SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número8Recuerdo de Gregorio WeinbergLeopoldo Zea: comprender para comunicar índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Estudios de filosofía práctica e historia de las ideas

versión On-line ISSN 1851-9490

Estud. filos. práct. hist. ideas  n.8 Mendoza ene./dic. 2006

 

Leopoldo Zea y su incansable lucha por la unidad de nuestra América

Leopoldo Zea and his Ceaseless Fight for the Unity of our America

*Arturo Andrés Roig
Universidad Nacional de Cuyo - CONICET

Resumen 
El artículo se ocupa de la pasión de Leopoldo Zea por la unidad de América Latina, la que es compartida por el autor del trabajo. Dicha pasión se pone de manifiesto tanto en las tesis sostenidas y ahondadas por Zea en sucesivas obras, como en las políticas culturales a las que dio impulso. Una de esas tesis es la tipicidad de la conciencia del hombre americano,  pues Zea siempre entendió su filosofar como un pensamiento acerca de la conciencia y su relación, negativa o positiva con lo histórico. Una de las vías decisivas para poder responder positivamente al problema de la unidad continental, deriva del modo como aquella conciencia se objetiva,  que da lugar a otra de las tesis zeanianas consistente en la denuncia de una conciencia defectiva, extraña a toda marcha dialéctica e incapaz de alcanzar sucesivas síntesis.  La cual tiene también sus riesgos en cuanto a la pretensión de  "partir de cero», que Zea denuncia. Otra de las tesis alude a la relación entre filosofía de la historia y filosofía latinoamericana, marco en el cual se comprende la pasión por la unión de nuestra América.

Palabras clave: Unidad de América; Hombre americano; Conciencia histórica.

Abstract
This article is about Leopoldo Zea's passion for the unity of Latin America, the one that is shared by the author of this work. This passion is shown in theses that Zea stated in successive works as well as in the cultural policies to which he gave impulse. One of his theses is the typical character of the American man's conscience, because Zea always understood his own philosophy as a way of thinking about the conscience and its positive or negative relation to history. One decisive approach to give a positive response to the question of the continental unity is to consider how that conscience analyzes itself objectively. This gives origin to another of his thesis: this is a flawed conscience, alien to any dialectics and incapable to reach successive syntheses, which also faces the risk of "starting from scratch" that Zea exposes. Another thesis refers to the relation between Latin American history and philosophy, which serves as a frame to the passion for the unity of our America.

Key words: Unity in America; The American Man; Historical conscience.

Nos vamos a ocupar de una de las pasiones más fuertes que atraviesa la obra entera de nuestro querido amigo, desde su juventud hasta sus últimos días: la unidad de Nuestra América. Pasión ésta que hemos compartido y sobre la cual alguna vez hasta insinuamos algunas ideas con motivo de la presentación de uno de sus ciertamente numerosos libros, en México DF., precisamente en 1976.

La continuidad y firmeza de esta pasión se dio con un conjunto de tesis, no muchas, sobre las que volvió constantemente en su tarea de escritor, así como en la política cultural en la que jugó un papel decisivo.

Este regresar a un número de tesis de un modo aparentemente reiterativo ha sido señalado por José Gaos en un artículo suyo de 1952 titulado «México, tema y responsabilidad» en el que habla de «una creciente condensación del pensamiento de Zea en temas de México y América, la que ha consistido en un doble movimiento circular de enriquecimiento de ciertos temas centrales en motivos circundantes y de ahondamiento progresivo de la unidad y de unos y otros» (Gaos, J., 1993: 120).

Salazar Bondy en 1969 nos dice por su parte que «es notable la permanencia de los planteos de Zea, a tal punto que desde muy temprano definidos, son formulados en lo esencial, los demás trabajos pueden considerarse ampliaciones y precisiones temáticas, no rectificaciones ni agregados sustanciales» (Salazar Bondy, A., 1969: 86-87). Lo que sería otro modo de ese «ahondamiento» que es, a su vez, «reiteración», con palabras de Gaos.

José Luis Villoro decía, por su parte en 1987, «Ya desde 1942, en su ensayo que puede considerarse como la exposición de toda su filosofía posterior, Zea plantea el problema de la posibilidad de una filosofía americana» (Villoro, J., en Cuadernos Americanos, 1987: 80).

El filósofo cubano Enrique Ubieta coincide, a su vez, con los tres anteriores en su estudio sobre la trascendencia política de la obra filosófica de Zea (Ubieta, E., 1992: 385). Allí nos dice que «No será tarea ociosa referirme a su estilo de escritura, que es parte también de su estilo de pensamiento. Es Zea -agrega- un autor aparentemente dominado por un tema único y fuerte, que se descompone en haces de luces diversas; un tema vestido y desvestido y vuelto a vestir; que no se agota en la repetición porque se mueve en la historia: el hombre latinoamericano, su ser histórico y su identidad humana».

