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Documentos y aportes en administración pública y gestión estatal

On-line version ISSN 1851-3727

Doc. aportes adm. pública gest. estatal  no.14 Santa Fe June 2010

 

ARTICULOS

El eclecticismo no resuelto del liderazgo de Ricardo Lagos1

Marcelo Mella Polanco ()
(Departamento de Historia, Universidad de Santiago de Chile)

(•) E-mail: marcelo.mella@usach.cl


RESUMEN
El presente trabajo, mediante el análisis de discurso, caracteriza la evolución del liderazgo de Ricardo Lagos como expresión de una trayectoria hacia posiciones de mayor centralidad política en base a funciones crecientes de intermediación. El estudio parte por analizar las dinámicas de fragmentación diacrónicas en el liderazgo de Lagos como una estrategia para identificar los sujetos sucesivos presentes en su evolución ideológica, la que se caracteriza por la existencia de cuatro momentos en los que el sujeto aparece condicionado contextualmente en la formación de sus preferencias. En segundo término, se caracteriza el discurso de Lagos como Presidente de Chile (1999-2005) a partir de los cuatro significados elaborados para connotar la función del Estado.

PALABRAS CLAVE: Liderazgo; Pensamiento Reformista; Socialdemocracia; Concertación por la Democracia; Transición Chile.

ABSTRACT
This paper, through analysis of discourse, characterizes the evolution of the leadership of Ricardo Lagos as an expression of a path to positions of greater centrality policy based on increasing functions of intermediation. The study starts by analyzing the fragmentation dynamics of diachronic in the leadership of Lagos as a strategy to identify under successive present in its ideological evolution, which is characterized by the existence of four moments in which the subject is contextually conditioned training their preferences. Second, we characterize the speech as President of Chile (1999-2005) from the four meanings connote prepared for the role of government.

KEY WORDS: Leadership, Thought Reform, Social Democracy, Coalition for Democracy, Transition Chile.



El peligro comienza cuando quieren hacer de la necesidad una virtud, fijar en todos sus puntos una táctica que les ha sido impuesta por las fatales condiciones y recomendar al (proletariado) internacional imitarla como un modelo de táctica socialista.

Rosa Luxemburgo

1. INTRODUCCIÓN

En este artículo queremos analizar, a propósito del carácter y evolución del liderazgo de Ricardo Lagos, el problema de los márgenes de cohesión y fragmentación del sujeto histórico. Particularmente, nos interesa preguntar ¿de qué modo el desarrollo de un liderazgo democrático que posibilitó mayores oportunidades de centralidad para Lagos modificó su condición de sujeto cohesivo?

Un primer objetivo para este estudio consiste en caracterizar la evolución del liderazgo de Lagos como expresión de un proceso (trayectoria) hacia posiciones de mayor centralidad política en base a funciones crecientes de intermediación. Por otra parte, y como un segundo objetivo se cuenta, significar la dimensión aspiracional en su discurso de representación política, entendiendo que esta dimensión puede ser desarrollada de manera contradictoria o ambivalente.

Buscamos para este trabajo connotar la problemática del sujeto a los elementos identitario y racional como condiciones básicas de significado para la elaboración del discurso político. Frente a la cuestión de la identidad, Jorge Larraín (2001: 21-25) ha trazado una distinción básica respecto de los niveles necesarios de cohesión para la existencia de un sujeto social, a saber: identidad como no contradicción e identidad cualitativa - aspiracional. Para la identidad como no contradicción, lo fundamental para determinar la existencia de un sujeto es la congruencia sustantiva del yo, lo que orienta el análisis de la facticidad del sujeto hacia el estudio de problemas como la memoria y la responsabilidad2. En cambio, tal como señala E. Tugendhat, para la identidad cualitativa lo fundamental consiste en la inclinación o tendencia del sujeto hacia valores y principios "realizables", que pueden mudar con el transcurso del tiempo. Coincidimos con Larraín en que, desde el punto de vista heurístico, el significado de identidad que posee mayor realismo es el segundo.

Sin embargo, a nuestro juicio, la perspectiva aspiracional propuesta por Larraín, a pesar de los avances respecto de la identidad como no contradicción, adolece de cierto carácter esencialista que limita construir una explicación realista de la cohesión o fragmentación del liderazgo de Lagos utilizando combinadamente análisis sincrónicos y diacrónicos. El déficit mayor de la identidad cualitativa es que se trata de un enfoque todavía demasiado "estático" que dificulta visibilizar la complejidad de la realidad social y, particularmente, del comportamiento individual. La literatura filosófica y de ciencias sociales ofrece un vasto repertorio de herramientas heurísticas para construir una explicación de los factores que intervienen en la "plasticidad del sujeto"3. Interesa atender para este estudio aquellos enfoques que relevan al sujeto como "categoría débil" o como entidad alternativa y fragmentada, por ejemplo, en los estudios de Jon Elster sobre la racionalidad. Jon Elster ha relevado en sus trabajos "Ulises y las Sirenas" (1989), "Uvas amargas" (1988) y "Egonomics" (1997) que la elección social supone simultáneamente elementos de libertad y necesidad. Utilizaremos exploratoriamente, de los trabajos de Elster, la hipótesis de que "las preferencias que subyacen a una elección (...) pueden ser modeladas, diseñadas por las limitaciones (necesidades)". Al mismo tiempo, compartimos con este autor la creencia de que la complejidad de ciertos fenómenos sociales hace necesario construir una explicación del comportamiento individual en base a mecanismos que trasciendan las explicaciones legaliformes o las descripciones narrativas4.

El estudio partirá por analizar las dinámicas de fragmentación diacrónicas en la discursividad de Lagos como una estrategia para identificar los sujetos sucesivos presentes en su evolución ideológica. Esta evolución histórica se caracteriza por la existencia de cuatro momentos en los que el sujeto aparece condicionado contextualmente en la formación de sus preferencias. En segundo término, se caracterizará el discurso de Lagos durante su gobierno (1999-2005) a partir de los cuatro significados elaborados para connotar la función del Estado.

Ricardo Lagos ha sido uno de los padres fundadores de la Concertación de Partidos por la Democracia, coalición política que gobernó Chile entre 1990 y 2010. Abogado, Economista y Académico, Lagos posee una trayectoria poco ortodoxa desde el ángulo que se le mire. Integrante de la Juventud Radical en los años 60, fue aproximándose a un perfil de "independiente de izquierda" a medida que el partido radical se acercaba al gobierno del derechista Jorge Alessandri Rodríguez o perdía vigencia en el conjunto del sistema político. Con una incipiente carrera como diplomático y una más destacada trayectoria académica, Lagos se convirtió después de su regreso del exilio en 1978 en uno de los mayores líderes de la oposición reformista frente a Pinochet, primero con la Alianza Democrática5 y luego con la Concertación de Partidos por el NO6. Este perfil político se enfatizó con mayor fuerza una vez que Lagos renunció al cargo que poseía desde 1978 en el Programa Regional de Empleo de Naciones Unidas (PREALC) y decide entrar de lleno en la lucha contra el Régimen Autoritario. Se trata, por tanto, de un político con perfil híbrido y amplios matices que van desde la autoafirmación (por ejemplo, el emplazamiento público a Pinochet en un recordado programa político) al pragmatismo (por ejemplo, la creación del Partido por la Democracia, PPD, definido originalmente como "instrumental").

2. LAS DINÁMICAS DE FRAGMENTACIÓN DIACRÓNICAS

El desarrollo del liderazgo de Ricardo Lagos aparece subdividido en cuatro momentos discursivos claramente diferenciables (ver cuadro 1). Un primer momento (1960 a 1973) caracterizado por un discurso académico de tipo económico con elementos ideológicos provenientes de la tradición marxista, como por ejemplo, la determinación en los efectos económicos y políticos de la infraestructura económica de Chile, el compromiso programático con la eliminación de la propiedad privada de los medios de producción y el rechazo a estrategias graduales y reformistas para el cambio social.

