El campo revisteril latinoamericano es definido por Horacio Tarcus como un campo de estudios emergente asediado por múltiples disciplinas y consolidado en los últimos 20 años. Sin embargo, este libro, que abre la serie “América Latina en sus revistas” de la editorial Tren en movimiento, no solo recopila los distintos abordajes de las revistas culturales latinoamericanas, sino que también propone algunas hipótesis y defiende la potencialidad de un enfoque particular: el del giro material que se dio en el marco de la nueva historia intelectual. En el proceso, el libro se confirma una y otra vez como una valiosa herramienta para investigadores que se acerquen al tema.

En el prefacio se plantea la intención de reconstruir el proceso de apropiación de las revistas culturales latinoamericanas por parte de investigaciones locales. Se circunscribe el objeto, se proponen unos límites temporales claros para su ciclo histórico y se explicita el tipo de publicaciones que quedan afuera de la denominación “revistas culturales”. Si elegimos destacar su carácter de herramienta, no podemos dejar de decir que el autor expone ciertas disputas y en ese sentido, no es una herramienta neutral. Nos interesa señalar tres apuestas que son una constante a lo largo del libro: la pelea contra la deslocalización, que resultará evidente cuando organice los avances en investigación y su bibliografía; la aspiración a una escala continental de los estudios, vinculada con la hipótesis de América latina como continente de revistas; la lectura desde el giro material, que nos lleva a la materialidad del objeto como algo central en la construcción del sentido, y al problema de las redes, los intermediarios, las disputas y alineaciones al interior de un campo.

Luego, encontramos tres capítulos que trabajan el tema desde distintas aristas que se complementan y profundizan de manera concéntrica lo desarrollado en el prefacio.

En el primer capítulo se reconstruye el ciclo histórico de las revistas latinoamericanas, desde su emergencia en el siglo XIX, afirmación y paulatina autonomización en entresiglos hasta el declive que se registra en la actualidad, luego del cierre de las últimas revistas faro. Ya en este momento, Tarcus plantea una hipótesis significativa: América latina es un continente de revistas. En el siguiente capítulo se propondrán ejemplos de estudios que muestran la función decisiva de las revistas en la invención de las naciones latinoamericanas. En su reconstrucción histórica, el autor plantea una vinculación clara entre el ciclo de las revistas y el ciclo del intelectual latinoamericano. Retomando la idea de función intelectual, las revistas cobran relevancia como objeto de estudio en tanto vehiculan la disputa de hegemonía al interior del campo. Sin embargo, tienen una lógica propia, unas estrategias propias, y por eso se puede hablar de un “campo revisteril”.

Tras repasar la historia y proponer una definición del objeto, en el segundo capítulo se historiza el campo de estudios. Desde las primeras aproximaciones por estudiosos norteamericanos, complementado con cierto interés europeo hasta llegar al desarrollo de un campo de estudios propio, emergente pero consolidado. Es destacable la atención a las condiciones materiales de investigación, incluyendo en su mapeo los esfuerzos que se dan en cada país para recuperar el patrimonio revisteril. La reseña detallada de catálogos, índices, ediciones facsimilares, estudios, coloquios y jornadas no solo es vital para demostrar la emergencia de un nuevo campo de estudios, sino que aporta a su consolidación al funcionar como una herramienta para los nuevos investigadores.

En un tercer capítulo, Tarcus busca establecer tendencias en este campo de estudios. Aunque los programas de investigación sean diversos y en proceso de elaboración, aunque el objeto sea asediado por múltiples disciplinas con sus distintas perspectivas y herramientas, el autor postula que existen líneas matrices en el curso que estos estudios vienen tomando. Ese curso nos lleva, por el camino de la historización radical que propone la nueva historia de las ideas, a reformular el objeto revista. Se plantea, entonces, una ampliación de una matriz principalmente textualista y autoral, que concebía a las revistas como cantera, en favor de perspectivas que perciban las dimensiones materiales, contextuales, colectivas y relacionales de las revistas, convirtiéndolas a su vez en un sujeto cultural. Las revistas pasan a ser concebidas como nodos de redes intelectuales, se vuelven así un instrumento/agente privilegiado para disputar la hegemonía del campo cultural. Este enfoque abre muchas preguntas nuevas que el autor sistematiza. Acompaña a este trabajo un amplio repertorio de ejemplos de investigaciones realizadas, de temas vacantes, de abordajes posibles. Aquí, desde el interés particular de los estudios literarios, debemos plantear que lo que parece un cuestionamiento (el camino que traza Tarcus va de la historia literaria a la historia intelectual) es en realidad un abanico de posibilidades de releer la literatura para quienes adhieren a teorías historicistas y contextualistas que desconfían de la idea del creador increado.

A partir de lo dicho, podemos señalar que se cumple con el objetivo de reponer los múltiples abordajes disciplinares y las experiencias de trabajo de un campo de estudios abierto y en expansión, demostrando con eso la consolidación de esos estudios en nuestro continente, y proponiendo al giro material como camino en la ampliación del objeto. Por otro lado, el libro se propone como un repertorio de herramientas conceptuales para la investigación. Esto último se logra de manera cabal a lo largo de todo el trabajo; permanentemente se incluyen notas, se ejemplifica, se organizan los distintos aportes, se proponen recursos para la investigación (con una gran atención a su accesibilidad). Quienes se inician en la investigación encontrarán todos estos recursos concentrados en la última parte, la contribución a una Bibliografía sistemática donde el autor propone más de 600 registros intentando mantener un criterio cuyo eje es lo geográfico. Podemos reclamarle una especial atención, como a lo largo de todo el libro, al campo revisteril argentino por sobre el resto de Latinoamérica. Pero ese reclamo puede ser matizado por el aviso del autor de que es su propio corpus bibliográfico el que pone a disposición, como un disparador; y porque en su reconstrucción del campo de estudios queda de manifiesto el lugar relevante que tuvo Argentina en el desarrollo de proyectos de investigación (incluso de los incipientes intentos de escala continental).

Por último, queremos decir algunas palabras sobre los actores involucrados en la producción de este libro. No creemos casual que un trabajo anclado en el giro material se publique en Tren en movimiento. Una editorial independiente, que se presenta como un proyecto cultural, de recuperación e interrogación de distintos objetos de nuestra cultura impresa. Ese interés se hace manifiesto en las 32 páginas a color que contienen imágenes de las tapas de 56 revistas latinoamericanas (la gran mayoría presentes en el archivo del CeDInCI). Creemos que la colaboración entre una editorial independiente y un Centro de documentación e investigación permite ampliar la difusión de estos estudios más allá de los especialistas en el tema. Así, Tarcus no solo es parte activa del proceso de consolidación y expansión del campo de estudios que presenta en este libro, sino que con él mismo hace un importante aporte para seguir planteando nuevas preguntas e investigaciones.