1898 y 1900, constituido dicho consejo por vecinos de cada localidad de acuerdo a lo dispuesto por la Ley de educación común 1420 de 1884.

INDA Y SU PAYS FRANCÉS

Una de las preocupaciones -sin dudas compartida con migrantes de otras procedencias- del inmigrante francés (y vasco) que logró hacer fortuna y formarse una posición socioeconómica y política en el sur argentino, ha sido mantener en la familia la propiedad de sus mayores en Esterençuby. Esta había pasado de sus padres a su hermano Jean en 1871 quedando los mismos viviendo en la maison, así como la hermana soltera, Gratianne. Jean permaneció en Uruguay con su familia y posteriormente falleció en 1901. Pierre compró esa herencia a su viuda, y, preservando un espacio para su hermana Gratianne, arrendó el resto de la propiedad.

Podemos decir entonces que las inversiones en tierra de Pedro no se limitaron a Río Negro, al comprar en Francia la propiedad de Guilento y sus tierras anexas,22 aunque en este caso tiene también otra significación, en relación a la conservación de la identidad y el patrimonio familiar original. No se produjo el regreso a la tierra natal (salvo temporalmente), su trayectoria de vida lo ha llevado a establecerse definitivamente en América, lo cual no lo inhibió de permanecer ligado a sus orígenes. Recién en 1909 se concretó el contrato de compraventa definitivo, por las dificultades burocráticas e impositivas que tenía una compra inmobiliaria a distancia, según carta del notario Leon Ritou23.

El dominio de Guilento que fue objeto de la transacción, estaba formado por la maison del mismo nombre y tierras dependientes, maison de Amipoenia que servía de oficina de aduana (alquilada a ese organismo), la maison Pecoitchia, alojamiento para los empleados de la aduana, la maison Poucholoneo y sus "tierras de toda naturaleza" alquiladas a un granjero y la borde (linde) llamada Bassanchoro con las porciones de tierra que le iban unidas. Según la valuación hecha en el momento, todo ello formaba un capital de 17.000 francos24.

Los bienes los administraba su hermana Gratianne, a la cual Pedro debió hacer un poder, ya que la maison y sus anexos fueron alquilados. En esa instancia actuaron también las redes de contacto con coterráneos vascos, ya que la casa consignataria de frutos de país de Bahía Blanca, con la cual tenía negocios y actuaba como gestora, era asimismo de ese origen25.

Pedro viajó a Francia, a Esterençuby, no sabemos si en más de una ocasión, pero han quedado registros de que al menos lo hizo en 1920. Tenía entonces 72 años, se encontró con algunos de sus hermanos y hermanas (Gratianne y Marguerite), la primera, Gratianne, fue quien se ocupó de la administración de Guilento en su nombre. Firmó en esa ocasión otro contrato de alquiler de la propiedad Guilentoenia (que se ha conservado en la familia), por tres años, incluyendo la maison, granero, jardín, tierras cultivadas y sin cultivar, prados, pasturas, cabañas para albergue de pastores y ganado (todo no más de unas 8 has.), haciendo la reserva del lugar que ocupaba Gratianne, compuesto de una cocina y tres habitaciones, con el espacio para recibir o guardar la cosecha, tal como lo especificaba el respectivo contrato26.

Fue posiblemente el último contacto directo con su tierra natal, Pedro Inda terminó sus días en Viedma en 1934, en la que residió hasta el final con Francisca, en la casa de la calle Buenos Aires, donde se centraba asimismo el comercio familiar, y desde donde administraba sus diversos negocios y propiedades, junto con algunos de sus hijos.

