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Revista Pilquen

versión On-line ISSN 1851-3123

Rev. Pilquen. secc. cienc. soc. vol.24 no.5 Viedma dic. 2021

 

ARTÌCULO

Transiciones hacia el Estado Posburocràtico Autoritario (EGA). Notas sobre las formas organizativas de la acciòn estatal contemporàneas

Transitions to the Post-Bureaucratic Authoritarian State. Notes on the organizational patterns of contemporary state action

 

Josè Francisco Puello-Socarràs
josepuel@esap.edu.co
Escuela Superior de Administraciòn Pùblica. Colombia

Recibido: 09|09|21 - Aceptado: 21|12|21

 


Resumen
El artìculo se propone realizar una sìntesis teòrica en torno a una nueva posible caracterizaciòn de la forma del règimen estatal global contemporàneo. Registra (empìricamente) y, simultàneamente, incorpora (teòricamente) las principales tendencias del Capitalismo tardìo durante el siglo XXI. Inicia problematizando las expresiones convencionales del "Estado en acciòn", es decir, la dimensiòn (fenòmeno) y el entendimiento (saber) corrientes sobre las polìticas pùblicas con el fin de identificar asuntos gubernamentales y administrativos claves aunque generalmente invisibilizados en torno a los anàlisis sobre las transiciones entre tipos de regìmenes estatales de la postguerra: el Estado Keynesiano de Bienestar (euro-americano) y el Estado Buròcratico-Autoritario (latinoamericano). Dentro del proceso històrico aquì sintetizado, la configuraciòn estatal "Posburocràtica - Gestionaria Autoritaria" contemporànea (Estado Schumpeteriano + Estado Punitivo), de caràcter global e integrada mundialmente, permite comprender los cambios organizativos en la dimensiòn gubernativa: desde la gobernabilidad hacia la gobernanza, por un lado; y, por el otro, desde la Administraciòn pùblica hacia la (Nueva) Gestiòn pùblica.

Palabras clave: Estado de Bienestar; Estado Burocràtico-Autoritario, Estado de Trabajo; Gobernabilidad; Gobernanza; Administraciòn pùblica; Nueva Gestiòn Pùblica.

Abstract
The article proposes a theoretical synthesis of a new possible characterization of the form of the contemporary global state regime. It records (empirically) and, simultaneously, incorporates (theoretically) the main trends of late capitalism during the 21st century. It begins by problematizing conventional expressions of the "state in action", i.e., the current dimension (phenomenon) and understanding (knowledge) of public policy in order to identify key governmental and administrative issues that are generally invisible in analyses of transitions between post-war state regime types: the Keynesian Welfare State (Euro-American) and the Bureaucratic-Authoritarian State (Latin American). Within the historical process synthesized here, the contemporary "Post-bureaucratic - Managerial - Authoritarian" state configuration (Schumpeterian State + Punitive State), global in character and integrated worldwide, allows us to understand the organizational changes in the governmental dimension: from governability to governance, on the one hand; and, on the other, from Public Administration to (New) Public Management.

Key words: Welfare State; Bureaucratic-Authoritarian State; Work State; Governability; Governance; Public Administration; New Public Management.


 

INTRODUCCIÒN

Este trabajo pretende ofrecer un conjunto de reflexiones sobre los imaginarios y preconcepciones teòricos en torno a las polìticas pùblicas, entendidas en su doble dimensiòn de fenòmeno y saber contemporàneos. Este presupuesto permite sintetizar una posible caracterizaciòn sobre el tipo de règimen estatal hoy vigente, en torno al estado post-burocràtico (o Gestionario) Autoritario que se constituye en la arquitectura polìtica y econòmica contemporànea en el orden global integrado, actualmente existente.

Se trata entonces de esbozar esquemàticamente debates de naturaleza polìtica, administrativa y organizacional que continùan relativamente inamovibles tanto a nivel tanto pràctico como abstracto en relaciòn con reflexiones que hoy se mantienen en torno a esta materia.

El planteamiento central pretende interrogar si las concepciones tradicionales adoptadas comùnmente -especialmente, definiciones y nociones teòricas- para aproximar al Estado, la organizaciòn pùblica y los productos del "Estado en acciòn": las polìticas pùblicas, actuales y realmente existentes resultan relevantes, pertinentes, verosìmiles y, sobre todo, vàlidas en conexiòn con las dinàmicas, las lògicas y las contradicciones que plantean las configuraciones sociopolìticas y econòmicas contemporàneas, especialmente, las màs recientes.

Incorporar varios de los nuevos supuestos lleva a tener en cuenta -al menos- tres hipòtesis de trabajo interdependientes que deberàn ser validadas empìricamente en el futuro:

a) La "reversiòn" de las lògicas organizacionales asociadas formalmente con los procesos genèricos en la producciòn y reproducciòn en general de las polìticas pùblicas, especialmente, las polìticas sociales y econòmicas, y a partir de ello, una caracterizaciòn posible sobre el règimen estatal contemporàneo;

b) El "fin" de las polìticas pùblicas en un sentido convencional asociado a formas organizativas vinculadas con el trance desde la Administraciòn pùblica hacia fòrmulas gestionarias y gerenciales polìtico-administrativas, en torno a los denominados New Public Management y Governace; y,

c) La necesidad de actualizar y potenciar los conceptos sobre el Estado, la Organizaciòn de los aparatos estatales y la forma especìfica de las "Polìticas pùblicas" bajo nociones y hermenèuticas distintas pero verosìmiles.

En primer lugar, el llamado apunta a asumir las polìticas pùblicas en un sentido dèbil desde el punto de vista epistemològico, es decir: articulando las "trans-formaciones" claves hoy vigentes que las constituyen como fenòmeno. Esta conclusiòn se encuentra asociada a la reconfiguraciòn de los dispositivos polìticos, gubernamentales y organizativos, y los cambios sustanciales en sus estructuras y funcionamientos.

Esta indagaciòn propone asì, en primer lugar, la exigencia a la vez epistemològica y polìtica de integrar elementos analìticos que revelen las dinàmicas en los procesos asociados a las polìticas pùblicas (en genèrico).

Las condiciones para la producciòn de conocimientos (anàlisis y sìntesis) y las posibilidades para la generaciòn de re-conocimientos sobre la actualidad de los fenòmenos mencionados y, en esa perspectiva, insumos para la acciòn polìtica, deben ser sistemàticamente incorporados en un marco referencial social e històrico consistente con las transformaciones genèricas del Estado, el gobierno, la administraciòn pùblica, inclusive, atendiendo a la naturaleza de las formaciones sociales.

Esto supone una mirada crìtica en relaciòn con la excesiva intensidad de los anàlisis basados en "tipos-ideales" (a la Weber) en detrimento de los llamados "tipos-reales" (a la Marx) (Cerroni 1992).

Uno de los mayores obstàculos que pueden identificarse en los anàlisis convencionales de las polìticas pùblicas es su interpretaciòn no sòlo a-històricasino fundamentalmente anti-històrica. Esta actitud deja de lado varios elementos sociopolìticos que podrìan ayudar a mejorar y, sobre todo, complejizar sus comprensiones y entendimientos.

