SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número21-1Del surco al monte subsistencia e identidad en las fronteras del trabajo asalariado y doméstico. índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Memoria americana

versión On-line ISSN 1851-3751

Mem. am.  no.21-1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires ene./jun. 2013

 

RESEÑAS

Quijada, Mónica (ed.) 2011. De los cacicazgos a la ciudadanía. Sistemas políticos en la frontera, Río de la Plata, siglos XVIII-XX. Berlín, Ibero-Amerikanisches Institut PreuBischer Kulturbesitz. 388 páginas

Horacio Miguel Hernán Zapata

Centro de Estudios Sociales Regionales (CESOR) - Red de Investigaciones Socio-Históricas Regionales (ISHiR) - Consejo Nacional de Investigaciones Cientificas y Técnicas (CONICET)/ Escuela de Historia - Facultad de Humanidades y Artes (FHyA) - Universidad Nacional de Rosario (UNR). E-mail: horazapatajotinsky@hotmail.com

 

A principios de 2008, gracias al Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España cuatro especialistas -dos antropólogas, Lidia Nacuzzi e Ingrid de Jong, y dos historiadoras, Mónica Quijada y María Argeri,- se dieron cita en ocasión de una jornada organizada por la Red Temática sobre la construcción del pensamiento y el método antropológicos en Europa y América Latina, de la cual participan dichas investigadoras. Cada intervención, desde diferentes campos de estudio, enfoques analíticos y períodos específicos, tuvo como objetivo común dar cuenta de los avances logrados en la reconstrucción del papel histórico de las sociedades indígenas en los complejos procesos de configuración de los Estados hispanoamericanos, durante mucho tiempo negado tanto por la memoria colectiva como por la investigación científica.

La decisión de publicar las conferencias en un libro no puede más que ser celebrada, ya que quienes investigamos estas problemáticas accedemos a una obra rica y ambiciosa en amplitud temática, espacial y cronológica. Desde lo temporal, la compilación atraviesa dos siglos y dos períodos históricos claramente definidos: antes y después de la mal llamada "conquista del desierto" que puso fin a la autonomía de las sociedades indígenas. Desde lo espacial, aborda dos escenarios raramente afrontados en conjunto por la historiografía: la frontera del Chaco, por un lado, y la de Pampa y Patagonia, por el otro. Y desde lo temático, las autoras revisan viejos problemas que habían atravesado la producción académica argentina, como el largo proceso de prácticas y relaciones que se desarrolló en esos ámbitos plenos de cruzamientos, interacciones y mestizajes, conocido como "fronteras interiores" o "fronteras con el indio". A la par, se presentan las nuevas miradas sobre las relaciones de poder en el interior de los cacicazgos; los ajustes que produjo el contacto con la sociedad de origen europeo; la actividad diplomática que, como contrapartida o alternativa a la violencia, articuló las relaciones de dos sociedades vinculadas por la historia pero bajo objetivos y lógicas políticas distintas; la relación de los grupos fronterizos con los principios políticos axiales de los nuevos Estados republicanos -como la ciudadanía o la justicia- y, finalmente, los concomitantes procesos de adaptación, adecuación y/o imposición de los "indios de frontera" a las nuevas circunstancias sociojurídicas.