Un segundo momento (1978 a 1985) estuvo caracterizado por la vuelta al país de Lagos y por su gradual incorporación a dos procesos relevantes para el período; la reunificación socialista y la consolidación de una oposición cohesionada a la dictadura. Para el primer proceso, el liderazgo de Lagos se encuentra caracterizado por su condición de "socialista autónomo" sin militancia faccional (sector dentro del socialismo conocido como los "no alineados" o "suizos") frente al conflicto por la conducción del partido entre las tres tendencias históricas encabezadas por Ricardo Núñez (ex-facción Altamirano), Clodomiro Almeyda y Aniceto Rodríguez. En el segundo proceso, aparece como rasgo más relevante, la búsqueda de un "tercer espacio nacional"7 para romper la bipolaridad del conflicto originado de la lucha contra la dictadura.

En un tercer momento (1986-1990) predomina la incorporación gradual de Lagos al proyecto de transición pactada elaborada por sectores reformistas dentro de la oposición en una búsqueda de mayor centralidad y liderazgo desde la creación de la Alianza Democrática (AD) en 1983 y particularmente, después del Acuerdo Nacional en 1985. Para el mismo período, surgen como procesos contextuales relevantes la profundización del proceso de Convergencia Socialista y de formación de un apoyo social de mayoría para el proyecto de la AD y luego de la Concertación por el NO. Durante esta etapa, el liderazgo de Lagos sufrirá un giro hacia mayores grados de pragmatismo, debido a un fenómeno de adaptación de preferencias nacido de la búsqueda de apoyos más amplios y transversales.

Finalmente, existe un cuarto momento (1990-1999; profundizado entre 1999 y 2005) donde el liderazgo de Lagos se inclina claramente hacia el polo del pragmatismo; primero, después de la derrota en la senatorial de 1989, y luego, con el trabado camino hacia la Presidencia de la República. Sin embargo, por una cuestión de espacio, en esta ocasión se dejará fuera del análisis el período 1990-1999, por considerar que mantiene tendencias presentes en los períodos antecedente y consiguiente.

Cuadro 1: Sujetos sucesivos en la evolución del liderazgo de Ricardo Lagos

2.1. EL MOMENTO DEL ECONOMISTA DOCTRINARIO (1960 a 1973)

Tal como se ha señalado, la primera posición en la evolución del Liderazgo de Ricardo Lagos correspondió a un discurso fuertemente doctrinario condicionado por la crítica acerca de los efectos del mercado en sentido amplio. Principalmente, estas críticas versaban sobre la imposibilidad estructural de conciliar capitalismo y democracia tal como se aprecia en su primer estudio publicado llamado "La concentración del poder económico" (1960):

"Una de las características más resaltantes de la economía capitalista contemporánea es la concentración del poder económico en un número cada vez menor de personas. Es la llamada tendencia al crecimiento. Este fenómeno fue observado y enunciado por primera vez en forma clara y científica por Carlos Marx. Dicho autor explica la concentración como una consecuencia inevitable (la cursiva es mía) de la propiedad privada de los medios de producción, de los bienes de capital, con los que se obtienen una ganancia extraordinaria a expensas de la explotación del trabajador. Esta ganancia que Marx llama plusvalía, se invierte en la adquisición de nuevos medios de producción, con lo que el capitalista va aumentando su poder económico, y así sucesivamente" (Lagos, 1960: 19 y 20)

El discurso económico de Lagos aparece inicialmente determinado por la presencia de elementos marxistas determinantes para el diagnóstico que desarrolla. Este diagnóstico se encontraba claramente orientado al cambio estructural y a una profunda critica al mercado, todo ello a pesar de que su primera investigación surgió bajo la condición de militante del Partido Radical y la influencia académica del antiguo ministro de González Videla el también radical Alberto Baltra, en un contexto de profunda dispersión ideológica del Partido. A pesar de ello, el discurso del joven abogado, se encontraba inclinado hacia un diagnóstico afirmativo y determinista sobre los efectos económicos y políticos de la economía capitalista. En cuanto al nivel de respaldo que generaba su diagnóstico, señalaba: "A pesar de las nuevas tendencias del capitalismo popular, (...) la concentración es un fenómeno, un hecho, que ha sido reconocido no solo por los seguidores del pensamiento marxista, sino por la gran mayoría de los economistas y estudiosos contemporáneos" (Lagos, 1960: 21 y 22).

Si bien el uso de categorías y las conclusiones del citado estudio se aproximaron a una perspectiva marxista, el doctrinarismo apareció con mayor nitidez en esta primera etapa en el sentido de su propuesta programática. Para Lagos la solución al problema de la concentración del poder económico y político en una economía capitalista estaba posibilitada por el total rechazo al reformismo liberal y a cualquier otra forma de solución secuencial:

"Y la verdad es que la gran concentración que existe en Chile, este verdadero monopolio que alcanza todas las actividades, no podrá ser destruido con pequeñas modificaciones, o con leyes antimonopólicas como las que en la actualidad conocemos y que se aplican a los panaderos, a los dueños de verdulerías, a los matarifes, etc. Allí no está el poder económico que abusa del consumidor y de la sociedad: el verdadero poder está en el aparato financiero (los bancos), en el gran campo industrial y en el latifundio. Hacia allá debe dirigirse el poder regulador del Estado" (Lagos, 1960: 171)

Por lo tanto, la relativa congruencia entre el diagnóstico desarrollado en "La concentración de poder económico" y la propuesta política derivada, expresaban un foco identitario significativamente inclinado hacia el doctrinarismo en su momento inicial.

"La concentración de capitales y el crecimiento empresario es una realidad que no se puede destruir con leyes, porque las grandes magnitudes de producción son una necesidad imperiosa de las economías modernas. (...) La única y verdadera solución es, entonces, la abolición de la propiedad privada sobre los medios de producción, los cuales deben pasar al Estado. En la medida que dicha propiedad subsista, todas las leyes que se dicten solo serán paliativos que jamás conseguirán la eliminación definitiva de las diversas formas de concentración" (Lagos, 1960: 172)

De este último párrafo se desprende que para Lagos durante este período, el mecanismo que había que intervenir era la infraestructura económica mediante el control estatal de los medios de producción. Se trataba entonces de una propuesta de cambio estructural revolucionario, sin duda alguna, "a costa" de la libertades formales defendidas por la democracia liberal-burguesa.

2.2. EL POLÍTICO OPOSITOR AFIRMATIVO (1978 a 1985)

Con la vuelta a Chile en 1978, el discurso de Lagos sufrió una transformación ideológica significativa como fue la creencia en la inevitabilidad del mercado como precondición del cambio estructural. El desafío que surgió en aquel momento fue, por lo tanto, intervenir una nueva variable independiente de la concentración del poder, a saber; la súper-estructura del régimen político, lo que calzaba con el diagnóstico gramsciano de sectores favorables a la renovación socialista. Pareciera en consecuencia, que interviniendo dicho factor se forzaría ex-post el cambio político por la tensión estructural necesaria entre democracia y mercado. Hacia 1981 en un artículo titulado "La burguesía emergente" publicado por primera vez en la Revista Amerique Latine Nº6, Ricardo Lagos señalaba:

"Hace 20 años dije que o la democracia es capaz de enfrentar a este poder económico que surge dentro de ella al amparo de la libertad, o desaparece absorbida por dicho poder, que detentan unos pocos y que la colocan al servicio de sus particulares intereses. (...) Hoy, por desgracia el dilema es el opuesto: ¿Será posible, sin tocar esa fuerte concentración del poder económico que ha desarrollado esta nueva burguesía financiera, construir una sociedad democrática? Si ello es así, esta nueva burguesía entenderá que su subsistencia está ligada a un sistema autoritario, lo que le otorga una característica final: no acepta ni comparte los valores democráticos que permitieron en el pasado convivir en un marco plural a diferentes clases sociales"

A pesar de lo novedoso de este diagnóstico, la crítica doctrinaria acerca de las hipótesis básicas del pensamiento neoliberal dejaba de manifiesto la irracionalidad del orden social, económico y político impuesto por la dictadura. En esta materia los escritos de Lagos en el periodo buscaron mostrar la facticidad de la matriz autoritaria-neoliberal.