La impronta hermenèutica antes mencionada ha omitido las implicaciones que tendrìan las distintas formas de actuaciòn institucional (estatales, gubernamentales, administrativas, los dominios pùblico-privados, comùnmente llamados pùblico-no-estatales, etc.) (Bresser-Pereira, 2006). Estas formas de actuaciòn estàn relacionadas en principio aunque no exclusivamente- con las diferentes modalidades de regìmenes econòmico-polìticos del Estado capitalista, social e històricamente considerados.

Lo anterior se torna aùn màs fundamental cuando se evidencian el generalizado desconocimiento y la sistemàtica desarticulaciòn -en el mejor de los casos: la suspensiòn- de los efectos de la llamada hegemonìa neoliberal presente en el capitalismo tardìo. Màs puntualmente, las implicaciones derivadas del règimen estatal globalmente vigente: el Estado Schumpeteriano de Trabajo (EST, o Workfare State) (Jessop 1999) y su dimensiòn esencialmente punitiva (Prisonfare state) (Wacquant 2009), cuando se asumen las condiciones de posibilidad de los regìmenes de producciòn y reproducciòn de las polìticas pùblicas.

El ambiente general de los estudios podrìa continuar atrapado en una suerte de marasmo a partir de aproximaciones que brillan por la obsolescencia metodològica y el anacronismo analìtico.

Asì, este artìculo primero desarrolla el imaginario que respalda una concepciòn en particular sobre las polìticas pùblicas con base en el esquema tradicional desde el cual se provoca un entendimiento sobre las polìticas pùblicas anacrònico y obsoleto (primer apartado). Posteriormente, el segundo apartado introduce elementos analìticos cruciales sobre las implicaciones empìricas que se desprenden de la construcciòn del Estado Keynesiano de Bienestar que ayudan a modificar la primera hermenèutica. El tercer apartado se concentra en ampliar el esquema teniendo en cuenta los efectos de las transformaciones durante la denominada hegemonìa neoliberal, la cual sugiere la "reversiòn" de las lògicas y contradicciones en las polìticas pùblicas, explicada a partir de las transformaciones gubernamentales y organizacionales del Estado contemporàneo. Finalmente, exponemos las condiciones teòricas, empìricamente fundamentadas que permiten explorar la caracterizaciòn sobre el Estado Post-burocràtico (Gestionario) Autoritario, como hipòtesis sobre el tipo de règimen estatal, globalmente integrado, actualmente vigente.

1. EL IMAGINARIO SOBRE LAS POLÌTICAS PÙBLICAS. EL INFLUJO DEL ESQUEMA EASTON-LASSWELL

Aunque los estudios de las polìticas pùblicas han llamado la atenciòn sobre las limitantes de los principales horizontes teòricos dominantes en polìticas pùblicas (ver Meny & Thoenig 1992), aùn el influjo convencional resulta determinante en las interpretaciones màs corrientes sobre el asunto.

La sensaciòn de que las polìticas pùblicas estàn en relaciòn directa o indirecta- con la satisfacciòn de necesidades sociales, o en funciòn de la realizaciòn de los intereses individuales y colectivos por parte de la autoridad pùblica, es uno de los imaginarios màs recurridos en los discursos informales de la actividad polìtica, y formales en los àmbitos acadèmicos y especializados. De hecho, la clave discursiva instalada, implìcita o explìcitamente, en los escenarios en los cuales estos temas son objeto de polèmica, resulta inverosìmil vis-à-vis la naturaleza polìtica de las polìticas pùblicas actualmente.

El imaginario comùn que sostiene gran parte de las percepciones que se mencionan anteriormente està fuertemente respaldado por dispositivos teòricos los cuales, desde luego, intentan actualizar los efectos potenciales de su impronta ideològica (Puello-Socarràs 2010).

Para esquematizarlo, el horizonte convencional de las polìticas pùblicas se sostiene en una visiòn demasiado funcionalista de los procesos relativos al sistema polìtico y la realidad de las polìticas pùblicas. El convocado 'modelo Easton-Lasswell' resulta ser el dispositivo crucial por antonomasia que respalda tal versiòn (Puello-Socarràs 2013b).

El gràfico 1 ilustra los momentos fundamentales de esta lògica. En adelante, resumimos sus alcances teòricos.

Escuetamente, el Sistema Polìtico estarìa conformado por las siguientes (sub)estructuras:

a) El Subsistema Electoral, o tambièn: los mediadores polìticos (a nivel organizacional: los partidos polìticos; como actores: los "polìticos de profesiòn") encargados de agregar los intereses societales (individuales) que se expresan a travès de las preferencias individuales (electorales) y, de esta manera, ingresar al SP en la forma de insumos o inputs polìticos.

b) El Subsistema de Gobierno, es decir: las èlites polìticas, es el responsable de la definiciòn de la Agenda polìtica, ordenando las preferencias individuales que ya han sido formuladas en tanto preferencias societales colectivas, transformàndolas en metas y objetivos generales o polìticos.

c) El Subsistema Administrativo (pùblico) se encarga de ejecutar la Agenda polìtica establecida, accionando la Agenda pùblica o programa de polìticas pùblicas.

En este ciclo procesual, el SP -visto como un todo- ofrece respuestas, simultàneamente: polìtico (b) administrativas (c).

¿Còmo funcionarìa el proceso polìtico de las polìticas pùblicas bajo esta singular versiòn?

En primer lugar, el Sistema polìtico (SP) se propone como un subsistema que forma parte del Sistema Social (SS). Este hecho resulta central en la medida en que el (sub)sistema polìtico tiene como funciòn primordial especìfica la definiciòn autoritativa de los valores sociales.

En esa medida, el SP convierte los estìmulos de su medioambiente: insumos o demandas sociales (inputs) en respuestas (acciones) polìtico-administrativas, en la forma de: i) productos (outputs), las polìticas pùblicas "en sì"; como tambièn reconvierte este tipo de insumos en: ii) resultados (outcomes), las polìticas pùblicas "para sì", o de otra manera, aquello que generarìan las polìticas (policies): lealtad de las masas o simplemente, legitimidad sistèmica, lo cual no sòlo afecta al SP en singular sino al SS como un todo.

A travès de la 'retroalimentaciòn' (feedback) de este proceso, se echarìa a andar de nuevo el ciclo.

En segundo lugar, ademàs de producir respuestas polìticas y administrativas, esta lògica preserva un lugar importante para el ideal de equilibrio sistèmico, entre demandas societales y ofertas institucionales.

Para este caso el SP debe mantener el equilibrio sistèmico (interno) como condiciòn de posibilidad de su existencia y para preservar el Orden sistèmico social. El SP transforma los insumos sociales en respuestas polìtico-administrativas para conservar la estabilidad. De lo contrario, pondrìa en peligro la legitimidad del SP en particular y el SS en general.

Bajo este esquema, el concepto de "crisis" (sistèmica) resulta una situaciòn excepcionalmente tautològica. Se supone que el Sistema social y los subsistemas, màs puntualmente: el polìtico, son funcionales y, asì, "funcionando", garantizan espontàneamente su propia existencia. Por ello, el SP "resolverìa" las crisis que eventualmente lo amenazan, por ejemplo, a causa de situaciones como el exceso de demandas que virtualmente no puedan ser procesadas por el SP.

