SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.20 número2DEMOCRACIA DELIBERATIVA: UNA CRÍTICAUNA DICTADURA FRAGMENTADA: CONFLICTOS INTRA-MILITARES Y LAS RELACIONES ENTRE LA ARGENTINA Y LOS ESTADOS UNIDOS DURANTE LA PRESIDENCIA DE VIDELA índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Postdata

versión On-line ISSN 1851-9601

Postdata vol.20 no.2 Ciudad Autónoma de Buenos Aires dic. 2015

 

CUANDO TODO LO SÓLIDO SE DESVANECE EN TWITTER. ANÁLISIS DEL MOVIMIENTO SOCIAL #YOSOY132 (MÉXICO 2012)*

 

por Yanina Welp**

* Agradezco a Pedro Capra por sus comentarios a versiones previas de este trabajo. Un primer análisis del caso mexicano basado en la teoría de las Oportunidades Políticas (Welp 2014) fue presentado en el workshop "Social Protest and Democratic Responsiveness: Realities in Latin America and the Caribbean and the European Union" (10 de octubre de 2014, GIGA -EU LAC).
** Directora Regional para América Latina en el Center for Research on Direct Democracy (C2D), Center for Democracy Studies, Universidad de Zürich, Suiza. E-mail: yanina.welp@zda.uzh.ch.


Resumen

Iniciada en 2010, una ola de protestas atravesó diferentes regiones del mundo incluyendo países del medio este y el norte de África (la "primavera árabe"), España ("indignados"), Estados Unidos ("Occupy Wall Street") y México ("#yosoy132"), por citar sólo algunos ejemplos. Estas revueltas, producidas en contextos diversos y con diferentes objetivos, compartieron el haber sido impulsadas por sectores jóvenes de la población, usuarios intensivos de medios digitales, y abrieron un debate en torno al rol jugado por las nuevas tecnologías: ¿en qué medida los medios digitales influyen en la irrupción de una revuelta y facilitan la formación de un movimiento social? ¿Son determinantes o su rol está sobrestimado? Analizando la experiencia mexicana del movimiento #yosoy132, este trabajo propone que, en primer lugar, dado un nivel básico de difusión de internet, la influencia de los medios digitales (determinante o instrumental) estará mediada por factores tales como el régimen político (democrático o autoritario), el sistema de medios de comunicación (abierto o cerrado) y la existencia y tipo de organizaciones de la sociedad civil (jerárquicas o en red) respaldando la protesta. En segundo lugar, mientras los medios digitales pueden, en determinados contextos, ser determinantes en el lanzamiento de una protesta, su rol será sólo instrumental en la consolidación (relativa) de un movimiento social.

Palabras clave medios digitales - protesta - movimientos sociales - democracia - organizaciones de la sociedad civil

Abstract

Started in 2010, a wave of protests went through different regions of the world including countries in the Middle East and North Africa (the "Arab Spring"), Spain ("Indignados"), United States ("Occupy Wall Street") and Mexico ("#yosoy132"), to name a few. These revolts were launched by specific reasons, in different contexts. But they share in common that have been leaded by younger segments ofthe population, intensive users of digital media, while opened a debate on the role played by new technologies: to what extent the digital media influence the outbreak of a revolt and facilitate the formation ofa social movement? Are digital media determinants or their role is overrated? Analyzing the Mexican experience of the movement #yosoy132, this paper proposes that, first, given a basic level oflnternet diffusion, the influence of digital media (determining or instrumental) will be mediated by factors such as the political regime (democratic or authoritarian), the media system (open or closed) and the existence and features ofcivil society organizations (hierarchical or networked) supporting the protest. Second, while digital media can, in certain contexts, be decisive in launching a protest, his role will be only instrumental in consolidating a social movement.

Key words digital media - protest - social movements - democracy - civil society organizations


 

I. Introducción

Desde fines de 2010, una ola de protestas liderada por jóvenes y caracterizada por un uso intensivo de nuevas tecnologías se expandió por países del medio este y norte de África -"La primavera árabe" en Túnez, Egipto y otros países-, Europa -ola de protestas en Grecia, movimiento "Indignados" en España-, norte de América -movimiento "Occupy Wall Street" en Estados Unidos- y América Latina -movimiento estudiantil en Chile, #yosoy132 en México, protestas en Brasil en 2013-. Estas protestas urbanas, que emergieron rápida y en ocasiones inesperadamente, han abierto un debate entre quienes otorgan un rol determinante a los medios digitales (Breuer 2012, Hussain y Howard 2013) y quienes sostienen que estos han sido sobrestimados (Weyland 2012).

Los medios digitales incluyen las plataformas y redes que permiten la publicación e intercambio de información directa -imágenes, texto, sonido, contenido multimedia- entre usuarios, en blogs y redes como Twitter, YouTube, Facebook, sistemas de chat y conversación online, entre otros.

Quienes otorgan un rol relevante a las nuevas tecnologías en el lanzamiento de protestas sociales diferencian entre efectos positivos de las mismas, como facilitadoras de la distribución de información y la coordinación y captación de activistas (Hussain y Howard 2013), y efectos negativos, derivados de la brecha digital y las consecuencias que podría tener, en el mediano plazo, la circulación de mensajes superficiales y poco fundamentados, limitando las posibilidades de supervivencia de movimientos sociales (Van Laer y Van Aelst 2010). Quienes sostienen que el rol de los medios digitales ha sido sobresti-mado, resaltan que siempre ha habido revueltas y que otros factores -estructurales y cognitivos- siguen siendo los determinantes (Weyland 2012).

Este trabajo busca contribuir al debate tomando como pregunta de investigación la siguiente: ¿qué rol juegan los medios digitales en el lanzamiento de protestas y el sostenimiento de movimientos sociales? Proponemos que:

(a) el uso de medios digitales en la protesta puede ser "intensivo" o de "baja intensidad", lo que estará condicionado tanto por los niveles de difusión de internet en el país como por el perfil sociodemográfico de los activistas;

(b) dado un nivel básico de difusión de internet, el rol de los medios digitales en el lanzamiento de una protesta ("determinante" o "instrumental"), dependerá de:

el tipo de régimen, democrático o autoritario,
el nivel de apertura del sistema de medios audiovisuales, y
el tejido social o grado de organización de la sociedad civil.

(c) aun en casos en que los medios digitales tengan un rol determinante (nunca exclusivo) en la emergencia de protestas, su rol sólo será instrumental en la consolidación (relativa) de un movimiento social.