"La famosa mano invisible del mercado de la que nos habla Adam Smith ha estado presente en el modelo chileno, pero solo para aquellas áreas de poca importancia. En efecto, podría hacerse una periodización de la política económica del punto de vista de las medidas adoptadas por el Estado para favorecer este proceso concentrador basado en la utilización del aparato financiero. A esta utilización del Estado, con una muy visible mano, se debe agregar la gran liquidez internacional que ha caracterizado la situación monetaria de los 70 y que ha permitido a los grupos económicos en Chile una rápida tasa de acumulación. Son estos dos hechos los que han permitido el desarrollo acelerado y la gran expansión de estos conglomerados financieros, en tal forma que hoy dominan sin contrapeso a cualquier otro sector dentro de la burguesía nacional". (Lagos, 1985: 21)

Bajo estos argumentos, la trascendencia del mercado superaba largamenteel carácter de mecanismo económico para convertirse en la metáfora de una nueva matriz sociopolítica con importantes efectos culturales para el conjunto de la sociedad. Otro de los elementos relevantes en el diagnóstico político de Lagos en la primera mitad de los 80 fue, sin duda, el proceso de creciente fragmentación y renovación cultural e ideológica de la burguesía Chilena. El hecho destacado era que la burguesía como sujeto social aparecía fragmentada y hegemonizada por el sector financiero con total apoyo del Estado:

"Por primera vez en su historia, Chile tiene una burguesía financiera hegemónica, con un proyecto político definido a cuyo servicio están la fuerza y el aparato del Estado, la cual no tiene por el momento ningún poder contestatario, sea de la propia burguesía o de otro sector social. Pero esta misma fuerza y coherencia hacen que el modelo sea demasiado excluyente y allí radican su debilidad y posibilidad de cambio" (Lagos, 1985: 30)

Los mayores niveles de doctrinarismo en el discurso de Lagos durante el período se pueden observar en tres temas específicos, a saber: i) el significado de la participación social en el proceso de transición, ii) el rol del Estado en democracia, y iii) la dominación del capitalismo internacional sobre Chile y América Latina.

Respecto del primer tema, en una entrevista realizada para la Revista Cosas en 1983, Lagos expresaba la idea de que los consensos básicos que dinamizarían la transición a la democracia en Chile no se agotaban en los pactos entre la clase política y la estructura partidaria. Más bien se trataría de un acuerdo inclusivo y mucho más amplio respecto de los diversos intereses existentes en la sociedad. Frente a la pregunta de la periodista de si son los políticos los encargados de plasmar un proyecto nacional, Lagos responde: "No, a lo sumo pueden interpretar eso y darle un cierto sentido. Pero eso surge de un grado de consenso muy superior: de los objetivos similares o disímiles de losdistintos estratos de la sociedad; de la apreciación que tienen de los problemas los distintos sectores intelectuales. Surge de muchos lados" (Revista Cosas Nº 169, 24 de marzo de 1983).

Acerca del rol del Estado en democracia, Lagos señalaba hacia 1984 que su principal función una vez restablecida la democracia sería la de reactivar la economía y el proceso de desarrollo nacional, incluyendo la implementación de mecanismos de protección industrial, tal como se aprecia en el párrafo que sigue:

"Lo que interesa recalcar es que procesos tan complejos como los de reconversión y recreación industrial no pueden ejecutarse por una asignación de recursos vía mercado. Como lo saben bien los países capitalistas desarrollados, ello se logra sólo mediante la acción estatal, combinando mecanismos indirectos (subsidios, incentivos tributarios o fiscales, facilidades crediticias y de exportación, etc.) o directos vía empresas del sector público. Nadie puede argüir hoy que el libre juego del mercado puede abordar este tema. El papel del Estado será determinante" (Lagos, 1985: 91)

La reformulación del rol para el estado democrático propuesto por Lagos se aprecia al menos en cinco objetivos:

"i) restablecer los equilibrios sociales que como resultado de un largo período han tendido a perderse (...), ii) logro de una mayor igualdad en la distribución personal del ingreso (...), iii) cambios en la estructura productiva que impliquen una mayor satisfacción en las necesidades básicas (...), iv) políticas activas (por parte del SPNE8) respecto del problema del desempleo abierto y del sub-empleo (...), v) ampliación del concepto de necesidad pública que debe ser satisfecho por el Estado (...)" (Lagos, 1985: 92-93).

En el último tema, especialmente afirmativos en lo ideológico aparecen los juicios de Lagos hacia 1984 sobre el papel del Fondo Monetario Internacional y las condiciones mínimas necesarias para la autonomía en la definición del interés nacional en un contexto de negociación con las instituciones de crédito. Nuevamente el planteamiento era el cambio de régimen como factor o variable de condición para una mayor libertad en la definición de las políticas económicas y la solución de la deuda externa;9 lo que podría implicar el comienzo de su giro discursivo hacia estrategias de cooptación y de persuasión para la construcción de mayorías sociales.

En entrevista con Revista APSI realizada en junio de 1984 Lagos declaraba:

"¿Se podría pensar en que allí donde ese riesgo es mayor, podría flexibilizar más sus políticas? Creo que el punto es otro: aquí no se puede tratar con el Fondo de manera tradicional, como lo hace Chile. En mi opinión, Argentina colocó las cosas en su punto: señaló que no podría pagar su deuda externa con las condiciones del Fondo, que significaban una disminución del nivel de vida de su población. Donde hay sistemas de gobiernos autoritarios, los países están dispuestos a comprimir sus niveles de vida hasta que venga la explosión social. El sistema de negociación, en cambio, es diferente cuando hay una democracia. En el caso de Argentina es indudable que el primer round lo ganó lejos..." (Lagos, 1985: 173)

Los argumentos desarrollados por Lagos en el párrafo anterior eran fundamentalmente tres; i) establecer una estrategia de relación con las instituciones internacionales de crédito caracterizada por la horizontalidad en el trato entre las partes, ii) definir límites, a partir de criterios políticos, para el cumplimiento de las condiciones del Fondo Monetario y iii) valorar la legitimidad que entrega la democracia para las actuaciones de los líderes nacionales. En ese contexto, Lagos justificaba su heterodoxia y tolerancia frente al déficit fiscal durante la primera mitad de los años 80 a partir del diagnóstico acerca del tipo de relaciones internacionales nacidas de la economía capitalista mundial. Su argumentación señalaba que era la matriz de distribución del poder entre los Estados Desarrollados y los Estados Subdesarrollados, caracterizada por la asimetría y las prácticas de dominación en una lógica centro-periferia, lo que explicaba el sometimiento de Chile, durante el régimen de Pinochet, a los estándares impuestos por la Banca Internacional.

Durante la misma entrevista mencionada anteriormente, la periodista de APSI le preguntaba:

"-¿Quiere decir, entonces, que no estamos frente a una situación inevitable sino a algo que nos es impuesto? Exactamente, Ellos -los países desarrollados- son como el padre Gatica que predica y predica, pero no practica. Entre los años 79 y 83 el déficit fiscal como porcentaje del Producto en EE.UU aumentó del 3 al 5 por ciento. Y el ministro Escobar, de Chile, va a mendigar que nos autoricen que nuestro déficit aumente del 3.5 al 4.5 por ciento o a lo mejor al 5 por ciento. Mientras que EE.UU decide aumentar su déficit fiscal, y se endeuda, lo que significa aumento de las tasas de interés, con lo que se agrava el problema nuestro." (Lagos, 1985: 172)

Completamente opuesto al diagnóstico anterior frente al tema del déficit fiscal, resultan los juicios de Lagos en el año 2002 durante el Encuentro Nacional de Empresarios (ENADE), donde defiende principios contrarios a los establecidos casi veinte años antes, como es la doctrina del superávit fiscal acuñada por su administración. Así, en el discurso de inauguración de la reunión gremial señalaba:

"Primera luz a lo cual se refería el presidente Ariztía, la regla fiscal del superávit estructural y esta regla del superávit estructural la dijimos al comienzo del gobierno y la hemos cumplido religiosamente y se seguirá cumpliendo. Que es difícil, es difícil; que hay que enfrentar presiones se enfrentan presiones, en eso consiste el liderazgo. El liderazgo no consiste en estar siguiendo la última encuesta y lo hemos demostrado y cuando hay que decir no, digo no. Segundo, hay una política monetaria que no merece crítica y que está jugada a fondo. Tercero, tenemos también que resolver un conjunto de temas que es lo que dieron origen a lo que denominamos hace un año la Agenda Pro Crecimiento. Y eso me parece muy importante, vale decir, si tenemos un conjunto de normas macro económicas que funcionan, cómo somos capaces entonces de acelerar el tranco. Hemos enviado un conjunto de leyes al Parlamento de acuerdo a lo establecido. Estamos en el proceso de cumplir aquello".

2.3. PRIMERA FRACTURA DE LIDERAZGO: EL GIRO PRAGMÁTICO DESPUÉS DEL ACUERDO NACIONAL

El momento de transformación de Lagos: la retracción de los Spoiler10 y la formación del Tercer Espacio (1986 a 1990)

¿De qué modo explicar las transformaciones en el discurso de Lagos en asuntos centrales para la definición doctrinaria de su pensamiento? A nuestro juicio, uno de los factores más relevantes consistió en la creciente integración del discurso de Lagos al modelo de transición que se impuso en Chile desde mediados de los 80 en un amplio sector de la oposición. En palabras de Edgardo Boeninger, (1998:380) dicho proceso se definió como un período de tiempo en el que se desarrollaría el paso de un sistema autoritario a uno democrático sin "riesgo de regresión autoritaria".

Con el propósito de asegurar el fin de la transición, vale decir, la irreversibilidad del proceso político y la consolidación democrática, era necesario para Boeninger institucionalizar el nuevo modelo de democracia en dos sentidos claramente distinguibles. Primero, maximizando los consensos básicos nacionales, es decir, potenciando la integración horizontal de las elites que conducirán el proceso; y segundo, reformando las nuevas instituciones y el estado democrático para garantizar legitimidad social, lo que en strictu sensu Boeninger designa bajo el concepto de Gobernabilidad11. En consecuencia, la estrategia que posibilitaría reducir los riesgos de regresión era una de tipo cooperativa, gradual y con una agenda "sobria" y reducida.

"La definición de la agenda de gobierno, su expresión concreta en un programa de acción para el primer año de la Administración, dio lugar a una primera y fundamental decisión estratégica. Por una parte, la noción de período inicial de gracia o luna de miel, acuñada por la ciencia política y asociada a nuestro caso a la justificación moral del amplio triunfo de los buenos sobre los malos, avalaba una estrategia agresiva de presión en un amplio frente que, privilegiando el imperativo político de la eliminación de los enclaves autoritarios y la exigencia ética de la justicia en relación a las violaciones a los derechos humanos, abarcara iniciativas paralelas en todos los temas de mayor relevancia. El gobierno optó, sin embargo, deliberadamente por el camino de la gradualidad y de las prioridades secuenciales, con el objetivo de no recargar en exceso la agenda pública, evitar la acumulación de conflictos y el consiguiente riesgo de polarización y de eventuales alianzas tácticas entre sectores que, por motivos diferentes, se sintieran simultáneamente amenazados" (Boeninger, 1998: 387).

Este diseño coincide con el concepto de transición por pacto descrito por O'Donnell y Schmitter. Para estos autores los pactos que determinan el carácter de cierto tipo de transiciones serían: a) limitar la agenda de opciones de política, b) compartir en forma proporcional los beneficios y, 3) restringir la participación de los extraños en la toma de decisiones (1988:69).

Un segundo factor para explicar la inclinación de Lagos hacia posiciones pragmáticas se relaciona con el proceso de autocrítica y reelaboración ideológica en el PS desarrollado por la Convergencia Socialista, el Partido Socialista XXIV Congreso y el PS-Briones desde inicios de los 80. En este movimiento de renovación doctrinaria y de cohesión partidaria, Lagos participará en el sector conocido como los "no alineados", por su exclusión ideológica-estratégica de las tendencias históricas. A partir de este conflicto interno que afectó al socialismo desde 1979, el liderazgo de Lagos buscó consolidar su preeminencia transversal en la oposición desde el inicio de la Alianza Democrática y más claramente después del Acuerdo Nacional. En un artículo publicado en la Revista Convergencia en 1987 Lagos reflexionaba sobre esta problemática de doble faz (doctrinaria y estratégica):

"¿Cuál es la dificultad socialista en dictadura? La de cómo hacer una política nacional de todas las fuerzas que quieran restablecer el sistema democrático y, simultáneamente, perfilar aquellas banderas que el socialismo considera esenciales y que le dan su razón de ser como intérprete de los intereses populares y defensor de los mismos. Cómo se hace entonces una política socialista en la transición, de manera que, conjuntamente con el resto de las fuerzas democráticas de la sociedad, se pueda presentar una alternativa real al dictador; y a la vez el socialismo pueda tener una expresión propia, de suerte que mañana, cuando como resultado de la lucha anti dictatorial la dictadura dé paso al sistema democrático, el socialismo aparezca como una opción real. El socialismo no puede pretender convocar en torno a sus planteamientos al resto de la sociedad cuando en esa sociedad no existe convencimiento mayoritario -todavía- de las bondades del socialismo" (Lagos, 1987: 26).

Un último factor que induce a la transformación del liderazgo de Lagos es la necesidad de elaborar un proyecto para la construcción de un tercer espacio. El tercer espacio correspondería a una arena donde se pudiera facilitar la comunicación entre partes en conflicto y depositar un conjunto de intereses interconectados de dichas partes. Ambos objetivos dispuestos para romper la estructura bipolar del conflicto y superar el empate o estancamiento entre fuerzas políticas antagónicas. Dicha labor apareció claramente cuando Lagos buscó extender horizontalmente los consensos básicos entre las élites anti dictadura y conseguir una mayoría social que convirtiera la oposición en una coalición política con proyecto viable de alternancia en el poder. Estos esfuerzos aparecen materializados en Lagos en su posición de "socialista anti-facción", integrante de la AD y desde 1985, con la propuesta del Frente Cívico12 y del PPD. Después de la derrota senatorial en diciembre de 1989 Lagos declaraba sobre el papel que le cabía jugar al PPD en la nueva democracia:

"En esta hora crucial, el PPD volverá a abrir sus puertas para acoger a todos quienes desean asumir un compromiso con el cambio y la democracia, especialmente los jóvenes y las mujeres. Nuestro partido es un instrumento de los nuevos tiempos, del país que queremos construir; una fuerza moderna, plural y democrática. (...) Nos alegra el proceso de reunificación y renovación socialista en curso. Igual como ha ocurrido hasta ahora, el socialismo moderno seguirá siendo uno de los ejes de nuestro partido. Aquí efectivamente está el lugar de convergencia y encuentro entre esta tradición, con una variedad de otras tradiciones y fuerzas que aspiran, en conjunto, a ofrecer una nueva perspectiva política para el desarrollo de la patria y sus hijos" (Lagos, 1989:11).

3. LAS DINÁMICAS DE FRAGMENTACIÓN SINCRÓNICA

La llegada al poder de Ricardo Lagos fue un trayecto sinuoso y lleno de obstáculos. Antes de la campaña presidencial de 1999 que lo llevó al gobierno, Lagos obtuvo dos derrotas electorales relevantes, la primera fue en la elección senatorial por Santiago Poniente en 1989 y la segunda fue en las elecciones primarias de la Concertación en el año 1993 frente a Eduardo Frei Ruiz Tagle. Su oportunidad decisiva para competir por la Presidencia vendría como resultado de su triunfo en las primarias Concertacionistas de 1999 frente a Andrés Zaldivar.

De acuerdo a Alan Angell y Benny Pollack (2005: 67) la campaña presidencial de 1999 fue la primera desde el retorno de la democracia plenamente competitiva, con elevados niveles de incertidumbre respecto a sus resultados. Tal como lo sostienen estos autores, dicha campaña enfrentó a dos candidatos con perfiles y estrategias de campaña marcadamente diferentes. El candidato de la Derecha Joaquín Lavín, basaba su campaña en un estilo neo-populista, cercano a la gente, con independencia de los partidos y apoyado fuertemente por los medios masivos y las nuevas técnicas de comunicación política. Por su parte, Ricardo Lagos aparecía como un candidato más tradicional, utilizando un estilo republicano, su campaña se orientaba a tranquilizar a los empresarios y a sectores de la clase media (Angell, 2005: 79-87). Sin embargo, su campaña en primera vuelta no lograría dar solución efectiva al dilema de hacia dónde dirigir sus mensajes (centro o izquierda). Aunque en primera vuelta se optó por dirigir la campaña hacia un electorado de izquierda, los estrechos resultados del 12 de diciembre, no solo re direccionaron el mensaje hacia los electores de centro (preferentemente mujeres demócrata cristianas), sino también, significaron el reemplazo de su equipo estratégico y la mantención de los equilibrios en la composición de su gabinete. Cabe preguntarse también por los efectos políticos de los estrechos resultados de primera vuelta (Lagos 47.96% y Lavín 47.51%) y segunda vuelta (Lagos 51.31% y Lavín 48.69%) en el Gobierno de Ricardo Lagos.

Cuadro 2: Elecciones presidenciales 1999. 1º vuelta.



Cuadro 3: Elecciones presidenciales 1999. 2º vuelta.

3.1. SEGUNDA FRACTURA DEL LIDERAZGO: SUJETOS ALTERNATIVOS Y ROL DEL ESTADO

Un tipo de fractura diferente en el liderazgo de Lagos se desarrolló una vez que este asumió la función de Jefe de Estado. A partir del análisis de sus discursos como Presidente de la República, surgen cuatro significados de Estado, lo que determina un alto nivel de fragmentación sincrónica. Para esta clase de fragmentación, la propuesta consiste en aceptar un relativo nivel de plasticidad en el sujeto histórico en base a su interacción (discursiva) en diferentes contextos enunciativos. En el caso del Presidente Lagos, esta suposición implicaría aceptar que su discurso se encuentra significativamente condicionado por las "audiencias" a las que dirige su mensaje.

Como se aprecia en el cuadro 4 existen cuatro tipos de Estados identificables en los discursos de Lagos; Estado Mínimo, Estado Creador de Oportunidades, Estado Providencia y Estado Populista. Los criterios para estructurar esta matriz son dos; en primer lugar, el nivel de intervención del Estado en materias de redistribución y asignación selectiva de recursos, y en segundo lugar, el nivel de actividad/pasividad de la ciudadanía. De tal suerte, los cuatro tipos de Estado estarían definidos por las combinaciones posibles de variables que se originan de dicha matriz. Estos tipos son; Estado Mínimo (autorreferido con ciudadanía pasiva), Estado Creador de Oportunidades (autorreferido con ciudadanía activa), Estado Providencia (intervencionista con ciudadanía pasiva) y Estado Populista (intervencionista con ciudadanía activa).

Cuadro 4: Tipos de Estado en el Discurso de Lagos

3.2. EL DISCURSO DEL ESTADO MÍNIMO

El primer tipo de Estado que aparece en los discursos, consiste en el llamado Estado Mínimo, aquel que más cercano a la ortodoxia doctrinaria neoliberal es caracterizado como un Estado funcionalmente autorreferido y condicionado por un tipo de ciudadanía pasiva. En teoría democrática este modelo de estado se conecta conceptual e ideológicamente con los llamados paradigmas de la democracia liberal ortodoxa (Th. Hobbes, A. Smith, J. Locke) y de la democracia competitiva de la nueva derecha (F. Hayek, R. Noszick, J. Schumpeter, A. Downs, J. Buchanan y G. Tullock)13. Este concepto de Estado aparece preferentemente en los discursos presidenciales relativos a integración económica internacional, en la relación con grandes empresarios y en las reformas en materia laboral o previsional. Algunos rasgos de este modelo se expresan en el Discurso del Presidente Lagos en el Encuentro Nacional de Empresarios (ENADE) del año 2002.

"Ese es el país (se refiere a la situación de Chile). Gozamos de una envidiable posición internacional que nos posibilita enfrentar el futuro con ventajas considerables respecto de la situación anterior. (...) Y aquí, excúsenme, si se trata de mercados y de economía de mercados, nadie ha hecho más por expandir los mercados que lo que se ha hecho en estos últimos 12 años, porque aquí la economía creció como pocas veces en nuestra historia económica. Por cierto no hay un periodo que se compare con lo que se ha hecho en este tiempo" (Lagos, 2002)

Un elemento que aparece claramente en el párrafo seleccionado es el juicio del Presidente respecto de la "envidiable posición internacional" de Chile en un contexto de alta integración de los mercados, diagnóstico que se aparta radicalmente de aquel desarrollado entre 1960 y 1985 donde predominaba la condición de país hegemonizado por el capitalismo mundial. El otro elemento relevante es que la superación de la dominación autoritaria en Chile se ha desarrollado simultáneamente a la extensión y fortalecimiento de los mercados durante los gobiernos de la Concertación, juicio que implicaría un profundo proceso de transformación de las creencias doctrinarias respecto de la economía capitalista y sus efectos. Con relación al grado de intervención del Estado en la redistribución y la condición de la ciudadanía en Chile, Ricardo Lagos en el Discurso para la Puesta en Marcha del Sistema de Multifondos de Pensiones el 01 de agosto de 2002, señalaba:

"Hoy estamos poniendo en marcha la mayor reforma al sistema previsional chileno de los últimos 20 años, y es cierto que a partir de hoy los 6 millones de trabajadores afiliados a una AFP van a poder elegir dónde invertir sus ahorros, de acuerdo con su edad, de acuerdo con su nivel de ingresos o, por último, de acuerdo a su temperamento, su modo de ser, quieren jugar a mayor riesgo o quieren jugar a menor riesgo y ser más conservadores. Y estos cinco fondos van a corresponder a instrumentos de renta variable de muy distinta naturaleza, y algunos querrán apostar a tener mayores ganancias, con mayor riesgo, que también, claro está, puede ser retribuido con mayores pérdidas. Pero en eso consiste poder apostar a mayores ganancias. Y los más jóvenes, los que están lejos de su jubilación, como muy bien decía Willy Arthur, ese 70%, 71% con menos de 40 años, alrededor de los 45, donde la edad jubilatoria está lejos todavía, van a poder hacer una utilización de sus ahorros un poquito más riesgosa, porque tienen años para recuperarse. Los más viejos aprenderán a cuidar lo acumulado y optar por instrumentos de inversión menos rentables, pero más seguros. Lo importante aquí es que cada trabajador va a poder elegir. Y, por lo tanto, cada trabajador va a tener la percepción de lo que ocurre en verdad, ellos son los dueños de sus fondos y ellos van a decir dónde lo quieren. Si no lo dicen, claro, la legislación establece una modalidad (...) donde se van colocando los fondos (Lagos, 2002b).