Por ello, el SP debe re-producir, en tèrminos de las polìticas pùblicas ("en sì" y "para sì") las condiciones de su dinàmica, asegurando que las presiones sociales sobre el SP sean resueltas y proporcionalmente satisfechas.

Dentro de esta lògica convencional, el SP "responde" tramitando las demandas de la sociedad, asegurando una causaciòn lineal y espontànea entre intereses, necesidades y valores sociales (individuales) y aquellos polìticamente expresados (colectivos) mediante las polìticas pùblicas.

Asì vistas, el contenido y la orientaciòn de las polìticas pùblicas, suponiendo ademàs que ninguna preferencia individual puede manipular el SP (la hipòtesis 'pluralista', polìticamente hablando) ni imponerse sobre otras, màs allà del proceso polìtico normal en el establecimiento de la Agenda polìtica, se propone en relaciòn directa con las necesidades, intereses y preferencias de la sociedad.

Desde luego, esta lògica funcionalista, abstracta e hiper-racionalista, incluso en su consistencia interna es falaz y ha sido abiertamente discutida y superada, tanto en lo teòrico como en lo empìrico, incluso a partir de perspectivas que si bien se consideran crìticas aùn podrìan calificarse como convencionales (Lukes 2007).

Sin embargo, hay que subrayar que la existencia de este imaginario teòrico continùa ejerciendo una gran influencia en la manera de pensar y concebir las polìticas pùblicas. Seguramente este ha sido uno de los obstàculos para superar una versiòn simplista de la problemàtica y avanzar en perspectivas complejas, reales y empìricamente fundamentadas que incorporen los cambios y transformaciones màs recientes no sòlo de las polìticas pùblicas sino tambièn del Estado moderno (en sus ejes: nacional y capitalista) y en las formas de gobierno contemporàneas.

Figura 1. Esquema original sobre el proceso polìtico en Easton & Lasswell.

Fuente: Elaboraciòn propia con base en Easton (1969) y Dahl (1976).

 

2. EL ESTADO (KEYNESIANO) DE BIENESTAR Y LA "LÒGICA" DE LAS POLÌTICAS PÙBLICAS. APUNTES SOBRE LA AUTONOMÌA RELATIVA

Atendiendo las limitaciones epistèmicas del modelo Easton-Lasswell para pensar la dinàmica de las polìticas pùblicas, podrìamos "corregir", ampliar y avanzar en la reflexiòn mucho màs verosìmil sobre este fenòmeno a travès de la lectura que realiza Offe (1990), en lo que se denomina conceptualmente el Estado Keynesiano de Bienestar (EKB o simplemente: Welfare state) (Jessop 2008; 1999).

¿Còmo funciona el proceso econòmico-polìtico de las polìticas pùblicas en el marco del EKB?

Ampliando el esquema anterior y siguiendo los aspectos sustanciales del anàlisis propuesto por Offe, es posible pensar los procesos ya no centràndose ùnicamente en el Sistema polìtico (relativamente aislado) sino extendiendo la dinàmica a partir de las relaciones societal-econòmicas.

Puede adecuarse el esquema, contando con 3 subsistemas bàsicos ("flanqueadores" propone Offe) o Principios organizativos de la sociedad en su conjunto: i) las estructuras normativas; ii) las relaciones (privadas) de intercambio; y, iii) las relaciones coercitivas.

Para facilitar nuestra lògica descriptiva, cada uno de ellos se corresponderìan con la denominaciòn de 3 subsistemas societales: a) el econòmico (ii), b) el polìtico-administrativo (iii) y c) el social (i).

Se debe señalar que al estar refirièndonos a la formaciòn social capitalista en general, el subsistema econòmico retiene el principio organizativo universal de la sociedad: la acumulaciòn (incesante) de Capital.

Desde Offe (1990, p. 45):

1) El intercambio es el principio de la organizaciòn social dominante y, en esa medida, "queda liberado de restricciones normativas y de la coerciòn polìtica"; en consecuencia,

2) Los subsistemas societales: polìtico-administrativo y normativo (social), estàn necesariamente subordinados al subsistema econòmico (tanto en el sentido sistèmico de los "estìmulos" como desde las respuestas: sea como "salidas", "productos" y "resultados").

En contraste con el esquema inicial, la versiòn presentada por Offe el "medio-ambiente" del subsistema polìtico-administrativo no serìa la sociedad en abstracto sino los subsistemas en concreto (econòmico, por un lado y normativo, por el otro) (ver figura 2).

Aunque parezca un mero ajuste, este acomodamiento es clave.

Especifica que los inputs que, anteriormente, parecìan tener genèricamente una esencia societal ahora retienen un caràcter econòmico. O, màs puntualmente: los insumos (o exigencias) que estimulan el funcionamiento del subsistema polìtico-administrativo estàn en relaciòn estrecha con las dinàmicas del intercambio econòmico y, en ùltimas, con el proceso de la acumulaciòn de Capital en la Sociedad tomada como sistema de la totalidad global.

A partir de lo anterior, Offe señala dos situaciones fundamentales que permiten describir el tipo de (inter)relaciones entre los principios organizativos. Ambas se enmarcan en la subordinaciòn estructural que mencionamos anteriormente y son determinantes para recrear las lògicas y las contradicciones del EKB, el trasfondo socio-històrico de las Polìticas pùblicas.

Por un lado, se advierte la existencia de un tipo de subordinaciòn que se denomina subordinaciòn positiva. En este caso, se trata de:

[...] una relaciòn entre la economìa y los sistemas normativos y polìtico-administrativos, donde èstos ùltimos se estructuran para que puedan contribuir positivamente creando las precondiciones oportunas- al funcionamiento del principio organizativo dominante y la esfera de la economìa determinada por èl. El rasgo que distingue a este tipo de subordinaciòn positiva es el ajuste del contenido de los subsistemas normativo y polìtico, de manera que se adapten a procesos econòmicos [...] La producciòn de funciones complementarias es lo que importa en la subordinaciòn positiva. [ènfasis propio] (Offe 1990, p. 46)

Por otra parte, el otro tipo de subordinaciòn, llamada: subordinaciòn negativa, se distingue de la primera, porque:

[...] En este segundo caso, los sistemas ideològicos y de poder estatal se relacionan con el sistema econòmico capitalista de un modo que les limita y aìsla de dicho sistema econòmico, aunque no por ello les permita contribuir sustantivamente a su capacidad de funcionamiento. El èxito de la subordinaciòn negativa consiste en proteger la esfera regulada por el intercambio de superposiciones e interferencias, que constituyen una posible consecuencia del desarrollo de los subsistemas polìtico y normativo [...] en la subordinaciòn negativa el dominio del sistema econòmico sobre los dos subsistemas depende dada la posibilidad de una irrelevancia funcional parcial para el sistema econòmico- de que puedan estabilizarse las fronteras entre los respectivos sistemas, de manera que el sistema econòmico pueda evitar interferencias de los sistemas normativos y polìticos en su propio dominio de la producciòn y distribuciòn de bienes. [ènfasis propio] (Offe 1990, p. 46)

Mientras que en la subordinaciòn positiva los subsistemas normativo y polìtico-administrativo estàn necesariamente en funciòn del subsistema econòmico, en la subordinaciòn negativa propone Offe- la relaciòn subordinada resulta contingente. Precisamente, el momento de constituciòn del EKB cenit de lo que conocemos como el fenòmeno de las polìticas pùblicas, y que explica tambièn la evoluciòn explosiva de sus saberes y reflexiones- se corresponde con una fase del Capitalismo, delimitada social e històricamente, caracterizada por el tipo de subordinaciòn negativa.

