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Anclajes

versão On-line ISSN 1851-4669

Anclajes vol.15 no.2 Santa Rosa jul./nov. 2011

 

RESEÑAS

Roberto Arlt en los años treinta
Juárez, Laura
Buenos Aires: Ediciones Simurg, 2010, 347 págs.

 

En El escritor en el bosque de ladrillos (2000), la biografía crítica que escribe Sylvia Saítta sobre Roberto Arlt, la autora se propone romper con la construcción mistificadora  que la crítica literaria ha elaborado de la figura del autor de Los siete locos. La tarea implica cuestionar la difundida imagen romántica que identifica a Arlt con los atormentados personajes de sus ficciones. Por estas razones, el libro de Saítta constituye un hito en la renovación crítica acerca de la figura de uno de los escritores emblemáticos de la literatura argentina. Sobre estos mismos carriles transita Roberto Arlt en los años treinta, el texto con que Laura Juárez aborda a Arlt desde un costado que también resulta novedoso. Si la mayoría de los críticos han centrado su atención en Arlt novelista, Juárez viene a cambiar las coordenadas sobre las que se apoyan los análisis previos y propone, entonces, un recorrido que recupera las distintas zonas textuales y formas escriturarias a partir de las cuales Arlt reestructura su proyecto literario en los años treinta; es decir, las nuevas orientaciones que se inscriben en las ficciones, en las crónicas periodísticas y en las obras teatrales, y el modo en que sus últimos textos introducen diferentes particularidades y establecen lineamientos distintivos en el campo cultural y literario de la época.
Si bien la tendencia que durante mucho tiempo redujo el estudio de la obra de Arlt a un sector de su producción ha comenzado a modificarse, para Juárez esto es, en varios sentidos, insuficiente. En primer lugar, porque queda todo un corpus de relatos bastante inexplorados por la crítica, como las narraciones africanas, los cuentos policiales, de aventuras y sobre todo los de espionaje, textos  poco frecuentados e inusuales en la literatura argentina de aquel entonces. En segundo lugar, porque todavía es necesario un enfoque que determine los vínculos de su teatro con las expresiones teatrales de la época, con la literatura culta y la popular, con los otros textos de Arlt en los treinta y sus diferencias con las obras previas.
Juárez rompe, entonces, con el recorte que la crítica ha venido haciendo en los últimos años y enfoca, con este libro, hacia una zona de la historia crítica, cultural y literaria sobre Arlt que no ha sido explorada suficientemente: cómo cambia su obra en los años treinta y las distintas maneras en que puede verse un intento de jerarquización en los cuentos, crónicas y obras teatrales de esta época.
El libro se compone de cinco capítulos. El primero de ellos está dedicado al teatro. Entre otras cuestiones, se destaca la relación que Arlt entabla con Leónidas Barletta y su vinculación con el Teatro del Pueblo. Juárez llama la atención sobre que los textos teatrales de Arlt ya no disputan con los procedimientos de la más alta literatura, como en sus comienzos, sino con aquello que aunque descalificado por los patrones de consagración del momento y con escasa legitimidad artística, constituye una amenaza contra un "arte dramático nuevo" que trae lo estético y lo novedoso a las escenas de Buenos Aires.
En el segundo capítulo - "Viaje y representación" - se analiza un nuevo tipo de viaje que inaugura Arlt con sus travesías por Europa como corresponsal del diario El Mundo. El periodismo masivo involucra a cronistas profesionales que responden con su trabajo a  una demanda previa del diario que exige una escritura rápida y debe reconocer pautas muy precisas. Según Juárez, Arlt se distancia de otros viajeros argentinos -como Gálvez, Lagorio, Rhode -, que con una "miopía" de "vago hijo de estanciero" o de "argentino con plata", se dedican a describir paisajes exóticos, ruinas, monumentos arquitectónicos y otras "pamplinas arqueológicas", olvidándose de que "en los países que visitan hay una mayoría que vive y trabaja" (86).
El tercer capítulo lleva como título "El modo fantástico" y en él, Juárez aborda una zona de la producción arltiana que no ha sido suficientemente analizada ni como corpus individual ni en relación con los contextos de su emergencia: el relato fantástico. Durante las décadas del treinta y el cuarenta, Arlt publica en El Hogar y en Mundo Argentino un número importante de cuentos que se distancian de las formas de la representación realista y se aproximan al género fantástico. Si  en estos años se discute cómo narrar, y las definiciones de este marco tienden a la consolidación de lo fantástico en oposición al realismo, como una de las poéticas que empiezan a imponerse para la escritura de ficción, los relatos que Roberto Arlt escribe en ese período deben situarse en ese espacio y en ese conjunto de problemáticas, explica Juárez. La autora afirma que el capítulo propone dos ejes: por un lado, el modo en que lo fantástico se construye reiteradamente en relación con un saber literario que proviene del modernismo y del imaginario decadente; y, en segundo término, la autora indaga la manera en que la conjunción de exotismo y fantástico genera cierto tipo de narraciones que se acercan en muchos casos al orden de lo maravilloso.
Otra parcela textual de Arlt poco frecuentada es el género policial, ya sea en clave periodística como ficcional. En el cuarto capítulo - "Historias infames y ficciones criminales" - Juárez analiza una serie de pasajes en prosa en torno a la delincuencia.  Si bien el mundo del delito ha sido una constante en la ficción de Arlt, en los años treinta se reformulan sus modos de representación en las notas de "Tiempos Presentes" y "Al margen del cable" (títulos con que se conocen, a partir de 1937, sus columnas en el diario El Mundo) y en los relatos policiales y de espionaje que aparecen hacia el final de su producción.
Por último, en el quinto capítulo -"Arlt y el ensayo sobre la novela"- Juárez analiza un conjunto de crónicas y notas periodísticas  que se inscriben bajo ciertas formas de ensayo. Allí, Arlt  revisa el realismo tradicional, critica las realizaciones de la novela psicológica y delinea los criterios que rigen su propia obra.
Roberto Arlt en los años treinta nos propone un recorte novedoso de los escritos del autor de El juguete rabioso. Juárez aborda un corpus textual considerado durante mucho tiempo como lateral en la obra de Arlt y procura reconstruir una figura del autor y de sus escritos no sesgada y lo más completa posible.

Mariano Oliveto
Universidad Nacional de La Pampa
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas

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