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Prohistoria

versión On-line ISSN 1851-9504

Prohistoria vol.25  Rosario jun. 2016

 

RESEÑAS

CÓRDOBA, Lorena; BOSSERT, Federico y RICHARD, Nicolás (editores) Capitalismo en las selvas: Enclaves industriales en el Chaco y Amazonía indígenas (1850-1950), Ediciones del Desierto, San Pedro de Atacama, 2015, 316 pp. ISBN 978-956-9693-02-1

Matías Rodrigo Chávez

Instituto Patagónico de Ciencias Sociales y Humanas - Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas y Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (IPCSH-CONICET/UNPSJB), Argentina
chavez@cenpat-conicet.gob.ar

Este libro analiza los principales enclaves sostenidos por fuerza de trabajo indígena en el Chaco y la Amazonía entre los años 1850 y 1950, período en que se produjo la colonización interna de esos espacios a partir de la penetración del capitalismo extractivo que reestructuró las relaciones sociales y redefinió el ordenamiento territorial. Se trata de una compilación que reúne doce capítulos heterogéneos escritos por dieciséis especialistas procedentes de seis países diferentes, los cuales ofrecen estudios de caso que mediante diferentes perspectivas problematizan un proceso de cambios vertiginosos.

El eje articulador de la obra son las experiencias de las parcialidades indígenas en los distintos enclaves sudamericanos, los capítulos abordan algunos problemas comunes como la relocalización de comunidades, la rearticulación de las alianzas interétnicas o los cambios en las formas de reproducción social. El corte temporal se justifica con el inicio de las actividades industriales extractivas a partir de la segunda mitad del siglo XIX (si bien se señalan los antecedentes durante la colonización española), las cuales alcanzaron una escala excepcional hacia 1870, para finalmente decaer a mediados del siglo XX por la reducción de la demanda internacional o por la competencia con otras regiones.

A lo largo de los distintos artículos se demuestra que la expansión capitalista fue acompañada por la colonización interna promovida por los diferentes estados nacionales que aseguraron el apoyo militar a las exploraciones de los territorios indígenas y posibilitaron el control de la población. De manera simultánea se fueron dirimiendo los conflictos fronterizos entre los países de la región cuyos límites eran precarios e inestables, lo que se refleja en los mapas que ofrece la obra. Dicha cartografía resulta de gran utilidad para orientar al lector, aunque fue poco explotada para sostener los argumentos de los autores, algo similar ocurre con las fotografías que se integraron al libro, las cuales en general no fueron problematizadas y quedaron relegadas a una función de ilustración.

Como oportunamente lo señala Isabelle Combès en el prólogo, uno de los puntos más altos de la compilación es la presentación de estudios que discuten sobre si el trabajo de los indígenas en los enclaves obedeció a su voluntad o si se garantizó por la fuerza. Si bien prima el consenso generalizado entre los autores de que la penetración capitalista significó la implementación de mecanismos de sometimiento y subalternización de las comunidades, algunos enfatizan las condiciones de explotación (como Weinberg y Mercolli), mientras que otros matizan el sometimiento (se pueden ver las conclusiones de Dasso y Franceschi), acentuando las estrategias activas de los indígenas en la participación en los enclaves como una forma de acceder a bienes materiales y simbólicos. En general todos los capítulos incitan a la comparación y pueden leerse como interesantes contrapuntos en el marco de la discusión colectiva, aunque sin dudas el esfuerzo comparativo más logrado de la compilación es el capítulo de Federico Bossert y Lorena Córdoba sobre las conexiones entre las barracas gomeras y los ingenios azucareros.

La primera parte del libro reúne trabajos sobre los ingenios azucareros de noroeste argentino, comienza con el artículo de Rodrigo Montani que funciona muy bien como capítulo introductorio al ofrecer una interpretación general del proceso de occidentalización de la cultura material de los wichís a partir del trabajo en los enclaves azucareros y describiendo la dinámica del ingenio como "superartefacto". Luego el capítulo de Cesar Ceriani Cernada aborda las relaciones entre las misiones protestantes, los grandes capitales privados y las parcialidades indígenas del Chaco occidental, demostrando que estas últimas quedaron profundamente marcadas por la experiencia misionera. María Cristina Dasso y Zelva Alice Franceschi analizan lo que denominan como las condiciones paradojales para referirse a la percepción del tiempo del ingenio en algunas comunidades wichís que fluctúan entre las evocaciones de atracción y rechazo, sosteniendo que el trabajo en los enclaves fue una elección voluntaria condicionada. Esa lectura novedosa entra en tensión con las conclusiones del último capítulo de la primera parte, el de Marina Weinberg y Pablo Mercolli, quienes a partir del caso de San Martín del Tabacal en Salta despliegan un estudio que denuncia la apropiación de tierra y el sometimiento de comunidades indígenas por parte de la familia Patrón Costas, argumentando que los grupos kolla fueron rehenes del ingenio, al considerar que estos fueron sometidos mediante mecanismos de endeudamiento.

La segunda parte de la compilación reúne los capítulos concentrados en el análisis de las barracas caucheras de la Amazonía, comienza con el trabajo de Bossert y Córdoba en el que cotejan los casos de las barracas gomeras de la Amazonía boliviana con los ingenios azucareros del noroeste argentino, los autores identifican una serie de puntos en común como la demanda intensiva de mano de obra indígena, a la vez que señalan grandes diferencias como el tipo de disposición de la población, enfatizando que ambos enclaves favorecieron la reconfiguración de los mapas étnicos y la relocalización forzada de comunidades. Los siguientes dos capítulos analizan las representaciones asociadas a los enclaves a partir de la reflexión sobre diferentes artefactos culturales, María Chavarría compara abundante bibliografía sobre la industria del caucho diferenciando entre los documentos que denunciaban el genocidio y aquellos que justificaban los excesos, destacando finalmente la reactivación de la memoria traumática entre los descendientes de siringueros a partir de los discursos pictóricos. Por su parte Manuel Cornejo Chaparro se centra en una lectura crítica de Sangama en tanto novela hito en la fundación de estereotipos sobre la selva peruana, demostrando como se filtraron intersticialmente en la obra elementos que sirvieron para denunciar el avasallamiento indígena y fueron reapropiados en los procesos de resistencia. El último trabajo de la segunda parte es el de Lorena Córdoba y Diego Villar, en el que comparan los asesinatos de dos patrones gomeros en la Amazonía, los autores describen la muerte en territorios fronterizos de dos sujetos marginales que pese a sus arbitrariedades y abusos sobre los indígenas oficiaban de mediadores funcionales a la industria y a los estados nacionales, representando ellos mismos la paradoja de una modernidad racional con su contracara de violencia sin sentido reinante en el "infierno verde" de la Amazonía.

La última parte del libro reúne los capítulos referentes a los puertos y obrajes del Chaco boreal, comienza con un incisivo artículo de Nicolas Richard, en el que analiza el modo en que los nombres de los indígenas del Chaco fueron normalizados a mediados del siglo XX a partir de la experiencia del enclave bajo la codificación del binomio nombre y apellido, enfatizando que el nuevo régimen onomástico tuvo variaciones que parecieron obedecer al tipo de relación que establecieron las comunidades con el frente capitalista. Luego el trabajo de José Braunstein presenta un análisis de las representaciones etnográficas sobre el enclave a partir de un manuscrito inédito de Guido Boggiani que ofrece una densa descripción sobre la dinámica de cambios en el proceso de colonización interna. En el capítulo siguiente Rodrigo Villagra y Valentina Bonifacio estudian como dos empresas tanineras transformaron profundamente la vida de los pueblos maskoy y angaité, analizando como las identidades que unieron a distintas etnias surgieron relacionalmente a partir de la domesticación y el entrenamiento de las parcialidades indígenas en las lógicas de trabajo capitalista. Por último, Paola Canova examina la experiencia de los ayoreos en el enclave agro-industrial de los menonitas en el Chaco Paraguayo, revisando como estos respondieron a las sucesivas reestructuraciones económicas y como fueron la mano de obra que sostuvo el éxito económico de los menonitas, quienes excluyeron social y políticamente a los ayoreos mediante mecanismos institucionales.

El libro editado por Córdoba, Bossert y Richard será una lectura ineludible para quienes busquen perspectivas innovadoras de análisis sobre las experiencias indígenas posteriores a la penetración capitalista en el Chaco y la Amazonía. Las interpretaciones novedosas en torno a la dinámica de los enclaves sudamericanos invitarán a establecer comparaciones que pongan en discusión los aportes antropológicos locales y contribuirán a la reflexión crítica sobre las memorias de los pueblos indígenas de la región.

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