SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número14Economía y sistemas de asentamiento aborigen en la cuenca del río LimayLas guerras de independencia en los andes meridionales índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Memoria americana

versión On-line ISSN 1851-3751

Mem. am.  n.14 Ciudad Autónoma de Buenos Aires ene./dic. 2006

 

ARTÍCULOS

Fotografía de capuchinos y anglicanos a principios del siglo XX: la escuela como instrumento de cristianización y chilenización (1)

Jaime Flores Chávez* y Alonso Azócar Avendaño**

* Académico del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de La Frontera, Temuco, Chile. E-mail: jflores@ufro.cl
** Académico del Departamento de Lenguas, Literatura y Comunicación de la Universidad de La Frontera, Temuco, Chile. E-mail: aazocar@ufro.cl

RESUMEN

Este artículo pretende dar cuenta de las acciones de intervención que desarrollaron las Iglesias católica y anglicana hacia el pueblo mapuche a fines del siglo XIX y principios del XX. En este sentido queremos analizar el rol de las misiones y las estrategias de intervención desplegadas sobre las comunidades indígenas; a la vez deseamos examinar las dinámicas de adaptación y resistencia que desarrollaron los mapuches durante este proceso. A fin de lograr estos propósitos nos apoyaremos, fundamentalmente, en fuentes fotográficas. Para este efecto contamos con un corpus compuesto por fotografías relativas a las misiones capuchinas en la Araucanía y a las misiones anglicanas ubicadas en el mismo territorio. En forma complementaria nos apoyaremos en fuentes escritas, para efectuar una lectura más completa y compleja de la acción de las misiones en la Araucanía.

Palabras clave: Evangelización; Mapuche; Misiones; Araucanía.

ABSTRACT

This paper tries to show the intervention actions carried out by the catholic and anglican churches towards the mapuche people at the end of the XIX century and the beginnings of the XXth. With this goal in mind we are going to analyze the role played by the missions and their strategies of intervention towards the indigenous communities, the adaptation-resistance dynamics offered by the mapuches during the process. We will pursue our goal resting essentially on photographic material. We have a corpus of photographs about the capuchin missions settled in the Araucanía region and also about the anglican missions within the same territory. Complementary, we will also consider written sounces which will facilitate us doing a more complete and complex reading of the role played by those religious institutions.

Key words: Gosspel; Mapuche; Missions; Araucanía.

PLANTEAMIENTO DEL TEMA

Desde de mediados del siglo XIX fuertes procesos de intervención se dejaron sentir sobre el territorio mapuche ubicado al sur del río Bío-Bío. Entre otros, se destacan las acciones militares que buscaron derrotar y someter al indígena por medio de las fuerzas armadas; los procesos de colonización con población nacional y extranjera; la apropiación y redistribución de la propiedad sobre la tierra; la constitución de comunidades reduccionales mapuche; la llegada y expansión de vapores y ferrocarriles; la fundación y desarrollo de centros urbanos y las misiones religiosas.

Algunas de estas herramientas y procesos estuvieron más relacionados con aspectos geográfico-económicos, en tanto otros se orientaron sobre los indígenas que habitaban este territorio. En este sentido las misiones y las escuelas2 se constituirán en dispositivos de intervención -disciplinamientodirigidos, por excelencia, hacia los niños mapuches y mas tarde también, hacia las niñas.

Para José Bengoa (1995: 383) las misiones capuchinas y anglicanas tenían como propósito principal “salvar a los individuos integrándolos adecuadamente a la sociedad chilena, y acabar con la costumbre, la tradición y todas las formas “paganas” de identificación cultural”. Para este autor lo que se buscaba era acelerar el proceso de “transculturización” que se percibía como inexorable.

Hacia mediados del siglo XIX el destacado político Antonio Varas, más tarde el más influyente ministro del presidente Manuel Montt (1851-1861), señalaba que los esfuerzos por civilizar al mapuche serían favorecidos por las misiones, la escuela y el comercio con los chilenos, objetivos que expuso con claridad.