No entraremos en los detalles que expone Offe para caracterizar este perìodo, al cual denomina (en ese momento) capitalismo tardìo. Tampoco ampliaremos las implicaciones de la crisis especìfica del sistema. Remarcamos, en todo caso, una consecuencia crucial de lo anterior y que resulta esencial para los fines de esta descripciòn esquemàtica1: la emergencia de la autonomìa relativa del Estado.

En sìntesis, la situaciòn de subordinaciòn negativa implica una autonomìa, pero relativa del subsistema polìtico-administrativo frente a la acumulaciòn de Capital. Por ello, si bien el Estado en esta situaciòn continuarìa en funciòn directa y subordinado necesariamente al subsistema econòmico, ahora puede "aislarse" organizativamente, "darse sus propias reglas" (relativas) de funcionamiento, sistèmicamente hablando.

Retomando nuestro esquema original, la figura 2 ilustra descriptivamente el funcionamiento estructural del EKB.

Figura 2. Esquema ampliado. Estado Keynesiano de Bienestar (Welfare state)

Fuente: autor con base en Offe (1990).

 

En la medida en que el subsistema polìtico-administrativo retiene la capacidad y el ejercicio de la autonomìa relativa, el Estado puede "interferir" en el funcionamiento del subsistema econòmico. O, dicho de otra manera, es la situaciòn donde se presenta un tipo dominante de la acciòn estatal: la "intervenciòn"2.

Si en una primera situaciòn: lèase, de subordinaciòn positiva, propia del Capitalismo temprano, el subsistema polìtico se mostraba heterònomo, o lo que es lo mismo, se ajustaba espontànea y funcionalmente a las "exigencias" u "orientaciones" del subsistema econòmico convocando una forma especìfica de acciòn estatal (desregulaciòn), la situaciòn que ahora referimos en el Capitalismo tardìo y el EKB supone -en los mismos tèrminos- la capacidad del subsistema polìtico-administrativo para interferir autoritativamente en el proceso de acumulaciòn capitalista a travès de la Intervenciòn (estatal).

Para ilustrarlo de otra manera, el Estado bajo la heteronomìa absoluta y dentro del formato de receptor de prescripciones (desde la Economìa) deviene en una especie de espectador. Mientras tanto, en el trànsito hacia la autonomìa relativa, el Estado resulta ser actor, pero con las restricciones para devenir en principio articulador o convertirse en organizador de la sociedad (estatista). El subsistema econòmico, aunque limitado relativamente, sigue rigiendo la totalidad del sistema social bajo las dinàmicas de la acumulaciòn del Capital y, por ello, preserva su naturaleza capitalista.

Esto ùltimo como acontecimiento, desde luego, no se debe registrar simplemente como el surgimiento de funciones inèditas del Estado capitalista respecto a la economìa y la sociedad. Implicò procesos de reconfiguraciòn en las relaciones sociopolìticas globales, incluyendo modificaciones en distintas dimensiones. Esto puede verse al interior de los aparatos de Estado heredados y en la puesta en marcha de una reorganizaciòn institucional novedosa.

Esta situaciòn provoca que el subsistema econòmico provee los inputs ("insumos", fiscales por ejemplo) que, siguiendo la dinàmica del proceso que hemos relatado bajo el esquema inicial (Easton-Lasswell), permiten al subsistema polìtico ofrecer respuestas polìtico-administrativas dirigida ya no al "medio-ambiente" social en genèrico sino al subsistema normativo, puntualmente.

Para este caso social-històrico, el proceso conduce hacia la producciòn y reproducciòn de las Polìticas pùblicas (outputs), las cuales mantienen como destinatario al sistema normativo, en la forma de Servicios Sociales y, màs allà, bajo la modalidad de los Derechos Sociales (Marshall, 1950)3. Se hace posible asì recrear socialmente la lealtad de las masas y la legitimidad (outcomes), ya no del subsistema polìtico en particular sino del Sistema social en general, considerado globalmente como un todo4.

En sìntesis: el esquema ampliado con base en Offe permite describir genèrica y sistèmicamente el funcionamiento primordial de las estructuras econòmico-polìticas en un conjunto variado de subsistemas. Primero, atendiendo a las especificidades del Estado Keynesiano de Bienestar y, segundo, a las trayectorias presentes en los procesos polìticos en la producciòn y reproducciòn de las polìticas pùblicas y sus lògicas pero tambièn incorporando selectivamente sus contradicciones (inclusive, paradojas).

En este caso, el presupuesto que permite pensar stricto sensu en la existencia sistèmica y verosìmil de las polìticas pùblicas es la emergencia de la autonomìa relativa del Estado capitalista.

Esta situaciòn històrica contingente sostiene las condiciones de posibilidad para la intervenciòn estatal y los sistemas de organizaciones institucionales basados en las llamadas burocracias pùblicas estatales.

3. HEGEMONÌA NEOLIBERAL Y LA REVERSIÒN DE LA "LÒGICA" (CONVENCIONAL) DE LAS POLÌTICAS PÙBLICAS. NOTAS SOBRE LA HETERONOMÌA RELATIVA

Desde la dècada de los setenta y como tendencia global, el plano de verosimilitud que proporcionò el EKB para las Polìticas pùblicas se modifica dràsticamente.

Este perìodo finisecular registra varios hechos que significaràn no sòlo cambios socio-històricos sino profundas "trans-formaciones" en varios aspectos de la economìa polìtica global.

La crisis del EKB propicia el trànsito hacia una nueva configuraciòn: el Estado Schumpeteriano de Trabajo (EST), Workfare state (Jessop 1993 y 2006), correlato del proyecto polìtico transnacional de clase que hegemoniza el capitalismo tardìo durante el ùltimo cuarto de siglo XX y el inicio del nuevo milenio: el neoliberalismo.

Los anàlisis en polìticas pùblicas que profundizan el trasfondo de esta ruptura, si bien destacan diferentes nuevas combinatorias organizativas en las relaciones intra y extra-estatales, identificando reformulaciones al nivel de la Polìtica en la (ahora) vigencia actualizada del Capitalismo tardìo, por lo general, omiten subrayar aquellas transformaciones cruciales en las "lògicas" de la producciòn y reproducciòn de las polìticas pùblicas, en contraste (incluso, deberìamos exigir: "en comparaciòn") con el perìodo inmediatamente anterior.

Gran parte de la literatura y las reflexiones en el sub-campo replican estas omisiones. Convocan una discontinuidad històrica (aunque formal) para aproximar el fenòmeno en concreto y, al mismo tiempo, una continuidad lògica abstracta en el saber que no logra reflejar aùn todas las singularidades especialmente, las de caràcter estructural- de la nueva època.

Se mantienen en todo caso- relativamente incòlumes las definiciones y las nociones conceptuales sobre las polìticas pùblicas heredadas de otro momento.

