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Prohistoria

versión On-line ISSN 1851-9504

Prohistoria vol.12  Rosario  2009

 

POLÍTICAS DE LA HISTORIA

Imágenes especulares: Educación, laicidad y catolicismo en Santa Fe, 1900-1940*

 

Diego A. Mauro

Facultad de Humanidades y Artes de la UNR y becario doctoral de CONICET
diegoalemauro@hotmail.com

 


Resumen

El presente trabajo se interroga en torno a las relaciones entre catolicismo y laicismo en el terreno educativo. Se pregunta, en particular, sobre la consistencia historiográfica de las imágenes construidas como reflejo de la tesis del "renacimiento católico". Según estos cuadros, la contracara del denominado "renacimiento" habría sido el ocaso de una "Argentina laica y liberal", consagrada en términos educativos en la ley 1420. Partiendo de estas visiones especulares, el texto se propone discutir, para el caso de la provincia de Santa Fe, algunos de los argumentos esgrimidos tras la "postal laicista", a la luz de los debates abiertos en torno a las teorías de la "secularización" y de la "modernidad".

Palabras clave: Laicidad; Catolicismo; Educación; Secularización; Modernidad

Abstract

The present work studies the relationships between catholicism and laicism in the educational field. In particular, it wonders about the historiographic consistency of the images built as a reflection of the "catholic rebirth" thesis. According to these frames, the counterpart of the denominated "rebirth" would have been the decline of a "lay and liberal Argentina", established in educational terms in the 1420 law. Starting from these views, the text discusses, for the Santa Fe county case, some of the arguments fenced behind the "lay postal", in light of the opened debates around the theories of the "secularization" and of the "modernity".

Key Words: Laicism; Catholicism; Education; Secularization; Modernity


 

"...esta ciudad estaba significada como centro laico [...] con las rotundas manifestaciones públicas de reafirmación de fe habrá de rectificarse aquel concepto que [...] no reposaba en nada serio".
La Capital, Rosario, 13 de octubre de 1933
 

La década de 1930, conocida como la "década infame", también ha sido bautizada más recientemente como los años del "renacimiento católico". La expresión fue utilizada tanto por actores de la Iglesia católica como por otros que, como en la cita del diario La Capital, entre asombrados y molestos, observaban el fenómeno con aprehensión. Por entonces, bastaba echar con un vistazo a las multitudes reunidas durantes los congresos eucarísticos para que la idea misma de "renacimiento" cobrara sentido. Esta imagen, retomada por la historiografía de las últimas décadas, tuvo la virtud, sin dudas, de dar cuenta del vigor y de las energías de un catolicismo que se parecía poco al de fines del siglo XIX y que ocupaba de manera creciente lugares estelares tanto política como culturalmente.1
Durante las primeras décadas del siglo XX la Iglesia católica se transformó y el denominado "renacimiento" estuvo vinculado con la emergencia de un catolicismo popular que, después de varias décadas de expansión tentacular, se mostraba como nunca antes dispuesto a hablar un lenguaje de masas.2 Durante la década de 1930 las multitudes que ocuparon las calles tras la ola de congresos eucarísticos que sacudieron a lo largo y a lo ancho las principales ciudades del país adquirieron una notoriedad hasta entonces desconocida. Si bien se consumó un cambio de escalas, lo cierto es que estas movilizaciones masivas no eran nuevas sino, más bien, el resultado de por lo menos dos décadas de avances y retrocesos. No obstante, hacia 1934 las circunstancias políticas habían cambiado y los nuevos tiempos fueron importantes a la hora de mostrar, y en cierto punto producir, la masividad católica.3 El general Agustín Justo junto al cardenal Pacelli en Buenos Aires y en Santa Fe Manuel María de Iriondo junto al obispo Nicolás Fasolino durante el Congreso Eucarístico Diocesano de 1933, fueron fotos repetidas y frecuentes que a través de los diarios impregnaron las retinas de los lectores.
Lo que nos interesa analizar en estas páginas no son precisamente estas postales del "renacimiento católico" sino las imágenes especulares sobre las que se hilvanaron dichos cuadros, y a partir de ellos buena parte de las interpretaciones sobre la Iglesia y el catolicismo de la década de 1930. Nos referimos a la postal de la "argentina liberal y laica".4 Esta proyección especular sobrevuela las reconstrucciones historiográficas del período que confluyen, como se ha señalado recientemente, en enfoques que podrían calificarse de discontinuistas.5 En otras palabras, si las multitudes católicas eran el ícono de cambios profundos y vertiginosos, esto implicaba necesariamente que lo que se había dejado atrás era esencialmente diferente. El mito de la argentina laica se dibuja así, vagamente, como una alteridad necesaria en términos funcionales en relación con la arquitectura de las principales interpretaciones historiográficas sobre el catolicismo de masas de 1930 y sus conexiones con el fenómeno peronista.6 En este sentido, se daba por descontado que la "Argentina populista" y la "nación católica" habían enterrado hacia los años 1930s. una "Argentina liberal y laica". Llamativamente, cabría señalar que estas eran exactamente las mismas interpretaciones que difundían en clave militante los dirigentes y cuadros de la Acción Católica Argentina durante los años 1930s. y 1940s.
En este marco, la educación se convirtió en un área en la que la dicotomía encontró argumentos que parecían confirmarla y la cuestión de la "enseñanza religiosa" ganó historiográficamente particular fuerza, siguiendo el clima político de la época. Su "reincorporación" en 1943 fue vista de este modo como la oficialización del fin de la "Argentina laica y liberal" que había emergido claramente en la década de 1880 y cuyo ícono más representativo había sido precisamente la ley 1420, derogada por el popular novelista y representante del integrismo católico, Gustavo Martínez Zuviría. Ahora bien, de este juego de espejos se imponen, a poco de tomar cierta distancia, algunos interrogantes: ¿qué tan laica fue esa Argentina de fines del siglo XIX y principios del XX? ¿Qué ocurrió, más allá de los debates parlamentarios incansablemente transitados con la ley 1420? Y, particularmente, ¿qué ocurrió en las provincias? Finalmente, ¿qué tan consistentes fueron en el terreno educativo los intentos laicizadores?
La presente intervención obviamente no pretende contestar ninguna de estos interrogantes. Las páginas que siguen proponen sólo una entrada problemática al caso santafesino y un ejercicio de revisión de la postal laicista de cara a la realización de futuras investigaciones que permitan, tal vez, comenzar a hacer a un lado la mecánica de las visiones especulares.

Algunos argumentos tras la postal laica en educación

La proyección de los debates en torno a la ley 1420 y a comienzos del siglo pasado la denominada "ley Láinez" fueron claves en la construcción retrospectiva del rostro laico de la Argentina moderna.7 La educación emergió así como un terreno paradigmático en la construcción de una modernidad que parecía confirmar algunas de las tendencias que se habían ido dibujando durante la segunda mitad del siglo XIX.8
En Santa Fe, estas imágenes dicotómicas y las interpretaciones correspondientes no fueron demasiado diferentes y, aún con matices, también la década de 1930 se concibió como poniendo punto final al pasado liberal y laico que, principalmente en el caso de Rosario, se consideraba particularmente firme y arraigado.9 Esta imagen especular no se construyó, sin embargo, sólo como una proyección residual, por el contrario una relativamente numerosa y renovada producción historiográfica local permite, sobre todo para Rosario, si no confirmar al menos insuflar de un cierto vigor al "mito liberal y laico".10 La llamativa inexistencia de investigaciones sobre la Iglesia católica y el catolicismo entre fines del siglo XIX y 1930 en el ámbito local y regional puede ser atribuida en parte al peso que dichas imágenes contrastantes jugaron prerreflexivamente en las elecciones temáticas. En este sentido, las elecciones y recortes problemáticos podrían estar dando cuenta de una visión particular sobre la modernidad que, tal como ha señalado Peter Burke, entre otros, sólo reconocería su rostro laico.11 Los enfoques emergentes de la idea de modernidad, en términos más filosóficos que historiográficos, se han encontrado a veces demasiado apegados a las dicotomías de la sociología clásica de la cual nacieron y a las teorías de la secularización de matriz decimonónica. Como señala Roberto Di Stéfano, quizás el problema sea precisamente la pervivencia de estos enfoques que entienden la "...secularización no simplemente como un proceso de distinción y separación de esferas [...] sino más bien como una suerte de destino ineluctable que impondría a la religión el repliegue definitivo" y en el largo plazo "su desaparición".12
Más allá del peso que el "mito de la laicidad" juega en las interpretaciones sobre los años 1930s. y 1940s., lo cierto es que, en realidad, no se cuenta con investigaciones específicas y de base sobre la educación en las primeras décadas del siglo XX en Santa Fe. Algunos recientes trabajos han logrado despegarse de viejas lecturas pero aún así no alcanzan a cubrir lo que constituye un terreno de enormes dimensiones casi inexplorado.13 Aún así, el "mito de la laicidad" sobrevuela los pasos de la modernidad y no por ello ha dejado de ofrecer un espejo contrastante para pensar los años 1930s.
En lo que refiere al caso santafesino, ante todo cabría señalar que desde el punto de vista constitucional la ley 1420, calificada a veces como laicización incompleta dado que permitía a los sacerdotes enseñar el catecismo fuera del horario de clases, no llegó a plasmarse precisamente en sus aspectos laicizadores. La ley de educación provincial que adecuó la nacional en 1886 mantuvo entre los contenidos mínimos, como ocurrió en Córdoba, la enseñanza de la religión y moral católicas. Se ha señalado, sin embargo, que en Rosario la ley nacional se habría aplicado sin modificaciones a través del Consejo Escolar Municipal desde 1887; la experiencia fue relativamente breve y hacia 1890 el Consejo Escolar fue disuelto y las escuelas que dependían de él transferidas al Consejo General de Educación de la Provincia regido bajo la ley de 1886. Desde este punto de vista, aún cuando el discurso pedagógico desde el Estado sufrió una cierta laicización desde fines del siglo XIX, en los hechos la ley no fue modificada. Incluso durante la gestión del radical liberal Manuel Menchaca, partícipe de las tramas de librepensamiento de la ciudad de Santa Fe, la situación legal permaneció inalterada.
También se ha insistido en el supuesto impacto no solo laicizador sino también socialmente secularizador de las escuelas creadas a partir de 1905 bajo la Ley Láinez. Estas escuelas que dependían del gobierno nacional se regían por la ley 1420 por lo que no incorporaban la religión católica entre sus contenidos mínimos. Las escuelas Láinez tuvieron una rápida expansión y, no estando vigente la ley 1420 en la provincia, fueron uno de los más firmes indicios del supuesto crecimiento de una modernidad laica.14 Se ha llegado a afirmar, incluso, que a través de ellas se esparcía lo que se calificó de "hálito secularizador".15 Sin embargo, más allá de los intentos por pensar a las Láinez como una "institución fordista", los niveles de deserción escolar que revelan los censos abren un abanico extendido de dudas sobre su oblicuo rol como "fábricas de modernidad laica". La deserción era un problema general del sistema y según la información del Consejo llegaban al tercer grado sólo un 40% de los alumnos y al quinto menos del 20%.16 A pesar de lo grave de la situación, el escenario era aún más apremiante en el caso de las Láinez. Allí un 70% de los alumnos abandonaba los estudios en el primer año y en su gran mayoría sólo contaban con dos grados. Las Láinez, tanto por su origen legal como por los niveles de deserción, parecían ser estrictamente un vehículo destinado a ofrecer algunos rudimentos mínimos de lectoescritura y aritmética general. Además, en 1927 las escuelas Láinez adoptaron los planes que recientemente se habían aprobado desde el Consejo de Educación para las provinciales. Si bien se mantenía la prohibición de enseñar el catecismo dentro del horario de clases, con el nuevo plan se aplicaba a asignaturas como Historia o Moral y Urbanismo las orientaciones pro-católicas del presidente del Consejo Ramón Doldán.17 En este sentido, pensando sobre todo en los niveles de concurrencia media, si bien significaban un cierto avance en términos de laicidad, es sin dudas excesivo atribuirles algún tipo de poder socialmente secularizador.
