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Scripta Mediaevalia

versión impresa ISSN 1851-8753versión On-line ISSN 2362-4868

Scripta Mediaevalia vol.10 no.2 Mendoza oct. 2017

 

RESEÑAS

Teología mística alemana. Estudio comparativo del “Libro de la Verdad” de Enrique Suso y la obra del Maestro Eckhart (Beiträge zur Geschichte der Philosophie und Theologie des Mittelalters, NF 78)
Silvia Bara Bancel, Aschendorff, Münster 2015, 534 páginas, ISBN 978-3-402-10289-3

 

Por primera vez se publica un libro en castellano en la prestigiosa colección alemana Beiträge zur Geschichte der Philosophie und Theologie des Mittelalters (Contribuciones a la Historia de la Filosofía y la Teología de la Edad Media), iniciada en 1891 por Clemens Beaumker y proseguida en 1928 por Martin Grabmann (Neue Folge). El presente libro, que corresponde al número 78 de esta serie de la editorial Aschendorff, estudia de manera comparada al Maestro Eckhart y a su discípulo inmediato, Enrique Suso o Susón, empleando como elemento estructurador el Libro de la Verdad, breve tratado de Suso, escrito en defensa de su Maestro, en el que se sintetiza toda su propuesta teológica.
En el capítulo primero trata de la vida y la obra de Enrique Suso y la pone en el marco de su contexto vital. La formación en la Orden de Predicadores  y, especialmente, en el Studium Generale de Colonia, donde Alberto Magno había sido el gran maestro, quien comentaba a los neoplatónicos y a Aristóteles en una gran síntesis.
Las características fundamentales del pensamiento de Suso están marcadas por la centralidad de la figura de Cristo en su filosofía espiritual y en su mística nupcial: se orienta de lleno hacia la búsqueda de una verdadera alianza que conduzca hacia la comunión con Dios y la felicidad plena. Pero comparte con la Escuela de Colonia numerosas convicciones: una profunda valoración del intelecto, la persuasión de que hay una única Verdad y, por tanto, un aprecio profundo de la razón humana; el interés por los filósofos paganos y por la observación de la naturaleza y, al mismo tiempo, una enorme estima de la Escritura y la tradición teológica de la Iglesia.
En sus obras se refleja con claridad esta renovada mística unitiva y el camino espiritual que se debe recorrer para alcanzarla guiados por el lazo de amor de Dios. La temprana traducción de sus obras muestra la gran influencia de la mística susoniana en el fin del medioevo e inicio de la modernidad. Las obras de Susón también eran estudiadas en las asociaciones laicales dominicas hasta finales del siglo XX. Personalmente, a fines del 1970, he recibido una copia del Reloj de la sabiduría perteneciente a mi abuela que era miembro de la Hermandad Seglar y que ellos leían en cada reunión mensual.
En el capítulo segundo se analizan los capítulos uno y dos del libro de la verdad comparando  los caminos del Maestro Eckhart y el camino propuesto por Susso. Como explica la autora, el Libro de la Verdad se concibe en ese agitado contexto espiritual y tiene una intención didáctica clara; no pretende ser un tratado teológico meramente especulativo sino señalar la posibilidad y el camino hacia la unión con Dios. De ahí que sus formulaciones sean más matizadas que las de Eckhart: quiere hacerlas accesibles y ‘experimentables’ por sus lectores, evitando las interpretaciones erróneas de las expresiones radicales de su Maestro. Para ahuyentar toda sospecha de herejía se apoya con frecuencia en la autoridad de la Escritura y en Maestros reconocidos (Dionisio, San Bernardo o Santo Tomás), así como en la narración de experiencias personales, pero casi nunca menciona a Eckhart directamente, aunque cuando lo hace, lo designa como «gran Maestro» o «santo» y, en el fondo, sigue su enseñanza. Así, en este capítulo del estudio se analiza ampliamente la noción de Dios en Eckhart, para poder captar la envergadura de las escuetas afirmaciones sobre Dios presentes en el Libro de la Verdad de Susso: la unidad divina (einikeit) es el origen y el fin último del ser humano y la fuente de su ser y su realización. Dicha Unidad no desaparece en la Trinidad, sino que es ‘Uni-trinidad’ o ‘Tri-unidad’.
En el capítulo tercero se analiza el capítulo 3 de la Verdad que es un proceso de éxodo de la unidad a la creación; este proceso es circular, señala la autora, y expone cómo conciben Eckhart y Susón la creación, a la luz de la generación eterna e intelectiva del Verbo. Se despliegan, en primer lugar, distintos principios de la metafísica eckhartiana, que permiten clarificar su manera de concebir la relación paradójica entre la Infinitud divina y lo creado: la distinción entre el «ser virtual», el arquetipo o la razón ideal de las cosas en el pensamiento divino y su «ser formal», que las distingue y separa de Dios y de las demás; la importancia de la perspectiva o la restricción en una comparación (el in quantum); su peculiar noción de analogía y la reciprocidad que siempre se establece entre el que engendra y lo engendrado. Y gracias a todo ello se desentrañan asimismo las breves explicaciones de Suso, en su tercer capítulo del Libro de la Verdad, acerca del «ser eterno increado», de su Ejemplar eterno (el Logos) y el «ser creado», y se presenta la antropología del autor: el ser humano consta de cuerpo y alma, es creado a imagen de Dios y capaz de Dios, receptivo a Él en lo más íntimo, en su «esencia» o «fondo».
En el capítulo cuarto se estudia el regreso al origen que corresponden a los libros cuarto y sexto del Libro de la verdad. Este ser hijos en el Hijo, donde las bienaventuranzas cobran un doble sentido: son plenitud del ser humano y meta de la comunión con Dios por las cuales se pasa de la imagen creatural a la filiación por Cristo, el Hijo de Dios encarnado. Silvia Bara expone someramente el trasfondo patrístico de la interpretación de la encarnación de ambos autores, especialmente la síntesis de Juan Damasceno y de Santo Tomás, para pasar a desarrollar la dinámica que lleva de la imagen a la filiación y la cristificación, en el Maestro Eckhart y en su discípulo: llegar a ser hijos de Dios en el Hijo, por la acción del Espíritu. Por último, se presenta la argumentación de Susón en su diálogo figurado con la herejía del Libre Espíritu e implícitamente también con la bula In agro dominico, en donde el dominico explica las afirmaciones más radicales de Eckhart, recalcando su sentido analógico.
En el capítulo sexto se analiza el nacimiento del Hijo en el alma según Eckhart  y la unión mística en Susón. Para Eckhart el nacimiento se da en el fondo del alma y tiene lugar en la naturaleza divina. El fruto de este nacimiento es una verdadera unión de bienaventuranza. En Susón la unión mística se da en el fondo del alma donde el ser humano se hace uno con el Uno: allí se da el conocimiento inmediato en el total desconocimiento y el comportamiento humano se ‘pierde’ en Dios. Para estudiar el tema en el Maestro Eckhart, la autora se centra en los sermones eckhartianos 101-104, que constituyen un pequeño tratado sobre la cuestión, en forma de preguntas y respuestas. Para Susón, se analiza el capítulo quinto del Libro de la Verdad, en el que se extiende ampliamente sobre la cuestión, y profundiza y completa a su Maestro, describiendo además el comportamiento del ser humano unido a Dios y «perdido» en él.
Por último, las conclusiones indican las líneas de fuerza que emergen de todo el estudio en paralelo de las propuestas de Susso y Eckhart, que permite señalar la teología mística de ambos autores, sus puntos en común y sus divergencias. Se ofrece una figura explicativa de gran valor sintético, y se concluye que «si bien es necesario estudiar a Eckhart para comprender a Susón y, en particular, su Libro de la Verdad, es igualmente conveniente escuchar al Discípulo, su presentación y precisiones sobre la doctrina eckhartiana, para comprender rectamente al Maestro». Según Silvia Bara, Susón es un buen intérprete de Eckhart y «tiene una percepción más acertada que la que se puede tener en la actualidad acerca del sentido de algunas expresiones eckhartianas que, por otra parte, presentan un gusto por lo exagerado y por cierta provocación» (463).
Tras describir los elementos orgánicos compartidos por el sistema eckhartiano y el de Susón, que bien podría llamarse su teología mística, la autora señala los acentos Susonnianos y su aporte específico: es más matizado que su Maestro, y puntualiza que en la unión, «según la apercepción» el ser humano es uno con Dios, pero «según el ser» la criatura sigue siendo criatura, del mismo modo que en la unión hipostática, en Jesucristo, la naturaleza divina no suprimió la humana; valora más que Eckhart lo individual y la subjetividad y aprecia mucho la humanidad de Cristo y su seguimiento para llegar a la deificación; es más pedagógico y emplea numerosas imágenes y la metáfora del amor cortés para expresar la relación del ser humano con Dios.
En suma, la propuesta susoniana posee un gran equilibrio y mantiene la enseñanza de Eckhart en sus líneas de fuerza: su teología sigue centrada en la divinización, en que el ser humano llegue a ser hijo de Dios, a ser «uno en el Uno», sin separación, pero sin confusión entre la naturaleza humana y la divina. Suso subraya que el camino para llegar a esta unión gozosa o bienaventuranza, que ya ahora puede experimentarse parcialmente, es la conformación con Jesucristo, con su vida entregada por amor hasta la muerte, y una muerte de cruz. «Al subrayar el valor mediador de Cristo en la deificación y la permanencia de la creaturalidad en la unión mística, (concluye la autor), Susón se aleja definitivamente de una interpretación panteísta de las expresiones eckhartianas» (475).
Por último, cabe mencionar la utilidad de las síntesis conclusivas, presentes en cada uno de los capítulos, y que facilitan la lectura de la obra. Igualmente la cronología final, la amplia bibliografía y los índices finales de autores y obras son de gran interés y aportan calidad al conjunto del libro. Esta tesis es un gran aporte para comprender la mística renana y dominicana del siglo XIV y su lectura se hace ineludible a la hora de tratar a estos autores. También es de gran utilidad para la renovación mística del siglo XXI.

Fray Rafael Cúnsulo O.P.
E-mail: rcunsulo@hotmail.com

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