Sin asumir el sistema social-històrico emergente, los anàlisis actuales han instalado varios obstàculos epistemològicos y metodològicos para capturar un fenòmeno que evidentemente se dice coloquialmente- "mudò de aires", al nivel del Estado, sus aparatos y relaciones y, en ùltimas, de la totalidad social.

Esta brecha desconoce en algunos casos, deliberadamente- las implicaciones de la emergencia y la consolidaciòn del EST como règimen estatal paradigmàtico, en palabras de Jessop (2006), de orden estructural y estratègico.

Al respecto, existen -al menos- dos precauciones claves que deben ser articuladas sistemàticamente en la pretensiòn teòrico-empìrica de convocar la(s) "lògica(s)" de las Polìticas pùblicas en la era del EST y el neoliberalismo.

Estas indicaciones podrìan ser ùtiles a la hora de iniciar un nuevo estilo de anàlisis y sìntesis acerca del fenòmeno. Especialmente, si se toma en cuenta un marco màs omnicomprensivo y la especificidad que provocarìa en esta reflexiòn incluir Amèrica Latina y el Caribe.

3.1 Antecedentes del trasfondo en los cambios: el Estado Burocràtico-Autoritario en Amèrica Latina y el Caribe

La construcciòn especìfica, social e històrica del llamado "experimento" del Estado Burocràtico-Autoritario (EBA) (O'Donnell 1982; 2008, p. 63) tambièn convocados como regìmenes tecnocràtico-militares, en palabras de Marini (2013, p. 64)-, resulta un acontecimiento fundamental para una indagaciòn ampliada sobre los aspectos del règimen en la producciòn/reproducciòn de las Polìticas pùblicas contemporàneo.

Debe notarse que, sincrònicamente, mientras el EKB fue una constituciòn social y una construcciòn estatal (cuasi) privativa del Capitalismo central euroamericano despuès de la posguerra, el EBA lo serìa para el Capitalismo perifèrico, formaciòn que puede ser elevada como un paradigma estatal para Amèrica Latina y el Caribe en este perìodo.

Los regìmenes estatales globales resultantes de la Crisis capitalista de la dècada de 1930 en la llamada Gran Depresiòn tuvieron como respuesta econòmico polìtica en los paìses centrales, por un lado, la producciòn de Sistemas polìtico-administrativos y de Polìticas pùblicas bajo el eje orientador de los servicios y derechos sociales al menos, formalmente, con lo que se denomina el ciclo històrico de constituciòn de la Ciudadanìa Plena-; por otro lado, las zonas perifèricas atestiguan la deconstrucciòn y la destrucciòn sistemàtica formal y material de los derechos (civiles y polìticos), en ese momento existentes (aùn de baja intensidad) y "la supresiòn de dos mediaciones fundamentales: la ciudadanìa y lo popular" desde la acciòn pùblica estatal (O'Donnell 2008, p. 74).

Para formularlo de otro modo: mientras en la reconfiguraciòn del capitalismo de posguerra en el EKB euroamericano, la hegemonìa privilegiò la fuerza del consenso; en el EBA latinoamericano, la restructuraciòn se adelantarìa desde el consenso de la fuerza y la violencia estatales.

Lo distintivo en el anàlisis de estos procesos es que -de ninguna manera- ellos podrìan disociarse. Es imposible tratarlos por separado y, por ello, habrìa que necesariamente integrarlos.

Aunque el debate retiene una complejidad imposible de llevarla a sus detalles y sintetizarla en este momento, vale la pena destacar que una vez desatada la crisis del decadente EKB y el despliegue paulatino del EBA, ambos hechos permiten entender varias particularidades dentro de la emergencia del EST y su consolidaciòn.

Entre las dècadas de 1960 y 1970, el sendero de dependencia econòmica de la regiòn latinoamericana y caribeña en su conjunto responde a un giro simultàneo hacia el autoritarismo en lo polìtico, y el neoliberalismo en lo econòmico. Al respecto Marini del règimen tecno-militar (2013), menciona:

La reorganizaciòn de los sistemas de producciòn latinoamericanos, en los marcos de la integraciòn imperialista y ante el recrudecimiento de las luchas de clase en la regiòn, llevò a la implementaciòn de regìmenes militares de corte esencialmente tecnocràtico. La tarea de tales regìmenes es doble: por un lado, promover los ajustes estructurales necesarios para poner en marcha un nuevo orden econòmico requerido por la integraciòn imperialista; por otro lado, reprimir las aspiraciones de progreso material y los movimientos de reformulaciòn polìtica originados por la acciòn de las masas. [ènfasis propio] (p. 65).

Por su parte, O'Donnell (2008), coincidiendo con lo anterior, destaca la dimensiòn organizacional del EBA:

[...] Institucionalmente, es un conjunto de organizaciones en el que adquieren peso decisivo las especializadas en la coacciòn asì como las que intentan llevar a cabo la "normalizaciòn" de la economìa. Ese peso es la expresiòn institucional de la definiciòn, por sus propios actores, de las grandes tareas que incumbe realizar al BA: la reimplantaciòn del "orden" en la sociedad mediante la eliminaciòn de la activaciòn polìtica del sector popular, por una parte, y la "normalizaciòn" de la economìa, por la otra. [ènfasis propio] (p. 74)

La sucesiòn de golpes de Estado, la imposiciòn de dictaduras cìvico-militares mediante el terrorismo de Estado y, con ello, la presencia de gobiernos autoritarios -tal y como sucede inauguralmente en los paìses del Cono Sur- y luego, a lo largo y ancho del subcontinente, es la impronta distintiva del EBA5.

Siguiendo nuestro esquema (figura 2), y atendiendo las particularidades que ello supondrìa ya no en el plano del EKB euroamericano sino del EBA latinoamericano, tendrìamos que realizar algunas adecuaciones (figura 3).

En primer lugar, teniendo en cuenta la lògica derivativa que ratifica que la acumulaciòn de Capital en las àreas perifèricas mantiene una naturaleza dependiente, serìa impensable sostener algùn tipo de autonomìa relativa del Estado (Burocràtico-Autoritario), al menos en los tèrminos funcionales previamente adjudicados al EKB6. Antes bien, presenciamos una situaciòn que denominamos: heteronomìa incondicional (o absoluta) pues,como lo ha mostrado O'Donnell (2008, pp. 60-61), el EBA se trata de un Estado "recurrentemente arrasado por cambiantes coaliciones de la sociedad civil" y caracterizado por Polìticas "cambiantes" que "casi nunca fueron realmente implementadas".

En contraste con la producciòn de Polìticas pùblicas en el sentido fuerte del EKB, tendrìamos que hablar ahora de esa nociòn, en un sentido dèbil para el EBA.

Es preciso entonces incorporar esta "no sistematicidad" erràtica del fenòmeno concreto y asociarlo para este caso- a la producciòn de medidas pùblicas las cuales, en todo caso, tenderìan a apuntalar la formaciòn de lealtades y legitimidad sistèmicas para lograr consensos mìnimos (el lado 'derecho' de nuestro esquema).

En segundo lugar, la acciòn pùblica estatal "bifronte" del EBA precisamente revela una bifurcaciòn clave respecto al proceso convencional que describìamos inicialmente. Tanto en el sentido del esquema original Easton-Lasswell como del ampliado basado en Offe.

Por un lado, las respuestas polìtico-administrativas que (re)producen meras medidas sociales mostrarìan "el lado del consenso" desde el Estado; aquì, esta producciòn relativamente institucionalizada estarìa lejos de ser equivalente a la de los servicios sociales en la clave de derechos del EKB. Debe ser interpretada como una realidad diferente. Màs que un proceso social de integraciòn relativamente "activo" lo que presenciamos ahora es un marco de inclusiones pasivas, profundamente selectivo e intermitentemente conectado con las exclusiones exacerbadas generadas por las dinàmicas capitalistas tardìas, que se expresan con mayor rigor y evidencia en los espacios perifèricos.

Por otro lado y como su correlato necesario, existe otro tipo de (re)producciòn sistèmica que ya no tendrìa como origen insumos (inputs) de tipo social sino polìtico-administrativo desde el Sistema polìtico hacia la sociedad civil, en la forma de medidas pùblicas estatales -incluso aquì develàndose menos erràticas y màs sistemàticas- del "lado de la fuerza" los cuales pretenden afectar / regular las demandas (societales) o, en otras palabras, modificar / reformular las expectativas sociales (colectivas e individuales).

Como se anotò, vìa la violencia estatal (incluso, para-estatal) explìcita se trataba de "normalizar" el proceso polìtico sistèmico de la acumulaciòn (el lado 'izquierdo' de nuestro esquema) (ver figura 3).

En este caso en particular, podrìamos registrar un tipo de demandas polìticas basadas en las orientaciones mismas del Sistema polìtico que llevarìan a reinstalar històricamente aunque en un nivel cualitativamente distinto- la heteronomìa incondicional (o absoluta) del Estado capitalista en su funcionamiento estructural acorde con un nuevo sistema de referencia social-històrico.

Esta caracterìstica marcarà la impronta del emergente EST7.

El temprano doble giro autoritario y neoliberal propio del EBA, se despliega màs allà de su singularidad espacio-temporal e influye en la constituciòn efectiva del EST a nivel global.

Por ello, no hay que dejar de registrar que esta lògica "invertida" (respecto a la lògica convencional) del règimen estatal burocràtico-autoritario, se transferirà paulatina pero sostenidamente al nivel de los tipos / estilos de programas de polìticas pùblicas (econòmicas y sociales) del arreglo Schumpeteriano centrado en el Trabajo (Workfare State), y màs puntualmente, Estado neoliberal comprensivo (es decir, la fòrmula: Workfare State + Prison State).

Figura 3. Esquema bifronte/bifurcado.

Fuente: autor con base en Puello-Socarràs (2008 y 2013a), Jessop (1993 y 2008) & Wacquant (2009).

 

Por ello, insistimos en la relaciòn genètica, tanto històrica como estructural y funcional, entre el EBA y el EST.

En la discusiòn sobre la verosimilitud de las Polìticas pùblicas respecto al nuevo sistema social-històrico de referencia y el règimen estatal emergente, al menos, desde la dècada de 1980 y en adelante, serìa inconveniente metodològicamente e incorrecto epistemològicamente, omitir que:

[...] la plataforma neoliberal irrumpiò tempranamente en Amèrica Latina a travès de los golpes de Estado, empezando por el asestado al gobierno socialista democràticamente elegido de Salvador Allende, y la dictadura cìvico-militar que impuso Pinochet en el marco del Plan Còndor auspiciado por los Estados Unidos, segùn lo han ratificado los documentos desclasificados por este mismo gobierno. Este "modelo" despuès de haber sido decretado manu militari en la regiòn, fue imitado en Inglaterra y los Estados Unidos, y màs tarde desplegado a nivel global... (Puello-Socarràs 2017, p. 180).

Lo anterior porque no sòlo el neoliberalismo nace y se consolida en este lugar de enunciaciòn sociopolìtico y econòmico sino tambièn porque se reproduce y se renueva a partir de èl, especialmente, en el nuevo milenio.

3.2. El doble fondo de las transformaciones: Estado Centauro (Workfare & Prisonfare).

La emergencia del neoliberalismo como Proyecto econòmico-polìtico de clase8 en la fase tardìa y avanzada del sistema social desde finales del siglo XX y hasta hoy, se caracteriza por la exacerbaciòn de las dinàmicas (lògicas pero, sobre todo, las contradicciones) del capitalismo històrico9.

El actual escenario expresa el proceso "integrado" de la reciente evoluciòn del capitalismo como sistema, el cual contempla decìamos- primero: la crisis del EKB (Welfare State) y, luego, el surgimiento de una nueva fòrmula polìtica, el EST (Workfare State).

No obstante, pocas veces se anota que este trànsito ha implicado (y, pensamos, se explica "a partir de") el despliegue desterritorializado a nivel global del modelo EBA.

El trasfondo de este règimen influye poderosamente en el tipo especìfico estatal y, con ello, en la (re)producciòn de las Polìticas pùblicas (como decìamos, en un sentido dèbil, menos pretencioso: "medidas pùblicas" estatales), tendencia contemporànea ya no potencial sino plena y, por decirlo de alguna manera, actualizada:

(...) El principio rector de la acciòn pùblica en este campo no es la solidaridad sino la compasiòn; su finalidad no es fortalecer los lazos sociales sino reducir las desigualdades, pero sòlo para aliviar las penurias màs flagrantes y para demostrar la empatìa moral de la sociedad para con sus miembros desposeìdos, aunque merecedores de su ayuda (...) Ademàs, el Estado penal hipertrofiado que poco a poco està reemplazando al Estado providencia en el escalafòn màs bajo de la estructura de clases o suplementàndolo, conforme a una divisiòn del trabajo por el gènero es incompleto, incoherente y a menudo incompetente, de tal modo que no puede cumplir las expectativas poco realistas que le han hecho nacer ni las funciones sociales que le corresponden por su misiòn [ènfasis propio](Wacquant, 2009, p. 80).

Al referirnos ya no a los antecedentes originales del EST -especialmente en clave de las transformaciones transnacionales- sino a su paulatina consolidaciòn, coincidimos en lo fundamental con la caracterizaciòn centaurina de Wacquant respecto a los atributos centrales que se imponen en la reconfiguraciòn hoy vigente, alrededor del Estado Punitivo de Trabajo10:

[...] el Estado centauro guiado por una cabeza liberal montada en un cuerpo autoritario, aplica la doctrina del laissez-faire y laissez-passer cuando se trata de las desigualdades sociales y de los mecanismos que las generan (el libre juego del capital, la escasa aplicaciòn del derecho laboral y la desregulaciòn del trabajo, la retracciòn o eliminaciòn de las protecciones colectivas), pero es brutalmente paternalista y punitivo cuando se trata de hacer frente a sus consecuencias en el dìa a dìa (...) la reducciòn del sector asistencial social del Estado y el aumento concomitante de su brazo penal estàn funcionalmente vinculados, configurando las dos caras de la misma moneda del Estado que se restructura en las zonas màs bajas del espacio urbano y social, en la era del neoliberalismo cada vez màs acentuado. El repliegue paulatino de la red de la seguridad social comenzò a principios de los años setenta, como parte de la oposiciòn a los movimientos progresistas de la dècada anterior, y culminò en 1996 con la conversiòn del derecho "asistencia" (Welfare) en la obligaciòn "trabajar a cambio de asistencia" (Workfare) destinada a dramatizar y valorizar la ètica del trabajo en el nivel màs bajo del escalafòn laboral. (Wacquant 2009, p. 82)

Sin embargo, la anterior aproximaciòn aùn queda en deuda por inobservar un par de elementos claves sin los cuales es imposible articular sucesos de màs reciente emergencia.