En otras palabras, sugerimos que en regímenes autoritarios, en los que los medios de comunicación tradicionales están controlados pero se mantienen espacios de libertad en internet, en ausencia o ante la debilidad de las organizaciones de la sociedad civil, el rol de los medios digitales será mucho más determinante que en el caso opuesto1. Es necesario dejar claro que los medios no "crean" la base del reclamo (que comúnmente refiere al desempleo, la corrupción y/o el autoritarismo), sino que facilitan la construcción de demandas colectivas y la organización social para la protesta. La web -y en particular las redes sociales digitales- ofrece un espacio alternativo al de los medios convencionales dominados por el aparato del Estado y/ o el discurso restrictivo de intereses dominantes. Además, en contextos autoritarios en los que la respuesta esperada de parte del gobierno es la represión, la rapidez con que se forme una masa crítica involucrada en la protesta otorga mayor importancia, potencialmente, a los medios digitales.

Para testear estas hipótesis exploratorias, el estudio se centra en la experiencia del caso mexicano #yosoy132. En mayo de 2012, faltando poco más de un mes para las elecciones nacionales mexicanas, un video colgado en YouTube por 131 estudiantes de una universidad privada denunciando la manipulación informativa hizo estallar una inesperada protesta, liderada por una masa de jóvenes con escasa experiencia de participación política, que ganó las redes y también las calles que, aunque amenazó con cambiar el curso de los eventos, no obtuvo los resultados esperados.

El texto se estructura como sigue: a continuación se presenta una revisión de la literatura explicando la emergencia de movimientos sociales; luego se fundamentan las hipótesis exploratorias; se analiza el caso mexicano y, finalmente, se presentan las conclusiones.

II. Los movimientos sociales

1. Las explicaciones clásicas de su emergencia

¿Por qué en un momento determinado la gente decide abandonar su apatía y movilizarse? Este es un tema clásico para la sociología y la ciencia política, campos desde los que se han ofrecido diferentes visiones que han dominado o convivido a lo largo del tiempo. Entre ellas, las teorías de la privación relativa, la elección racional, la movilización de recursos y la estructura de oportunidades políticas. A continuación se presenta una síntesis de las mismas:

La privación relativa: en su versión clásica, esta teoría asociaba crisis económicas o marginación extrema, que conducirían a situaciones de angustia individual, con la emergencia de la protesta (Gurr 1970). Sin embargo, la evidencia empírica sugiere que no hay una relación directa o automática entre peores condiciones de vida y surgimiento de la protesta, mientras adquiere relevancia la traducción de una carencia en una demanda colectiva y contar con recursos materiales y humanos para dicha acción (Polleta y Jasper 2001).

La elección racional: para esta teoría, la verdadera dificultad es explicar la movilización, ya que parte de la base de que los individuos hacen un cálculo del costo-beneficio de participar que los conduciría a, en general, no involucrarse en acciones de protesta (Tullok 1971). Sin embargo, éstas ocurren debido a incentivos que podrían asociarse a contextos específicos en que el costo de participar es bajo y altas las posibilidades de obtener reformas (con lo que la protesta en contextos autoritarios no es esperable).

La movilización de recursos: la teoría de la movilización de recursos pone énfasis en la capacidad de un grupo de traducir una situación en un reclamo y trasladar ese reclamo al resto de la sociedad. Una versión clásica enfatiza en el rol de las élites (Gamson 1975), mientras otros estudios relacionan la capacidad de organizar movimientos sociales con la construcción de capital social (Putnam 2000).

La estructura de oportunidades políticas (EOP): la EOP explica la emergencia de un movimiento social como resultado de condiciones estructurales y coyunturales en un sistema lo suficientemente abierto como para permitir que esa protesta emerja, pero relativamente cerrado como para no ofrecer mecanismos institucionales capaces de canalizar la demanda (lo que explica la opción por la política contenciosa) (Eisinger 1973). Algunos de los elementos destacados refieren a la unidad o división del poder entre ramas del gobierno (ejecutivo y legislativo, gobiernos subnacionales), el sistema de partidos (competencia, transparencia), la disponibilidad de aliados (medios de comunicación, la oposición política) o las estrategias dominantes para la resolución de conflictos (negociación o represión) (Tarrow 2005, Tilly y Tarrow 2007).

Las críticas a estas visiones son numerosas. A la teoría de la privación relativa se le ha criticado su énfasis en lo individual y psicológico (Rice 2012); a las de la elección racional, su incapacidad para explicar protestas en contextos autoritarios (Breuer 2012); a las de movilización de recursos, su excesivo énfasis en el rol de las élites (Rice 2012); y a la de oportunidades políticas el estar demasiado asociada a un modelo de relación entre Estado y sociedad basado en la organización política estadounidense (Davies 1999). Los autores que han trabajado bajo el paraguas de los "nuevos movimientos sociales" (della Porta 1995, 2008) enfatizan las capacidades de los movimientos para traducir problemas en demandas y construir procesos colectivos de cambio. En definitiva, los contextos son clave para comprender procesos y condicionan las estrategias de los actores (contextos democráticos o autoritarios, con élites proclives a la negociación o a ordenar la represión, con medios abiertos o cerrados para la circulación de información alternativa); pero los repertorios de acción y la capacidad del grupo de organizarse y articular una estrategia no están determinados.

Pasaremos a continuación a analizar la relación entre protesta y nuevas tecnologías.

2. Protestas, movimientos sociales y medios digitales

Los estudios sobre nuevas tecnologías y política pueden dividirse según se centren en la política convencional o en la no convencional. La primera refiere a los usos de la tecnología para mejorar la democracia representativa (incremento de la participación electoral, iniciativas orientadas a la transparencia y al rendimiento de cuentas, etc.)2 mientras la segunda refiere a los usos de medios digitales para la acción política contenciosa (protesta), de la que nos ocupamos en este trabajo.

El uso intensivo de nuevas tecnologías es un componente destacado en las nuevas protestas surgidas en zonas urbanas (Triga y Manavopoulus 2013, Anduiza et al. 2012). Los movimientos sociales más recientes se caracterizan por organizarse siguiendo modelos horizontales y flexibles, en comparación con las estructuras jerárquicas y rígidas características de los sindicatos y partidos políticos tradicionales (Juris 2005, Welp y Wheatley 2012), por la ausencia de un líder identificable, la toma de decisiones colectivas y la estructuración de un repertorio de manifestaciones vinculado a lo artístico, lo visual y la alegría de participar en política (Juris 2005, Martí i Puig 2011).

Las conclusiones de los estudios más recientes en torno a la capacidad de los medios digitales para fomentar protestas y movimientos sociales pueden agruparse en tres:

El rol de los medios digitales estaría sobrestimado: Weyland (2012), en su análisis de la primavera árabe, sostiene que Twitter jugó un papel menos fundamental del atribuido por algunos investigadores y analistas, mientras la TV, en particular la difusión de programas de AlJazeera, habría motivado un efecto contagio entre países. La evolución del proceso mostraría que otras condiciones tienen mayor peso al explicar resultados de la protesta (la fortaleza de los actores del antiguo régimen y su apertura al cambio).

Los medios digitales tendrían efectos negativos: el enfoque resalta dos aspectos. Por un lado, el efecto de la brecha digital incrementando desigualdades sociales, por otro, la rápida difusión de protestas, pero con cierto componente de superficialidad, sin profundización ideológica ni programas concretos que puedan provocar transformaciones, lo que a mediano plazo reduce las posibilidades de sostener el movimiento (Van Laer y Van Aelst 2010).

Los medios digitales tendrían efectos positivos: especialmente por facilitar la distribución rápida de información a muy bajo costo en amplias extensiones de territorio (Breuer 2012, Hussain y Howard 2013). A partir de 2006 y2007 la difusión exponencial de las redes sociales digitales (YouTube, Twitter, Facebook, entre otras) ha cambiado profundamente la producción y circulación de información (Chadwick 2012), mientras la proliferación de dispositivos móviles conectados a internet (teléfonos celulares, tablets, etc.), convierte a cualquier usuario con disponibilidad de estos recursos en un potencial testigo incómodo para el poder y multiplican (potencialmente) la velocidad y llegada del mensaje, que rápidamente puede conectar a cientos, miles o incluso millones de usuarios.

¿Cómo puede explicarse que existan conclusiones tan diferentes, incluso opuestas? Lo exploramos en la próxima sección, para luego presentar nuestra propuesta de análisis.

III. Conceptos y enfoques

1. Protesta vs. movimiento social, acción política vs. resultados

En mi opinión, las diferentes conclusiones a que llega la literatura al abordar la relación entre medios digitales y protesta derivan fundamentalmente de las preguntas que se ponen sobre la mesa. En particular: a) no se clarifica la diferencia entre el lanzamiento de una protesta y el sostenimiento de un movimiento social (mientras los medios digitales podrían tener efectos determinantes para lo primero en determinados contextos, no pueden ser más que instrumentales para lo segundo), y b) se confunden procesos con resultados. Los medios digitales pueden contribuir a lanzar una protesta, pero los resultados dependerán de otros factores (relaciones de poder entre actores, capacidad del movimiento de involucrar a un mayor número de personas y monitorear o liderar cambios, etc.).

Para los objetivos de este trabajo, es central diferenciar entre una protesta y un movimiento social. Aunque una protesta puede dar origen a un movimiento social, este no es una consecuencia inevitable de la primera. Siguiendo la definición de Tilly y Tarrow (2007), un movimiento social es una campaña de demandas sostenida en el tiempo, que usa repertorios repetidos para expresar sus reclamos, basada en organizaciones, redes, tradiciones y solidaridades que sostienen estas actividades. La literatura coincide en destacar el rol de los medios digitales para facilitar el contacto entre los activistas, propulsar la protesta, expandir reclamos en el territorio, etc. (Juris 2005, Breuer 2012, Anduiza et al. 2012), destacando un rol instrumental y facilitador.

Es relevante considerar que los medios digitales se adaptan especialmente a nuevas formas de organización, más flexibles, horizontales y asamblearias que a formas jerárquicas y rígidas (della Porta 2008, Welp y Wheatley 2012). Lo que sugiere una explicación para un uso más intensivo en protestas lideradas por nuevos movimientos sociales, frente a las lideradas, por ejemplo, por sindicatos de corte tradicional. La difusión de internet en el territorio y el perfil de los activistas también son influyentes.

Un estudio de Van Laer y Van Aelst (2010) diferencia las formas de protesta según sean soportadas por internet (lo que refiere la convivencia de actividades online y offline) o basadas en internet, y según el tipo de acción o escala de participación (por ejemplo, firmar una petición tiene un costo mucho menor que involucrarse en una protesta ilegal, pero también cabe esperar que tenga menores consecuencias). Resaltando aspectos positivos de las nuevas tecnologías para la actividad política, los autores enfatizan ciertas limitaciones. Especialmente, se refieren a la brecha digital y a la medida en que la rapidez de organización de una acción política puede, como contrapartida, producir demandas superficiales y poco maduradas, que reduzcan las probabilidades de sostener la acción en el tiempo y consolidar el grupo. Coincidimos con estos hallazgos, sugiriendo que los medios pueden ejercer una influencia considerable en el lanzamiento de una protesta, especialmente si no existen organizaciones previas detrás, pero luego esta misma variable puede condicionar la capacidad de conformar un movimiento social.

Weyland (2012) en su análisis centrado en la primavera árabe señala que los programas de la TV AlJazeera generaron la expectativa entre los egipcios de reproducir lo que poco antes había pasado en Túnez. El autor sugiere que ciertos grupos de la población sobrevaloraron su capacidad de impulsar un cambio y salieron a la calle. Entonces, evaluando los resultados negativamente (aunque lograron el fin de la dictadura, más tarde los militares tomaron el poder y no se produjo la deseada apertura democrática), Weyland concluye que los medios digitales fueron irrelevantes y que, en la ausencia de organizaciones o líderes, los activistas malinterpretaron las condiciones para la protesta. Sostenemos, por el contrario, que si bien la programación de AlJazeera fue central, la puesta en escena de una posibilidad de cambio no necesariamente conduce a la movilización. En este sentido, los medios digitales permitieron a muchas personas compartir sus sentimientos frente al régimen, sus esperanzas de cambio y su deseo de actuar en un espacio que no existía fuera de las redes sociales digitales (que ofrecían ciertos espacios de libertad). Los medios digitales permiten crear una masa crítica de activistas -algo fundamental frente a un régimen autoritario, cuya respuesta más probable es la represión- dispuestos a salir a la calle.

2. Propuesta analítica

Sostenemos que la mayor o menor utilización de tecnología está asociada, en primer lugar, a las posibilidades de acceso ofrecidas en un territorio determinado. Las investigaciones sobre el tema muestran que los jóvenes se encuentran entre los grupos de población que más usan los medios digitales en su vida cotidiana, especialmente si cuentan con un nivel educativo medio o alto y si viven en zonas urbanas (Anduiza et al. 2012). En consecuencia, cabe esperar que el uso de medios digitales para la actividad política sea una extensión de estos patrones de comportamiento: "el uso de los medios digitales puede ser intensivo o de baja intensidad, lo que estará condicionado tanto por los niveles de difusión de internet en el país como por el perfil sociodemográfico de los activistas" (Welp y Wheatley 2012).

