SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.16 número1Veinticinco años, quince hallazgosLas democracias latinoamericanas, conceptualización y tipología alternativa índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Postdata

versión On-line ISSN 1851-9601

Postdata vol.16 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires ene./jun. 2011

 

TEORÍA

La retrospectiva de Schmitter: algunas notas de desacuerdo*

 

por Guillermo O'Donnell**

** Profesor Emérito en Ciencia Política e Investigador Principal del Instituto Kellogg de Estudios Internacionales en la Universidad de Notre Dame, Estados Unidos, y Profesor de ciencia política en la Universidad Nacional de San Martín, Argentina. E-mail: odonnell.1@nd.edu.

 


Resumen

Pasados veinticinco años de la publicación de la célebre compilación sobre transiciones a la democracia, uno de sus responsables, Philippe Schmitter listó los hallazgos y  limitaciones de la teoría de las transiciones democráticas a la luz del desarrollo que esas nuevas democracias tuvieron y de las transiciones acaecidas con posterioridad. En este artículo su co-autor y co-editor manifiesta algunos puntos de disenso con aquellas apreciaciones.

Palabras clave: Transiciones; Democracia; Teoría; Autoritarismo; Democracia delegativa

Abstract

Twenty five years after the publication of the celebrated edition on transitions to democracy, Philippe Schmitter, one of its editors, enlisted the findings and limitations of the theory of democratic transitions taking into account the development of  new democracies and the transitions occurred lately. In this article, his co-author and co-editor manifests some dissenting notes with Schmitter's assessments.

Key Words: Transitions; Democracy; Theory, Authoritarianism; Delegative democracy


 

Mi coautor y viejo amigo Philippe Schmitter ha escrito una retrospectiva cautivante. Pensar en cómo escribimos nuestra serie de libros sobre la transición desde el gobierno autoritario, me trae buenos recuerdos de la excitación intelectual que sentimos mientras nos aventurábamos dentro de un terreno que era claramente importante, pero al mismo tiempo  pobremente analizado. Recuerdo también nuestro sentido de compromiso moral y político, ya que buscamos maneras de  ayudar a liberar al mundo de regímenes autoritarios que detestábamos con muy buenas razones. Las reminiscencias agradables se extienden a los excelentes  colegas que trabajaron junto a nosotros, incluyendo a Abraham Lowenthal -en muchos sentidos la fuerza impulsora del proyecto- y a nuestro coeditor Lawrence Whitehead. Escribir el pequeño "libro verde" con Philippe fue una experiencia maravillosa y me alegra  la oportunidad de debatir algunos de los tópicos, aún vigentes, que surgieron en nuestro  trabajo.  
Como señala Philippe, desde que escribimos en conjunto nuestro volumen sobre las transiciones casi un cuarto de siglo atrás, nos hemos movido en direcciones un tanto diferentes. Por mi parte, he tenido que aceptar a regañadientes la desagradable etiqueta de "transitólogo" que fue impuesta a los que trabajamos en el tópico, pero nunca me transformé en un "consolidólogo". Rápidamente expresé mi escepticismo sobre la noción de "consolidación democrática", porque sentí que evocaba nociones estáticas, teleológicas y en algunos casos etnocéntricas1. Desde los días de nuestra coautoría, por otra parte, nos hemos focalizado la mayoría de las veces en diferentes regiones del globo: yo pasé la mayoría del tiempo pensando y escribiendo sobre América Latina, mientras que Philippe, mucho más ecuménicamente, se ha ocupado del hemisferio norte y cada vez más del resto del mundo.
El ensayo de Philippe provee una buena visión de lo que hemos aprendido de estas últimas décadas de democratización. Por supuesto, algunos de sus puntos pueden ser -y seguro lo serán- disputados por otros; aquí me limito a algunos aspectos respecto a los cuales siento la necesidad  de señalar mi desacuerdo.

