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Revista Pilquen

versión On-line ISSN 1851-3123

Rev. Pilquen. secc. cienc. soc. vol.23 no.4 Viedma dic. 2020

 

ART͍CULO

Tensiones (re)clasificatorias fundamentales en la obra de Saint-Simon

Fundamental (re)classificatory tensions in the work of Saint-Simon

 

Alejandro Bialakowsky
alejbialakowsk@gmail.com

Fermín Alvarez Ruiz
ferminalvarez@gmail.com
Instituto de Investigaciones Gino Germani - Universidad de Buenos Aires; Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Argentina

Recibido: 11|11|2019
Aceptado: 30|11|2020

 


Resumen
Este artículo aborda cómo la obra de Saint-Simon despliega, a partir de una serie de tensiones teórico-analíticas que las atraviesan y encadenan, ciertas estrategias (re)clasificatorias para dar cuenta de las características que organizan y dividen a los actores en la sociedad francesa en crisis de comienzos del siglo XIX. Esto implica un abordaje mediante dos niveles interconectados. Por un lado, nos focalizamos en el análisis de ciertas (re)clasificaciones en distintos momentos de su obra: las lógicas de dominación, por posesión "’o no"’ de propiedades o saberes; las formas de actividad (industrial u ociosa), que legitiman el gobierno o la administración; la nacionalidad de quienes realizan esas actividades ("verdaderos franceses" o invasores); y las condiciones de existencia (pobres o ricos). Cada una de estas (re)clasificaciones sociológicas implica tanto un conflicto central entre distintos grupos sociales como una propuesta política para su superación. Por otro lado, analizamos cómo cada estrategia (re)clasificatoria de Saint-Simon trae aparejada una tensión teórico-analítica: entre la distribución desigual del conocimiento en la sociedad y la dominación; entre las "clases ociosas" en el capitalismo y las actividades preindustriales; entre las clases sociales y la nación; y entre la ciencia de lo social y la política. En un apartado para cada una de ellas, retomamos las tres primeras, combinándolas con ciertas controversias y relecturas. Así, rastreamos un encadenamiento entre estas tensiones teórico-analíticas, ya que Saint-Simon elabora una nueva estrategia (re)clasificatoria para "responder" a cada tensión precedente. A su vez, cada nueva estrategia (re)clasificatoria demarca tanto otro conflicto social entre los grupos que esa (re)clasificación delimita como otra propuesta de superación de esos conflictos. Por último, como conclusión, nos enfocamos en la tensión teórico-analítica entre ciencia de lo social y política. Esto nos permite retomar las tres anteriores en conjunto, dado que esta última las atraviesa.

Palabras clave: Saint-Simon; Teoría sociológica; Reclasificaciones; Intervención política.

Abstract
This article addresses how Saint-Simon´s work unfolds certain (re)classification strategies to account for the characteristics that organize and divide the actors in French society in crisis at the beginning of the nineteenth century. A series of theoretical-analytical tensions cross and link these (re)classification strategies. This implies an approach through two interconnected levels. On the one hand, we focus on the analysis of certain (re)classifications at different moments in his work: the logic of domination, by possession "’or not"’ of property or knowledge; the forms of activity (industrial activity or useless activity), which legitimize the government or administration; the nationality of those who carry out these activities ("true French" or invaders); and the conditions of existence (poor or rich). Each of these sociological (re)classifications implies both a central conflict between different social groups and a political proposal for their overcoming. On the other hand, we analyze how each of Saint-Simon´s (re)classification strategies implies a theoretical-analytical tension: between the unequal distribution of knowledge in society and domination; between the "useless classes" in capitalism and pre-industrial activities; between social classes and the nation; and between the social issues and politics. In a section for each of them, we analyse the first three, combining them with certain controversies and re-readings. So, we trace a link between these theoretical-analytical tensions since Saint-Simon elaborates a new (re)classification strategy to "answer" each previous tension. In turn, each new (re)classification strategy involves both another social conflict between the groups that this (re)classification delimits and another proposal for overcoming these conflicts. Finally, as a conclusion, we focus on the theoretical-analytical tension between the science addressing social issues and politics. This allows us to take up the first three above-mentioned since the latter crosses them.

Key words: Saint-Simon; Sociological Theory; Reclassifications; Political intervention.


 

Introducción

La obra de Saint-Simon despliega una serie de (re)clasificaciones que hoy podemos denominar "sociológicas", las cuales buscan dar cuenta de las características que organizan y dividen a los actores en la sociedad francesa de comienzos del siglo XIX. Así, elabora diferentes definiciones de los tipos de sociedad, de su desarrollo histórico, de sus conflictos, de sus crisis y de las posibles soluciones a las encrucijadas sociales y políticas posteriores a la Revolución francesa. En su esfuerzo "fundacional" por generar un saber científico de lo social, pretende intervenir directamente en los conflictos de su época al hacer uso de sus propias (re)clasificaciones sobre los grupos y las sociedades (modernas y no modernas).

¿Qué implica ese vínculo entre clasificaciones sociales y (re)clasificaciones "sociológicas" con pretensiones científicas? En tanto figura inaugural, los distintos momentos de la obra de Saint-Simon marcan un derrotero que se ha vuelto característico de la sociología (Bialakowsky 2017, 2019)1. Las perspectivas sociológicas producen clasificaciones sobre lo social que, en realidad, se tratan de (re)clasificaciones, dado que se realizan a partir de las clasificaciones que ya circulan de forma general y práctica en los diversos espacios sociales (grupos, instituciones, individuos, soportes culturales, etc.). Con diversas estrategias que "’en mayor o menor grado"’ se distancian de las clasificaciones generales (desde la observación hasta la crítica), se despliegan trabajos de (re)clasificación sociológica que no sólo pretenden brindar una mejor comprensión de las cualidades y formas de los elementos que componen lo social, sino que también proponen que esas nuevas (re)clasificaciones permitan intervenir sobre las crisis y los conflictos de las sociedades modernas. En la obra de Saint-Simon, se encuentran desarrolladas diferentes "estrategias" para (re)clasificar sociológicamente a la sociedad francesa de principios del siglo XIX, en el marco de la Europa Occidental del incipiente capitalismo moderno. En este artículo realizamos un estudio de esas diferentes estrategias (re)clasificatorias de Saint-Simon a partir de las tensiones teórico-analíticas que las atraviesan. Esto implica un abordaje de la cuestión mediante dos niveles interconectados.