Figura 4. Trayectoria històrica EKB, EBA y EST hacia el EGA.

Fuente: elaboraciòn propia.

3.3. Resultantes recientes. ¿Heteronomìa relativa en el Estado neoliberal?

Los nuevos atributos en la economìa polìtica contemporànea si bien no modifican las caracterìsticas bàsicas en el plano de verosimilitud hasta ahora registrados y plenamente vigentes dentro del EST actual, sì nos remiten hacia la hipòtesis estatal del paso de la heteronomìa incondicional y "absoluta" hacia otra forma, como la principal caracterìstica de los cambios acaecidos al interior del neoliberalismo durante el siglo XXI.

Por supuesto, ello conllevarìa efectos sobre el proceso de la producciòn de las medidas pùblicas que deberìan ser asidos empìricamente e incorporados teòricamente en los anàlisis.

En primer lugar, debemos anotar que, si bien el neoliberalismo naciente abandonarìa la intervenciòn estatal propia de la autonomìa relativa en el EKB para entrar a privilegiar la "desregulaciòn" como forma de acciòn institucional desde el Estado, como lo subraya, entre otros, Wacquant11, el EST del nuevo milenio convocarìa una nueva expresiòn paradigmàtica dentro de las transformaciones tìpicas "al interior" del neoliberalismo mismo: la regulaciòn estatal (Puello-Socarràs 2017).

Hablando organizacionalmente, por ejemplo, tendrìamos que advertir que el gobierno polìtico y la deconstrucciòn de la administraciòn pùblica anteriores dan paso a dispositivos pro-neoliberales -hoy ya consolidados- tales como la gobernanza y la (nueva) gestiòn pùblica.

La idea de un Estado regulador quevenìa siendo desatendida pero promocionada tempranamente desde los años 1970 bajo nociones como el "Estado modesto" (Crozier, 1992) y el Post-burocratismo (Barzelay y Armajani, 1998) y la "Reinvenciòn del gobierno" (Osbourne & Gaebler, 1992; 2006) durante los años 1990, hoy se torna una realidad activada de la mano de teorìas y fenòmenos como la (Nueva) Gestiòn Pùblica y, màs recientemente, las teorìas sobre el Valor Pùblico (Public Value) (Bozeman 2007; Dahl y Soss, 2014).

Estas expresiones son en lo fundamental como bien las ha calificado O. Guerrero (2004): el neoliberalismo en la "administraciòn pùblica" contemporànea (vèase Puello-Socarràs, 2008; Mirowski 2013: 87).

Màs recientemente, las expresiones reguladoras del Estado (vale la pena ratificar, acciòn especìfica en funciòn de los mercados y sus "fallos") se combina selectivamente con el propòsito de fortalecer el denominado Estado emprendedor (Mazzucato 2014). Este formato se sincronizarìa idealmente con las pretensiones que registra la nueva hegemonìa neoliberal basada no en el presupuesto del "hombre econòmico" (homo oeconomicus) sino en la antro-polìtica del hombre emprendedor / empresario (homo redemptoris) (Puello-Socarràs 2010b).

Derivado de lo anterior, en segundo lugar, el plano de las polìticas habilitarìa una mayor intensidad de la acciòn institucional.

El trànsito sostenido desde la desregulaciòn hacia las regulaciones estatales permite pensar en la heteronomìa condicional (o "relativa"), tipo especialmente recurrente dentro de las reconfiguraciones que evidencian los regìmenes socio-estatales del llamado nuevo neoliberalismo y el neo-liberal-desarrollismo en Amèrica Latina y el Caribe durante el siglo XXI.

Este hecho ha tenido en las medidas "sociales" recientes, una de las expresiones màs paradigmàticas y que, de paso, revelan un contraste indiscutible entre las Polìticas pùblicas del pasado y las medidas pùblicas del presente al nivel de objetivos, instrumentos, etcètera.

4. DE LAS SOSPECHAS HACIA LOS INDICIOS. EL ESTADO POST-BUROCRÀTICO (GESTIONARIO) AUTORITARIO (EGA).

Nos parece que resulta ilìcito y ademàs errado, teòrica y empìricamente, sostener -aùn, insinuar- que las polìticas pùblicas sean un fenòmeno (y saber) por fuera de un sistema social-històrico de referencia.

Este imaginario relaja el hecho fundamental que las polìticas pùblicas son una nociòn conceptual y una producciòn especìfica no solo del capitalismo y, màs puntualmente de una fase puntual y singular de este modo de producciòn social.

Le asiste la razòn a Meny & Thoenig (1992; 19-21) cuando subrayan al Welfare State (y su eclosiòn) como "un campo privilegiado para el anàlisis de las polìticas pùblicas".

Al develar la dinàmica y el patròn lògico de lo que denominamos: polìticas pùblicas fruto del EKB, en nuestra opiniòn, recuperamos los criterios necesarios para adoptar el tèrmino en su magnitud teòrico y conceptual. Con ello, podrìa adaptarse (algunos dirìan: "aplicarse") con suficiencia y rigor en otros contextos sociales, inclusive, cuando exista sincronìa històrica, cuestiòn que tambièn se deja de lado en la mayorìa de los anàlisis.

Abarcando (sintèticamente) el plano ab origine de las Polìticas pùblicas en el EKB, es posible establecer varios criterios de comparaciòn que permiten entender el hecho que por fuera del esquema de Bienestar, el cual tiene una ubicaciòn espacio-temporal: Europa y los Estados Unidos en el periodo de post-guerra, habrìa que modificar la hermenèutica sobre las Polìticas pùblicas.

Si se acude genèricamente a esa expresiòn para describir, comprender o explicar el fenòmeno en sistemas socio-històricos diferentes, o habrìa que darle verosimilitud al tèrmino, modificàndolo en su contenido y dinàmicas lògicas internas, o simplemente abandonarlo sustituyèndola por otras nociones alternativas (v.gr. "acciones estatales" o medidas por parte de las autoridades pùblicas subrayando su menor intensidad, frecuencia o magnitud).

Uno de los indicios que aquì aproximamos a partir de las dinàmicas, lògicas y contradicciones del fenòmeno aùn no inscritas en el saber sobre este tòpico en la era del Capitalismo neoliberal es que varios dispositivos de producciòn de pràcticas discursivas se modifican sustancialmente.