Y Pablo Guadarrama, conocido filósofo cubano, describe el mismo hecho, diciéndonos que «Cada ensayo de Zea parece haber ido surgiendo como intento diferente, aunque con apariencia repetitiva» y hablando de la obra del filósofo mexicano, Discurso sobre la marginación y la barbarie, nos dice que en ella «se muestran con tanta fuerza cada uno de esos hilos que incluso confunden al observador al dibujar aparentes trayectos independientes» (Guadarrama, P., 1993: 273-274).

En fin, a muchos lectores de Zea ha llamado la atención ese reducido número de temas constantemente enriquecidos y reconsiderados desde situaciones epocales diversas. Cuando en México, en 1977, se presentó el importante libro de Zea, Latinoamérica. Tercer Mundo, me tocó hablar y aproveché justamente la ocasión para caracterizar la obra de nuestro amigo como una recurrencia de temas básicos, movidos, según decíamos, por una pasión en busca de una síntesis (Roig, A., 1977: 303-309).

Más allá de los riesgos que puede acarrear un estilo de pensamiento y de escritura que surge de todas estas citas, no cabe duda que hubo en Zea una congruencia que avanzó, tal como señaló Gaos, hacia lo que él llamaba una «concentración» o profundización.

Ahora quisiéramos ocuparnos de aquella «pasión» que se desgranaba en un puñado de pasiones temáticas, en un constante proceso de aggiornamento. En concreto queremos ocuparnos de su ideal, ciertamente profundo y militante, de la unión de Nuestra América, uno de los ejes, sin duda alguna, de su práxis teórica y política.

Imposible olvidar que una de las ideas originarias de estos planteos acerca de la unidad, comenzaron con la asunción de la doctrina de Ortega y Gasset, que ya había sido receptada por Samuel Ramos, la de la «circunstancia». Sabido es que uno de los aspectos interesantes del «circunstancialismo» fue el de impulsar hacia la historización de la mirada.

De todos modos no fue la «circunstancia», a nuestro juicio, tema central en el pensar de Zea. Otros hay de mayor peso en relación con aquel tema prioritario de la unidad de Nuestra América. Y uno de ellos, tal vez el central para el propio Zea, fue el de tipicidad de la conciencia del hombre americano. En ese sentido, Zea siempre entendió su filosofar como un pensamiento acerca de la conciencia y su relación, negativa o positiva, con lo histórico, siguiendo en esto una mirada hegeliana de la cuestión. Precisamente, una de las vías decisivas para poder responder positivamente al problema de la ansiada unidad continental, deriva del modo como aquella conciencia se objetiva. Y aquí aparece uno de los temas básicos que moviliza a aquella pasión que mencionábamos: se trata de la denuncia de una conciencia defectiva, extraña a toda marcha dialéctica e incapaz de alcanzar sucesivas síntesis. Esta tesis lo apasionó a Zea hasta sus últimos días y entendió que la filosofía debía ser reordenada conforme el esquema hegeliano de tesis-antítesis-síntesis. Respecto de aquellos escritores hispanoamericanos, ajenos a lo dialéctico, Zea vino a dar razón, a su modo, a la tesis de la negatividad del mundo de los letrados. Tesis aventurada, años más tarde, por Ángel Rama.

Todas estas ideas le ayudaron a construir una filosofía de la historia de América, saber constituyente según pensaba y en relación con el cual, y apoyándose en el libro de un olvidado filósofo francés puesto en vigencia por Antonio Caso, Jules de Gaultier, reconstruyó afanosamente los estratos de aquella mera «conciencia acumulativa». Aquel «querer ser lo que no se es y despreciar lo que se es», tal como Gaultier definió al «bovarismo», le permitió mostrar el secreto de la carencia e imposibilidad de unidad del hombre hispanoamericano. Si bien, conforme con su maestro Caso, se manejó con una reducción de la problemática del «bovarismo» la que, en Jules de Gaultier, tenía también una versión positiva, y conforme asimismo con la manera de entender la cuestión en el maestro Caso, propuso no regresar a las fuentes nietzscheanas que inspiraron el tema en Francia, para intentar una solución para aquella «conciencia defectiva», la nuestra, en un recurrir a la negación hegeliana, dialéctica. Todo esto se entiende, en particular en Zea, en función de su apasionada búsqueda de las vías que habían de seguirse para alcanzar la ansiada unidad.

La afirmación de aquella conciencia defectiva tenía también sus riesgos en cuanto que la denuncia de aquel "partir de cero» suponía no sólo la lógica de Hegel, sino también su filosofía de la historia con su doctrina de Nuestra América como «eco y reflejo». En el homenaje que se le hizo a Zea con motivo de sus noventa años nos ocupamos, precisamente, de la relación entre filosofía de la historia y filosofía latinoamericana. Allí mostrábamos cómo Zea mantuvo una tradición que entre nosotros llevaba un siglo. Decíamos que el desarrollo que ha tenido esa filosofía es «lugar insoslayable», y podríamos decir que uno de los motivos de su construcción desde Francisco Bilbao hasta Leopoldo Zea respondió a la siempre angustiosa cuestión, la de nuestra unidad. En función de este motivo podríamos tal vez considerar los matices con los que se construye, con un alcance metafórico. Claro que esta filosofía de la historia, la de Zea, respondió siempre a una estructuración desde una dialéctica hegeliana, tomada en uno de sus esquemas más simples, mientras que para Jules de Gaultier, aquella dialéctica aparece desplazada por una «crítica». Esta viene a ocupar, en el filósofo francés, la «negación» hegeliana, desplazada por una lectura nietzscheana del movimiento y le permite, además, hablar de un «bovarismo positivo". Todo lo que venimos señalando nos hace posible apreciar la posición doctrinaria de Zea, la que a más de tener sus raíces en el maestro Caso, responde a aquella pasión de unidad, meollo mismo de su filosofía de la historia.

Volvamos a la primera parte de este intento de aproximación a Zea. Sabido es que toda filosofía es una praxis. Sucede, sin embargo, que existen diversos modos de manifestarnos ante ese hecho: sugerir al lector que hacemos «teoría pura», con lo que recluimos el aspecto práctico de nuestro pensar en el oscuro rincón de lo ideológico, o, por el contrario, en un acto de sinceridad, expresamos o manifestamos el aspecto práctico que surge de nuestro ejercicio teórico. De este modo, en un acto de franqueza, ponemos en el foco de la atención, de modo expreso, la tantas veces ignorada relación de teoría y praxis. Y tal es la opción de Zea.

Esto permite ubicar la función de la pasión, tal como se da en Leopoldo Zea y nos explica, asimismo, aquella «recurrencia» y «reiteración» que tanto ha llamado la atención. No era una cuestión de mero estilo, sino de estilo en el más profundo sentido, tal como surge de la tesis según lo tantas veces repetido: «el estilo es el hombre». Estamos, pues, ante una filosofía de la historia -uno de los ejes del pensar de Zea- que se justifica si pensamos en la pasión y en el objeto que le mueve.

*El autor
Argentino, nacido en 1922. Es profesor de Filosofía por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza. Profesor Titular de la misma institución y de otras Universidades latinoamericanas. Investigador Principal de CONICET, ha sido Director General del Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Mendoza, Director del Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales del CONICET. Autor de más de cuatrocientas publicaciones, entre las que se destacan Los krausistas argentinos (1969), El espiritualismo argentino entre 1850 y 1900 (1972), Platón o la filosofía como libertad y expectativa (1972), Teoría y crítica del pensamiento latinoamericano (1981), La utopía en el Ecuador (1987), El pensamiento latinoamericano y su aventura (1994), Ética del poder y moralidad de la protesta (2002).

Bibliografía

1. Gaos, José (1993), Cfr. Zea, L. Filosofar a la altura del hombre, en Cuadernos Americanos, UNAM.        [ Links ]

2. Gaultier, Jules (1902), Le bovarisme, París,  Société du Mercure de France.        [ Links ]

3. Guadarrama, Pablo (1993), América Latina, historia y destino. Homenaje a Zea, III.        [ Links ]

4. Roig, Arturo Andrés (1977), «Leopoldo Zea: una pasión en síntesis», Anuario de Estudios Latinoamericanos, México, UNAM.        [ Links ]

5. Salazar Bondy, Augusto (1969), ¿Existe una filosofía de nuestra América?, México, Siglo XXI.        [ Links ]

6. Ubieta, Enrique (1992), Homenaje a Leopoldo Zea, UNAM, II        [ Links ]

7. Villoro, Luis (1987), Cuadernos Americanos, Segunda época, nº 3.        [ Links ]

8. Zea, Leopoldo (1977), Latinoamérica, tercer mundo, México, Extemporáneos.        [ Links ]

9. Zea, Leopoldo (1993), Filosofar a la altura del hombre, México, Cuadernos Americanos, UNAM.        [ Links ]

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons