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Anclajes

versión On-line ISSN 1851-4669

Anclajes vol.25 no.3 Santa Rosa dic. 2021

http://dx.doi.org/https://doi.org/10.19137/anclajes-2021-25321 

Reseñas Críticas

Trauma y memoria cultural. Hispanoamérica y España. Spiller, Roland, Mahlke, Kirsten and Reinstädler, Janett (editores); en colaboración con Pérez-Hernández, Reineier. Berlín/Boston, De Gruyter, 2020, 632 páginas, https://doi.org/10.1515/9783110420760.

1Universidad Nacional de La Pampa, CONICETArgentina

Spiller, Roland. Trauma y memoria cultural. Hispanoamérica y España.. De Gruyter, Berlín:

Los estudios sobre memoria cultural se enriquecen con este libro editado por investigadores de universidades alemanas que se publicó en 2020. En un campo de estudios que, en los últimos años, alcanzó un dinamismo extraordinario, el libro intenta sistematizar y difundir una amplia gama de perspectivas que confluyen en la investigación de los traumas del pasado, del presente y sus consecuencias en las sociedades y culturas hispanohablantes. La amplitud de los temas y períodos estudiados se corresponde con la diversidad de destinarios previstos (estudiantes, investigadores e interesados de varias disciplinas) y también con los diferentes lugares de enunciación de quienes escriben (Alemania, Argentina, Bélgica, Brasil, Chile, Costa Rica, España, Estados Unidos y Francia). No obstante, se logra una obra sólida y coherente, producto de una extensa y minuciosa edición atenta a relevar y seleccionar los núcleos salientes de las discusiones actuales. La magnitud de la tarea emprendida podría despertar sospechas de falta de especificidad; por el contrario, los estudios recopilados ofrecen una perspectiva multidireccional que complejiza los problemas analizados y la edición no esquiva las disidencias o limitaciones de las posturas adoptadas.

Leído desde el Cono Sur, el libro enfatiza algunas líneas de lectura no tan usuales en nuestra agenda y diluye otras que cuentan con una tradición más densa. Sin embargo, uno de los méritos del manual reside en su mayor desafío: brindar un panorama de temas y acercamientos teóricos y críticos diversos que, aun en su aparente inestabilidad o incompletud, ofrezcan un estado general de la cuestión y promuevan nuevas lecturas e investigaciones.

El volumen compendia treinta y cinco capítulos de distinta autoría organizados en dos grandes bloques. El primero, titulado “Enfoques teóricos: trauma, violencia, memoria colectiva”, condensa los aportes de Ilse Logie y María Teresa Navarrete, Lucero de Vivanco Roca Rey, Aleida Assmann y Boris Cyrulnik. Algunos de estos enfoques han circulado más que otros, por lo cual resulta muy pertinente la puesta en común de perspectivas que orientan la lectura menos especializada y facilitan el análisis y discusión de las investigaciones que siguen. De particular interés es la traducción del estudio de Aleida Assmann porque contribuye a difundir un pensamiento que, aunque conocido, tuvo escasa circulación en español.

El segundo bloque reúne estudios sobre áreas y períodos específicos que se dividen, a su vez, en cuatro partes. La primera de ellas, “Los traumas de la Conquista y del colonialismo”, reúne tres contribuciones. Verena Dolle reseña el trauma de la conquista, Janett Reinstädler y Michael Zeuske el de la esclavitud y Carolina Pizarro Cortés el de las luchas por las independencias. En los tres ensayos enfocan diferentes etapas de los conflictos vividos tras la llegada de los europeos al continente americano y distinguen traumas todavía vigentes que leen en producciones propias de cada etapa y, también, en textualidades de las últimas décadas.

La segunda parte, “Revoluciones”, analiza la problemática en los procesos revolucionarios más conocidos del siglo xx en cinco capítulos. Vittoria Borsò y Yasmin Temelli dedican dos estudios al trauma de la revolución mexicana; Celina Manzoni y Janett Reinstädler asedian las memorias disímiles de la revolución cubana y Werner Mackenbach describe representaciones de los conflictos nicaragüenses. Los monumentales archivos dominantes –la “novela de la revolución mexicana”, por ejemplo– se contrastan con corpus alternativos, multi o transmediales, que discuten los paradigmas estatuidos y alumbran en cada caso otras zonas de los traumas colectivos.

La tercera parte, “Perspectivas (pos)dictatoriales”, reúne la mayor cantidad de capítulos, acorde al desarrollo alcanzado por los estudios sobre la memoria en las últimas décadas. Javier Sánchez Zapaterom, Ulrich Winter, Wilfried Floeck y Vicente Sánchez-Biosca abordan, en cuatro capítulos, distintos problemas de la memoria del franquismo y la llamada Guerra Civil Española. Silvana Mandolessi y Estela Schindel se concentran en las producciones de la posdictadura argentina y Bruno López Penzoldt en el trauma de la dictadura de Alfredo Stroessner en Paraguay. Otros ensayos aluden apenas a las diferencias históricas y políticas que signan las experiencias traumáticas en cada nación y se centran, en cambio, en su procesamiento discursivo desde un punto de vista comparado. Así, Karen Saban sintetiza los vínculos entre trauma y testimonio, Beatrice Schuchardt en las narrativas policiales, Kirsten Mahlke en el género fantástico y de terror, Jorge Monteleone en la poesía, Sven Pötting en la escritura fílmica y Lorena Verzero en el teatro militante. Mauro Basaure completa esta parte con un estudio sobre las Comisiones de Verdad creadas en distintos países en las últimas décadas.

La cuarta parte, “Marginalizaciones: migración y exilio: perspectivas transmediales”, está integrada por siete capítulos que, como indica el subtítulo, adoptan un enfoque transversal que, en algunos casos, complejiza cuestiones descriptas en los capítulos anteriores y, en otros, suma nuevos corpus para el análisis. Dieter Ingenschay dedica un ensayo a los traumas por las persecuciones a homosexuales; Karen Genschow y Leila Gómez, otro a los femicidios. Mónica Albizúrez se concentra en las migraciones centroamericanas; Teresa Orecchia Havas y Norah Giraldi Dei Cas, en los exilios y las diferentes formas de las diásporas; Ursula Hennigfeld, en la medialización global de los atentados del 9/11 y 11-M; Wolfgang Bongers, en el arte conceptual del Cono Sur. Por último, Roland Spiller cierra esta parte con una tesis muy sugerente: la actual teoría del trauma reconocería antecedentes latinoamericanos en los estudios fundantes sobre la transculturación.

En síntesis, el volumen ofrece, en sus más de seiscientas páginas, un útil estado de la cuestión sobre los avances en torno de las memorias culturales y las líneas de investigación a futuro. La brevedad intrínseca a una reseña no permite ponderar en detalle cada uno de los aciertos de este manual, aunque se está, sin duda, ante una contribución muy valiosa. Cumple con creces el objetivo de presentar la diversa gama de definiciones, usos, formas, funciones de las memorias colectivas y culturales en diferentes medios y sistemas de representación y se presenta como un compendio duradero que facilita el acercamiento a uno de los problemas de mayor alcance en la experiencia moderna. El detalle de algunos temas que no alcanzan en el volumen el espesor deseado por sus editoras y editor –memorias de los pueblos originarios, del espacio Caribe, de América Central, el teatro, la literatura oral, los trabajos performáticos sobre el trauma, entre otros– justificarían un segundo volumen en esta serie sobre los mecanismos de la memoria y del olvido.

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