En esta extensa cita se observan al menos tres elementos que caracterizan el discurso del Estado Mínimo en Lagos. Primeramente, la ausencia de participación del Estado en el proceso de redistribución en materia previsional, lo que se expresa cuando afirma que los beneficios obtenidos del nuevo sistema dependen exclusivamente de las decisiones de los usuarios. En segundo lugar, la referencia a los ciudadanos como sujetos individuales, utilitarios y desarrollados en la esfera privada patrimonial. Finalmente, las insistentes alusiones a la capacidad de los usuarios del sistema para tomar decisiones racionales bajo el discutible supuesto, por ejemplo, de que existe cantidad y calidad de información suficiente para ello.

3.3. EL DISCURSO DEL ESTADO CREADOR DE OPORTUNIDADES

Como una variación del tipo anterior Lagos desarrolla discursivamente el concepto de Estado Creador de Oportunidades que se define conceptualmente como funcionalmente autorreferido bajo una condición de ciudadanía activa. La matriz de estado que representa este discurso está vinculado con tradiciones "bastardas" del pensamiento liberal, tales como el modelo de democracia desarrollista (J.J. Rousseau, M. Wollstonecraft, A. Tocqueville) precursor del republicanismo cívico o como el modelo pluralista (R. Dhal, P. Bachrach)14. El Estado Creador de Oportunidades aparece especialmente en temas tales como infraestructura pública, vivienda y educación en todos sus niveles. En el Discurso Presidencial de Inauguración de Pavimentos Participativos en San Rafael (Región del Maule) el 11 de junio de 2004, Ricardo Lagos señalaba:

"En muy pocos años esta comuna ha sido capaz de cambiar la cara al entorno que nos rodea. 23 calles, 9 pasajes que hoy simbólicamente hemos entregado a través de esos certificados, pero que son una demostración del empuje de la comunidad. A cada uno de ustedes le pregunté ¿cuánta gente participó para lograr sacar adelante aquello? Y, es cierto, son más de 400 los vecinos que en los distintos comités participaron. Al darles una oportunidad, una opción, ustedes se movilizaron, se esforzaron, juntaron recursos, más los recursos de Chile, y tuvimos 23 calles y 9 pasajes pavimentados" (Lagos, 2004)

En el párrafo anterior citado se aprecian diferencias significativas respecto del tipo de Estado Mínimo en el carácter de la ciudadanía. De acuerdo a lo señalado en la Inauguración de Pavimentos Participativos en San Rafael, observamos múltiples referencias a una ciudadanía activa integrada por sujetos colectivos. El papel del Estado en este contexto sería el de un agente facilitador de las condiciones (reglas del juego) para el emprendimiento de la comunidad. Con similar claridad aparece este nuevo tipo de Estado en el Discurso Presidencial al enviar el Proyecto de ley que establece 12 años de escolaridad mínima el 26 de agosto de 2002.

"Y ello, como dijimos en 1990, hace que la educación sea una tarea de todos, una tarea de los profesores, en primer lugar, que son los actores fundamentales en la sala de clases, una tarea, por cierto, de las autoridades del país, autoridades del poder central y de los municipios, una tarea, por cierto, de los educadores, que en el marco de la libertad de enseñanza contribuyen fuertemente a lo que es hoy día el sistema educacional, y por cierto, también, una tarea de los padres y apoderados" (Lagos, 2002c)

La noción de que determinados asuntos públicos son de la responsabilidad compartida de Estado y ciudadanos es una creencia que aparece en contextos específicos. En estos, la falta de centralidad o retracción del Estado es proporcional a la atribución de compromisos y virtudes cívicas a la ciudadanía; lo que transforma los derechos sociales clásicos (obligaciones "verticales" entre Estado y determinados grupos de la sociedad civil) en los llamados derechos contrato (obligaciones "horizontales" entre ciudadanos).

3.4. EL DISCURSO DEL ESTADO PROVIDENCIA

Un tercer concepto desarrollado por Lagos es el de Estado de Bienestar, que implica conceptualmente, un Estado Intervencionista en el proceso redistributivo y una ciudadanía pasiva. Entre los autores que han desarrollado conceptualmente esta noción se cuentan; A. Wagner, R. Cotarello, G. Esping-Andersen, H. Heclo, C. Offe, y P. Rossanvallón. Características y objetivos básicos del Estado de Bienestar según Adolph Wagner15 serían:

• El crecimiento del gasto público se producirá a un ritmo más que proporcional en referencia al crecimiento de la economía.

• Una transformación cualitativa de la actuación pública a través de la creación de nuevas instituciones dotadas de formas innovadoras de intervención estatal.

• La previsión de las nuevas necesidades del Estado se cubrirán mediante un impuesto progresivo sobre la renta.

Con ocasión del Discurso para el Primer Aniversario del Programa Puente en junio de 2003, el Presidente Lagos señalaba:

"Hemos estado en muchas otras ocasiones aquí en La Granja con ustedes y hoy día hemos escuchado el testimonio de Rosa Robledo, la madre de 14 hijos que está viuda, y el de Ingrid Aguilera y sus hijos. Ella tiene una enfermedad. Es ella la que necesita recursos para salir adelante, es ella la que quiere vivir en un país donde la salud sea un derecho, es ella la que no quiere tener que depender de 18 mil pesos para hacerse sus exámenes. Es ella la que está diciendo a todos que este país no está bien organizado cuando si no tiene los 18 mil pesos, no se puede hacer su examen. (...) Pero este programa tenemos que expandirlo, tenemos que hacerlo crecer. Y, por lo tanto, se necesitan más recursos, como se necesitan más recursos para la salud, como se necesitan más recursos para esos 18 mil pesos, porque queremos que los pague el Estado. Eso es lo que estamos haciendo" (Lagos, 2003).

El párrafo anterior muestra un Estado que participa activamente de la redistribución a partir de la identificación de ciertas condiciones objetivas de desigualdad. En estas condiciones las políticas selectivas y los programas sociales son aceptados y legitimados por un tipo de enfoque que cree en la racionalidad de las intervenciones selectivas desde el Estado. Parafraseando a Pierre Rosanvallón se puede afirmar que, en último término, el Estado de Bienestar se legitima a partir de su capacidad para establecer cierta "opacidad" respecto del lugar de llegada de los individuos en la estructura social (Rawls llama a este mecanismo el "velo de la ignorancia").

Lo interesante de este discurso consiste en que la tolerancia de Lagos frente al doctrinarismo neoliberal se erosiona al punto que demanda más gasto social y un mayor compromiso asistencialista por parte del Estado. En este contexto el carácter del ciudadano se transforma desde una condición de sujeto activo y autónomo, hacia una condición de pasividad y dependencia como subproducto de la "Matriz Aseguradora". En un Discurso de agosto del 2002, el Presidente definía aún más el carácter asistencial y solidario de este tercer tipo de Estado:

"Asumimos el compromiso hoy que todos los jóvenes chilenos, hasta los 18 años de edad, tengan educación básica y media obligatoria y gratuita. El Estado, el gobierno de todos, con los impuestos de todos, financiará un sistema gratuito para asegurar el acceso de todos los jóvenes a la escolaridad completa. Este es un paso trascendental en la historia de la educación chilena y en la historia de Chile" (2002c).

3.5. EL DISCURSO DEL ESTADO POPULISTA

Finalmente, se puede observar en los discursos del Presidente Lagos rasgos de un cuarto tipo de Estado, definido como Populista, equivalente conceptualmente a un Estado intervencionista y a un correspondiente contexto de ciudadanía activa. De acuerdo a Kenneth Roberts (1998), el populismo como concepto no debería entenderse necesariamente ligado a un determinado momento histórico, ni tampoco en antagonismo con el neoliberalismo. Si se toma como referencia la revisión de enfoques sobre populismo latinoamericano desarrollado por Roberts, se pueden identificar cuatro perspectivas:

• La perspectiva histórico/sociológica fundada en el estudio de los aspectos orgánicos de las coaliciones multiclasistas vigentes en la región durante las fases iniciales del proceso de industrialización (por ejemplo: Gino Germani),

• La perspectiva económica que equipara el populismo con la "indisciplina fiscal" y la heterodoxia en la política financiera de un estado (por ejemplo: Jeffrey Sachs),

• La perspectiva política que asocia al populismo a estilos personalistas de liderazgo, vinculación informal con los ciudadanos, intención del líder para generar condiciones de movilización funcionales al régimen y manipulación emocional de la ciudadanía (por ejemplo: Julio Cotler), y

• La perspectiva ideológica que define el populismo como una "lógica de poder" basado en un discurso que articula tanto las múltiples contradicciones entre "bloque de poder" y pueblo como también aquellas contradicciones entre los diferentes intereses sociales (por ejemplo: Ernesto Laclau). (Mackinnon, 1998: 377)

Considerando que entre los rasgos de Lagos se encuentra su carácter poco convencional en términos de trayectoria política, sostenemos que sus discursos contienen significados pertenecientes a la perspectiva política e ideológica para el estudio del populismo. Especialmente, aparecen en los discursos presidenciales de Lagos, elementos de liderazgo personalista, vinculación emocional con la ciudadanía y articulación de contradicciones entre diferentes intereses sociales. Perfilando los caracteres de esta matriz, el Presidente Lagos en un discurso de agosto del 2003 reflexionaba:

"Cómo se hace para garantizar que en la atención pueda haber un copago adecuado a lo que son las capacidades de pago de cada persona. Y cuando no lo hay, cómo existe una garantía que no obstante la magnitud de la enfermedad dé la atención que haya que dar, van a haber los recursos necesarios para eso. Y eso es lo que estamos haciendo. (...) O sea, cuando un niño, una guagua que nace con una cardiopatía congénita y hay que operar, y eso significan 5 millones, 8 millones, 10 millones, 15 millones, la pregunta que uno se hace ¿puede el país, si estamos creciendo, si ordenamos bien nuestras cosas, disponer de 10 ó 15 millones para salvar al niño o niña que está por nacer? Esa es la pregunta que quiero que se responda. (...) Y por eso he dado esta pelea con tanta fuerza, porque creo que Chile puede y Chile debe, si estamos orgullosos de lo que hacemos, del crecimiento del país. Nos paseamos por el mundo y firmamos acuerdos con media humanidad, ¿y no somos capaces de atender, entonces, a un niño y decir por qué no hay plata? Entonces, la reforma en salud tiene que ver con la dignidad de cada persona. Y eso es lo que estamos haciendo" (Lagos, 2003b)

El discurso anterior permite reconstruir un imaginario que se caracteriza por la creencia en un Estado que interviene en la economía como factor de equidad e integración social. Para el despliegue de estas funciones el Estado administrará emocionalmente las demandas sociales. Esto se aprecia en el párrafo anterior con el recurso a la dramatización o la personalización como fundamento de la decisión política que elimina cualquier influencia de tipo tecnocrático (cuando ejemplifica con el caso de un niño afectado por una enfermedad congénita para financiar un copago proporcional a su condición).

Por otra parte, el mismo significado populista se aprecia cuando Lagos menciona las responsabilidades de gobierno integradas a la dimensión aspiracional "orgánica" de la sociedad (Chile puede y Chile debe...). Bajo este mismo concepto, aunque en otra ocasión, Lagos ha desarrollado con insistencia el concepto del esfuerzo solidario como expresión de la movilización colectiva generada como respuesta emocional a una necesidad social. En junio de 2003, con motivo del Aniversario del Programa Puente, afirmaba:

"Quiero vivir en un país donde gente como ella tenga el derecho a tener el tratamiento que se merece. Por eso estoy aquí, por eso estoy haciendo esta campaña, por eso estoy cada día refiriéndome a la necesidad que ahora tenemos de tener una reforma de salud para que no ocurran testimonios como el que ustedes han escuchado. Donde quiera que voy escucho esos testimonios y donde quiera que voy yo digo ¿cómo no podemos tener un país que si está creciendo un poquito, no puede destinar una parte de sus recursos a esto?. ¿Cómo no podemos pedir un poquito de solidaridad? Un poquito de solidaridad que signifique que vamos a pagar 10 pesos más por la botella de pisco, porque en eso consiste el aumento a los alcoholes, un poquito más por la cajetilla de cigarrillos y un poquito más por contaminar menos con el petróleo diesel. Entonces, seamos serios, ¿queremos o no queremos un impuesto? Estoy seguro de que ustedes van a estar conmigo en que es necesario hacer este pequeño esfuerzo solidario, para que haya gente con la seguridad de ser atendida como corresponde" (Lagos, 2003).

En consecuencia, lo que aparece en ambas citas como elemento de diferenciación para una noción "blanda" de Estado Populista es, por una parte, el rechazo a criterios performativos para la decisión política y la adhesión a un discurso prescriptivo que nace de la necesidad insatisfecha. Respecto del dilema entre performatividad y prescripción en la toma de decisiones Lyotard (1989: 86 y 112-113) señala:

"en el marco del criterio de poder, una demanda (es decir una forma de prescripción) no obtiene ninguna legitimidad del hecho que proceda del sufrimiento a causa de una necesidad insatisfecha. El derecho no viene del sufrimiento, viene de que el tratamiento de éste hace al sistema más performativo (...). Es contrario a la fuerza regularse de acuerdo a la debilidad. Pero le es conforme suscitar demandas nuevas que se consideran que deben dar lugar a la redefinición de normas de vida. En este sentido, el sistema se presenta como la maquina vanguardista que arrastra a la humanidad detrás de ella, deshumanizándola para rehumanizarla a un distinto nivel de capacidad normativa".

4. A MODO DE CONCLUSIÓN

A través de este estudio se ha buscado avanzar en el desarrollo de una categoría de sujeto realista que excluya aquellos supuestos metafísico-cartesianos que intervienen en la definición de dicha categoría. Entre éstos prerrequisitos se cuenta el supuesto de coherencia y no contradicción que subyace en los modos de elaborar la categoría sujeto en las ciencias sociales para las diferentes corrientes. Para este análisis se ha escogido como ejemplo el caso del liderazgo de Ricardo Lagos combinando perspectivas diacrónicas y sincrónicas.

Una primera dimensión donde aparecen tendencias a la fragmentación del liderazgo de Lagos es en la evolución diacrónica (histórica) de su discurso político. Del análisis de las transformaciones y giros discursivos es posible afirmar la existencia de sujetos sucesivos condicionados por el contexto como estructura de oportunidades para la consolidación de su liderazgo. Entre los referentes de contexto que modifican las preferencias de Lagos, desde un discurso altamente doctrinario a uno altamente pragmático, se pueden señalar; el paso de una sociedad polarizada y conflictual a una de carácter predominantemente consensual, fenómeno expresado por un diseño de la transición a la democracia ampliamente respaldado como proceso pactado y secuencial. La inclinación del liderazgo que surge de este proceso se caracterizó por un creciente discurso hacia la gradualidad, el reformismo y la formación de mayorías sociales para respaldar las decisiones políticas (la política de los consensos en sentido amplio es un buen ejemplo de esta lógica)

Un segundo análisis donde se expresa la fragmentación del sujeto surge de la perspectiva sincrónica, mediante la cual, el liderazgo presidencial de Lagos aparece determinado alternativamente por cada contexto específico de enunciación. De este modo, el análisis de los discursos presidenciales muestra sujetos alternantes que elaboran al menos cuatro tipos de Estado diferentes dependiendo de la audiencia y el tema en cada caso. Las posibilidades de interpretación frente a este fenómeno a nuestro juicio son dos; i) puede tratarse de la formación de una clase de liderazgo postmoderno en sentido vulgar, entendido como un sujeto que se expresa a través de juegos de lenguaje (por tanto renuncia a cualquier forma de metarrelato) y legitima sus decisiones mediante criterios performativos, o bien, ii) se trata de que la subversión contextual de racionalidad expresada por Lagos afecta solamente su elección de los medios, sin lesionar la coherencia aspiracional del sujeto. En el Discurso a la Nación del 21 de mayo de 2005, Lagos parece aproximarse a la segunda fórmula (de la coherencia aspiracional) cuando dice:

"¿Por qué hemos puesto tanto énfasis en el crecimiento de nuestra economía? Porque estamos convencidos que el crecimiento económico es una condición indispensable para que una sociedad pueda mejorar sólidamente los estándares de vida de los sectores más desfavorecidos. Es un falso dilemael de crecer o repartir. Crecer sin repartir, o repartir sin crecer, conduce fatalmente a una crisis social y política y, en último término, a la pérdida de la libertad. Distribuir mejor a medida que vamos creciendo es la única vía responsable y duradera para el progreso social. Para poner en práctica esta noción, por decir que así es la forma de hacerlo, algunos dicen que esto es sólo administrar un modelo que venía de atrás. ¡Qué grave error! ¡Qué profundo error! Estamos construyendo un modelo de desarrollo basado en la democracia, en la libertad, en la inclusión progresiva de todos a los beneficios del crecimiento y en el respeto irrestricto a los derechos humanos. Sí. Acá hay una nueva concepción, una nueva idea, una nueva forma de entender el progreso de una sociedad cuyo centro es la dignidad del ser humano en todas sus dimensiones". (Lagos, 2005)

Sin embargo, a nuestro entender, la explicación entregada por el párrafo anterior oscurece el problema de hasta que punto la aceptación de las condiciones político estructurales condiciona o determina las preferencias del sujeto en función de cada contexto. Proponemos pensar que para el caso de Lagos ha operado un fenómeno de formación de preferencias adaptativas, como una forma de reducir la disonancia cognitiva entre preferencias iniciales y realidad; fenómeno al que Paul Veyne ha denominado "sobreadaptación a lo posible".


NOTAS

1. Este artículo ha sido elaborado en el marco del Proyecto DICYT 03-0852MP (2008-2010) "La contribución de los Centros Académicos Independientes (C.A.I.) en la Transición a la Democracia en Chile (1980 a 1990)". Este Proyecto cuenta con el financiamiento de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Santiago de Chile.
2. Para este concepto de identidad Larraín sugiere a J. Locke: Essay Concerning on Human Understanding (London; George Routledge, 1948), libro II, capitulo xxvii, sección 9, pág. 247.
3. Entre los autores que elaboran teorías "débiles" sobre el sujeto se cuentan autores como Heidegger, Nietzsche, Foucault, Derrida. En el campo de la teoría política y la historia conceptual se han desarrollado enfoques para la hermenéutica de textos políticos que relativizan los supuestos cartesianos o straussianos clásicos en los estudios de Q. Skinner, J. Pockok, J. Dunn y D. Held (Escuela de Cambridge).
4. Para Elster los mecanismos son patrones causales que logran identificar ciertas regularidades sin llegar enunciar una ley. El propósito de utilizar este enfoque para este estudio consiste en evitar caer en la dualidad de alternativas para la comprensión de los fenómenos sociales, como es, la explicación legaliforme o la descripción narrativa. En este sentido Elster (1997:179) señala: "¿existen generalizaciones legaliformes en las ciencias sociales? Si no las hay, ¿solo nos queda recurrir a meras descripciones y a la narrativa? En mi opinión la respuesta a ambas preguntas es no. (...) A grandes rasgos los mecanismos son patrones causales que se producen con frecuencia, que se reconocen fácilmente y que surgen en condiciones generalmente desconocidas. Nos permiten explicar pero no predecir".
5. La Alianza Democrática fue una coalición política que, entre 1983 y 1987, aglutinó a los diferentes grupos y partidos que buscaban por la vía institucional (no armada) la renuncia de Augusto Pinochet y la transición a la democracia. Se considera el antecedente directo de la Concertación.
6. La Concertación de Partidos por la Democracia es una coalición de partidos de centro izquierda que gobernó Chile desde el año 1990 al 2010. Esta coalición fue la sucesora de la Concertación de Partidos por el NO, bloque de partidos que derrotó al régimen militar del General Pinochet en el plebiscito de 1988.
7. El concepto de tercer espacio surge en teoría del conflicto, como una estrategia para superar procesos de polarización. La fórmula consiste en conseguir un consenso suficiente entre las élites o la sociedad civil a partir de un espacio pluralista que rompa las dicotomías identitarias en una negociación o mediación. Fórmulas específicas para llevar a la práctica este concepto aparecen en Fisas, 2004.
8. Lagos distingue el SPNE, sector público no empresario; del SPE, sector público empresario.
9. Lagos señala en relación a este punto: la forma de inserción de América Latina en la economía internacional significa que los grados de libertad para las políticas económicas que queremos hacer están limitados por lo que pase afuera. Partiendo de la base de que cada país debe enfrentar la crisis en función de sus intereses hay países que la enfrentan mal como es el caso de Chile, que por prejuicios ideológicos (...) aceptan las recetas del Fondo Monetario Internacional que son las de EEUU" (Lagos, 1985: 171).
10. Para Vicenc Fisas (2004) los Spoiler consisten en saboteadores de un proceso de paz. En general son actores que han quedado crecientemente marginados, sin embargo, pueden ser perfectamente los mismos protagonistas de una negociación los que pueden terminar "reventado el proceso". Aunque en este trabajo se utiliza el concepto en sentido amplio, recomiendo para una profundización el estudio de Stedman (1997: 5-53).
11. Boeninger (1998: 382) explica las dimensiones de la Consolidación Democrática como expresión del fin de la transición, en base a los siguientes desafíos: "a) Profundizar los consensos básicos nacionales en relación al orden político, económico y social, de modo de dar sólida sustentación de largo plazo al régimen democrático, eliminando el riesgo de una recaída en procesos y situaciones de polarización como las que produjeron la ruptura de 1973. b) Perfeccionar las instituciones democráticas, esto es, asegurar su plena legitimidad en el largo plazo. En este sentido, la tarea principal -aún pendiente- era extender el acuerdo constitucional a las materias no concertadas o que quedaron pendientes en 1989, de modo de superar la situación de consenso institucional incompleto en que nos
encontrábamos en marzo de 1990".
12. En una entrevista de 1985, Lagos afirmaba: "El Frente Cívico obedece a las concepciones que yo, Ricardo Lagos, tengo y que nosotros, los socialistas, tenemos, en el sentido que lo que impidió la unidad de la Oposición son dos estrategias erradas para enfrentar la Dictadura. Una, de los que creen que negociando con ella es como se llega a la democracia; dos, la de los que piensan que enfrentándose militarmente a la dictadura, en su terreno, es el único camino" (En Prensa Libre, 10 de mayo 1985).
13. Ver: Held, 1991: 52-93 y 175-224.
14. Ver Held, 1991: 94-131 y 225-266.
15. Citado en Caminal Badia, 1999: 240.


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