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Revista Pilquen

On-line version ISSN 1851-3123

Rev. Pilquen. secc. cienc. soc. vol.24 no.5 Viedma Dec. 2021

 

ARTÌCULO

Con la lupa en las biografìas. Una propuesta teòrico-metodològica para el anàlisis de las polìticas de vejez

With the magnifying glass on biographies. A theoretical-methodological proposal for the analysis of aging policies

 

Sofìa Marzioni
sofimarzioni@hotmail.com
Facultad de Ciencias Jurìdicas y Sociales - Universidad Nacional del Litoral; CONICET. Argentina

Recibido: 09|09|21 - Aceptado: 13|10|21

 


Resumen
El presente trabajo pretende nutrir una lìnea de investigaciòn dentro de las teorìas de la polìtica social centrada en el anàlisis de la experiencia directa y el relato de los/as ciudadanos/as. En el contexto del envejecimiento de las sociedades latinoamericanas y ante la escasez de investigaciones sobre las polìticas de vejez desde tal aproximaciòn, argumentamos que analizar las trayectorias vitales y las experiencias de las personas mayores nos permite advertir los resultados de las acciones estatales orientadas a la poblaciòn mayor. A la vez, tales trayectorias y experiencias constituyen una valiosa fuente de informaciòn para fortalecer los diagnòsticos y orientar futuras decisiones en la materia. Para sostener estas afirmaciones, recurrimos al anàlisis comparativo de dos historias de vida, productos de un trabajo de campo llevado adelante hacia el año 2019 en Santa Fe, Argentina. Los casos mencionados dan cuenta de la incidencia de las polìticas de vejez en las condiciones y pràcticas de reproducciòn ampliada de la vida y en la subjetividad de las personas mayores. Asimismo, nos habilitan a avanzar en el reconocimiento de las diferentes "vejeces" que coexisten en el paìs, las cuales generalmente son ignoradas por los policymakers.

Palabras clave: Polìticas sociales; Vejez; Trayectorias vitales; Experiencias biogràficas.

Abstract
This work aims to nurture a line of research within the theories of social policy based on analyzing people's direct experience and personal story. In the context of aging Latin American societies and given the scarcity of research on old-age policies, we argue that analyzing the life trajectories and experiences of older people allows us to notice the results of state actions. At the same time, they constitute a source of information to strengthen diagnoses and guide future decisions in the matter. To support these assertions, we resorted to the comparative analysis of two life stories, products of a field work carried out towards the year 2019 in Santa Fe, Argentina. The cases mentioned show the incidence of old-age policies on the conditions and practices of extended reproduction of life and on the subjectivity of the elderly. Likewise, they enable us to advance in the recognition of the different "old ages" that coexist in the country, which are generally ignored by policymakers.

Key words: Social policies; Old age; Life trajectories; Biographical experiences.


 

INTRODUCCIÒN

A lo largo de estas pàginas nos adentramos en un àrea de relativa vacancia en la investigaciòn social latinoamericana, la de las polìticas de vejez (Huenchuan, 2004). Una revisiòn de la producciòn en Argentina deja ver que los estudios han considerado mayormente las polìticas de vejez a nivel nacional y, dentro de èstas, las polìticas de jubilaciones y pensiones y de salud. De este modo, han descuidado el estudio de las acciones provinciales y municipales en un momento històrico en donde el bienestar compete màs que nunca antes a los gobiernos locales; asì como tambièn, de otras posibles acciones, diferentes a las de previsiòn social y la salud. Asimismo, tales contribuciones han concentrado la atenciòn en los sectores màs vulnerables dentro de la poblaciòn mayor y han tenido como territorio de referencia empìrica a Buenos Aires, ya sea Capital Federal, el Conurbano o algunas otras ciudades de la Provincia como La Plata. Queda por explorar, entonces, lo que sucede en sectores medios y altos de la poblaciòn mayor y en el "interior" del paìs. Por otra parte, los trabajos en el tema tendieron a portar una visiòn negativa y alarmista sobre el envejecimiento poblacional y a realizar una lectura econòmica centrada en la "carga social" que èste supone (sic). Entre las contribuciones basadas en indagaciones cualitativas, sòlo algunas han contemplado el testimonio de las personas mayores y lo hicieron en relaciòn a algùn sector de polìticas o programa social particular.

De acuerdo con lo anterior, identificamos como un territorio por explorar el trazado por aquella lìnea de investigaciòn dentro de las teorìas de la polìtica social centrada en còmo èstas afectan la vida cotidiana y la subjetividad de las personas, a partir de analizar la experiencia directa y el relato de los/las ciudadanos/as. Al respecto, conviene señalar que este trabajo forma parte de nuestra investigaciòn doctoral (en curso)1. Èsta pretende comprender las formas de ciudadanìa que se construyen en la vejez a propòsito de las polìticas sociales implementadas por el Estado, a partir del anàlisis comparativo de las trayectorias vitales de las personas mayores residentes en la ciudad de Santa Fe, con especial ènfasis en sus experiencias con las polìticas sociales. Asì, desde el diseño del proyecto, se pone en juego una red conceptual que articula el estudio de las polìticas con el problema de la ciudadanìa. Se trata de dar cuenta de còmo la institucionalidad estatal y sus polìticas especìficas llegan efectivamente a la poblaciòn mayor y provocan diferentes resultados en tèrminos de la "materializaciòn" de los derechos de ciudadanìa. Es una investigaciòn con fuerte carga empìrica, de corte exploratorio, y orientada a la producciòn de teorìa de alcance medio.

