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Estudios de filosofía práctica e historia de las ideas

versión On-line ISSN 1851-9490

Estud. filos. práct. hist. ideas v.11 n.1 Mendoza ene./jul. 2009

 

COMENTARIOS DE LIBROS

Heler, Mario. Ciencia incierta. La producción social del conocimiento.
Segunda edición corregida y aumentada.
Buenos Aires, Biblos, 2005. 135 pp., ISBN 950-786-462-8

Natalia Fischetti
Instituto de Ciencias humanas, Sociales y Ambientales INCIHUSA - CONICET

"¿‘A ciencia cierta'? La ciencia es incierta, porque es producción, cambio, fluir, florecimiento posible".

Mario Heler es doctor en Filosofía, investigador de CONICET y profesor de la UBA. El libro que presentamos está dirigido directamente a sus alumnos de la materia Introducción al Pensamiento Científico del CBC de dicha Universidad. El texto responde a este contexto de producción ya que cumple con las características propias de toda introducción: es ordenado, claro y preciso. Además permanentemente nos sitúa y resitúa en relación a lo ya dicho y a lo porvenir. Cuenta con numerosas y extensas notas al pie que reflejan un respeto poco común por el lector al no dar nada por supuesto. En ellas encontramos aclaraciones sintéticas, definiciones conceptuales, noticias biográficas, anécdotas, ejemplos, citas textuales, que acompañan al texto principal y lo enriquecen sin interrumpir su cadencia. Al final del texto hallamos una completa bibliografía para seguir leyendo y un extenso índice de nombres y temas que nos permite ubicarlos rápidamente dentro de la obra. De este modo, Ciencia incierta abre permanentemente ventanas al conocimiento y su historia, presenta temas, problemas, textos, filósofos y científicos, que inevitablemente invitan al lector a investigar y aventurarse por sus propios medios, trascendiendo al libro que tiene en sus manos. Podemos decir entonces que Heler ha logrado la difícil tarea de sintetizar sin clausurar.

Aún dentro de una presentación formal del libro, se hace imprescindible aclarar que no nos encontramos ante una colección de datos vinculados a la historia de la ciencia y la epistemología, ya sea dentro de una argumentación histórica o problemática o una de sus combinaciones posibles. Si bien es una introducción a la problemática de la ciencia, no es un manual. La mayoría de los manuales se han caracterizado por mostrarse lo más neutrales posible para contar la historia y los problemas de las ciencias naturales y sociales, también de las humanidades como la filosofía o el arte (si adherimos a esa división de las ciencias, que de por sí es problemática), porque si el objeto al que hacen referencia es éticamente neutral, es preciso que en su relato o compendio no se explicite valoración alguna. Aún cuando la misma selección que el manual haga implica valoraciones y preferencias por parte de los autores, que no siempre son aclaradas. Por el contrario, Heler se compromete, toma una posición explícita desde el prólogo mismo y presenta una línea argumental que recorre todo el texto y que hecha mano tanto de la historia de la ciencia como de la epistemología para su explicación y fundamentación. Esta línea argumental evidencia una posición crítica frente al panorama de la ciencia en la Argentina y en el mundo que hace que la obra cumpla un papel importante en el ámbito de la educación universitaria para la que fue pensada, pero al mismo tiempo la trascienda y su lectura se vuelva relevante para los científicos y todos aquellos que tengan interés y preocupación por la problemática de la ciencia y la tecnología, la tecnociencia.

Afirma Heler: "Hemos llegado a un punto de nuestra reflexión en el que se hace necesario contar otra historia.

La historia oficial se ha mostrado inadecuada para dar cuenta de la forma de producción social del conocimiento que llamamos ciencia, y que deberíamos llamar tecnociencia, pues esta producción se caracteriza por ser una exploración de soluciones de problemas prácticos, una exploración teórica y al mismo tiempo práctica, que brinda productos, conocimientos, de utilidad social. La fórmula del saber por el saber mismo, del conocimiento desinteresado, manifiesta así su función encubridora de la peculiaridad de las ciencias desde la modernidad hasta nuestros días" (p. 83).

La línea argumental a la que hacemos mención es presentada a partir de los siguientes objetivos: revisar críticamente el discurso de la "historia oficial" de la ciencia que la protege contra la crítica y las demandas éticas; reflexionar sobre la dimensión ética presente en la práctica científica; preguntar por las causas del triunfo de la ciencia; partir de los análisis de distintas corrientes epistemológicas para interpretar a la ciencia actual; sostener la utilidad social de los conocimientos científicos, frente a la noción de eficiencia; indagar por la producción social del conocimiento propia de la tecnociencia; contar otra historia de las ciencias con foco en las ciencias sociales y reflexionar éticamente en la coyuntura entre producción y acreditación de los conocimientos científicos.

Para responder a estos objetivos en el enclave ciencia y ética, Heler explicita la historia oficial de la ciencia, principalmente caracterizada por su preocupación por el contexto de justificación o fundamentación de las teorías, su defensa de la neutralidad ética de la ciencia y su búsqueda de la dominación y reproducción de los fenómenos. La historia de la ciencia determinada de este modo como la ciencia imperante es explicitada en el texto a partir de la Ilustración, desde su origen moderno, arraigado en la idea de progreso. Para ello el autor va explicitando cada uno de los supuestos recién mencionados, entre muchos otros: la ciencia y sus características, el poder y la dominación, la modernidad y sus notas distintivas, la Ilustración y sus postulados; la historia de la idea de progreso… Para dar cuenta de la historia oficial de la ciencia, se sintetizan los principales elementos del positivismo en el siglo XIX, así como las interpretaciones de los neopositivistas del Círculo de Viena, de K. Popper y de T. Kuhn. En la Argentina, no puede dejar de hacerse presente la importante participación de M. Bunge en la conformación de esta "historia oficial" de la ciencia, historia que Heler relata detallada y críticamente.

La posición crítica implica contar el reverso de la "historia oficial", otra historia de la ciencia que es la historia de la producción social del conocimiento, la historia de la tecnociencia, el vínculo inescindible entre la ciencia y la tecnología. Para ello, Heler recupera otra epistemología, que no produce la abstracta separación de los contextos de la ciencia, que no la desliga de la historia, de la sociedad, de la cultura, de la ética. Toma elementos de la epistemología francesa, por ejemplo en torno a los conceptos de ruptura epistemológica de G. Bachelard , de poder de M. Foucault y de campo de P. Bourdieu. También se hace presente la Escuela de Frankfurt, tanto a partir de el desarrollo crítico de la razón instrumental de M. Horkheimer y T. Adorno como de la razón comunicativa de J. Habermas y K.O. Apel. En la Argentina, la recuperación de otra historia de la ciencia viene de la mano de las figuras de O. Varsavsky y E. Marí.

La síntesis de Heler, de las posiciones teóricas señaladas entre otras, puede ser novedosa para muchos y conocida por otros, pero en cualquier caso es siempre una invitación a la reflexión sobre prácticas que nos atraviesan y que se hacen cuerpo en nosotros. Porque nadie puede eludir hoy a la ciencia y la tecnología, a la tecnociencia, sus resultados, sus predicciones y sus promesas. La tecnociencia nos incumbe por exceso o por defecto; por participar en la producción de los conocimientos en el sistema de la ciencia y la tecnología o por recibir sus resultados; por preocuparnos por sus implicancias éticas o por enceguecernos con sus deslumbrantes éxitos.

En este contexto, la propuesta de Ciencia incierta es cuestionar las certezas, las verdades de una lógica del conocimiento que ha promovido la dominación, poner en duda una única manera de concebir a los conocimientos científicos, que los ha mostrado como neutrales cuando responden a intereses no explicitados. Sin embargo y más allá de esto último, la ciencia y la tecnología, como la historia, se despliegan, se encuentran en movimiento permanente, abiertas al cambio. La cita que colocamos como epígrafe, es la cita con la que termina el libro, con la que Heler muestra que la ciencia (o tecnociencia) está siempre abierta a nuevas posibilidades.

La autora
Natalia Fischetti es Profesora de Filosofía (UNCuyo) y Especialista en Metodología de la Investigación Científica (UNLanús). Es tesista de la Maestría en Metodología de la Investigación Científica. Es becaria de posgrado de CONICET para desarrollar el Doctorado en Filosofía en la UNCórdoba. A nivel docente se desempeña como profesora JTP de las cátedras de Epistemología y Antropología Filosófica de la Carrera de Psicología de la Universidad del Aconcagua (Mendoza).  Participa como doctoranda en el proyecto bienal 2009 - 2011 "Reconocimiento y diversidad: dimensiones del Humanismo en nuestra América. Pensamiento filosófico latinoamericano del siglo XX." (SECTyP, UNCuyo).

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