Dado un nivel de difusión de los medios digitales y la presencia de una demanda de cambio o transformación: ¿En qué situaciones podrían convertirse en determinantes para la emergencia de una protesta? El rol de los medios digitales (determinante o instrumental), dependerá de (a) del tipo de régimen, democrático o autoritario, (b) del nivel de apertura del sistema de medios audiovisuales y (c) del tejido social o grado de organización de la sociedad civil. Tal como se sostuvo en la revisión de la literatura ofrecida en la sección anterior, la protesta se organiza en torno a un hecho que es percibido como una carencia y transformado en un reclamo. Si este reclamo alcanza notoriedad y es materializado en una acción colectiva, puede dar origen a un movimiento social. Pero una protesta digital no necesariamente llega a las calles (la circulación de peticiones online podría funcionar como ejemplo), e incluso una protesta que se expresa en las calles o alcanza relevancia más allá de los medios digitales no necesariamente da origen a un movimiento social.

El análisis del tipo de régimen es clave, porque los costos de movilizarse cuando la represión es una respuesta esperada son mucho más altos. Cuando las condiciones materiales e incluso la vida de una persona pueden correr riegos, una masa crítica suficiente y el apoyo internacional incrementan las posibilidades de éxito y reducen el riesgo individual. La circulación de información es fundamental en estos contextos. Así, un menor control de los medios de comunicación y/o la ausencia o bajo control de los medios digitales facilita la organización y la circulación de información que puede convencer a más personas de sumarse a la protesta.

En contextos democráticos, la velocidad de actuación es relevante en situaciones específicas: frente a una elección o cuando se puede aprobar una ley que cuenta con el rechazo de sectores importantes de la población. Finalmente, la existencia de organizaciones previas tiene influencia tanto sobre el lanzamiento de una protesta como sobre su sostenimiento en el tiempo. En otras palabras, ante la ausencia o debilidad de organizaciones de la sociedad civil, los medios digitales ocupan el espacio y contribuyen a la organización.

La diferenciación entre una protesta (o pocos eventos aislados) y un movimiento social (sostenido repertorio de actuaciones, una forma de organización y funcionamiento, articulación en redes) es relevante ya que los medios digitales pueden ser fundamentales para catapultar un reclamo, mientras que en la organización de un movimiento social de peso son sólo un instrumento, uno entre otros y no el más importante. Entonces, aun en casos en que los medios digitales tengan un rol determinante (pero no exclusivo) en la emergencia de protestas, su rol sólo será instrumental en la consolidación (relativa) de un movimiento social.

Ilustrar la propuesta con la revisión de casos puede contribuir a echar luz sobre las ideas presentadas (Ver Cuadro 1). En el caso del movimiento "Indignados", en España, el contexto es democrático. Pese a que el gobierno no se mostró abierto a negociar con los activistas y estos rechazaban cualquier pacto con el poder político, percibido como corrupto, la represión fue un recurso de muy baja intensidad3. Anduiza et al. (2014) analizan la experiencia de las protestas dadas en este marco desarrollando el concepto de acción conectada (connectiveaction). Los autores muestran cómo las formas de la protesta y el recurso a nuevas tecnologías permitieron que actores no involucrados en política previamente se sumaran, sobre todo los jóvenes. Es decir, que en un contexto de crisis económica y desconfianza en la democracia, los medios digitales funcionaron como un catalizador de la protesta. Sin embargo, aun considerando que los actores tradicionales (partidos políticos y sindicatos) no estuvieron presentes en la organización de estas protestas, el hecho de que múltiples organizaciones de la sociedad civil se sumaran en un contexto en que los costos de actuar no eran especialmente altos (comparándolos, por ejemplo, con "la primavera árabe"), permite sugerir que la protesta se hubiera dado de todos modos.

A diferencia del caso español, en Egipto puede observarse un rol más destacado de los medios digitales en la medida en que la esfera de resistencia al régimen estaba funcionando fundamentalmente en los medios digitales (Howard y Hussain 2011, Eltantavy y Wiest 2011). Los medios digitales fueron la plataforma que permitió organizar la acción y las redes construidas tenían base centralmente en el ámbito digital. A esto se suma la necesidad de reunir una masa crítica suficiente para conseguir el apoyo internacional y evitar la represión.

El caso mexicano presenta similitudes con ambos, en tanto el régimen era considerado democrático en 2012, la represión del movimiento no era el principal resultado esperado (especialmente en el Distrito Federal y en relación a estudiantes universitarios) pero también había urgencia, derivada del contexto electoral. La ausencia de organizaciones y redes previas soportando la protesta también fortaleció el rol de los medios digitales, que facilita esta construcción. A continuación lo analizaremos con mayor detalle.

IV. Análisis del movimiento #yosoyl324 1. El origen del #yosoyl32

El viernes 11 de mayo de 2012, el candidato a presidente por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), partido que controló el poder en México durante 70 años (1929-2000), asistió a la Universidad Iberoamericana para dar una conferencia, en el marco de un ciclo en el que todos los candidatos eran invitados a presentar sus propuestas. La Iberoamericana es una universidad privada ubicada en una de las zonas más ricas de México.

En el evento, algunos estudiantes cuestionaron a Peña Nieto por sus responsabilidades cuando era gobernador del estado de México, en particular, en torno a una violenta actuación militar reprimiendo una protesta en Atenco. Peña Nieto intentó evadir la cuestión, pero ante la insistencia asumió y defendió lo ocurrido5. El descontento derivó en una protesta de mayores dimensiones, que obligó al candidato del PRI a abandonar la sala inesperadamente.

Más tarde, un vocero de la coalición encabezada por el PRI declaraba que los disturbios habían sido causados por un pequeño grupo de personas que no parecían estudiantes y que se sospechaba habían sido enviadas por el líder del partido de la oposición, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), Manuel López Obrador: "Hay un grupo de no quiero decir jóvenes. Ya estaban mayorcitos. Calculo de 30 a 35 años para arriba. Incitando. No pasaban de 20 personas... grupos cercanos a Manuel López Obrador estuvieron promoviendo y organizando este tipo de actos". Esa misma noche el periodista José Carreño decía en el noticiero más visto de Televisa: "si eran... digamos, gente, jóvenes entrenados fuera (...) una decena de chavos son capaces de generar un clima que pesa a la imagen de la universidad"6. Al día siguiente casi toda la prensa se hacía eco de estas versiones.

El fin de semana, dos alumnos de la Iberoamericana hicieron correr la voz llamando a quienes estuvieron en la protesta del viernes, a enviar un video corto donde apareciera la respuesta "no somos porros, no somos acarreados, nadie nos entrenó para nada" y su credencial universitaria. Esperaban unos 30 videos, pero llegaron más de doscientos, 131 de los cuales (los que llegaron en el plazo solicitado) fueron integrados en un video de YouTube7. En el video los estudiantes muestran sus credenciales universitarias mientras de fondo se oye la voz del vocero. La intención es probar que se han falsificado y manipulado los hechos. Cuando el video empezó a circular en las redes, surgió el hashtag #yosoy132 que espontáneamente se convirtió en nombre del movimiento que surgiría poco después.

2. El régimen político mexicano

Con el PRI dominando el poder durante siete décadas y elecciones manipuladas, tanto a través del control formal del aparato del Estado como de una fuerte red clientelar, México fue considerado un régimen híbrido hasta el año 2000 (Morlino 2008). En 2006, con el segundo gobierno del PAN, Freedom House calificó el país como una democracia plena, aunque a partir de 2011 se observan nuevamente signos de deterioro8. Los resabios autoritarios no fueron completamente removidos en un país asolado por la corrupción y la violencia, de los que da cuenta el asesinato y desaparición de 43 estudiantes en Iguala9. El escaso apego a la ley, la recurrente violación de derechos civiles y una fuerte cultura centrada en los partidos, que les otorga poder y control sobre los individuos, son característicos (Palma 2010). Si bien existe un número de partidos que compiten en elecciones, el rol de los intereses económicos y, en particular, el poder de las corporaciones mediáticas (principalmente Televisa) socava la genuina representación de intereses. Los partidos con más peso electoral (PRI, PAN y PRD) han desarrollado máquinas electorales similares y a menudo alcanzan acuerdos para protegerse de la entrada de otros actores, como ocurrió durante la definición de la ley electoral en 2008 (Freidenberg 2009). Ante las protestas sociales, la respuesta del Estado ha oscilado entre la represión encubierta (más fuerte en zonas rurales), la indiferencia y la cooptación de líderes, sin abrir espacios de negociación colectiva.

3. Los medios de comunicación

Los medios masivos de comunicación mexicanos están dominados por dos grandes corporaciones: Televisa y TV Azteca. Estas dos empresas controlan alrededor del 90 por ciento del mercado de televisión y han sido acusadas de tener una gran influencia en la formación de la opinión pública mexicana (Trejo Delarbre 2011). En un informe sobre el tema, Freedom House (2012) afirma que Televisa es capaz de armar la carrera de un político y convertirlo en ganador, de la misma manera en que puede destruir la carrera de un político considerado peligroso para sus intereses. El primero habría sido el caso de Peña Nieto. El periódico británico The Guardian denunció en junio de 2012 que el PRI habría pagado a Televisa para instalar a Peña Nieto en diversos programas de la empresa10. Según Trejo Delarbre (2011) la transición a la democracia alteró un poco las relaciones de poder sin cambiar el fondo de la cuestión. Para este autor, el control autoritario de los medios de comunicación, previo a la transición, se habría convertido en una sumisión del Estado a las corporaciones mediáticas. Así, ante medios masivos controlados por el contubernio económico-político los nuevos medios digitales se abren como espacios para la búsqueda y difusión de información alternativa.

4. De la red a las calles: los activistas

Pese al descontento con el PRI, no había en marcha un movimiento contra Peña Nieto. Sin embargo, las redes sociales permitirán dar forma a este descontento. El video rápidamente consiguió prominencia Twitter11 y amplió la red de apoyos de la Universidad Iberoamericana a otras universidades públicas y privadas en todo el país. Esto motivó a organizar una manifestación frente a las oficinas de Televisa para el 18 de mayo. El 23 de mayo una asamblea multitudinaria en el monumento la Estela de la Luz sirvió de plataforma para la presentación de principios del movimiento:

Somos un movimiento ajeno a cualquier postura partidista, constituido por ciudadanos. Como tal, no expresamos muestras de apoyo hacia ningún candidato o partido político, pero respetamos la pluralidad y diversidad de los integrantes de este movimiento. Nuestros deseos y exigencias se centran en la defensa de la libertad de expresión y el derecho a la información de los mexicanos, en el entendido de que ambos elementos resultan esenciales para formar una ciudadanía consciente y participativa. Por lo mismo, promoveremos un voto informado y reflexionado12.

El 30 de mayo tuvo lugar la primer asamblea interuniversitaria. El movimiento se organizó en asambleas locales que se reunían en momentos determinados con la asamblea nacional. También se formaron diversas mesas de trabajo encargadas de analizar y desarrollar contenidos. Estudios centrados en las dinámicas internas del movimiento sugieren que dicha estructura en diversos momentos impidió procesos más flexibles y la toma de decisiones más rápidas (Ruíz Galicia 2013). Esta es, en cualquier caso, una tensión entre democratización y eficiencia que enfrentan a menudo los movimientos en red.

Si bien los medios digitales fueron un soporte fundamental en el lanzamiento de la protesta, también marcan una de sus limitaciones. De acuerdo con una investigación del Pew Research Center, en 2012 el 37% de la población mexicana era usuaria de internet (79% en España, 37% en Egipto). Sin embargo, el uso de redes sociales digitales es dominante entre estos usuarios (33% en México, 49% en España, 30% en Egipto). Esto señala otra limitación, ya que la mayor parte de la población no tenía acceso a internet, mientras la débil red de organizaciones detrás de la protesta no era suficiente para paliar la carencia13.

La protesta que dio lugar al movimiento #yosoy132 no contó en sus inicios con una organización o red de organizaciones que la respaldara. La mayoría de los activistas provenían de un grupo con características especiales en un país con considerables niveles de pobreza y desigualdad, ya que se trataba de estudiantes universitarios. Con escasa experiencia en el campo político y social, todo estaba por hacerse.

El 9 de junio Televisa y TV Azteca pasaron el segundo debate entre los candidatos presidenciales (TV Azteca había mostrado un partido de fútbol durante el primero) en un hecho que fue identificado como un triunfo de #yosoy13214. El 10 de junio miles de personas salieron a las calles del DF y otras veinte ciudades manifestando contra Peña Nieto. Se denunciaron campañas organizadas desde el PRI para intimidar a quienes dentro y fuera del país apoyan el movimiento (Rovira Sancho 2012). #yosoy132 consiguió algunos apoyos (sin apelar ni a los medios tradicionales ni a los partidos políticos, a los que rechazaba) entre colectivos como Anonymous15 o las víctimas de Atenco. Se organizó la observación electoral ante un posible fraude. Se hicieron nuevas convocatorias a grabar y mantenerse alertas frente a lo que ocurriera durante los comicios.