Otro de los indicios de la laicización del sistema educativo habría sido el acentuado decrecimiento de la educación católica sobre el total. Efectivamente, entre fines del siglo XIX y 1935 la educación católica pasó de significar casi el 40% a representar poco más del 10%. A pesar de lo convincentes que pueden llegar a ser las estadísticas, cabría preguntarse qué significaba en los hechos esa disminución. También sería pertinente, antes de sacar conclusiones, indagar acerca de cómo pensaba y concebía la Curia el accionar de los colegios católicos. El Obispado proyectaba la ecuación educativa según varias modalidades: colegios católicos, catecismo parroquial, misiones y enseñanza religiosa o "catecismo escolar".18 De hecho, la Curia discutía explícitamente en sus reuniones privadas cómo lograr en cada parroquia equilibrios favorables entre estos vectores. Así, por ejemplo, si se trataba de un barrio anarquista se consideraba prioritario el "catecismo escolar", es decir, la "enseñanza religiosa", dado que esta se impartía en el aula; pero si por el contrario se trataba de un barrio o de una colonia agrícola mayormente católicas, muchas veces se aconsejaba al cura no asistir a la escuela pública y potenciar sobre todo el catecismo parroquial. Este era, según el Obispado, el principal vehículo catolizador. El "catecismo escolar" era visto más bien como una apoyatura secundaria ya que no podía incorporar las dimensiones asistencial y lúdica que se consideraban esenciales y que ponían en marcha los templos parroquiales. Mientras la enseñanza religiosa terminaba en el aula, el catecismo parroquial podía ser la puerta de entrada a otras actividades que se llevaban a cabo en el templo. La existencia de infladores y pelotas de fútbol en los inventarios y en algunos casos la presencia de juegos de plaza sugiere que lo lúdico ocupaba un lugar importante en la vida de las parroquias.19 En buena parte de ellas se otorgaban, junto al catecismo, desayunos y meriendas y a veces funcionaba lo que se denominaba el "ropero infantil catequístico". La realización de quermeses, rifas y la puesta en escena de algunas obras de teatro también eran frecuentes y servían para recaudar fondos destinados a la adquisición de libros de religión, de estampas, medallas y de otros insumos como lápices y papel utilizados durante la lección semanal.
Este abanico de actividades que superaba ampliamente la estricta enseñanza del catecismo se fue incrementando durante las décadas de 1920 y 1930 en coincidencia con las propias opiniones de los párrocos. Según muchos de ellos, el difícil e inapropiado contenido de los textos era el principal obstáculo a superar y para ello eran vitales las otras actividades que se organizaban, fundamentalmente los desayunos y meriendas y los diversos juegos. Los sacerdotes allegados a Boneo coincidían con esta apreciación y consideraban, además, que la escuela pública debía ser utilizada más bien como último recurso.20 De hecho, se aconsejaba no gastar demasiados esfuerzos en ella sobre todo si implicaba una menor dedicación al catecismo parroquial. Por supuesto, hacia fuera, se alentaba una encendida oratoria en contra de la laicidad de la escuela pública a la que se atribuía todos los males posibles. En varias ocasiones, incluso, la Iglesia se movilizó con virulencia en contra de proyectos que pretendían laicizar la educación estatal. Sin embargo, a diferencia de lo que pensaban las principales voces de las tramas liberales, esto preocupaba no tanto por los potenciales efectos socialmente secularizadores, como por la posibilidad de que de ellos derivara una laicización más definitiva que pudiera poner fin a los vínculos que material y simbólicamente unían a la Iglesia con el Estado. Estas relaciones, que en general permanecían bajo tierra y que a veces denunciaban las tramas liberales y librepensadoras, incluían una amplia gama de conexiones en la forma de bonos de edificación pública, becas, recursos editoriales y numerosos subsidios entregados regularmente a buena parte de los colegios católicos. En esta dirección, laicización institucional y secularización social no sólo no iban de la mano sino que, en los hechos, parecían ir en direcciones contrarias. Los debates de la curia sugieren que los avances del laicismo en la educción implicaban el fortalecimiento subterráneo del catecismo parroquial y la intensificación de las misiones catequísticas. Se trata aquí, una vez más, de pensar la "secularización" como diferenciación o reorganización de esferas y no como "decadencia" o "extinción" de la religión. Hacia fines de la década de 1910 muchas de las parroquias llevaban a cabo frecuentes misiones a lugares alejados o supuestamente desatendidos. Se recorría el barrio o, como ocurría por ejemplo en la parroquia de Rincón, el párroco se desplazaba hasta Rincón Norte y lo caminaba promocionando el catecismo a viva voz. A veces se utilizaban casas de familia pero otras el cura se instalaba en la plaza principal. Allí al aire libre se enseñaba el catecismo de manera similar a como se lo hacía en el templo entre juegos, premios y meriendas.21