Philippe afirma que en nuestro trabajo en conjunto "le atribuimos una importancia limitada a la movilización de las masas desde abajo". En realidad éste fue un punto de discusión entre nosotros. Estuvimos de acuerdo, sin embargo, en no sólo mencionar sino también en enfatizar el rol crucial que cumplieron el "levantamiento popular" y la "resurrección de la sociedad civil" -conceptos que usé en el ensayo anterior que escribí para el proyecto del Wilson Center-  para empujar las transiciones más allá de las meras instancias de la liberalización, a las que suelen  apuntar  los blandos del régimen y la oposición oportunista. Tales movilizaciones tienden a desaparecer más tarde, pero esto no le quita nada al muy importante papel  -en la mayoría de los casos, indispensable- que tuvieron en las  transiciones2.
Por otro lado, Philippe también escribe que "La democratización ha demostrado ser mucho más fácil de lograr en el contexto histórico contemporáneo de lo que en un comienzo pensé que sería". Yo creo que esta postura necesita una clarificación. Sí, ha llegado a ser más fácil de lo esperado en los casos que teníamos en mente cuando llevamos adelante nuestro proyecto -es decir, en los países del sur de Europa y América Latina-. También resultó más fácil en el centro y este de Europa de lo que podía pensarse razonablemente en su momento. Pero la relativa facilidad no era tal para aquellos que estaban luchando -contra lo que ciertamente parecían ser condiciones desfavorables, y a menudo con un gran costo personal- en nombre de la democracia antes de que ésta se volviese realidad.
Otro comentario correctivo de la afirmación de Philippe  apunta a las extremas dificultades que la democratización ha encontrado a lo largo de los bordes oeste y sur de la ex Unión Soviética, así como en muchos países pertenecientes a África y el sur de Asia. Muchos países en esas regiones están controlados por regímenes pobremente liberalizados que cínicamente se disfrazan con ropas democráticas organizando elecciones poco semejantes a competencias libres, abiertas, limpias y honestas. Obsérvese además que, contrariamente a una advertencia que Philippe introduce más tarde, en unos cuantos de estos casos se iniciaron supuestos procesos de democratización, aunque con poco efecto. Entre los casos donde la democratización no ha sido "tan fácil como se esperaba", se deberían además incluir muchos de los "regímenes híbridos" que Terry L. Karl identificó en un artículo pionero varias décadas atrás (Karl 1986). Más recientemente, estos casos han generado una interesante literatura sobre "autoritarismos electorales", un indicio del -de hecho creciente- número e importancia de ese tipo de regímenes3. Más aún, con respecto a estos países, si revisamos los datos de Freedom House, veremos una tendencia general que no se dirige hacia la democratización sino más bien hacia autoritarismos más cerrados. La democratización puede haber sido relativamente fácil en algunos países, pero ciertamente no ha sido así en muchos otros.
En otro tema, Philippe correctamente indica que todas las nuevas democracias han sido objeto de graves problemas de desencanto ciudadano. Pero agrega que "los analistas compiten para encontrar el adjetivo más despreciativo" para lo que él mismo llama "neo" democracias -¿"neo" también es un adjetivo despreciativo?- e incluye entre ellos mi propio concepto de "democracia delegativa"4. Por supuesto, sólo puedo hablar por mí, pero sería menos negativo decir que al menos algunos de estos términos no fueron pensados para despreciar la democracia sino para ayudar a identificar  sub-tipos de democracia tal como ella existe realmente en la actualidad. En este contexto, Philippe correctamente indica que algunos académicos han identificado la existencia de "regímenes de pobre calidad", pero inmediatamente incorpora el non sequitur de afirmar que ellos son consecuentemente considerados "indignos de las luchas y sacrificios que son necesarios para lograrlos". Esto es muy injusto para aquellos de nosotros que intentamos ofrecer críticas democráticamente constructivas a esas democracias de pobre calidad. ¿No es esta una tarea adecuada para aquellos que son respetuosos de -o que incluso han experimentado directamente- algunas de aquellas "luchas y sacrificios"? ¿O  es preferible afirmar que todas las democracias exhiben "análogos 'síntomas pesimistas'" y dejar el tema así, sin más?
En la misma línea de negar la importancia, si no la existencia, de las diferencias entre las democracias contemporáneas, Philippe reconoce "la probabilidad de autogolpes" como una "amenaza verosímil", pero inmediatamente dice que "estas maniobras fracasaron rápidamente". Es verdad que los autogolpes formales y explícitos han sido raros, pero en otro non sequitur, Philippe simplemente ignora un problema destacado e importante: en Argentina, Colombia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela (por mencionar los casos más claros), los presidentes están gobernando mediante decretos de emergencia, poderes extraordinarios y demás, violando las atribuciones constitucionales de otras instituciones. Estas son democracias, pero de un tipo delegativo (o cualquier término que pueda ser elegido), diferentes en aspectos importantes de sus vecinos formalmente más institucionalizados como Chile, Costa Rica, Uruguay y recientemente también Brasil.

En términos más generales, si estamos comprometidos con el estudio comparativo teóricamente fundado de la democracia y de las democracias, no parece ser la mejor estrategia ignorar o negar las interesantes variaciones que existen en el conjunto de los casos.
Distinguir varios sub-tipos de democracia (y  añadir alguna etiqueta en cada uno) es un paso preliminar pero útil en esta dirección.
Por último me refiero al comentario de Philippe de que "la democracia realmente existente puede ser especialmente decepcionante donde fue recientemente instaurada, pero el impacto de esta desafección no parece amenazarla". Ciertamente espero que esté en lo cierto, pero uno tendría que añadir "hasta ahora". Antes de que declaremos que una amplia  desafección no es una amenaza para la democracia, deberíamos asegurarnos de que no estamos usando estas tranquilizadoras palabras de forma prematura.
Philippe y yo coincidimos en muchas cosas. Y estamos en desacuerdo en otras, al parecer más claramente hoy que cuando escribimos en conjunto nuestro volumen.         

Notas

* Publicado originalmente en Journal of Democracy, Vol. 21, Nº 1, 2010, págs. 29-32. © 2010 National Endowment for Democracy and The Johns Hopkins University Press. Reproducido aquí con el permiso del autor y de The Johns Hopkins University Press. Traducción de Hernán Toppi, controlada por el autor.

1 Algunas de mis opiniones escépticas aparecieron primero en Journal of Democracy (O'Donnell 1996a, 1996b).

2 Contradiciendo su minimización de la importancia de la presión "desde abajo", Philippe dice más adelante: "Con Guillermo hicimos hincapié en el rol de una sociedad civil renovada como el nexo entre la liberalización y la subsecuente democratización".

3 Ver Diamond (2002), Levitsky y Way (2002) y Schedler (2006). 

4 Este es un concepto que por primera vez di a conocer en inglés en Journal of Democracy, donde advertí que las "nuevas democracias" incluso sin  retorno al gobierno autoritario, pueden "permanecer en una situación frágil e incierta" que podría "prolongarse sin que se abran vías que conduzcan a tipos altamente institucionalizados de democracia" (O'Donnell 1994: 56).

Bibliografía

1. Diamond, Larry (2002) "Elections Without Democracy: Thinking About Hybrid Regimes", en Journal of Democracy, Vol. 13, Nº 2, abril.         [ Links ]

2. Karl, Terry Lynn (1986) "Imposing Consent? Electoralism versus Democratization in El Salvador", en Drake, Paul W. y Eduardo Silva (eds.) Elections and Democratization in Latin America, 1980-1985,San Diego, Center for Iberian and Latin American Studies.         [ Links ]

3. Levitsky, Steven y Lucan A. Way (2002) "Elections Without Democracy: The Rise of Competitive Authoritarianism", en Journal of Democracy, Vol. 13, Nº 2, abril.         [ Links ] 

4. O 'Donnell, Guillermo (1994) "Delegative Democracy?", en Journal of Democracy, Vol. 5, Nº 1, enero.         [ Links ]

5. O 'Donnell, Guillermo (1996a) "Illusions about Consolidation", en Journal of Democracy, Vol. 7, Nº 2, abril.         [ Links ]

6. O 'Donnell, Guillermo (1996b) "Illusions and Conceptual Flows", en Journal of Democracy, Vol. 7, Nº 4, octubre.         [ Links ]

7. Schedler, Andreas (ed.) (2006) Electoral Authoritarianism: The Dynamics of Unfree Competition, Boulder, Lynne Rienner.         [ Links ]

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons