SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.18 issue2Freedom and ignorance, market and competition: Neoliberal anthropological-political normativity in F. Hayek and M. FriedmanPolitics and Religion in Habermas: Critical Reflections from the Theory of Discourse author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

  • Have no cited articlesCited by SciELO

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


Estudios de filosofía práctica e historia de las ideas

On-line version ISSN 1851-9490

Estud. filos. práct. hist. ideas vol.18 no.2 Mendoza Dec. 2016

 

ARTÍCULOS

La recepción de Adam Smith en Juan Bautista Alberdi

The reception of Adam Smith by Juan Bautista Alberdi

 

Leandro Indavera

CONICET - UNdC

 

Recibido: 02/10/2015
Aceptado: 012/05/2016


Resumen

Las ideas de Adam Smith con relación a las acciones virtuosas, su recompensa económica, y los efectos perjudiciales de la especulación y la prodigalidad influyen en la obra madura de Juan Bautista Alberdi. Sin embargo, este último no fue un mero receptor. Alberdi agrega ciertos análisis conceptuales a las ideas del filósofo escocés con relación al valor trabajo, la importancia del trabajo inteligente y el ahorro y la importancia del hábito para adquirir las virtudes morales que conducen a la riqueza.

Palabras clave: Smith; Alberdi; Recepción; Virtudes; Riqueza.

Abstract

Adam Smith's ideas in relation to virtuous behaviour, its economic reward, and the detrimental effects of speculation and lavishness influence the mature works of Juan Bautista Alberdi. However, Alberdi was not a mere recipient. He adds certain conceptual analysis in relation to Smith's ideas comprising the labour theory of value, the importance of intelligent work and shrift and the importance of habit in order to acquire moral virtues that lead to wealth.

Key words: Smith; Alberdi; Reception; Virtues, Wealth.


 

Introducción

A diferencia de su etapa de juventud, Alberdi advierte en una etapa más madura de su pensamiento, luego de su exilio en Europa, que la base de sustentación de la Nación reside en la Economía, y que los fines económicos merecen más atención que los fines políticos (Katra, W. 1996, 121; Adelman, J. 2007,100-101; Herrero, A. 2010; Palti, E. 2009, 31).

Algunos autores han sostenido que la concepción materialista de Alberdi con respecto al progreso contrasta con el foco institucional y moral de otros militantes exiliados de la Generación del 37 (Katra, W. 1996, 122). Otros, en cambio, sostienen que en Alberdi podemos encontrar un vínculo entre la economía y la moral (Terán, O. 1988, 39-40). Más aún, en Alberdi existiría una concepción que prioriza la sociedad civil por sobre la sociedad política, y por ello el hincapié debe ser puesto en las libertades económicas de comerciar, trabajar y ejercer la industria (Ibíd., 102-103).

En este artículo analizaremos de qué manera toma Alberdi las ideas de Smith para sus elaboraciones teóricas con relación a la estrecha vinculación entre las virtudes y la economía. Podemos encontrar en Smith y en Alberdi ideas similares a lo que contemporáneamente se conoce como la discusión acerca de las virtudes burguesas, o algunas de las clásicas y conocidas ideas de Max Weber sobre el ethos del capitalismo (McCloskey, D. 2006; Weber, M. 2003).

En primer lugar, analizaremos las ideas de Adam Smith sobre las virtudes y el éxito económico. En segundo lugar, las ideas de Alberdi sobre el trabajo y la riqueza y, finalmente, la vinculación que realiza Alberdi entre virtudes y riqueza.

La obra de Alberdi refleja una escritura sobre otra escritura (la de Adam Smith), una desarticulación y rearticulación de las citas de Smith, y no una simple repetición de las ideas del filósofo escocés. A lo largo de este artículo analizaremos las cuestiones teóricas que Alberdi agrega sobre la teoría smitheana del valor trabajo y su "olvido" de la insistencia smitheana sobre la importancia de los incentivos para el trabajo.

Las virtudes y el éxito económico en Adam Smith

Según Adam Smith, las acciones virtuosas tienen su recompensa económica. Si somos laboriosos, prudentes y cautelosos tendremos éxito en todo tipo de negocios, porque la riqueza y el poder son "las consecuencias naturales de la prudencia, la laboriosidad y la dedicación"1. A lo largo de las páginas de The Theory of Moral Sentiments encontramos diversas citas como la anterior que versan sobre la importancia de la virtud, la prudencia, la laboriosidad y la frugalidad: virtudes necesarias para el éxito económico individual (Hanley, R. 2009, 102).

Smith sostiene que según algunos filósofos, la prudencia es:

... la búsqueda juiciosa de nuestro propio interés privado y felicidad, o en el gobierno y dirección apropiados de aquellos afectos egoístas que apuntan exclusivamente a este fin2.

La prudencia es, ciertamente, lo opuesto a "la estupidez de visión corta o la temeridad precipitada"3. Quien actúa frugal y laboriosamente tiende a dejar de lado los placeres presentes a fin de obtener beneficios futuros. Para Smith, el éxito en los asuntos económicos individuales depende de una conducta atemperada y prudente, en tanto que la imprudencia y la prodigalidad tienden a arruinar las finanzas del individuo (Smith, A. 1976, I. iii.3.5 y III.3.18).

En el libro primero de An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations,Smith sostiene que las grandes fortunas surgen como consecuencia de ser laborioso, frugal y dedicado en ramas bien establecidas de comercio. Los mercaderes especuladores están cegados por su avidez y se aventuran en proyectos descabellados, como ir tras la búsqueda de nuevas fuentes de oro y plata. El hombre prudente beneficia a la sociedad, en tanto que el especulador no agrega nada al producto total anual de la misma (Smith, A. 1976, I.x.b, I.xi.c y IV.vii.a).

Para Smith, la forma en que el mercader y el manufacturero invierten no es indiferente para el desarrollo económico; esto es, el aumento del producto total anual del trabajo y de la tierra de la sociedad. Este producto total anual no puede ser infinito y presenta ciertos límites. Así, la cantidad de dinero invertida en trabajo improductivo disminuye el producto total anual, en tanto que cierta cantidad invertida en trabajos productivos hace que éste aumente (Ibíd., II.iii. 30). Lo mismo puede decirse con relación a la parsimonia y la prodigalidad; éstas son perjudiciales para el conjunto de la Economía (Ibíd., II.3). Esta idea fue reconocida como una de las ideas centrales del filósofo escocés poco después de la publicación de la primera edición de An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations en 1776. En una carta dirigida a Smith, Jeremy Bentham le atribuye la idea de que la especulación y la prodigalidad retardan la acumulación de riqueza de una sociedad (Smith, A. 1977, Appendix C, 394).

Alberdi, el trabajo y la riqueza

Como es bien sabido, se suele considerar a Adam Smith cuando se intenta encontrar un autor que pueda ser llamado el padre de la teoría del valor trabajo. Alberdi reconoce en Smith al teórico por antonomasia de la riqueza basada en el trabajo. Sin embargo, Alberdi hace más hincapié que el filósofo escocés sobre este punto. El filósofo argentino repetidamente recalca que la riqueza nace del trabajo humano y no de la tierra, mientras que en el filósofo escocés no encontramos tanto interés por recalcar esta diferenciación. En su obra póstuma Ensayos sobre la sociedad, los hombres y las cosas de Sudamérica, Alberdi insiste en que la riqueza surge del trabajo del hombre y no de la tierra: "Decir que hay tierras que producen algodón, seda, caña de azúcar, etc., es como decir que la máquina de vapor produce movimiento, el molino produce harina, el telar produce lienzos, etcétera" (Alberdi, J. B. 2002a, 170).4 Es posible encontrar en el texto citado anteriormente otras ideas sobre las cuales Smith no hace hincapié, y que Alberdi quiere acentuar con la pasión de su pluma:5 un suelo pobre produce al hombre rico, porque lo obliga a trabajar con denuedo, mientras que un suelo rico y fértil produce al hombre pobre, ya que éste no tiene la necesidad de trabajar para alimentarse:

El suelo que produce sin trabajo, sólo fomenta hombres que no saben trabajar. No mueren de hambre pero jamás son ricos. Son parásitos del suelo y viven como las plantas, la vida de las plantas naturalmente, no la vida digna del ente humano, que es el creador y hacedor de su propia riqueza (Alberdi, J. B. 2002c, 170)

Alberdi hace hincapié en una forma especial de ejercer el trabajo. El trabajo sólo es productivo si es inteligente; es decir, si se orienta a lo que es útil a la vida y "sólo el trabajo libre es trabajo inteligente" (Alberdi, J. B. 2002b, 113). A medida que avanzamos en la lectura de la obra de Alberdi descubrimos más detalladamente su pensamiento. No todo trabajo produce riqueza. Incluso el trabajo inteligente no produce riqueza si no está basado en el ahorro:

Sin el ahorro el trabajo deja de ser causa de riqueza. Puede ser inteligente, pero es injuicioso, loco, pródigo, perdido. El ahorro es la economía, es decir, la condición más esencialmente distintiva del hombre y de la vida civilizada (Alberdi, J. B. 2002a; 344).

Alberdi sobre las virtudes y la riqueza

El filósofo argentino define a la Economía política como el estudio de las causas morales de la riqueza. El trabajo y el ahorro constituyen las causas naturales de la riqueza, mientras que la ociosidad y el dispendio las causas de la pobreza. Repetidamente menciona a Adam Smith, el "Homero de la verdadera Economía", en palabras de Alberdi, como el iniciador de los estudios sobre las causas morales de la riqueza, siendo la Economía una ciencia moral (Alberdi, J. B. 2002a, 15-16 y Alberdi, J. B. 2010, 9). La riqueza se genera, en definitiva, según Alberdi, con trabajo libre e inteligente que produzca cosas útiles para la vida, acompañado por las virtudes del ahorro, la "verbigracia, previsión, sobriedad, dominio de sí, sencillez, modestia, abstención o abstinencia, método y orden en la vida" (Alberdi, J. B. 2002a).

Siguiendo a Adam Smith, el filósofo argentino sostiene que las causas de la riqueza son morales. Las podemos encontrar en la conducta, inteligencia, educación y costumbre de los hombres y no en los recursos naturales, el clima o determinada condición geográfica. (Alberdi, J. B. 2002b, 305). Más aún, la pobreza puede coexistir con "la posesión de los más felices climas y territorios cuyos poseedores arrogantes pueden presentar el cómico espectáculo de una opulencia andrajosa" (Alberdi, J. B. 2002a, 16).

Alberdi se hace eco de las palabras de Adam Smith con relación al trabajo productivo e improductivo y critica a la administración de Buenos Aires por mantener a un gran número de empleados públicos improductivos, que no producen valor alguno y por ende no agregan nada al producto total anual del país (Alberdi, J. B. 2002d, 31-32). Se ha sostenido que Alberdi lee las obras ajenas a su manera (Marichal, J. 1965), y es interesante destacar que el filósofo argentino cita An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations II.iii.12 al hablar de los empleados públicos improductivos pero no cita quizá una de las partes más prometedoras de Smith con relación a la función del estímulo para el trabajo productivo, más allá de la importancia de la virtud de la laboriosidad (Alberdi, J. B. 2002d, 32):

Nuestros antepasados eran ociosos por falta de un estímulo suficiente para la industria. Por nada, dice el proverbio, es mejor jugar que trabajar6.

¿Cómo es posible fomentar las virtudes que conduzcan a la riqueza? O bien, dicho de otro modo, ¿Cómo es posible modificar usos y costumbres para que estos tiendan a la riqueza? Alberdi hace hincapié en el ejemplo del trabajador europeo, y lo compara a la abeja, la hormiga y el pájaro en su denuedo por el trabajo y el ahorro (Alberdi, J. B. 2002a, 344). ¿Cómo se logran estas virtudes? Más por el hábito que por la instrucción:7

No pretendo que la moral deba ser olvidada. Sé que sin ella la industria es imposible; pero los hechos prueban que se llega a la moral más presto por el camino de los hábitos laboriosos y productivos de esas nociones honestas, que no por la instrucción abstracta (Alberdi, J. B. 2010, 66).

De lo anterior se sigue, en parte, la insistencia que realiza Alberdi con relación al fomento de la educación industrial y con relación a la necesidad de contar con más ingenieros, naturalistas y geólogos, realzando a estos últimos en detrimento de los militares como ejemplos a seguir (Botana, N. 2005, 294-336):

La nueva política debe tender a glorificar los triunfos industriales, a ennoblecer el trabajo, a rodear de honor las empresas de colonización, de navegación y de industria, a reemplazar en las costumbres del pueblo, como estímulo moral, la vanagloria militar por el honor del trabajo, el entusiasmo guerrero por el entusiasmo industrial...( Botana, N. 2005, 192).

A lo largo de An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations, Smith arremete contra los inversores aventureros que comprometen sus fortunas en arriesgados proyectos, como la búsqueda de minas de oro y plata en América (Smith, A. I.xi.c.26, II.ii.69) Alberdi retoma esta idea y critica la "ambición quijotesca" y el "espíritu quijotesco de aventuras", males morales que obstruyen el camino hacia la riqueza (Alberdi, J. B. 2002a, 41). Más aún, Alberdi sostiene que las causas de las crisis económicas las podemos encontrar en el espíritu especulador y en el emprendimiento de "empresas inconsideradas de producción industrial o comercial" o la incursión en negocios que se ignoran (Ibíd., 49-52). "El veneno del entusiasmo, según la bella expresión de Adam Smith, es la plaga de los pueblos americanos de origen español" sostiene Alberdi8. Es la causa de "agitaciones guerreras" y "locas empresas de un patriotismo fanático y supersticioso" (Ibíd., 286-287). Esta vindicación del héroe guerrero no es sino un obstáculo para la constitución de la sociedad civil (Dotti, J. 1990, 29). La solución la encuentra Alberdi de nuevo en Smith y en la necesidad de que la Ciencia ocupe el lugar de la superstición9.

Conclusiones

A lo largo de este artículo hemos analizado las ideas de Adam Smith con relación a las acciones virtuosas, su recompensa económica, y los efectos perjudiciales de la especulación y la prodigalidad. Según Adam Smith, las acciones virtuosas tienen su recompensa económica. Si somos laboriosos, prudentes y cautelosos tendremos éxito en todo tipo de negocios, porque la riqueza y el poder son "las consecuencias naturales de la prudencia, la laboriosidad y la dedicación".

Analizamos asimismo la recepción de Juan Bautista Alberdi con relación a estas ideas y sus elaboraciones teóricas con respecto al valor trabajo, la importancia del trabajo inteligente y el ahorro. El trabajo sólo es productivo si es inteligente; es decir, si se orienta a lo que es útil a la vida y "sólo el trabajo libre es trabajo inteligente". Ahora bien, Incluso el trabajo inteligente no produce riqueza si no está basado en el ahorro.

Finalmente, analizamos la recepción de Adam Smith en Juan Bautista Alberdi y las elaboraciones teóricas de este último con respecto a las causas morales de la riqueza, y la importancia del hábito para adquirir dichas virtudes morales. El trabajo y el ahorro constituyen las causas naturales de la riqueza, mientras que la ociosidad y el dispendio las causas de la pobreza. Siguiendo a Adam Smith, el filósofo argentino sostiene que las causas de la riqueza son morales. Las podemos encontrar en la conducta, inteligencia, educación y costumbre de los hombres y no en los recursos naturales, el clima o determinada condición geográfica. El hábito, más que la instrucción, permite conducirnos a las virtudes necesarias para la riqueza.

Notas

1. Traducción propia de The Theory of Moral Sentiments: "the natural consequences of prudence, industry, and application" (Adam Smith, The Theory of Moral Sentiments, Oxford, Oxford University Press, 1976, III.5.9). En The Theory of Moral Sentiments Smith trata el tema de la "corrupción de los sentimientos morales". Como destaca Griswold, esta forma de corrupción es vista por Smith como un peligro natural de las sociedades comerciales. La búsqueda de la riqueza era comúnmente relacionada en la época de Smith a la negación de la virtud (Griswold, Charles, Adam Smith and the virtues of Enlightenment, Cambridge, Cambridge University Press, 1999, 16-17).

2. Traducción propia de The Theory of Moral Sentiments:

"... the judicious pursuit of our own private interest and happiness, or in the proper government and direction of those selfish affections which aim solely at this end". (Adam Smith, The Theory of Moral Sentiments, VII. 2. Intro. 2).

3. Traducción propia de The Theory of Moral Sentiments: "short-sighted folly or precipitate rashness" (Adam Smith, The Theory of Moral Sentiments, VII. 2.4.1).

4. Alberdi reconoce, empero, que la tierra es un elemento esencial a la hora de explicar cómo se produce la riqueza. De hecho, el filósofo argentino sigue a Smith al considerar que "hay una renta... que según el mismo Smith, es como el producto del poder natural, que la tierra tiene, según su fertilidad natural." (Juan Bautista Alberdi, Escritos póstumos de J. B. Alberdi. Tomo I: Estudios económicos, Buenos Aires, Editorial Universidad Nacional de Quilmes, 2002, 56). Alberdi compara el poder fecundante de la tierra con el calor, la electricidad y la gravitación, que no producen ningún tipo de riqueza por sí mismas.

5. A lo largo de su obra, Alberdi repetidamente recalca la diferencia entre la Europa de tierras pobres y hombres laboriosos y la América del Sur de tierras ricas que sólo produce prodigalidad. También recalca la diferencia entre América del Norte, poblada por personas laboriosas, y la América española poblada por nobles, militares y monjes que nada producen (Véase Juan Bautista Alberdi, Escritos póstumos de J. B. Alberdi. Tomo I: Estudios económicos, p. 76).

6. Traducción propia de An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations:

Our ancestors were idle for want of a sufficient encouragement to industry. It is better, says the proverb, to play for nothing, than to work for nothing. (Adam Smith, An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations, Oxford, Oxford University Press, 1976, II.iii.12).

7. Sin embargo, como bien señalan Muzzopappa y Herrero, en las Bases la educación para el trabajo es menester para la conformación de la república posible propuesta por Alberdi (cfr. Muzzopappa y Herrero, 2009).

8. El resaltado es del autor.

9. Juan Bautista Alberdi, Escritos póstumos de J. B. Alberdi. Tomo I: Estudios económicos, pp. 286-287. Compárese con Adam Smith, An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations, V.i.f.

Bibliografía

1. Adelman, Jeremy. 2007. Between order and liberty: Juan Bautista Alberdi and the intellectual origins of Argentine constitutionalism. Latin American research review, 42 (2).         [ Links ]

2. Alberdi, Juan Bautista. 2002a. Escritos póstumos de J. B. Alberdi. Tomo I: Estudios económicos. Buenos Aires: Editorial Universidad Nacional de Quilmes.         [ Links ]

3. Alberdi, Juan Bautista. 2002b. Escritos póstumos de J. B. Alberdi. Tomo VIII: América. Buenos Aires: Editorial Universidad Nacional de Quilmes.         [ Links ]

4. Alberdi, Juan Bautista. 2002c. Escritos póstumos de J. B. Alberdi. Tomo X: Ensayos sobre la sociedad, los hombres y las cosas de Sudamérica. Buenos Aires: Editorial Universidad Nacional de Quilmes.         [ Links ]

5. Alberdi, Juan Bautista. 2002d. Escritos póstumos de J. B. Alberdi. Tomo XI: Ensayos sobre la sociedad, los hombres y las cosas de Sudamérica. Buenos Aires: Editorial Universidad Nacional de Quilmes.         [ Links ]

6. Alberdi, Juan Bautista. 2010a. Sistema económico y rentístico de la confederación argentina según la constitución de 1853. Buenos Aires: Emecé         [ Links ].

7. Alberdi, Juan Bautista. 2010b. Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina. Buenos Aires: Emecé         [ Links ].

8. Botana, Natalio. 2005. La tradición republicana. Alberdi, Sarmiento y las ideas políticas de su tiempo. Buenos Aires: Sudamericana.         [ Links ]

9. Dotti, Jorge. 1990. Las vetas del texto. Una lectura filosófica de Alberdi, los positivistas, Juan B. Justo. Buenos Aires: Puntosur editores.         [ Links ]

10. Griswold, Charles. 1999. Adam Smith and the virtues of Enlightenment. Cambridge: Cambridge University Press.         [ Links ]

11. Hanley, Ryan Patrick. 2009. Adam Smith and the character of virtue. Cambridge: Cambridge University Press.         [ Links ]

12. Herrero, Alejandro. 2010. Juan Bautista Alberdi y las ideas políticas francesas. En busca de un proyecto alternativo al orden rosista. Utopía y praxis latinoamericana, 15 (48): 75-85.         [ Links ]

13. Katra, William. 1996. The Argentine Generation of 1837: Echeverría, Alberdi, Sarmiento, Mitre. London: Associated University Press.         [ Links ]

14. Marichal, Juan. 1965. Alberdi y Leroux: La originalidad de la Generación argentina de 1837. Revista hispanoamericana, 31 (59).         [ Links ]

15. McCloskey, Deirdre. 2006. The bourgeois virtues: Ethics for an age of commerce. Chicago: The University of Chicago Press.         [ Links ]

16. Muzzopappa, Héctor y Herrero, Alejandro. 2009. La recepción alberdiana en la política educativa de los gobiernos de Julio Argentino Roca. Perspectivas metodológicas 9 (9): 29-45.         [ Links ]

17. Palti, Elias José. 2009. El momento romántico: Nación, historia y lenguajes políticos en la Argentina del siglo XIX. Buenos Aires: Eudeba.         [ Links ]

18. Smith, Adam. 1976. The Theory of Moral Sentiments. Oxford: Oxford University Press.         [ Links ]

19. Smith, Adam. 1977. Correspondence of Adam Smith. Oxford: Oxford University Press.         [ Links ]

20. Smith, Adam. 1997. La teoría de los sentimientos morales. Madrid: Alianza.         [ Links ]

21. Smith, Adam. 1999. Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, México D.F: Fondo de Cultura Económica.         [ Links ]

22. Terán, Oscar. 1988. Alberdi póstumo. Buenos Aires: Puntosur editores.         [ Links ]

23. Terán, Oscar. 2008. Historia de las ideas en la Argentina. Diez lecciones iniciales, 1810-1980. Buenos Aires: Siglo XXI editores.         [ Links ]

24. Weber, Max. 2003. La ética protestante y el espíritu del capitalismo. México, D.F: Fondo de cultura económica.         [ Links ]

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License