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Estudios de filosofía práctica e historia de las ideas

On-line version ISSN 1851-9490

Estud. filos. práct. hist. ideas  no.8 Mendoza Jan./Dec. 2006

 

Multitud o exclusión. El necesario debate en torno a las consecuencias de las transformaciones en el mundo del trabajo

Masses and Exclusion. The Necessary Debate over the Consequences of Changes in the World of Work

*Patricia Alejandra Collado
Universidad Nacional de Cuyo - CONICET

Resumen
Las transformaciones en el ámbito del trabajo, acaecidas de la mano de la mutación del capital global, han dado lugar a múltiples reflexiones en torno a las nuevas características que asume la 'cuestión social'. En este sentido, se advierten diferentes formas de caracterizar las consecuencias de la mutación en ciernes, cuyo análisis -desde las ciencias sociales- relanza dos categorías que se resignifican en el contexto actual: multitud y exclusión. En este ensayo se consideran las potencialidades y restricciones de ambas categorías a fin de dar cuenta de su potencial explicativo y crítico, en relación a las diversas y acuciantes problemáticas que laceran el cuerpo social en este singular momento histórico.

Palabras clave: Exclusión; Multitud; Transformación; Trabajo; Emancipación.

Abstract
The transformations in the labor world, due to changes in global capital, have given way to a range of opinions over the new characteristics taken on by the 'social question'. Analyzing -from a social sciences point of view- the different ways the effects of these recent changes are being characterized, gives way to two categories that take on a new meaning in the current context: multitude and exclusion. In this work, the potentials and restrictions of these categories are considered to bring to light their critical and explicatory potential in relation to the wide-ranging and pres sing issues that are tearing the social fabric in this unique historic moment.

Key words: Exclusión; Multitude; Transformation; Labor; Emancipation.

Introducción

Las consecuencias de las transformaciones acaecidas en el trabajo han provisto a las ciencias sociales de un renovado interés en volver a la teoría para intentar una búsqueda remozada acerca de un viejo tema, la cuestión del cambio social. Atravesados por polémicas diversas y posturas encontradas, el punto de toque se instala en la consideración de las formas actuales en que se realiza el trabajo y las consecuencias sociales de su mutación: un excedente de población que es expulsada (por el capital) del ámbito del 'trabajo-empleo' al del 'trabajo-sin empleo'. Es decir que, si bien esta población desarrolla distintas actividades para proveer su subsistencia (y por tanto 'trabajan'), quedan fuera del mercado de empleo (sea este formal o informal)1 .

En este contexto intentaremos examinar dos categorías relevantes al momento de intentar aprehender el nuevo escenario social: exclusión y multitud2 . Nuestro interés en éstas radica en el punto que ambas comparten (a partir del uso que hacen de las mismas algunos autores), siendo éste la necesidad de dar cuenta de la especificidad de la cuestión social a partir de la mutación en ciernes del trabajo en el contexto de la presente fase de acumulación del capital.

Con el objeto de organizar nuestro análisis, seguiremos las siguientes tesis preliminares:

1. La denominada 'multitud' sólo se relaciona con las nuevas formas de organización del trabajo debido a una mirada centrada en una parcialidad de los efectos producidos por la mundialización del capital -en su actual fase- en los países centrales.

2. El concepto de exclusión tiene la capacidad heurística y crítica de realizar una aproximación mayor y mejor acerca de las causas, consecuencias y potencialidad política de la situación social emergente del capitalismo presente, y, por otra parte, da cuenta de una problemática que no se restringe a una formación social específica.

I. Lo que subyace al concepto de 'multitud'

Las formas de vida contemporáneas afirman la disolución del concepto de pueblo y la renovada pertinencia del concepto de multitud. (...) El pueblo tiene una índole centrípeta, converge en una voluntad general, es la interfaz o el reverbero del Estado; la multitud, es plural, aborrece la unidad política, no estipula pactos ni transfiere derechos al soberano (Virno, P., 2004: 193).

Comencemos por preguntarnos cuál es el sustento material que subyacea la concepción de lo social como "multitud". Para Paolo Virno es la forma que adopta el capitalismo postfordista. Por éste entiende el predominio de actividades económicas terciarias (de servicios), contrapuesto a las actividades centradas en la producción de bienes. Debido a esto es que el desarrollo de la comunicación y la informática hacen que el trabajo asalariado se transforme en "producción sin obra" (producción pero no 'producto') al constituirse fundamentalmente por servicios personales. El traslado del eje en la producción de bienes a la producción sin obra, lleva a que la principal capacidad de la fuerza de trabajo se asiente en el lenguaje y la comunicación interpersonal. Según lo anterior, la comunicación (basamento del capitalismo postfordista) se fundaría a la vez en el "intelecto general" del común de las personas, entendido como la facultad de pensar: comunicación, abstracción y autorreflexión de los sujetos vivos como potencia (no en sus realizaciones particulares concretas)3 . Al ser esta capacidad la potencia y dynamis central de la fuerza de trabajo, la producción deviene virtuosa y por lo tanto política, ya que incluye la experiencia lingüística como tal y el ejercicio de la misma ante un público4. El trabajador se convierte en ejecutante virtuoso.

Así, "Cada uno de nosotros es, desde siempre, un virtuoso, un artista ejecutante (...) En efecto, el modelo básico del virtuosismo, la experiencia que funda el concepto es la actividad del hablante. No la actividad de un hablante sabio y elegante, sino de cualquier hablante (...) Por ahora basta decir que la producción actual deviene "virtuosa" (y por lo tanto política) porque incluye en sí la experiencia lingüística en tanto tal. La matriz del postfordismo se encuentra en los sectores industriales donde se da la 'producción de la comunicación como medio de comunicación'. Es decir en la industrial cultural" (Virno, P., 2003: 50-51).

Para el autor, la industria cultural es la que puso "a punto" el paradigma de la producción postfordista ya que todos los sectores industriales se inspiran en su modelo.

Es necesario realizar un breve comentario acerca de lo que se denomina "postfordismo" y que para nosotros representa la organización 'flexible' del trabajo. La digresión nos parece necesaria para comprender las tesis presentadas por el autor acerca de las transformaciones que supone el trabajo postfordista (las que se sintetizarán a continuación). Esta nueva forma de organización del trabajo se sustenta en la cooperaciónde los obreros organizados en equipos. Estos equipos comparten el tiempo de trabajo y actúan, cooperativamente, adaptándose a los flujos de demanda tantos internos a la empresa (cada equipo de trabajo se constituye en 'cliente' de otro) como externos a la misma (sus proveedores); es lo que se denomina sistema Kan Ban5. Para poder responder rápidamente a las señales del mercado, producir sólo lo que se necesita y hacerlo justo a tiempo, los trabajadores deben agudizar no sólo el ingenio, sino su potencialidad creadora y de resolución de problemas, basándose en la disposición de una fluida comunicación y disponibilidad de información precisa. De allí que lo más importante, en torno a la organización del trabajo, retomando a Virno, esté dado por el flujo de información (recibida y dada) entre células o equipos de producción.

Pero, al mismo tiempo, y siguiendo la línea argumentativa del autor, la "nueva industria", característica del postfordismo, es aquella donde la fuerza de trabajo humana sólo realiza tareas de vigilancia y coordinación, por tanto la sustancia misma del trabajo se transforma. En sus palabras "(...) me parece que hay un cambio relevante en la época contemporánea porque la tarea del obrero o el empleado consiste justamente en encontrar atajos, trucos, soluciones que mejoren la organización laboral (...) Cuando la cooperación 'subjetiva' se convierte en la principal fuerza productiva, las acciones laborales exhiben una notable índole lingüístico-comunicativa e implican la exposición a los ojos de los demás"(Virno, P., 2003: 61).

Según esta perspectiva, la nueva forma de gestionar la producción deviene de un cambio mayor: la transformación del capitalismo mismo, que impone como eje central de la producción de valor, al conocimiento. De allí que el 'saber social' devenga la principal fuerza productiva. Este diagnóstico de partida hace a la configuración de un nuevo escenario social y vincula expresamente los cambios emergentes en el trabajo con la conformación de la multitud. Virno entiende "el concepto de 'multitud', en oposición a aquél más familiar de 'pueblo'" (Virno, P., 2003: 11) y en este sentido especifica: "la multitud no está compuesta ni por productores ni por ciudadanos. Ocupa una región intermedia entre lo individual y lo colectivo. Para ella no vale de ningún modo la distinción entre lo público y lo privado. Y es justamente la disolución de esas duplas, durante tanto tiempo tenidas como obvias, que no se puede hablar de la unidad de un pueblo que converge en la unidad estatal" (Ibid.: 16).

El centro de la argumentación expuesta por el filósofo italiano tiende a conformar dos puntos específicos en su argumentación: el primero, que el valor ya no es medido por el tiempo de trabajo socialmente necesario, y aún más allá, que el trabajo humano ya no es 'productor del valor'; el segundo, que las nuevas formas de organización del trabajo -más flexibles, autónomas, creativas y de tipo relacionales y comunicativas- llevan a la emancipación del trabajo del comando del capital. Señalaremos brevemente las tesis que el autor aborda a la hora de efectuar la génesis de la 'multitud', en oposición a pueblo, bajo las nuevas determinaciones que plantea la realización del capitalismo contemporáneo.

Tesis 1: El posfordismo, y con él la multitud, hacen su aparición en Italia, en las luchas sociales que, por convención son recordadas como el movimiento del '77 6.

Tesis 2: El posfordismo es la realización empírica del 'Fragmento sobre las Máquinas' de Marx (1989), según el cual el sistema automatizado de la gran industria hará que el trabajo deje de ser la fuente de riqueza y su medida, por tanto el valor de cambio debe dejar de ser medida del valor de uso.

Tesis 3: La multitud refleja en sí la crisis de la sociedad del trabajo, crisis que manifiesta que la riqueza social es producida por la ciencia. "El trabajo bajo patrón, asalariado, parece haberse reducido a una porción virtualmente mínima de una vida. La ciencia y la información, el saber general, la cooperación -y no ya el tiempo de trabajo- se presentan como el pilar de la producción" (Ibid.: 113).

Tesis 4: Para la multitud postfordista, cada vez disminuye más la diferencia entre tiempo de trabajo y tiempo de no trabajo. "El trabajo deja de constituir una praxis especial y separada, al interior del cual rigen criterios y procedimientos que regulan el tiempo de no-trabajo. Ya no existe un límite neto bien definido" (Ibid.: 116).

Tesis 5: En el postfordismo subsiste un resto permanente entre tiempo de trabajo y un tiempo de producción "Se podría decir que en el ámbito postfordista, el tiempo de producción es interrumpido por momentos esporádicos de tiempo de trabajo" (Ibid.: 118).

Tesis 6: El postfordismo se caracteriza por la convivencia de los más diversos modelos productivos y, por una socialización extralaboral esencialmente homogénea. Esto último hace referencia a las tonalidades emotivas, las inclinaciones, la mentalidad y las expectativas comunes a todos (Ibid.: 120)7.

Tesis 7: En el postfordismo el "Generall Intellect" no coincide con el capital fijo, sino que se manifiesta principalmente como interacción lingüística del trabajo vivo, "(...) en la medida en que la actividad de este último consiste, cada vez más, en las prestaciones lingüísticas" (Ibid.: 122).

Tesis 8: El conjunto de la fuerza de trabajo postfordista, inclusive la menos calificada, es fuerza de trabajo intelectual, "intelectualidad de masas", en cuanto depositario de competencias cognitivas y comunicativas no objetivables en el sistema de máquinas" (Ibid.: 123).

Tesis 9: La multitud deja fuera el 'juego de la proletarización'. "La teoría de la proletarización falla en la medida en que el trabajo intelectual o complejo no es equiparable a una red de saberes especializados, sino que se identifica de manera plena con el uso de las facultades lingüístico-cognitivas genéricas del animal humano. Este pasaje conceptual (y práctico) modifica todos los términos de la cuestión. Significa que toda la fuerza de trabajo postfordista, en la medida en que es compleja o intelectual, no se caracteriza por aquella suerte de homogeneidad por sustracción que implicaba el concepto de proletariado. Dicho de otro modo: la proletarización fallida significa que el trabajo postfordista es multitud y no pueblo" (Ibid.: 126-127).

Tesis 10: El postfordismo es el "comunismo del capital": "El postfordismo, vinculado como está al "Generall Intellect" y a la multitud, conjuga a su modo instancias típicas del comunismo (abolición del trabajo, disolución del Estado, etc) "(...) Creo que las luchas sociales de los '60 y '70 habían expresado instancias no socialistas, inclusive anti-socialistas: crítica radical al trabajo; un acentuado gusto por las diferencias o si se prefiere, un refinamiento del principio de 'individuación'; no ya la idea de apoderarse del Estado, sino la actitud (a veces muy violenta por cierto) de defenderse del Estado, de disolver el vínculo estatal (...) "Por eso el postfordismo que constituye una respuesta a esta revolución dio vida a una suerte de paradójico 'comunismo del capital' (Ibid.: 129-130).

Las tesis enunciadas parten, para nosotros, de un a priori errado, a saber, la identificación del postfordismo con la presente fase de acumulación del capital8 . Este sesgo lleva no sólo a considerar a una forma de organización del trabajo como característica del movimiento total del capitalismo en la actualidad (sobredeterminando como 'la nota central del capitalismo' a las formas micro-económicas de utilización concreta de la fuerza de trabajo, en un espacio y tiempo específico, a saber, el norte italiano), sino también desde este punto de partida, a realizar una mirada parcial acerca del fenómeno en cuestión.

Para nosotros, de manera contraria, se debe partir del análisis acerca de cómo se realiza el capital y de allí, en un nivel más concreto, avanzar sobre las formas que adopta la subsunción real del trabajo bajo el comando del capital. Desde este punto, y en coincidencia con otros autores, la mutación del capital se enmarca en el escenario de su propia crisis (a fines de los años '60), cuya resolución se manifiesta en un haz múltiple de determinaciones (Gandarilla Salgado, J., 2003). Entre éstas, sucintamente se pueden mencionar: la huída del capital-mercancía hacia el capital dinero (momento de traslado hacia la valorización financiera), y, paralelamente, la internacionalización del proceso productivo a escala planetaria de la mano de las Empresas Trasnacionales. En este nuevo juego de competencia capitalista, se impone como corolario necesario una forma aggiornada de extorsión y utilización de la fuerza de trabajo, esta vez, de manera articulada a escala mundial (gracias a la revolución en las comunicaciones y los transportes, pero también, a la liberalización del capital a escala internacional).

En este marco de transformaciones del capitalismo global, lo que se presenta como connotación característica -y, el mismo Virno así lo señala-, es la heterogeneidad de las formas de utilización de las capacidades de la fuerza de trabajo. Sin embargo este reconocimiento no es llevado del plano del análisis hasta sus consecuencias, es decir, la consideración de la heterogeneidad en las formas de uso y consumo de las capacidades de la fuerza de trabajo, en relación a cada formación social concreta y la evaluación de la consideración del lugar que éstas ocupan en la reconfiguración de la división internacional del trabajo. Es aquí donde la mirada que se realiza en torno a la transformación del trabajo se enfrenta a su excesiva generalización, olvidando las formas que adopta la explotación del trabajo en el capitalismo periférico.

Si la característica de la fase actual del capitalismo es la articulación del proceso de producción a escala internacional, lo que Virno anticipa -más que el "Fragmento de las Máquinas" de Marx (1989: 221)- es el 'fragmento' de una porción de la cadena productiva a escala global, en la especificidad concreta e histórica del norte italiano (y sus consecuencias, en su restringida singularidad, en torno a una porción de la fuerza de trabajo).

De tal manera, la transformación del trabajo adopta los perfiles específicos de la competencia entre capitales (y en forma subordinada, del capital con el trabajo) y la búsqueda de mayor ganancia, usando 'trabajo muerto' (tecnología, máquinas, etc.) y sobreexplotando al 'trabajo vivo' (fuerza de trabajo), según los sectores de actividad, la posición de las empresas en el mercado, la determinación de los costos en cada ámbito nacional (y por supuesto las ventajas legales, institucionales e instrumentales y de recursos naturales y humanos, de las cuales el capital pueda disponer).

Concretamente, la visión de Virno debe necesariamente completarse con la mirada exhaustiva al mundo del trabajo intensivo de la producción periférica (y la que se realiza en los márgenes del propio capitalismo central), y en detalle, de las formas extorsivas que adopta la explotación del trabajo, más allá de la apelación al 'ejecutante virtuoso', de tal manera de someter a crítica el aspecto 'emancipatorio' del postfordismo, que, el autor anticipa, debe ser analizado bajo el enfoque centrado en las formas en que el trabajo es realizado, poniendo en cuestión que los basamentos del lenguaje y comunicación asuman un perfil emancipatorio9 . En este sentido: "(el trabajo) no existe para quien no lo ve. Pero sí para quien lo vive" (...) el trabajo en la actualidad "se presenta en estado fluido". Ello significa que "hoy en día es cada vez más difícil saber (y mucho menos ver) quién hace qué, quién diseña, fabrica o construye un determinado bien o servicio. Los procesos productivos se disuelven y extienden en el territorio, entre regiones y naciones diversas, y con ellos se hace casi incorpóreo el obrero colectivo que constituye la parte viva de los procesos de trabajo y de producción" (Agulló E., y Ovejero, A., 2000: 50).

El obrero colectivo, lejos de constituirse sólo en el trabajo intelectual sigue subsistiendo como trabajador manual; la producción social de ambos es la que refuerza la desvalorización de ciertos trabajos (concretos) y la revalorización de otros (no solo entre intelectual y manual sino también entre trabajo acumulado, pasado, y trabajo vivo, presente).

Con esto no negamos que el capital ponga en valor cada vez mayores capacidades de la fuerza de trabajo (entre ellas las lingüísticas, cognitivas y comportamentales), pero lejos de adoptar un carácter 'emancipatorio' adquieren uno 'predatorio', en el mismo momento que se tornan mercancía y por tanto aportan a la valorización del capital y, por ende, se encuentran atravesadas por relaciones de poder y dominación sumadas a la mercantilización de las relaciones interpersonales. En síntesis, esta mirada sortea la dominación del capital sobre el trabajo y las múltiples formas que adquiere la subsunción real del mismo.

Cargarle al postfordismo (en los términos utilizados por el autor) la abolición del trabajo y la disolución del Estado (aquí cabe aclarar el pasaje sin mediaciones que hace Virno del 'trabajo' al 'empleo' y de la 'liberalización' de Estado a la negación del mismo), pone por otra parte a la revuelta de los obreros en los años '70 como condición de posibilidad de la contraofensiva del capital, es decir no sólo son los trabajadores los gestores de esta forma novedosa de extorsionar su propia capacidad de trabajo sino que se conforman en artífices de su propia destrucción10. Sin duda, la revuelta obrera, emergente a finales de los '70, puede ser tomada como el momento más álgido del conflicto capital-trabajo, mas no de su resolución; lo que el autor manifiesta es que es el propio trabajo el que dinamiza los cambios del capital, mientras el capital 'cede' a las demandas de transformación del mismo. La lectura errada de la 'derrota obrera' de este momento de inflexión pone en cuestión la conflictividad del trabajo, la que finalmente es tomada como 'funcional' al capital y abre paso a la 'inacción' política de la multitud: ya nos hemos emancipado del trabajo y del Estado ¿Por qué luchar? ¿No estamos acaso inmersos en un 'comunismo espontáneo y elemental vgr. las nuevas formas de colectivización y cooperación que emergen del trabajo postfordista? (Negri, A. y Hardt, M., 2002: 273).

Este aspecto, tal vez el más relevante de las tesis aquí examinadas, es el que le confiere a la multitud, emergente de la transformación del trabajo, la simiente de una sociedad emancipada, fruto de su antiestatismo y de la radicalización de su individuación11. De tal manera que la multitud no propende a un colectivo, no puede unificarse y, por ende delegar representación. La multitud, así configurada, constituye un concierto disonante de voluntades, una 'red de individualidades singulares', es decir, el piso sobre el cual se funda(ría), para Virno, la democracia directa.

Sin embargo, para nosotros, lo social fragmentario e individualizado -tal como lo aprecia Virno- no llevan a la emancipación (y por tanto, el libre despliegue) de las diferencias sino a su puesta en valor, su mercantilización. El contexto de la totalización del mercado, la subsunción de las capacidades diferentes de la fuerza de trabajo, su valorización en el mercado, demuestran los ámbitos intersticiales hasta donde llega la ofensiva del capital. La categoría de multitud nos aleja de elucidar las condiciones reales en que el trabajo es realizado, pero nos aleja aún más, de la posibilidad política de 'hacerle frente al capital'.

II. Lo que permite el concepto de 'exclusión social'

La exclusión es efectivamente una amenaza global y no se limita a ser una amenaza sólo para los excluidos. Amenaza a todos y socava todas las relaciones sociales. En un mundo que es un mundo global, la exclusión ya no puede ser particularizada hacia las propias víctimas de la exclusión. Inunda todo. La brutalización de los incluidos no es más que la otra cara de la exclusión. El asesinato está convirtiéndose en suicidio (Hinkelammert, F., 2003: 317).

Contrario a la multitud, la exclusión social realza, como categoría, la cuestión en torno de quién excluye, de qué se excluye y a quiénes se excluye. Si bien las acepciones del concepto son múltiples, tomamos aquí la mirada que sobre esta problemática realiza Franz Hinkelammert, quien centra la misma en el proceso de exclusión producido por el capital. Exclusión que no es, como generalmente se indica, quedar 'ajenos' de la explotación del capital, es decir, 'excluidos' del mercado de trabajo, sino que, de lo que se excluye es de la posibilidad de la vida, en vistas a la dinámica que adopta las forma actual de valorización del capital. Así: "El mercado coordina la división social del trabajo, en cuyo marco se lleva a cabo la producción y el consumo de valores de uso, es decir, de productos, cuya disponibilidad decide sobre la vida y la muerte. Esto explica el papel central que juega el concepto de subsistencia (...) Si alguien no tiene, por lo menos, la subsistencia, está condenado a muerte. Al distribuir el mercado los valores de uso, distribuye las posibilidades de vivir" (Hinkelammert, F., 1996: 87).

La totalización del mercado produce como efecto una cantidad de población sobrante cada vez mayor. La funcionalidad de esta población en torno a la valorización del capital no se realiza, como antaño, en la reserva de brazos para amortiguar las necesidades de auge y caída de los ciclos económicos, sino en la 'necesidad' de sortear la caída de la tasa de ganancia. En este marco puede comprenderse la 'corrida' momentánea del capital mercancía al capital dinero, o lo que es lo mismo, el giro del capital hacia la esfera de valorización financiera. Este proceso permitió amortiguar la crisis del mismo, manifiesta en su singularidad a finales de los años '60. Esta solución se basó en poner en valor el trabajo pasado (los excedentes volcados a la economía virtual), depreciando el trabajo actual, cuya consecuencia fue la caída hacia la esfera de subsistencia de una porción considerable de la fuerza de trabajo12. De tal manera sirvió -en un primer momento- para concentrar y centralizar los capitales (ahora a escala mundial y con específicas manifestaciones en cada formación social) y para permitir -en su segundo momento-, la denominada 'reconversión productiva', es decir, para utilizarmenos 'trabajo vivo' (produciendo más) recurriendo al 'trabajo muerto'. Este proceso, sumado a la 'totalización' del mercado -es decir, la mercantilización de una mayor cantidad de actividades económicas-, permitió prolongar de manera crónica la 'excedencia' creciente de gran número de la población13. Por tanto, lejos de constituirse en excedente poblacional por 'carencia de explotación' -tal como sugiere Viviane Forrester (1997)-, se conforman en 'excluidos' en tanto constituyen la condición de posibilidad de una nueva forma de valorización del capital: por extensión del mercado (expansión del mismo no sólo a nivel espacial-territorial sino hacia actividades antes 'no rentables') y por profundización de la mercantilización (aumento en las formas de extorsión del trabajo vivo, conjuntamente con la puesta en valor de más y mayores capacidades de la fuerza de trabajo).

De tal manera que, para nosotros, es la exclusión social el fenómeno que marca la dinámica de la estructura social en la fase presente de desenvolvimiento del capital. Proceso que, sin duda, emerge con mayor urgencia y singularidad en los países periféricos14 . La 'población sobrante' sobre la que predomina la urgencia del hambre y las necesidades más básicas de la existencia humana, constituyen un conjunto (heterogéneo) pero no 'individualizado' de experiencias vitales que se anudan y resuelven en la lucha cotidiana por la subsistencia. La experiencia de la Argentina al respecto marca los rasgos que perfilan a esta población en su condición doble de revulsión-confrontación a la dinámica del capital y, a la vez, de dependencia hacia las formas estatales de 'resolver' sus necesidades, en vistas de la instauración de las políticas sociales como medio excluyente de zanjar la subsistencia15 . De esta manera, su visibilización y constitución en el espacio público (político), "implica a la vez, una esperanza y un riesgo. La esperanza deriva de la naturaleza de las contradicciones potenciales presentes; el riesgo, del hecho de la mediación entre contradicciones y formas de lucha desviadas, desesperadas, populistas y manipuladas así como la búsqueda de falsos objetivos. La naturaleza de las mismas contradicciones es contradictoria: el potencial de movilización de masa nace de causas y motivos profundamente contrastantes y casi siempre minados por el particularismo, por el localismo y el corporativismo. La unificación política es saboteada por procesos permanentes de disgregación de la estructura social" (Nun, J., 2003: 247).

Ajenos a las tonalidades 'emotivas' de la multitud (ancladas en una profundización del individualismo, tal como lo concibe Virno), la exclusión social, debido a las causas mismas de su producción, extensión y a sus consecuencias (sociales y humanas), se afirma en nuevas formas de agregacionismo y asociación. La imposibilidad de resolver por medios propios la existencia 'obliga' y también 'colabora' a rearmar una red inexistente y claramente disgregada del tejido social16. De allí su potencial como sujetos sociales y políticos, pero de allí también, su sujeción.Con esto queremos remarcar la contracara del fenómeno: a los procesos de constitución social y manifestación política de nuevos sujetos o colectivos sociales, le siguen (como 'sombra'), otros procesos de 'implosión social' tan o más generalizados y extendidos como los primeros17 . Sin embargo, lejos se encuentran ambas manifestaciones, de revestir 'el carácter emotivo de la multitud', atravesadas como están por la resolución de una necesidad mucho más primaria (como la satisfacción del hambre, la lucha por la vida).

Los sentimientos que Virno señala como propios de la multitud ('oportunismo' y 'cinismo'),distan de lo que podemos percibir como 'emotividad' en vistas de la exclusión. Teniendo en cuenta que, para el autor, el oportunismo es un flujo de posibilidades siempre intercambiables, que se mantiene disponible. En el caso de la exclusión, dichas 'oportunidades' se resignan a una sola opción que, como remarca Hinkelammert, no es más que 'la bolsa o la vida', es decir, la única posibilidad de decidir sobre la vida, porque más allá de la vida (la muerte) no hay decisión posible. En cuanto al cinismo (comprendido como la caída del principio de equivalencia, el abandono cínico de la instancia de igualación) podemos atribuírselo a las diferenciaciones que opera el capital en vistas de poner en valor de manera diferencial las capacidades de la fuerza de trabajo y a demarcar el límite entre los que merecen la subsistencia y los que no (en términos de inclusión y exclusión). Justamente es sobre el reclamo de la igualdad, de su anclaje en la realidad (no en el derecho formal), donde operan las demandas de los excluidos y donde se ejerce la confrontación al capital. La interpretación de Hinkelammert acerca de la evaluación de la fragmentación que produce el 'mercado global' sirve a la confrontación, en este aspecto, entre multitud y exclusión: "La fragmentación, de la cual se habla tanto, no existe en cuanto al sistema globalizante y homogeneizante. Este no es un fragmento, sino un bloque unitario de concreto, defendido por 'puras cabezas de concreto' (...) Hace falta hoy la conciencia de que la lógica de un universalismo abstracto como la del sistema presente: i) ya no se puede contestar mediante otro sistema universalmente abstracto, y, ii) únicamente se le puede contestar mediante una respuesta universal. Es otra lógica (...) la fragmentación / pluralización como proyecto implica ella misma una respuesta universal. La fragmentación no debe ser fragmentaria. Si lo es, es pura desbandada, es caos y nada más. Además, caería en la misma paradoja del relativismo.Sólo se transformará en criterio universal, cuando para la propia fragmentación exista un criterio universal" (Hinkelammert, F., 1996: 238). Ese criterio universal hoy es sintetizado por aquellos que reclaman la posibilidad de la vida, sintetizada en la frase: 'un mundo donde quepamos todos'.

Consideraciones Finales

La confrontación entre categorías tales como multitud y exclusión social sirven para pensar en la envergadura de las transformaciones que han atravesado al mundo social. Nuestra intención ha sido aquí señalar, más que su antinomia, la posibilidad de que los procesos a los que las mismas se refieren estén condicionados por su ubicación y referencia a distintos contextos sociales. Sin embargo, no podemos dejar de señalar las derivaciones que ambas formas de comprender dichos procesos presentan como consecuencia. En primer lugar, la enfática relación y subordinación del complejo espectro de lo social a las formas que adopta la organización del trabajo postfordista en los países centrales. Esta lleva a una generalización y homologación excesiva acerca de las tendencias que presenta lo social como totalidad compleja. Las descripciones del fenómeno no dejan de provocar cierta perplejidad para quienes pensamos situados en realidades menos 'amigables' y desde la urgencia que adoptan los procesos de pauperización geométrica que padece nuestra región. Por otra parte, es necesario aclarar que no ha sido nuestra intención oponer, de forma simétrica, una mirada igualmente parcial y sesgada como alternativa generalizable. La reflexión en torno de los procesos de exclusión nos parece necesaria a la hora de relativizar tales pretensiones de universalización. Sin embargo y en vistas de nuestro contexto propio, la problemática de la exclusión se manifiesta ineludible, en su doble faz, como potencialidad en la constitución de sujetos y acciones colectivas que tuerzan el rumbo a la dinámica disgregadora del capital, y, a la vez, como riesgo de reproducir y exacerbar esa misma fragmentación.

Aportar claridad a un escenario social empañado por procesos y fenómenos discordantes, nos plantea una tarea ineludible a los trabajadores científicos, comprendiendo el límite de nuestras conjeturas, las que se resuelven más allá de la academia, allí donde las relaciones de fuerzas sociales se ponen en juego y donde lo que se dirime es el incuestionable 'derecho' a la vida, que no puede ser, si no es 'digna'.

*La autora
Patricia Alejandra Collado es Doctora en Ciencias Políticas y Sociales con mención en Sociología. Actualmente se desempeña como Investigadora Asistente de CONICET y JTP de Teoría Sociológica Contemporánea en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCuyo. También es Coordinadora Académica Maestría en Estudios Latinoamericanos de esa Facultad. Ha participado como investigadora en numerosos proyectos de investigación financiados y avalados por la Secretaría de Ciencia, Técnica y Posgrado de la Universidad Nacional de Cuyo. Actualmente participa del Proyecto Trianual de la Agencia Nacional de Promoción Científica (PICT N°4-5972) "Utopía e Identidad e Integración. El Pensamiento Alternativo en Argentina del Siglo XX. Aproximaciones al Bicentenario", con el tema: Capital - Trabajo. Entre sus publicaciones se cuentan: (2004): Capital y trabajo: un irreconciliable antagonismo, en Hugo Biagini y Arturo Roig (directores) El pensamiento alternativo en la Argentina del siglo XX: identidad, utopia, integración (Tomo I: 1900-1930), 1° Edición, Biblos, Buenos Aires; (2005): Relación capital / trabajo: Emergencia y consolidación de los Convenios Colectivos de Trabajo" en Hugo Biagini y Arturo Roig (directores) El pensamiento alternativo en la Argentina del siglo XX: Obrerismo, vanguardia, justicia social (Tomo II: 1930-1960), 1° Edición, Biblos, Buenos Aires; (2007) "Trabajo"", entrada aceptada para su publicación en Biagini, H. y Roig, A., Diccionario del pensamiento social alternativo, Buenos Aires, Biblos. También ha publicado numerosos artículos en revistas con referato de su país y extranjeras.

Notas

1  Es importante precaver al lector acerca del uso restringido que en general se realiza -en ciencias sociales- de la categoría 'trabajo' asimilada al empleo y a la situación singular e histórica del empleo asalariado, formal, asegurado, de carácter estable y dependiente (centrado en el período de posguerra y vinculado al Estado de Bienestar). En este escrito comprendemos 'trabajo' como actividad propia del hombre para satisfacer su subsistencia, de acuerdo con la perspectiva clásica marxista. Sobre el tema ver: Dussel, E., 1991; Dinerstein, A., 2001; Bensaid, D.,  2003, entre otros.

2  Debido a la profusión de textos y autores que abordan el escenario social en términos de multitud y/o exclusión, nos referiremos fundamentalmente a la producción teórica de dos autores particulares, los que desde nuestra perspectiva desarrollan y sintetizan el centro conceptual y las derivaciones más profundas de dichas categorías en la actualidad. De tal forma hemos seleccionado para abordar la problemática referida a la exclusión a Franz Hinkelammert (1996; 1999) y para la de multitud, a Paolo Virno (2003; 2004).

3  Karl Marx hace referencia al 'Generall Intellect' marcando una tendencia en el desarrollo técnico-científico del capitalismo, cuando "el proceso entero de producción...aparece (...) como aplicación tecnológica de la ciencia. Darle a la producción un carácter científico es, por ende, la tendencia del capital, y se reduce el trabajo a mero momento de ese proceso (...) El trabajo inmediato se ve reducido cuantitativamente a una proporción más exigua, y cualitativamente a un momento sin duda imprescindible, pero subalterno frente al trabajo científico general, a la aplicación tecnológica de las ciencias naturales por un lado, y por otro frente a la fuerza productiva general resultante de la estructuración social de la producción global, fuerza productiva que aparece como don natural del trabajo social" (Marx, K., 1989: 221).

4  Paolo Virno señala la divergencia existente entre Trabajo (poiesis), Acción Política (praxis) e Intelecto (vida de la mente), diferenciándose de la interpretación de Hannah Arendt: "La mía es una argumentación simétrica y opuesta a la de Arendt. Sostengo que en el trabajo contemporáneo se manifiesta la 'exposición a los ojos de los otros', la relación con la presencia de los demás, el inicio de los procesos inéditos, la constitutiva familiaridad con la contingencia, lo imprevisto y lo posible. Sostengo que el trabajo postfordista (...) emplea dotes y requisitos humanos que, según la tradición secular, correspondían más bien a la acción política" (Virno, P., 2003: 44).

5  Acerca del Método Kan Ban (cajas con carteles o sistema de reposición de supermercado) ver (Coriat, B., 1992); (Ichiyo, M.,1996); (Roldán, M., 2000); (Neffa, J., 1999), entre otros.

6  En ¿Do you remember counterrevolution?, Paolo Virno se explaya acerca de la significación y consecuencias del movimiento del '77: El núcleo unitario de la «contrarrevolución» italiana de los años ochenta y noventa consiste: a) en la plena afirmación del modo de producción postfordista (tecnología electrónica, descentralización y flexibilidad de los procesos de trabajo, el saber y la comunicación como principal recurso económico, etc.); b) en la gestión capitalista de la brusca reducción del tiempo de trabajo socialmente necesario (part-time, jubilaciones anticipadas, paro estructural, precariedad de larga duración, etc.); c) en la crisis drástica y casi irreversible de la democracia representativa. (...) Es a causa de tales tendencias, bastante más que por la violencia, por lo que los jóvenes del '77 se volvieron sencillamente indescifrables para la tradición del movimiento obrero. Ellos transformaron a la inversa el crecimiento del área del no trabajo y de la precariedad en un recorrido colectivo, en una migración consciente del trabajo de fábrica. Antes que resistir a ultranza a la reestructuración productiva, se fuerzan límites y trayectorias, en el intento de obtener consecuencias impropias y favorables para sí mismos. Antes que encerrarse en un fortín asediado, abocados a una derrota apasionada, se ensayan las posibilidades de empujar al adversario a atacar fortines vacíos, abandonados previamente. La aceptación de la movilidad se une a la búsqueda de una renta garantizada como una idea de producción más cercana a la exigencia de autorrealización. Es decir, lo que se rompe es el nexo entre trabajo y socialización" (Virno, P., 2001: 1).

7  Cuando el autor se refiere a "tonalidades" hace alusión a la 'situación emotiva de la multitud', modos de ser y sentir, que para él mismo se manifiestan como 'malos sentimientos' pero que a la vez no son necesariamente concebidos como desagradables o inconvenientes. Se refiere a las emociones acerca del trabajo, ocio, afectos y la política. La situación emotiva de la multitud presenta dos tonalidades dominantes: el oportunismo y el cinismo. El primero "hunde sus raíces en una socialización extralaboral marcada por cambios abruptos y repentinos, shocks perceptivos, innovación permanente, inestabilidad crónica (Ibid.: 93). En tanto que el  segundo "también (...) está en conexión con la inestabilidad crónica de las formas de vida y de los juegos lingüísticos  actuales (...) En la base del cinismo contemporáneo está el hecho de que los hombres y mujeres tienen experiencias de reglas mucho antes que de 'hechos' o acontecimientos concretos" (Ibid.: 94).

8  Desde nuestra perspectiva no es sólo la forma en que el capital valora las capacidades humanas lo que lleva a postular una novedad en la actual fase del capital, sino también las múltiples formas que éste utiliza para permitir su reproducción ampliada. Coincidimos, entonces, con José Nun, acerca de considerar la transformación del capital en tanto régimen social de acumulación: "que debe ser concebido como una matriz de configuración cambiante en cuyo interior se van enlazando diferentes estrategias específicas de acumulación y tácticas diversas para implementarlas, de manera que (...) el proceso de acumulación del capital ni es autónomo ni posee una lógica propia, y por eso necesita de un amplio conjunto de instituciones sociales (estructuras políticas e ideología incluidas) que la tornen viable. Son ellas las llamadas a asegurarle una cierta estabilidad y predictibilidad a este proceso, mediante la regulación tanto de la propia competencia de los capitales en el mercado como de los conflictos entre el capital y el trabajo y entre distintas facciones del capital. Sólo que, como es obvio, tal regulación dependerá de las características y de la intensidad que asuman esos conflictos y esa competencia, lo cual equivale a decir que es siempre indisociable de una historia concreta y que las soluciones cambiarán según las épocas y los lugares". (Nun, J., 2003: 280-281).

9  Dice Virno: "¿Cómo comprender la acción política basada en el general intellect? (...) Propongo dos palabras clave: desobediencia civil y éxodo. La desobediencia civil representa la forma básica de acción política de la multitud (...) La desobediencia radical que aquí interesa pone en cuestión la misma facultad de mando del Estado (Virno, P., op. cit: 71). Y (...) la segunda palabra clave: éxodo (...) Nada menos pasivo que una fuga, un éxodo (...) en lugar de afrontar el problema eligiendo una de las alternativas previstas, cambia el contexto en el cual se inserta el problema" (Ibid.: 72). En el campo opuesto a la visión emancipatoria de la acción política de la 'multitud' se puede consultar a: (Slaughter, 1998); (Sennett, R., 2000); (Gersel, M., 2000), entre otros.

10  Lo que constituye un error en el método (dialéctico) al poner como afirmación al trabajo, no al capital. Sobre una crítica a la corriente 'operaísta' italiana ver  (Holloway, 2002: 237-238).

11  Proceso de individuación que se concibe como rasgo de la multitud, entendiendo a la misma como "(...) pluralidad (...) como forma durable de existencia social y política, contrapuesta a la unidad cohesionada del pueblo (...) los individuos deben ser considerados como el resultado final de un proceso de individuación (...) son el resultado complejo de una progresiva diferenciación, los 'muchos' no postulan ni apuntan a una síntesis ulterior." (Virno, P., 2003: 76-77).

12  Los trabajadores excluidos, los que conforman el mundo del trabajo sin empleo, contribuyen a la valoración como muro de contención a la desvalorización del capital, cuyas variables de ajuste cíclicas (para remontar la caída tendencial de la tasa de ganancia) se dan en el proceso no de producción sino de reproducción del capital y una vez que éste se manifiesta en crisis: "A diferencia del circuito Dinero-Mercancía-Dinero (...) (D-M-D'), donde el capital utiliza la mercancía fuerza de trabajo para producir mercancías, Dinero-Dinero prima (D-D') representa un momento de no materialidad donde el capital parece saltar al futuro sin el trabajo (...)Este salto al vacío requiere, por supuesto, de una mayor explotación de otros trabajadores para incrementar la productividad y obtener una tasa de retorno rápida que sostenga la apuesta al futuro. (Dinerstein, A., 2001: 12).

13  Proceso que se funda en las "posibilidades de inversiones especulativas (que) se dan en especial en aquellos sectores de la sociedad que hasta ahora han sido desarrollados fuera del ámbito de los criterios de rentabilidad. Su transformación en esfera de ubicación de capital no-productivo resulta la manera más fácil de encontrar lugares de aplicación del capital especulativo. Se trata sobre todo de las actividades del Estado, las cuales pueden ser transformadas en esferas para este capital. Sin ocupar estas actividades estatales, difícilmente el capital especulativo encuentra ubicación. Eso explica la presión mundial por la privatización de las funciones del Estado, con el fin de hallar esferas de inversión-productiva (...) Cualquier actividad humana tiene que ser transformada en una esfera de inversión del capital, para que el capital especulativo pueda vivir (...) El ser humano recibe licencia para vivir y participar en cualquier sector de la sociedad, únicamente si paga al capital especulativo las cotizaciones correspondiente bajo la forma de interés. Aparece un sobremundo al cual hay que tributarle los sacrificios para adquirir derecho a vivir" (Hinkelammert, F.,  1999: 24-25).

14  En este sentido cabe considerar el lugar de cada formación social concreta en la reestructuración de la división internacional del trabajo, el rol del Estado en cada caso particular y las relaciones de fuerzas sociales concretas. Así, la 'exclusión' en los países centrales, por lo menos en la forma que la entendemos aquí, está rodeada, y por tanto contenida, en los vestigios existentes del Estado de Bienestar, los seguros sociales, las redes de la sociedad civil. No hablamos, entonces, de las mismas necesidades y de la misma exclusión, y por tanto, de la misma forma en que los sujetos resuelven su subsistencia.

15  Nos referimos a la emergencia de los movimientos piqueteros, de los trabajadores 'tomadores de fábricas' y 'tomadores de tierras', a los movimientos encabezados por pequeños y medianos productores rurales (Mocafor, Mocase, MML Movimiento de Mujeres en Lucha, entre otros) a las cooperativas de cartoneros y limpiavidrios, a la emergencia de los desayunadores, comedores y huertas comunitarias como formas diversas tanto de la presentación de los sujetos en el espacio público como de maneras singulares y específicas de resolver la subsistencia. Al respecto se puede consultar: (Almeyra, G., 2004); (Battistini, O., 2003); (Giarraca, N., 2001); (Zibechi, R., 2003).

16  Nos referimos a los procesos de fragmentación e individuación social por los que ha atravesado la sociedad argentina y que se remontan al proceso instaurado por la dictadura militar, cuyos más sobresalientes han sido, a posteriori, la hiperinflación y el hiperdesempleo. Sobre las manifestaciones disgregadoras que adopta este recorrido remitimos a los trabajos de: (Bialacowsky y Hermo, 1996), (Battistini, 2003).

17  Nos referimos al fenómeno de violencia individual o grupal que se evidencian, entre otros, por el aumento delitos y robos que particularmente se muestran en nuestro país con una connotación sentidamente disgregadora.

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