En las pròximas pàginas, pretendemos argumentar a favor de la pertinencia de analizar las trayectorias vitales y las experiencias biogràficas de las personas mayores para conocer los resultados de las polìticas sociales de vejez. Esperamos que ello contribuya al desarrollo de marcos analìticos y metodològicos para la evaluaciòn de las polìticas pùblicas, campo relativamente nuevo en tèrminos històricos, cuyo progreso ha sido lento y cargado de obstàculos en la Argentina, principalmente vinculados a la producciòn y al acceso de la informaciòn pùblica sobre la intervenciòn estatal, con lo que constituye aùn hoy un desafìo pendiente. Al mismo tiempo, procuramos probar que reconstruir y comprender las trayectorias vitales y las experiencias de las personas mayores nos habilita a avanzar en el reconocimiento de las diferentes "vejeces" que coexisten en nuestro paìs, las cuales generalmente son ignoradas por los policymakers. En efecto, si bien la vejez se ha ido instituyendo como un problema social en la agenda de gobierno y podemos reconocer indicios de un nuevo paradigma basado en los derechos humanos de las personas mayores, suele predominar una visiòn homogènea sobre la vejez en las acciones estatales. Las polìticas de vejez se definen mayormente a partir de un criterio cronològico y/o en relaciòn al estatus de jubilado. Asimismo, èstas se suelen asentar sobre un imaginario de familia tradicional y no poseen perspectiva de gènero. Ello se debe, al menos en parte, a que no contamos todavìa con suficiente evidencia empìrica sobre la vejez y el envejecimiento en el contexto nacional. Asì, es frecuente que, tanto la problematizaciòn de las cuestiones que afectan a las personas mayores como la bùsqueda de respuestas a las mismas, se realicen sobre la base de teorìas y supuestos extrapolados desde Europa o Norteamèrica.

Este artìculo se compone por cinco apartados. En el primero, realizamos una apretada sìntesis de los conceptos que nos permiten hacer inteligibles los resultados de las polìticas de vejez. Estos son: el de trayectorias vitales o cursos de vida y el de experiencias del bienestar. Seguidamente, describimos la estrategia metodològica, que caracterizamos como interpretativa, fenomenològica y biogràfica. En tercer y cuarto lugar, damos cuenta de los primeros avances de la investigaciòn y realizamos algunas reflexiones que buscan poner en diàlogo las trayectorias vitales y las experiencias biogràficas con las polìticas de vejez. Por ùltimo, proponemos algunos comentarios de cierre.

CONCEPTUALIZACIONES TEÒRICAS

Como planteamos en la introducciòn, el interrogante que orienta nuestra investigaciòn es: ¿què formas de ciudadanìa se construyen en la vejez a propòsito de las polìticas sociales implementadas por el Estado? Asumimos como supuesto que: es en el modo en que los recursos de las polìticas sociales se incorporan a los repertorios sociales de reproducciòn y a la constituciòn subjetiva de los individuos, donde es posible rastrear los resultados efectivos de la protecciòn social y el bienestar y, en ùltima instancia, las formas de ciudadanìa producidas en un contexto determinado (Soldano, 2018). En bùsqueda de una respuesta, analizamos comparativamente las trayectorias vitales de las personas mayores con especial ènfasis en sus experiencias con las polìticas sociales, considerando a la vida cotidiana como escala para el estudio.

Tomamos el concepto de trayectoria vital (o curso de vida) de la sociologìa del envejecimiento y, màs precisamente, del enfoque del curso de la vida. Consideremos, entonces, algunas breves referencias sobre esta perspectiva analìtica. Como explica Yuni (2011), su emergencia fue posible gracias a un cambio en el sistema de creencias sobre la vida humana y, tambièn, de la institucionalizaciòn de nuevos modelos de ciencia, alternativos a la tradiciòn de la fìsica newtoniana. En el marco de tal transformaciòn, hacia la segunda mitad del siglo XX, se configurò un movimiento crìtico a la gerontologìa tradicional del que participò el curso de vida, cuyo principal objetivo reside en comprender còmo se entrecruzan la dinàmica de los cambios y eventos propios de una sociedad determinada y las trayectorias de vida de los individuos que la componen. De este modo, se inaugurò una perspectiva temporal longitudinal y socio-històrica en campos que, hasta el momento, habìan sido abordados desde una perspectiva transversal (Lynch, 2015).

Uno de los principales representantes de este enfoque, Elder (1998), sistematizò su propuesta en los siguientes principios: a. El principio del tiempo històrico y el lugar: el curso de vida individual està integrado y configurado por los tiempos històricos y lugares que experimentan a lo largo de su vida. b. El principio del timing in life (calendario social): el impacto en el desarrollo de una sucesiòn de transiciones depende de cuàndo ocurren en la vida de una persona. c. El principio de vidas inter-conectadas: las vidas se viven interdependientemente, y las influencias sociales y culturales se expresan a travès de esta red de relaciones compartidas. d. El principio de la agencia humana: los individuos construyen su propio curso de vida a travès de las elecciones y acciones que toman en base a las oportunidades y constricciones de la historia y las circunstancias sociales. Para este enfoque, hay dos tipos de temporalidades relevantes: la de la vida humana y la de la vida en sociedad. Al articularlas, el individuo aparece no ya en su vida aislada sino en su "inserciòn socio-històrica y colectiva" (Lalive D'Epinay y otros, 2011).

En el enfoque del curso de la vida, la trayectoria vital se define como "una lìnea de vida o carrera, un camino a lo largo de toda la vida, que puede variar y cambiar en direcciòn, grado y proporciòn" (Elder, 1991:63 citado en Lynch, 2017). No supone secuencias en particular ni una determinada velocidad en el proceso, aunque sì existen mayores o menores probabilidades de que se modele de cierta manera. Asimismo, abarca una variedad de àmbitos: laboral, educativo, familiar, residencial, entre otros; que deben ser considerados en forma interdependiente (Gastròn, Oddone y Lynch, 2011). De este modo, el enfoque del curso de la vida supera la visiòn de la gerontologìa tradicional sobre el desarrollo humano compuesto por ciclos o etapas y la reemplaza por la nociòn de "curso", "que posee una connotaciòn de recorrido, apertura, continuidad, trayectoria e indeterminaciòn..." (Yuni, 2011: 133). Nos invita a mirar el itinerario de vida una persona como un todo, desde su nacimiento y hasta su muerte, considerando no sòlo los aspectos biològicos, sino tambièn los psicològicos, sociales e històricos; lo que permite captar la complejidad de la trayectoria vital (Zarebski, 2011).

Por otra parte, nos situamos en un abordaje comprensivo de la polìtica social desde el sentido comùn. El mismo, tiene una inspiraciòn socio-fenomenològica, deudora del pensamiento de Schütz, para quièn el sentido comùn refiere al nivel de "conocimiento experiencial" de los actores sociales, esto es, aquèl que las personas ponen en juego en su vida diaria para resolver los desafìos cotidianos en la bùsqueda del bienestar. Consecuentemente, el concepto de experiencias sociales del bienestar, acuñado por Soldano, està en el centro de nuestra propuesta para el anàlisis de la polìtica social. El mismo, alude a:

Las pràcticas de reproducciòn ampliada de la vida que los sujetos resuelven a partir de cierta condiciòn estructural, en funciòn del pensamiento de sentido comùn, y que, en su nùcleo, permiten ver los razonamientos evaluativos sobre el Estado, el mundo pùblico, la justicia y los derechos (Soldano, 2018: 56).

Se trata de un enfoque que busca operacionalizar las contribuciones clàsicas del campo de estudios y "medir" los resultados efectivos de la implementaciòn de las polìticas sociales.

El registro de las experiencias sociales del bienestar nos invita a adoptar una perspectiva centrada en el nivel biogràfico y experiencial, con lo cual define una espacialidad y una sociabilidad particular. El espacio relevante es el de proximidad y los otros importantes son los contemporàneos (Ibìdem). De hecho, la cotidianeidad se organiza alrededor del "aquì" del cuerpo y del "ahora" del presente; del mundo que està a nuestro alcance (Berger y Luckmann, 1968). Asì, la vida cotidiana, de baja excepcionalidad, emerge como la "zona de impacto", donde es posible reconocer los grados de integraciòn social logrados y las formas de ciudadanìa producidas (Soldano, 2018).

ESTRATEGIA METODOLÒGICA

El tipo de abordaje cualitativo en el que se sitùa nuestra investigaciòn puede caracterizarse como de "orientaciòn interpretativa, fenomenològica y biogràfica". Interpretativa, porque no solo busca describir sino tambièn comprender los fenòmenos de interès en el contexto del mundo al que pertenecen; fenomenològica, porque estudia la subjetividad a partir de la bùsqueda de las percepciones y sentidos que los individuos dan a sus experiencias; y, biogràfica, porque se propone reconstruir los itinerarios de las existencias individuales (Colàs y Buendìa, 1992 y Folgueiras, 2007 citados en Lynch, 2017).

El territorio de referencia de la investigaciòn està dado por la ciudad de Santa Fe. Èsta presenta algunas caracterìsticas que la vuelven relevante. En primer lugar, al ser municipio y ciudad capital de la provincia, manifiesta la complejidad de la cuestiòn social subnacional cuando se concentran diferentes niveles de gobierno en un mismo espacio. En segundo tèrmino, presenta una estructura demogràfica envejecida, que presiona a las instituciones de bienestar con sus necesidades de seguridad econòmica, salud, cuidado y vivienda. En tercer lugar, expresa ciertas tendencias de urbanizaciòn salientes en el paìs y en la regiòn: en particular, constituye un "aglomerado de tamaño intermedio" (Vapñarsky y Gorojovsky, 1989), cuya estructura està signada por una fuerte desigualdad en la calidad de vida entre las zonas centrales y las perifèricas (Gòmez, 2017).

Para la recolecciòn de los datos, realizamos entrevistas semi-estructuradas "en profundidad" (Taylor y Bogdan, 1992) del tipo "historias de vida" (Vasilachis de Gialdino y otros, 2006). Efectuamos un "muestreo teòrico" (Glaser y Strauss, 1967), esto es, intencional y no probabilìstico, procurando contemplar diversos perfiles en tèrminos de gènero, edad, nivel educativo, ocupaciòn, posiciòn en el hogar, sector socio-econòmico de pertenencia y zona de residencia en el aglomerado urbano. De este modo, pretendemos observar en què medida y de què modo estos perfiles se asocian a diferentes trayectorias y experiencias. Analizamos los datos obtenidos mediante la tècnica "mètodo comparativo constante" (Glasser y Strauss, 1967; Strauss y Corbin, 2002), utilizando el software ATLAS.TI.

AVANCES PRELIMINARES DE INVESTIGACIÒN: LAS HISTORIAS DE VIDA DE CARLOS Y GLADIS

En lo que sigue, damos cuenta de dos de las historias de vida que hemos reconstruido a partir del trabajo de campo, la de Carlos y la de Gladis2. Elaboramos una apretada sìntesis de sus trayectorias vitales, prestando especial atenciòn a sus experiencias con el Estado y las polìticas sociales. Incorporamos algunos fragmentos textuales de las entrevistas y recuperamos algunas anècdotas de los entrevistados, en tanto èstas iluminan sus experiencias y/o puntos de vista sobre alguna cuestiòn relevante para nuestra investigaciòn.

Carlos naciò en Santa Fe en 1955, tiene 65 años. Creciò en una familia tradicional y tuvo una infancia tranquila. Cursò sus estudios en dos escuelas pùblicas tradicionales de la ciudad y, luego, realizò el servicio militar. Seguidamente, comenzò a trabajar en el sector del transporte, fue camionero y taxista. Hacia la mitad de su vida, hizo pareja con una mujer, con quien compartiò algunos años y tuvo tres hijas. Durante ese tiempo, viviò en la comuna de Arroyo Leyes (Aglomerado Gran Santa Fe). Con respecto a su ocupaciòn, señala que le dejaba "buena plata" y le permitìa "moverse de aquì y para allà", algo que disfrutaba. Siempre trabajò por cuenta propia y reuniò algunos aportes a la seguridad social, aunque explica que "estaba tan bien, tenìa casa y auto, que jamàs pensè en la jubilaciòn". Se describe a sì mismo como alguien a quièn "siempre le gustò arriesgar" y "un dìa me tocò perder". Para hacer frente a las deudas, vendiò todos sus bienes. Desde entonces, viviò en hoteles, en pensiones y en la calle. Si bien mantiene relaciòn con sus hijas, nunca quiso "ser una carga" para ellas y prefiriò arreglàrselas por su cuenta. En el ùltimo tiempo, ello implicò trabajar como taxista y, luego, comer, bañarse y dormir en la Terminal de Òmnibus y, los dìas frìos, refugiarse en el casino de la ciudad, donde hay calefacciòn. Para ir de un lado a otro, se movìa a pie, dado que el taxi era prestado, "pero, cuando haces eso todos los dìas te cansa. Te cansa no dormir bien. Yo... llegaba un momento que daba lo que me quedaba de vida por una cama...".

Con el tiempo, su salud se deteriorò y sufriò diferentes dolencias, hasta que un dìa perdiò la sensibilidad en las piernas. Carlos relata en detalle el derrotero que recorriò en busca de asistencia mèdica. Llegò al Hospital Dr. Josè Marìa Cullen en la madrugada. En la guardia, intentaron inyectarle Diclofenac y despacharlo, pero èl se rehusò. Entonces, lo enviaron a traumatologìa y, desde allì, a neurotoxicologìa, aunque, dado el horario, no habìa especialistas que pudieran atenderlo. Enfatiza que se trasladaba sòlo, agarràndose de las paredes y, tambièn, la actitud de los mèdicos y enfermeros, que le daban indicaciones contrarias y se responsabilizaban los unos a los otros. Finalmente, una enfermera le indicò que "espere hasta las 6:30hs, suba al primer piso y golpee la puerta de la izquierda". Asì lo hizo. Luego de contarle todo lo sucedido a un "señor de traje" y mostrarle que las piernas no le respondìan, "no habràn pasado ni cinco minutos que vinieron a buscarme en un sillòn de ruedas". Entonces, le realizaron diferentes estudios hasta dar con el diagnòstico, anemia macrocìtica. En total, estuvo 27 dìas internado. Sintiò miedo de no volver a caminar, pero nunca dejò de intentarlo. Hoy està agradecido con el trato del personal de salud y el hecho de que se le haya provisto atenciòn y medicamentos en forma gratuita.

Ante el consejo de una amiga y al sentirse "ya muy cansado (...) y con miedo de que me vuelva a agarrar la chiripiorca", Carlos decidiò acercarse a la oficina de la Direcciòn de Polìticas de Adultos Mayores de la Provincia de Santa Fe, donde le asignaron una plaza en una residencia provincial. En la oficina le preguntaron por su edad y sus fuentes de ingresos, le pidieron algunos papeles y le realizaron diferentes pruebas, que le resultaron sin sentido. Debiò esperar aproximadamente un mes para obtener respuesta. Cuando lo entrevistamos, llevaba un año y seis meses como residente. "Cuando lleguè quede... ¿còmo te puedo decir? Recontra sorprendido quedè, no me iba a imaginar jamàs que iba a encontrar un lugar asì. Todo impecable, verde. ¡las instalaciones impecables!". En su opiniòn, vivir en una residencia supone tener resueltas las cuestiones relativas a la seguridad econòmica, la vivienda, la salud y el cuidado: "Aquì nos dan albergue, comida, atenciòn, mèdicos... todo lo que necesitamos". Destaca el buen trato y el "gran corazòn" de los directivos y el personal. Cuenta, ademàs, que logrò, por ùltimo, completar el tràmite jubilatorio en el ANSES y hoy cobra el haber mìnimo. Al considerar lo magro de sus ingresos, sostiene que no podrìa mantener las mismas condiciones de vida por fuera de la instituciòn. Se queja de que "la edad es una traba", ya que los bancos no le dan crèditos.

Sobre la vida cotidiana en la residencia, describe lo difìcil de la convivencia. Algunas personas no respetan ni cuidan los bienes comunes, el trato para con los otros o, incluso, la higiene personal. Expresa cierto enojo hacia quienes "no valoran lo que se les brinda en la residencia" o "se hacen los vivos" y dicen desconocer las normas. Tambièn habla de otros residentes que, por el contrario, se convirtieron en sus amigos y de "abuelos" de los que aprendiò mucho. Por ser el màs joven y fuerte, colabora con quienes necesitan asistencia. Èl no padece ninguna enfermedad ni toma ninguna medicaciòn. Explica que le molesta estar sin nada que hacer. Sube el tono de voz al describir còmo es un dìa en la residencia: "y te levantas y desayunas y andàs al pedo, ¿Què querès que te diga? Estàn todos ahì viendo la tele. Si tuvieran la capacidad de comprender lo que estàn viendo, pero vos le preguntàs què estàn viendo y te dicen 'ah, no sè'". Todos los dìas son iguales, salvo algunos fines de semana cuando va a visitar a sus hijas y a sus nietos, u otros dìas en los que, desde la instituciòn, organizan actividades recreativas. Carlos se siente diferente al resto. Se refiere a los demàs como "abuelos" y no se reconoce parte del colectivo de personas mayores. Con respecto al futuro, su deseo es estar en el grupo de quienes tienen 70 años y estàn bien. Al respecto, nos explica:

yo estuve con gente de 65, 70, 75, 80, 85 y 90. Y en... en todas las clases pasa lo siguiente, està el de 65 que està bien, el de 65 que està màs o menos y el de 65 que està hecho mierda. ¿Entendès? En el de 70 igual y asì... Cuando llegue a los 70, voy a estar como èste, como èste o como èste... ¡y ojalà que me dè cuenta de còmo estoy! Porque hay veces que estàn mal y ni siquiera se dan cuenta de còmo estàn.

Gladis tiene 75 años, naciò en Santa Fe hacia 1945. Proviene de una familia de inmigrantes europeos. Sus abuelos fueron arrendatarios rurales y participaron de "el grito de Alcorta" (1912). Es la mayor de dos hermanos. Hasta los 12 años, viviò en una casa amplia en barrio Barranquitas, al que describe como "tranquilo, de gente trabajadora, donde habìa vìnculos afectivos entre las familias". Su padre trabajò algunos años como empleado municipal, pero renunciò al puesto hacia 1952 y "abriò unas pymes en la que fabricaban heladeras". Sin embargo, el negocio quebrò hacia 1955. Esos años fueron los màs duros para su familia: perdieron la casa y dejaron su barrio, su padre debiò empezar de nuevo como "cuentapropista" y su madre sumò a las tareas de cuidado y domèsticas, que incluìan "hacer la huerta" y criar animales, otras como modista. Durante los dos años siguientes, recibieron ayuda de familiares y amigos y se mudaron de un lado a otro, hasta que pudieron comprar un pequeño departamento en barrio Sur. Gladis cursò la primaria y la secundaria en la escuela pùblica y, en el contexto del golpe de Estado que destituyò a Frondizi, se recibiò de maestra. Continuò su formaciòn en "educaciòn especial" y, mientras tanto, comenzò a trabajar en "escuelas primarias de barrios perifèricos, donde asistìan chicos de familias pobres". En 1972, logrò ser maestra titular en una escuela ubicada en la ciudad de Esperanza, donde llegò a ser directora. Hasta titularizar, no contò con un ingreso estable, por lo que le estuvo vedada la posibilidad de independizarse. Destaca el valor de la educaciòn pùblica y gratuita, pero hace una lectura crìtica de la instituciòn escolar de esos años, de sus rutinas y contenidos rìgidos, sus formas de enseñar poco tolerantes e inclusivas y su ìmpetu puesto en normalizar: "todos iguales, sentaditos, vestiditos, peinaditos".

En esa misma època, Gladis conociò a un joven graduado en ingenierìa quìmica, con quien se casò en 1975. Luego de atravesar "el tercer golpe militar de mi vida" hacia 1966, "con cuidado estricto y miedo a opinar en forma pùblica", y, ante el "rodrigazo", la pareja se instalò en EE.UU., donde el marido realizò un doctorado. Durante ese tiempo, ella trabajò como "baby sister". Si bien le costò adaptarse, tiene buenos recuerdos de esa època, que le permitiò conocer otros lugares y personas de diferentes nacionalidades. Esa experiencia marcò su punto de vista. Gran parte de las valoraciones que realiza las hace desde la comparaciòn entre Argentina y EE.UU. Sostiene que la institucionalidad es màs fuerte en EE.UU., donde hay leyes y normas estables en el tiempo. En relaciòn a las personas mayores, expresa que hace 50 años atràs el transporte en las ciudades norteamericanas era accesible, mientras que en Santa Fe todavìa es una tarea pendiente. Gladis y su marido regresaron al paìs con el advenimiento de la democracia. Se instalaron en Santa Fe y tomaron un crèdito hipotecario "gracias a la circular 1050 del Banco Central". Compraron una casa en barrio Candioti Sur, en la que ella aùn vive. Enseguida retomò su carrera docente y alcanzò nuevamente un cargo directivo en una escuela de la ciudad. No obstante, la 1050 se convirtiò "en el peor de los mundos". La cuota hipotecaria estaba indexada y, dada la hiperinflaciòn del 1989, se volviò "muy difìcil de pagar". En el contexto de la crisis, el marido recibiò una oferta de trabajo en EE.UU. y volvieron a irse. Se quedaron allì dos años, en los cuales retomò el trabajo como cuidadora. Otra vez en Argentina, confirmò que estaba embarazada. Fue una "madre grande". En adelante, combinò la maternidad con su trabajo como docente. Esos primeros años, empleò a una mujer para que la asista con el cuidado de la casa y de su hijo. Durante la dècada de 1990 y hasta la crisis de 2001, la familia logrò una buena posiciòn econòmica: arreglaron la casa y compraron otra propiedad, cambiaron el auto y salieron de vacaciones.

Gladis se retirò a los 55 años, anticipadamente, "por miedo a que cambien las leyes". Describe la jubilaciòn como uno de los eventos vitales que màs le afectaron, ya que supuso un enorme cambio en la rutina diaria y en los roles ejercidos: "Tenìa muchas expectativas sobre la vida que comenzaba como pasiva. Sin embargo, la realidad me enfrentò cumpliendo ùnicamente mis roles de mamà, esposa y ama de casa". Ello fue, en parte, motivo de ruptura de la pareja. Desde entonces, convive sòlo con su hijo. Ella se encarga de las tareas del hogar. En los ùltimos años, logrò resignificar su retiro. Se siente, "libre y empoderada". Sabe què quiere hacer, porque està "centrada en mi propio eje" (no ya en el trabajo o en la familia), y puede, efectivamente, hacerlo porque dispone de tiempo. Desde el 2003, participa en una instituciòn privada de formaciòn permanente para personas mayores. Tambièn asiste regularmente al gimnasio y suele salir con sus amigas a tomar el cafè o caminar. La idea de la muerte se cruza entre sus pensamientos, pero para recordarle que en el presente està viva. Define la vejez como "la etapa màs linda de mi vida". Sostiene que su jubilaciòn "todavìa" le alcanza. Cobra un haber superior a la mìnima en la caja provincial y es propietaria, por lo que no debe incurrir en gastos de alquiler. Presume de saber guardar el dinero para las "prioridades". Dice que le gustarìa que el Estado administre los recursos pùblicos al igual que hace ella con los de su hogar. Agrega que no hace uso de los beneficios sociales que tiene por ser jubilada, por ejemplo, los descuentos en el transporte pùblico, "no me parece justo, yo lo puedo pagar". Valora positivamente polìticas como la AUH y el Plan de Inclusiòn Previsional. Sostiene que "el gasto social del Estado deberìa concentrarse en la niñez y en la vejez", que "los mejores servicios y los mejores profesionales deberìan asignarse a los barrios pobres" y que "la salida a los problemas sociales està en la educaciòn". Teme por el futuro de las personas mayores, dice que "la jubilaciòn es uno de los grandes problemas no resueltos de la Argentina". Descree de los polìticos y de los partidos polìticos.