El paso desde el Gobierno polìtico y la Gobernabilidad pùblica, los esquemas burocràticos desde la Administraciòn pùblica y la (re)producciòn -intensa y extensiva- de Polìticas pùblicas registra un trànsito fundamental hacia dispositivos de la Gobernanza (policèntrica) y la (nueva) Gestiòn Pùblica asì como la generaciòn de Medidas pùblicas, especialmente, al nivel de "lo social" (individualizado). Su atributo esencial es la exacerbaciòn de las lògicas y las contradicciones bajo una tendencia autoritaria. De ahì su caracterizaciòn esencialmente gestionaria y autoritaria.

Asimismo, las primeras tensiones que generarìa convocar la heteronomìa incondicional y absoluta del Estado, y su consecuente trànsito hacia una heteronomìa condicional y relativa actualmente vigente son aspectos que deben ser incorporados en forma sistemàtica a los anàlisis de las "polìticas pùblicas". Con esto abonarìamos el propòsito de avanzar hacia un conocimiento de los fenòmenos emergentes para motivar las transformaciones de estas realidades hacia otras tòpicas sociopolìticas.

Notas

1. Invitamos al lector a profundizar las "conclusiones paradòjicas" expuestas por Offe (1990).

2. Concebimos cuatro (4) formas paradigmàticas de acciòn estatal, desplegadas a lo largo de los siglos XX y XXI y que se corresponden con fases històricas de los regìmenes polìtico-econòmicos estatales: 1) desregulaciòn (Neo/Liberalismo ortodoxo); 2) regulaciòn ('Nuevo' neoliberalismo heterodoxo); 3) Intervenciòn (a la Keynes); 4) Planificaciòn centralizada (Socialismos reales). 1) y 2) son ejemplos tìpicos de la Planeaciòn Descentralizada.

3. No hay que dejar de subrayar que la institucionalizaciòn de los Derechos Sociales en el EKB supone, simultàneamente, la pretensiòn de neutralizar las luchas (y demandas) de las clases trabajadoras, en un sentido de sectorializaciòn corporativa.

4. El esquema Easton-Lasswell sugerirìa que la conservaciòn del 'equilibrio' del (sub)sistema polìtico es condiciòn necesaria para mantener el equilibrio del Sistema social en general. Nuestra interpretaciòn, con base en Offe, subraya la especificaciòn explìcita de las lògicas por fuera del (sub)sistema polìtico en un sentido no genèrico (el convocado fetiche del 'entorno'). De otra parte, esto se comparece con la interpretaciòn Neusüss & Müller para quienes el EKB garantizarìa la reproducciòn de la fuerza de trabajo a travès de los "gastos sociales" y proporcionarìa ademàs la "base material" para el reformismo y el consenso social (Solìs 2016, p. 104).

5. No debe excluirse que el trasfondo del EBA convocò formas històricas concretas que van desde los regìmenes polìticos directamente autoritarios, tales como las dictaduras cìvico-militares (tìpicas del Cono Sur del subcontinente en sus diferentes generaciones), asì como expresiones anocràticas (regìmenes polìticos: "mitad democracia, mitad dictadura"), donde el caso colombiano resulta paradigmàtico (ver Puello-Socarràs & Puello-Socarràs 2016).

6. Ante esta necesidad de orden estructural, fundamental para analizar la especificidad en la evoluciòn del fenòmeno polìtico y de las polìticas, se impondrà progresivamente lo que plantea Lazzarato (2013) como el 'Gobierno mediante la deuda'; o, simplemente, como lo recuerda Salama (2016), el hecho mediatizado gracias a la financiarizaciòn (y las deudas) en lo econòmico, por una parte, y por la otra, del autoritarismo directo o indirecto en lo polìtico tanto a niveles estatal como societal.

7. De hecho, la tendencia polìtica desde 1980 es hacia el autoritarismo punitivo, incluso, bajo los llamados regìmenes liberales representativos. El ìndice de encarcelamiento en Inglaterra y Gales, por ejemplo, plantea Wacquant (2009, p. 433) pasò de 88 reclusos por cada 100.000 habitantes en 1992 a 142 por cada 100.000 habitantes en 2004. En Brasil, mientras en el año 1996 la poblaciòn carcelaria registraba 148 mil personas privadas de la libertad, esta misma cifra en 2006 se habrìa triplicado, llegando a 400.000.

8. Hay que insistir no sòlo en los efectos sino en la naturaleza misma del neoliberalismo como proyecto de clase, lo cual articula los clivajes de gènero y ètnicos: "(...) el reemplazo gradual de un (semi)Estado de bienestar por un Estado policial y penal para cual la criminalizaciòn de la marginalidad y el encarcelamiento punitivo de las categorìas desfavorecidas funcionan a modo de polìtica social en el nivel màs bajo del orden ètnico y de clase"; por ello, hay que complementar, ademàs que: "(...) el neoliberalismo produce no el recorte del gobierno sino la instalaciòn de un Estado centauro liberal hacia arriba y paternalista hacia abajo que presenta caras radicalmente diferentes en los dos extremos de la jerarquìa social: un rostro bello y atento hacia las clases media y alta, y un rostro temible y sombrìo hacia la clase baja" [ènfasis propio] (Wacquant 2009: 80 y 437).

9. Recuerda Marini precisamente que "en el marco de la dialèctica del desarrollo capitalista mundial, el capitalismo latinoamericano reprodujo las leyes generales que rigen el sistema en su conjunto, pero en su especificidad las acentuò hasta el lìmite... La ley general de la acumulaciòn capitalista, que implica la concentraciòn de la riqueza en un polo de la sociedad y el pauperismo absoluto de la gran mayorìa del pueblo, se expresa aquì con toda brutalidad..." (Marini, 2013:63). [Traducciòn del autor].

10. Esta interpretaciòn no implica: 1) considerar que el anterior règimen estatal (EKB) -o cualquier otro, en el marco del sistema capitalista-, funcione al margen de los procesos de la explotaciòn econòmica, la dominaciòn polìtica, la opresiòn social o la alienaciòn ideològica. Lo anterior, desde luego, incluye diferentes formas de violencia estatal desplegadas a partir de la pretensiòn irrenunciable del Estado capitalista de ejercer su monopolio fìsico y simbòlico. El contraste, en todo caso ficticio, entre el autoritarismo estatal latinoamericano y la democratizaciòn euroamericana, particularmente exaltado en las dècadas de los años sesenta y setenta, poco a poco se ha diluido, revelando la naturaleza eminentemente autoritaria del neoliberalismo (ver Puello-Socarràs, 2008). Interesa marcar aquì, ademàs una obviedad, 2) la limitante de los abordajes estructural-funcionalistas para incorporar -aùn en sus màrgenes- el "lado conflictualista" que se torna central en la era neoliberal.

11. Se equivoca Wacquant al relacionar la doctrina del laissez-faire / laissez-passer con el neoliberalismo. Històricamente, el neoliberalismo es una posiciòn ideològica y polìtica anti-lesèferista. Por el contrario, mantiene la convicciòn que una Sociedad de Mercado (no sòlo una economìa) solo es posible si se la construye sistemàticamente. Por lo tanto, la acciòn estatal resulta crucial a travès de la planeaciòn descentralizada: a) "desregulativa", como lo proponen las corrientes angloamericanas ortodoxas del neoliberalismo, o b) "regulativa" como lo sostienen las vertientes heterodoxas austriacas, alemanas e italianas) (ver Puello-Socarràs 2013; Miroswki, 2013)

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