Como se ve, los vínculos que a comienzos del siglo XX se fueron tejiendo entre Iglesia católica y educación eran sinuosos y capilarizados y las fronteras entre catecismo, misiones religiosas y catecismo escolar, bastante borrosas.
En perspectiva, los colegios católicos fueron, a lo largo del período, la otra gran apuesta de la Iglesia. Excepto algunos casos, estuvieron a cargo de las congregaciones religiosas que los pusieron en marcha desde la segunda mitad del siglo XIX y principalmente a comienzos del siglo XX. Su disminución porcentual, interpretada como índice de modernidad laica y "secularización/decadencia", oculta el hecho de que entre 1900 y 1920 estos no sólo continuaron creciendo sino que, sobre todo en la década siguiente, lograron consolidar una estructura educativa católica de importantes dimensiones destinada a perdurar. La inestabilidad de muchos de los establecimientos comenzó a ser superada y, a fines de la década de 1920, entre niños y niñas los colegios católicos educaban entre 15 mil y 18 mil alumnos. A su vez, la mayoría ya contaba con sus propios edificios, algunos de los cuales eran mucho más que simples escuelas y tenían cines, teatros e importantes bibliotecas.22
Por otra parte, tal como he estudiado en los trabajos ya citados, sus vasos comunicantes con el Estado se acrecentaron y el discurso pedagógico que se había laicizado tímidamente sufrió un acentuado revés y tanto el Boletín de Educación como el Consejo de Educación fueron ocupados por dirigentes del laicado que defendieron las posiciones de la Iglesia.23 En general, no se ha tenido en cuenta que, además, muchos de estos establecimientos ofrecían un abanico amplio de actividades culturales y recreativas que, similares a las que se llevaban a cabo en las parroquias, daban pie a experiencias catequísticas populares como los "oratorios" o los denominados "centros de catecismo" en los que se implementaban juegos, entre ellos el fútbol, y se ofrecían desayunos o almuerzos populares. También en los colegios católicos los problemas de deserción eran muy acentuados pero aún así revestían menos gravedad que en las escuelas públicas y mucho menos que en las Láinez. Como se ha señalado, la menor seriedad del problema podía deberse al hecho de que la educación católica se orientaba en parte a los sectores medios o de elite.24 Esto parecía ser relativamente cierto ya que el catecismo, los oratorios y algunas experiencias puntuales como las escuelas de oficios se reservaban para los sectores populares. Más allá de esto, lo cierto es que hacia 1925 porcentualmente los colegios católicos que en primer grado representaban poco menos del 15% del total, rondaban en el sexto entre un 25% y un 30%.25
El normalismo y las asociaciones del magisterio constituyen otro de los grandes tópicos a ser investigados.26 Los conflictos suscitados entre curas y maestros a causa de la enseñanza religiosa que se impartía en las escuelas públicas parecen sugerir que, tal como reivindicaban la Unión del Magisterio de Rosario y la Federación del Magisterio de Santa Fe, la laicidad era un reclamo que tenía predicamento entre los maestros.27 No obstante, los maestros normales, que tan intensamente había denunciado la Iglesia,28 constituyeron en el período entre un 25% y un 40% de la planta docente. Aún cometiendo la imprudencia de atribuir sin investigaciones precisas y siguiendo el discurso de las jerarquías católicas un vigoroso espíritu laicista al normalismo, más de la mitad de los maestros provenían de escuelas normales provinciales sobre las que nada se sabe o no tenían título. En este sentido, sin investigaciones más específicas u otras apoyaturas el argumento de la asociación entre normalismo y laicidad uno de los caballitos de batalla del discurso militante de la Iglesia es, cuanto menos, problemático. Por otra parte, cabría agregar que durante la década de 1930 la editorial católica Apis, que funcionaba en la imprenta del Colegio Salesiano San José en Rosario, dio paso a un proyecto editorial que, apoyado políticamente por la intervención nacional en 1935 y luego por el iriondismo, cobraría fuerza por largos años. Por entonces, la editorial católica Apis, en continuidad con lo que se había hecho desde la imprenta salesiana durante los años 1920s., editó manuales y libros de texto que a pesar de su orientación católica fueron utilizados también en las escuelas fiscales. La presencia de la editorial Apis abre, sin dudas, otros interrogantes: ¿Qué libros se utilizaban? ¿Quiénes los preparaban? ¿Dónde los imprimían? A juzgar por los reclamos de las Iglesias Evangélicas de Rosario, los libros de texto católicos circulaban con cierta regularidad en las escuelas fiscales provinciales e incluían a veces, tal como en el caso de El Progreso Humano de Cayetano Bruno, interpretaciones pro-católicas bastante polémicas.