Hacia el 2007, Gladis debiò colocarse un marcapasos. Describe este momento, junto con su divorcio, como los dos màs significativos desde la jubilaciòn. Hace uso de la obra social provincial y se atiende en sanatorios privados de la ciudad. Evalùa positivamente tal servicio, aunque aclara que siempre hay que esperar y siempre hay que pagar algo. Hasta comenzar a trabajar como maestra, no tuvo obra social y recurriò a los hospitales pùblicos. No tenìa un mèdico de cabecera, sino que la atendìa quièn estaba de turno. Advierte que no se hacìa cola a las 4:00hs o 5:00hs, como sì sucede ahora. Compara los servicios de salud de su niñez y los actuales y observa que, en ese entonces, "no existìan las especialidades mèdicas, uno iba al mèdico clìnico y listo. No habìa siquiera ginecòlogo u obstetra". Nota tambièn un cambio significativo en la atenciòn: "Yo lo que recuerdo es que la atenciòn era diferente, era màs humana, màs cercana, màs de contacto". Varias veces acompañò a una amiga al hospital pùblico y, en base a ello, nos cuenta:

Te dicen '¿què te pasa?' Pim, pum, pam. Es la cantidad. En cambio, antes no era asì. Te atendìan con tiempo... Cuando yo iba al hospital, las sillas estaban rotas, la mesa estaba vieja... etc. pero la atenciòn era de cercanìa (...) yo noto un retroceso en lo humano. Sos tratado como un nùmero o un problema. No como una persona que tiene un nùmero o un problema".

Pone ènfasis en la importancia de transitar los años con salud para poder tener una vejez activa. Se trata no sòlo de estar bien fìsicamente, sino que:

lo intelectual en este estadio de la vida me parece que hay que trabajarlo. Esto es sumamente importante para la no exclusiòn, para la integraciòn, para ser un ciudadano activo, aun cuando estè jubilado. Activo me refiero en la participaciòn como ciudadano y para participar con los nietos, con tus hijos, con los vecinos, el medio social y què se yo.

Muchas personas mayores estàn hoy en esa bùsqueda.

REFLEXIONES SOBRE LAS TRAYECTORIAS VITALES, LAS EXPERIENCIAS BIOGRÀFICAS Y LAS POLÌTICAS DE VEJEZ

¿Què nos demuestran las historias de vida de Carlos y Gladis en relaciòn a las polìticas de vejez? Propondremos algunas reflexiones al respecto. Por razones de economìa del espacio, retomamos para el anàlisis sòlo algunas de las cuestiones mencionadas.

La historia de vida de Carlos permite advertir la importancia de contar con polìticas que garanticen servicios estatales pùblicos y gratuitos de salud, cuidado y asistencia. Pone de relieve, tambièn, la ausencia de polìticas de vivienda para las personas mayores y, al mismo tiempo, la insuficiencia de los ingresos percibidos por jubilaciòn para hacer frente a las necesidades de la vida cotidiana. Su trayectoria vital està signada por una "mala apuesta", que significò la pèrdida de todos sus bienes materiales. Es decir, màs allà de las ventajas y/o desventajas acumuladas en su curso de vida, èste se caracteriza por un "punto de inflexiòn": un quiebre y un cambio abrupto en sus condiciones y modos de vida, que terminò por implicar un grave deterioro de su salud. Este episodio, a su vez, determinò sus experiencias con las polìticas sociales, las cuales durante la etapa de la vida de la vejez giran en torno al vivir en una residencia de gestiòn pùblica estatal.

Respecto de las implicancias de tales polìticas en sus condiciones de vida, pràcticas y subjetividad, albergarse en una residencia supone para Carlos contar con la garantìa de ciertas condiciones de vida mìnimas. Como èl mismo lo describe, es tener un techo y una cama, comida, cuidado y asistencia mèdica. Ello significò un salto cualitativo respecto a sus condiciones y modos de vida previos, marcados por la pobreza y la incertidumbre, el deterioro de la salud y el agotamiento del cuerpo, a los que se sumò, en el ùltimo tiempo, el miedo a enfermarse. Tales resultados constan en su relato, plagado de juicios de valor sobre los servicios y bienes pùblicos estatales y comparaciones respecto de su situaciòn precedente. Èl pondera, por ejemplo, la limpieza de las residencias, el contar con calefacciòn en invierno y aire acondicionado en verano o el poder repetir dos platos de comida. Ahora bien, no debemos perder de vista sus percepciones sobre la situaciòn de asistencia. Para Carlos, ser residente es ser alguien a quièn "le fue mal en algùn momento de su vida (...) si nosotros estamos acà es simple y sencillo: porque en un determinado momento de nuestra vida nos fue mal" y que "ya tener un lugar donde estar significa mucho".

El modo de vida de las residencias incidiò en sus rutinas y pràcticas, aliviàndolo de las tareas domèsticas y cotidianas de reproducciòn de la vida. Coincidiò, ademàs, con su retiro laboral. Sin embargo, el hecho de no tener nada que hacer implica un vacìo, que se revela en la idea de que todos los dìas son iguales. Aùn màs, en su relato se pone de manifiesto que, cuando las polìticas de vejez sobreprotegen, pueden producir dependencia. En su afàn de asistir a los residentes, el personal hace todo por ellos. A tal punto que, segùn cuenta el entrevistado, cuando reciben las visitas mèdicas, hay residentes que no hablan con el mèdico, sino que son "las chicas" las que le indican què malestares tienen. Asì, observamos que, si bien nos encontramos en un momento de "cambio de paradigma" en relaciòn a las polìticas de vejez, las cuales tienden a reemplazar las pràcticas tutelares y paternalistas por otras basadas en los derechos humanos y el ideal del envejecimiento activo, estas pràcticas suelen coexistir en las instituciones para personas mayores. Ademàs, dichas instituciones generalmente estàn pensadas para personas dependientes, aunque allì residen personas con diferentes necesidades. Ello puede resultar problemàtico para quienes, como Carlos, buscan resguardar su autonomìa y mantenerse activas.

Vivir en una residencia conllevò tambièn para Carlos la necesidad de aprender a estar con otros. La convivencia salta a la vista como el gran desafìo de todos los dìas, frente a lo cual èl demanda reglas màs estrictas. Quizàs por los estereotipos que arrastramos sobre la vejez, imaginamos a las instituciones para mayores como lugares tranquilos, sin conflicto. En su relato, se pone de relieve que las discusiones entre los residentes o entre los residentes y los directivos o el personal son algo cotidiano. Se muestra frustrado respecto de las interacciones con los residentes que poseen un grado de dependencia severo o una actitud desinteresada y pasiva con respecto a lo que transcurre a su alrededor. Esto alimenta su concepciòn negativa sobre la vejez. De aquì que, le cueste reconocerse como parte del colectivo de personas mayores. En contraste con lo anterior, su testimonio tambièn deja ver que las residencias son, ademàs, lugares donde se encuentran personas con historias y vivencias diferentes, lo que les permite aprender una de la otra. Del mismo modo, allì se generan lazos de amistad y de apoyo mutuo.

En el relato de Carlos podemos observar que las instituciones estatales y el modo de funcionamiento de sus burocracias demandan a la persona mayor una actitud proactiva. Èsta debe mantenerse informada sobre sus derechos de ciudadanìa y sobre las instituciones y polìticas correspondientes: saber què le corresponde y dònde exigirlo. Asì, por ejemplo, tanto para recibir atenciòn mèdica como para ingresar a la residencia, èl debiò reunir cierta informaciòn preguntando a diferentes personas, moverse de un lado a otro y golpear distintas puertas. Por otra parte, la persona mayor tiene que ser paciente y estar dispuesta a esperar, demostrar que padece cierta necesidad y cumple con los requisitos para ser "beneficiario" de la asistencia social. Carlos tuvo respetar a las rutinas y reglas de las burocracias, ajustarse a sus horarios de atenciòn y tiempos de gestiòn, y presentar los papeles y realizar las pruebas que le solicitaron, aun en las oportunidades en que èstas le resultaron absurdas.

En la historia de vida de Gladis la presencia del Estado y de las polìticas sociales està màs diluida, en tanto ella resuelve gran parte de las cuestiones y necesidades que se le presentan en su vida cotidiana en el àmbito del mercado. Cuenta con tal posibilidad gracias a una trayectoria de vida en la que logra acumular ciertas ventajas, sobre todo en lo que respecta a su formaciòn educativa y a su carrera profesional, lo que le permite ser independiente econòmicamente y disponer de ingresos suficientes. A lo anterior, es oportuno sumar que sus recorridos estuvieron condicionados por los patrones y roles de gènero. Ello se pone de relieve, por ejemplo, en el hecho de que ella fue quièn ejerciò el rol de acompañante en los viajes al extranjero, con lo que su carrera profesional fue màs corta que la de su ex marido y presentò entradas y salidas prolongadas del mercado de trabajo. Por otra parte, en su historia de vida tambièn podemos percibir, con màs facilidad que en la de Carlos, còmo se imbrican los hechos personales o familiares y los hechos històricos, como ser los viajes y estancias en el exterior con los golpes de Estado y las crisis socio-econòmicas en Argentina.

Si bien Gladis transitò un perìodo difìcil tras el retiro del mundo laboral, su testimonio es el de una mujer mayor independiente, auto-vàlida, activa y que disfruta de su presente. Ahora bien, en cuanto a la participaciòn, el ocio y/o la recreaciòn, la oferta de polìticas sociales se queda corta. De hecho, ella recurre al àmbito privado porque no sabe dònde hacerlo en el àmbito pùblico (en todo caso, podrìa hacerlo en el àmbito comunitario). Sin embargo, encuentra que ello es fundamental para un buen envejecer, activo, integrado y, de hecho, asì lo sostienen los instrumentos internacionales de derechos humanos, donde la participaciòn se concibe como eje central del "envejecimiento activo". Aquì podemos identificar una demanda de las personas mayores que no encuentra satisfacciòn, muchas de las cuales reniegan de quedarse en sus casas haciendo tareas domèsticas y de cuidado o sin nada que hacer. Durante la vejez, al ser dueña de su tiempo, Gladis encontrò los mecanismos para cuestionar sus roles de gènero y hoy elige priorizar sus necesidades y proyectos personales, con lo que este momento de su vida se convirtiò en uno de aprendizaje y felicidad.

Las polìticas previsionales son las que poseen una incidencia màs significativa en las condiciones y modos de vida de Gladis, por cuanto el haber jubilatorio representa su ùnica fuente de ingreso. Un primer punto a considerar es cuàl es la capacidad de protecciòn que tal polìtica brinda, en virtud de las posibilidades que ofrece para la satisfacciòn de sus necesidades. De acuerdo a su relato, dicha capacidad es alta, en tanto la jubilaciòn es suficiente para el logro de la reproducciòn ampliada de su vida. No obstante, vale la pena incorporar algunas anotaciones en relaciòn a la afirmaciòn anterior: por un lado, cobra un haber superior a la mìnima en la caja provincial, cuyas prestaciones superan a las nacionales y goza de la propiedad de su vivienda; por otro lado, a pesar de contar con dicha cobertura, la entrevistada comenta una y otra vez que no sabe hasta cuàndo le va a alcanzar efectivamente el dinero y que se ve obligada a administrarlo con rigor. Es decir, en el orden de lo subjetivo, la capacidad de protecciòn de las polìticas previsionales se debilita. Creemos que ello se relaciona con los vaivenes de la economìa argentina y los rumores sobre una futura reforma del sistema previsional, que terminan por alimentar el descrèdito sobre las polìticas previsionales.

De otra parte, el relato de Gladis evidencia sus visiones, que pueden ser compartidas por otras personas mayores, sobre el funcionamiento del sistema polìtico, las polìticas y los problemas sociales en Argentina. Para la entrevistada, los partidos y los polìticos no son confiables y el sistema adolece de una "falta de institucionalidad", que ella asocia a la falta de valores y de reglas claras y perdurables en el tiempo. Recuperamos estas valoraciones porque condicionan sus experiencias con las polìticas sociales. Asì, ella decidiò jubilarse anticipadamente porque temìa una modificaciòn de las leyes previsionales. De hecho, al dìa de hoy, considera que, para el Estado, uno de los asuntos prioritarios a resolver es el previsional y se queja la forma en que se administran los recursos pùblicos. En cuanto a las polìticas sociales encontramos en su discurso que son para "quienes lo necesitan" y eso es lo justo, en tanto la distribuciòn de recursos pùblicos debe favorecer a los grupos sociales màs vulnerables. De aquì que, celebre iniciativas como la AUH y el Plan de Inclusiòn Previsional y, por su parte, elija no hacer uso de los descuentos en el transporte pùblico.

Asì tambièn, en su discurso emerge, màs o menos explìcitamente, la idea de que su preferencia por resolver las cuestiones y necesidades de salud en el àmbito de lo privado se explica porque los servicios de salud pùblicos estarìan dirigidos a quienes no pueden pagar y serìan de menor calidad. Otro aspecto a considerar es la crìtica que efectùa hacia el sistema pùblico de salud. Al comparar su experiencia pasada y presente, da cuenta de un uso diferente de los servicios de salud: en su niñez, recurrìa menos al mèdico, no tenìa un profesional de cabecera, no consultaba a diferentes especialistas y, en relaciòn a los hospitales pùblicos, èstos estaban màs descuidados o eran menos còmodos, aunque no era necesario hacer largas colas y la atenciòn recibida era màs personalizada. Estos ùltimos aspectos son los màs interesantes en cuanto a los resultados de las polìticas sociales. Nos habilitan a inferir que, al dìa de hoy, los hospitales disponen de una mejor infraestructura y las polìticas de salud obtienen resultados màs eficaces y eficientes, dada la aplicaciòn de nuevas tecnologìas y el aumento de casos atendidos por x unidad de tiempo, pero la relaciòn entre el mèdico y el paciente sufre un deterioro. Ello se ha conceptualizado en otros lugares como "deshumanizaciòn de la medicina".

COMENTARIOS FINALES

A partir de las historias de vida de Carlos y Gladis, en este trabajo procuramos reunir algunas evidencias para sostener que, "poner la lupa" en las biografìas de las personas mayores, es decir, enfocar y observar sus trayectorias vitales y sus experiencias como si tuvièramos una lente de aumento para obtener una imagen ampliada de èstas, puede permitirnos conocer los resultados de las polìticas de vejez. Esto es, comprender su incidencia efectiva en las condiciones y pràcticas de reproducciòn ampliada de la vida de las personas mayores y en su subjetividad.

Consideramos, ademàs, que las indagaciones de este tipo pueden servir como fuente de informaciòn para sostener los diagnòsticos y orientar futuras acciones estatales en materia de polìticas de vejez. De hecho, generar polìticas acordes a las necesidades y demandas de las personas mayores requiere conocer la multiplicidad de las "vejeces". En este sentido, consideramos que, en el diseño de tales respuestas, es ùtil tener presente que, màs allà de los determinantes coyunturales, como es el caso de la crisis generada por la pandemia del COVID-19 a escala global, las condiciones y modos de vida de las personas mayores (y sus posibilidades de sortear tales situaciones) estàn condicionadas por sus trayectorias y experiencias pasadas, por lo cual es necesario incorporar anàlisis multidimensionales y longitudinales. Estas ideas que pueden resultar simples y obvias no siempre estàn presentes en las problematizaciones y definiciones que sirven de base al diseño de las polìticas de vejez.

Por ùltimo, creemos conveniente notar que las reflexiones precedentes no son las ùnicas que pueden realizarse a partir de las historias de vida ya citadas, sino algunas de las que consideramos màs interesantes. Los hallazgos aquì compartidos responden a casos particulares y no son generalizables al colectivo de personas mayores, màs bien, intentan poner de relieve la diversidad de situaciones dentro de la poblaciòn de mayor edad y la complejidad de la realidad social. Por lo demàs, el trabajo de campo està en curso, con lo que estos comentarios son provisorios y seràn revisados en el futuro pròximo.

Notas

1. Este escrito se enmarca en la investigaciòn: "Polìticas sociales y producciòn de ciudadanìa en la vejez. Un anàlisis desde las trayectorias y experiencias de las personas mayores en la ciudad de Santa Fe". Doctorado en Ciencia Polìtica. Universidad Nacional de Rosario.

2. Los nombres fueron cambiados para resguardar la identidad de los entrevistados.

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