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Prohistoria

versão On-line ISSN 1851-9504

Prohistoria vol.10  Rosario dez. 2006

 

RESEÑAS

ALIATA, Fernando La ciudad regular. Arquitectura, programas e instituciones en el Buenos Aires posrevolucionario, 1821-1835, Prometeo-UNQ, Buenos Aires, 2006, 303 pp., 46 ilust. ISBN 987-558-062-7.

 

La ciudad regular… es el resultado de la tesis doctoral de Fernando Aliata, defendida en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA a mediados de 2000. El trabajo se inscribe en la colección denominada Las ciudades y las ideas, consagrada al abordaje de problemáticas referidas a la historia de las ciudades. Estas tentativas de análisis pretenden cruzar el estudio de las realidades materiales, inscriptas en los espacios, con diversas miradas y tradiciones disciplinares, permitiendo enriquecer el estudio de una presencia tan compleja como fascinante. Utilizando el título del célebre libro de José Luis Romero, la colección se propone pensar las manifestaciones urbanas a partir de una concepción abierta, dinámica e innovadora. La lente analítica de algunos de sus volúmenes se enfoca sobre lugares ignorados y temáticas poco transitadas, ensayando construir interpretaciones minuciosas.
La ciudad regular... rastrea las modificaciones o los intentos de refuncionalización del espacio urbano durante el periodo posrevolucionario, entre los años 1821 y 1835. El comienzo de la periodización coincide con una reforma electoral que, según el autor, signó el desarrollo político posterior. La obra culmina con el nombramiento de Juan Manuel de Rosas como gobernador de la provincia de Buenos Aires, ungido con la suma del poder público.
El libro esta organizado a partir de una introducción; tres partes, munidas las dos primeras de tres capítulos respectivamente, y de uno la última. Finalmente, la conclusión aglutina y balancea los recorridos delineados a lo largo de toda la narración. En ese camino, el autor analiza la historia material de la ciudad de Buenos Aires, revisando la documentación que registra los proyectos y las tentativas de su organización y regulación.
La hipótesis central señala que la modernización de la traza urbana de Buenos Aires estuvo precedida por una modernización en las prácticas y en la cultura política, que irrumpió a lo largo del siglo XIX porteño. Aliata declara que los capítulos de La ciudad regular... fueron concebidos como unidades de sentido; pese a estas consideraciones, el conjunto consigue arrojar luz sobre porciones significativas de la realidad estudiada, en un nivel de análisis general. Dichas explicaciones son sugestivamente acompañadas por ilustraciones, ambas permiten al lector sumergirse en una prosa clara, concisa y plagada de consideraciones clarificadoras.
El retrato esbozado deja entrever el convulsionado universo abierto tras los estallidos de la Revolución. Dicha descripción está íntimamente comprometida con una recopilación de historias superpuestas e interrelacionadas en un mismo espacio físico. Estas historias se ligan con el estudio de las veleidades de la administración y gestión de los recursos materiales; allí emergen las distintas ideas en torno al saneamiento y "regularización" de un territorio que, paulatinamente, surgía entre los vetustos andrajos coloniales. Aliata afirma que la jurisdicción porteña se erigía como la "ciudad moderna", plasmada en los imaginarios y las representaciones de los actores y en la escenografía que los acompañaba.
A partir de estas consideraciones, se plantea un acercamiento complementario a la ciudad posrevolucionaria. El autor renuncia a examinar solamente el contexto de crecimiento y consolidación de la ciudad, ensayando leer el "texto" que los documentos legaron, a fin de reconstruir las representaciones allí impresas. El análisis de las reformas urbanas oscila entre los elementos materiales y las ideas, su demostración más cabal se cristaliza en las conmemoraciones de la fiesta revolucionaria. En la celebración, se patentiza la imagen que los funcionarios del "nuevo estado", revestido de una "inédita soberanía", deseaban materializar en estos recónditos lugares del globo.
Buenos Aires, tras los estertores de la Revolución, se prefiguraba como la ciudad destinada a regir los destinos del amplio espacio rioplatense. Era preciso delinear sus contornos, enfatizando su carácter civilizado, mediante el desarrollo de prácticas culturales inscriptas en la trama urbana.
Para comprender los proyectos de reorganización urbana de la Buenos Aires de comienzos del siglo XIX, es de capital relevancia considerar los efectos que el nuevo principio de representación, surgido de la crisis de 1820, imprimió en los terrenos político y social. El espacio físico debía diseñarse para cercenar todas las desigualdades propias del Antiguo Régimen, revistiéndolas de una regularidad capaz de acompañar las innovaciones instrumentadas en el plano político-institucional. La regularización de la ciudad obedecía, entonces, a un reordenamiento político, afincado en las representaciones de la elite, tributarias de una matriz ilustrada.
La abolición de los cabildos y el despedazamiento del carácter corporativo, propulsó la creación de una elite administrativa, capaz de abordar certeramente una miríada de materias. Aliata señala la contratación de técnicos que, junto a este grupo de notables, motorizaron un sinnúmero de reformas urbanas. La modificación de la estructura material de la ciudad estaba orientada a encauzar los ideales de un espacio público, hasta ese momento bastante difusos. Resultaba preciso suprimir prácticas sociales, vinculadas con lo impío, pueril e indigno, incongruentes con las funciones civilizatorias reservadas a la gran ciudad rectora.
En la investigación, se destaca la labor de los funcionarios del grupo rivadaviano, tendiente a generar un espacio purgado de relaciones sociales anárquicas, con el objetivo de privilegiar la propiedad y el cumplimiento de la ley. Para ello, era indispensable poner en funcionamiento dispositivos de control e higiénicos que garantizasen dichas prerrogativas.
Sobre la conclusión del libro, Aliata ofrece una interpretación respecto a las decisiones que gravitaron alrededor de la construcción de la Sala de Representantes. Estas tentativas estaban ligadas íntimamente a las consideraciones antes esbozadas, respecto a la necesidad de establecer los límites y las atribuciones de un espacio público. Ese espacio debía dotarse de condiciones que permitiesen otra forma de expresión política más "universal" y abierta, conforme a las resoluciones de la nueva ley electoral. El "teatro de la opinión", en tanto escena civilizada, necesitaba estar taxativamente seccionado de la barbarie guerrera, cuyos sedimentos aún pululaban. No obstante estos reparos, el autor muestra cómo, en la práctica, los devaneos teóricos no llegaron a coincidir con la realidad, infinitamente más compleja e indeterminada que soberbias ideas importadas.
Finalmente, Fernando Aliata expone los debates sobre la capitalización de la ciudad de Buenos Aires, delineando la superioridad que el ejercicio y monopolio del poder político tuvo en dichas controversias. Allí, coagulaban las pretensiones de regularizar la ciudad en tanto estrategia política, a fin de conferir a Buenos Aires la capacidad de regir los destinos de un país que, endeblemente, detentaba su novísima soberanía.
Aliata, con su libro, propone una nueva forma de entender la ciudad post-revolucionaria, atravesada de contradicciones inherentes e irreconciliables. Asimismo, plantea la labor del grupo rivadaviano como responsable de este nuevo modo de percibir, representar e inventar una ciudad, que trabajosamente se tornaba moderna. No obstante, en el estudio, no aparecen ejemplificaciones amplias de la construcción de esas representaciones. Enmudecidas quedan las voces anónimas, que diariamente hormigueaban a través de las callejas, blandiendo esperanzas e intenciones posiblemente ajenas a los debates notabiliares.
La rica prosa, corolario de una exhaustiva investigación y fruto de un largo proceso de trabajo, nos obliga a aguardar con impaciencia algunas respuestas sólidas, como las ofrecidas por La ciudad regular... a estas probablemente indiscretas observaciones.

Por Cecilia M. Pascual (UNR)

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