A pesar de las expectativas, Peña Nieto ganó las elecciones (PRI 38%, PRD 31,5% y PAN 25%, con una participación del 63%). El movimiento sufrió un primer momento de frustración y desconcierto al que le siguió un intento de reactivar y reformular la protesta y la lucha por la democratización del país que se mantiene hasta la actualidad, aunque ha perdido buena parte de su protagonismo16.

V. Conclusiones

El análisis realizado en las páginas previas nos permite extraer algunas conclusiones en torno al rol jugado por los medios digitales en la emergencia del movimiento #yosoy132, conclusiones que contribuyen al debate más amplio sobre el rol de las nuevas tecnologías en la emergencia de protestas y movimientos sociales. El movimiento #yosoy132 surgió de forma inesperada, en un contexto de profundo desencanto con la democracia representativa y sus actores. Un hecho (la intervención de Peña Nieto en la universidad Iberoamericana), y un video colgado en YouTube denunciando la manipulación informativa generaron un movimiento de solidaridad que rápidamente se trasladó de la red a las calles. El espacio creado en las redes sociales contribuyó a reunir las voces que estaban insatisfechas y las potenció.

El perfil sociodemográfico de los activistas y los niveles de difusión de internet en el país señalan la fortaleza y la debilidad del espacio en las redes sociales digitales. Dado que los activistas eran mayoritariamente jóvenes, estudiantes universitarios, residentes en ciudades, cabía esperar una utilización intensiva de estos medios, cosa que muestran tanto las estadísticas como el lanzamiento y posterior evolución del movimiento. A la vez, las dimensiones del país y la profunda brecha digital (el 63 por ciento de la población no tenía acceso a internet en 2012) limitó las posibilidades de llegada del movimiento. Combinado con esto y con la misma ambivalencia, las elecciones nacionales fomentaron el interés por la propuesta pero a la vez presionaron para la elaboración de un discurso y unas propuestas en un lapso de tiempo demasiado corto, limitando también de esta manera la capacidad de llegada del movimiento.

El régimen y el sistema de medios, concentrado y controlado por el poder político y económico, ubicó a las redes sociales como principal plataforma para la producción y circulación de un mensaje alternativo que rápidamente se trasladó a las calles. La ausencia de organizaciones previas explica el rol fundamental jugado por los medios digitales en el lanzamiento de la protesta. Sin embargo, si el lanzamiento de la protesta se explica considerando a los medios digitales como un elemento determinante, las limitaciones del movimiento responden más a condiciones estructurales y coyunturales.

El movimiento fue capaz de alzar la voz en protesta, pero no generó una estrategia viable para producir transformaciones. Esto ocurre porque, por un lado, el rechazo frontal al PRI y a Televisa no establecía vías intermedias de transformación que se pudieran negociar. Mientras, por otro lado, manteniendo el rechazo radical a los actores dominantes no generaron una propuesta alternativa presentándose como una opción política o aportando consignas más claras frente al electorado17.

Entre los factores destacados para entender el proceso y sus resultados, cabe mencionar que se trataba de un período electoral (lo que aportó especiales incentivos a la movilización) y el escaso tiempo con que contaban los activistas para articular y difundir sus propuestas (de mediados de mayo hasta el 1° de julio, fecha de los comicios). Es en este escenario que los medios digitales adquieren un rol determinante facilitando la rápida movilización, permitiendo la producción y circulación de información alternativa (frente al control de las grandes corporaciones) y fomentando la conexión de activistas. Así, el boomerang iniciado por un video colgado en YouTube por 131 estudiantes que denunciaban la manipulación informativa existente en México hizo estallar una protesta que canalizó un profundo descontento pero, por razones políticas, el movimiento no fue capaz de modificar el curso de los acontecimientos y el gobierno mexicano mantuvo su estrategia, oscilando entre la represión de baja intensidad y la cooptación.

CUADRO I
Indignados, #yosoy132 y la primavera árabe. El rol de los medios digitales en la emergencia de protestas

Caso

Régimen político

Sistema de medios

Sociedad civil

Rol de los medios

#yosoyl32

Democrático1

Concentrado, contubernio política-medios

Poco organizada

Determinante

Indignados

Democrático

Abierto

Organizada

Instrumental

Primavera árabe, Egipto

Autoritario

Semi-cerrado, señales de apertura

No organizada

Determinante

1 Para Freedom House, México calificaba como parcialmente democrático hasta 2006. A partir de la llegada del PAN al gobierno paso a considerarse como democracia (full democracy) pero recientemente volvió a bajar su puntuación.

Notas

Estas ideas están inspiradas en los estudios de la primavera árabe (Hussain y Howard 2013, Breuer 2012).

Véase por ejemplo Breuer y Welp (2014), Boulianne (2009), Anduiza et al. (2012), Bimber et al. (2008), y Chadwick (2012).

3 Aunque cabe destacar que la tendencia ha sido la de criminalizar la protesta, como se ha observado con la nueva ley de seguridad ciudadana, conocida como "Ley Mordaza" que ha sido denunciada nacional e internacionalmente por establecer penas desproporcionadas y penalizar hechos tales como grabar a la policía. Ley mordaza en España: http://www.congreso.es/public_oficiales/L10/CONG/BOCG/A/BOCG-10-A-105-5.PDF.

4 La siguiente síntesis se basa en la revisión de los documentos del movimiento, revisión de prensa y de la literatura elaborada durante el proceso. Numerosos estudios dan cuenta de la evolución del movimiento prestando especial atención a los proceso de organización interna, aspectos cognitivos, etc. Véase Alonso (2013), De Mauleón (2012), Díaz Alba (2013), Fernández, et al. (2014), Galindo Cáceres y González-Acosta (2013), Ruiz Galicia (2013), Ruíz Tovar y Salinas Amescua (2013) y Rovira Sancho (2012).

5 Los hechos tuvieron lugar en 2006, durante "La otra campaña", una campaña promovida por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Las fuerzas de seguridad se enfrentaron a los manifestantes en un evento que terminó con dos asesinatos, centenares de detenciones arbitrarias y denuncias de abuso sexual. La Comisión Nacional de Derechos Humanos reportó los hechos, que nunca fueron reconocidos ni investigados por el Estado.

6 "La primavera mexicana #yosoy132, la comunicación y el proceso electoral en México", Fundación Betiko, en línea en http://fundacionbetiko.org/wp-content/uploads/ 2013/03/Articulo-Yosoy132-Guiomar.pdf.

7 "131 alumnos de la Ibero responden", YouTube, en línea en: https://www.youtube.com/ watch?v=P7XbocXs FkI.

8 Fuente: Freedom House, en línea en www.freedomhouse.org/sites/default/files/ 2010SubCategoryScor es-Website.

9 "Mexican gang suspected ofkilling 43 students admits to mass murder", The Guardian, 8-11-2014, en línea en www.theguardian.com/world/2014/nov/07/gang-suspected-43-mexican-students.

10 "WikiLeaks reveals US concerns overTelevisa-Peña Nieto links in 2009", The Guardian, 11-6-2012, en línea en www.theguardian.com/world/2012/jun/11/wikileaks-us-concerns-televisa-pena-nieto.

11 Se convirtió en trending topic mientras para el 3 de junio la cuenta de Twitter @yosoy132 contaba con 41.226 seguidores y la cuenta de Facebook 100.000 (Sandoval y GilGarcía 2013).

12 Este texto pasó posteriormente a formar parte del Manifiesto de #yosoy132. Fuente: Wikisource, en línea en http://es.wikisource.org/wiki/Primer_comunicado _de_la_Coordinadora_del_Movimiento_YoSoy132_%28Manifiesto%29.

Un estudio de Burch y León (2014) muestra que la brecha digital puede ser contrarrestada cuando las organizaciones sociales son fuertes.

Un tercer debate, organizado también por el movimiento fue transmitido desde las redes sociales, aunque Peña Nieto no aceptó participar.

El colectivo Anonymous también se sumó a la protesta. El 1° de julio hacía correr un curioso llamado a votar: "este día te hago un llamado a que dejes de lado tus preferencias políticas y te centres en lo que verdaderamente significa el voto, votar por un candidato, por sus propuestas, por su gabinete..." (cursivas nuestras).

En 2013, aunque el movimiento continuaba, aparecía debilitado y reducido y poco a poco va saliendo de la escena mediática y del foco político mientras continúan las denuncias de represión (Ruíz Galicia 2013, Alonso 2013). Como un ejemplo destacado, el 2 de junio #yosoy132 publica un comunicado en el que se denuncia que uno de sus ex integrantes había sido pagado por el Centro de Información y Seguridad para infiltrarse en el movimiento casi desde sus comienzos. Fuente: Revista Proceso de México, en línea en www.proceso.com.mx/?p=343793.

Al confrontar los resultados con los de otras protestas sociales mencionadas en la introducción se observan tres tendencias: en algunos casos las manifestaciones tuvieron éxito relativo al obtener respuestas a algunas de sus demandas -en Brasil se dio marcha atrás a la suba del costo de transporte, mientras sigue abierto el reclamo de una reforma política; en Chile la necesidad de una reforma educativa se introdujo en la agenda del gobierno entrante-. En otros casos, movimientos consolidados (o divisiones de los mismos) han cambiado sus estrategias para convertirse en nuevos partidos políticos con claras probabilidades de disputar el poder en el escenario electoral o aliarse con partidos preexistentes que puedan hacerlo -Podemos en España es un ejemplo de la primera opción, Syriza en Grecia representa la segunda opción-. Un tercer grupo de movimientos ha pasado de un momento inicial de euforia y generación de grandes expectativas a un impasse en que podría desaparecer sin dejar un legado político acorde con las expectativas generadas (Welp 2014).

Bibliografía

Alonso, Jorge (2013) "Como escapar de la cárcel de lo electoral: el Movimiento #YoSoy132", en Desacatos, N° 42.         [ Links ]

Anduiza, Eva, Camilo Cristancho yJosé Sabucedo (2014) "Mobilization Through Online Social Networks: the Political Protest ofthe Indignados in Spain", en Information, Communication & Society, Vol. 17, N° 6.         [ Links ]

Anduiza, Eva, Michael Jensen, and Laia Jorba (eds.) (2012) Digital Media and Political EngagementWorldwide. A Comparative Study, Cambridge, Cambridge University Press.         [ Links ]

Bimber, Bruce, Cynthia Stohl, y Andrew Flanagin (2008) "Technological Change and the Shifting Nature of Political Organization", en Chadwick, Andrew y Philip Howard (eds.) Routledge Handbook of Internet Politics, Nueva York, Routledge.         [ Links ]

Boulianne, Shelley (2009) "Does Internet Use Affect Engagement? A Meta-Analysis of Research", en Political Communication, Vol. 26.         [ Links ]

Breuer, Anita (2012) "The Role ofSocial Media in Mobilizing Political Protest. Evidence from the Tunisian Revolution", en Discussion paper, Bonn, German Development Institute, N°10.         [ Links ]

Breuer, Anita y Yanina Welp (2014) Digital Technologies for Democratic Governance in Latin America, Nueva York, Routledge.         [ Links ]

Burch, Sally y Osvaldo León (2014) "Social Movements, Democratic Participation and ICTs", en Breuer, Anita y Yanina Welp, DigitalTechnologies for Democratic Governance in Latin America, Nueva York, Routledge.         [ Links ]

Chadwick, Andrew (2012) "Recent Shifts in the Relationship between the Internet and Democratic Engagement in Britain and the United States: Granularity, Informational Exuberance, and Political Learning", en Anduiza, Eva, Michael Jensen y Laia Jorba (eds.) Digital Media and Political Engagement Worldwide. A Comparative Study, Cambridge, Cambridge University Press.         [ Links ]

Crespo, José Antonio (2007) "Empate, conflicto e incertidumbre", en Desacatos, N° 24, mayo-agosto.         [ Links ]

Davis, Diane (1999) "The Power ofDistance: Re-Theorizing Social Movements in Latin America", en Theory andSociety, Vol. 28, N° 4.

De Mauleón, Héctor (2012) "De la red a las calles", en Nexos, N° 417, septiembre, disponible en www.nexos.com.mx/?p=14969.

Della Porta, Donatella (1995) Social Movements, PoliticalViolenceandtheState, Cambridge, Cambridge University Press.

Della Porta, Donatella (2008) "Eventful Protest, Global Conflicts", en Distinktion, N° 17.

Díaz Alba, Carmen (2013) "Tres miradas desde el interior de #YoSoy132", en Desacatos, N° 42. Eisinger,

Peter (1973) "The Conditions ofPolitical Protest Behaviour in American Cities", en American Political Science Review, Vol. 67, N° 1.

Eltantawi, Nahed y Julie Wiest (2011) "Social Media in the Egyptian Revolution: Reconsidering Resource Mobilization Theory", en International Journal of Communication, Vol. 5.

Fernández, Ana María, Gustavo Vázquez, Pedro Canales, Okany Castillo, Rafael Flores, Allan Garfias, Maribel Martínez, César Mirafuentes, Michell Soria y Francisco Vázquez (2014) "El movimiento estudiantil #YoSoy132 a un año de distancia", en El Cotidiano, N° 183.

Freedom House (2012) "Countries at the Crossroads: México", disponible online en http://freedomhouse.org/sites/default/files/Mexico%20-%20FINAL.pdf.

Freidenberg, Flavia (2009) "Oportunistas, idealistas y adversarios en el proceso de reforma electoral en México (2007-2008)", en Alcántara Sáez, Manuel y Ernesto Hernández, México: elnuevo escenario ante elbicentenario, Salamanca, Universidad de Salamanca.

alindo Cáceres, Jesús y José Ignacio González-Acosta (2013) #YoSoy132 La primera erupción visible, México D.F., Global Talent University Press.

Gamson, William (1975) Strategy of Social Protest, Belmont, Wadsworth Publishing Company.

Giugni, Marco, Doug McAdam y Charles Tilly (eds.) (1998) From Contention toDemocracy, Lanham, Rowman and Littlefield.

Gurr, Ted R. (1970) Why Men Rebel, Princeton, Princeton University Press.

Hussain, Muzammil y Philip Howard (2011) "The Role ofDigital Media", en Journal of Democracy, Vol. 22, N° 3.

Hussain, Muzammil y Philip Howard (2013) "What Best Explains Successful Protest Cascades? ICTs and the Fyzzy Causes ofthe Arab Spring", en International Studies Review, Vol. 15.

Juris, Jeffrey (2005) "The New Digital Media and Activist Networking within Anti-Corporate Globalization Movements", en Annals ofthe American Academy ofPolitical and Social Science, Vol. 597.

Martí i Puig, Salvador (2011) "15M: The Indignados", en Byrne, Janet (ed.) The Ocuppy Handbook, Nueva York, Back Bay Books.

Morlino, Leonardo (2008) "Hybrid Regimes or Regimes in Transition", en FRIDEWorking Paper, N° 70.

Palma, Esperanza (2010) "México: entre la violencia y la consolidación del sistema de partidos", en Revista de Ciencia Política, Vol. 30, N° 2.

Polleta, Francesca y James Jasper (2001) "Collective Identity and Social Movements", en Annual Review of Sociology, N° 27.

Putnam, Robert (2000) BowlingAlone: The Collapse and Revival of American Community, Nueva York, Simon & Schuster.

Rice, Roberta (2012) The New Politics ofProtest, Tucson, The University of Arizona Press.

Rovira Sancho, Guiomar (2012) "México, #yosoy132: ¡No había nadie haciendo el movimiento más que nosotros!", en Anuari del conficte social, N° 2012.

Ruiz Galicia, César Alan (2013) "#yosoy132 durante el 2013: represión y mutación", en Anuari del Conficte Social, N° 2013.

Ruíz Tovar, Oscar y Bertha Salinas Amescua (2013) "Movimientos sociales: espacios de aprendizaje y ampliación de la democracia. El caso del movimiento estudiantil #yosoy132", ponencia presentada en la IX Conferencia regional de América Latina y el Caribe de la Sociedad Internacional de Investigación del Tercer Sector (ISTR), Santiago de Chile, 28 al 30 de agosto.

Sandoval-Almazan, Rodrigo y Ramón Gil-García (2013) "Cyberactivism trough Social Media: Twitter, YouTube and the Mexican Political Movement 'I'm Number 132' ", ponencia presentada en 46th International Conference on System Sciences.

Tarrow, Sidney (2005) The New Transnational Activism, Nueva York, Cambridge University Press.

Temkin Yedwab, Benjamín y Rodrigo Salazar-Elena (2012) "México 2010-2011: los últimos años de una gestión cuestionada", en Revista de ciencia política, Vol. 32, N° 1.

Tilly, Charles y Sidney Tarrow (2007) Contentious Politics, Oxford, Oxford University Press.

Trejo Delarbre, Raúl (2011) "Comunicación, política, sociedad", en Memorias de la 8va bienal internacional de Radio, México D.F., Radio Educación.

Triga, Vasiliki y Vasilis Manavopoulos (2013) "Digitally and Non-Digitally-Enabled Collective Action in Greece in Times ofCrisis", ponencia presentada en 41st ECPR Joint Sessions, Mainz, 11 al 16 de marzo.

Tullok, Gordon (1971) "The Paradox ofRevolution", en Public Choice, Vol. 11.

Van Laer, Jeroen (2010) "Activists 'Online' and 'Offline': the Internet as an Information Channel for Protest Demonstrations", en Mobilization: An International Journal, Vol. 15, N° 3.

Van Laer, Jeroen y Peter Van Aelst (2010) "Internet and Social Movement Action Repertoire", en Information, Communication & Society, Vol. 13, N° 8.

Welp, Yanina (2014) "The Mexican Movement #yosoy132", paper preparado para el workshop "Social Protest and Democratic Responsiveness: Realities in Latin America and the Caribbean and the European Union", GIGA, 10 de octubre.

Welp, Yanina y Jonathan Wheatley (2012) "The Uses ofDigital Media for Contentious Politics in Latin America", en Anduiza, Eva, Michael Jensen y Laia Jorba (eds.) Digital Media and Political Engagement Worldwide. A Comparative Study, Cambridge, Cambridge University Press.

Weyland, Kurt (2012) "The Arab Spring: Why the Surprising Similarities with the Revolutionary Wave of1848?", en Perspectives on Politics, Vol. 10, N° 4.

Fuentes

Diario The Guardian del Reino Unido: www.theguardian.com

Freedom House: www.freedomhouse.org/sites/default/files/2010Sub-CategoryScores-Website

Revista Proceso de México: wwwproceso.com.mx/?p=343793

YouTube: www.youtube.com/watch?v=P7XbocXsFkI

Wikisource: http://es.wikisource.org/wiki/Primer_comunicado_de_la_Coordinadora_del_Movimiento_YoSoy132_%28Manifiesto%29

Fundación Betiko: http://fundacionbetiko.org/wp-content/uploads/2013/03/Articulo-Yosoy132-Guiomar.pdf

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons