SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.16 issue2Macedonio Fernández filósofo: El sujeto, la experiencia y el amor author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

  • Have no cited articlesCited by SciELO

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


Estudios de filosofía práctica e historia de las ideas

On-line version ISSN 1851-9490

Estud. filos. práct. hist. ideas vol.16 no.2 Mendoza Dec. 2014

 

RESEÑAS

 Paladines, Carlos. (Compilador) Arturo Andrés Roig: Metodología y Filosofía del Pensamiento latinoamericano.
Ecuador, Academia Nacional de Historia, 2013.
(256 páginas). ISBN 978-9978-394-12-0

 

Andrés C. G. Pérez Javaloyes

ISEM - UNCuyo

 

En los años '70 y '80 el pensador mendocino Arturo Andrés Roig realiza una extensa producción filosófica-social. Este 'periodo' comienza con el episodio de la trasformación social de la universidad plasmado en los libros Filosofía, Universidad y filósofos en América Latina (1981) y La universidad hacia la democracia: (1998). Luego, con los aires de liberación en Latinoamérica se constituye un "saber de liberación" que tiene como temas centrales, por un lado, la justificación de "una ampliación metodológica" que permita analizar la faceta filosófica de los discursos políticos, ampliación con la cual ya había operado implícitamente en Los Krausistas Argentinos (1966) o en el Platón o la filosofía como libertad y expectativa (1972); y por el otro, una fundamentación de la autenticidad del pensamiento filosófico latinoamericano en el marco del "a priori antropológico" expuesto en Teoría y crítica del pensamiento Latinoamericano (1981). En el ínterin, forzado al exilio por la dictadura cívico-militar argentina, se instala en Ecuador donde promueve una reconstrucción de las historia de las ideas filosóficas de ese país, en libros como  Esquemas para una historia de la filosofía ecuatoriana (1982) o El pensamiento social de Juan Montalvo, sus "Lecciones al Pueblo" (1984).  Los artículos, ponencias, exposiciones presentados diversas revistas de Latinoamérica conforman un rompecabezas donde, aún hoy en día, algunas piezas deben ser encastradas y recopiladas de la variopinta labor y trayectoria del filósofo mendocino.

Por su parte, el pensador ecuatoriano Carlos Paladines, en el libro que comentamos, presenta la obra del historiador de las Ideas Arturo Andrés Roig, y reúne una compilación de artículos, conferencias y entrevistas de los años '70 y '80, prestando central importancia a la "ampliación metodológica". Se pregunta: ¿Cuál es el método y las pautas apropiados para el estudio del pensamiento  latinoamericano? ¿Cuál es el método: el instrumental conceptual, los procesos, y el arte con los cuales  logró tal maestría que pudo vencer a la muerte y al olvido? A partir de "la ampliación metodológica" ejercida en  la historia de las ideas y en la filosofía latinoamericana se origina una "ruptura metodológica" que llevó a los pensadores ecuatorianos a leer e investigar con nuevos ojos a los autores ecuatorianos y latinoamericanos e incluso europeos.

La conferencia Los métodos pedagógicos y su inserción en la vida (1971), es el germen de las reflexiones de Arturo Roig de los '70 y '80, donde se ve la posibilidad de revisar la mirada que tenemos de la historia, promoviendo  un "tiempo anunciador", esto es,  expectante y abierto a lo inédito e imprevisible. Allí se desgrana también los temas de la objetivación, como toma de posesión por la cual lo que nos rodea se convierte en nuestro "mundo", de la  autoafirmación del sujeto, de la humanización de la tarea pedagógica, de la crítica al paternalismo y a la conmiseración como modos pretendidamente "humanos" con que el dominador se dirige al dominado.

Roig propone  el  reencuentro del hombre consigo mismo como agente de la historia, para que el tiempo sea para él "tiempo histórico", con lo cual será necesario entrar en "relación dialógica". En este sentido la "dialogicidad" es  sinónimo de "historicidad". De lo que se trata es de  reconquistar el tiempo, reconocerse en nuestra natural historicidad, asumir la historia como cosa propia.  La palabra que es a la vez logos y praxis, una palabra viva hasta tal punto que si sabemos escucharla ella nos abre al mundo propio de quien la pronuncia.

Roig ve dos momentos en la tarea. El primero consiste en introducirse en el "universo vocabular" del sujeto-educando, codificando los caracteres propios de esos grupos humanos concretos, que tienen sus propias "situaciones existenciales" ante las cuales tiene su palabra. El momento siguiente será el de "codificar" o "representar" aquellas "situaciones existenciales" y a la vez determinar un núcleo de palabras que servirán luego como "palabras generadoras"  donde el hombre haga consciente su mundo, se descubra a sí mismo en las situaciones existenciales codificadas o representadas.

Ya situado en una postura crítica Sobre el tratamiento de Filosofías e Ideologías dentro de una Historia del Pensamiento Latinoamericano (1973),  intenta una reestructuración de la historia de las ideas a partir de una ampliación metodológica que tenga en cuenta el sistema de conexiones dentro del cual la filosofía es tan sólo un momento más.  Roig muestra cómo operan las funciones de ruptura e integración en el proceso de constitución del concepto y los filosofemas. A partir de la permanente ambigüedad del término mismo de "filosofía", que implica tanto las formas del saber crítico, como las del saber ideológico se puede pensar tanto la teoría de la libertad como la filosofía como liberación. 

Pone en cuestión la naturaleza sospechosa de la conciencia o, en otros términos, de la denuncia de una "falsa conciencia" y por eso mismo, la atribución implícita o explícita, de las funciones de integración y ruptura como propias ambas del concepto. Con lo cual es posible una dialéctica abierta a la irrupción de lo nuevo e inesperado y la denuncia de las totalidades dialécticas opresoras, con una decidida y franca vocación crítica.

Estas Recomendaciones (1973)marcaron radical ruptura con los parámetros vigentes de estudio de la ideas y de la filosofía que otorgaban a autosuficiencia y validez absoluta a los textos. En adelante tanto la "crítica interna" como la "crítica externa" quedaron desfondadas: la una, por reducir la comprensión de los textos o discursos al análisis eminentemente descriptivo o lógico y al encadenamiento de los contenidos a partir de una dialéctica puramente interna al pensamiento o por carecer de propuestas para el control de la subjetividad del investigador o por cerrar los ojos al inevitable juego de los intereses y cargas ideológicas de las que no está exento ningún discurso. La otra, la crítica externa, si tuvo el acierto de abordar los complejos vínculos entre la sociedad y los discursos, lo hizo como una relación de exterioridad, sin atender al entramado de voces y acentuaciones axiológicas  existentes en el propio discurso, el cual permite sospechar de la existencia de otros discursos, contrarios y/o contradictorios, aludidos o eludidos.

Algunas pautas del pensamiento latinoamericano (1975)  se presenta como la base proyectiva y programática  -por medio de siete pautas- de largos años de "trabajo metódico" que se cristalizarán en la obra cumbre del filósofo mendocino Teoría y crítica del pensamiento latinoamericano (1981). En este caso sólo se trabajan y se ponen en práctica las pautas primera y segunda. 

Entre las pautas, tenemos: hacer filosofía como tal, tenernos como valiosos para nosotros mismos, tomar conciencia de los límites del "nosotros mismos", asumir lúcidamente nuestra radical historicidad, determinar y denunciar las formas de alienación de nuestro pensamiento, tomar conciencia de la unidad de destino en las sucesivas etapas de realización del "nosotros mismos", reelaborar los campos del saber de nosotros mismos, como formas de un saber de liberación.

Las Propuestas metodológicas para la lectura de un texto (1982) guardan una tremenda potencia teórica y práctica.  Teórica, porque enuncia de forma clara y sintética cinco tesis sobre la "ampliación metodológica" y los modos de interpretación de los discursos y narrativas.  Práctica, en tanto se presenta como un repaso de una extensa labor llevada a cabo en los años '70. La primera tesis se centra sobre la comprensión del lenguaje como una de las vías de objetivación, "reflejo" de la naturaleza misma de los signos en los que juegan las categorías de "presencia y de ausencia".  De esta manera es el lenguaje un "reflejo" que contiene, de manera mediatizada, la realidad social misma. Se trata de poner de relieve al lenguaje, frente a otras formas de objetivación, tales como el trabajo, el juego, el arte o la ciencia.

La segunda es una presentación del "a priori de la cotidianidad", esto es que el mundo de los lenguajes, manifestado en las diversas formas de significación dentro de las cuales la palabra —oral o escrita- es tan sólo una de ellas, se organiza a partir de un nivel primario, al que podríamos denominar "lenguaje cotidiano" o de la "vida cotidiana". Sobre esta base se observan todas las formas de mediación puestas en ejercicio por los diversos lenguajes, la naturaleza conflictiva de la realidad social, el "discurso político" y la lectura de lo ideológico.

La tercera propone la posibilidad de "leer" lo ideológico en el texto mismo, en particular, en sus modalidades formales. Esta tesis tiene como dificultad, por un lado, la noción de "contexto" y del sentido que se le ha dado por todos aquellos que han investigado el problema olvidándose de la función mediadora del lenguaje, creyendo que era posible una confrontación entre una facticidad social captada en bruto, y sus manifestaciones discursivas; y por el otro,  derivada de la incompatibilidad que habría entre un análisis ideológico "formal" y los tipos tradicionalmente aceptados de análisis que más bien han intentado la determinación de lo ideológico a partir de contenidos.  La base sobre la cual se analiza lo ideológico es el "universo discursivo", que sería aquella totalidad posible discursiva de una comunidad humana concreta, no consciente para dicha comunidad como consecuencia de las relaciones conflictivas de base, pero que el investigador puede y debe tratar de alcanzar.

La cuarta tesis es la de la "dualidad" estructural que muestra en el universo discursivo. El dualismo aparece en el nivel de la realidad conflictiva social que se expresa en lo que podríamos considerar nivel profundo discursivo. Todo texto en cuanto discurso, supone un "discurso contrario", potencial o actual. La diferencia entre el "discurso" y el "discurso contrario" es básicamente de naturaleza axiológica lo cual se pone de manifiesto en una diversa organización codal. El hecho de la dualidad del universo discursivo nos lleva a aceptar, necesariamente, dos tipos de comprensión del hecho dialéctico, a los que hemos denominado "dialéctica discursiva" y "dialéctica real".

Por último, formula el análisis ideológico de las estructuras "formales" bajo la lectura del "texto". En cuanto al planteo metodológico, avanza hacia una integración de esos tres aspectos o problemas, la teoría del texto, las funciones de "mensaje" y de la "narrativa".

En Narrativa y cotidianidad: la obra de Vladimir Propp a la luz de un cuento ecuatoriano (1979) Arturo Roig pone en práctica el clásico esquema de la comunicación, complementándolo con las "funciones de apoyo" y la "deshistorización-historización", ambas conectadas muy estrechamente con la problemática del "discurso referido", esto es, el discurso dentro del discurso, enunciado dentro del enunciado, y al mismo tiempo discurso acerca del discurso, enunciado acerca del enunciado.

En cuanto a la narrativa, a partir de la tesis de la dualidad del universo discursivo, muestra la necesidad que hay de establecer un sistema que podríamos llamar bipolar tanto de las funciones narrativas como de las actanciales, las que permiten mostrar la presencia de estructuras narrativas contrapuestas, reflejo de la realidad conflictual de la vida social y genera dos comprensiones de la vida cotidiana, a las que podemos llamar "cotidianidad positiva" y "cotidianidad negativa". 

Vemos en La historia de las ideas y sus motivaciones fundamentales (1983) que una de las motivaciones centrales de la historia de las ideas, es que constituye un esfuerzo, que unido al de otros pensadores, puede ayudar a la realización de viejos ideales de "Nuestra América", los cuales están en la cuna misma de todas nuestras naciones. En un contexto de urgencias de liberación continental, esos ideales fueron haciéndose carne cada vez más a partir de la década del '60, e impulsaron una revalorización de los estudios sobre la "función social" de la idea donde se exalta la necesidad continental de autoconocimiento de todos nuestros pueblos hermanos.

Con las Acotaciones para una simbólica latinoamericana, (1985) se busca abrir las puertas para una visión renovadora y ampliada de las construcciones simbólicas, no solo atendiendo al soporte material del signo, sino desplazando la cuestión hacia el campo semántico. "La función simbólica" no se cumple construyendo de determinada manera un significante (palabra) sino que se resuelve en un tipo especial de significación. Ya no se trata de contraponer la "palabra" al "símbolo", sino que se trata de un tipo de signo, el "símbolo", que se diferencia de cualquier otro porque se "instala" sobre él y gracias a un "sentido" lo traspone hacia una "significación segunda". El símbolo puede ser caracterizado como un significado agregado a otro, diríamos, "'sobrepuesto" y no surge de una relación entre un signo (significante + significado) con un referente (cuya comprensión simplista ha entrado, como hemos dicho, en crisis), sino que surge de una relación entre un "significado" primero y otro segundo, cualquiera que sea el soporte material. Un ejemplo de ello, es la interpretación del Calibán de José Enrique Rodó sobre la cual se monta la recodificación de Aníbal Ponce o Frantz Fanon, y posteriormente, las miradas de Roberto Fernández Retamar, Aimé Césaire y Edward Brathwaite.

En Consideraciones sobre la metodología de la historia de las ideas (1995) y ¿Cómo orientarnos en nuestro pensamiento? (1989) se encara la historia de las ideas como "la historia de la función y del valor de la filosofía", o de la idea filosófica, en relación con su inserción social y nacional. Con lasuperación de la ambigüedad del concepto de lo social, se descubrió que la naturaleza misma de "la idea" es la ambigüedad,  con lo cual, además, se torna central la cuestión de las ideologías y el compromiso por parte de quienes la han venido practicando. También puede entenderse la historia de la ideas, en su sentido más crítico, como  el proceso de lucha contra las diversas formas de alienación derivadas básicamente de nuestra situación de dependencia en el plano internacional y de las relaciones sociales injustas que resultan del modo de producción imperante.

Abrirse a la lectura de Arturo Andrés Roig: Metodología y Filosofía del pensamiento latinoamericano es abrirse a la recolección de instrumentos para labrar surcos en la tierra fértil  de los macro-discursos.

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License