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Revista Pilquen

versión On-line ISSN 1851-3123

Rev. Pilquen. secc. cienc. soc. vol.16 no.2 Viedma dic. 2013

 

ARTÍCULO

Principales críticas conceptuales al frame analysis. Del frame al framing

 

Mariela Hemilse Acevedo
acevedo_mariela@hotmail.com
Instituto de Investigaciones Gino Germani - UBA; CONICET - Argentina

Recibido: 26/02/13
Aceptado:
04/04/13

 


Resumen
La teoría del frame analysis formó parte del "giro cultural" que ocurrió a principios de la década del '80 en la sociología de la acción colectiva y que comprendió la revalorización de la dimensión simbólica de la acción en los estudios sobre la construcción social de la protesta, cobrando relevancia analítica aspectos como la producción simbólica de los movimientos. Si bien sus planteos han sido ampliamente valorados por su reconsideración de los aspectos culturales de la acción colectiva, fueron objeto de una serie de críticas provenientes de otras corrientes también atentas a la producción de sentido en instancias de movilización social y de comunicación política. En estas páginas presentaremos sucintamente la idea de "marcos de la acción colectiva" y examinaremos las principales críticas a los planteos del frame analysis provenientes de autores que promueven el análisis discursivo y narrativo de la acción colectiva y de autores franceses con influencias pragmatistas. A partir de estas críticas pretendemos aportar algunas consideraciones a tener en cuenta para renovar y enriquecer dicha perspectiva analítica de los aspectos culturales del accionar colectivo.

Palabras clave: Frame Análisis; Acción colectiva; Cultura; Análisis Discursivo; Pragmatismo.

Main conceptual reviews to the frame analysis. From frame to framing

Abstract
The frame analysiswas part of the"cultural turn" thatoccurredin the early'80sin the sociologyof collective actionandthat includedthe appreciationofthe symbolic dimension ofthe actionin studies ofthe social construction oftheprotest,gaining analyticalimportance the aspects like thesymbolic productionof movements. Whiletheir approacheshave been widelyappreciated for theirreconsiderationof the cultural aspectsof collective action, they were the subject ofa series ofreviewsfrom othertheoriesalsoattentive tothe production of meaningininstancesofsocial mobilization andpolitical communication. In these pageswe will presentbrieflythe ideaof"collective frames" and examinethe main criticisms ofthe proposalsof theframe analysisfromauthorswho promotediscourse analysisand narrativeof collective actionand others french authors influencedby pragmatic theory. From thesereviews we aim to providesome considerationstokeep in mind torenovate andimprove thisanalytical perspectiveof the cultural aspectsof collective action.

Key words: Frame Analysis; Collective Action; Culture; Discursive Analysis; Pragmatism.


 

INTRODUCCIÓN. LOS ASPECTOS CULTURALES DE LA ACCIÓN COLECTIVA

A principios de la década del '80 la sociología de la acción colectiva asistió a un "giro cultural" que comprendió la revalorización de la dimensión simbólica de la acción (Cf. Ibarra y Tejerina; 1998; Johnston y Klandermans; 1995; Laraña y Gusfield; 1994; McAdam et al.; 1999) Aspectos como la producción simbólica de los movimientos, los procesos colectivos de interpretación y los procesos de constitución de las identidades colectivas cobran relevancia analítica en el estudio de la construcción social de la protesta de la mano -fundamentalmente- de la teoría de los nuevos movimientos sociales (Melucci; 1994; 1995; Pizzorno; 1994; Offe; 1988; Touraine; 1987) y el análisis de marco (Snow et al.; 1986; Johnston y Klandermans; 1995; Donati; 1992; Gamson; 1992; 1999; Cefaï; 2001; 2007) Surge así un nuevo enfoque que se desarrolla en contraposición -y complementación- al abordaje causal y empirista imperante hasta entonces en corrientes como la teoría de la elección racional, la teoría de los procesos políticos y la teoría de la movilización de recursos (Olson; 1992; McAdam et al.; 1999; Tarrow; 1997; Jenkins; 1994)

La corriente del análisis de marco -conocida como frame analysis y originada en la sociología norteamericana de los movimientos sociales bajo la rúbrica de frame perspective- es una de las corrientes que logró mayor desarrollo y difusión en los últimos años dentro del estudio de los aspectos simbólicos de los movimientos sociales, incluyendo factores ideales, recursos simbólicos y esquemas ideológicos en la indagación de la acción colectiva (Cf. Cefaï; 2001; Cefaï; 2007; Johnston y Klandermans; 1995; Rivas; 1998). Desarrollada por David Snow, Robert Benford, Scott Hunt, Steven Worden y Burke Rochford a inicios de los años ochenta, esta corriente inaugura el estudio de los "marcos de la acción colectiva" introduciendo las premisas del frame analysis de Erving Goffman (2006) al estudio de los movimientos sociales. Pensando la cultura en términos de "marcos", estos autores destacan la producción y el uso de esquemas de interpretación que permiten dar inteligibilidad a los contextos de acción colectiva. Conceptualmente inscripta en el construccionismo social, la propuesta del frame analysis intenta saldar las carencias de la teoría de la movilización de recursos respecto del abordaje de los factores simbólicos de la acción colectiva realizando una apropiación particular de la teoría goffmaniana de los marcos.

El desarrollo inicial que realizara Goffman sobre la noción de marco centra su atención en los procesos de atribución de sentido que se dan en las interacciones sociales, destacando las capacidades reflexivas de los actores y la producción de sentido como un proceso social. La apropiación de estas conceptualizaciones goffmanianas por parte de los autores de la frame perspective presenta ciertas características que parecen alejarse de los supuestos interaccionistas que estaban en el origen del concepto de marco.

Es así que la propuesta del frame analysis fue objeto de una serie de críticas provenientes de otras corrientes también interesadas en los aspectos culturales del accionar colectivo y atentas a la producción de sentido en instancias de movilización social y de comunicación política, como la sociología francesa con influencias pragmatistas y los autores que promueven el análisis discursivo y narrativo en los estudios de la acción colectiva1.

El eje de la crítica sostiene que el uso que realizan de la noción de "frame" de Goffman supone un intento por compatibilizar la noción de cultura con la teoría de la movilización de recursos. Como consecuencia de tal articulación, los planteos del frame analysisse alejan del enfoque cognitivo de Goffman para caer en un enfoque instrumental o utilitarista y psicologista que piensa a los marcos como recursos simbólicos utilizados estratégicamente para la movilización colectiva.

Estos cuestionamientos también apuntan al uso del concepto de "framing" -o proceso de enmarcamiento-, entendiendo que las formulaciones del frame analysis desestiman los procesos de interacción que dan origen a los marcos de la acción colectiva -proponiendo un análisis estático y reificado de los marcos-.

En estas páginas, presentaremos sucintamente la idea de "marcos de la acción colectiva" y examinaremos las principales críticas a los planteos del frame analysis realizadas desde el análisis narrativo y el análisis del discurso -de la mano, fundamentalmente, de las obras de Marc Steinberg y James Jaspers- y desde la perspectiva pragmatista de Daniel Cefaï. Finalmente, presentamos los aportes de estas críticas al estudio de los marcos y los procesos de enmarcamiento de la acción colectiva.2

LA PROPUESTA DEL FRAME ANALYSIS. LA CULTURA COMO MARCO DE LA ACCIÓN COLECTIVA

La propuesta de David Snow y sus colaboradores reinstala a comienzos de los ochenta en el debate norteamericano la dimensión simbólica del accionar colectivo dejada de lado por los modelos de acción estratégica prevalecientes durante las décadas anteriores. No obstante, la presencia de elementos simbólicos compartidos en los procesos de movilización colectiva ya había sido considerada en las teorías clásicas de la acción colectiva previas al auge de la teoría de la movilización de recursos.3

La llamada "frame perpective" retoma la propuesta de Erving Goffman del frame analysis4 y propone considerar tanto los factores psicosociales como los factores estructurales-organizativos del accionar colectivo. Teóricamente, pretende complementar la teoría de la movilización de recursos con algunos desarrollos de la perspectiva interaccionista del comportamiento colectivo (Snow et. al.; 1986: 46)

Partiendo de considerar que no solamente los factores organizacionales sino también los factores socio-psicológicos favorecen la participación en el accionar colectivo, los autores proponen abordar los procesos interpretativos que están en la base de la identificación de un agravio (grievance) o de una situación de descontento social que moviliza a las personas a participar de una demanda o reclamo colectivo. La pregunta que se estarían formulando los autores podría ser la siguiente: ¿cómo se interpreta una situación para derivar en una protesta colectiva? Y la respuesta que elaboran es que sólo una vez que las personas identifican una situación que parecía justa e inmutable como un hecho mutable e injusto es que se inicia un proceso tendiente a la movilización colectiva.5

De esos procesos interpretativos participan los marcos de referencia que, tomando el concepto de marco de Goffman, serán definidos en una primera instancia como "'esquemas de interpretación' que permiten a los individuos 'localizar, percibir, identificar y etiquetar' los hechos o sucesos que ocurren dentro del espacio de sus vidas y del mundo en general" (Snow et al.; 1986: 464. Traducción nuestra). En un trabajo posterior, Snow y Benford ensayan una definición propia de "marco de referencia" como "esquema interpretativo que simplifica y condensa el 'mundo exterior' al señalar y codificar selectivamente los objetos, situaciones, acontecimientos, experiencias y las acciones que se han producido en el entorno presente o pasado de cada individuo" (1992: 137. Traducción citada en Hunt et al.; 1994: 228) Los marcos interpretativos permiten ordenar e interpretar la realidad de una determinada manera, volver significativos ciertos sucesos o acontecimientos, organizando la experiencia del mundo y guiando la acción.

Finalmente, en lo que respecta al accionar colectivo, los marcos de referencia sirven para atribuirle un cierto significado a una situación y brindan las razones que justifican la movilización colectiva. Snow y Benford señalan que los "marcos de acción colectiva"

realizan esta función interpretativa mediante la condensación y simplificación de aspectos del "mundo ahí afuera", pero con la intención de movilizar potenciales adherentes e integrantes, para ganar el apoyo de los espectadores, y desmovilizar a los antagonistas (Snow y Benford, 1988:198). Así, los marcos de acción colectiva son un conjunto de creencias y significados orientados a la acción [action-oriented] que inspiran y legitiman las actividades y las campañas de la organización de un movimiento social (2000: 614. Traducción nuestra).

Los marcos de la acción colectiva son fruto de un proceso de elaboración de significado y de interpretación de la realidad social que se da al interior de los colectivos conocido con el nombre de "proceso de enmarcamiento" (framing process)6. El proceso de enmarcamiento es el proceso de generación de nuevos marcos interpretativos7. No es una elaboración sui generis sino que muchas veces parte del cuestionamiento de marcos interpretativos existentes.

A partir de esta conceptualización de los marcos de la acción colectiva, el frame analysis ha sido valorado por su recupero de los aspectos culturales involucrados en la movilización social y de las capacidades interpretativas de los actores para definir las situaciones problemáticas y para elegir los cursos de acción con el objetivo de impulsar cambios sociales. En este sentido, sus planteos han significado un aporte sustancial a la comprensión de las condiciones y factores que posibilitan y dan inteligibilidad al accionar colectivo.

PRINCIPALES CRÍTICAS CONCEPTUALES AL FRAME ANALYSIS

Sin embargo, la propuesta del frame analysis ha sido objeto de numerosas críticas. Su tendencia a un análisis estático, descriptivo, reificador, reduccionista, monolítico y de sesgo elitista son los principales puntos que se le han objetado (Benford; 1997)

Desarrollaremos a continuación las principales críticas a los planteos del frame analysis realizadas desde el análisis narrativo/discursivo y desde la perspectiva pragmatista de Daniel Cefaï. Los cuestionamientos atraviesan su idea de cultura como recurso simbólico y están estructurados en torno a la idea de marcos como productos simbólicos estáticos y reificados y a la noción estratégica del enmarcamiento.

El marco y la noción de cultura como recurso

Marcos estáticos, monolíticos y descriptivos: la reificación del lenguaje

Desde una perspectiva dialógica de análisis del discurso, Marc Steinberg (1999: 736-780) señala que, desde el frame analysis, los marcos son descriptos como modos de representación referenciales relativamente estables o como "paquetes culturales sincrónicos". Esta noción de marco es fruto de una reificación del proceso de significación que deriva en esta idea de marco como referencia estática a nivel textual. Según Steinberg, el frame analysis no presta atención a lo que llama la "semiótica social de la producción de significado".

Por un lado, esto supone que no toma en cuenta que los significantes tienen sentidos múltiples y presenta los marcos como entidades monolíticas. Los autores del análisis de marco piensan las palabras, metáforas, frases y otros símbolos que constituyen a los marcos como vehículos de un significado unívoco y no problemático. Esto queda ejemplificado en las descripciones estáticas y esquemáticas de los marcos que realizan en sus investigaciones empíricas. Para el autor, la epistemología subyacente a esta perspectiva de los marcos es que la transmisión de significados entre los actores es, en gran medida, un proceso no complicado de envío y recepción de mensajes, entendiendo así que el análisis de marco "ha adoptado una postura positivista que considera al idioma de un modo racional y como un instrumento denotativo neutro, es decir, como compuesto de palabras con significado específico y único" (Donati; 1992: 157. Citado en Steinberg; 1999: 739. Traducción nuestra)

Steinberg critica esta visión nominalista del lenguaje y señala que las palabras pueden ser interpretadas de múltiples maneras distintas y que, precisamente, el hecho de no tener un sentido claro y unívoco es lo que habilita las disputas por el sentido que llevan a cabo los actores sociales. Esto no es tenido en cuenta por los autores de la frame perspective porque olvidan en su análisis que la producción social del significado se da en la interacción social y es un proceso dinámico y contencioso.

Por otro lado, desde su perspectiva socio-semiótica, el autor señala que el significado es producido en la interacción entre acciones sociales y sistemas de signos. La producción de discursos está a la vez facilitada y limitada por la manera en que los reclamos pueden ser representados en el campo discursivo. De manera que existen ciertas restricciones a la construcción de sentido que son impuestas por el sistema de signos y por las estructuras narrativas de un género o campo discursivo (Steinberg; 1999: 740), cuestiones que el análisis de marco no tiene en consideración.

Con esta caracterización del discurso, el autor limita la mirada voluntarista y manipulatoria de los marcos que presenta la frame perspective y que se plasma en la noción de enmarcamiento como proceso estratégico y en la noción de cultura como recurso.

Por su parte, James Jaspers (2001), que estudia la cultura en la acción colectiva, hace hincapié en la objetivación del significado al que lleva la frame perspective. La crítica apunta al funcionamiento estático de los marcos, con la consecuente pérdida de la temporalidad en la que se desenvuelven los cursos de acción, interacción e interpretación, y la omisión de las capacidades reflexivas de los actores. Es así que señala que:

En lugar de informar sobre el poder de la improvisación y la contextualidad ad hoc de las actividades culturales, la investigación se ha orientado hacia sistemas de clasificación por oposiciones binarias. Ella [la investigación realizada desde la frame perspective] ha objetivado los mundos de significados en vez de aventurarse a explorar los mundos de la vida y las pruebas [épreuves] por las que pasan las personas. Por último, la cultura se presenta casi exclusivamente en términos cognitivos, y la gama de los afectos, las emociones y los sentimientos se mantuvieron a un lado (2001: 136. Traducción nuestra).

Jaspers da cuenta del olvido del mundo social del que surgen los marcos -y los universos simbólicos en general- que la frame perspective pretende estudiar. Recuperar la temporalidad tiene que ver con recuperar el transcurrir de las interacciones en las que se elaboran esos marcos, que incluyen tanto las interacciones dentro del movimiento como las interacciones del grupo con otros actores sociales.

Marcos y esquemas: un psicologismo

La reificación de los marcos está asociada a la tendencia a reducirlos a fenómenos psicológicos. Se considera que el concepto de "marco" remite a una idea de esquema cognitivo estático y no temporal, que está en la "cabeza de las personas".

Es así que, desde una perspectiva pragmatista e interaccionista, Daniel Cefaï señala que la propuesta de la frame perspective es psicologista en tanto

las razones o los motivos para actuar tienen el estatus de dones mentales o de móviles íntimos o, en el mejor de los casos, de representaciones colectivas. Los fenómenos de compromiso, de convicción y de creencias son pensados como estados de conciencia antes que relacionados con regímenes de acción y tomados de los repertorios de justificación (2001: 51. Traducción nuestra)

El propio Benford señala que la descripción de los marcos como fenómenos puramente cognitivos pierde de vista el carácter interpretativo social y culturalmente construido. El marco no se reduce a un nivel individual sino que hay que recuperar la interacción humana, la comunicación discursiva y la construcción social de la realidad (1997: 420)

De acuerdo con nuestra interpretación, la perspectiva del frame analysis parte de una distinción errónea en la caracterización de los esquemas o marcos interpretativos y los marcos de acción colectiva. Para la frame perspective el esquema interpretativo -o el marco goffmaniano- es una estructura cognitiva mientras que el marco de acción colectiva recupera su carácter social y discursivo. Consideramos que los marcos -ya sean los esquemas interpretativos goffmanianos como los marcos de la acción colectiva- no son entidades puramente mentales sino que son esquemas interpretativos socialmente construidos en interacción. De manera que más que hablar de esquemas cognitivos por un lado y de esquemas dialógicos por el otro, entendemos que todos los marcos interpretativos son estructuras cognitivas dialógicas o intersubjetivas.

Los marcos de referencia o esquemas interpretativos son siempre un conocimiento socialmente compartido del mundo que forman parte de la cultura, es decir, es un conocimiento sedimentado y dado por sentado que se aplica rutinariamente en la comprensión del mundo. Este conocimiento no problemático y no cuestionado aunque siempre cuestionable nos permite interpretar y actuar de formas socialmente aceptables8. Pero como los marcos participan de la interpretación y acción en el mundo de la vida cotidiana, y fundamentalmente de la interacción con otros, son susceptibles de ciertas variaciones o redefiniciones en el transcurso mismo de la situación de interacción. En este sentido pueden tornarse objeto mismo de disputa.

A nuestro entender, los marcos de la acción colectiva carecen del mismo grado de sedimentación y aceptación socialmente compartida que los marcos interpretativos. Aquellos son elaborados por un determinado grupo social y vienen a proponer una nueva definición de ciertas situaciones o fenómenos sociales.9 En este sentido, son objeto de controversias y negociaciones explícitas. Esta particularidad de los marcos de acción colectiva se entiende en tanto dan cuenta de la producción de sentido en el espacio público. Aquí, lo que se tematiza y es objeto de nuevas interpretaciones son las definiciones hasta el momento no problematizadas y legítimas de algún evento de la realidad.

En el accionar colectivo se reactualiza el sentido negociado del mundo, se vuelven problemáticas situaciones que antes no lo eran, y se recupera el carácter contencioso de la producción de marcos. No obstante, las interacciones que están supuestas en estas negociaciones o luchas por la significación también deben responder a cierto orden o ciertas reglas de interacción.

Volviendo a los comentarios de Cefaï sobre la frame perspective, el autor señala que la introducción de los elementos ideales y los recursos simbólicos al estudio de la acción colectiva está cercana a una psicología social y que este planteo conceptual es la consecuencia de pretender reintroducir los aspectos culturales como complemento a la teoría de la movilización de recursos (2007: 470) Se entiende así no sólo la visión de marco que sostiene esta perspectiva sino también su noción de acción racional. En consonancia con las críticas de Steinberg al análisis de marco, señala que, en vez de asignarle a los marcos un lugar psíquico, ellos deberían ser pensados como actividades públicas de producción, circulación y recepción de sentido, en las cuales está implicado el uso de sistemas simbólicos (2001: 64) Por el contrario, en la frame perspective los marcos "toman el estatuto uniforme de 'herramientas' de 'construcción cognitiva' de la realidad, separados de sus sitios de acción e interacción" (2007: 556. Traducción nuestra)

En síntesis, rescatamos aquí la dimensión cognitiva de los marcos de acción colectiva, entendiendo que esta función está siempre pragmáticamente determinada -en otras palabras, que nuestro conocimiento del mundo es un conocimiento que está orientado a nuestra acción en el mundo- y que incluye las disputas de sentido en las cuales se elaboran los marcos. Por lo demás, no consideramos que el problema fundamental del análisis de marco sea su enfoque cognitivo de los marco sino más bien su enfoque instrumental o utilitarista.

Framing como acción estratégica

La caracterización de los marcos hasta aquí realizada como esquemas estáticos o recursos simbólicos se relaciona, para Marc Steinberg (1999), con una idea de proceso de enmarcamiento como acción estratégica10 y con una mirada voluntarista de la agencialidad. Para este autor, el proceso de enmarcamiento aparece como proceso estratégico en la medida en que se presenta como un proceso consciente y calculado de elaboración de nuevos sentidos que lleva adelante la elite de un grupo, orientado a la búsqueda de adherentes y a la movilización de los adeptos. Esta caracterización, por un lado, reinserta la cuestión de la racionalidad en la acción colectiva y le da a los recursos culturales el mismo tratamiento que a los recursos materiales. Por otro lado, les otorga una capacidad de agencia a los actores en tanto pueden manipular estratégicamente a voluntad discursos sobre determinados hechos de la realidad.

Tal como indicábamos antes, desde la frame perspective los marcos son "paquetes" discursivos cerrados y el enmarcamiento termina siendo una actividad calculada que realizan las elites de los movimientos. Por lo tanto, el alineamiento es una mera transmisión-recepción de marcos. Para Steinberg, este planteo se vuelve voluntarista y olvida los límites que el propio discurso pone a lo que puede ser interpretado, señalando que las redes de mensajes imponen ciertas estructuras restrictivas.

El autor encuentra contradicciones entre esta noción de marco y enmarcamiento con una mirada construccionista11 porque, si se piensa el marco como recurso sobre el que ciertos actores ejercen el control, no se puede sostener que el discurso de la acción colectiva es contextual, público, y que emerge en un proceso de movilización y acción. En este sentido, Steinberg observa que una idea construccionista de la realidad social y una idea de actores racionales que manipulan recursos culturales es incongruente o incompatible:

Estos problemas de agencia pueden ser sintomáticos del hecho de que las epistemologías subyacentes a una mirada construccionista y a las descripciones de actores racionales del discurso de la acción colectiva no son fáciles de conciliar. Es problemático caracterizar los procesos de enmarcamiento de los movimientos sociales como un ejercicio de construcción de la realidad de los sentidos genuinos de injusticia y la identidad, y al mismo tiempo considerar que los activistas y organizadores de los movimientos sociales manipulan y alinean estratégicamente los marcos para movilizar el consenso. Esto puede crear un exceso de voluntarismo, que adolece de la comprensión del discurso como un stock de códigos y significados controversiales que imponen límites a las formas en las que las personas entienden y representan su vida (Hart, 1996, 88) (1999: 743. Traducción nuestra).

En coincidencia con estos planteos, Daniel Cefaï caracteriza como utilitarista esta visión de los marcos como producidos y manipulados por una elite con una mera finalidad persuasiva, que conlleva una imagen de elites racionales y estratégicas y un público "idiota cultural" que recibe el sentido ya procesado.12 Para el autor, esta mirada estratégica de la acción hace perder de vista las exigencias de publicidad que regulan los procesos de enmarcamiento y sostiene que la noción de framing, desde una perspectiva pragmatista y situacionista, es totalmente diferente a la del frame analysis. Cefaï no sólo da cuenta de la dimensión estratégica de la acción -y de la producción de marcos- sino también de la dimensión dramatúrgica y retórica que tiene que ver con la configuración pública de las presentaciones que los actores colectivos realizan en el espacio público. Al mismo tiempo, reconoce la existencia de ciertas gramáticas de la vida pública a la que dichas actuaciones deben plegarse. En relación con estas cuestiones, critica la noción de espacio público que subyace a los planteos del frame analysis como mercado de problemas públicos donde los líderes utilizan estratégicamente los recursos simbólicos para ganar adherentes. Para el autor, en este aspecto el análisis de marco se alinea con la noción de espacio público de la teoría de la movilización de recursos y así "los espacios públicos se reducen a un mercado donde las empresas, más o menos capaces de movilizar los recursos materiales y simbólicos, entran en relaciones de coalición y competencia en vistas a producir bienes públicos y de suministrarlos o de venderlos a algunos segmentos de sus clientelas" (2007: 476)

Por otro lado, y retomando nuevamente la cuestión de la temporalidad, Jaspers (2001) señala que la noción de enmarcamiento del frame analysis no sólo no tiene en cuenta la inserción de los marcos en el flujo de las interacciones sociales -tanto al interior del grupo como entre el grupo y otros actores en el espacio público- sino que tampoco tiene en cuenta las transformaciones del marco durante el ciclo de vida de la agrupación.

Ahora bien, a estas críticas a las nociones de marco y enmarcamiento de la frame perspective les subyace una crítica a la idea misma de cultura que plantea esta perspectiva en el estudio de la acción colectiva.

APORTES DE LA CRÍTICA A LA NOCIÓN DE CULTURA COMO RECURSO. PENSANDO A LA CULTURA EN ACCIÓN

Las distintas críticas realizadas a la teoría de los marcos que hemos señalado remiten a pensar cómo es considerada la cultura en la acción colectiva y los movimientos sociales desde la frame perspective.

En un artículo denominado "Cultural Power and Social Movements", Ann Swidler (1995) distingue dos maneras de pensar la cultura. Por un lado, una noción de cultura inside out (o cultura de adentro hacia fuera), donde se piensa la cultura como las creencias y los valores internalizados y sostenidos por los actores individuales. Weber, Durkheim -con la idea de cultura como representaciones sociales compartidas-, y el propio Parsons -que pretende realizar una síntesis de las propuestas de Weber y Durkheim y piensa a la cultura como valores compartidos colectivamente que ocupan el lugar de fines últimos de la acción- se encontrarían dentro de esta perspectiva. Desde esta mirada, la acción está culturalmente guiada o determinada: la cultura moldea la acción definiendo qué es lo que el actor quiere y cómo se imagina que puede conseguirlo. Aquí, "el análisis cultural se enfoca en los complejos sistemas de ideas que dan forma a los motivos individuales para la acción" (1995: 25. Traducción nuestra)

Por otro lado, Swidler se refiere a la noción de cultura outside in (de afuera hacia adentro), que es sostenida por aquellas perspectivas que piensan la cultura como operando en el contexto que rodea a los individuos, influyendo en la acción de afuera hacia adentro.13

La autora ubica a los desarrollos del frame analysis dentro de la primera perspectiva, puesto que sus trabajos apuntan a entender la experiencia de los individuos y las fuerzas que moldean sus motivos, ideas e identidades. En este sentido, sus planteos encajan con la teoría weberiana de la existencia de ideas que guían las acciones de los movimientos sociales.

Daniel Cefaï (2001) y Danny Trom (2001)14 coinciden con esta caracterización de la noción de cultura supuesta en el análisis de marco, que remite a motivos internalizados que guían la acción. Para Cefaï, vía Turner y Killian, Snow y sus colaboradores recurren a una definición de la cultura en términos de valores y creencias. La noción de marcos de motivación refiere a valores y creencias que se actualizan en una situación particular pero es un lenguaje heredado de Parsons, quien entendía a la cultura como sistema de creencias, normas y valoresinternalizados (Cefaï; 2001: 54-55)

De acuerdo con Cefaï, las motivaciones ya no son más móviles psico-sociológicos ni los actores son "idiotas culturales" sino que son sujetos dotados de competencias interpretativas. Lo que explica las prácticas es una gramática socialmente compartida que los actores aplican en situación:

la explicación y la interpretación de la acción se rigen por una gramática que hay que elucidar. Esta comanda los modos públicos de confección de causas, de imputación de motivos, de formulación de denuncias, de evaluación de daños, de atribución de responsabilidades, de localización de intereses, de denominación de colectivos (2001: 77. Traducción nuestra).

Por su parte, Trom también señala que, para el frame analysis, los motivos están "en la cabeza de los actores"; concepción que lleva a pensar a los valores y creencias como causas de la acción -los motivos que anteceden a la acción-. Esto también deriva en una relación instrumental de las personas con los motivos, en tanto los líderes de la organización se encargan de elaborar estratégicamente motivos que incentiven la movilización colectiva. Contrariamente, el autor señala que los motivos forman parte de una gramática públicamente disponible y, por lo tanto, son impersonales y contextualmente forzados por el juego de reglas de los actores implicados en una arena pública (2008: 23). Siguiendo acá una concepción cercana a la filosofía del lenguaje de Ludwig Wittgenstein (1988) y Peter Winch (1972) con la idea de "seguir una regla"15 como práctica o actividad que convierte a los sujetos en miembros de una sociedad, el autor rescata la normatividad de las actuaciones, pensando a los motivos como sentidos o razones de la acción limitados a las reglas características de una forma de vida. Citamos in extenso:

Esta aproximación formal recusa no solamente al motivo como causa de la acción, sino también como fuente de propósitos o como justificación de la acción. El actor no es un informante para el observador. El carácter sociológico del motivo no se sitúa en la razón sustancial, concreta del actor, sino en las condiciones, organizadas y sancionadas socialmente, que producen de manera regular y estable las razones dadas por un 'miembro' competente. El motivo es, pues, un procedimiento; no es algo que el actor 'posea', ni algo que el sociólogo le atribuya, sino un método del 'miembro' para decidir lo que es para otro (2008: 37)

Esta conceptualización también sería pertinente para pensar el accionar colectivo. En este caso, las razones que los colectivos elaboran para justificar su accionar deben ser reconocibles y aceptables en el espacio público. (En general, son razones referidas al bien común y articuladas en términos de justicia) (Trom; 2008: 41)16. Con esta postura coincide Marc Steinberg quien señala que, por un lado, la producción de marcos o de discursos de la acción colectiva nunca está por fuera de los significados impuestos por los géneros y campos dominantes -por la cultura política o pública, dirá Daniel Cefaï-. Por otro lado, indica que el enmarcamiento como proceso intersubjetivo de producción de significado supone tanto para los líderes como para los potenciales simpatizantes que los repertorios discursivos deben establecer una integridad moral necesaria o requerida. De manera que "los líderes no pueden simplemente manipular instrumentalmente los discursos para sus propios fines de manera cínica, porque esto mina las bases del entendimiento mutuo que explica la justicia de sus reclamos y acciones a sí mismos y a los demás" (Steinberg; 1999: 753. Traducción nuestra)17

De manera que, al pensar en restricciones de los sistemas simbólicos socialmente compartidos a la producción de significado que los colectivos puedan proponer, se está negando la posibilidad de pensar la cultura como un recurso estratégicamente manipulable. Así, la perspectiva de Steinberg es contraria a la caracterización del discurso como un recurso:

Si consideramos que los jefes de los movimientos sociales están parcialmente cautivos de los géneros hegemónicos, entonces es problemático plantear que son algo que a la vez ata y constriñe y algo que se manipula. Como he argumentado, considerar al discurso como un recurso y como un mediador de la realidad social es una visión que descansa en asunciones epistemológicas contradictorias (1999: 753. Traducción nuestra)18

Desde una mirada interaccionista, el énfasis está puesto en los procesos sociales y en la emergencia de marcos interpretativos producto de las interacciones sociales. Por lo tanto, pensar únicamente en la dimensión estratégica de la elaboración y difusión de marcos elude las imposiciones morales de la vida colectiva.

A partir de estos comentarios realizados a la noción de cultura del análisis de marcos, se trata de pensar una idea de cultura que tenga en cuenta a la vez una referencia a sistemas simbólicos -códigos lingüísticos, sistemas de reglas, esquemas interpretativos- y al uso de estos sistemas simbólicos por parte de los individuos en acción. En otras palabras, se trata de no caer ni en un determinismo cultural ni en una visión instrumental de los marcos y sustentar una idea de cultura como prácticas socialmente organizadas o "habilidades moldeadas culturalmente" (Swidler; 1986: 275, citado en Auyero; 1999: 29). Ann Swidler (1995) utiliza la metáfora de la caja de herramientas (toolkit) -repertorios de saberes, historias, símbolos, rituales, puntos de vista- para pensar cómo es usada por los hombres para elaborar y decidir cursos de acción. Reteniendo una mirada performativa de la cultura sin caer en una visión instrumental, la cultura se piensa como proveyendo vocabularios de significados, símbolos expresivos, repertorios emocionales que son públicos y cuyo uso está dado por contextos.19

Más allá de los cuestionamientos que puedan realizarse a la contraposición de cultura interiorizada (inside out) -cultura exteriorizada (outside in), nos parece importante para pensar la elaboración de marcos considerar a la vez las capacidades interpretativas de los actores (puestas en práctica al momento de elegir repertorios discursivos y de acción adecuados al contexto), el conocimiento práctico y los códigos semióticos que son públicos y disponibles, y los contextos de acción -con sus restricciones y oportunidades-20. Consideramos que así se puede pensar a la cultura en acción, en situaciones de acción y de interacción donde se ponen en juego los repertorios sociales, las competencias de los actores, sus estatus sociales y grados de confianza social, etc.

Por último, la referencia a códigos públicos para pensar la elaboración de los marcos debe evitar caer en una visión monolítica de los códigos culturales y dar cuenta del carácter conflictivo o contencioso de la producción de sentido. En otras palabras, considerar que los movimientos sociales o actores colectivos, a la vez que recuperan esos códigos culturales, los reelaboran e inclusive tratan de subvertir las visiones hegemónicas de ciertos hechos sociales. Al respecto, nos parece interesante referirnos a la propuesta que realiza Steinberg (1999) acerca de un abordaje dialógico de la acción colectiva y el discurso de los movimientos sociales para contrastar la propuesta del análisis de marco.

El análisis dialógico del discurso21 que Steinberg propone pretende dar cuenta de la dinámica del discurso en términos de su polifonía o multiacentualidad y de los procesos semióticos que subyacen a ella. El discurso se piensa como un proceso continuo de comunicación social que encierra un fenómeno socio-semiótico: 1) social, puesto que el proceso de construcción de significado es el producto de la interacción social -enfatiza la multiacentualidad o polifonía del discurso, que recupera la lucha entre los grupos por investir al discurso del sentido por ellos propuesto22- y 2) semiótico, porque el lenguaje que usan las personas para comunicarse y expresar sus sentidos y para construir nuevos discursos sobre la realidad limita qué puede ser expresado y entendido (1999: 744) Es decir, la producción de discursos o repertorios no es una acción arbitraria de las personas o los grupos sino que se atiene a ciertas reglas que estructuran dicha producción -y que es condición de felicidad de la aceptación pública de esos discursos-.

Con esta indicación obviamente no se desconoce la dimensión estratégica presente en el desarrollo de repertorios discursivos o de los marcos23. Sin embargo, en contraste con la teoría de los marcos, un análisis dialógico sugiere una forma de abordar sus aspectos construccionistas e instrumentales al mismo tiempo.

CONCLUSIONES. ASPECTOS A TENER EN CUENTA EN EL ABORDAJE DE LOS MARCOS DE ACCIÓN COLECTIVA

A partir de las distintas críticas que hemos señalado a los planteos del frame analysis pretendemos aportar algunas consideraciones a tener en cuenta para renovar y enriquecer dicha perspectiva analítica de los aspectos culturales del accionar colectivo.

Tal como lo señala Daniel Cefaï (2007: 199) -y siguiendo los presupuestos de la Escuela de Chicago-, el análisis de marco debería enfocarse en el estudio de las dinámicas procesuales más que en estructuras o recursos. Esta es una dimensión que distingue a un abordaje interaccionista y pragmatista -y, también, fenomenológico y etnometodológico- de los procesos de significación en la acción colectiva.

En primer lugar, esto lleva a pensar a la cultura en su carácter público y procesual, proveyendo esquemas de interpretación, simbolización, argumentación y justificación de las prácticas realizadas -esto es, formas retóricas, dramatizaciones, discursos-. Los marcos se elaboran en un proceso comunicativo donde se recuperan estos repertorios discursivos y repertorios de acción disponibles y ajustables a cada contexto. Los procesos comunicativos de elaboración de discursos y argumentaciones, que explican a la vez que configuran el accionar colectivo, tienen lugar en situaciones de interacción, que recuperan el carácter conflictivo y dinámico de la co-producción de los marcos.

En segundo lugar, se trata de recuperar en el análisis de marco las capacidades reflexivas de los actores y de tener en cuenta que sus habilidades para orientar la acción dependen de un trabajo interpretativo pragmáticamente orientado y necesario para la puesta en acción. Pensar el trabajo de significación como una realización práctica donde lo que se pone en juego más que la racionalidad de los actores es su capacidad de actuar de forma razonable al contexto. De esta manera, se deben recuperar los "contextos pragmáticos" de las operaciones de enmarcamiento.

En tercer lugar, el análisis de marcos debe considerar tanto la dimensión estratégica como la dimensión pública y dramatúrgica de la elaboración de marcos. El accionar colectivo en el espacio público es a la vez una acción estratégica y una acción simbólica o comunicativa que presenta al resto de la sociedad al actor colectivo y al reclamo que pretende instaurar en la esfera pública. En esa doble presentación los actores llevan a cabo una puesta en escena acorde a las exigencias de publicidad de la esfera pública.

En cuarto lugar, y en línea con lo anterior, se pregona una noción de espacio público que dé cuenta de las condiciones de aparición o publicización del reclamo colectivo. En este sentido, habrá que considerar que la cultura y el orden público imponen ciertos límites prácticos a la elaboración y presentación de los marcos de acción colectiva. El reconocimiento o legitimación social del problema que enmarcan como problema público deberá ajustarse a esas condiciones impuestas por el espacio público. En última instancia, se trata de recuperar la relación entre el orden de la interacción y el orden social.

Tal como plantea Daniel Cefaï, entendemos que el origen de las incongruencias ontológicas y epistemológicas en el análisis de marco, que se plasman también a nivel metodológico, derivan de su intento de complementación y articulación de tradiciones teóricas diversas y antagónicas: los fundamentos racionalistas de la teoría de la movilización de recursos y un abordaje interaccionista. Cefaï se pregunta (y responde):

¿Cómo formular las restricciones semánticas que pesan sobre la conformación de motivos, la organización de experiencias y la justificación de acciones, y que impiden reducir la cultura pública a un utensilio o a un parámetro dentro de cálculos estratégicos? […] Una solución consiste en modelar la noción de acción colectiva en conexión con aquella de las gramáticas de la vida pública, y en proponer un concepto de arena pública distinto de aquél de campo o de mercado de la protesta (2001: 76)

De manera que, si pensamos en los aspectos culturales implicados en el accionar colectivo, habrá que tener en cuenta que: 1) la cultura no es un recurso estratégicamente manipulable, 2) la cultura aparece como un stock de códigos y significados controversiales que imponen límites -a la vez que habilitan- a las formas en que los actores colectivos interpretan y expresan sus demandas, y 3) la cultura no es un producto monológico sino dialógico. Pensar la cultura en acción requiere considerar el proceso de producción de marcos inscripto en la comunicación política, incluyendo los procesos de producción, circulación y recepción de sentido. Este proceso tiene lugar en el espacio público, aspecto escasamente conceptualizado en los estudios del frame analysis.

Notas

1. Es pertinente mencionar que varios de los cuestionamientos recibidos han sido revisados, aclarados e incluso corregidos por los propios autores del frame analysis. Ver Benford; 1997; Snow y Benford; 2000.

2. Entendemos que las elecciones conceptuales del frame analysis tienen sus derivaciones en una determinada propuesta analítica y metodológica. Aquí abordamos la crítica conceptual a su propuesta sin desconocer que corresponde también una crítica metodológica que excede los alcances de este artículo y que será retomada en futuros trabajos.

3. Nos referimos a la teoría del comportamiento colectivo (Collective Behavior), vigente desde los años '30 hasta los '70, ya sea en la versión interaccionista de Blumer, Turner y Killian como en la estructural-funcionalista de Smelser.

4. Para un análisis de la propuesta de Goffman, ver Acevedo (2011)

5. Planteo similar desarrolla Gamson a partir de la idea de injusticia, y también McAdam, quien señala que tiene lugar una "liberación cognitiva" cuando se dan estos procesos de identificación de eventos injustos y de propuestas de nuevas interpretaciones. Cf. McAdam; 1982.

6. "Proceso de enmarcamiento", "proceso enmarcador", "enmarque" son distintas traducciones de la noción de framing.

7. Una explicación de los distintos tipos de marcos interpretativos -marcos de diagnóstico, pronóstico y motivacionales- se encuentra en Benford y Snow; 2000.

8. Son claras aquí las similitudes que encontramos entre la idea de marco de Goffman y de esquema interpretativo de Schutz (1974)

9. Es otras palabras, son marcos interpretativos producidos por grupos dentro de la sociedad que pretenden la aceptación y la apropiación por otras personas y la legitimación del resto de la sociedad.

10. Tal descripción también vale para la idea de "alineamiento de marcos" que desarrolla el frame analysis, que aquí no tomamos en consideración. Ver Snow et al.; 1986.

11. Al respecto, señala que "siel discursose despliegade forma racional,como lo sonlos recursosmateriales, no está clarocómopodemos encuadrar esta representaciónconlos principiosdel construccionismo socialde la frameperspective" (Steinberg; 1999: 742-743. Traducción nuestra)

12. De acuerdo con Cefaï (2007: 29), en la propuesta de la frame perspective "los marcos no son más que instrumentos cognitivos de movilización o de reclutamiento, orientados estratégicamente a la optimización de las oportunidades de realización de un objetivo, de legitimación de los líderes y de alianza entre organizaciones".

13. Swidler señala que esta perspectiva tiene mayor capacidad explicativa en la medida que cuenta con una noción más global, impersonal, institucional y discursiva del poder cultural.

14. Las citas realizadas siguen la versión traducida del texto. Cf. Trom; 2008.

15. Y con referencias a los preceptos etnometodológicos de Harold Garfinkel (2006)

16. Siguiendo brevemente algunas cuestiones planteadas por Harold Garfinkel en discusión con el paradigma normativo de Parsons, también habrá que pensar que los procedimientos interpretativos de los actores ocurren en la secuencia temporal de la acción, de manera que la temporalidad cumple una función interpretativa: en el transcurrir de la acción, las perspectivas temporales retrospectivas-prospectivas permiten invocar causas y motivos de la acción que se pueden ir ajustando en el transcurso de la acción (Cf. Heritage; 1991: 290-350)

17. Lo que señala Cefaï (2001: 51), en coincidencia con estos planteos de Steinberg, es que el frame analysis subestima las exigencias de publicidad que regulan los procesos de enmarcamiento.

18. Por otro lado, esto también nos lleva a considerar que los marcos no sólo deben pensarse en su dimensión discursiva sino también en los repertorios de acción que ellos proponen. En este sentido, hay que tener presente que hay una puesta en escena en las movilizaciones colectivas que también debe responder a las gramáticas de la vida pública.

19. Es pertinente señalar aquí que, para Johnston y Klandermans (1995), el frame analysis une la perspectiva sistemática de la cultura como patrones dominantes con una mirada performativa de la cultura, entendiendo que se encargan de ver cómo los marcos de un grupo se cruzan con los patrones culturales y cómo se pueden usar estratégicamente para la acción. Consideramos que el planteo no realiza ningún cuestionamiento a la visión netamente utilitarista de los marcos.

20. Entendiendo que el contexto puede hacer referencia tanto a las situaciones de interacción cara a cara -encuentros públicos o semi-públicos de diverso tipo- como a situaciones más generales de conflicto o conformación de alianzas con otros actores, o algún contexto político particular más general. Cf. Swidler; 1995: 35.

21. Recordemos que Steinberg está partiendo de una noción dialógica de la cultura siguiendo una concepción bajtiniana. [Cf. Voloshinov; 1992]. Nos detenemos en esta cuestión puesto que los propios autores del frame analysis plantean que se alejan de una mirada de los marcos como entidades cognitivas a lo Goffman y que tratan a las actividades de enmarcamiento como actividades discursivas bajo la inspiración del abordaje dialógico de Bajtin [Cf. Snow; 2001: 36]. Bajtin desarrolla una teoría del lenguaje como comunicación, resituándola en un contexto concreto de interacción social y en un colectivo social organizado, al tiempo que repiensa la relación lenguaje-sujeto. Así, en sintonía con las caracterizaciones que mencionábamos antes de la cultura, rechaza la concepción de la lengua como sistema abstracto de formas lingüísticas (objetivismo abstracto que reifica al lenguaje al alejarlo del contexto histórico real en el que es puesto en juego) así como la idea de la lengua como acto individual y creativo del discurso (subjetivismo individualista que reduce al lenguaje a un mero instrumento para la expresión individual en detrimento de su función comunicativa)

22. En este sentido se pueden pensar los procesos en enmarcamiento y re-enmarcamiento.

23. Por el contrario, para el autor el aspecto social, semiótico y estratégico están siempre mezclados en las disputas de sentido.

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