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Orientación y sociedad

versão On-line ISSN 1851-8893

Orientac. soc. vol.13  La Plata jan./dez. 2013

 

AVANCES DE INVESTIGACION

Proyecto de investigación: Representaciones sobre el rol profesional de graduados recientes de la carrera de psicología de la UNLP

Su relación con la inserción y el desempeño laboral

María Belén Salas

Becaria de Iniciación en Investigación - SeCyT- UNLP. (2010-2012). Directora: Dra. M. Gavilán. Lugar de trabajo: Instituto de Investigaciones, Facultad de Psicología, Universidad Nacional de La Plata - UNLP, Argentina.


Resumen

Se presenta una investigación desarrollado entre los años 2010-2012, en el marco de una Beca de Iniciación en Investigación, otorgada por la U.N.L.P. La misma se vincula con el problema de la transición entre los estudios universitarios y el ejercicio profesional. S e inscribe dentro de los trabajos relativos a la importancia de las representaciones sociales como factores que inciden en el desempeño de actividades específicas. Se trata en este caso de la indagación de las relaciones entre las representaciones sobre el rol profesional de graduados de la carrera de Licenciatura en Psicología y su inserción y desempeño laboral. El marco teórico corresponde a la Psicología Social y a las Teorías de la Orientación. En cuanto a la metodología, se trata de un diseño exploratorio descriptivo transeccional, basado en la concepción denominada "triangulación" de tipo "múltiple", que permite combinar en una misma investigación, diferentes estrategias, perspectivas teóricas y fuentes de datos; no obstante, se han priorizado técnicas cualitativas de análisis de datos. Finalmente, se hacen consideraciones acerca de las representaciones sociales en torno a la actuación profesional preferentemente en el campo de la clínica en consonancia con la formación recibida, así como a los problemas derivados de ambas situaciones respecto de otros campos de trabajo.

Palabras clave: Representaciones; Rol; Psicólogos; Trabajo.

Projeto de pesquisa: Representações sobre o papel profissional do graduado recente da faculdade psicologia da UNLP. Seu relacionamento com a inserção e desempenho no trabalho.

Resumo

O trabalho apresenta uma pesquisa desenvolvida entre 2010-2012, no âmbito de uma pesquisa de Iniciação Grant, concedido pela UNLP. Ela está ligada ao problema da transição entre a faculdade e o profissional. Liga-se com o trabalho sobre a importância das representações sociais como fatores que afetam o desempenho das atividades específicas. Trata-se neste caso da investigação sobre a relação entre as representações do papel profissional dos diplomados da Licenciatura em Psicologia e inserção e desempenho no trabalho. O referencial teórico corresponde a Psicologia Social e Teorias de Aconselhamento. Em termos de metodologia, é um projeto exploratório-descritivo transacional, com base no conceito chamado de "triangulação" do tipo "múltipla", que combina em uma investigação, diferentes estratégias, perspectivas teóricas e fontes de dados, no entanto, técnicas têm sido priorizadas a análise de dados qualitativos. Finalmente, são feitas considerações sobre as representações sociais sobre o desempenho de preferência no domínio da clínica consistente com a sua formação, assim como os problemas de ambas as situações ao respeito a outros campos.

Palavras-chave: Representações; O papel; Psicólogos; Trabalho.


I  Introducción

La presente investigación se refiere al problema de la transición entre los estudios universitarios y el ejercicio profesional. S e inscribe dentro de los trabajos relativos a la importancia de las representaciones sociales como factores que inciden en el desempeño de actividades específicas. Se trata, en este caso, de la indagación de las relaciones entre las representaciones sobre el rol profesional de graduados recientes de la carrera de Licenciatura en Psicología, y su inserción y desempeño laboral.

El marco teórico corresponde a la Psicología Social y a las Teorías de la Orientación. Se toman aportes de diferentes autores, específicamente la Teoría de las Representaciones Sociales desarrollada por Serge Moscovici (Jodelet, 1985) y los provenientes del campo de la Orientación Vocacional Ocupacional (Super, 1973; Repeto Talavera, 1992, Gavilán, 2006). En este último caso, cobra relevancia la consideración del desarrollo de la carrera , que comprende no sólo los estudios académicos, sino además las vicisitudes en torno a los eventos y contextos que acompañan al ciclo vital.

Jodelet (1985, p. 54) define a las representaciones sociales como " producto y proceso de una elaboración psicológica y social de lo real ". Aisenson (2005) en relación con este concepto, precisa los siguientes aspectos.

"Distintos autores coinciden en caracterizar a la representación como una forma de saber práctico que vincula a un sujeto con un objeto. Se trata de un conjunto de elementos informativos, actitudes, creencias, valores, opiniones, imágenes, etc., que están organizados como un saber que dice algo sobre algún objeto social (.) Cuando se califica a este saber de "práctico", se hace referencia a la experiencia a partir de la cual es producido, a los contextos y condiciones en los cuales se manifiesta y sobre todo al hecho de que la representación sirve para actuar sobre el mundo y sobre los otros. Al ser la representación un sistema de pre-codificación de la realidad, se constituye en una guía para la acción, a partir de tres factores esenciales: 1) define a priori el tipo de relaciones y de práctica cognitiva que el individuo debe adoptar en una situación o tarea a efectuar; 2) produce un sistema de anticipaciones y expectativas, ejerciendo una acción sobre la realidad y 3) prescribe comportamientos y prácticas sociales, en tanto refleja la naturaleza de las reglas y los lazos sociales. De acuerdo a la representación está definido lo que es lícito, tolerable o inaceptable en un contexto social dado. Lo que interesa entonces es la expresión e interpretación que los grupos hacen de los objetos sociales que le resultan de alguna manera significativos."

Desde otra vertiente, los aportes de Super, (1973) y Repetto Talavera, (1992) han permitido visualizar la orientación como " el proceso de ayuda a una persona a desarrollar y aceptar una imagen de sí mismo integrada y adecuada, y de su papel en el mundo del trabajo, para contrastar este concepto con la realidad, con la satisfacción para sí mismo y la sociedad ". Con esto se enfatiza la naturaleza psicológica de la elección vocacional, unificando tanto aspectos vocacionales como personales.