Por un lado, nos focalizamos en ciertas (re)clasificaciones sociológicas clave en distintos momentos de su obra, que conforman el corpus de este artículo: a) las lógicas de dominación, por posesión "’o no"’ de propiedades o de saberes "’en Cartas de un ciudadano de Ginebra a sus contemporáneos (Saint-Simon 1983a [1803])"’2; b) las formas de actividad (industrial u ociosa), que legitiman el gobierno o la administración "’en aquellos textos que tratan sobre la industria (Saint-Simon 1983b [1816], 1983c [1819]), en particular, en el Catecismo político de los industriales (Saint-Simon 1985a [1823], 1985b [1823])"’; c) la nacionalidad de quienes realizan esas actividades ("verdaderos franceses" o invasores) "’en el Catecismo político de los industriales (Saint-Simon 1985a [1823]) y en sus textos sobre Europa (Saint-Simon 1983e [1825])"’; y d) las condiciones de existencia de pobres o ricos "’en Nuevo cristianismo (Saint-Simon 2004 [1825]). Cada una de estas (re)clasificaciones sociológicas implica tanto un conflicto central entre distintos grupos sociales (por ejemplo, entre propietarios y no propietarios, o entre industriales y nobles) como una propuesta política para su superación (por caso, el "bien común" o la "administración de las cosas").

Ahora bien, por otro lado, cada estrategia (re)clasificatoria de Saint-Simon trae aparejada una tensión teórico-analítica. Por ejemplo, en la (re)clasificación entre propietarios y no propietarios, surge una tensión teórico-analítica sobre la relación entre el conocimiento y la dominación: ¿el saber es el sustento de la dominación, o viceversa? Consideramos que se puede trazar un encadenamiento entre cada una de estas tensiones teórico-analíticas, ya que Saint-Simon elabora una nueva estrategia (re)clasificatoria para "responder" a la tensión precedente. Cada nueva estrategia (re)clasificatoria demarca tanto otro conflicto social central entre los grupos que esa (re)clasificación delimita como otra propuesta de superación de esos conflictos. De esta manera, por ejemplo, la división entre propietarios y no propietarios planteada en Carta... se desplaza hacia la (re)clasificación por actividad entre industriales y ociosos en Catecismo..., por lo cual ya no se busca un "bien común" entre ambos grupos, sino el triunfo de unos sobre otros en pos de la administración de las cosas y el fin de la dominación entre seres humanos. En ese encadenamiento, Saint-Simon desplaza y reelabora también el modo en que esas (re)clasificaciones sociológicas inciden sobre las prácticas políticas de los grupos a los que se (re)clasifica en sus búsquedas por solucionar los conflictos de la modernidad.

De esta manera, abordamos el encadenamiento de cuatro tensiones teórico-analíticas fundamentales vinculadas a las estrategias (re)clasificatorias del autor "’con el conflicto central entre grupos que delimitan y la propuesta política que sugieren"’: 1) entre la distribución desigual del conocimiento en la sociedad y la dominación; 2) entre las "clases ociosas" en el capitalismo y las actividades preindustriales; 3) entre las clases sociales y la nación; y 4) entre la ciencia de lo social y la política. Posteriores producciones de la sociología han discutido, retomado, abandonado, reelaborado o combinado estas tensiones. En un apartado para cada una de ellas, retomamos las tres primeras, combinándolas con ciertas controversias y relecturas que, desde posiciones disímiles (tanto teóricas como políticas), discuten la propuesta de Saint-Simon y destacan su vigencia. Por último, en las conclusiones nos focalizamos en la tensión entre ciencia de lo social y política. Esto nos permite retomar las tres anteriores en conjunto, ya que esta última las atraviesa, como se observa a lo largo de los apartados. De este modo, podemos destacar la posición general que la perspectiva de Saint-Simon sostiene, desde nuestro punto de vista, acerca de la relación entre las clasificaciones sociales generales y las (re)clasificaciones sociológicas.

I. CONOCIMIENTO Y DOMINACIÓN

A nuestro entender, la tensión teórico-analítica que recorre la primera estrategia (re)clasificatoria propuesta por Saint-Simon se vincula con la relación entre el conocimiento (su forma, su posesión y distribución desigual) y la dominación (las jerarquías de la propiedad). Esta tensión tiene su despliegue en las Cartas de un ciudadano de Ginebra a sus contemporáneos (Saint-Simon 1983a [1803]). Allí, al delimitar tres "clases" (sabios, artistas e individuos de ideas liberales; propietarios "conservadores", y no propietarios que buscan la "igualdad"), el autor entrelaza con la propiedad la posesión "’o no"’ de ciertas "ideas" y "formas de conocimiento". En este esquema la dominación se fundamenta en la posesión conjunta de saberes y propiedades. Saint-Simon sostiene que el conocimiento o la posesión de saber es un elemento clave para solucionar los conflictos entre propietarios y no propietarios que se suscitaron en la Revolución francesa. Sólo si el poder y las instituciones son puestas en manos de sabios y artistas, será posible la reorganización de la sociedad, ya que "por el bien general, la dominación debe ser distribuida de acuerdo con la proporción del conocimiento" (Saint-Simon 1983a [1803]: 87).

Este lugar privilegiado de los sabios para dirigir la sociedad hacia el "bien común" queda disminuido en textos siguientes a partir de la centralidad que van adquiriendo otras (re)clasificaciones sociológicas (por actividad, nacionalidad o riqueza/pobreza). No obstante, en este texto inaugural el autor ya traza la línea que acompaña casi toda su obra (y que retomamos en las conclusiones): la incipiente "fisiología social" cumple su función si los grupos reconocen su propio papel en el proceso de reorganización social a través de las (re)clasificaciones "científicas", que comprenden a la sociedad como un "organismo" e identifican sus "patologías".

Ahora bien, en esta (re)clasificación por posesión de saberes y propiedades y su propuesta del "bien común", detectamos que la relación entre el conocimiento y la propiedad se ve atravesada por una tensión teórico-analítica fundamental. En principio, Saint-Simon sostiene que la distribución de la propiedad deberegularse en función de la posesión de saber, es decir, que el conocimiento es el criterio a partir del cual se podría desplegar una distribución "justa" de la propiedad, algo que no sucede ni durante ni después de la Revolución francesa (1983a [1803]: 87). A su vez, en el mismo texto el autor presenta la posesión de conocimiento como explicaciónde la propiedad y como fundamento de la dominación existente en ese momento. Así, al dirigirse a los "propietarios conservadores", intenta convencerlos de que "la superioridad de vuestros conocimientos os da la posibilidad de coordinar vuestras fuerzas, lo que os proporciona la ventaja en la lucha"¦" (1983a [1803]: 81). En esta dirección, establece una diferencia entre el conocimiento de los propietarios, una suerte de "saber práctico", y el de sabios y artistas, que, sin explicitarlo, se presenta más sofisticado y ligado a la ciencia (1983a [1803]: 85). Por lo tanto, surgen interrogantes que no son respondidos con esta estrategia (re)clasificatoria: ¿en qué medida el conocimiento define cómo debe distribuirse la propiedad o cómo la propiedad efectivamente se distribuye? ¿De qué conocimiento se trata, práctico o teórico?; ¿cómo se vinculan las transformaciones del conocimiento "’en especial, sobre lo social"’ con las mutaciones de las relaciones de dominación en el contexto de la crisis posrevolucionaria en Francia?

Frente a estos interrogantes irresueltos, consecuencia de la tensión entre conocimiento y dominación que recorre su primera estrategia (re)clasificatoria, emerge una nueva estrategia que divide lo social, ya no en función de la posesión de saberes o propiedades, sino según la actividad, desplegada en los textos posteriores de Saint-Simon sobre la industria (Saint-Simon 1983b [1816]; 1983c [1819]) y, en particular, en el reconocido Catecismo político de los industriales (Saint-Simon 1985a [1823]). Esta nueva estrategia (re)clasificatoria del autor se vincula con una propuesta política distinta: la administración de las cosas como modo futuro de organización social igualitario que disuelva la dominación social. En el siguiente apartado analizamos cómo irrumpe otra tensión teórico-analítica con esta nueva (re)clasificación por actividad, en la cual el conflicto central entre grupos se desarrolla, ya no entre propietarios y no propietarios, sino entre industriales útiles y nobles ociosos, quienes serían un resabio de las actividades preindustriales. Aun así, en este apartado, para dar cuenta de la "respuesta" a la tensión entre conocimiento y dominación de Carta..., debemos detenernos en cómo, en sus textos sobre la industria, toma otra forma la tensión entre conocimiento y dominación.

Saint-Simon plantea una suerte de "alianza" entre conocimiento y administración, entre saber industrial y una sociedad sin dominación, igualitaria. La posible tensión entre conocimiento teórico (científico) y práctico (de la industria) "’o, en términos más clásicos, entre poder espiritual y poder temporal"’ pretende ser disuelta, ya que la ciencia se vuelve parte de las actividades industriales, que engloban todos los trabajos útiles. De esta manera, el conocimiento industrial (ahorrativo, productivo, eficiente) es la base de una sociedad futura en la cual la dominación jerárquica se disolvería: allí las jerarquías serían sólo funcionales y durarían poco, su función sería la coordinación de las prácticas y se sostendrían en el saber adquirido en la propia actividad ("los mejores industriales").

Así, la instauración de la "sociedad industrial" supondría el reemplazo del "gobierno de los hombres" por la "administración de las cosas", la única forma de organización acorde a la actividad industrial y que toma como modelo a la banca. La clase industrial, entonces, se conforma como la única clase social, al integrar a todos aquellos que realizan trabajos útiles: grandes industriales, obreros, sabios y artistas, ya que "la sociedad es el conjunto y la unión de los ("¦) que ejercen trabajos útiles; no concebimos en absoluto más sociedad que ésta" (Saint-Simon 1983b [1816]: 109). El nuevo orden social ya no se reconfiguraría a partir de la promoción y difusión del conocimiento científico "’el argumento de Carta"¦"’, sino mediante la destrucción de las instituciones que limitan el despliegue de la actividad industrial.

De esta manera, el papel de la fisiología social en relación con la transformación de las relaciones de dominación da cuenta de la doble tarea de la ciencia. Por un lado, se presenta como una actividad industrial capaz de expandir y potenciar el desarrollo productivo de la sociedad. De acuerdo con Saint-Simon (1983d [1817]), la ciencia es la forma de conocimiento que permite profundizar la producción y el dominio de la naturaleza. Por otro lado, la fisiología social elabora (re)clasificaciones sociológicas, las cuales son ofrecidas a los grupos para que éstos entiendan sus conflictos y su rol en las dinámicas de transformación social. Esta doble tarea se condensa en la elaboración de los "principios de la industria", que no son otra cosa que "el conocimiento del modo en que la industria hará uso del poder" (Saint-Simon 1983d [1817]: 134). En este sentido, la ciencia emerge como la forma de conocimiento que viene a reemplazar a la religión en su papel legitimador del orden social.

Frente a la tensión entre conocimiento y dominación, se han suscitado interpretaciones diversas que tienen como eje el enfoque de Saint-Simon sobre el ejercicio del poder, particularmente en las sociedades modernas. En principio, las lecturas que lo relacionan con este problema son aquellas que exploran su vínculo con la vasta y heterogénea tradición socialista3. También se han señalado sus aportes a la ciencia política4. Ahora bien, es posible identificar una serie de trabajos que han profundizado en su abordaje sobre el poder, focalizando en la decisiva relación que el autor establece entre conocimiento, dominación y su propuesta política de la administración en las sociedades modernas-industriales.

En esta dirección se encuentra el reconocido estudio de Ionescu (1983) sobre "el pensamiento político de Saint-Simon". Allí se propone una interpretación de su obra que lo presenta como un teórico de la organización política de la "sociedad tecnológico-industrial". De acuerdo con esta línea, la contribución fundamental de su enfoque es haber entendido que las sociedades modernas "’sean capitalistas o socialistas"’ fundamentan la dominación política en el saber técnico-científico. Así, Saint-Simon anticiparía la emergencia de diferenciados centros de tomas de decisiones compuestos por élites de técnicos, políticos y administrativos, lo cual provocaría una "difusión" y una "neutralización" del poder vinculado previamente al gobierno centralizado y jerarquizado5. Según Ionescu (1983: 49), el proceso de "difusión del poder" que presenta la mirada de Saint-Simon supone la emergencia de una amplia "participación corporativa" de productores organizados.

Otro importante estudio sobre la relación entre conocimiento y dominación en Saint-Simon es el trabajo de Campillo Iborra (1992). De acuerdo con su lectura, la obra compone una filosofía social utópica, no una sociología ni una ciencia política "’aunque contenga dimensiones fundamentales para delimitar estas disciplinas"“. En este sentido, su lectura se alinea con aquellas que destacan el utopismo sansimoniano como el aporte más relevante de su pensamiento. Entre ellas, se destacan las de Manuel (1956), que enmarca la propuesta en la amplia tradición utopista de Occidente; la lectura de Frick (1988), que encuentra en su obra las raíces del utopismo moderno; y el reciente estudio de Foufoulas (2011), que aborda su utopía industrialista desde la filosofía. No obstante, Campillo Iborra destaca que la especificidad de la propuesta sansimoniana está dada por la construcción de una forma de conocimiento sobre lo social "’la incipiente "fisiología social""’, que opera como una ideología para la reorganización de la sociedad. Si seguimos su interpretación, esta ideología delinea una utopía en la que los conflictos inherentes a las sociedades industriales se resuelven a través de un entrelazamiento entre ciencia de lo social y práctica política transformadora6.

II. "CLASES OCIOSAS" Y ACTIVIDADES PREINDUSTRIALES

Desde nuestro punto de vista, la tensión teórico-analítica que atraviesa la segunda estrategia (re)clasificatoria de Saint-Simon se despliega a partir de la conexión entre las "clases ociosas" en el capitalismo y las actividades preindustriales. Esta tensión se encuentra desarrollada en profundidad en los textos que tratan sobre la industria (Saint-Simon 1983b [1816], 1983c [1819]), en particular, en el reconocido Catecismo político de los industriales (Saint-Simon 1985a [1823]). Saint-Simon persiste en un análisis que explica la imposibilidad de reorganizar la sociedad francesa debido a la inadecuada distribución del poder por una desfasada institucionalización de las relaciones de dominación. Así, al comienzo del Catecismo"¦, afirma que "la tranquilidad pública está amenazada, porque la marcha del gobierno se halla en directa oposición con las más positivas intenciones de la nación" (Saint-Simon 1985a [1823]: 39). Sin embargo, como ya anticipamos, consideramos que, como una suerte de "respuesta" a la tensión entre conocimiento y dominación de sus primeras formulaciones, su análisis relega la propiedad y el conocimiento como elementos centrales para (re)clasificar a los distintos grupos, y presenta la forma de actividad como el atributo principal que los define.

Así, el autor identifica dos grandes clases que componen la sociedad francesa: los "industriales", es decir, aquellos que realizan "trabajos útiles", lo cual incluye desde trabajadores, dueños de industrias y bancos hasta sabios y artistas como ya destacamos en su propuesta de la "administración de las cosas""“, y la "clase ociosa", en la que agrupa a la nobleza y a los legistas que, después de la Revolución, "desean ser encargados de la administración de la riqueza pública, principalmente para explotarla en provecho propio" (Saint-Simon 1985a [1823]: 40). Cada uno de estos grupos se vincula a un tipo de sociedad. Los primeros representan una nueva sociedad en la que prevalece la actividad industrial y el conocimiento científico y se proyecta la mencionada "administración". En cambio, los segundos son los actores principales de la sociedad feudal-militar, cuyas formas de actividad y conocimiento fueron, respectivamente, la conquista y la teología. Como puede observarse, la (re)clasificación sociológica de los grupos de acuerdo a su actividad se proyecta en una (re)clasificación de la sociedad a partir de este mismo criterio.

A su vez, al centrarse en la (re)clasificación por actividad, si bien relega una primacía del saber como organizador de la sociedad e integra la ciencia en la industria, Saint-Simon despliega con mayor profundidad la relación entre clasificaciones sociales en general y (re)clasificaciones de la fisiología social. En el Catecismo"¦ y otros textos vinculados a la industria, esta distinción emerge y se revela en el vínculo que las (re)clasificaciones de la fisiología social o "sociológicas" mantienen con el problema de las relaciones de dominación. De acuerdo con el diagnóstico de la crisis social formulado por el autor en este momento de su obra, los industriales son el grupo mayoritario, realizan las actividades productivas y, a su vez, son el grupo políticamente dominado.

Esta posición de sujeción respecto de la "clase ociosa" se explica por la falta de comprensión sobre su propia importancia para el advenimiento de la sociedad industrial. Por este motivo, los industriales deben transformarse en primera clase, lo cual implica necesariamente su apropiación de las (re)clasificaciones que ofrece la fisiología social y una suerte de "toma de conciencia" de su papel social y su destino histórico. Así, Saint-Simon remarca que, además de los avances del estado de civilización, uno de los fundamentos centrales del nuevo sistema es "un estado de ilustración del que resulte que la sociedad, al conocer los medios que debe emplear para mejorar su destino, puede guiarse de acuerdo con los principios, y sin necesidad de confiar en poderes arbitrarios" (Saint-Simon 1983c [1819]: 159).

El propio Catecismo"¦ opera como un cuerpo de doctrina sociológica y política elaborado para ser apropiado por los industriales. Éstos encuentran en el texto una explicación de su situación de dominación, así como una descripción de su papel histórico y los medios para llevar adelante la transformación social. El propio título del trabajo, así como el "género" al que apela, revela el "estado de transición" en el que, de acuerdo con Saint-Simon, se encuentra la sociedad francesa: un texto de doctrina religiosa "’un catecismo"’ dirigido a instruir a una clase social en una doctrina política de una sociedad en la que la legitimación del orden político ya no será religiosa. Para ello, también se requerirá del rey, cuestión que abordamos en el siguiente apartado.

De esta manera, las (re)clasificaciones sociológicas intervienen en el conflicto entre industriales y nobles que pone en crisis a la Francia de la Restauración. Si seguimos los argumentos de Catecismo"¦,tal crisis se podría revertir en la medida en que los industriales se autorreconozcan como la primera clase y sus prácticas políticas se correspondan a ello. Esto revertiría una sociedad que es gobernada por una "clase ociosa",7 a pesar de que en ella prevalecen la actividad industrial y el conocimiento científico, una clase cuya legitimidad perdida se sostiene en títulos nobiliarios basados en la conquista, su forma de conocimiento es teológica y su modo de gobierno se vincula con el dominio y la sujeción (Saint-Simon 1985a [1823]: 49). Tal reversión llevaría a la disolución de la nobleza y, con ello, a la desaparición de toda forma de sujeción con la administración industrial, con lo cual "la tranquilidad quedará completamente asegurada, la prosperidad pública avanzará con toda la rapidez posible, y la sociedad disfrutará de toda la felicidad individual y colectiva a la que la naturaleza humana puede aspirar" (Saint-Simon 1985a [1823]: 53).

En este punto, detectamos una tensión teórico-analítica que atraviesa a su (re)clasificación de lo social por actividad, vinculada a la ya señalada propuesta de la administración: la definición de la nobleza y la burocracia estatal como "ociosas" está atada a "’y, con ello, tensionada por"’ su interpretación de la sociedad moderna, de su actividad principal y de sus grupos predominantes, fundamentalmente industriales. Para mostrar la inutilidad de los nobles y la unidad de todos los industriales (desde los trabajadores hasta los más "exitosos" capitalistas), Saint-Simon ubica la actividad de la conquista militar fuera tanto de la sociedad moderna como de la superación de sus conflictos en una administración sin dominación. Esto se justifica en que "el progreso de la civilización ha traído consigo un estado de cosas en el cual la dirección de la población en Francia es esencialmente industrial" (Saint-Simon 1985a [1823]: 52). Ahora bien, ¿es posible dejar fuera de la modernidad industrial a la actividad bélica, vinculada sólo a una clase ociosa que sojuzga a la industrial? ¿Resulta suficiente la (re)clasificación por actividad para sostener una modernidad únicamente industrial? ¿Esto alcanza para afirmar una unidad entre trabajadores y capitalistas (entre ellos, por ejemplo, los banqueros), que el "liberalismo" (Saint-Simon 1985b [1823]) no comprende al unir a los grandes industriales y nobles, como en Inglaterra?

Frente a esta tensión teórico-analítica, ya en el propio Catecismo"¦, Saint-Simon elabora una nueva (re)clasificación sociológica basada en la nacionalidad de los grupos en conflicto (industriales y ociosos). La (re)clasificación sociológica de los grupos y las sociedades según la forma de actividad opera, también, como presupuesto para explicar la Revolución de 1789 y su crisis posterior. Sin embargo, ya en el Catecismo"¦, esta explicación adquiere mayor densidad al emerger su tercera forma de (re)clasificación sociológica, aquella dada por la nacionalidad (entre galos "’"originales" franceses, campesinos, artesanos y futuros industriales"’ y francos "’"extranjeros" conquistadores y futuros ociosos"’). Sobre esta (re)clasificación nacional, su propuesta política y su tensión, volveremos en el siguiente apartado.

Aquí basta con mencionar que, para Saint-Simon, a la par que la actividad industrial se va imponiendo a la conquista como actividad principal en el desarrollo histórico francés y europeo, irrumpe una nueva propuesta política que, si bien en principio se emparenta con la administración, va adquiriendo cada vez más centralidad y autonomía: "el pacifismo". En su misma genealogía histórica como galos campesinos conquistados, los industriales son tanto "verdaderos" franceses como actores sociales pacíficos. Entonces, resultan (re)clasificados sociológicamente a partir de una nacionalidad que los unifica y los vuelve defensores de la paz social: eran ya industriales pacíficos en las actividades premodernas que prefiguraban la industria, en especial, la actividad campesina. Este desplazamiento hacia una tercera (re)clasificación por nacionalidad y su propuesta política del "pacifismo" implica una nueva tensión teórico-analítica, ya no entre clases ociosas y actividades preindustriales, sino entre clases sociales y nación, que trataremos en el próximo apartado.

La tensión teórico-analítica entre clases ociosas y actividades preindustriales ha provocado lecturas que se focalizan en un problema tan específico como crucial: el tipo de actividad que caracteriza a las sociedades modernas. En principio, tal como sugiere Durán Vázquez (2006), es posible afirmar que el pensamiento sansimoniano ha contribuido de forma decisiva para conformar una representación del "trabajo productivo" como base de un vínculo social solidario. Así, su obra podría considerarse fundacional de la ideología "bienestarista" y de la "sociedad del trabajo" de mediados del siglo XX. Tal línea interpretativa también es seguida por Boltanski y Thévenot (2006). La obra de Saint-Simon inspira una de sus reconstrucciones de las distintas "ciudades" que brindan una definición del "bien común" y legitiman las jerarquías entre actores y su correspondiente distribución de objetos, es decir, la "grandeza" y el "valor" de ciertos actores y grupos. En la "ciudad industrial", la "magnitud" se sustenta en la eficacia y determina una "escala de capacidades profesionales", a la vez que se orienta al futuro en su asociación con la producción de bienes materiales "’a través de la organización, la programación y la inversión"’ (Boltanski 2000: 82).

Por otra parte, se encuentra el análisis de Ansart (1972) respecto del modo en que Saint-Simon conceptualiza las actividades industriales y militares. Desde esta interpretación, Saint-Simon entiende ambas como "actividades sociales", esto es, como prácticas que no pueden ser separadas de sus consecuencias o de su impacto en la totalidad social. Así, cada una de ellas "hace juego" con una forma de conocimiento, un tipo de organización política y una serie de actores sociales específicos. En ese marco, Saint-Simon diferencia las actividades industriales de las militares: mientras que la industria es una actividad "creativa", que supone la transformación de la naturaleza en función de las necesidades humanas; la actividad militar consiste principalmente en ejercer coacción sobre otros seres humanos8.

En sintonía con Ansart, Porras Nadales (1978) propone que la obra de Saint-Simon consiste principalmente en un estudio de los sistemas de organización de las fuerzas productivas de la sociedad. En este sentido, las preguntas por el tipo de actividad que caracteriza a una sociedad y por el modo en que la organiza están en el núcleo de todos sus análisis. Según su interpretación, esta hipótesis explicaría el lugar que Saint-Simon le otorga al régimen de propiedad en la sociedad industrial: no existe en el enfoque una crítica ni un elogio de la propiedad privada, sino su conceptualización como una fuerza productiva y una infraestructura al servicio del desarrollo industrial. La industria subsume la propiedad privada a su lógica, en tanto actividad que implica un desarrollo más pronunciado de las fuerzas productivas9.

III. CLASES SOCIALES Y NACIÓN

Consideramos que la tensión que recorre la tercera estrategia (re)clasificatoria propuesta por Saint-Simon se conecta con la relación entre clases sociales y nación. Como hemos visto, en Catecismo...,el autor está preocupado por promover a los industriales al primer lugar de la nación para poder reorganizar la sociedad. Esta propuesta se ve profundizada al establecer una correlación directa entre una clase y la nación. Sin embargo, de modo incipiente en ese libro y de forma explícita en otros textos sobre Europa y en Nuevo cristianismo (en el que se apela a la humanidad dividida entre pobres y ricos), esta tensión conduce hacia una propuesta más allá de la nación, internacionalista.

En Catecismo...,de acuerdo con Saint-Simon, después de la caída del Imperio romano, los galos "’artesanos y pequeños productores agrícolas"’ fueron conquistados por los francos, cuya actividad fundamental era la guerra y la sujeción de otros pueblos. No obstante, a partir de su participación en las Cruzadas, los galos comenzaron a revertir su posición dominada, ya que los francos se vieron forzados a comprar sus productos y desarrollaron una dependencia económica cada vez más profunda. Este proceso concluye con la transformación de los galos en los industriales más poderosos de Francia, ya que desarrollan el sistema bancario de crédito, además de realizar las tareas productivas de mayor peso (Saint-Simon 1985a [1823]: 47-48). Este proceso fue acompañado por el crecimiento de la institución estatal, que implicó la emergencia de una "clase intermedia" integrada por legistas, militares y rentistas no nobles. La Revolución de 1789 fue impulsada por esta nueva burguesía que "utilizó" a los industriales para hacerse del Estado y, a su vez, transformarse ella en una nueva nobleza (1985a [1823]: 38-39), aquella que en el apartado anterior hemos analizado como "ociosa".

Así, en esta reconstrucción histórica presente en Catecismo..., se observa otro desplazamiento, que no va desde la (re)clasificación sociológica por propiedad/saber hacia la actividad, sino que sitúa a la nacionalidad "’francos y galos"’ en el origen de la forma de actividad vinculada a su propuesta política del "pacifismo". Con la conformación de la Francia moderna (de las Cruzadas hasta la Revolución), la (re)clasificación por nacionalidad legitima a la nueva clase emergente que es llamada a reconfigurar la nación francesa a partir de la administración, el conocimiento industrial (teórico y práctico) y la paz social. Tal como señala Catecismo"¦, los industriales (herederos de los galos) deben formar un "Partido Industrial" y presentar al rey de Francia como "el primer industrial", símbolo de unidad ante todos los grupos sociales.Por lo tanto, en el proceso de transición pacífica, resulta crucial la intervención de la figura del rey para asegurar la unidad de la nación. Así, Saint-Simon sostiene que el rey "no será por eso ni más ni menos rey de Francia y de los franceses de lo que hoy es, pues la realeza es independiente de la clasificación de los súbditos" (Saint-Simon 1985a [1823]: 62).

Ahora bien, también en su reconstrucción de la formación de la nación francesa y la incubación de la crisis posrevolucionaria, puede entenderse que la (re)clasificación de la fisiología social por nacionalidad comienza a ser abandonada, de alguna manera, a medida que la conquista deja de operar como la actividad principal y fuerza dinamizadora de la sociedad, para dar lugar a la producción industrial. Aquí detectamos la tensión teórico-analítica de la (re)clasificación de Saint-Simon por nacionalidad y su propuesta política del "pacifismo": la relación entre clases sociales y nación. ¿Acaso la nación no mantiene todavía un elemento militar, vinculado al conflicto con otras naciones, que impide la pacificación que requiere la industria para seguir su desarrollo? Una vez conseguido el primer lugar de la sociedad francesa, ¿los industriales no superarían los límites de esa nación tanto en su progreso industrial como en su búsqueda de paz? ¿Qué peligros y futuras violencias implica definir a un grupo social como "enemigo de la nación"?

De ese modo, una vez que la oposición entre identidades no modernas se viese integrada en una sola nación "’Francia"’ y en la administración se desvaneciera una oposición entre clases, actividades y formas de organización social, ¿acaso este proceso no trascendería a aquel país para desplegarse a nivel regional? Esto sugiere Saint-Simon en sus textos sobre Europa, en los cuales propugna la emergencia de una Europa industrial y pacífica. Su propuesta se fundamenta en que, en un gobierno nacional, el patriotismo produce una voluntad corporativa que hace coincidir el interés de los gobiernos con el de la nación. Pues bien, en tanto "todo lo que hay de común en la sociedad europea puede ser relacionado con la ciencia, las artes, la legislación, el comercio, la administración y la industria", es posible concebir la existencia de un "patriotismo europeo" de impronta industrial (Saint-Simon 1983e [1825]: 98-99). Esta suerte de nacionalismo moderno y regional, entonces, habilita la posibilidad de conformar un parlamento europeo, que consolide una sociedad industrial supranacional al integrar y representar los intereses de todos los industriales de Europa.

Sin embargo, esto no parece suficiente para sostener su posición. Frente a esta tensión entre clases sociales y nación, en su última obra, Nuevo cristianismo (Saint-Simon 2004 [1825]), se desplaza hacia una cuarta estrategia de (re)clasificación sociológica en torno a la distribución de la riqueza entre una mayoría "pobre" y una minoría "rica". Realiza este desplazamiento con el objetivo de impulsar una propuesta política de "confraternización" humana universal, inspirada en la moral del "cristianismo primitivo". Así, por último, en esta obra el lugar del conocimiento se modifica con una nueva (re)clasificación: la sociedad se divide entre "ricos" y "pobres", los cuales están en conflicto entre sí. No se busca ya el "bien común" entre propietarios y no propietarios, o la conformación de una sociedad industrial y administrativa, sino mejorar las condiciones morales y físicas de la clase más numerosa, es decir, un pacifismo por otras vías. Saint-Simon afirma que la sociedad no dispone de una moral que dirija todas las acciones hacia ese fin. El conocimiento desarrollado a partir del siglo XV se ha alejado de los principios generales y se ha dedicado a las especializaciones y a la indagación de los hechos particulares. Este cambio en el foco de conocimiento supone un abandono de la búsqueda de principios morales en torno a los cuales fundar un orden social, puesto que provoca que "los intereses generales del género humano" sean tratados como "consideraciones vagas y metafísicas, que no pueden contribuir eficazmente al progreso de los conocimientos y al perfeccionamiento de la civilización" (Saint-Simon 2004 [1825]: 35).

El nuevo orden debe recurrir a los principios del cristianismo primitivo, no afectados por los desarrollos doctrinarios de las instituciones feudales. Su principio moral fundamental "’no elaborado por teólogos"’ indica que los seres humanos "deben comportarse como hermanos los unos respecto de los otros" (Saint-Simon 2004 [1825]: 29). Esto supone dos desplazamientos respecto de los escritos anteriores. Por un lado, se afirma que la transformación de las instituciones espirituales precede a los cambios en la dimensión temporal de la vida social, lo cual se revela en el hecho de que el autor propone tomar, como punto de partida para la reorganización social, un principio teológico. Por el otro, implica un abandono de los fundamentos principalmente "sociológicos" de las (re)clasificaciones que propone.

Por ende, si bien en este texto su propuesta se fundamenta en una mirada histórica, tal como sucede, por ejemplo, en Catecismo"¦, en este caso la estrategia (re)clasificatoria emerge de una revisión general de la doctrina cristiana. Así, el último esfuerzo de Saint-Simon para "responder" a las tensiones teórico-analíticas de sus previas estrategias (re)clasificadoras, tampoco elude la intensa irrupción de una tensión teórico-analítica que atraviesa todos sus momentos anteriores. Tal tensión se muestra aquí de forma contundente, en efecto, al apelar a la teología, a la cual antes había llamado a abandonar en pos de la ciencia: la tensión teórico-analítica entre ciencia de lo social y política, que abordaremos en las conclusiones.

Como hemos visto, las elaboraciones de Saint-Simon sobre una posible administración tecnocrática de la sociedad y acerca de la consolidación y la promoción de la actividad industrial han sido interpretadas como una anticipación de las formas de las sociedades modernas en la contemporaneidad, principalmente con relación al modo en que distribuyen el poder y organizan y legitiman la dominación, así como también con respecto al tipo de actividad que prevalece en ella. Sin embargo, a partir de lo recién expuesto, puede considerarse que el enfoque de Saint-Simon anticiparía, frente a la tensión teórico-analítica entre clases sociales y nación, otro proceso central para las sociedades contemporáneas: la internacionalización de la política y la conformación de instituciones políticas transnacionales (Ionescu 1983: 53).

En esa línea, Swedberg (1994) despliega un análisis de esta obra que rastrea la dimensión supranacional de su propuesta de reorganización política. Así, desde sus primeros escritos hasta los últimos, en particular aquellos dedicados a delinear las instituciones políticas de una nueva sociedad europea (Saint-Simon 1983e [1825]), Swedberg encuentra la propuesta de conformación de una "representación colectiva"10 de corte comunitario para Europa. En este sentido, propone entender la obra de Saint-Simon como un elemento fundacional de la arquitectura institucional y el "espíritu" de la Unión Europea.

Por su parte, Bonavena (2016) remarca que el carácter "pacifista" del proyecto político-social emancipatorio presente en la obra de Saint-Simon tiene como uno de sus elementos centrales la conformación de una comunidad europea con sus respectivas instituciones supranacionales. Sin embargo, sostiene que esta preocupación no se vincula sólo a las necesidades de la actividad industrial, que requiere una organización social en la que sujetos y mercancías circulen sin obstáculos. Su impronta pacifista está fuertemente vinculada con la carrera armamentista que desató la "Paz de Westfalia", que Saint-Simon entiende como un riesgo evidente para la expansión de la industria11.

En cambio, Martínez Mesa (2002; 2010) destaca la relevancia de la dimensión internacionalista y pacifista del proyecto político emancipatorio de Saint-Simon a través de un rastreo de su influencia y su derrotero en la doctrina de los sansimonianos. De acuerdo con esta interpretación, las derivas del movimiento que retomó el proyecto de Saint-Simon como doctrina política dieron como resultado una transformación de su internacionalismo solidario y fraternalista en una ideología legitimadora de la internacionalización del capitalismo12.

Por último, es posible recuperar la reciente relectura de Musso (2006, 2016), cuya investigación sobre la obra de Saint-Simon incluye una exploración de las apropiaciones e interpretaciones de los sansimonianos. En este sentido, se concentra en el enfoque desarrollado por Saint-Simon en Nuevo cristianismo (2004 [1825]). Musso considera que la perspectiva del autor representa la fundación de una nueva episteme, central para las sociedades contemporáneas. El núcleo de esta propuesta es la sacralización de la industria, la empresa y la tecnología, en particular, de la lógica operativa en red internacional. Esta última es clave para la administración tecnocrática de las sociedades posindustriales, en las que las nuevas actividades económico-productivas trascienden las fronteras nacionales por definición.

IV. CONCLUSIONES: SAINT-SIMON Y EL V͍NCULO ENTRE CIENCIA DE LO SOCIAL Y POL͍TICA

Hemos reconstruido cómo se conectan ciertas estrategias (re)clasificatorias propuestas por Saint-Simon (propiedad/conocimiento, actividad, nacionalidad y pobreza/riqueza) con tres tensiones teórico-analíticas claves de su perspectiva, que han sido también fundamentales para las discusiones sociológicas posteriores: entre conocimiento y dominación; entre clases ociosas y actividades preindustriales; y entre clases sociales y nación. Hemos ido estableciendo no sólo los desplazamientos entre sus estrategias de (re)clasificación y tales tensiones, sino también mostrado un hilvanado entre ellas a lo largo de la obra del autor.

Los movimientos observados respecto de las formas de (re)clasificar sociológicamente a la modernidad y sus grupos implican también un corrimiento del foco de las tensiones teórico-analíticas mencionadas e, incluso, distintas "respuestas" provisorias. Frente a las tensiones en la relación entre saber, propiedad y dominación, la fusión en la actividad industrial entre ciencia e industria implica cierta "respuesta" teórica. No obstante, esta requiere anudar la conquista y la clase ociosa vinculada a ella con el pasado de la sociedad industrial y opuesta a su propuesta política de la administración igualitaria futura. En ese marco, emerge una nueva tensión teórico-analítica cuando Saint-Simon conecta una clase social "verdaderamente" francesa (los galos) con la industria y la nación unificada, que debe librarse de los "conquistadores extranjeros" devenidos ociosos. Frente a esta tensión, el autor desplaza su mirada hacia un "internacionalismo" europeo y humanista, primero, sostenido en una correlación entre industria y pacifismo, para luego basarse en una reformulación del "cristianismo primitivo".

Como ya hemos mencionado, otra tensión teórico-analítica atraviesa las tres que hemos trabajado, junto con sus desplazamientos y "respuestas" provisorias, también rastreables en las relecturas que perspectivas posteriores han realizado sobre ellas. Tal tensión se despliega en la relación entre una ciencia de lo social (en muchos casos, nombrada por Saint-Simon como "fisiología social") y la política moderna abierta tras la Revolución francesa. Para Saint-Simon, tal nueva forma política ya no tiene vuelta atrás al Antiguo Régimen (más allá de los intentos de restauración). Esta debe poder no solo ser estudiada por una ciencia, sino también ser intervenida por ella. En la obra de este autor, tal intervención es directa, está en el centro mismo de sus diferentes propuestas13. De allí que las otras tensiones, desplazamientos y "respuestas provisorias" se articulen en cada uno de los modos en que Saint-Simon elabora la relación entre ciencia de lo social y política: la ciencia orientada al "bien común" que dirime la relación entre propietarios y no propietarios; la ciencia como parte de la industria que conduce a la administración sin dominación en tanto pedagogía moderna de la clase industrial; la ciencia que colabora con el pacifismo industrial, ya sea nacional o internacional; y la ciencia unida a la religión para conformar un principio moral que disminuya la injusticia distributiva.

A nuestro entender, en todas estas elaboraciones se despliega una posición característica de Saint-Simon: la transformación de la sociedad para enfrentar sus conflictos y crisis requiere que los grupos sociales hagan suyas las (re)clasificaciones sociológicas que propone su perspectiva, esto es, las vuelvan clasificaciones sociales "en general" puestas en juego en sus prácticas políticas. Más allá de que esas (re)clasificaciones sociológicas cambien a lo largo de su obra y, con ello, los grupos analizados y convocados, Saint-Simon sostiene ese modo de relación como decisivo para comprender tanto a la ciencia de lo social, que reconstruye históricamente la forma de la sociedad, como a la política posterior a la Revolución francesa. La ciencia de lo social no se puede escindir de su intervención política, ya que la propia política debe volverse de alguna manera científica, sociológica. No obstante, eso no implica volver a los políticos científicos, o viceversa, sino establecer un vínculo directo entre aquello elaborado por la sociología y los modos en que los grupos sociales se comprenden a sí mismos para actuar políticamente.

El debate y la reflexión sobre este vínculo han tenido vigencia desde la obra de Saint-Simon en adelante para la sociología y otras ciencias sociales cercanas a ella, al preguntarse por sus posibilidades, límites, obstáculos, mediaciones, precauciones, interferencias o ambiciones desmedidas. De esta manera, la vigencia de las otras tres tensiones que hemos mostrado en los anteriores apartados no puede desligarse, justamente, de esta última tensión tan fundamental como actual entre ciencia de lo social y política, que Saint-Simon elabora y propugna a partir de sus diferentes estrategias (re)clasificatorias.

Notas

1. El problema de las clasificaciones sociales ha sido tratado por una multiplicidad de enfoques, en particular en el marco de la sociología francesa. Cabe mencionar como antecedentes fundamentales de esta cuestión, sin espacio para desarrollar en este trabajo, las propuestas de Durkheim y Mauss (1996) sobre las "clasificaciones primitivas", el análisis de Bourdieu (2007) respecto de la relación entre clasificaciones y poder simbólico, y el enfoque pragmatista de Boltanski (2014) acerca del vínculo entre justificación y crítica.

2. Ionescu (1983a: 73) afirma que no existe una fecha ni lugar de publicación definido para la Carta de un ciudadano de Ginebra a sus contemporáneos. Sin embargo, múltiples trabajos sobre Saint-Simon indican que el texto fue publicado por primera vez en 1803. Hemos optado por señalar esa fecha como la de publicación original, ya que parece existir cierto consenso al respecto.

3. La relación de Saint-Simon con la tradición socialista ha sido investigada tempranamente. En esta línea se ubica, por ejemplo, el trabajo de Engels (2017 [1880]), que califica a su socialismo como "utópico" debido a la falta de una problematización del conflicto de clases dentro de la "clase industrial". Esta lectura, sin embargo, no le impide reconocer sus contribuciones como un antecedente fundamental del materialismo histórico (Ansart, 1959). En una línea similar, se encuentran las interpretaciones de Lenin (2012 [1917]). Si bien señala el carácter precientífico del socialismo sansimoniano, recupera su concepto de "administración de las cosas" para la organización social, económica y política en el comunismo. Stedman-Jones (2004), en cambio, deja de lado la lectura del socialismo sansimoniano como antecedente fundamental del "socialismo científico" y rastrea sus fundamentos en la tradición liberal-industrialista del período, en particular de Sismondi.

4. Los aportes del autor a las ciencias políticas han sido abordados de forma pionera y sistemática por Vidal (1959), al tomar distancia de Durkheim (1987 [1928]) y Gurvitch (1970), quienes presentan a Saint-Simon como precedente clave de la sociología.

5. Yonnet (2000, 2004) ha recuperado esta veta interpretativa a partir de un estudio sobre el sansimonismo y sus vínculos con la obra de Saint-Simon. Sin embargo, a diferencia de Ionescu y en consonancia con Lenin, Yonnet señala que el "corporativismo sansimoniano" tiene en su centro a los bancos y los banqueros, proveedores tanto de fondos económicos como de una lógica de administración.

6. Cabe señalar que esta hipótesis interpretativa supone un fuerte distanciamiento de la lectura de Ionescu, quien tajantemente señala que la obra de Saint-Simon no es una ideología (Ionescu, 1983: 37).

7. Con respecto a este punto, resulta pertinente mencionar el reconocido trabajo de Veblen, Teoría de la clase ociosa (2004 [1899]), dedicado a realizar un abordaje pormenorizado de la historia y las características de los grupos ociosos de la sociedad industrial. Su obra coincide con la mirada de Saint-Simon en varios puntos, en particular, respecto del vínculo entre la sociedad feudal, la conquista y la conformación de una clase ociosa, de actitud "predatoria" sobre las clases productivas. Sin embargo, a diferencia de Saint-Simon, Veblen entiende que la clase ociosa emerge con la aparición de la propiedad, al corromper un estado social pacífico y laborioso previo a la sociedad feudal. Tal corrupción se fortalece y consolida en la sociedad industrial. En cambio, como hemos señalado, Saint-Simon afirma que el advenimiento de la sociedad industrial supone la disolución de la clase parasitaria.

8. De acuerdo con Bonavena (2016), el proyecto "’utópico"’ de una sociedad industrial pacífica tiene como precedente fundamental participación del propio Saint-Simon en la actividad bélica, específicamente en la guerra de independencia de Estados Unidos. Así, su proyecto político pacifista internacionalista "’sobre el que volvemos en el siguiente apartado"’ puede ser interpretado como una elaboración de aquella experiencia.

9. En el marco de esta idea se hace inteligible la contundente afirmación de Ansart respecto del papel de la propiedad privada en la utopía industrialista de Saint-Simon, quien "no prevé la destrucción de la propiedad privada, sino la integración de las formas de propiedad a la dinámica de la producción colectiva. Por tanto, al hablar de capacidades productivas no habrá que referirse al capital en sí mismo, sino más bien a las aptitudes, a las ciencias y a los productores inmediatos o, en una palabra, al trabajo colectivo en la pluralidad de sus aspectos" (1972: 114).

10. Al referirse a la propuesta sansimoniana de conformación de un parlamento europeo y de la superación de las instituciones nacionales en general como una "representación colectiva" comunitarista, Swedberg se apoya en el enfoque de Durkheim. En particular, su mirada sobre la conformación de los valores humanitarios y cosmopolitas que operan como sustento moral de las sociedades modernas (Swedberg, 1994: 160-161).

11. En este sentido, la lectura de Bonavena se distancia de la de Ionescu (1973), quien entiende que el carácter internacionalista y europeísta de la propuesta de Saint-Simon se vincula a su enfrentamiento con las doctrinas políticas de los jacobinos, profundamente nacionalistas.

12. Para un análisis del sansimonismo, consultar el clásico trabajo de Charléty (1969). Para estudios más recientes, ver Régnier (2002) y Picon (2002).

13. De acuerdo con Nocera (2012), Durkheim encuentra en esta intervención abierta y directa sobre el orden social el límite de la sociología de Saint-Simon. Según su lectura, al proponer la disolución del Estado como dimensión clave de la reorganización de la sociedad, los argumentos de Saint-Simon no consideran el estudio de la evolución de las sociedades modernas. Hacerlo, señala, no le permitiría prescindir del "órgano" estatal en su figuración de la sociedad industrial futura. Esta operación, entonces, revela que para Durkheim, a pesar de que la obra de Saint-Simon representa un aporte fundamental a la fundación de la sociología, posee un enfoque socialista que carece de fundamento científico. Cabe mencionar que según Nocera es posible encontrar tensiones similares en la propuesta durkheimiana de recuperación de las asociaciones profesionales.

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