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versão On-line ISSN 1851-9601

Postdata vol.17 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires jan./jun. 2012

 

RESEÑAS

La sombra del narcotráfico: una amenaza global
Juan Cruz Vazquez, Capital Intelectual, Buenos Aires, 2011, 107 páginas.

 

Si bien el narcotráfico ha sido un tema permanente en la amplia bibliografía de ciencias sociales de América Latina, todavía faltan análisis de tinte más generalista que busquen explicar, desde la ciencia política, algunos puntos fundamentales respecto a la estructura —actores y procesos— en torno de ese fenómeno. La sombra del narcotráfico: una amenaza global tiene ese propósito y debe ser visto como un avance de la reflexión argentina acerca del tráfico de drogas ilegales (marihuana, cocaína, heroína, drogas sintéticas y drogas de base residual) en las escalas local y regional. Fundamentado en la experiencia propia del autor como investigador y gestor en importantes instituciones que actúan en el tema (Organización de los Estados Iberoamericanos, Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico de la Presidencia de la Nación, y Policía de Seguridad Aeroportuaria), el libro brinda una análisis inspirador para aquellos que intentan entender el narcotráfico en sus puntos más elementales, además de presentar diversos esquemas analíticos que replantean una interpretación del tráfico de drogas ilegales desde un punto de vista más sociológico.
A diferencia de los trabajos de corte más jurídico, que interpretan ese fenómeno en base a sus consecuencias penales y delictivas, Vazquez parte del presupuesto de que el narcotráfico no puede ser delimitado por categorías analíticas ultrapasadas y de poca funcionalidad, sino por modelos conceptuales que deben ser pensados bajo las siguientes premisas: i) falencia del combate frontal represivo y belicista (paradigma prohibicionista) en la implementación de las políticas públicas de seguridad en el combate al narcotráfico; ii) reconocimiento del carácter híbrido del narcotráfico, entendido como amenaza existencial simultánea a las distintas dimensiones (intra-estatal, regional y global) de la seguridad; y iii) funcionalidad de las respuestas esencialmente civiles a esa amenaza, teniendo en mente su naturaleza no tradicional y la necesidad de abordajes más propios a la democracia.
Aunque se mantenga como la amenaza más característica de los países latinoamericanos, esos supuestos —expuestos en el capítulo introductorio— han demostrado que se hace forzoso resignificar el conjunto de las percepciones relativas a ese fenómeno. A la luz de las teorizaciones más críticas de las ciencias sociales, Vazquez propone (en el capítulo I) una definición abarcativa del narcotráfico, pautado en la idea de redes de interacción social. Nucleado en un comportamiento económico maximizador, ese complejo de redes se describiría como una miríada de individuos y grupos más o menos identificables, agrupados en distintos niveles, con dinámicas sociales propias, bajo una cadena de tareas y roles conexos disímiles entre sí, pero que se asemejarían —ante el Estado— como integrantes de una actividad delictiva. Estas redes atravesarían las más distintas dimensiones humanas (sociedad, política, cultura, religión) y territoriales, y también seguirían una lógica propia distinta a otros tipos de amenaza, en el sentido en que una confrontación directa contra las fuerzas de seguridad estatales sería irracional e implicaría, por tanto, la negación de la principal variable causal propuesta por el autor: el ánimo de lucro.
Se señala que esa misma variable tendría, en realidad, mayor peso debido a la ilicitud de esa actividad económica. Asimismo, en virtud de la inelasticidad de la demanda por drogas ilegales, se hace evidente la necesidad de investigar, en principio, los factores de la alta rentabilidad que la caracteriza. Según el autor, algunos de esos factores serían el control de los precios finales, los costos comparativos bajos de manutención, y la facilidad de ajuste del margen de ganancias (manejo de la calidad de la droga). Uniendo la principal variable causal con estos elementos, Vazquez construye un esquema propio de la lógica económica del narcotráfico y lo elabora con los siguientes factores complementarios: a) motivaciones económicas predominantes de los agentes: "enriquecimiento" (alta cúpula del narcotráfico), "oportunismo" (intermediarios entre oferta y demanda) y "subsistencia" (actores más vulnerables); b) etapas económicas del narcotráfico: "producción de la materia prima", "procesamiento y elaboración de la droga", "transporte a los destinos de consumo", "acopio y distribución", "embalaje y venta" y "lavado de las ganancias". Presente en cualquier modalidad de narcotráfico y dada su esencia de práctica ilícita, esa variable además explicaría por qué se trata de un fenómeno extremamente flexible y mimético en relación a sus manifestaciones. Para el autor, la adaptación e innovación serán constantes y deberían ser investigadas en su relación con las respuestas estatales más confrontativas, lo que sugiere —a semejanza de los estudios empíricos más actualizados— una correlación positiva entre el aumento de los lucros provenidos del narcotráfico y prácticas estatales prohibicionistas.
Ese primer esquema es complementado con uno adicional respecto al tema de los actores y de sus escenarios de actuación (capítulo II). En contraste con una de las ideas fijas sobre la simbología social del narcotráfico, representada por la del cartelcomo su modelo organizativo predominante, el desarrollo del concepto de red social descentralizada, sin delimitaciones territoriales precisas, exigiría un replanteo más riguroso sobre los tipos ideales de actores y sus roles sociales, tarea que el autor hace muy exitosamente. Constituyendo uno de sus aportes más sustantivos, Vazquez propone un esquema de contextos y actores dividido en tres partes: a) actores estructurales: capitalista, lugarteniente, cocinero, reclutador, acondicionadores, vigilante/certificador, acopiador/distribuidor, gerente, vendedores y contadores/asesores financieros; b) actores coyunturales: pisador, trapero, picador, guías, mulas, camellos, encapsulador y embaladores; c) escenarios de actuación: campamento/pisadero, laboratorios clandestinos, talleres/laboratorios clandestinos, transporte, depósitos clandestinos, bocas de expendio y ambulatorios. Teniendo en cuenta esa visualización de estructuras, procesos y actores que aparece de forma más detallada en el libro de acuerdo con cada definición propuesta, admite que se deben considerar los muchos factores de nivel micro y macro para cualquier diagnóstico operativo básico. Eso implica afirmar que las percepciones respecto a la continuidad de estructuras más verticalizadas —o piramidales, como prefiere el autor— de los carteles de drogas han sido equivocadas, no correspondiendo más a la realidad del siglo XXI.
Con el propósito de avanzar más aún en la aplicación del concepto de red social a este fenómeno, Vazquez propone un último esquema (capítulo III) que utiliza, implícitamente, los modelos conceptuales de la política burocrática de Análisis del Proceso Decisorio, en conexión con los modelos de los juegos de dos niveles, para delimitar tres esferas (acción, coordinación, diagnóstico) de actuación del Estado en contra del narcotráfico en los ámbitos local, regional y global. Este capítulo también presenta un replanteo introductorio en favor de la relativización de los usos y significados de algunos términos como "países productores", "países de tránsito" y "países consumidores", frente a las dinámicas contemporáneas del tráfico de drogas. Además pone en discusión el proceso de ilegalización de algunas drogas en el ambiente internacional desde las primeras décadas del siglo XX, complementado por una cartografía introductoria utilizada para entender, mínimamente, la distribución internacional de estas sustancias.
Por último, esa misma cartografía es avanzada por medio de un cotejo comparativo (capítulo IV) de los datos producidos por el Departamento de Estado de Estados Unidos sobre los países sudamericanos para el periodo 2000-2009. Aunque sea cierto que esos datos permanecen como referencia en las comparaciones internacionales —más aún dada la predominancia que tienen los Estados Unidos en la construcción de amenazas en América Latina—, se trata de un aporte del libro que debe ser desarrollado y empíricamente ampliado, de preferencia en investigaciones de doctorado.
La sombra del narcotráfico... sirve como referencia inicial a los politólogos interesados en adentrarse en el campo de estudios sobre narcotráfico y también a aquellos que desconocen los modelos más sociológicos en relación a los actores, los usos y las prácticas que han caracterizado la actividad económica del tráfico de drogas ilegales en la contemporaneidad.

Marcelo Raimundo da Silva

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