Las misiones, aunque desacreditadas en La Frontera, eran un medio eficaz para lograr transformaciones al largo plazo. El político afirmaba que: “civilizar, moralizar a un pueblo sin echar mano de la influencia religiosa, es para mí una quimera” (Varas 1870: 16). Para Varas el bajo rol que habían jugado en el último tiempo se debía a su escaso número, la falta del dominio de la lengua mapuche por parte de los misioneros y la indiferencia y “pereza mental” de los mismos indígenas.

El éxito de las misiones, a juicio de Varas, pasaba por una nueva estrategia que contemplara su instalación en territorio indígena a cargo de “buenos operarios evangélicos”. Se aludía a misioneros que ganasen la confianza de los caciques “que se hagan los protectores de la justicia del indio, los amigos celosos que se empeñan en hacerle bien” lo cual implicaba que “no lleve el carácter oficial de agente colocado allí por la autoridad”; por el contrario, debía desarrollar una actitud imparcial frente a la acción de las autoridades de los territorios indígenas. Además la tarea de los religiosos tenía que orientarse hacia los niños.

Aquí la buena semilla no será sofocada por las malas yerbas [...] Toda la generación que se levanta preparadla para la vida civilizada, ilustrad su entendimiento, haced inspirar en su corazón los sentimientos morales i religiosos, i al fin de tres o cuatro generaciones habréis concluido con la barbarie que ahora os lastima (Varas 1870: 18).

En esta nueva etapa era menester que el religioso sustituyera “a los padres, debe tener completamente bajo su dirección a los niños, educarlos, enseñarlos i prepararlos para la vida laboriosa del hombre civilizado” (Varas 1870: 18). Ello suponía un “establecimiento en forma” a cargo del misionero, una especie de colonia agrícola

Semejantes instituciones reúnen todas las influencias civilizadoras. Los niños sometidos a un régimen bien calculado con su tiempo dividido entre los trabajos agrícolas o industriales que sea posible poner en ejercicio, i su instrucción primaria i educación moral i religiosa, se hallan en una situación en que todo conspira a civilizarlos (Varas 1870: 18).

La mirada modernizadora llegada a Chile iba dirigida hacia los niños mapuche con su carga instructivista, moralizadora, interventora, planificadora y calculadora. La escuela, asociada a las misiones, era pensada como otro medio para civilizar al mapuche; en este nuevo diseño se debía enseñar “a los niños a leer i escribir en su propia lengua i en castellano” (Varas 1870: 20), el interés existía entre los mapuche fronterizos, sostenía Varas, pues con ello evitarían los engaños de que eran objeto en los contratos. Pero esto no era suficiente, pues solo se lograría “salvajes de más recursos mentales de quienes la civilización no se ha apoderado”, era necesario “enseñorearse del corazón”. Para ello el maestro debía ser una especie de “misionero civil” a cargo de los niños, su trabajo debía combinar la enseñanza de las primeras letras con los trabajos manuales -oficios o agrícolas-, combatiendo de esta forma la pereza (Varas 1870).

Según Blest Gana, Ministro de Culto en 1867, las misiones no solo tenían por objetivo conquistar almas para la religión “sino también introducir entre los indígenas los hábitos y costumbres de la vida civilizada”3. Más tarde, una vez establecido el sistema militar y comercial en la Araucanía4, hubo quienes señalaron la inutilidad de las misiones

LA FOTOGRAFÍA EN LA ARAUCANÍA

Uno de los procesos que se intensifica hacia mediados del siglo XIX es la visibilización del territorio y sus habitantes. En este contexto entendemos los trabajos de Claudio Gay e Ignacio Domeyko, quienes no solo escribieron sobre La Frontera y los mapuches sino que, además, crearon una iconografía que marcó fuertemente nuestra imaginería respecto a los mapuches. Un caso que podríamos llamar paradigmático es “El Malón”, obra de Rugendas que Gay incorporó en su Atlas (Gay 1854).

Es en este proceso de visibilización que podemos encuadrar la presencia de la fotografía en la Araucanía, particularmente aquella que se centró en sus habitantes indígenas. Fue este nuevo invento de la modernidad el que permitió capturar la imagen del mapuche “tal cual era”, trasladarla a diversos lugares y tiempos, a la vez que la reprodujo infinitamente. Así, asistimos a otro tipo de reducción del mapuche: a la consolidación y construcción de su imagen estereotipada de acuerdo a los cánones estéticos y a la ideología de la época5.

En la Araucanía, la fotografía hace su presencia6 acompañando a la exploración científica o seudo-científica, la difusión comercial, la ilustración de textos, la fotografía particular, las acciones religiosas de católicos y protestantes, entre otras. Autores diversos y propósitos distintos estarán en el basamento iconográfico -fotográficodel mapuche, sin duda es un factor a tener en cuenta al momento de efectuar una lectura referida al discurso fotográfico sobre los indígenas de La Frontera.

Para este trabajo contamos con un corpus de fotografías referidas a la acción misional en la Araucanía de los capuchinos bávaros y otros misioneros anglicanos. El primer grupo de fotografías, son 100, se localiza en el Vicariato Apostólico de la Araucanía, cuya sede es la ciudad de Villarrica (Flores y Azócar 2002); el segundo consiste en un álbum particular que contiene unas 65 fotografías7. Por el momento desconocemos los autores; no obstante por las características de las imágenes y su localización es de presumir que se trata de uno para cada caso. En cuanto a la temporalidad, las fotografías capuchinas abarcan el primer cuarto el siglo XX, en el caso de las anglicanas llegan hasta 1935, aproximadamente. Espacialmente las misiones capuchinas abarcaron un territorio mayor, desde el río Cautín por el norte hasta la provincia de Osorno por el sur y dan cuenta de ello. En tanto las misiones anglicanas, en este primer momento, se limitaron a tres puntos: Quepe, Maquehua y Chol-Chol. En el caso de los dos primeros su impacto fue más limitado; en Maquehua este fue superior por la instalación de un dispensario que, más tarde, se transformaría en hospital. Sin embargo, es en Chol-Chol donde la tarea misional anglicana adquiere más fuerza y la mayoría de las fotografías dan cuenta de este naciente pueblo fronterizo y de su entorno rural.

Nuestro trabajo abordará la fotografía de capuchinos y anglicanos, sin embargo debemos señalar que nuestras aproximaciones investigativas han avanzado más en el ámbito de los primeros que en el referidas de los segundos. El conocimiento de bibliografía y la lectura de variados tipos de fuentes referidas a los misioneros católicos, aportan elementos de juicio superiores a los que poseemos respecto de los anglicanos. Por ello es posible efectuar una lectura con mayor detalle de la fotografía capuchina que de la anglicana Más que una debilidad, asumimos ésto como un desafío que deberemos corregir en adelante.

Con todo, creemos posible efectuar una mirada a las fotografías sobre los mapuches generadas a partir de la acción misional de capuchinos y anglicanos. En ellas encontramos elementos comunes y otro que no lo son tanto.

Entre los primeros es posible advertir una preocupación por la educación, los niños -varones-, el proceso de evangelización, la necesidad de edificación, el apoyo extranjero, entre los más destacados. Entre los diferenciadores podemos observar un mayor acento en la prestación de servicios en salud por parte de los anglicanos, así como también más protagonismo de sus misioneras ya sea en la labor educativa o en salud. La Iglesia Anglicana tiene una mayor apertura hacia la participación indígena en procesos tales como la educación, que permite la actividad de profesores mapuches y en funciones referidas a los procesos de evangelización, donde los indígenas son incorporados para asumir roles protagónicos como agentes de evangelización. El Obispo Anglicano de Temuco en la actualidad es de ascendencia mapuche.

LA FOTOGRAFÍA DE LOS CAPUCHINOS BÁVAROS

Una mirada sobre el conjunto de la fotografía generada por los capuchinos bávaros, en su labor evangelizadora sobre los mapuche, permite observar la relevancia que estos otorgan al paisaje, las edificaciones, los rituales católicos -particularmente la primera comunión-, la instrucción de los niños en los oficios y la lectoescritura. Veamos la selección de algunas fotografías representativas.

Una lectura global permite dar cuenta que, por lo general, estas son textos mixtos que además de reproducir el evento o lugar, están acompañadas con algunos párrafos de escrituras en alemán con el que se trata de anclar el mensaje. Todas ellas fueron impresas como postales. Al reverso, se agrega más información respecto al lugar y/o la identificación de los religiosos retratados, pero en ninguna de ellas se identifica a los indígenas. Por lo general en este reverso, se encuentra impresa una leyenda señalando que por una limosna o aporte de 50 centavos a la misión se obtiene, además de la postal, un ejemplar del Almanaque Franciscano, todo esto escrito en alemán.

¿Cuál era el propósito de las fotografías y quién el destinatario?. En su tarea misionera, uno de los obstáculos centrales al que se vieron enfrentados los capuchinos bávaros, al igual que los italianos con anterioridad, fue la escasez de recursos humanos y financieros. Al parecer la fotografía se transformó en una estrategia para recaudar fondos, el texto en alemán permiten asumir que el mercado al que se dirigía era el de la Provincia Madre de Baviera.

Para 1905 el Padre Sigisfredo Schneider de Fraunhäusl escribía en la Crónica de la misión de Panguipulli que: “El R. P. Isidoro de Baviera me consiguió $2.000 de limosnas, erogadas de mas de 3.000 solicitantes de una tarjeta de vista: la isla Juan Fernández y cueva de Robinson” -dinero que había tenido por destino la construcción de la iglesia en aquella misión8. Si bien estas fotografías no ilustran el trabajo misional de los capuchinos en la Araucanía, dan cuenta de la utilización de las tarjetas postales como medio de recaudar fondos.

Es probable que hacia esa fecha existieran algunas fotografías sobre la labor misionera bávara en La Frontera. Sin embargo, es de presumir que producto de los buenos resultados obtenidos por el P. Isidoro se inició una acción sistemática en este sentido. Lo cierto es que la fotografía comenzó a ser utilizada como forma de recaudar fondos y como medio para difundir el trabajo de los religiosos. La misma crónica citada anteriormente permite datar la fotografía 2 que da cuenta de la capilla de Calafquén en su etapa de construcción, en 1912.

En buena medida esta situación determina el discurso iconográfico del corpus fotográfico. Los religiosos están lejos, entre indígenas, y en medio de un paisaje natural que los aísla. Hay muestras de que la tarea evangelizadora esta avanzando: se han construido iglesias, escuelas, internados; se imparten sacramentos (fotografía 1); se enseña a leer y escribir (fotografía 3), y también oficios. En esta tarea se ha logrado allegar los esfuerzos de las Hermanas Maestras de la Santa Cruz, por esta vía se busca “civilizar” a las niñas mapuches.


Fotografía 1


Fotografía 2


Fotografía 3

No obstante, otro de los mensajes es que la tarea está comenzando o en pleno desarrollo. Las mismas fotografías dan cuenta del camino que queda en la construcción de espacios físicos y la transformación de los niños y niñas indígenas. Por ejemplo, la fotografía 1, registra el momento de la “primera comunión”, en ella se pueden distinguir con claridad dos grupos de niños, uno que ha recibido el sacramento y otro que aún no lo ha hecho. Al parecer el mensaje sería, hemos obtenido resultados, con más apoyo podremos continuar con esta labor.

 Además, este conjunto de fotografías deja ver el espíritu misional de la orden capuchina. Como hermanos menores de los Franciscanos, son seguidores de Cristo a la manera de San Francisco de Asís, el que pedía ir “entre los sarracenos y otros infieles”. Esto implicaba que el misionero no podía ser solo un peregrino o predicador ambulante, debía ir a integrarse al mundo de ellos. Estar con y vivir entre es la propuesta y desde allí anunciar el evangelio 9.