En cuanto al desarrollo de la carrera, para Super (1973) consiste en la secuencia de ocupaciones, empleos, puestos, en los que se desempeña una persona durante su vida de trabajo. La "carrera" inclusive va mas allá de los límites del empleo, abarcando tanto el periodo donde el estudiante se prepara para ingresar al mundo del trabajo, como la etapa de la jubilación en la que pueden seguir realizándose distintas actividades ocupacionales. Repetto Talavera (1992) agrega que se trata de un " proceso que, condicionado por factores psiopedagógicos a través del tiempo, desemboca en la identidad de la carrera óptima y la adquisición de las dimensiones y competencias que conducen a la conducta vocacional efectiva" . En este marco, Gavilán (2006) plantea que las intervenciones orientadoras estarán dirigidas al desarrollo tanto del sujeto en su proceso vocacional como al de su contexto, desde una perspectiva preventiva, diagnostica, evolutiva y ecológica (Gavilán, 2006).

En síntesis: mientras que en la concepción tradicional la orientación se limitaba a la asistencia de jóvenes en el momento puntual de terminar sus estudios secundarios para la elección de una ocupación o estudio superior, los modelos actuales de Orientación Vocacional-Ocupacional se conciben como un proceso continuo a lo largo de toda la vida (Gavilán, 2006).

Antecedentes en Argentina y otros países

En la bibliografía especializada aparecen numerosas investigaciones llevadas a cabo en distintas universidades nacionales que se han ocupado de la cuestión de las representaciones del rol profesional. La mayoría de ellas explora tales representaciones en la población de estudiantes vinculándolas a la elección de una carrera; en menor medida, se refieren a las representaciones de los graduados.

En la Universidad de Buenos Aires se estudiaron las representaciones sociales de los aspirantes a ingresar al Ciclo Básico Común (Canessa et al., 2002). Se partió de la siguiente definición: "Se entiende por representaciones los enunciados sobre las carreras en los cuales predomina el aspecto imaginario por sobre la información correcta proporcionada por la institución universitaria. Estas representaciones, que varían de acuerdo a modificaciones socio-culturales, de época y personales, reflejan estereotipos, creencias, prejuicios y deseos del sujeto. Están formadas también por el prestigio y el valor asignado a una determinada carrera".

Entre los resultados obtenidos, se encontró que las representaciones acerca de la universidad, de las carreras y del perfil ocupacional constituían un factor de inercia que obstaculizaba el acceso a la información que se les ofrecía desde la institución, con una incidencia negativa en la decisión vocacional. Asimismo se detectaron severas distorsiones en el acercamiento y el modo de procesar la información, un conocimiento difuso, distorsionado y prejuicioso respecto de los planes de estudio y de las actividades reservadas al título. También se observaron dificultades para imaginar, formularse preguntas, poner en palabras ideas y conocimientos, es decir, para representarse las carreras que habían elegido.

En la Facultad de Psicología de la UBA, Aisenson et al. (2005) indagaron las representaciones sociales sobre la formación y la profesión en estudiantes y graduados recientes de Psicología. En las conclusiones se destaca que la formación universitaria orienta la posterior elección de áreas de inserción y ejercicio profesional. Los estudiantes entrevistados manifestaron la fuerte impronta clínica que caracteriza la carrera, lo que se corresponde con el peso que tienen las asignaturas de esa área en la currícula.

"Es posible pensar que estos estudiantes consideran al quehacer clínico como el central cuando no el único para la práctica profesional, a pesar de visualizarlo con bajas posibilidades de inserción profesional rentada. Contrariamente, otras áreas son consideradas periféricas en relación a los intereses de los estudiantes y graduados recientes, pero con mayores posibilidades de inserción profesional rentada."

Los jóvenes atribuyeron las representaciones que tiene la sociedad del quehacer del psicólogo a la formación impartida por la Universidad y a las prácticas profesionales que se desarrollan, derivadas de la primera. Esto impacta directamente en las posibilidades de inserción profesional, ya que se considera que el psicólogo está capacitado sólo para tareas relacionadas con brindar asistencia psicológica a pacientes en un contexto que se limita al consultorio, ya sea en la esfera privada o pública. Además observaron que el área clínica era identificada de manera precisa y específica como campo de inserción laboral, mientras que el resto de las áreas y las posibilidades que ofrecen no pudieron ser definidas con claridad.

Otras investigaciones, desde una perspectiva histórica, se ocupan de cómo surgen las representaciones sociales, es decir de su sociogénesis (Castorina, 2003). Noailles (2005) parte de la hipótesis de que las prácticas de los psicólogos no reflejarían una esencia del rol del psicólogo sino que serían el resultado de una construcción social determinada históricamente por relaciones de poder. En su investigación, administró un cuestionario a cien psicólogos graduados de la UBA entre la década del ´60 y la del `90 y realizó un análisis diacrónico de la representación de la práctica profesional a lo largo de ese periodo. Si bien se encontraron algunas diferencias según la fecha de graduación, el análisis global arrojó " la presencia histórica de una representación hegemónica del rol del psicólogo en el área clínica, por medio de la cual, se iguala su práctica a la de un psicoanalista" .

En este mismo trabajo se menciona una investigación realizada en el año 1971 sobre el perfil de los psicólogos de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires (APBA), cuyos resultados permiten afirmar que la orientación hegemónica hacia el trabajo clínico ha estado presente desde los inicios de la profesionalización de la psicología en nuestro país. Scaglia y Lodieu (2003) han denominado esta caracterización como el modelo psicológico psicoanalítico hegemónico.

Publicaciones más recientes (Dagfal, 2009) dan cuenta con mayor profundidad de las razones históricas de tal hegemonía y de cómo, a partir de ella, se ha construido la particular identidad del psicólogo argentino.

En este sentido, cabe destacar que a la hora de interpretar el posicionamiento de los psicólogos entrevistados en la presente investigación, no se desconocerá el aspecto de la sociogénesis (dimensión histórica de las representaciones). No obstante, tomando los aportes de Castorina (2003, p.34), se puede decir que el énfasis estará mayormente puesto en la ontogénesis : proceso por el cual los individuos adoptan determinadas representaciones sociales que les permiten formar parte de un grupo y conformar identidades sociales concretas - en este caso se tratará de la identidad profesional , por ej., ser psicólogo, psicoanalista, terapeuta o profesional de la salud; ser empleado en relación de dependencia o profesional liberal, etc.- Asimismo se realizará una aproximación a la cuestión de la microgénesis, entendida como el proceso por el cual durante la interacción social - en este caso, en el marco de la práctica profesional- se evocan representaciones que llevan a comprender las situaciones de cierta manera y a situarse a sí mismo y a los demás en determinados lugares sociales (por ej.: lugares de terapeuta y paciente en el marco de un encuadre terapéutico).

También se han encontrado investigaciones de temáticas afines en otros países. Es el caso de Winkler y Reyes (2006) que investigaron las representaciones sociales de los psicólogos chilenos acerca del ejercicio profesional ético. Estos autores fundamentan la elección del constructo de "representaciones sociales " en que, de acuerdo con Moscovici, el mismo da cuenta " del conocimiento del sentido común compartido por un grupo social", que en este caso corresponde al grupo de los psicólogos. A partir de los desarrollos de Abric distinguen elementos centrales y periféricos de las representaciones que se ponen en juego al enfrentar dilemas éticos en la profesión. Plantean también la posibilidad de modificarlas siempre que se comience por la periferia, cuya función es defender al núcleo central de su eventual transformación. Resulta significativo que uno de los elementos de este núcleo sea " la falta de definición el rol profesional", lo cual otorga ambigüedad a su ejercicio y dificulta el reconocimiento del campo y la independencia de los profesionales, principalmente en las especialidades de la psicología organizacional y comunitaria. Las representaciones acerca de la conducta ética aparecían más claramente delimitadas cuando se las asociaba a la imagen del psicólogo como clínico y se relacionaban con la idea de confidencialidad. Los autores concluyen en " la necesidad de esclarecer nuestro rol y funciones como psicólogos, primero a nosotros mismos y después al resto de la sociedad para que en los espacios laborales, principalmente en las instituciones o ámbitos comunitarios, se comprenda mejor nuestro trabajo y sus exigencias éticas" .

Para sintetizar, son numerosos los estudios acerca del rol predominante que se asigna al psicólogo, casi exclusivamente en el campo de la clínica, y dentro de ella en una orientación monoteórica (Di Doménico, & Vilanova 1999) Más aún, las prácticas específicas en otros campos, muchas veces son visualizadas desde la única perspectiva de la clínica. Esta situación no es ajena al diseño de los planes de estudios en Psicología, que por razones históricas y actuales, prosiguen una formación que se encuentra en consonancia con esa orientación (Dagfal, 2009). Si bien desde hace unos años se observa una tendencia a la modificación de esa situación, ese "modelo"·aún sigue siendo preponderante.

Desde una mirada sanitarista, Enrique Saforcada (2006) señala que a lo largo de la carrera universitaria operan restricciones, solidarias de la formación recibida, de modo tal de limitar y/o direccionar sus alcances. Según este autor la orientación actual de las universidades argentinas en lo referido a la formación de profesionales y técnicos de la salud (tanto en Medicina como en Psicología) responde al Paradigma Clínico , entendiendo "lo clínico" en un sentido restringido:

".la formación de grado de esta profesión se reduce a la salud, y dentro del campo de la salud se limita a la enfermedad, dentro de la enfermedad se toma en cuenta sólo la enfermedad mental (.), ante la enfermedad se restringe a lo asistencial y, dentro de lo asistencial, nuevamente se restringe al limitarse al modelo de consultorio privado".

De este modo, la formación universitaria conduce a un proceso restrictivo en el estudiante y a la construcción de lo que este autor denomina "cuerpos cognitivos teórico-técnicos reduccionistas" que hacen que el psicólogo egrese como un " profesional dis-capacitado ": sólo capaz de actuar frente a un enfermo mental, ofreciéndole un tratamiento en una relación terapéutica de consultorio privado. Esta de-formación del grado no se corrige sino que muchas veces se refuerza en el postgrado, en las capacitaciones en servicio (residencias, concurrencias, pasantías) y se reproduce en los puestos laborales. Una consecuencia inconveniente de ello sería la tendencia del psicólogo a concebir otras áreas de la psicología - educacional, laboral, forense, etc. - tomando como parámetro el modelo clínico, así como a trasladar prácticas propias del consultorio privado al ámbito público, con lo cual no sólo no es capaz de intervenir eficazmente sino que ocasiona múltiples problemas de índole institucional (Saforcada, 1999-2006).

Esta visión reducida de lo que sería el campo de acción del psicólogo afecta no sólo a éste sino que opera a nivel de la población en general - potencial usuaria de los servicios psicológicos - como así también en los demás profesionales que componen los equipos en instituciones, obstaculizando el trabajo interdisciplinario. En ambos casos, esto se traduce en el tipo de demandas que se le dirigen al psicólogo, según sean identificadas o no como problemáticas de su incumbencia de acuerdo con esta concepción limitada de su rol.

De acuerdo con estas consideraciones, es posible sostener que las representaciones que tengan los graduados acerca de su rol incidirán en el modo de afrontar y desempeñar su práctica, en los modos de interpretar las problemáticas ligadas a su trabajo e incluso delimitar el tipo de demandas que aceptarán, según las perciban o no como pertenecientes a las competencias profesionales que adscriben a su rol.

Finalmente, se pueden mencionar una investigación llevada a cabo en nuestra facultad , denominada "Imaginario social - realidad ocupacional" (Gavilán, 2006). Entre sus conclusiones se enfatiza que la educación universitaria sigue siendo percibida como garantía de movilidad social, "realidad del pasado que hoy persiste en el imaginario social desconociendo la realidad laboral". La mayoría de los sujetos (jóvenes que se encontraban finalizando la escuela secundaria) basaban su elección vocacional en el quehacer profesional, el tipo de tareas a realizar en la profesión, y no en otros factores tales como el logro de bienestar económico o la demanda laboral. Por estas razones, muchas veces la elección de una carrera universitaria está basada en el deseo y la realización personal sin considerar la realidad económica, social y profesional de los mercados de trabajo. Estos datos serán tenidos en cuenta para la presente investigación, contrastándolos con las expectativas que puedan tener nuestros egresados de insertarse laboralmente para ejercer la profesión que eligieron.

Algunos datos acerca de la inserción laboral de los psicólogos en Argentina

En un estudio realizado entre los años 1990 y 1993 sobre las estrategias de inserción profesional de los psicólogos de la UBA durante el primer año posterior a su egreso, Eduardo Gosende concluye que "en la profesión del psicólogo se asiste a un proceso de precarización laboral que afecta gravemente a los egresados recientes y que se extiende a los profesionales ya en ejercicio". Este proceso estaría asociado al incremento del número de egresados y a la elevada preferencia por la inserción en el área clínica.

Algunas de las conclusiones de ese trabajo son las siguientes:

.  El 59% de las inserciones logradas se ubican en el área clínica.

.  Esas inserciones tienen características precarias en cuanto a ingresos, estabilidad y posibilidad de desarrollo profesional.

.  Las inserciones más redituables se deben al trabajo simultáneo en diferentes áreas de la profesión.

Por su parte, Modesto Alonso (2009) aporta datos cuantitativos a nivel nacional y los compara con la situación de la profesión en otros países:

.  69.000 psicólogos egresados desde la creación de las primeras carreras de psicología en los ´50 hasta el 2008

.  57.631 psicólogos se encuentran actualmente en actividad

.  1 psicólogo cada 690 habitantes / 145 psicólogos cada 100.000 habitantes

.  85% son mujeres.

Ya en 2005 la elevada tasa de profesionales de la psicología colocaba a la Argentina en el primer puesto de la lista de 24 países relevados por el Atlas de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En ese entonces, la Argentina contaba con 121 psicólogos cada 100.000 habitantes, seguida por Dinamarca con 85 psicólogos cada 100.000 habitantes. En 2008 tenemos 145 psicólogos cada 100.000 habitantes, es decir que el porcentaje ha continuado incrementándose. Los últimos puestos en tal sentido, en el ranking elaborado por la OMS corresponden a Guatemala y Egipto, países en los que se registró menos de 1 profesional cada 100.000 habitantes.

El trabajo de Alonso también pone de manifiesto un "desequilibrio" en la distribución geográfica de los profesionales psicólogos activos hasta el año 2008, ya que cada 100.000 habitantes encontramos:

.  789 en Ciudad de Buenos Aires.

.  163 en Río Negro.

.  147 en Córdoba.

.  21 en Santiago del Estero.

Según Alonso, el análisis no debe recaer en la abundancia de psicólogos en el país, sino en cómo aprovechar esta situación, que sin dudas es ventajosa respecto a los recursos humanos disponibles en el área de la salud mental. Alonso menciona un estudio de William Robiner que muestra que en países que tienen entre 29 y 45 psicólogos por 100.000 habitantes hay subocupación o desocupación. A su modo de ver, esto se debe a la falta de estadísticas, políticas y leyes que permitan aprovechar estos recursos, sobre todo teniendo en cuenta que existe demanda pero no se cuenta con suficientes efectores contratados con condiciones dignas de trabajo, como para poder satisfacerla. También señala que prácticamente el 90% de los psicoterapeutas de la Argentina son psicólogos, mientras que en los años ´40 y ´50, el 95% eran médicos. Aún cuando se tenga en cuenta que los porcentajes varían según la provincia, se puede sostener que la mayoría de los psicólogos activos (entre un 50% y un 90%), están abocados a la psicología clínica. Para el resto de las especialidades la distribución es la siguiente:

.  Psicología educacional: entre 5% y 40%

.  Psicología forense: entre 1% y 11%

.  Psicología comunitaria: entre 1% y 2%

.  Psicología laboral: entre 0,1% y 10%.

Retomando los datos aportados por Alonso, Noailles señala varias consecuencias de este cuadro de situación. Por un lado, la sobresaturación del mercado laboral en lo que respecta al área clínica, con la consecuente precarización laboral de los psicólogos en ese área. Por otro lado, y paradójicamente, la falta de estos profesionales en campos problemáticos que deben ser abordados interdisciplinariamente y donde la mirada psicológica tiene mucho para aportar. Áreas como la atención primaria, la prevención o intervención comunitaria, que requieren estrategias diferentes a la atención individual en consultorio son áreas no exploradas por la mayoría de los psicólogos. Complementariamente a la hegemonía del modelo psicológico psicoanalítico y a la ausencia de los psicólogos en ámbitos comunitarios, podría afirmarse que para los psicólogos en Argentina el marco teórico psicoanalítico y el trabajo comunitario se presentan como áreas excluyentes. Volviendo nuestra mirada hacia la historia, dicha relación resulta bastante llamativa, teniendo en cuenta que entre los primeros referentes teóricos de las Carreras de Psicología encontramos psicoanalistas cuya producción teórica y práctica estuvo orientada a la aplicación del marco teórico psicoanalítico al campo de lo social. Entre ellos podemos mencionar a Enrique Pichón Riviere, José Bleger y Fernando Ulloa.

Los datos mencionados precedentemente orientan la necesidad de indagar las relaciones entre las representaciones sociales acerca del rol del psicólogo y la inserción laboral efectiva de los mismos.

II  Metodología

Diseño . Se trata de un diseño exploratorio descriptivo transeccional (Hernández Sampieri, Fernández Collado, & Baptista Lucio, 1998). S e basa en la concepción denominada "triangulación" de tipo "múltiple", que permite combinar en una misma investigación, diferentes estrategias, perspectivas teóricas y fuentes de datos. Se han priorizado técnicas cualitativas de análisis de datos.

Instrumentos . Se utilizarán como instrumentos la entrevista y la encuesta diseñados especialmente para el presente trabajo. Ambos resultan adecuados para la investigación de las representaciones sociales (Kornblit, 2007).

1. Entrevista

El instrumento se divide en tres partes. La primera, estructurada, indaga sobre datos generales del entrevistado (nombre, edad, contacto, lugar de procedencia y de residencia actual, grupo conviviente, dependencia económica, año de ingreso y egreso a la carrera, entre otros).

La segunda, pretende obtener información sobre el campo profesional y representaciones del rol. Los primeros ítems están basados en la técnica de asociación de palabras , utilizada para indagar representaciones sociales (Kornblit, 2007). Consiste en darle al entrevistado un término inductor ("psicólogo") y pedirle que diga espontáneamente lo que se le ocurre. A continuación, se indaga acerca de la información con la que cuenta sobre el campo profesional: ¿Cuáles son los campos de inserción del psicólogo? Luego, para cada uno de los campos mencionados por el entrevistado se pregunta: ¿Cual es el aporte que puede hacer el psicólogo en este campo?, ¿en qué lugares y/o problemáticas trabaja.

La tercera parte, está destinada a examinar la trayectoria particular del entrevistado, desde la perspectiva del desarrollo de la carrera (Repetto Talavera, 1992), por lo que resulta interesante indagar datos que abarcan desde su elección vocacional al finalizar el secundario, hasta su situación actual como psicólogo/a, pasando por su recorrido durante la carrera de grado. Esto permite una primera aproximación a cómo ha ido construyendo su representación de la profesión.

Esta última parte de la entrevista comienza entonces con la consigna: " Cuéntame acerca de tu recorrido en la carrera y la profesión, comenzando por cómo y cuándo decidiste estudiar psicología, hasta tu situación actual". Formulada de este modo, la consigna está inspirada en la técnica cualitativa de los relatos de vida (Kornblit, 2007). Apunta a captar algo desde el punto de vista de la realidad psíquica, es decir, se busca acceder al sentido y significación atribuida por el sujeto a los acontecimientos de su historia vital y no al mero dato sobre ellos. Se parte del supuesto de que el relato del entrevistado es una construcción realizada por él sobre su historia, y por lo tanto, implica la resignificación que otorga a las experiencias pasadas a partir del presente (en este caso, del presente profesional). A diferencia de las historias de vida , (narraciones biográficas que abarcan toda la experiencia vital de una persona), los relatos de vida se centran en el tema específico que se pretende investigar; se trata aquí de las cuestiones referidas a la carrera y la profesión1.

Los temas que no fueron mencionados espontáneamente por el entrevistado en la parte anterior, se indagaron mediante una serie de preguntas, según cinco ejes: trayectoria educativa (carrera de grado y posgrado); trayectoria laboral/profesional; competencias y desempeño; expectativas; identidad profesional. En el último de estos ejes, se le pidió a los entrevistados que completaran la frase: " en relación con mi profesión, me defino como."

2. Encuesta

1

Nombre y apellido:

2

Teléfono: 3. E-mail:

4.

Localidad de procedencia: 5. Localidad donde reside actualmente:

6.

¿Piensa mudarse de ciudad en el corto plazo? NO SI

7.

¿Dónde? 8. Motivo (familiar, laboral, otro):

9.

¿Trabaja actualmente? SI NO

10.

Complete para todas las actividades laborales y/o profesionales que realiza actualmente:

.  Lugar de trabajo:

.  ¿Las tareas realizadas están vinculadas a la profesión de psicólogo? SI NO

.  Tipo de tareas realizadas:

.  Rentado: Ad-Honorem:

11.

¿Dónde le gustaría insertarte laboralmente? ¿Por qué?

Participantes . Se encuestaron cien psicólogos, egresados durante 2010 y 2011, y se entrevistaron a diez que se habían graduado entre los años 2008 y 2010. Para la selección de los entrevistados se establecieron los siguientes criterios: 1) que hubieran cumplido un mínimo de seis meses y un máximo de dos años, desde la fecha de graduación, 2) que no participaran en actividades de investigación o en residencias de dedicación exclusiva, dado que en tales ámbitos la trayectoria laboral se encuentra en gran parte determinada, dando lugar a recorridos muy similares entre los profesionales. Cabe destacar que, en sentido contrario, la presente investigación se propuso indagar el recorrido particular de cada entrevistado, así como las estrategias implementadas por cada uno para lograr la inserción laboral cuando no se ha ingresado a un sistema con pautas preestablecidas en cuanto al desarrollo de la carrera.

Las edades de los entrevistados oscilan entre los 27 a los 31 años; todos ingresaron a la Licenciatura entre 1998 y 2001, y se graduaron entre los años 2008 y 2010, dentro de la duración promedio para la carrera de Psicología que es de nueve años2.

Procedimientos . Con la colaboración de la Dirección de Enseñanza de la Facultad de Psicología, se obtuvieron datos de ciento veintitrés psicólogos egresados entre los años 2008 y 2011. Cien de ellos completaron la encuesta; otros veintitrés fueron contactados vía telefónica y/o correo electrónico, y se lograron concretar diez entrevistas en profundidad, de dos horas de duración en promedio. Las mismas han sido desgravadas y analizadas mediante el software para análisis cualitativos ATLAS.Ti , el cual permitió sistematizar y clasificar los datos.

III  Resultados

Del análisis de las respuestas dadas a las consignas iniciales -asociación de palabras ("s i te digo psicólogo ¿qué palabras se te ocurren?") y completamiento de frase ("un psicólogo es.")- se desprende que el núcleo de la representación del rol profesional del psicólogo, para este grupo, es el siguiente: un profesional/trabajador de la salud mental, que ayuda a las personas/sujetos con algún tipo de sufrimiento/padecimiento/malestar . En las distintas respuestas, esta ayuda adopta distintas formas tales como "contención", "sostén", "asistencia", "mejora de la calidad de vida", "apertura de un espacio de pensamiento", "reflexión", "interrogación", "escucha", "valorización/circulación de la palabra". Varios mencionaron la salud como el eje del trabajo del psicólogo, cualquiera fuera su campo de desempeño.

Por otra parte, ante la consigna final de la entrevista ("en relación con mi profesión , me defino cómo."), se obtuvieron dos tipos de respuestas. Quienes contaban con inserciones más firmes -entendiendo por tales aquellas rentadas y/o con mayor tiempo de experiencia- , dieron respuestas similares a las primeras consignas, que guardan coherencia con la representación central mencionada. En cambio, quienes aun no habían logrado una inserción rentada o de mediana estabilidad, no pudieron definirse a ellos mismos como psicólogos en el presente, e hicieron referencias, más o menos abstractas y generales, dirigidas hacia el futuro: "una novata en formación abierta al porvenir"; ".una profesional comprometida en su formación, que aspira a ir creciendo con las experiencias laborales", ".iniciando mi profesión, recorriendo distintos ámbitos de inserción, y tomando decisiones respecto a esos ámbitos, y respecto de mis posibilidades y deseos de formación"; ".yendo en camino a ser. psicoanalista" .

Una característica común a la inserción laboral de estos jóvenes profesionales es la multiplicidad: el trabajo simultáneo en diferentes áreas de la profesión, y la combinación de inserciones profesionales y extra profesionales. Esto puede deberse a que ninguna de las ocupaciones relacionadas con la profesión resulta suficientemente redituable, desde el punto de vista económico, como para ser la única. En otros casos, se ha logrado una inserción profesional bien remunerada, pero no en el área deseada. Cuando ello sucede, la mayoría opta por trabajar ad-honorem en el ámbito de su interés, "para hacer experiencia". Más allá de las singularidades, lo cierto es que todos los entrevistados cuentan con al menos dos inserciones laborales/ocupacionales, llegando, en algunos casos, hasta contar con cuatro actividades de tiempo parcial. Asimismo, todos se desempeñan en ámbitos vinculados con la psicología, aunque no en todos ellos puedan cumplir el rol de psicólogos . Es decir, muchos complementan sus actividades como psicólogos con otras inserciones laborales consideradas transitorias pero necesarias, ya que brindan un ingreso económico que aun no se logra ejerciendo la profesión. Dichas inserciones extra-profesionales son valoradas como satisfactorias siempre y cuando se realicen en ámbitos que permitan estar en contacto más o menos directo con la carrera o la profesión, por ejemplo: secretaria en el consultorio de otros psicólogos con mayor antigüedad, o empleado en oficinas administrativas de la facultad de psicología. Es muy frecuente -por ello merece una mención aparte- el empleo como acompañante terapéutico, previa realización del correspondiente curso habilitante en una institución privada. Esta actividad proporciona, tanto a estudiantes avanzados como a muchos recién graduados, su primera salida laboral, la cual también es valorada como temporal hasta insertarse como licenciados .

Ahora bien, la insatisfacción con este tipo de trabajos comienza a evidenciarse cuando el plazo considerado transitorio se extiende más allá de lo esperado o deseado. Este plazo puede variar, ya que aquí se ponen en juego variables individuales vinculadas a las expectativas de desarrollo de carrera de cada profesional. Así, no son pocos quienes, en este momento inicial de la profesión, optan por lo que podemos llamar una inserción mixta , que combina la actividad profesional (generalmente en el consultorio) con la extra profesional (el ejemplo más común es el del cargo administrativo que proporciona sostén económico, estabilidad y demás beneficios del empleo formal).

Con respecto al ámbito laboral de preferencia, todos los entrevistados aspiran a poder atender en consultorio privado, y la mayoría de ellos ya se encuentra haciéndolo. Esto ha surgido como un fuerte anhelo previo a la graduación, sin embargo, llegado el momento de poder concretarse, presenta el obstáculo -no siempre previsto- de no resultar económicamente redituable, dada la escasez de pacientes y los gastos de alquiler, matrícula, caja de seguridad social, monotributo, etc. A esto se agregan otros gastos, en realidad considerados como "inversiones" por los jóvenes profesionales: formación de posgrado, análisis personal y supervisión. Estas tres actividades son altamente valoradas y se vinculan casi con exclusividad con el ejercicio de la clínica. Así, la mayoría ha realizado, o se encuentra realizando, cursos o pasantías de formación clínica, incluso cuando su inserción laboral principal -desde el punto de vista económico y de carga horaria- sea en otro ámbito, por ejemplo el educativo.

Con respecto a la elección de la orientación teórica de la formación de posgrado, la tendencia general es hacia el psicoanálisis. No obstante, dos de los entrevistados se estaban capacitando en terapias breves cognitivo-conductuales, y otros dos también se mostraron interesados en incursionar próximamente en este tipo de enfoques, a la par que se encontraban cursando carreras de especialización en clínica psicoanalítica. En consecuencia, se observa que ambas orientaciones no son consideradas excluyentes por algunos de los psicólogos, quienes definen su perspectiva como "psicoanalítica", pero "más activa", en el sentido de no ortodoxa, y a la vez, contemplan la posibilidad de recurrir a técnicas cognitivo-conductuales en los casos donde la orientación psicoanalítica "no resulta suficiente". Esto suele suceder ante problemáticas puntuales, que se les presentan generalmente en el trabajo con niños, en los ámbitos clínico y escolar: fobias, enuresis, trastornos del desarrollo o del aprendizaje, son algunas de las que fueron mencionadas.

Por otro lado, todos los entrevistados manifestaron no sólo la importancia sino también la "necesidad" de análisis personal y supervisión, en razón de la necesidad de apoyo en los momentos de iniciación, y también por una cuestión de ética profesional. Sin embargo, ambos espacios son asociados exclusivamente a la práctica del consultorio. En el caso de la supervisión, no se visualiza tal necesidad para el desempeño en otros ámbitos, coincidentemente con la subestimación de la formación, en especialidades no-clínicas, o en prácticas consideradas "no-psicoanalíticas" por los entrevistados. Un ejemplo de estas últimas son las técnicas de psicodiagnóstico. Las mismas son en principio desestimadas por algunos de los jóvenes profesionales, no obstante, al ser repreguntados, todos manifestaron estar dispuestos a utilizarlas ante demandas específicas. Es el caso de técnicas complejas como el Rorschach, frecuentemente ordenadas por los jueces para la realización de pericias, o los instrumentos psicotécnicos solicitados por las consultoras laborales para la selección de personal. En algunos casos no fue señalado como obstáculo significativo para realizar estas actividades el hecho de no contar con suficiente experiencia, ni capacitación específica que profundizara la adquirida en la carrera de grado. En contraste, la actividad en consultorio privado, en especial con los primeros pacientes, suele ser para estos psicólogos noveles, motivo de gran ansiedad y preocupación que deriva en la inmediata búsqueda de formación y asesoramiento - incluso a veces con más de un supervisor- antes de "arriesgarse" a intervenir.

Retomando el tema de la inserción múltiple, una combinación muy frecuente es el ejercicio liberal en el consultorio y el trabajo institucional, ya sea en organismos públicos, privados o, en muchos casos, organizaciones no gubernamentales sin fines de lucro -ONGs. Se destaca también la inserción en el sistema educativo. Algunos profesionales manifestaron encontrar en estos dos espacios (consultorio e institución) la "combinación ideal" y se mostraron satisfechos con ambos por considerarlos "complementarios", no sólo en cuanto a los aspectos económicos sino también desde el punto de vista de la experiencia diferencial y enriquecedora que cada uno aporta. No obstante, durante las entrevistas en profundidad, se puso de manifiesto que lo que alienta a la práctica clínica es predominantemente "el deseo", mientras que la principal motivación para trabajar en el ámbito educativo sigue siendo "la estabilidad". Es por ello que, si bien no se encontraba entre los objetivos iniciales de esta investigación indagar el caso de los Profesores en Psicología, se impuso como variable de análisis, a raíz de que en los últimos años se ha incrementado la cantidad de alumnos que, al tiempo que cursan la Licenciatura, optan por realizar también el Profesorado, motivados particularmente por la pronta salida laboral, ya que es el título docente el que posibilita y facilita la inserción y estabilidad laboral del psicólogo en contextos escolares, al menos en el marco del sistema educativo de la Provincia de Buenos Aires. Cabe señalar, que menos de la mitad de los entrevistados habían logrado un empleo como psicólogos en relación de dependencia y en blanco, y la mayoría de los que lo habían conseguido había sido en el campo educativo, ya sea en los equipos de orientación escolar o como profesores.

Finalmente, los siguientes datos obtenidos resultan relevantes en cuanto a las posibilidades de inserción laboral: la mayoría de los egresados de la Facultad de Psicología de la U.N.L.P. provienen del interior de la Provincia de Buenos Aires, residen actualmente en La Plata y han decidido permanecer en la ciudad luego de recibirse. Ninguno de los entrevistados, y sólo el 10% de los encuestados, manifestó la intensión de retornar a su lugar de origen o mudarse a otra ciudad para buscar trabajo.

IV  Conclusiones

Desde la década del noventa, varios autores han llamado la atención sobre el problema de la precarización laboral de los psicólogos (Gosende, 1994; Pacenza 2001; Noailles, 2005;), y algunos lo han asociado al número creciente de egresados y al desequilibrio en su distribución geográfica (Alonso, 2009). Por lo tanto, podría pensarse que, desde un punto de vista objetivo, la elección de la mayoría de los psicólogos contactados - permanecer en la ciudad de La Plata los primeros años posteriores a su graduación- podría constituirse en un gran obstáculo para su inserción laboral, dada la cantidad de profesionales en la región3. Sin embargo, desde la propia percepción del propio grupo estudiado - que es la que pretendió captar esta investigación- esto no es evaluado como un factor de peso a la hora de tomar decisiones respecto de la carrera profesional. Por el contrario, en los primeros tiempos, se prioriza la posibilidad de adquirir experiencia y formación de posgrado en la ciudad, por sobre la precariedad de las inserciones que puedan lograrse durante ese periodo.

Las inserciones múltiples (en diferentes áreas de la profesión) y/o mixtas (combinación de inserciones profesionales y extra profesionales) aparecen como estrategias para afrontar la difícil transición universidad-mercado laboral. Cabe destacar que los entrevistados consideraron dichas modalidades como temporarias, manifestando la expectativa de estabilizarse, a futuro, en no más de dos ámbitos profesionales (generalmente el consultorio privado y una institución). A su vez, se reveló que las dificultades para lograr insertarse laboralmente no habían sido consideradas al momento de elegir la carrera. Tampoco se contaba con demasiada información sobre esta problemática durante los años de estudio.

Los resultados obtenidos coinciden con los de investigaciones realizadas en otras facultades de psicología (Gosende y Alonso en la UBA, Pacenza en Mar del Plata, etc.), las cuales incluso mostraron que el "multiempleo" se prolonga toda la vida laboral para la mayor parte de los psicólogos. Los mismos investigadores también han llamado la atención acerca de la elevada preferencia por la clínica. Según Alonso, la mayoría de los psicólogos están abocados a esa área, y Gosende señala, a consecuencia de ello, la necesidad de una inserción paralela en otros ámbitos. Por su parte, Noailles plantea la "sobresaturación" del mercado laboral de los psicólogos. Creemos que este puede ser uno de los motivos de la emergencia de ocupaciones alternativas. El primer empleo corresponde frecuentemente al ámbito educativo, pero paralelamente se observa el surgimiento, con una tendencia creciente, de ocupaciones tales como las de acompañante terapéutico (A.T.) como primera salida laboral rentada. Cabe destacar, que para ambas inserciones se requiere formación específica (carrera de profesorado y cursos de A.T. en instituciones privadas), no siendo necesario el título de Licenciado en Psicología .

Con respecto a los A.T., es una práctica que en los últimos años se han extendido notablemente entre los nuevos psicólogos, e implica una sobrecalificación para la función que desempeñan. En tal sentido es que puede hablarse de una devaluación de las credenciales educativas (Pacenza, 2001).

Al parecer, la inclinación masiva hacia el quehacer clínico resulta desfavorable respecto de las posibilidades de inserción laboral, pero también desfavorable respecto del desempeño de aquellos psicólogos que lograron insertarse en puestos que no se corresponden con sus intereses. Efectivamente, las inversiones en capacitación de posgrado que tienden a realizar estos profesionales, se siguen orientando hacia la formación clínica, reproduciéndose así el modelo del grado (Saforcada, 006), y esto va en detrimento de su empleabilidad4, frente a un mercado de trabajo donde surgen demandas de otros perfiles, como por ejemplo el de las competenias para la actuación en el campo de la psicología comunitaria. A esto se suma la falta de formación especializada para ciertas áreas, lo cual reduce las posibilidades de desarrollarse más ampliamente en el ámbito donde efectivamente se ha logrado la inserción. Tal es el caso de psicólogos contratados temporalmente para administrar instrumentos psicotécnicos en el área de la psicología laboral.

Tomando aportes de las Teorías de la Orientación, resulta interesante contrastar esta realidad ocupacional de los graduados, con el imaginario que suele estar presente en las elecciones vocacionales de las carreras universitarias. Según Gavilán (2006), dichas elecciones se sostienen, por un lado, en la idea de antaño, según la cual la universidad es garantía de movilidad social; y por otro lado, en la consideración del quehacer profesional, del tipo de tareas a realizar en la profesión, y no en factores tales como el logro de bienestar económico o las características de la demanda laboral. Por ello, muchas veces la elección de una carrera está solamente fundada en el deseo y la realización personal, sin considerar la realidad económica, social y profesional de los mercados de trabajo. Esta misma tendencia se observó en los relatos de los graduados. Puede hipotetizarse razonablemente, que los criterios que guían las elecciones vocacionales, son similares en la transición escuela-universidad que en la transición universidad-mercado de trabajo. Si bien los graduados se encuentran en otra etapa del desarrollo de carrera, encontramos que algunos de ellos siguen orientando su formación (en este caso de posgrado) solamente en función del gusto personal, sin contemplar otras variables estratégicas para lograr la inserción buscada.

Aquí podríamos preguntarnos: ¿las decisiones de los jóvenes graduados en cuanto su carrera profesional, van en detrimento de su propia empleabilidad? No obstante, lejos estamos de querer reducir a la esfera de las decisiones individuales los problemas de desocupación, subocupación y precarización laboral. En tal sentido, coincidimos con el planteo de Alonso (2009), de que estos temas deben ser atacados mediante políticas y leyes, basadas en investigaciones y estadísticas, que permitan aprovechar la cantidad de recursos humanos con los que se cuenta en el país. Principalmente, teniendo en cuenta que existe demanda social de psicólogos en diversas problemáticas, pero que no se ofrecen suficientes puestos de trabajo, con condiciones dignas de contratación, como para poder satisfacerla. La consecuencia lógica de esto, será entonces el refugio en el ámbito privado del consultorio.

Aclarado este punto, y para concluir, volvemos al tema de las preferencias y orientaciones seguidas por los psicólogos en cuanto a capacitación y desarrollo de su carrera. Las entrevistas han proporcionado material para considerar que el sentido de estas elecciones puede estar vinculado con una particular representación del rol profesional. Afirmamos que el núcleo de dicha representación parecería, en principio, estar asociado al concepto de salud , "cualquiera sea el campo en el que se desempeñe el psicólogo", tal como enunciaron la mayoría de los profesionales. No obstante, a la hora de pensarse en su práctica (actual o potencial), se observan dificultades para sostener tal representación en campos ajenos a la clínica, por ejemplo, el de la psicología laboral o educacional: el rol aparece allí más desdibujado y cuesta la delimitación de incumbencias. De este modo, el consultorio vuelve a aparecer como un ámbito privilegiado, bajo la idea de que allí sin dudas se es psicólogo. Esta podría ser una de las razones por las que aparece como la inserción preferida, ya que más allá de que resulte o no redituable económicamente, es lo que permite sostener una identidad profesional (Pacensa, 2001). La misma aporta seguridad y satisfacción, aspectos especialmente necesarios en estos primeros momentos de la práctica, donde el rol recién comienza a construirse.

Notas

1Como documento adicional, se les solicitaron a los entrevistados sus currículums, los cuales han resultado de suma utilidad para complementar y organizar la información brindada en esta parte abierta de la entrevista.

2 Dato aportado por la Dirección de Enseñanza de la Facultad de Psicología de la UNLP.

3 Según datos del Anuario Estadístico de la UNLP, en la Facultad de Psicología se registran en promedio doscientos egresados al año. También se cuenta con datos publicados por la Caja de Seguridad Social para los Psicólogos de la Pcia de Bs. As. En su boletín de junio 2012, se informa que durante el año 2011 se incorporaron 1.470 nuevos afiliados tras haberse matriculado en el Colegio de Psicólogos, con el objetivo de ejercer la profesión en el ámbito de la provincia de Buenos Aires. El 74,30% de ellos, son menores de 35 años. La población de afiliados activos crece a una tasa promedio del 7,3% anual. En el Gran La Plata se desempeñan la casi totalidad de los 2.538 colegiados en el Distrito XI, y se observa la existencia de 1 psicólogo cada 312 habitantes. Finalmente, en dicho boletín se alerta que "la gran cantidad de nuevos colegas que se incorporan anualmente a la profesión en la provincia de Buenos Aires, van saturando la oferta de psicólogos que compiten en el campo del ejercicio liberal de la profesión, por lo que el logro de una inserción profesional plena se transforma en una dificultad adicional, a la cual no todos accederán como simple consecuencia de la obtención del título de grado de Psicólogo".

4 La empleabilidad puede ser definida como el conjunto de competencias (conocimiento, habilidades, actitudes) que permiten a las personas autogestionar sus procesos de desarrollo laboral y profesional, mejorando sus posibilidades para permanecer en un puesto de trabajo o encontrar uno nuevo (Nespereira, 2006).

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Enviado: 25-4-2013
Revisión: 2-6-2013
Aceptado: 17-8-2013

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