Imágenes, discursos, interpretaciones

La imagen especular de la Argentina laica y liberal fue, sin dudas, claramente funcional al discurso integrista. De hecho, fue uno de los principales recursos utilizados por la Iglesia para movilizar al laicado y también al clero hacia actitudes más combativas. En esta tarea las tramas liberales y librepensadoras con sus discursos anticlericales fueron uno de los principales aliados a la hora de dar sustento a la imagen romana de una Iglesia asediada cuya supervivencia dependía de su capacidad para ponerse en movimiento.
La Curia santafesina no fue la excepción y de hecho hizo propias estas imágenes para lanzar y relanzar diversas cruzadas entre 1900 y 1940. La Curia fue, en este sentido, la primera en recuperar la producción del abanico de intelectuales liberales reformistas y librepensadores. De este modo, en sintonía con las orientaciones romanas, se trazó una y otra vez un cuadro de crisis a través del cual se intentaba sacudir la inercia del catolicismo de los templos y propiciar una militancia más activa. Paradójicamente, estos llamados a la acción en nombre del avance de la laicidad y la secularización lanzados por la curia y algunos dirigentes del laicado, eran generalmente retomados luego por las mismas tramas liberales y librepensadoras que en parte los habían motivado para alimentar diagnósticos que, aún cuando denunciaban el "clericalismo reinante", adscribían a la tesis de una secularización/decadencia inevitable. Tal el caso de Luis Bonaparte, quien en 1920 consideraba que el "desconcepto de la iglesia era total" en Santa Fe debido a su "inadaptabilidad" al "progreso de las sociedades" y al potente accionar de la "escuela laica" y "el aprendizaje popular".29 Mientras por un lado se agigantaba el poder de la Iglesia en el pasado, por otro se lo ponía entre paréntesis precisamente cuando después de varias décadas de consolidación institucional estaba adquiriendo un nuevo vigor.
En estas potentes imágenes Rosario ocupó un lugar central.30 Santa Fe, a pesar de contar con tramas liberales más robustas de lo supuesto, tal como han evidenciado algunas nuevas investigaciones, era vista por las elites dirigentes rosarinas como la ciudad de la "siesta y los campanarios" una imagen destinada a perdurar en los imaginarios sociales.31 Sin embargo, fue en Santa Fe donde se impuso electoralmente en 1922, por primera y única vez en la provincia, un partido definido claramente por tendencias liberales y anticlericales: el denominado Radicalismo Opositor. En sentido contrario, Rosario, alejada de las influencias jesuitas, era supuestamente para intelectuales como Juan o Serafín Álvarez el paradigma del "progreso". Sin dudas, aquí se abren muchos interrogantes sobre la génesis de estas imágenes. Cuanto menos son llamativas las coincidencias entre algunas de las operaciones intelectuales de principios del siglo XX, a manos de las elites locales y la curia eclesiástica, y las posteriores interpretaciones historiográficas. En otras palabras, cabría preguntarse sobre el impacto historiográfico de aquellas visiones laicas de la modernidad (en las cuales Rosario ha sido una pieza importante).32 El vertiginoso crecimiento poblacional33 y la activa presencia anarquista a comienzos del siglo XX estaban lejos de ser indicios de una irrefrenable secularización social, entendida como "decadencia o retracción", aún cuando la Curia la denunciara en términos bastante catastrofistas.34
En esta dirección, ambas interpretaciones -la de las tramas liberales y la de la curia- tenían, como se ve, objetivos diferentes aunque bastante similares. Mientras la curia intentaba victimizarse agigantando las adversidades para sacudir el catolicismo de los templos y estimular la militancia en los párrocos, las tramas liberales recibían con regocijo estas imágenes que parecían confirmar el sentido de la historia que habían aprendido en la sociología decimonónica. Tal como las publicaciones librepensadores señalaban, se creía estar dejando atrás, como durante la Convención Constituyen de 1921, aquello que Comte había bautizado como el estadio metafísico.
Ahora bien, más allá de estas postales: ¿qué tan laica fue, entonces, la educación en Santa Fe a comienzos del siglo XX? ¿Qué tan laicos eran los rostros de la modernidad y qué tan inadaptable se mostró en el terreno educativo la Iglesia católica? La sociedad y la política, como así también la Iglesia, se transformaron rápidamente durante las primeras décadas del siglo XX. A fines del siglo XIX la joven diócesis se había dividido sobre la base de las capellanías existentes en 46 parroquias, 44 de ellas en el territorio santafesino. Hacia 1910 entre parroquias y viceparroquias se había superado el centenar y a comienzos de 1930 rondaban las 150. Santa Fe, la "ciudad de los campanarios" había pasado de cuatro a once y Rosario la ciudad "fenicia y desalmada", "anarquista y atea" según la curia diocesana, de cuatro a trece.35 Por entonces, a las cofradías y asociaciones católicas se sumaba el accionar de los círculos de obreros desde donde también se enseñaba el catecismo y se hacía uso del cine para atraer a los niños. Algo que al menos en Santa Fe y Rosario se llevó a cabo durante toda la década de 1920.36 Esta transformación silenciosa también adquirió relevancia en el caso de los colegios católicos, muchos de los cuales contaban por entonces con oratorios y realizaban periódicas misiones catequísticas. El propio Obispado, preocupado por las dimensiones que había adquirido la ciudad, dio el puntapié inicial para la instalación de dos colegios populares -uno de ellos, hacia 1909, en "Refinería", barrio obrero y anarquista.37 En 1910 los colegios católicos ya eran medio centenar y hacia 1930 superaban holgadamente la centena.
A pesar de estos acelerados cambios, Boneo repetía -para regocijo de los centros de librepensamiento- que la "Iglesia era una ciudadela asediada" por el laicismo y que sus enemigos estaban prestos a saquearla. Mientras este discurso ganaba fuerza -y en el caso de Rosario parecía confirmar la visión de parte de su elite dirigente- la Iglesia católica se expandía tentacularmente en modos difícilmente comparables. En los hechos, más allá de los discursos, el resultado de los intentos laicizadores y en términos generales de los procesos de secularización, fue el fortalecimiento institucional, social y cultural de la religión católica.
En este marco, la cuestión educativa se convirtió -a través del catecismo, las misiones, los colegios católicos y la enseñanza religiosa- en uno de los principales campos de batalla mucho antes de los años 1930s., cuando finalmente se anunció triunfante el "renacimiento católico" y, poco después, la supuesta muerte de la "Argentina laica".

Notas

1 La imagen sobrevuela los principales trabajos, entre ellos se cuentan los ya "clásicos" de ZANATTA, Loris Del Estado Liberal a la Nación Católica. Iglesia y ejército en los orígenes del peronismo, 1930-1943,Buenos Aires, UNQ, 1996 y ZANATTA,         [ Links ] Loris Perón y el mito de la Nación católica. Iglesia y ejército en los orígenes del peronismo, 1943-1946, Sudamericana, Buenos Aires, 1999;         [ Links ] el trabajo pionero de MALLIMACI, Fortunato Catolicismo integral en la Argentina, 1930-1946, Biblos, Buenos Aires, 1988 y,         [ Links ] entre otros, el más reciente "Los diversos catolicismos en los orígenes de la experiencia peronista", en MALLIMACI, Fortunato y DI STÉFANO, Roberto Religión e imaginario social, Manantial, Buenos Aires, 2001.         [ Links ]

2 Entre los intentos recientes por pensar las "calladas transformaciones" del catolicismo en las primeras décadas del siglo XX cabría mencionar el trabajo de ROMERO, Luis Alberto "La política en los barrios y en el centro: parroquias, bibliotecas populares y politización antes del peronismo", en KORN, Francis y ROMERO, Luis Alberto Entreguerras: la callada transformación, 1914-1945, Sudamericana, Buenos Aires, 2006;         [ Links ] LIDA, Miranda "Iglesia y sociedad porteñas. El proceso de parroquialización de la arquidiócesis de Buenos Aires, 1900-1928", en Entrepasados, núm. 28, Buenos Aires, 2005 y LIDA,         [ Links ] Miranda "La prensa católica y sus lectores en la Argentina, 1880-1920", en Tiempos de América. Revista de historia, cultura y territorio, núm. 13, Castellón, España, 2006 y,         [ Links ] entre otros, el de MAURO, Diego "La Iglesia católica argentina entre el orden y las prácticas, Santa Fe 1900-1935", en Rábida, UHU, Huelva, 2008, en prensa.         [ Links ]

3 Sobre el catolicismo de masas y las movilizaciones ver LIDA, Miranda "El catolicismo de masas en la década de 1930. Una revisión historiográfica", en II Jornadas de Historia de la Iglesia en el NOA, 15, 16 y 17 de mayo de 2008.         [ Links ] He trabajado la cuestión en MAURO, Diego "La Virgen de Guadalupe en Argentina. Movilización y política en el catolicismo. Santa Fe, 1920-1928", en Secuencia, Instituto Mora, México, 2009, en prensa.         [ Links ]

4 Miranda Lida ha llamado recientemente la atención sobre el rol jugado por el "mito laico" en el discurso integrista y en esta dirección ha propuesto pensar la "tesis de la romanización" como el "perfecto reverso" de la de secularización. Ver LIDA, Miranda "La Iglesia Católica en las más recientes historiografías de México y la Argentina. Religión, modernidad y secularización", en Historia Mexicana, núm. 224, El Colegio de México, México, abril-junio de 2007.         [ Links ]

5 Sobre la historiografía de la Iglesia católica ver DI STÉFANO, Roberto "De la teología a la historia: un siglo de lecturas retrospectivas del catolicismo argentino", en Prohistoria, núm. 6, Rosario, 2002;         [ Links ] también de LIDA, Miranda "La Iglesia Católica...", cit.

6 Además de los trabajos de Zanatta se cuentan, entre otros, los de CAIMARI, Lila Perón y la Iglesia Católica. Religión, Estado y sociedad en la Argentina (1943-1955), Ariel, Buenos Aires, 1995 y BIANCHI,         [ Links ] Susana Catolicismo y peronismo. Religión y política en la Argentina, 1943-1955, Prometeo-IEHS, Buenos Aires, 2001.         [ Links ]

7 Como ejemplos de la mirada católica ver El Pueblo, 15 de abril de 1900; 21 de julio de 1903 y 9 de noviembre de 1904.

8 Me refiero, entre otros, a los clásicos trabajos de GONZÁLEZ BERNALDO DE QUIRÓS, Pilar Civilidad y política en los orígenes de la Nación Argentina, FCE, Buenos Aires, 2001 y SABATO,         [ Links ] Hilda La política en las calles. Entre el voto y la movilización, Buenos Aires, 1862-1880, UNQ, Buenos Aires, 2004.         [ Links ]

9 Para el caso santafesino se cuentan los trabajos de MACOR, Darío "Las tradiciones políticas en los orígenes del peronismo santafesino", en MACOR, Darío y TCACH, César La invención del peronismo en el interior del país, UNL, Santa Fe, 2003 y "         [ Links ]Católicos e identidad política", en MACOR, Darío Nación y provincia en la crisis de los años treinta, UNL, Santa Fe, 2005.         [ Links ] También de IGLESIAS, Eduardo y MACOR, Darío El peronismo antes del peronismo. Memoria e historia en los orígenes del peronismo, UNL, Santa Fe, 1997;         [ Links ] IGLESIAS, Eduardo "El retorno de Cristo a las escuelas fiscales. La influencia de la Iglesia Católica en la política educativa del Estado santafesino durante la Revolución del 4 de junio", en I Congreso Regional de Historia e Historiografía, UNL, Santa Fe, 2004.         [ Links ]

10 La producción en esta dirección es relativamente abundante. Recientemente algunos trabajos colectivos de síntesis permiten, en perspectiva, repensar la ciudad entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX; ver FERNÁNDEZ, Sandra -directora- Sociabilidad, corporaciones, instituciones (1860-1930), Tomo VII de BARRIERA, Darío -director- Nueva Historia de Santa Fe, Prohistoria-La Capital, Rosario, 2006;         [ Links ] BONAUDO, Marta -compiladora- Imaginarios y prácticas de un orden burgués, Rosario, 1850-1930, Prohistoria, Rosario, 2005.         [ Links ] También SONZOGNI, Élida y DALLA CORTE, Gabriela -compiladoras- Intelectuales rosarinos entre dos siglos. Clemente, Serafín y Juan Álvarez. Identidad Local y esfera pública, Prohistoria-Manuel Suárez, Rosario, 2000.         [ Links ] Aunque anterior, permanece vigente la compilación de ASCOLANI, Adrián -compilador- Historia del sur santafesino. La sociedad transformada (1850-1930), Platino, Rosario, 1993.         [ Links ]