REFLEXIONES FINALES

La trayectoria de actores sociales concretos -en este caso la de Pedro Inda entre 1872 y 1920- desde su arribo a Buenos Aires hasta su asentamiento en el valle inferior del río Negro, la constitución de una familia y la ocupación de un lugar social, económico y político de privilegio en el norte patagónico, llena de contenido y da sentido a las afirmaciones más generales sobre las migraciones a la Argentina y a la Patagonia en particular.27 Este sujeto social ejemplifica con su itinerario personal y familiar una de las vertientes del aporte de los migrantes vascos y franceses a nuestro país, que no siempre se centraron en la región pampeana, sino que contribuyeron no solo a poblar sino a formar los sectores dirigentes en diversas regiones, a la par de otros grupos migrantes más numerosos como los españoles (o en otros lugares los italianos). En este caso, el arraigo y consolidación social y económica de Pedro Inda y su familia se dio en un momento especial de la historia de la Patagonia -y de Viedma en particular- el de su inserción plena en el Estado nacional argentino, luego del desplazamiento a tierras marginales o la eliminación de las poblaciones originarias, y más tarde la consolidación política, pero en el diferenciado status de "territorio nacional". Este hecho tal vez incluso ha permitido resaltar el aporte extranjero, europeo, (como el de los españoles y franceses, muchos de ellos a su vez vascos) ya que en el único nivel de participación política de la población masculina, el municipal, estaban equiparados a los nativos.

Comunidad pequeña pero significativa por su papel en la extensa gobernación de la Patagonia y luego como capital del territorio nacional de Río Negro, en Viedma cabe destacar la participación de un grupo de familias inmigrantes y su descendencia -entre ellas la fundada por Pedro Inda- en la conformación de una verdadera élite territoriana. Un sector social que alcanzó a reunir en sus manos el poder económico y político -tanto como lo permitía su dependencia del poder central- y reconocimiento social, al participar en negocios, mercado de tierras, emprendimientos asociativos de carácter social, político, de beneficencia o de sus comunidades nacionales de origen.En el ámbito político Pedro Inda participó ya en la primera municipalidad del sur argentino, instalada en Viedma en 1879, aún no electiva sino designada por el gobernador, luego, cuando estas instancias se convirtieron en electivas (1886, municipio y juez de paz electivos), la actuación política se incrementó, permaneciendo a su vez los Inda vinculados al poder políticos al menos hasta la década de 1930. Instituciones a las que se les asignaba gran importancia en Viedma, cuestión derivada de ser las únicas no solo en que la población participaba electoralmente, sino donde se dirimían las disputas de poder a nivel local. Más allá de este aspecto, la intervención en el mercado de tierras rurales y urbanas, el comercio, los variados negocios inmobiliarios y en las diversas modalidades del asociacionismo de la localidad hacen que la reconstrucción de una historia de vida permita a su vez entrever las distintas fases de construcción de los sectores dirigentes en un espacio y tiempo determinados, Viedma en las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX. Asimismo, la fundación de una familia que ha enraizado en la zona -a pesar de la dispersión actual de algunos integrantes- residiendo y participando en múltiples aspectos de la vida de la ciudad y de Río Negro hasta la actualidad, nos habla de una proyección a futuro de ese primer impulso migratorio que llevó a determinado personaje hasta el noreste patagónico en la década de 1870.

Es en este sentido que hemos reconstruido la historia de vida de Pedro Inda, como actor social y como integrante de múltiples redes familiares, de origen étnico, comunitarias, y su entrelazamiento con las de otras familias migrantes que han cimentado la historia de diversas localidades argentinas, en este caso de Viedma en el noreste patagónico.

Notas

1. Agradezco la información y documentación brindados por Enrique Inda y su familia que me aportaron sus archivos -documentos, fotos- y valiosos testimonios (Viedma,julio/2011), y el contacto con su familiar Juan Carlos Inda, que también me brindó datos familiares importantes.(Capital Federal, setiembre/2011)

2. Wilfredo Pareto considera que hay tantas élites como ramas de actividades, pero parece más adecuada para el caso en estudio la definición de C. Wright Mills que habla de "élite de poder", formada por "los que dominan los principales medios de producción, los que controlan los instrumentos de violencia y por los dirigentes políticos", (aunque el aspecto de control de la violencia que no estaba en manos de la élite territoriana). Asimismo parece adecuada la visión de Charles Giddens, para quien grupo de élite es "aquel conjunto de individuos que ocupan posiciones de autoridad formal a la cabeza de una organización o institución social". Di Tella, (supervisión) et al 2001: 141; Boudon, R. y Bourricaud, F. 1990: 245-246. Sobre inmigración son múltiples los estudios, no es posible citarlos todos aquí, ver entre otros Devoto 1992; los trabajos varios de Sánchez Albornoz, Hernán Otero, María Bjerg, Eduardo Míguez, Silvia Ospital, entre otros, junto con el mismo Devoto han renovado los estudios sobre inmigración en la Argentina.

3. Navarro Floria menciona una triple ruptura que habría producido la conquista militar de la Patagonia: "ruptura de un proceso económico", ruptura de "una entidad política en potencia", y ruptura de "un tejido social y de una red de solidaridades tramados al ritmo de los siglos". Sin embargo también deja entrever que esta última no fue total, ya que al mismo tiempo que habla de rupturas, destaca que esta conformación permitió "que no fuera completo el exterminio y que no se acalle, hasta hoy, la voz de los derrotados". (NavarroFloria, 1999: 102)

4. El origen es la fundación del fuerte Nuestra Señora del Carmen sobre el Río Negro por Francisco de Viedma, comisario superintendente del sitio entre 1779 y 1784, una avanzada española en el sur. Luego de la expedición del gobernador de Buenos Aires, Juan M. de Rosas, en 1833 la relativa paz conquistada permitió el progreso del lugar, convertido en puerto franco desde 1856. Muchos comerciantes fueron atraídos por la posibilidad de hacer negocios con los aborígenes y la extracción de sal que se vendía en Buenos Aires. Bandieri 2009:63,73,94.

5. El Río Negro, domingo 21/8/1879, año I, Nº 9.

6. Mairie de Esterençuby, Copia del acta de nacimiento, certificada en 1874 por el maire de Esterençuby, y oficial del registro civil, conservada por la familia.

7. República Argentina, Censo Nacional de Población, 1869, ciudad de Buenos Aires, Sección tercera. Datos orales transmitidos en entrevista a JCI, Buenos Aires, setiembre de 2011. Irianni destaca lo frecuente de estos pasos previos por Uruguay antes de dirigirse a Buenos Aires, y a su vez lo difícil de mensurarlos más allá de analizar los casos puntuales. (Irianni 2010:111)

8. Frontera móvil con los aborígenes, avanzada del blanco pero a la vez punto de contacto, a través de diversas actividades, como el comercio.

9. República Argentina, Censo Nacional de Población, 1869, cédula correspondiente a la ciudad de Buenos Aires, Sección tercera. Entrevista a un nieto del primer Pierre arribado a la Argentina, Viedma 27/7/2011 (cabe mencionar que los miembros de la familia Inda repiten los nombres de Juan, Pedro, Enrique y Julián en casi todas las generaciones masculinas). Parroquia S. Miguel Arcángel, Buenos Aires, Partida de casamiento, Pedro Inda/Francisca Sarratea, 1874 (Archivo privado familia Inda, Viedma). Posteriormente su hijo Juan se casó con Máxima C. Minville, su prima, hija de la hermana de Francisca, y de nacionalidad uruguaya.

10. Entrevista JCI, set/2011.

11. "El Río Negro", 12/9/1879; Idem, 25/1/1880. "La Razón", 8/5/1880. Los franceses ocupan un lugar destacado en el desarrollo de la prensa en la Argentina, también como dueños de imprentas y editores, (Oteiza Gruss 2010) Villuermet era tipógrafo y también al menos uno de sus hijos, según atestigua el censo de 1895. República Argentina, Censo Nacional de Población, 1895; Cédulas censales, Viedma.

12. Si bien las fuentes documentales no consignaban específicamente a Inda como proveedor del ejército, en general los comerciantes de la zona lo eran de una u otra manera.

13. Julián Inda, 23/6/1899, Capitán de la primera compañía del batallón Río Negro de guardias nacionales, carta del gobernador Eugenio Tello notificando el ascenso; para 1901 era segundo jefe del batallón, como mayor en comisión. Carta notificando el ascenso, 1901, Fuente: Archivo de la familia Inda.

14. En 1887 obtuvo de la Municipalidad un terreno de 43m por 43 m, (la medida establecida por ley para un "solar" a ser concedido) y luego compró a Lorenzo Wintter, en 1898, una chacra de 519m por 649m. Provincia de Buenos Aires. Dirección general de Rentas. Fichero de inscripción de dominio de compradores. Uno de los terrenos a nombre de Julián Inda, marzo 4 de 1887, en: Provincia de Buenos Aires. Registro de dueños de solares en el partido de Patagones. años 1883 a 1893. La municipalidad de Patagones estaba autorizada a entregar en propiedad solares, quintas y chacras, por ley de 1865, con obligación para el receptor de cercar, poblar y cultivar las tierras, por ley provincial 2032, 2/1/1865. Provincia de Buenos Aires, Colección completa de leyes del estado y provincia de Buenos Aires desde 1854 a 1929, Tomo II, recopilación y notas de F. Ketzelman. Buenos Aires: Lex. 1930.

15. Archivo familia Inda. Documentos varios de recepción de pago de alquileres.

16. Mensurado en 1899, a solicitud de Marcos Atkins y Carmelo Bottazzi, y otros, Inda lo arrienda. Catálogo general de mensuras de la provincia de Buenos Aires, publicación del Archivo de la Dirección de Geodesia, catastro y tierras, La Plata, 1944, mensura de 1899 duplicado Nº 67,escr. J.A.Palacios. Entrevista a descendientes de Enrique Inda, Viedma, julio de 2011.

17. Archivo familia Inda, diversos documentos de venta de ganado y de sal.

18. A lo largo del tiempo se repite el apellido como parte del Concejo municipal de Viedma, al menos hasta bien entrados los años treinta

19. "La nueva era", Viedma, 14 de julio de 1910, necrológica sobre la muerte de Pedro Inda (h). Entrevista a JCI, setiembre de 2011.

20. Periódicos locales La Razón, La nueva Era y El imparcial donde aparece frecuentes notas sobre las asociaciones comunales y sociales.

21. "Al igual que entre españoles e italianos, las sociedades de socorros mutuos constituyeron el grupo más importante del asociacionismo francés", con funciones asistenciales, médicas, legales, de sociabilidad, etc. (Otero 2010:127)

22. Guilento era el nombre del dominio familiar de la familia Inda en Esterençuby, que incluía la maison familiar del mismo nombre, comprendida la casa habitación y las tierras de cultivo y cría, y otras "casas chicas", tal como se menciona en la transacción de compraventa, todas las propiedades (principal y anexas) de dimensiones no mayores a 4 hectáreas, algunas menos.

23. Carta en español de León Ritou a Pedro Inda, 1909. Fuente: Archivo de la familia Inda.

24. Procés verbal de estimation, signé par Theodore Inda et D. Erramoun, 13/4/1906. Montevideo 21/7/1906 contrato compraventa María A. y sus hijos (viuda de Jean, que murió el 17/4/1901) a Pedro, los hijos Dominga Inda casada con Evaristo Garrido, y María Inda, con Ramón Inglesias, Pedro, Jean, Enrique, solteros.

25. A través de la barraca «Los Bascos» de Otahecé hermanos, consignatarios de frutos del país, que también actuaban como escribanos, ellos hicieron el poder para la hermana de Pedro, contactándose con el cónsul de Francia en Bahía blanca, los gastos los debitaron de la cuenta que Inda tenía con la casa comercial. Fuente: carta de Otahecé a Pedro, 10/4/1911. Archivo de la familia Inda.

26. Contrato de bail (alquiler) entre Inda y un locatario, 1920. Certificado de buena salud y conducta a nombre de Pedro Inda por el maire (intendente) de la comuna de Esterençuby (de bon vie et moeurs) Commune de Esterençuby, 30/7/1920). Fuente: Archivo de la familia Inda. No se ha podido constatar el destino final de Guilento.

27. Sin entrar en las discusiones sobre las diferentes formas de ver la historia local y su distinción de la microhistoria ya que no es el objetivo de este trabajo, podemos pensar al análisis realizado aquí de la misma manera que hace Terradas para la historia local: "debería ser considerada como una prueba de autenticidad vivificante de la historia general".Terradas,2001:191. La historia de las migraciones y la inserción en comunidades o sociedades de acogida, realizada a través de la de sujetos sociales concretos ilustra -creo- bien esa idea de insertar vida y realidad a las historias generales.

OBRAS CITADAS 

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