SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.11El peronismo bonaerense: partido y prácticas políticas, 1946-1955La mort du Prince: Le régicide dans la tragédie européenne du XVIIe siècle índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

  • Não possue artigos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO

Compartilhar


Prohistoria

versão On-line ISSN 1851-9504

Prohistoria vol.11  Rosario jan./dez. 2007

 

RESEÑAS

ZANCA, José Los intelectuales católicos y el fin de la cristiandad. 1955-1966, FCE, Buenos Aires, 2006, 256 pp. ISBN 950-557-673-0

La bibliografía sobre el catolicismo argentino de la décadas del sesenta y setenta del siglo pasado ha dado por sentado, inconcientemente o no, algunos componentes propios del paradigma de la secularización, como la afirmación de que "cuanto más moderno es un país, y antiguamente moderno, menos importante es el lugar que ocupa la religión".1 En este sentido, uno de los supuestos recurrentes es considerar que el catolicismo tras el Concilio Vaticano II (1962-1965) se fracturó en dos grupos: preconciliares y postconciliares, en una suerte de iglesia tradicional y otra moderna. Otra de las conjeturas presentes es la que apela al discurso de la separación entre espacio público y privado: conforme a ello, la propuesta de muchos fieles hacia fines de los sesentade asumir la lucha revolucionaria permitió la inclusión de elementos de la esfera privada dentro de la política. Esta interpretación contiene a su vez dos caracterizaciones del proceso: por un lado, la hipótesis de la radicalización católica2; por el otro, la del integrismo de izquierda.3
Dentro de este horizonte académico, el historiador José Zanca realiza una contribución sugestiva al estado del arte, no sólo por llamar la atención sobre el poco indagado tema de los intelectuales católicos, sino también porque escoge hacerlo en el período que va desde 1955 a 1966, relegado historiográficamente por los eventos de fines de los sesenta y de los setenta. En este libro, producto de su tesis de Maestría en Historia en la Universidad de San Andrés, intenta evitar la construcción del repetido relato basado en la oposición entre conservadores y progresistas, los cuales han sido utilizados a su entender como "conceptos absolutos y de fronteras prístinas"(p. 228). Proponiendo una mirada alternativa del proceso histórico, Zanca prefiere fijarse en las dinámicas del campo, buscando rescatar las "voces individuales" de los actores. Con esta premisa en mente, aborda los discursos existentes dentro del ámbito católico a partir de la lectura de la prensa católica y de las obras de dichos pensadores. Estas fuentes, sin embargo, no son analizadas solamente desde una perspectiva política -predominante dentro del corpus bibliográfico-, sino también que enfoca en la relación que estos pensadores establecían con la cultura católica y con el propio campo intelectual.
A partir de esta perspectiva, entonces, sugiere que entre 1955 y 1965 surgió un nuevo grupo de intelectuales católicos que se diferenció del modelo de cristiandad vigente en las décadas de 1930 y 1940. Estos jóvenes intentarían reconciliar al catolicismo con la modernidad a través del recurso a las Ciencias Sociales y de la lectura del humanismo cristiano, el cual se convirtió en un "tropo ideológico que todos reconocían" (p. 233). Sin embargo, para Zanca esta "generación desamparada" no cometió un "parricidio" (p. 43) con sus antecesores, sino que realizaron una ruptura incompleta, la cual sería cometida por los jóvenes de fines de los sesenta. Estos últimos serían los que cerrarían un ciclo del pensamiento católico, a partir de una síntesis de las dos generaciones previas, en un proceso en el que se desintegraría la unidad de la identidad católica. De allí en más, esta ya no tendría significado si no iba acompañada de un adjetivo: "progresista", "integrista", "liberal".
La aparición y la circulación de estas "nuevas claves interpretativas" sobre la realidad (p. 156), se debió a la existencia inédita de una esfera pública crítica, compuesta por nuevos ámbitos de sociabilidad, la cual les otorgó una legitimación "alternativa" con respecto a la institución. Zanca irá descubriendo esta pluralización discursiva a partir del análisis de varios ejes temáticos, como los debates sobre el peronismo, la ley de educación libre, la recepción del Concilio Vaticano II, la introducción de las Ciencias Sociales y la aparición de una nueva memoria histórica católica, temas a los que dedicará a cada uno un capítulo. De este modo irá perfilando las notas características de esta generación: defensa de la libertad y de los derechos individuales, reconocimiento de la separación entre lo temporal y lo sacro, posturas desarrollistas y pluralistas en lo ideológico y confesional, etc.
A su vez, el autor propone una nueva mirada sobre los efectos del Concilio en nuestro país. Si bien Zanca admite, tal como suele hacerse dentro de la historiografía, que la reunión conciliar produjo una "crisis", a su entender esta no fue la que originó las controversias dentro del catolicismo. Considera así "del todo inadecuada" (p. 148) la tradicional separación entre preconciliares y postconciliares, ya que es posible hallar varias interpretaciones de los temas en juego, en lugar de dos. La renovación vaticana permitió entonces la "ampliación de la superficie discursiva" (p. 149), siendo de este modo el "momento de exposición pública" de los pensamientos alternativos, los cuales tenían más de veinte años de existencia (137).
Otro aspecto a destacar es la relativización del argumento que propone la existencia una "línea ideológica lineal" entre los jóvenes de "liberacionistas" de fines de los sesenta y los nacionalistas de los años cuarenta. Zanca considera que en estas hipótesis que hablan de "integrismos de izquierda y derecha", la única variante explicativa es "la matriz de la modernidad, entendida en términos del liberalismo", la cual serviría para "dividir a los 'verdaderos' de los 'falsos' renovadores". De este modo, este tipo de análisis pasan por alto "la particular forma de apertura en que los católicos que apoyaron al Concilio adoptaron en relación con 'lo mundano'" (157).
De amena lectura a lo largo de sus cinco capítulos gracias a la expresa intención de realizar una "tarea panorámica" (p. 228), paradójicamente esta última condición se convierte en un contratiempo ante algunas aseveraciones, sobre las cuales el lector especializado queda deseando mayor profundidad y desarrollo. Ello es elocuente cuando Zanca insiste en generalizar a la mayor parte del pensamiento católico de la época un "bajo nivel de tolerancia" (234) hacia la política diaria y una "enajenación del poder" (48), debido principalmente a una concepción finalista de la política. Aún más, la transición entre los pensamientos de la generación "desamparada" de los cincuenta y los jóvenes "liberacionistas" de fines de los sesenta, si bien explicada, no posee la misma riqueza y detalle con la que el autor ilustra la anterior transformación, la realizada por los primeros con respecto a los adherentes al modelo de cristiandad.
Los intelectuales católicos... representa una bocanada de aire fresco dentro del cada vez más transitado ámbito de los trabajos sobre el catolicismo de los años sesenta y setenta. No sólo por la elección, sino también por la perspectiva elegida: un énfasis en la lógica propia del campo religioso, intentando de este modo dejar de lado los encorsetamientos que el omnipresente paradigma de la secularización ha generado en el corpus bibliográfico. De esta manera, los historiadores y sociólogos abocados al estudio del catolicismo de la segunda mitad del siglo pasado encontrarán aquí un trabajo que no debe ser pasado por alto, siendo un punto de partida para generar nuevas preguntas. Y para los neófitos en la temática, este libro se recomienda debido a la pintura placentera que realiza de la cultura católica del período y sus corrientes internas, en un momento de tránsito entre dos épocas: de los años peronistas a los sesenta.

Notas

1 HERVIEU-LEGER, Danièle "Por una sociología de las nuevas formas de religiosidad: algunas cuestiones teóricas previas", en GIMÉNEZ, Gilberto -editor- Identidades religiosas y sociales en México, México, UNAM, 1996, p. 26.         [ Links ]

2 Entre otros, SONEIRA, Jorge Las estrategias institucionales de la Iglesia católica: 1880-1976, CEAL, Buenos Aires, 1988;         [ Links ] PONTORIERO, Gustavo Sacerdotes para el Tercer Mundo: "el fermento en la masa", CEAL, Buenos Aires, 1991;         [ Links ] LENCI, María Laura "Católicos militantes en la 'hora de la acción'", en Todo es Historia, 401, Buenos Aires, 2000, pp. 62-69;         [ Links ] TOURIS, Claudia "Ideas, prácticas y disputas en una Iglesia renovada", en Todo es Historia, 401, Buenos Aires, 2000, pp. 44-52.         [ Links ]

3 Como ejemplos véase MALLIMACI, Fortunato "Catolicismo integral, identidad nacional y nuevos movimientos religiosos", en FRIGERIO, Alejandro -editor- Nuevos Movimientos Religiosos y Ciencias Sociales, Tomo II, CEAL, Buenos Aires, 1993;         [ Links ] DI STEFANO, Roberto y ZANATTA, Loris Historia de la Iglesia Argentina: Desde la conquista hasta fines del siglo XX, Mondadori, Buenos Aires, 2000;         [ Links ] SARLO, Beatriz La batalla de las ideas (1943-1973), Ariel, Buenos Aires, 2001;         [ Links ] TOURIS, Claudia "Neo-integralismo, denuncia profética y Revolución en la trayectoria del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo", Prismas, 9,UNQ, Bernal, 2005, pp. 229-239.         [ Links ]

Natalia Gisele Arce (UNMdP)

Creative Commons License Todo o conteúdo deste periódico, exceto onde está identificado, está licenciado sob uma Licença Creative Commons