11 BURKE, Peter Historia y teoría social, Amorrortu, Buenos Aires, 2007, p. 206.         [ Links ]

12 El debate sobre los conceptos de secularización y laicización posee, hoy en día, enormes e inabarcables dimensiones, al menos para una intervención de estas características. Saltearemos el debate y aún a riesgo de simplificar demasiado, intentaremos definirlos de manera restringida. Por laicidad entendemos lo que concierne ante todo al lugar y al rol de la religión en el campo institucional, precisamente lo que Dobbelaere concibe en los términos de diferenciación estructural y funcional de las instituciones. La secularización, tal como insiste Baubérot, estaría más vinculada a la dinámica social, al pasaje de una cultura religiosa más o menos socialmente abarcativa a una creencia limitada correspondiente a una parte específica de la cultura. La secularización implicaría así una reorganización de la esfera religiosa y no su retracción o "decadencia" social. Para una introducción al debate ver DOBBELAERE, Karel Secularización. Un concepto multidimensional, Universidad Iberoamericana, México, 1994 y CIPRIANI,         [ Links ] Roberto Manual de sociología de la religión, Siglo XXI, Buenos Aires, 2004;         [ Links ] también LUCKMANN, Thomas y BERGER, Peter Modernidad, pluralismo y crisis de sentido. La orientación del hombre moderno, Paidós, Buenos Aires, 1997.         [ Links ] En el marco del caso argentino ver DI STÉFANO, Roberto "Presentación" al dossier "Católicos en el siglo: cultura y política", en Prismas, núm. 9, Buenos Aires, 2005 y LIDA,         [ Links ] Miranda "Viejas y nuevas imágenes de la Iglesia: el catolicismo ante la crisis de los grandes relatos de la modernidad. Un ensayo", en Pensar, núm. 2, CIESO-UNR, Rosario, 2007.         [ Links ]

13 Ver los trabajos de CALDO, Paula "La escuela. Entre el estado, la comunidad y el espacio asociativo" y "La práctica educativa", en FERNÁNDEZ, Sandra Sociabilidad, corporaciones..., cit., pp. 139-186. También PÉREZ, Alberto "Hacia la construcción de un sistema de educación pública. Las escuelas municipales de Rosario (1860-1890)", en ASCOLANI, Adrián La Educación en la Argentina. Estudios de Historia, Ediciones del Arca, Rosario, 1999, pp. 107-129.         [ Links ] Entre los trabajos precedentes sobre la temática, pero aún insustituible, ver MIKIELEVICH, Wladimir "La instrucción pública en Rosario", en Historia de las Instituciones de la provincia de Santa Fe, Santa Fe, 1972,         [ Links ] T. V.

14 En 1915 ya educaban a cerca de 14 mil niños y a mediados de 1920 a unos 22 mil. Censos y memorias en el Boletín de Educación, núm. 23, 1° de febrero de 1926 y Boletí         [ Links ]n de Educación, núm. 80, 1° de enero de 1932, Santa Fe.         [ Links ]

15 SONZOGNI, Élida "Las políticas sociales de homogeneización ciudadana. Educación y salud como campos de análisis", en BONAUDO, Marta, REGUERA, Andrea y ZEBERIO, Blanca Las escalas de la historia comparada. Dinámicas sociales, poderes políticos y sistemas jurídicos, Miño y Dávila, Buenos Aires, 2008, p. 183.         [ Links ]

16 Además de los Boletines citados, las estadísticas de analfabetismo pueden consultarse en DABAT, Dolores La instrucción primaria en Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes, Instituto Social de la UNL, Santa Fe, 1930.         [ Links ] Otros materiales estadísticos fueron recogidos en OSSANA, Edgardo; ASCOLANI, Adrián et al. "Una aproximación a la educación de 1885 a 1945", en OSSANA, Edgardo -coordinador- La educación en las provincias y territorios nacionales (1884-1945), Tomo IV de PUIGGRÓS, Adriana -directora- Historia de la educación en la Argentina, Galerna, Buenos Aires, 1993.         [ Links ]

17 Además de militar en las filas del radicalismo unificado había sido vocal y presidente del Círculo de Obreros de Santa Fe y presidente de la Junta Central de los comités de Acción Católica que se habían creado en 1921 para enfrentar a los grupos reformistas liberales que impulsaban la denominada "Constitución de 1921"; sobre Doldán ver STOFFEL, Edgar Ramón Doldán. La difusión de la doctrina social de la Iglesia en Santa Fe desde comienzos de siglo hasta la década del 50, Arzobispado de Santa Fe de la Vera Cruz, Santa Fe, 1997 y MAURO,         [ Links ] Diego "Las voces de Dios en tensión. Los intelectuales católicos entre la interpretación y el control. Santa Fe, 1900-1935", en Signos Históricos, núm. 20, México, 2008, en prensa.         [ Links ]

18 Ver MAURO, Diego "Catolicismo, educación y política. La enseñanza religiosa entre el estado provincial y la curia diocesana. Santa Fe, 1910-1937", en Estudios Sociales, UNL, Santa Fe, 2009, en prensa.         [ Links ]

19 He trabajado sobre el catecismo parroquial en Santa Fe en MAURO, Diego "Los dueños de la pelota. El catecismo y sus rostros: fútbol, juegos y meriendas. Santa Fe (1900-1936)", en Compilación de las II Jornadas de Historia de la Iglesia del NOA, Tucumán, 2008, en prensa         [ Links ]

20 Archivo del Arzobispado de Santa Fe (en adelante, AASF), Carpeta Comisión de Vigilancia, actas del 6 de mayo de 1909, 10 de mayo de 1910 y 7 de junio de 1915.

21 AASF, Carpeta Rincón, notas dirigidas a Boneo con fechas del 13 de octubre de 1910; 15 de enero de 1925, s/f.

22 Ver informes y estadísticas en el Boletín Eclesiástico de la Diócesis de Santa Fe (en adelante, BEDSF), 10 de diciembre de 1929.

23 Algunas de las lecturas catolizantes sobre la educación provincial pueden verse en el Boletín de Educación. Ver las ediciones del 1° de febrero de 1926, 1° de marzo de 1926, 1° de febrero de 1927, 1° de junio de 1929 y 1° de julio de 1929.

24 Esta hipótesis fue formulada para el caso santafesino por el trabajo ya citado de OSSANA, Edgardo; ASCOLANI, Adrián et al. "Una aproximación...", cit.

25 Los datos se han tomado del trabajo de DABAT, Dolores La instrucción..., cit., pp. 38-40.

26 Sobre el tema ver DE MIGUEL, Adriana "Hegemonía y clausura del discurso normalista" y VAN DER HORST, Claudia "La Escuela Normal. Una institución para el orden", en ASCOLANI, Adrián La educación..., cit., pp. 129-144 y 177-184.

27 El Boletín oficial recupera algunos de estos altercados, tal el caso de una supuesta "...pobrecita maestra que arrancó [...] del pecho de uno de sus alumnos un 'Detente'", ver BEDSF, 10 de junio de 1929. Los conflictos también se han registrado en la correspondencia de los párrocos con el obispo. Ver los conflictos ocurridos en la jurisdicción de la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen en torno al año 1907. El cura rector hace saber al obispo que tres profesores de religión no están concurriendo a cumplir sus tareas y notifica de agresiones dirigidas a su persona al intentar reemplazar a uno de ellos. Ver AASF, Carpeta de la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen, ff. 67-68. Ver también lo ocurrido en Sunchales, AASF, Carpeta del Consejo General de Educación (1898-1945), nota del 23 de marzo de 1918.

28 Ver algunas críticas al normalismo en El Pueblo, 9 de agosto de 1902 y 19 de enero de 1905.

29 Sobre Luis Bonaparte ver BOLCATTO, Hipólito Luis Bonaparte.Un forjador de ideales, UNL, Santa Fe, 2004, pp. 241-242.         [ Links ]

30 Sobre las imágenes de Rosario y Santa Fe en torno al Centenario ver ROLDÁN, Diego "Del Centenario a la Gran Guerra", en La sociedad en movimiento. Expresiones culturales, sociales y deportivas (siglo XX), Tomo X de BARRIERA, Darío -director- Nueva Historia de Santa Fe, Prohistoria-La Capital, Rosario, 2006.         [ Links ] Para Rosario, FERNÁNDEZ, Sandra "Poder local y virtud. Legitimación burguesa en el espacio local. Rosario, Argentina, en las primeras décadas del siglo XX", en GARCÍA JORDÁN, Pilar -editora- Estado, región y poder local en América Latina, siglos XIX y XX. Algunas miradas sobre el estado, el poder y la participación política, UBe/TEIAA, Barcelona, 2007, pp. 229-250.         [ Links ]

31 Ver las recientes intervenciones de GRANDINETTI, Bibiana "Una manifestación liberal en las 'trincheras del clericalismo'. El mitin de protesta contra la donación de terrenos a los jesuitas. Santa Fe, 1907", en III Congreso Nacional sobre Problemáticas Sociales Contemporáneas, FHUyC/UNL, 4, 5 y 6 de octubre de 2006 y GRANDINETTI,         [ Links ] Bibiana "La configuración identitaria de un colectivo anticlerical: el Movimiento Librepensador de Santa Fe, 1905-1921", en II Jornadas de Historia de la Iglesia en el NOA, 15,16 y 17 de mayo de 2008.         [ Links ]

32 Ver, entre otros, SONZOGNI, Élida y DALLA CORTE, Gabriela Intelectuales entre..., cit., pp. 9-11; 17-19.

33 La población de la provincia pasó de 220 mil habitantes en 1887 a 900 mil en 1914. La tasa de crecimiento anual entre 1887 y 1895 fue de 76/1000. El proceso fue particularmente acentuado en Rosario que hacia 1914 rondaba los 245 mil habitantes. Ver sobre estos procesos de transformación SONZOGNI, Élida y BONAUDO, Marta "Cuando disciplinar fue ocupar. Santa Fe 1850-1880", en Latin America Perspectives, núm. 1, Riverside, California, 1997 y SONZOGNI,         [ Links ] Élida "Un mundo en cambio", en BONAUDO, Marta - directora- La organización productiva y política del territorio provincial, 1853-1912, Tomo VI de BARRIERA, Darío -director- Nueva Historia de Santa Fe, Prohistoria-La Capital, Rosario, 2006.         [ Links ]

34 Sobre el anarquismo en Rosario ver FALCÓN, Ricardo La Barcelona Argentina, Laborde, Rosario, 2005.         [ Links ]

35 Datos del proceso de parroquialización en BEDSF, 10 de mayo de 1929 y 10 de diciembre de 1929. Ver también de STOFFEL, Edgar El episcopado de Mons. José María Gelabert y Crespo (1865-1897). Los templos y "el templo" en la "Pampa Gringa" santafesina, UCSF, Santa Fe, 1993 y STOFFEL,         [ Links ] Edgar Nuestra primera organización parroquial diocesana, Arzobispado de Santa Fe, Santa Fe, 1998.         [ Links ]

36 Sobre el Círculo de Obreros de Rosarios ver MARTÍN, María Pía "Iglesia Católica y ciudadanía. Rosario, 1930-1947", en Avances del CESOR, Centro de Estudios Sociales Regionales, Año I, núm. 1, segundo semestre de 1998, pp. 79-94;         [ Links ] MARTÍN, María Pía "Católicos, control ideológico y cuestión obrera. El periódico La Verdad de Rosario, 1930-1946", en Estudios Sociales, Año VII, núm. 12, Santa Fe, primer semestre de 1997 y "         [ Links ]La acción social en Rosario (1907-1912)", en ASCOLANI, Adrián -compilador- Historia del sur..., cit.

37 Ver sobre el proyecto BEDSF, 1° enero de 1907 y 17 de marzo de 1917. Ver PRIETO, Agustina "El Obrero en la mira. Una aproximación a la cuestión de la identidad de los trabajadores del novecientos a partir de un estudio de caso", en Estudios Sociales, núm. 1, UNL, Santa Fe, 1991.         [ Links ]

Recibido con pedido de publicación el 28/08/2008
Aceptado para su publicación el 22/11/2008
Versión definitiva recibida el 06/12/2008

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