Aunque las cuatro contribuciones del volumen aborden problemáticas específicas y apelen a enfoques teóricos no siempre análogos, es posible rastrear algunas líneas conectoras que surcan los artículos, dando forma y consistencia a la voluntad monográfica del libro. Una primera línea a destacar es que todas las autoras han empleado -de forma explícita o implícita- el principio elaborado por Martha Bechis de acuerdo al cual durante el período de fronteras las poblaciones indígenas no sólo tenían conciencia del territorio sino también del juego político en el que se encontraban insertas, desde sus propias prácticas de poder hasta la observación participante de la política ajena. Un segundo aspecto a destacar de los cuatro estudios es que las perspectivas de estrategia y cambio se encuentran anudadas dentro del esquema argumental, una inteligente elección metodológica e interpretativa que no sólo conlleva la oportunidad de rastrear la dinámica de los contactos y negociaciones entre el Estado -colonial o republicano- o los funcionarios de frontera y la dirigencia indígena, sino que además permite avanzar sobre los complejos procesos de configuración de estrategias diplomáticas y políticas en ambas partes que fueron jalonando las interacciones en la frontera durante más de un siglo. El tercer elemento en común es el deslizamiento crítico de aquellas visiones tradicionales sobre "sistemas políticos" -que procuraban definir estructuras estables o cerradas y/o enfatizar ciertos conceptos clave de la filosofía política- para dar lugar a abordajes más densos, atentos a los conjuntos de prácticas, estrategias, ideas e imaginarios, relacionados e interactuantes, que funcionaron en los diversos contextos procesuales abordados en la compilación. Una elección teórica significativa que, por ejemplo, sustenta la decisión de las investigadoras de emplear el término "cacicazgo" para connotar a aquellos grupos nativos que no fueron incorporados al edificio político de la monarquía y tampoco a las nuevas repúblicas hasta muy avanzado el siglo XX, en los que la dirigencia política de los "caciques" fue fundamental y reconocida por toda la sociedad, fuera indígena o blanca.

En el primer capítulo, Lidia Nacuzzi justamente estudia en clave comparativa las actitudes, actuaciones y contactos de un grupo de caciques en dos ámbitos de la frontera, Pampa-Patagonia y Chaco, en la segunda mitad del siglo XVIII. Una idea nodal de su argumento es que, sobre la base de la evidencia disponible, ya no puede sostenerse la tesis que veía a los grupos nómades de estas geografías como sociedades "simples" que se enriquecen y "complejizan" a partir de la interacción con los europeos y la sociedad hispanocriolla. En lugar de ello, la autora remarca que tales sociedades estaban organizadas de manera compleja social y políticamente, y que los efectos del contacto no fueron homogéneos lo que resultó en la simplificación de prácticas en algunos aspectos de su vida. De allí la centralidad otorgada en el análisis a los diversos cambios espaciales, sociales y políticos, que implicaban la interrelación de grupos desde uno y otro lado de la frontera: desplazamiento de parcialidades, establecimiento de poblados y reducciones, intercambio de bienes, negociaciones, ofrecimiento de protección a los fuertes y ciudades. En esta senda, Nacuzzi grafica elocuentemente las alteraciones en la estructura de alianzas políticas de los caciques y sus grupos, las diferentes estrategias invocadas por éstos en sus relaciones con el mundo blanco y la manera en que españoles e hispanocriollos percibían el cacicazgo e influían en su transformación.

La cuestión de la negociación diplomática en los ámbitos de frontera es retomada en el segundo capítulo por Ingrid de Jong, quien enfoca su indagación sobre la política de tratados de paz puesta en marcha por el Estado argentino con las principales parcialidades indígenas de Pampa y Patagonia en las décadas previas a la conquista del desierto (1852-1880). Distinguiéndose de una historiografía centrada únicamente en los conflictos bélicos entre la sociedad criolla y los grupos indígenas, la autora explica que la política de "tratos pacíficos" fue una estrategia dirigida a configurar las condiciones para el avance de las fronteras. En este sentido, el estudio demuestra el carácter centralizado, sistemático, reticular, selectivo y ampliado que asumió la práctica de los tratados de paz durante el período. Dicha práctica operó como un verdadero "dispositivo de poder" sutil cuyas modalidades de aplicación y efectos de ordenamiento en el campo político indígena -creando variados posicionamientos ante los avances territoriales del Estado e influyendo en la segmentación, conformación y reconfiguración de un continuum que contenía potencialidades plásticas para la alianza y rearticulación en unidades mayores-, terminaron siendo funcionales a los objetivos de avance territorial del Estado y fortalecieron, de este modo, una creciente asimetría de poder entre ambos sectores.