LA FOTOGRAFÍA DE LOS ANGLICANOS

Debemos partir advirtiendo que poseemos un menor conocimiento de la misión anglicana10. Pese a ello, creemos necesario efectuar un esfuerzo por mostrar algunas de las fotografías que generaron y explorar algunas impresiones preliminares sobre las mismas.

Por los antecedentes que poseemos, la iglesia anglicana organizó su trabajo misional a partir de tres instituciones: la S.P.C.K. (1698) destinada a la publicación de libros religiosos, a la educación religiosa, a las misiones extranjera y, más tarde, a la asistencia espiritual de los emigrantes; la S.P.G. (1701), sociedad destinada a la propagación del evangelio en los países extranjeros y la C.M.S., Sociedad Misionera de la Iglesia. En Sudamérica a las anteriores se agregó, a mediados del siglo XIX, la Misión de la Patagonia fundada por Allan Gardiner, la que a pesar de su fracaso se transformó en la South America Missinary Society (S.A.M.S.).

Hacia 1836 la iglesia anglicana hacía su arribo al país. Los primeros capellanes llegaron a Valparaíso, esto se explica por la temprana presencia de comerciantes ingleses en este puerto. Sin embargo, la presencia anglicana en la Araucanía no estuvo asociada a esta, sino a la S.A.M.S. Esta sociedad de la Iglesia de Inglaterra contaba con una diócesis en las Islas Malvinas, desde donde se hicieron los esfuerzos para llevar adelante la evangelización de la parte más austral de Argentina y Chile.

Hacia 1895, en este contexto, la S.A.M.S. envió a la Araucanía al pastor Carlos Sadlier11, ingeniero de profesión, acompañado por los misioneros Percy Class, Felipe Walker y el médico escocés Wiliams Wilson12. Se establecieron en quino, donde se había instalado una colonia inglesa. Desde este punto comenzaron a recorrer el territorio mapuche buscando el lugar mas apropiado para asentar su acción misionera. Seleccionaron el poblado de Chol-Chol, debido a su escasa población urbana y por estar rodeado de numerosas reducciones mapuches. En abril de 1896 ya estaban instalados allí.

A la luz de los antecedentes, la acción misionera de los anglicanos estuvo estructurada en tres ejes: la actividad religiosa, la acción educativa y la de salud. En este sentido, las fotografías dan cuenta de estas preocupaciones dejando registradas una serie de actividades desarrolladas.

El “álbum anglicano” nos permite formarnos una “imagen” de su accionar. Se observa: la tarea educativa orientada a los niños y niñas mapuches; el interés por la salud a través del dispensario en el que participan enfermeras inglesas y se instruye a niñas mapuches (fotografía 4); la edificación de espacios como escuelas, iglesias y la propia misión con una arquitectura que parece evocar a su tierra natal (fotografía 5); la acción misionera en las comunidades indígenas; las actividades recreativas; la relación misional con las Islas Malvinas; o los avances logrados entre los mapuches, representados en Juan Antinao profesor y más tarde diácono (fotografía 4).


Fotografía 4


Fotografía 5

Estas mismas imágenes nos permiten reflexionar sobre de las diferencias entre ambas tareas misionales. Una que resulta evidente está asociada al hecho de que los misioneros anglicanos podían contraer matrimonio y constituir una familia. En este sentido algunas fotografías dan cuenta de esta estructura familiar (fotografía 5) a la que se agregaban, en este caso, las misioneras que llegaban de Europa.

También debemos destacar el activo rol de las misioneras anglicanas, particularmente su trabajo en las escuelas dominicales y en sus prestaciones de salud. En ambos casos, era frecuente su concurrencia a las comunidades. Algunas fotografías las retratan montadas en montura inglesa con botas de cuero y, en oportunidades, usando poncho mapuche.

Por último, creemos necesario detenernos en un aspecto que resulta recurrente en las fotografías de capuchinos y anglicanos: la presencia de niños, particularmente varones. Es indudable que ambas Iglesias pusieron el acento en su conversión. Las imágenes develan a la escuela como uno de los grandes instrumentos de transformación, su funcionalidad era doble; por una parte, se asociaba al proceso de cristianización, y por otra, al de chilenización. Es indudable que los religiosos pusieran mayor acento en el primero; sin embargo el Estado estaba atento a que también se avanzara sobre el segundo.

Para una mayor eficacia, la escuela no bastaba, era necesaria la implementación de internados. Tempranamente, los capuchinos habían observado que ello era fundamental si se buscaba mejorar los resultados. Al cabo de un año, los anglicanos, se dieron cuenta de que resultaba esencial separar al niño de su entorno familiar restringiendo las visitas algunas veces al año.

A principios del siglo XX ambas instituciones efectuaban grandes esfuerzos para incorporar a las niñas mapuches a estos procesos. Se asumía que pocos serían los resultados si solo se actuaba sobre los varones. Los capuchinos italianos se percataron de ello tempranamente. Sin embargo, la falta de recursos humanos y financieros había imposibilitado un accionar sistemático en este sentido. Esta tarea será asumida por lo misioneros bávaros quienes logran embarcar en esta empresa a las Hermanas Maestras de La Santa Cruz de Menzingen (Suiza), las cuales arriban a la Araucanía en 1902.

En el caso de los anglicanos, el trabajo con niñas mapuches se vio reforzado con la llegada de la irlandesa Kathleen George, en 1903. Primero trabajó en el internado de niñas de la misión anglicana de Maquehue, luego se trasladó a Chol-Chol donde, lentamente, se fue desarrollando un internado femenino. Para 1909 se inauguraba uno de los dos pisos con lo necesario para la permanencia y estudio de las niñas.

Varios de los interrogantes que nos quedan son, entre otros: ¿cómo percibieron los mapuches estas misiones?, ¿observaron diferencias entre ambas?, ¿qué mecanismos de resistencia desarrollaron?, ¿se produjo alguna influencia desde lo mapuche hacia las misiones? y en el plano de la fotografía: ¿qué sentido tuvo la fotografía para los mapuches?, ¿cómo fue incorporada en la cultura indígena?, ¿en qué medida hoy se desarrollan procesos de reapropiación de la imagen del pasado por mapuches y no mapuches? Por el momento no tenemos respuestas.

NOTAS

1 Éste artículo incorpora parte de los resultados del Proyecto Nº120503 financiado por la Dirección de Investigación y Desarrollo de la Universidad de La Frontera titulado “Capuchinos en la Araucanía, su discurso fotográfico sobre mapuches, 1896-1924”. Como proyecto en ejecución quedan una serie de preguntas por responder y cabos por amarrar, obstante, resulta estimulante poner a discusión algunos de los avances logrados hasta el momento.

2 La escuela como instrumento y espacio de chilenización no era privativo de la región sur. En el caso de la zona norte, a partir de 1880 se desarrolla un fuerte proceso en esta dirección. La Guerra del Pacífico (1879-1883) había anexado el territorio de Tarapacá y era necesario intervenir sobre la población aymara. Al respecto ver González Miranda S.: 2002, Chilenizado a Tunupa. La escuela pública en el Tarapacá andino, 1880-1990. Dibam, Santiago de Chile.

3 Biblioteca del Congreso, Sesiones Extraordinarias de la Cámara de Senadores, en especial pp. 216-217, 1867.

4 Biblioteca del Congreso, Cámara de Senadores, intervención de Benjamín Vicuña Mackenna, 1887.

5 Respecto de la construcción de las imágenes sobre indígenas ver: Alvarado M., P. Mege y C. Báez: 2001, Mapuche, fotografías siglos XIX y XX. Construcción y montaje de un imaginario. Santiago de Chile, Editorial Pehuen; Giordano M.: 2005, Discurso e imágenes sobre el indígena chaqueño. La Plata, Ediciones Al Margen.

6 Para ver antecedentes de la fotografía en Chile y La Frontera ver Alexander A. y otros: 2000, Historia de la fotografía en Chile: Rescate de huellas en la luz, Santiago de Chile, Centro Nacional de Patrimonio Fotográfico.

7 En nuestra calidad de director de tesis de la Sra. Emilia Pacheco Arias, se pudo tener acceso a este álbum digitalizado. La investigación en cuestión se denominaba La Misión Araucana Anglicana en Chol-Chol (1896-1956). Tesis para optar al Título de profesor de Estado en Historia, Geografía y Educación Cívica y al Grado Académico de Licenciatura en Educación.

8 Padre Sigisfredo Schneider de Fraunhäusl: 1905, Crónica de la misión San Sebastián de Panguipulli, Libro primero, 1904-1924. f 44. Edición mecanografiada.

9 Al respecto ver Uribe S.: 1988, “Las misiones capuchinas en la Araucanía en la segunda mitad del siglo XIX (1848-1901)”, en Pinto J. y otros Misioneros en la Araucanía, 1600-1900, Temuco, Ediciones Universidad de La Frontera.

10  En los años 1996 y 1997 estuvimos participando como investigadores en un proyecto Fondecyt que buscaba reconstruir la historia de dos comunidades mapuches. Una de ellas, se localizaba a 10 kilómetros de Cho-Chol. Los testimonios orales de comuneros mapuches, así como la revisión de los archivos de la parroquia anglicana de Chol-Chol, permitieron tener una primera aproximación sobre el tema. Con el conocimiento de estos materiales, nos permitimos sugerir, a la alumna Emilia Pacheco Arias, el desarrollo de una tesis referida a la misión anglicana de Chol-Chol, la que se materializó en el transcurso del año 2004. Los resultados, aunque preliminares, fueron interesantes, mostrando la necesidad de seguir avanzando por este camino.

11  Este misionero tuvo una importante participación en una de las primeras organizaciones mapuches, la Sociedad Caupolicán, en ella llegó a ocupar cargos directivos. Al respecto ver Foerster R. y S. Montecino: 1988, Organizaciones, líderes y contiendas mapuches (1900-1970), Santiago de Chile, Ediciones CEM.

12  Su acción misionera se concentró en Chol-Chol donde tuvo una fuerte influencia en varias generaciones de jóvenes mapuches, además se encargó de traducir el evangelio al mapudungun. Al respecto ver Bengoa, J. (1995: 384).

BIBLIOGRAFÍA CITADA

1. Bengoa, José 1995. Historia del Pueblo Mapuche. Siglos XIX y XX. Santiago de Chile, Ediciones Sur.        [ Links ]

2. Biblioteca del Congreso Sesiones Extraordinarias de la Cámara de Senadores, en especial pp. 216-217, 1867.        [ Links ]

3. Biblioteca del Congreso Cámara de Senadores, intervención de Benjamín Vicuña Mackenna, 1887.        [ Links ]

4. Boccara, Guillaume 1996. Dispositivos de poder en la sociedad colonial-fronteriza chilena del siglo XVI al siglo XVIII. En Pinto, J. (ed.); Del discurso colonial al proindigenism. Temuco, Ediciones de la Universidad de La Frontera.        [ Links ]

5. Flores, Jaime y Alonso Azócar 2002. Tarjetas postales de los capuchinos. Revista Aisthesis 35: 80-87. Santiago de Chile, Instituto de Estética, Pontificia Universidad Católica de Chile.        [ Links ]

6. Gay, Claudio 1854. Atlas de la historia física y política de Chile. París, Impr. de E. Thunot.        [ Links ]

7. Padre Sigisfredo Schneider de Fraunhäusl 1905, Crónica de la misión San Sebastián de Panguipulli, Libro primero, 1904-1924. Edición mecanografiada.        [ Links ]

8. Varas, Antonio 1870. Informe presentado a la cámara de diputados por Antonio Varas, visitador judicial de la república en cumplimiento del acuerdo celebrado en la sesión del 20 de diciembre del año de 1848, sobre la reducción pacífica del territorio araucano. Santiago, Septiembre 25 de 1849. En Cornelio Saavedra; Documentos relativos a la ocupación de Arauco. Santiago de Chile, Imprenta de la Libertad.        [ Links ]

Fecha de recepción: 30 de abril de 2006
Fecha de aceptación: 23 de septiembre de 2006

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons