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Estudios de filosofía práctica e historia de las ideas

versión On-line ISSN 1851-9490

Estud. filos. práct. hist. ideas vol.21 no.1 Mendoza jun. 2019

 

DOSIER

 

Presentación del Dosier Filosofía y Liberación
Surgimiento, Historia y Debates actuales de la Filosofía latinoamericana de la liberación

 

Adriana María Arpini

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)
Universidad Nacional de Cuyo

 

“Dentro del desarrollo de la filosofía argentina, constituye este conjunto de ensayos, un momento nuevo; sus autores, casi todos jóvenes, y muchos de ellos con un ya alto nivel de meditación y de compromiso, son expresión de una etapa en la que el quehacer filosófico cobra sentidos y matices de indiscutible importancia” (Roig, 1973).

“Sin lugar a dudas un nuevo estilo de pensar filosófico ha nacido en América Latina (…) Es un pensar que parte del oprimido, del marginado, del pobre, desde los países dependientes de la tierra presente” (Dussel, 1973).

 

Estas palabras encabezan respectivamente la introducción y la contratapa del volumen colectivo Hacia una filosofía de la liberación latinoamericana, el cual contiene una serie de trabajos surgidos del diálogo y la reflexión acerca del sentido y la función de la filosofía en/de América Latina. En efecto, la Filosofía de la liberación tuvo su ámbito de gestación en Argentina, a partir de las discusiones que se dieron en el marco de las “Semanas Académicas” de San Miguel (Provincia de Buenos Aires), acerca de los problemas de la dependencia económica, social, política y cultural de los pueblos de América Latina, del análisis de las posibles alternativas de liberación y, más específicamente, del rol que la filosofía desempeña ‒o debiera desempeñar‒ en relación con el diagnóstico de la situación y sus proyecciones. La primera de dichas reuniones pudo concretarse en 1970, aunque fue pergeñada desde un año antes, a partir del encuentro y las preocupaciones compartidas entre Enrique Dussel y Juan Carlos Scannone, a los que se sumaron desde el comienzo un nutrido grupo de jóvenes filósofos e intelectuales argentinos interesados en pensar desde su propia situación. A partir de esa fecha, las Jornadas se sucedieron anualmente, organizadas por la Universidad del Salvador, hasta 1975. Los debates concitaron el interés de jóvenes profesores universitarios deseosos de transformaciones sociales y políticas, como así también de una renovación de las prácticas académicas, en particular, de las formas en que se entendía el cultivo y la enseñanza de la filosofía. Tales inquietudes tomaron estado público en 1971, en el II Congreso Nacional de Filosofía, realizado en Alta Gracia, Córdoba. Pronto alcanzaron resonancia latinoamericana y suele considerarse el Encuentro de Filosofía de Morelia, México, de 1975, como momento de lanzamiento de la filosofía de la liberación en el ámbito latinoamericano.

A pesar de su denominación genérica, la Filosofía Latinoamericana de la Liberación no constituyó un conjunto homogéneo y orgánico de pensamiento. Desde sus orígenes presentó importantes diferencias que alentaron debates internos, atravesados por motivaciones y prácticas teóricas diversas, vinculadas a la militancia política y/o académica, que resultaron en posiciones bien diferenciadas entre sus participantes. Ello contribuye a la riqueza de líneas de desarrollo y diversidad de matices en el abordaje de los temas.

En 2019 se cumplirán 50 años de aquellos primeros diálogos en que comenzó a tomar cuerpo el movimiento de la Filosofía Latinoamericana de la Liberación. Estudios de filosofía práctica e historia de las ideas considera que es momento oportuno para profundizar y actualizar los debates sobre el sentido y la función actual de la filosofía en América Latina, para indagar acerca de las diferentes líneas de trabajo que surgieron de aquellos encuentros y sobre su vigencia en los días que corren, para dar a conocer la labor desarrollada por sus protagonistas en los 50 años transcurridos. El presente dosier reúne seis trabajos en los que se abordan diversas cuestiones y derivas de los planteos iniciales.

Cuando se menciona a los referentes que dieron origen al movimiento de la Filosofía Latinoamericana de la Liberación, escasamente se alude a las mujeres que participaron en los debates. Sin embargo ellas estuvieron presentes con voz y preocupaciones propias. Ello se hace evidente en los volúmenes de la Revista de Filosofía Latinoamericana publicados entre 1975 y 1979. La relación entre mujer y filosofía en los comienzos del movimiento es analizado por Adriana M. Arpini atendiendo a dos cuestiones, por una parte, a la forma en que el “tema” de la mujer y de la liberación aparecen por aquellos años en escritos de Enrique Dussel y Augusto Salazar Bondy; por otra parte al modo en que las mujeres efectivamente participan los debates acerca de la filosofía latinoamericana y de la liberación, tal como surge de las páginas de la mencionada revista.

Son evidentes los vínculos entre teología y filosofía de la liberación, así como los existentes entre estas y la pedagogía. Dos trabajos aluden de diferentes modos a esas relaciones. Por una parte, Inés Fernández Mouján saca a la luz la fecundidad del diálogo que Paulo Freire entabló desde la pedagogía de la liberación con la teología negra de la liberación, en la zaga de la disputa política de los términos del relato colonial y de la producción de conocimiento abierta por Amé Césaire y Frantz Fanon desde los ’50 y ’60. Por otra parte, Marcos Olalla analiza la obra del biblista y filósofo mexicano José Porfirio Miranda, El ser y el mesías (1973),  a fin de explicitar la índole del mesianismo cristiano en la teología del Nuevo Testamento, al mismo tiempo que pone en evidencia su crítica a un estilo de producción exegética que desatendía el carácter histórico y escatológico del mesianismo.

Dos trabajos se ocupan de la producción de Enrique Dussel. Patricia González San Martín realiza un trabajo genealógico a fin de identificar y analizar las discusiones a partir de las cuales el filósofo mendocino articula su primera formulación de la filosofía de la liberación. Sostiene que las posteriores formulaciones de la ética y la política de la liberación suponen continuidad con las tesis originales, ello facilita una sistematización –arquitectónica– del ejercicio teórico, al mismo tiempo que supone el retorno a viejos problemas. Alberto Sataniscia, por su parte, se detiene en el análisis minucioso de las ediciones de La dialéctica hegeliana de Dussel, la de 1972 y la de 1974 –esta última con el título Método para una filosofía de la liberación–.  Ello con el propósito de mostrar en qué consistió el “subversivo desquiciamiento” experimentado por el filósofo a partir de la lectura de Totalidad e infinito de Emmanuel Levinas. Desquiciamiento que habría dado lugar a la gestación de la Filosofía de la liberación.

Otro fecundo encuentro filosófico es el que se produce entre liberación e interculturalidad. El trabajo de María Luisa Rubinelli pone en diálogo a la Filosofía de la liberación con la Filosofía intercultural, a través de dos de sus respectivos referentes, Arturo A. Roig y Raúl Fornet-Betancourt, señalando coincidencias conceptuales y recuperando categorías para el análisis de narrativas populares de fuentes indígenas del norte argentino, que podrían abonar la inacabada tarea de la emancipación mental.

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