En el tercer capítulo, Mónica Quijada delinea algunos parámetros para explicar la interacción entre el principio moderno de ciudadanía y las formas de inclusión de los "indios de frontera" desarrolladas en el marco de la construcción de la comunidad política nacional durante la primera mitad del siglo XIX, antes de la conquista del desierto y de la conversión del ius solis en principio único de la nacionalidad. La autora incorpora un ejercicio comparativo con los Estados Unidos, país que también debió enfrentar el llamado "problema del indio" y, concomitantemente, el de la incorporación final a la ciudadanía de aquellos grupos autónomos de las fronteras, ajenos al cuerpo político mayoritario pero que interactuaban con la sociedad blanca a partir de la violencia, las negociaciones políticas y los intercambios comerciales. Al repasar ambos contextos observa la influencia ejercida en esos procesos diferenciales por dos formas de cultura política desarrolladas en el tiempo: el principio de "allegiance" -en Estados Unidos- y el principio de "vecindad" -en Argentina. Para este último escenario, Quijada toma las seis primeras décadas de construcción republicana y examina las trayectorias de algunas parcialidades indígenas que comulgaron con las prácticas y representaciones propias de la "ciudadanía cívica" -noción con peso en la cultura política rioplatense del período- y que se manifestaron, por ejemplo, en la inserción de ciertos grupos de indios en asentamientos fronterizos por el "servicio de armas", el trabajo agrícola en las estancias, la escuela y la participación en una comunidad simbólica referencial. Además, releva las estrategias de ciertos caciques para asegurar la supervivencia de sus comunidades, así como el reconocimiento por parte de las autoridades y las poblaciones fronterizas.

En el cuarto y último capítulo, María Argeri da cuenta de los procesos de adaptación y adecuación que tuvieron que experimentar los últimos cacicazgos situados en el sur de la región pampeana y la Patagonia desde la década 1870 hasta 1955. La autora expone y contrasta el devenir de las instituciones indígenas y estatales, específicamente las prácticas políticas y sus legitimidades, los derechos, las leyes y la justicia, por distintas fases de poder: primero durante la etapa del Estado liberal republicano, que se propuso conformar una ciudadanía sustentada en la igualdad ante la ley; décadas más tarde durante el peronismo, que revisó la situación de los indígenas como parte de su política de justicia social. Lejos de plantear una historia pesimista, donde el nuevo orden sociopolítico y legal deja entre la espada y la pared a estas poblaciones, Argeri descubre cómo las experiencias previas en el juego político desarrolladas por las comunidades indígenas en la interacción con la sociedad mayoritaria fueron decisivas a la hora de resistir o asumir la conquista, habituarse a las prácticas burocráticas y gestionar, a su manera, lo que consideraban recursos vitales para sobrevivir en condiciones de subalternización. La historiadora explora los pactos de los indígenas celebrados con funcionarios federales que les permitieron instalarse en nuevas tierras o en ciertos poblados de Pampa y Patagonia, donde algunos caciques fueron reconocidos como personas con predicamento y prestigio social, mientras que otros se alejaron de sus comunidades y pasaron a vivir como blancos. También avanza sobre la modificación en las modalidades de tratamiento de los colectivos indígenas y sus dirigentes durante los dos primeros gobiernos peronistas -que pasarían a ser visualizados como agentes carentes e incapaces-; y finaliza con algunas líneas sobre el surgimiento de grupos y propuestas pro-indigenistas gestados durante dichos gobiernos, que pasarían por la militancia de la resistencia hasta conformar organizaciones indígenas independientes luego del golpe de 1955.

Conforme a las consideraciones vertidas en estas páginas, son muchas las razones para recomendar con énfasis la lectura de esta obra pero sólo mencionaremos las que nos parecen más importantes: las alentadoras perspectivas fundadas en la variedad de temas, objetos de análisis y discusiones teóricas; la calidad de los trabajos, comprobada tanto en la rica evidencia empírica como en las agudas preguntas y sugerentes hipótesis que proponen; y la mirada panorámica que las comparaciones ofrecen. Así, De los cacicazgos a laciudadanía se presenta como un conjunto auspicioso de reflexiones sobre los complejos y contradictorios juegos de participación, resistencia e integración que desarrollaron los pueblos originarios en los movimientos y estrategias poblacionales del período anterior a la independencia y, más tarde, en los múltiples procesos que fueron configurando la nueva República. Un motivo más para que el libro se convierta en un referente ineludible a la hora de reconstruir ese espejo roto, si no olvidado, de la historia argentina.

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons