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On-line version ISSN 1851-9601

Postdata vol.21 no.2 Ciudad Autónoma de Buenos Aires Dec. 2016

 

DISEÑOS INSTITUCIONALES MULTINIVEL Y DESNACIONALIZACIÓN POLÍTICA. EL SURGIMIENTO DEL FRENTE RENOVADOR EN MISIONES

 

por Federico D. Quilici*

* Universidad Nacional de San Martín. E-mail: fdquilici@gmail.com.

Resumen

A partir de los supuestos trabajados por la teoría de la nacionalización política y dadas las características históricas y sociales de la Provincia de Misiones es de suponer que el sistema de partidos misionero se encuentre integrado y nacionalizado. Un análisis electoral detallado entre 1983-2011 muestra como en la Provincia de Misiones, en el año 2003, a partir del surgimiento del Frente Renovador se ha desencadenado un fuerte proceso de desnacionalización política. El objetivo del trabajo es mostrar que las transformaciones del sistema de partidos provienen del hecho de que los diseños institucionales multinivel generan las condiciones institucionales para que las diversas comunidades cívicas subestatales que integran los Estados democráticos multinivel impacten sobre el sistema de partidos, desencadenando procesos de desnacionalización política cuando estas logren desacoplarse de la política estatal. Para sostener este argumento, se analiza en detalle el surgimiento del Frente Renovador en la provincia de Misiones.

Palabras clave
Estados democráticos multinivel – nacionalización política – diseños institucionales multinivel – comunidades cívicas subestatales – política multinivel

Abstract

From the theoretical perspective of political nationalization, and given the historical and social characteristics of the Province of Misiones, it would be natural to assume the local party system is both integrated and nationalized. A detailed electoral analysis of the period 1983-2011 in the province shows how, from 2003, together with the rise of the Frente Renovador, a strong political denationalization process started to take place. The goal of this work is to show these transformations in the political party system are more likely to derive from the fact that multilevel institutional designs generate institutional conditions through which the diverse subnational civic communities integrating multilevel democratic States make an impact on party systems, triggering political denationalization processes whenever they manage to disengage from national politics. To underpin this argument, the rise of the Frente Renovador of Misiones is analysed in detail.

Key words
Multilevel Democratic States – Political Nationalization – Multilevel Institutional Designs – Subnational Civic Communities – Multilevel Politics

 

I. Introducción

El objetivo del trabajo es mostrar cómo el proceso de nacionalización política expuesto por la teoría de la nacionalización no se encuentra únicamente determinado por las herramientas político-institucionales del Estado central que inducen procesos de centralización y de coordinación vertical del sistema de partidos, sino también por la presencia de comunidades cívicas subestatales1 que integran los estados democráticos multinivel (EDM); las cuales tienen la capacidad de desarrollar grupos de origen institucional subestatal e influenciar sobre las formas que adoptan los sistemas de partidos. Se busca mostrar cómo las transformaciones del sistema de partidos en los EDM provienen del hecho de que los diseños institucionales multinivel (DIM) generan las condiciones institucionales para que las comunidades cívicas subestatales que integran estos Estados puedan activarse políticamente e impacten sobre el sistema partidos2.

Para ello, se muestra cómo los DIM posibilitan la formación de más de una comunidad cívica al interior de un Estado democrático, una vinculada con las instituciones centrales del Estado y otras relacionadas con las distintas unidades subestatales que integran el Estado. A pesar de estas especificidades producidas por los DIM, existe una tendencia a no considerarlas u omitirlas cuando se estudian procesos políticos al interior de un EDM. Ello se debe a que la teoría de la nacionalización política parte de tres fuertes supuestos interrelacionados: i) la existencia de un único demos al interior de los estados, ii) el Estado unitario, y iii) la formación de una comunidad cívica única e indivisible al interior del Estado democrático (integración del demos).

La Argentina constituye un caso estratégico de análisis al ser un territorio sin clivajes adscriptos3, donde el Estado central ha tenido un rol protagónico en la formación del Estado, en la construcción de una fuerte identidad estatal y también en los procesos de institucionalización de algunas provincias argentinas. A pesar de ello, en los últimos años el sistema de partidos ha presentado una tendencia hacia la desnacionalización y fragmentación política (Calvo y Escolar 2005, Leiras 2007, Escolar y Castro 2013). Específicamente, la Provincia de Misiones constituye un valioso estudio de caso, al ser un territorio joven, resultado de la expansión de la frontera interior del Estado central4; en la cual desde su provincialización (1954), el Partido Justicialista y la Unión Cívica Radical han monopolizado la política (Abdulhadi 2013, Cambas 1984, Freaza 1994). A pesar de ello, en los últimos años ha experimentado un fuerte y claro proceso de desnacionalización, desencadenado por el nacimiento de un partido político de origen subestatal5: el Frente Renovador de la Concordia Social. Desde su nacimiento (2003), dicho frente ha utilizado diversas estrategias para consolidar su poder al interior de la provincia, una de ellas ha sido poner en valor la comunidad cívica subestatal al revindicar la identidad misionera, defender los interiores locales y proteger la autonomía provincial6.

La hipótesis que guía el trabajo será que las transformaciones del sistema de partidos provienen del hecho de que los DIM generan las condiciones institucionales para que las diversas comunidades cívicas subestatales que integran el Estado impacten sobre el sistema de partidos, desencadenando procesos de desnacionalización política cuando estas logren desacoplarse de la política estatal al desarrollar intereses locales y una agenda autónoma respecto de la comunidad cívica estatal. Para poder sostener dicho argumento, se analizará en detalle el surgimiento del Frente Renovador en la provincia de Misiones.

El trabajo se organiza en dos apartados. El primero, busca poner en evidencia cómo los EDM permiten la formación de comunidades cívicas subestatales, las cuales se superponen a la comunidad cívica estatal. Se mostrará cómo, independientemente del contexto social y cultural, a través de sus diseños institucionales, los EDM generan las condiciones para la construcción y coexistencia de comunidades cívicas superpuestas. Luego, se plantea que cuando al análisis se incorporan las comunidades cívicas subestatales, el proceso de nacionalización política podrá tener dinámicas más de tipo centrípetas. Se postulará que en los EDM, donde coexisten comunidades cívicas superpuestas, múltiples ciudadanías y una soberanía compartida entre las unidades políticas, es factible postular —al menos teóricamente— que no haya nacionalización o que ésta sea débil y que en su lugar se encuentre un escenario desnacionalizado motivado por la presencia de intereses colectivos superpuestos, grupos de preferencias y organizaciones partidarias, enraizadas en las distintas unidades políticas que integran el Estado.

El segundo apartado, analiza en detalle la evolución del sistema de partidos en la Provincia de Misiones entre 1983 y 2011 y se presta especial atención al surgimiento del Frente Renovador de la Concordia Social; quien al obtener la gobernación en el año 2003 produjo un fuerte proceso de realineamiento partidario al interior de la provincia. Para ello, se realiza un análisis cuantitativo y cualitativo. El primero, a partir de medir los niveles de nacionalización política se analiza la evolución del sistema de partidos misionero entre 1983 hasta el 20117. Luego, en base a entrevistas realizadas a diversos actores políticos provinciales se destaca como este proceso estuvo acompañado por un discurso con un enérgico contenido local por parte de los referentes del Frente Renovador; el cual explícitamente buscó activar la comunidad cívica misionera8.

II. Estados democráticos multinivel, comunidades cívicas superpuestas y desnacionalización política

El término EDM alude a una entidad estatal cuya forma organizativa se encuentra constituida por varios estratos o capas territorialmente superpuestas de órdenes estatales con ciertos niveles de autonomía política, los cuales poseen gobiernos electos democráticamente. La principal característica de estos tipos de Estado es la existencia de gobiernos con administraciones públicas organizativas y funcionalmente independientes en cada una de las unidades que integran los órdenes estatales (Escolar 2011).

La existencia de múltiples gobiernos implica que la soberanía se encuentra compartida entre las distintas unidades políticas. Esto se debe a que el Estado no se encuentra constituido por una sola unidad territorial, sino que dentro de sus fronteras cohabitan otras unidades soberanas menores (estados, provincias, regiones, etc.). La existencia de múltiples soberanías y la presencia de gobiernos democráticos superpuestos impactan sobre la construcción de la ciudadanía democrática dado que las distintas unidades políticas que integran el Estado otorgan a sus habitantes diversas ciudadanías; cada una de ellas vinculadas con los distintos niveles que integran el Estado9.

Los EDM poseen la especificidad de albergar de manera superpuesta unidades políticas de distinto orden y jerarquía dentro de un mismo territorio estatal. Esta situación implica la existencia de una soberanía compartida de facto que se expresa, al menos, en tres dimensiones fundamentales: (i) la presencia institucional de órdenes estatales superpuestos y administrativamente independientes; (ii) la autonomía de las unidades políticas subestatales; y (iii) la aparición de esferas públicas subestatales autorreguladas.

El liberalismo democrático (Dahl 1986, Rawls 1993, 2011; Habermas 1989, 1994, 1996) supone dos aspectos fundamentales: (i) la existencia de un solo corpus jurídico que garantice los derechos individuales y la igualdad de oportunidades entre los ciudadanos del Estado; y (ii) la formación de una ciudadanía política uniforme que homogenice los derechos, los deberes políticos y sociales de los habitantes, y sea el origen de la representación política democrática en el gobierno del Estado (comunidad cívica). Un EDM encuentra serias dificultades para garantizar la existencia real de los dos aspectos enunciados arriba: i) el Estado de derecho y ii) la ciudadanía política unificada. Aún de manera tenue y condicionada, la mera existencia de órdenes estatales superpuestos con facultad auto-regulatoria (soberanía compartida) tiene la capacidad de diferenciar de facto el Estado de derecho general. Asimismo, la única forma de garantizar y legitimar la representación política y democrática en cada unidad política es reconocer la necesidad de formación de comunidades cívicas democráticas independientes, siguiendo las mismas premisas del Estado westfaliano o unitario10. Por consiguiente, en un EDM, además de la ciudadanía de primer orden producto del vínculo entre los ciudadanos y las instituciones centrales, conviven distintas ciudadanías políticas subestatales relacionadas con las diversas entidades territoriales autónomas que constituyen el Estado (Filipov et al. 2004, Escolar 2011). Esto es posible debido a que las unidades subestatales que integran el EDM son institutos normativos que desde el punto de vista institucional poseen prácticamente las mismas características que el Estado westfaliano; por ejemplo, un territorio propio que permite delimitar su cuerpo de ciudadanos subestatales, gobiernos electos democráticamente, instituciones políticas con legitimidad democrática, burocracias subestatales propias y autónomas, la capacidad de impulsar políticas públicas independientes respecto a las del Estado central, símbolos propios (banderas, himnos, figuras célebres, etc.) partidos políticos subestatales, entre otras cosas. En palabras de Lister “las personas que viven en [EDM] suelen tener dobles pertenencias y lealtades una con la nación y otra con la región, [y] dado que el gobierno central y [subestatal] operan directamente sobre el pueblo, cada ciudadano está sujeto a dos gobiernos” (Lister 1996: 20).

En síntesis, los DIM posibilitan la formación de grupos de origen estrictamente institucional, los cuales pueden dar forma y contenido a una identidad subestatal que es paralela y superpuesta a la comunidad cívica del Estado central. En contextos democráticos, estas comunidades cívicas subestatales deben forzosamente constituirse para garantizar la representación democrática subestatal y la ciudadanía política en las distintas unidades subestatales que integran el EDM en cuestión.

La teoría de la nacionalización política interrelaciona la construcción institucional y material del Estado (state-building), con el proceso de democratización y uniformización de los clivajes existentes (nation-building). Estos ejes van a ser operacionalizados a través de dos procedimientos de referencia territorial, (i) la demarcación externa de las fronteras del Estado y por lo tanto también de la comunidad cívica, y (ii) la construcción interna de las instituciones, la ciudadanía y las preferencias individuales en una sola unidad política, social y culturalmente integrada. Para la teoría de la nacionalización política, el producto de la simbiosis de ambos procesos es la formación del Estado (nación) democrático moderno (Caramani 2004).

Asimismo, la teoría de la nacionalización política busca conceptualizar y explicar las razones por las cuales los actores políticos locales y la ciudadanía geográficamente desagregada pasarán a vincularse y coordinarse entre sí a partir de organizaciones partidarias de alcance estatal o central. También busca conceptualizar por qué las preferencias individuales de los ciudadanos se orientarían paulatinamente a un reconocimiento de una jerarquía decisional, llevando a priorizar los intereses y la política central en detrimento de lo local o subestatal (Chhibber y Kollman 2004, Caramani 1996).

A partir de un modelo de centro-periferia (Agnew 1987), esta teoría argumenta que el centro posee las herramientas político-institucionales y los incentivos para impulsar el fortalecimiento de las instituciones centrales, la construcción de una única identidad, y la formación de preferencias individuales en una sola unidad política, social y culturalmente integrada. Para este enfoque, la integración y homogenización del cuerpo de ciudadanos, sumado a la consolidación de una matriz única y actores políticos jerárquicos (Chhibber y Kollman 2004, Laffin 2007), producto de la consolidación de las instituciones centrales del Estado, posibilitan sostener la nacionalización e integración vertical del sistema de partidos.

En este marco, los partidos políticos estatales se convierten en los principales articuladores de las demandas regionales y la política central prevalece sobre la local al transformar la estructura de preferencias de los actores de base local, en una de perfil más ideológico longitudinal que trascenderá los distritos electorales y la política territorial o de base (Agnew 1987, Caramani 2004). Es por ello que una de las principales consecuencias de los procesos de modernización (Caramani 2004, Rokkan 1970, Rokkan y Urwin 1983) es la desarticulación de los patronazgos locales y la consolidación y jerarquización de las instituciones centrales del Estado.

Este proceso fomenta la formación de un sistema de partidos donde los incentivos para construir coaliciones de carácter regional son menores debido a que la centralización de las decisiones políticas y administrativas hace que las posibilidades de incidir sobre políticas públicas con impacto local sean superiores en la arena estatal que en las esferas locales (Chhibber y Kollman 2004). De esta manera, mayores niveles de centralización política conllevan a mayores niveles de nacionalización de la competencia electoral y del sistema de partidos11. En otras palabras, la centralización administrativa, la integración económica y estandarización cultural, junto con la erosión de los poderes locales y clivajes sociales, facilita el nacimiento de un sistema de partidos nacionalizado.

La nacionalización política permite el paso de un sistema político parroquial, focalizado en las figuras políticas locales, a un sistema configurado por partidos estatales con representación en todo el territorio, con agendas políticas programáticas y transversales destinadas a todos los ciudadanos (Schattschneider 1960). En otras palabras, la nacionalización del sistema político implica un triple proceso simultáneo: i) la homogenización del comportamiento electoral a lo largo de todo el territorio del Estado; ii) la existencia de partidos políticos estatales con presencia en todo el territorio del Estado; y (iii) la estructuración jerárquica de las candidaturas y de las coaliciones electorales.

La nacionalización política vincula, por un lado, la relación entre centralización estatal e integración política y, por el otro, entre homogenización del demos, construcción de una comunidad cívica y alineamiento partidario. En ambos casos para ello se considera indispensable el surgimiento de organizaciones políticas transversales que integren la oferta política y la orientación de las preferencias predominantes del electorado. Para la teoría de la nacionalización, los partidos políticos estatales son actores centrales en el proceso de integración del sistema político del Estado y, paralelamente, son el resultado de la modernización social y del proceso de construcción estatal.

Ahora bien ¿qué ocurre si al interior de la estructura teórica propuesta por la teoría de la nacionalización se incorporan los efectos de los DIM? En los últimos años, nuevos trabajos han comenzado a indagar sobre las posibles consecuencias de las comunidades cívicas superpuestas sobre el sistema de partidos y la representación democrática (Hopkin 2003, Filipov et al. 2004, Escolar 2011). Una posible explicación de este olvido, por parte de la teoría de la nacionalización es planteada por Escolar (2014: 12) al sostener que:

Según la perspectiva estándar desarrollada por William Riker en 1964, en los Estados Democráticos Multinivel (federales en sus terminología) se desarrolla un círculo virtuoso de centralización paulatina producido por la resolución favorable al centro (el gobierno central) de múltiples y sucesivos juegos bilaterales con unidades individuales de la periferia, donde la tendencia de los actores subestatales es a la cooperación, vis a vis la dificultad de coordinarse con los demás jugadores del mismo nivel. Como resultado de este proceso en el tiempo, se obtendrá un aumento inexorable de la centralización estatal (federalismo centralizado: Riker 1964: 10-12) y, concomitantemente, los actores políticos tenderán a integrarse progresivamente en organizaciones partidarias que abarcaran todo el Estado (vertical y horizontalmente), pudiendo gobernar y competir eficazmente.

En cambio, si en el centro del análisis se ponen los DIM, resulta complejo sostener los argumentos de Riker. Como bien señala Filipov et al. (2004), es difícil suponer que los actores políticos periféricos aceptaran voluntariamente la desaparición de las instituciones que les dan origen, a través de las cuales son electos y se desenvuelven como actores políticos. Además, independientemente del grado de centralización y nacionalización del sistema político, las unidades constitutivas de los EDM son arenas políticas con entidad propia que poseen instituciones de autogobierno, competencias y recursos para distribuir en base a las prioridades de las elites políticas subestatales (Palláres 2009). Por consiguiente, los sistemas políticos multinivel siempre ofrecen espacio a las élites subestatales para la toma de decisiones de forma semi-autotónomas.

Como se ha visto, la dinámica política de los EDM tiende a complejizar el modelo de nacionalización política ya que los mismos poseen una matriz institucional policéntrica (Elazar 1987), la cual impacta de lleno en el modelo centro-periferia postulado por la teoría de la nacionalización y, por ende, sobre el proceso de integración del demos y de la política. En los EDM, la existencia de múltiples entidades políticas autónomas (estados, provincias, comunidades autónomas, entre otros), con sus múltiples ciudadanías y comunidades cívicas subestatales pueden fomentar la construcción y formación de identidades y partidos políticos subestatales de origen estrictamente institucional.

Como se sostuvo anteriormente, esto se debe a que las formas institucionales y las identidades cívicas de las entidades subestatales son muy similares a los mecanismos de integración social y política implementados por el Estado central —nacional— (Anderson 2007, Balibar 1988, Gellner 1988, Hobsbawm 2000). Al igual que a nivel central o estatal, este proceso debe forzosamente desarrollarse para garantizar la representación democrática y la ciudadanía política en las distintas unidades subestatales que integran el EDM. La consecuencia directa de este proceso en un EDM es la formación de múltiples comunidades cívicas al interior de un mismo Estado.

En síntesis, si se incorporan al análisis las especificidades y las posibles implicancias de los DIM, los supuestos esgrimidos por la teoría de la nacionalización deben ser relativizados. Dado que los ciudadanos en escenarios institucionales multinivel tendrán una ciudadanía superpuesta, pertenecerán al menos a dos comunidades cívicas y, posiblemente, poseerán una identidad vinculada con las instituciones centrales del Estado y otra relacionada con las instituciones subestatales (las cuales pueden ser contradictorias o complementarias), a pesar de ser la misma persona. Esta especificidad es exclusivamente producto de los DIM en contextos democráticos, los cuales son incompatibles con los dos principales elementos de la teoría de la nacionalización política: i) el Estado unitario; y ii) la formación de una comunidad cívica única, indivisible y homogénea al interior del Estado democrático (integración del demos).

En un contexto democrático con estas características institucionales ¿Qué incentivos prevalecerán, los estatales o los subestatales? ¿No será factible observar una puja constante entre incentivos que estimulen procesos de nacionalización y desnacionalización política, gracias a la existencia de intereses y comunidades cívicas superpuestas? Asimismo, en este marco institucional ¿es posible imaginar que el sistema político se coordine y se integre verticalmente? ¿Cómo impactará la existencia de múltiples ciudadanías y comunidades cívicas superpuestas sobre coordinación y agregación partidaria? ¿Es posible afirmar que los partidos estatales serán los contenedores de las demandas regionales, haciendo prevalecer la política estatal por sobre la subestatal y que los incentivos, para formalizar coaliciones subestatales, serán menores gracias a la centralización de las políticas públicas? Por último, ¿es posible plantear que las candidaturas estatales serán las únicas que estructuren y coordinen jerárquicamente al resto de las candidaturas?

III. Evolución y transformación del sistema de partidos en la Provincia de Misiones (1983-2011)

Si se comparan los resultados electorales de Misiones durante la década de los ‘80 con los resultados electorales de los últimos años, se evidencia con claridad cómo el sistema de partidos misionero experimentó fuertes transformaciones. Entre 1983 y 1999, la estabilidad del sistema político era una de sus principales características, la Unión Cívica Radical y el Partido Justicialista obtuvieron siempre más del 90% de los votos en todas las categorías en cuestión. Para el año 2011 resulta difícil encontrar indicios de estos dos partidos políticos. Por ejemplo, a nivel provincial, en la elección a gobernador de 2003, la UCR integró un frente que obtuvo el 14% de los votos y el Frente Justicialista salió segundo con el 33% de los votos. En la elección de 2007, el frente que integraba la UCR obtuvo el 4% de votos y el frente donde participó el justicialismo misionero alcanzó el 29%. En la elección de 2011, la UCR obtuvo el 6% de los votos y la coalición donde participó el justicialismo apenas logró el 3% de los votos.

A partir del año 2003, la Provincia de Misiones experimentó un claro proceso de desnacionalización política. Lo significativo de este cambio es que las condiciones, económicas, sociales y poblacionales de la provincia no parecerían haber cambiado sustancialmente desde 1983; entonces, cabe preguntarse cuál será la variable que ayude a comprender las transformaciones del sistema de partidos misionero. Como se verá, una de las razones del cambio es el surgimiento y la obtención de la gobernación por parte de un partido político subestatal en el año 2003: el Frente Renovador de la Concordia Social12.

En el año 2003, el ex gobernador Carlos Rovira, aliado y delfín del ex gobernador Ramón Puerta, decide romper con el justicialismo provincial y formar una alianza con el aquel entonces presidente del partido radical: Maurice Closs13. Existe un fuerte consenso entre los actores políticos provinciales, tanto del oficialismo como de la oposición, que la disputa entre Carlos Rovira y su padrino político Ramón Puerta fue uno de los principales desencadenantes de este proceso (Abdulhadi 2013, Martin y Carlino 2013). La primera tensión pública se evidenció en las elecciones presidenciales del 27 de abril de 2003 (cinco meses antes que las provinciales); cuando Carlos Rovira siendo gobernador apoyó la candidatura de Néstor Kirchner14 y Ramón Puerta la de Carlos Menem. Si bien la fórmula Menem-Romero obtuvo el 38,78 por ciento de los votos y la fórmula Kirchner-Scioli el 22,73 por ciento, el resultado fue visto con buenos ojos por el rovirismo ya que toda la estructura del partido justicialista había apoyado la candidatura de Carlos Menem. Luego de la elección presidencial, la disputa política pasó al plano provincial. El candidato indiscutido del Partido Justicialista era Ramón Puerta. Si bien el partido buscó convocar a internas, Rovira dejó en claro que su intención era buscar su reelección por fuera del justicialismo.

Durante los cuatros años como gobernador (1999-2003), Rovira había forjado una buena relación con los intendentes radicales, los cuales habían expresado su vocación de ser parte de un proyecto con gestión y planteaban que dentro del radicalismo eso no sería posible15. Además, estos intendentes tenían un fuerte rechazo a la figura de Ramón Puerta. Al romper con el justicialismo misionero, Rovira perdió la estructura político-territorial pero, gracias a su alianza con Maurice Closs, logró atraer a la mayoría de los intendentes radicales a su nuevo proyecto político y así contar con una base político-territorial que le permitiese ir por la reelec-ción16.

El 28 de septiembre de 2003, la fórmula Rovira-Tschirsch del Frente Renovador logra el 47,80 por ciento de los votos y el binomio Puerta-Rodríguez el 33,03 por ciento. En el año 2007, el Frente Renovador retiene la gobernación con la fórmula Closs-Giménez (38,24 por ciento de los votos) y en el año 2011, Closs es reelecto con el 75,07 por ciento de los votos.

la construcción de una nueva coalición política que integrara a todas las fuerzas que compartieran el proyecto llevado adelante por su gestión. Este llamado fue el puntapié de inicio de lo que luego se llamó Concertación Plural. A comienzos de 2007, la idea de la Concertación Plural había madurado con mayor intensidad en las provincias de Catamarca, Corrientes, Mendoza, Neuquén, Río Negro y Santiago del Estero. En todos estos distritos, la UCR estaba al frente de los ejecutivos provinciales y/o municipales. A excepción de Río Negro, esta coalición se materializó en una fórmula constituida por un candidato a gobernador radical y un vicegobernador justicialista-kirchnerista. A nivel estatal, se invirtieron las posiciones y el gobernador radical saliente de la Provincia de Mendoza, Julio Cobos, integró el binomio presidencial junto a Cristina Fernández de Kirchner. En la elección presidencial de 2003, la fórmula de la UCR Moreau-Losada alcanzó el 7,5% de los votos en la provincia de Misiones y el 2,34% en todo el país. De los 18 intendentes radicales, 16 abandonaron la UCR y apoyaron la reelección de Rovira.

Para analizar las transformaciones que experimentó el sistema de partidos misionero durante estos años este apartado se estructura en dos partes. En la primera, a partir del número efectivo de partidos (NEP), del índice de inflación ponderado por tamaño de distrito de Moenius y Kasuya (Iw) y el PNS ponderado por tamaño del distrito (PNSw) de Bochsler se analiza la evolución de las categorías de presidente y gobernador en la provincia de Misiones y se la compara con el promedio de la federación entre 1983 y 2011. Este análisis, muestra como entre 1999 y 2003 se produce un quiebre. En la segunda parte, se analiza dicho cambio, para ello se observa en detalle el sistema de partidos misionero entre 1999 y 2011; a partir de trabajar con el PNSw y la congruencia del voto (Escolar y Castro 2013). El análisis, muestra cómo la categoría de gobernador adquiere una lógica y una dinámica propia. Por último, a partir de entrevistas a políticos locales se muestra como todo este proceso de desacople de la política provincial estuvo acompañado, por parte de la élite política renovadora, por un discurso que busca poner en valor la comunidad cívica misionera.

De la nacionalización a la desnacionalización política. Misiones 1983-2011

El sistema de partidos en la provincia de Misiones hasta el año 1999 se caracterizó por su estabilidad y por estar más comprimido tanto a nivel estatal como subestatal respecto al promedio de la federación argentina. Si se observa el Gráfico 1, hasta 1999 existía una fuerte interrelación entre la evolución del NEP entre las categorías de presidente y gobernador, lo que permite suponer una fuerte integración del sistema de partidos. A partir del año 2003, los valores del NEP para presidente y gobernador en la provincia de Misiones toman dinámicas diversas. En la categoría a presidente el NEP evoluciona en línea con la tendencia del promedio de la federación; en el año 2003 posee una mayor fragmentación y durante las elecciones de 2007 y 2011, al igual que en el promedio de la federación, el sistema se comprime pero con mayor fuerza. En cambio, para la categoría de gobernador, a partir

Para este análisis, la unidad de agregación de la información electoral ha sido el nivel departamental. La Argentina posee 527 departamentos y la provincia de Misiones cuenta con 17 departamentos.

 

del año 2003 el NEP adquiere una dinámica endógena que se diferencia tanto del NEP a presidente en la provincia de Misiones como de la evolución del NEP del promedio de la federación en la categoría en cuestión.

Si se utiliza el índice Moenius y Kasuya —ponderado por el tamaño de distrito— se observa la interdependencia existente entre la categoría de presidente en la provincia de Misiones con el promedio de la federación entre 1983 y 2003. Asimismo, se evidencia con claridad como a partir del año 2007 ambas categorías se diferencian significativamente entre si (ver Gráfico 2).

Si se aborda la evolución de las elecciones a gobernador en la provincia de Misiones y se las compara con la evolución del promedio de la federación a partir del índice de Moenius y Kasuya, se observa que hasta el año 1999 ambas variables tenían dinámicas similares. A pesar de ello, el sistema de partidos misionero poseía una menor inflación partidaria que el resto de la federación. A partir del año 2003, la inflación partidaria en la provincia de Misiones adquiere una lógica propia, teniendo un pico en el año 2007 (ampliamente superior al promedio de la federación) y cuatro años más tarde experimenta un fuerte proceso de deflación que ubica a la provincia por debajo del promedio de la federación (ver Gráfico 3).

Como se ha visto, a partir del año 2003, la inflación partidaria a gobernador en la provincia de Misiones posee una dinámica propia, que la diferencia claramente de los niveles de inflación del resto de la federación y también de los niveles de inflación partidaria de la categoría a presidente en Misiones18. Entre 1983 y 1999 es posible sostener que la política subestatal estaba fuertemente emparentada con las dinámicas del sistema de partidos estatal. En cambio, partir del año 2003 el sistema de partidos provincial experimenta un claro proceso de desnacionalización política. Como se puede observar en el Gráfico 4, a partir del año 2003 las categorías de gobernador y presidente adquieren dinámicas propias que las diferencian significativamente entre sí.

Si al análisis propuesto se lo complementa con la evolución de la nacionalización horizontal —PNSw desarrollado por Bochsler (2010)— se arriba a conclusiones similares. Para la categoría a presidente, entre 1983 y

Vale la pena remarcar que si bien a partir del año 2003 la categoría de presidente experimenta un proceso de desnacionalización en todo el país, en el caso de la provincia de Misiones éste es aún mayor que el promedio de la federación.

1999, el sistema de partidos se encontraba más nacionalizado que el promedio de la federación. A pesar de ello, los niveles de homogeneidad del voto son similares (ver Gráfico 5). En cambio, entre 2003 y 2007 el sistema de partidos en Misiones experimenta un proceso de desnacionalización superior al promedio de la federación. En contraste, en la última elección presidencial (2011) ambos niveles son prácticamente iguales.

En el caso de gobernador, entre los años 1983 y 1999, la provincia de Misiones tuvo un PNSw alto y estable, el cual fue mayor al promedio de la federación durante la década de los ochenta y muy similar al PNSw del resto de la federación durante los años noventa. A partir del año 2003, se observa un fuerte cambio en el PNSw a gobernador que implicó que por primera vez desde 1983 en las elecciones de 2007 y 2011 el sistema de partidos subestatal estuviese significativamente más desnacionalizado que el promedio de la federación (ver Gráfico 6).

La fuerte transformación de la arena subestatal se evidencia con mayor claridad cuando se analiza de manera comparada la evolución del PNSw a presidente y a gobernador al interior del territorio misionero. Entre 1983 y 1999 ambas categorías estaban emparentadas; a partir del año 2003, si bien ambas se desnacionalizan, la categoría de gobernador lo hace con mayor intensidad. En el año 2007, el PNSw presidencial inicia un sendero hacia la nacionalización política; en cambio, la categoría de gobernador se desnacionaliza aún más (Ver Gráfico 7).

En síntesis, el análisis realizado a partir de los índices propuestos (NEP Iw y el PNSw) pone en evidencia tres elementos: i) la categoría a presidente en la provincia de Misiones tiene una dinámica similar al promedio de la federación en todo el período abordado (1983-2011), nacionalizada entre 1983 y 1999; desnacionalizada entre el año 2003 y 2011. ii) La categoría a gobernador en la provincia de Misiones, a partir del año 2003, y más claramente en las dos últimas elecciones (2007 y 2011), adquiere una lógica propia que la diferencia significativamente del promedio de la federación en dicha categoría. iii) Si bien entre los años 1983 y 1999 ambas categorías (presidente y gobernador) en la provincia de Misiones se encontraban fuertemente emparentadas; a partir del año 2003, comienzan a tener trayectorias distintas. Estos tres elementos posibilitan sostener la fuerte desnacionalización del sistema de partidos misionero.

La desnacionalización del sistema de partidos misionero. El surgimiento del Frente Renovador de la Concordia Social (1999-2011)19

El objetivo de este apartado es evidenciar cómo las transformaciones analizadas en el apartado anterior son producto del surgimiento del Frente Renovador. Se mostrará como el nacimiento de dicha fuerza política produce un fuerte realineamiento partidario al interior de la provincia. Asimismo, se destacará cómo este proceso estuvo acompañado por una estrategia explicita, por parte de la élite renovadora, de poner en valor la comunidad cívica misionera. Para observar estos cambios, primero se medirá el PNSw del sistema de partidos misionero y simultáneamente se analizarán los niveles de congruencia del voto (Escolar y Castro 2013) entre presidente y gobernador en el período 1999 y 2011. Luego, a partir de entrevistas, principalmente a referentes renovadores, se realiza un análisis descriptivo que muestra cómo este proceso de desnacionalización política estuvo acompañado por un discurso político que busca fortalecer la identidad local, la autonomía política y defender los intereses de la provincia.

En la elección de 1999 cuando se comparan los resultados electorales para presidente y gobernador, se observa que, a nivel estatal y subestatal, el peronismo y el radicalismo (Alianza20) obtienen prácticamente los mismos votos. En el caso del justicialismo, la Concertación Justicialista para el Cambio (CJpC) obtuvo el 46,95 por ciento de los votos a nivel estatal y para gobernador el Frente para el Cambio (FpC) el 53,72 por ciento. A nivel estatal, el PNSw partidario fue de 0,919 y en la arena subestatal 0,922. La Alianza (AL) si bien obtuvo menos votos, 44,69 por ciento a presidente y 45,84 por ciento a gobernador, tuvo un índice de nacionalización política alto (0,919 a presidente y 0,908 a gobernador). Dada la cantidad de votos

Para realizar el análisis electoral entre 1999 y 2011 los datos electorales han sido agregados a nivel de circuito electoral. La provincia de Misiones en el año 2011 contaba con 103 circuitos electorales.

La Alianza, fue una coalición electoral principalmente integrada por la UCR y el Frepaso. En el caso específico de la provincia de Misiones, esta tercera fuerza nunca tuvo gran peso electoral en la política provincial. En la elección presidencial de 1995 el Frepaso obtuvo en Misiones el 8,54% de los votos y la UCR casi el 39%. Para las elecciones a gobernador de ese mismo año, el Frepaso alcanzó el 2,61% y la UCR el 46,30%.

obtenidos y el alto nivel de nacionalización política de ambas fuerzas, el PNSw provincial es elevado: 0,903 para presidente y 0,915 para gobernador (ver Cuadro 1). En síntesis, en 1999 el sistema de partidos en la provincia de Misiones se encontraba nacionalizado horizontalmente tanto en la arena estatal como subestatal.

Si se analiza la nacionalización vertical a partir de medir la congruencia del voto entre presidente y gobernador se observa un alto nivel de congruencia. La congruencia de presidente a gobernador en ambas fuerzas se encuentra por encima del 95 por ciento. Algo simular se observa cuando se calcula la congruencia del voto de gobernador a presidente. Si bien es un poco menor, en ambos casos se encuentra por encima del 85 por ciento21 (ver Cuadro 2). En síntesis, en el año 1999, el sistema de partidos en la provincia de Misiones también se encontraba nacionalizado verticalmente.

En el año 2003, la situación cambia significativamente tanto en la arena estatal como en la subestatal. El PNSw provincial a presidente pasa de 0,903 en 1999 a 0,829. Para la categoría de gobernador, el PNSw se posiciona en 0,828 bajando casi un punto respecto a la anterior elección. Ambos índices muestran cómo el sistema de partidos experimenta en ambas arenas un proceso de desnacionalización horizontal.

A nivel estatal, lo que explica esta transformación es el surgimiento de nuevas fuerzas políticas a partir de la fragmentación del PJ y de la UCR. Tres frentes políticos fuertemente vinculados con el justicialismo presentaron candidaturas, la de Carlos Menem (FpL en alianza con la UCeDe), la de Néstor Kirchner (FpV) y la de Adolfo Rodríguez Saa (MP+UyL). En la Provincia de Misiones, las dos primeras fuerzas realizaron una buena elección; obteniendo entre ambas más del 60 por ciento de los votos. Asimismo, las dos fuerzas políticas tuvieron PNSw partidarios superiores al promedio provincial (el FpL+UCeDe: 0,894 y el FpV: 0,887), siendo las fuerzas políticas más nacionalizadas en la provincia22 (ver Cuadro 3). Por su parte, la Unión Cívica

La menor congruencia del voto entre gobernador y presidente se debe a la presencia de una tercera fuerza en la elección presidencial la cual en la provincia de Misiones obtuvo el 5,39% de los votos. Dicha fuerza política era Acción por la República, la cual impulsó la candidatura del ex ministro de economía de Carlos Menem, Domingo Cavallo.

En el caso del otro frente justicialista liderado por Rodríguez Saa, al no tener un claro aliado provincial, obtuvo el 9% de los votos. El PNSw partidario de dicha fuerza se encuentra en línea con el promedio provincial (0,820).

Radical, luego del fracaso de la Alianza, en la elección presidencial del año 2003 obtuvo en la provincia el 7,53 por ciento de los votos; siendo hasta aquel momento la peor elección desde 1983. El PNSw partidario (0,628) muestra un partido regionalizado y con una distribución heterogénea de los votos lo que permite concluir que dicha fuerza experimentó un fuerte proceso de desnacionalización23.

En la elección a gobernador de 2003, el sistema de partidos también experimenta fuertes cambios respecto a la elección de 1999. El PNSw provincial pasa de 0,915 en 1999 a 0,838 en 2003. Las dos principales fuerzas políticas —el Frente Renovador (FR) y el Frente Justicialista para el Cambio (FJpC)— si bien poseen un PNSw superior al promedio provincial del año 2003, en ambos casos son menores al PNSw provincial de 1999 (ver Cuadros 1 y 3).

El surgimiento del Frente Renovador parecería haber impactado en la distribución territorial del justicialismo provincial, pero aún más en la Unión Cívica Radical, dado que la mayoría de los intendentes radicales integraron al Frente Renovador24. Esto posibilitó que dicha fuerza política obtenga una cobertura territorial significativa que se materializó en un PNSw partidario superior al promedio provincial (0,838). En cambio, la Unión Cívica Radical que integró el Frente Social y Productivo (FSyP), sintió fuertemente la pérdida de sus intendentes. Dicha coalición obtuvo el 13,63 por ciento, muy por debajo de los porcentajes de votos obtenidos por la Unión Cívica Radical en la década de los 80 y 90. Asimismo, un PNSw de 0,677, permite sostener un fuerte proceso de regionalización del voto. Por último, el Frente para la Victoria misionero a nivel provincial realizó una elección que no posee ninguna relación con el desempeño electoral a presidente de dicha fuerza en la provincia. A gobernador obtuvo el 3,11 por ciento de los votos y un PNSw del 0,606. Esto se debe a que Rovira (fundador y líder indiscutido del Frente Renovador) fue quien sostuvo la candidatura presidencial de Néstor Kirchner en la provincia, pero a nivel subestatal no utilizó la etiqueta partidaria del Frente para la Victoria, sino que buscó su reelección liderando el Frente Renovador.

Si se aborda la nacionalización vertical del sistema político misionero en el año 2003, se evidencia también un proceso de desnacionalización política (ver Cuadro 4). A diferencia de la elección de 1999, los niveles de incongruencia aumentan significativamente. Por ejemplo, en el caso de la Unión Cívica Radical de presidente a gobernador, los votantes a nivel subestatal dividieron su voto entre el Frente Renovador (44,5%) y el Frente Social y Productivo (40,5%).

Respecto a los tres candidatos vinculados con el peronismo la situación también es heterogénea. En el caso de los votantes de Rodríguez Saá, un 53,6 por ciento apoyó a Puerta y un 30,8 por ciento a Rovira. En cambio, el 66% los votantes de Menem apoyaron a Puerta (aliados políticos) y un 30,6 por ciento a Rovira (enemigo político de Puerta). Por último, la mayor congruencia del voto se da entre el Frente para la Victoria y el Frente Renovador, donde el 92,4 por ciento de los votantes que optaron por la candidatura de Kirchner a nivel subestatal votaron por el aliado provincial Rovira.

El Frente Renovador al capturar votos de prácticamente todos los candidatos presidenciales generó un fuerte incremento en los niveles de incongruencia del voto (Kirchner: 92,4%, Carrió: 81,3%, Moreau: 44,7%, Rodríguez Saá: 30,8%, Menem: 30,6% y en menor medida de López Murphy: 14,9%).

La desnacionalización vertical también se observa cuando se aborda la congruencia del voto entre gobernador y presidente (ver Cuadro 4). En gran medida, esto se debe a que los votantes que a nivel subestatal se inclinaron por el Frente Renovador en la arena estatal optaron por distintos candidatos a presidente (FpV: 33,9%, FpL: 26%, UCR: 12,4%, ARI: 10,1%, MP+UyL:9,6% y Recrear: 8%).

En síntesis, a partir de los datos expuestos en los Cuadros 3 y 4, se puede sostener que en el año 2003 el sistema de partidos misionero experimentó un fuerte proceso de realineamiento partidario, lo que produjo que el sistema de partidos pasara de estar nacionalizado horizontal e integrado ver-ticalmente en el año 1999 a estar desnacionalizado en ambas dimensiones cuatro años más tarde.

En las elecciones del año 2007 se observa una profundización del proceso de desnacionalización. El PNSw de presidente pasa de 0,829 en 2003 a 0,814 en el año 2007 y el de gobernador de 0,838 a 0,736 (ver Cuadro 3 y 5). El Frente para la Victoria posee un PNSw similar al del año 2003. A pesar de ello, el porcentaje de votos obtenido cambia significativamente al pasar de 22,73% en 2003 a 68,13%. Si se observan los PNSw partidarios a presidente, el Frente para la Victoria es la única coalición que supera el promedio provincial (0,814). El resto de las fuerzas se encuentran muy por debajo del PNSw provincial (ver Cuadro 5).

En el caso de la elección a gobernador, todas las fuerzas políticas tienen un PNSw significativamente inferior al del año 2003. El PNSw provincial es de 0,736, el más bajo desde 1983. Para comprender este fuerte proceso de desnacionalización es necesario abordar la interna política entre dos sectores que integraron el Frente Renovador en el año 2003. Pablo Tschirsch, vicegobernador de Rovira durante el mandato 2003-2007, al no estar conforme con la decisión de Rovira de impulsar la candidatura a gobernador de Maurice Closs, decide buscar la gobernación por fuerza del frente. Para ello, utiliza la etiqueta partidaria del Frente para la Victoria misionero para impulsar su candidatura. El Frente Renovador logra retener la gobernación con el 38,24 por ciento de los votos (casi 10 puntos menos que en 2003), el PNSw partidario pasa de 0,881 en 2003 a 0,798 en 2007. Por su parte, en contraste con la elección en el año 2003, el Frente para la Victoria realizó una buena elección al obtener el 29,20 por ciento de los votos. Al igual que el Frente Renovador, el PNSw partidario fue bajo 0,731 (ver Cuadro 5).

En el año 2003, el proceso de desnacionalización del sistema de partidos misionero fue impulsado por la fragmentación del peronismo a nivel estatal, dándole a Rovira la oportunidad de romper con el justicialismo misionero. En contraste, en el año 2007, la fuerte fragmentación y desnacionalización del sistema de partidos misionero se debe al fuerte impacto que generó el surgimiento del Frente Renovador al interior del sistema político misionero.

Si se aborda la nacionalización vertical se evidencia con claridad cómo el proceso de desnacionalización también se profundiza en el año 2007 (ver Cuadro 6). En el caso del Frente para Victoria y a diferencia de la elección de 2003 donde el 92,4 por ciento de los votantes optó por el Frente Renovador, en la elección de 2007 a nivel subestatal los votos se dividieron entre Closs 55,5 por ciento (FR) y Tschirsch 34,3 por ciento (FpV misionero). Los votantes que optaron por apoyar la fórmula presidencial de la Concertación para una Nación Avanzada (la cual a nivel estatal obtuvo el 15,35%), a nivel subestatal optaron por diversas estrategias lo que muestra un claro proceso de desnacionalización vertical (32,6% al FdT; 16,9% FpV; 13,8% 29-oct; 13,5% UNA; 12,6% UP; 7,5% FR y 3,2% ARI). En el caso de la Coalición

Cívica, también sus votantes tuvieron un comportamiento disociado a nivel subestatal (46,6% UP; 16,5% UNA y 11,9% 29-oct).

En cambio, si se analiza la congruencia del voto de gobernador a presidente se observan situaciones diversas, dado que algunos frentes se encuentran integrados verticalmente y otros no. En el caso de los votantes que optaron por el Frente Renovador, a nivel estatal apoyaron masivamente al Frente para la Victoria (98,2%). Lo mismo ocurre con los votantes que apoyaron la fórmula del Frente para la Victoria misionero, el 95,2% sostuvo con su voto la candidatura de Cristina Fernández.

Por su parte, los votantes que apoyaron la candidatura a gobernador de Puerta se encuentran fuertemente desnacionalizados. Los porcentajes muestran una alta incongruencia ya que a nivel estatal dividieron sus votos entre diversos candidatos a presidente (40,9% FpV, 25,3% FJUyL, 17,1% UNA y 16,8% CC). Algo similar ocurre con los votantes del Frente por la Dignidad 29 de Octubre. En cambio, los votantes del Frente de Todos y Concertación para una Nación Avanzada tuvieron un comportamiento electoral más congruente entre ambas arenas (ver Cuadro 6).

Sintetizando, en la elección del año 2007 los niveles de incongruencia del voto de presidente a gobernador son elevados. A pesar de ello, la situación del Frente para la Victoria merece una mención especial. Los votantes que optaron por la fórmula presidencial Fernández-Cobos a nivel subestatal dividieron sus votos entre dos fuerzas. Si bien esto no puede ser definido como una clásica estrategia de integración vertical, tampoco puede ser definido como un voto incongruente dado que tanto el Frente Renovador como el Frente para la Victoria misionero eran aliados políticos del kirchnerismo. Esto se refleja aún con mayor claridad cuando se observa la alta congruencia del voto de gobernador a presidente de ambas fuerzas con el Frente para la Victoria a nivel estatal. En los EDM, estas situaciones son posibles gracias a que los DIM permiten la existencia de arenas políticas superpuestas con lógicas e intereses propios. En este caso particular, los votantes misioneros apoyaron masivamente al Frente para la Victoria a nivel estatal y en el plano provincial dividieron su voto entre dos coaliciones que eran rivales políticos en el plano local (FR vs FpV misionero).

En el año 2011, el sistema de partidos tanto a nivel estatal como subestatal cambia nuevamente. En esta oportunidad, se orienta hacia la nacionalización política. Este proceso se observa tanto en la arena estatal como en la subestatal (ver Cuadro 7). El PNSw provincial promedio para presidente en el año 2011 es de 0,869. Si bien es inferior al del año 1999 (0,903) es mayor al de los años 2003 (0,829) y 2007 (0,814). El PNSw provincial a gobernador es de 0,819, mayor al de la elección del año 2007, pero inferior a la del 2003 y, obviamente al PNSw de 1999.

Al igual que en el año 2007, el Frente para la Victoria ganó cómodamente en la categoría a presidente. Si bien obtuvo prácticamente la misma cantidad de votos que en la elección anterior, en esta oportunidad tuvo un PNSw que indica un alto nivel de nacionalización política (0,910). A diferencia del año 2007, donde sus dos aliados provinciales estaban fuertemente desnacionalizados, en esta oportunidad su principal aliado subestatal, el Frente Renovador, realizó una excelente elección, al conquistar el 75% de los votos. Dicho frente, también tuvo una performance electoral que muestra un alto nivel de nacionalización política (PNSw: 0,910). El resto de las fuerzas políticas que compitieron a presidente tuvieron un PNSw menor al promedio provincial.

A nivel subestatal, el Frente Renovador nuevamente es el protagonista de la elección. En este caso no por derrotar al histórico líder del justicialismo misionero Ramón Puerta (2003) o imponerse ante el candidato que llevó el sello partidario del Frente para la Victoria (2007), sino por realizar una elección contundente al superar el 75 por ciento de los votos y sacarle casi 70 puntos de diferencia al segundo25. Como ya se ha dicho, el PNSw del Frente Renovador fue alto (0,910), similar a los obtenidos por el justicialismo misionero y la Alianza en 1999. A pesar de ello, el PNSw provincial es intermedio-bajo (0,819), dado que el resto de las fuerzas se encuentran fuertemente desnacionalizadas (ver Cuadro 7).

Si se analiza la nacionalización vertical, se observan situaciones dispares. A pesar de ello, casi el 70 por ciento de los votantes se encuentran fuertemente integrado verticalmente. Esto se debe a que entre los votantes del Frente para la Victoria y el Frente Renovador existe una alta congruencia del voto tanto entre presidente y gobernador (92%) y entre gobernador y

Aunque de menor relevancia, hay otros elementos a resaltar de esta elección. El primero es que la segunda fuerza política es también un partido de origen subestatal (el Frente Trabajo y Progreso). El segundo es que por primera vez desde 1995 Puerta no compite por la gobernación. El tercero es el regreso de la UCR, que si bien realizó una elección pobre, por primera vez desde 1995 compite electoralmente sin integrar ningún frente.

La nacionalización vertical en el año 2011 puede ser caracterizada como híbrida, dado que existe una clara integración vertical entre el Frente para la Victoria y el Frente Renovador, la cual coexiste con una fuerte disociación del voto en el resto de las fuerzas políticas. Esto permite afirmar que el oficialismo estatal y subestatal se encuentran integrados y que la oposición se halla desnacionalizada verticalmente.

En estas páginas se ha sostenido que para comprender estas transformaciones es necesario abordar el nacimiento y la consolidación del Frente Renovador. Lo interesante de este proceso es que evidencia cómo la política estatal puede influenciar a la subestatal y también viceversa. En el año 2003, la interna a nivel estatal del justicialismo le permitió a Rovira alinearse con el kirchnerismo (FpV) y romper con el justicialismo misionero encolumnado detrás de la figura de Ramón Puerta. Asimismo, la fuerte crisis política del radicalismo posibilitó una alianza entre Rovira, Closs e intendentes de origen radical. De esta manera, la fragmentación del justicialismo y la crisis del radicalismo a nivel estatal y provincial, crean un espacio para el surgimiento de un partido de origen subestatal. En el año 2007, el fuerte proceso de realineamiento partidario en el plano subestatal y la fuerte desnacionalización del sistema de partidos misionero impacta fuertemente en la arena estatal. Es así como para la categoría de presidente, la provincia de Misiones es una de las provincias más desnacionalizadas de la federación.

Ahora bien, cómo entender el fuerte proceso de desnacionalización del sistema de partidos en la provincia de Misiones, en un contexto sin clivajes adscriptivos y en donde las condiciones económicas, sociales y demográficas no se modificaron significativamente. ¿Qué cambios se produjeron en la Provincia de Misiones que permiten este proceso?

Estado, las cuales podrán fomentar la construcción de actores y estructuras partidarias geográficamente concentradas, con intereses y objetivos que podrán diferir y hasta ser opuestos a los del Estado central. Asimismo, se sostuvo que los DIM generan las condiciones institucionales para que las comunidades cívicas desarrollen fuerzas políticas subestatales con dinámicas y lógicas propias que expliquen la desnacionalización del sistema de partidos. El Frente Renovador puede ser caracterizado como un partido de ámbito subestatal.

A continuación, se destacará como la consolidación del Frente Renovador estuvo acompañada por acciones de gobierno y por un discurso político con un fuerte componente provincial. Estas acciones van desde una relectura de los orígenes de la provincia (las reducciones jesuitas, los orígenes guaraníes, etc.), la reivindicación de un líder local (el caudillo Andrés Guacurarí), la presencia de la bandera y el himno de la provincia en todos los actos de gobierno, el rostro de Guacurarí en las banderas partidarias del Frente Renovador, entre otras cosas. Asimismo, desde el punto de vista de las políticas públicas, el gobierno del Frente Renovador ha planteado la necesidad de un desarrollo endógeno a partir de potenciar el turismo, la industria de la madera y de mejorar las condiciones de competitividad de los productos regionales.

En la actualidad, todos los actores provinciales coinciden que el Frente Renovador es partido subestatal o provincial, el cual plantea ante la comunidad cívica misionera que su principal objetivo es defender los intereses de la provincia. Asimismo, todos coinciden que este proceso estuvo acompañado por la construcción o el fortalecimiento de la identidad misionera. A pesar de ello, no todos concuerdan que esto haya sido siempre así. Por lo general, los referentes del radicalismo y del peronismo plantean que el discurso con un fuerte componente provincial es algo que surge luego de la imposibilidad de Rovira de reformar la constitución provincial27 e ir por su tercer mandato consecutivo28. En cambio, los renovadores sostienen que

En el año 2006 Rovira convoca a elecciones de convencionales constituyentes con el objetivo de modificar la Constitución provincial y así poder reelegirse por tercera vez consecutiva. A pesar de haber contado con el apoyo del gobierno central y del ex presidente Néstor Kirchner quien viajó expresamente a la provincia para apoyar a Rovira, el 29 de octubre la alianza liderada por el Obispo Piña, que aglutinó a toda la oposición provincial, obtuvo el 56,55% de los votos. Un referente del peronismo plantea que “cuando Rovira se pelea con Kirchner, por el tema de la reelección indefinida, ahí empieza a hablar del misionerismo. Recién ahí empieza con el discurso de la misionereidad, incluso hasta hoy lo mantiene, eso desde el inicio el Frente Renovador se propuso desarrollar una agenda política con un fuerte componente misionero. Por ejemplo, un referente plantea que: “Carlos Rovira siendo gobernador empieza a convocar a dirigentes políticos, a ciudadanos y a militantes políticos a conformar un nuevo movimiento provincial donde tuviera la bandera de Misiones y a Misiones como parte de ese camino” (FR2). Otro político de la renovación afirma que: “ya en el 2001 con la promoción del turismo, Rovira dejaba entrever que nos íbamos netamente hacia un proyecto misionerista” (FR1). Por último, otro renovador plantea que: “El destino de la provincia está en poder construir y tener un proyecto político misionerista. (…) Ser parte de este pueblo que se ha caracterizado por tres culturas, la de los jesuitas, la de los inmigrantes y la guaraní. Hay elementos de identidad que nosotros podemos visualizar y proyectar en símbolos, en una cultura. Esto es lo que se resalta, lo que se busca permanentemente desarrollar desde el Frente Renovador y la política es la que debe liderar todo este proceso” (FR5).

Respecto al tema de la identidad misionera y los intereses de la provincia de Misiones los referentes renovadores sostienen que el surgimiento del Frente Renovador está ayudando a catalizar este proceso. Por ejemplo, un renovador dice: “la idea de un pueblo misionero o un modelo misionerista se fue tejiendo y consolidando a partir de creer en nosotros y de creer que se podía generar una política en todos los aspectos a partir de las fortalezas y de las debilidades que tiene el pueblo misionero” (FR3). Otro renovador destaca que: “si bien Misiones es una provincia joven, tiene 61 años de existencia, en realidad tiene identidad, pero es una identidad que recién se está consolidando (…). Tal vez el correntino declama mucho más su identidad correntina que el misionero, pero no por eso es más nacionalista que los que vivimos en la provincia de Misiones” (FR7). Por último, un referente plantea: “Nosotros estamos recuperando nuestras raíces, reconociendo a Andrés Guacurari como prócer de los misioneros. Guacurari fue el primer gobernador indio de la provincia de Misiones y siempre nos enseñaron que Guacurari era malo. Nosotros ahora estamos reescribiendo la historia argentina desde Misiones. Este proyecto quiere recuperar todas nuestras raíces y costumbres. (…) Nosotros lo que estamos buscando con este proyecto es recuperar los valores y las costumbres de los misioneros” (FR1).

Los renovadores destacan que uno de sus objetivos es robustecer la identidad local, la cual siempre estuvo presente pero de una manera difusa. En palabras de un renovador “El Frente Renovador tiene una política activa de recuperar nuestro pasado, por ejemplo, el año pasado se aprobó una ley que se declaró como héroe de la provincia a Andresito, es un signo evidente que estamos detrás de la consolidación de una identidad…” (FR5). Otro entrevistado plantea con claridad la decisión política de la renovación de poner en marcha la identidad misionera: “hemos incorporado la cuestión cultural, o sea, hemos entrado a darle un sentido revisionista a la historia, la reivindicación de nuestros héroes, de cambiar los planes de estudio en la escuela, el del primario y el del secundario y el de los terciarios (…) Otro ejemplo es la creación de la bandera de Misiones, la restauración de las ruinas jesuíticas, que es nuestro mito fundante. Ahora que hicimos la imprenta de la provincia vamos a sacar una serie de libros para dar conciencia histórica, sobre el período jesuita, la etapa de la emancipación, la etapa de la federalización del ‘80, la etapa de la provincialización y el último tomo será el de la renovación” (FR6)29.

Este proceso de recuperación o construcción de una identidad misionera fue acompañado simultáneamente por una agenda política que pone en el centro de la escena la defensa de los intereses provinciales. Esto se expresa con claridad en las palabras del siguiente renovador: “En Misiones a partir del Frente Renovador empieza a construirse un poder provincial, yo diría que el ejemplo más cercano es Neuquén, ahí los Sapag después del peronismo del ‘55 construyeron un poder provincial que dura hasta ahora y el mecanis-29 Al igual que en el caso misionero, Nuñez Seixas (2005) al analizar el surgimiento de partidos de origen subestatal en las Comunidades Autónomas españolas, sin ningún tipo de clivaje adscriptivo, plantea como las elites subestatales se vieron forzadas a fomentar la conciencia regional de sus ciudadanos, como medio de asentar su nueva legitimidad institucional. Dicho autor plantea que “[l]a exaltación de la historia, rasgos culturales y tradiciones propias se convirtió en un norte de las políticas culturales y educativas de la totalidad de las Comunidades Autónomas Españolas, y particularmente de aquellas (co)gobernadas por neo-regionalismo [partidos subestatales]. En algunos casos, esta labor requirió una autentica invención de la tradición autonómica, del pasado propio (…) y de rasgos culturales autóctonos (…) [E]l autogobierno regional no solo debería justificarse con base en argumentos económicos y funcionales, sino que debía apelar a las emociones y al sentimiento identitario para garantizar su continuidad” (Nuñez Seixas 2005: 67).

 

mo es anteponer siempre los intereses de la provincia y tener un buen sistema impositivo propio” (FR6). Asimismo, los referentes renovadores piensan la política desde lo subestatal y dejan en un segundo plano la política estatal. Una frase que ilustra esto es la siguiente: “cuando te digo un proyecto misionerista, te digo pensar primero en los misioneros y luego en la nación (…) Nosotros vamos a acompañar en todo lo que sea importante para la nación, pero siempre vamos a pelear en traer lo máximo de la nación a la provincia de Misiones” (FR1)30. En base a lo desarrollado, se puede sostener que este discurso misionerista, basado en recuperar y reivindicar la identidad local, defender los intereses subestatales y proteger la autonomía provincial, parecería haberle dado contenido a la comunidad cívica misionera. De esta forma, la puesta en valor de dicha identidad provincial podría ser un elemento más que ayude a comprender el desacople que se produjo entre la política subestatal y la estatal en la provincia de Misiones.

V. Conclusión

Desde 1983 hasta 1999 el sistema de partidos en la Provincia de Misiones estaba fuertemente nacionalizado y existía una fuerte interdependencia entre la evolución de las categorías estatales y subestatales. Entre 1999 y 2003, el sistema de partidos misionero pasa de estar completamente nacionalizado a estar desnacionalizado horizontal y vertical. Al mismo tiempo, la política subestatal comienza a tener una dinámica propia.

En el año 2003, el sistema de partidos argentino experimenta un fuerte proceso de desnacionalización política al que la Provincia de Misiones no es ajena. Al interior de la provincia, la categoría de presidente se desnacionaliza en línea con el promedio de la federación. En cambio, en la elección de 2007, los niveles de desnacionalización al interior de la provincia son superiores al promedio de la federación. En paralelo, en el plano subestatal, a partir del surgimiento del Frente Renovador, el sistema de partidos experimenta fuertes transformaciones. Esto produce, por primera vez desde 1983, un desacople entre la política estatal y la subestatal. A partir del surgimiento de dicha fuerza, la política subestatal se posiciona por fuera de la categoría de presidente en la provincia y también se diferencia del promedio de la federación en la categoría de gobernador.

El caso misionero ilustra con claridad cómo los EDM complejizan los supuestos sostenidos por la teoría de la nacionalización política. Ello se debe a que la presencia de comunidades cívicas superpuestas, gobiernos democráticos con autonomía política y organizaciones partidarias subestatales tienen la capacidad de impactar sobre el sistema de partidos e inducir procesos de desnacionalización política. Si los DIM son incorporados al análisis, los supuestos esgrimidos por la teoría de la nacionalización deben ser relativizados. Ello se debe a que en un EDM existen comunidades cívicas superpuestas, lo que implica que los ciudadanos de un EDM pertenecen a más de una comunidad cívica y, posiblemente, poseerán identidades superpuestas, una vinculada con las instituciones centrales y otra relacionada con las instituciones subestatales. Asimismo, como se ha visto, la presencia de comunidades cívicas superpuestas puede estimular la construcción y consolidación de actores y estructuras partidarias geográficamente concentradas, territorializadas, con intereses y objetivos que en muchos casos pueden diferir y hasta ser opuestos a los de la arena central o estatal. De esta forma, los DIM podrán dar lugar a la existencia de sistemas políticos diferenciados, con lógicas e intereses propios. Es por ello que en los EDM la sola existencia de comunidades cívicas superpuestas creadas por los mismos DIM, torna difícil no presumir la construcción de intereses subestatales territorializados los cuales expliquen o justifiquen la desnacionalización del sistema de partidos.

La teoría de la nacionalización política al no incorporar los DIM dentro de su estructura argumentativa identifica estos procesos como una anomalía. En cambio, si en el centro del análisis se colocan los DIM y sus efectos sobre el sistema de partidos, la desnacionalización del sistema de partidos pasará a ser uno de los posibles estadios por los cuales los sistemas políticos pueden transitar al interior de cualquier EDM. Por último, la incorporación de los DIM mejora la calidad de análisis y de las predicciones sobre los sistemas de partidos al permitir conocer mejor la estructura de incentivos desnacionalizadores. Esto ayudará a contar con mejores herramientas teóricas y analíticas que permitirán conocer con mayor profundidad las dinámicas de los sistemas de partidos al interior de un EDM.

 

GRÁFICO 2
Índice de Moenius y Kasuya Ponderado por tamaño del distrito (Iw) para las elecciones presidenciales en la Provincia de Misiones (M) y promedio de la federación (pf) Argentina (1983-2011)

Fuente: Elaboración propia en base a datos electorales de la DINE.

 

GRÁFICO 3
Índice de Moenius y Kasuya ponderado por tamaño del distrito (Iw) para las elecciones a gobernador en la Provincia de Misiones (M) y promedio de la federación (pf) Argentina (1983-2011)

Fuente: Elaboración propia en base a datos electorales de la DINE.

GRÁFICO 4
Índice de Moenius y Kasuya Ponderado por tamaño del distrito (Iw) para las elecciones presidenciales y de gobernador en la Provincia de Misiones (M) (1983-2011)

Fuente: Elaboración propia en base a datos electorales de la DINE.

 

GRÁFICO 5
PNS ponderado por tamaño del distrito (PNSw) para las elecciones presidenciales en la Provincia de Misiones (M) y promedio de la federación (pf) Argentina (1983-2011)

 

Fuente: Elaboración propia en base a datos electorales de la DINE.

GRÁFICO 6
PNS ponderado por tamaño del distrito (PNSw) para la elección a gobernador en la Provincia de Misiones (M) y promedio de la federación (pf) Argentina (1983-2011)

Fuente: Elaboración propia en base a datos electorales de la DINE.

 

GRÁFICO 7
PNS ponderado por tamaño del distrito (PNSw) para las elecciones presidenciales y a gobernador en la Provincia de Misiones (1983-2011)

Fuente: Elaboración propia en base a datos electorales de la DINE.

CUADRO 1
PNS ponderado por tamaño del distrito (PSNw) y porcentaje de votos obtenidos por las principales fuerzas políticas en la elección presidencial y de gobernador en la Provincia de Misiones en el año 1999

Fuente: Elaboración propia en base a datos electorales de la DINE.

 

CUADRO 2
Congruencia del voto: presidente vs. gobernador y gobernador vs. presidente en la Provincia de Misiones en el año 1999´

Fuente: Elaboración propia en base a datos electorales de la DINE.

CUADRO 3
PNS ponderado por tamaño del distrito (PSNw) y porcentaje de votos obtenidos por las principales fuerzas políticas en la elección presidencial y de gobernador en la Provincia de Misiones en el año 2003

Fuentes Elaboración propia en base a datos electorales de la DINE.

 

CUADRO 4
Congruencia del voto: presidente vs. gobernador y gobernador vs. presidente en la Provincia de Misiones en el año 2003

Presidente

i Gobernador 2003

Fórmula

Frente o Partido

ARI_g

F.IpC_g

FpV_g

FR g

FSyP_g

Carrio - Gutiérrez

ARIj)

2,1%

3,9%

5,5%

81,3%

7,3%

Rodríguez Saa - Posee

MP+UyLj)

1,9%

53,6%

3,9%

30,8%

9,7%

Kiechner - Scioli

FpV p

0,8%

1,1%

2,1%

92,4%

3,5%

Mcncn - Romero

FpL+UCeDep

0,4%

66,0%

0,6%

30,6%

2,5%

López M - G Diez

Recrear_p

4,4%

6,7%

10,2%

14,9%

63,8%

Moreau - Losada

UCR_p

2,7%

8,2%

4,1%

44,7%

40,4%

Goberador a Presidente 2003

Fórmula

Frente o Partido

ARl_p

MP+UyLj

FpVj

FpL+UCeDej

Recrearp

UCR_p

Esperanza • Blanco

ARI_g

50,4%

8,3%

8,9%

5,8%

14,6%

12,0%

Puerta - Rodríguez

FJpC_g

1,1%

7,8%

1,9%

84,5%

] ,4%

3,4%

Humada - Perie

FpV_g

13,4%

4,5%

70,1%

2.1 %

3,8%

6,1%

Rovira - Tschirsch

FR g

10,1%

9,6%

33,9%

26,0%

8,0%

12,4%

Andersen - Llamosas

FSyP g

7,9%

7,9%

22,8%

12,7%

22,6%

26,0%

Fuente: Elaboración propia en base a datos electorales de la DINE.

CUADRO 5
PNS ponderado por tamaño del distrito (PSNw) y porcentaje de votos obtenidos por las principales fuerzas políticas en la elección presidencial y de gobernador en la Provincia de Misiones en el año 2007

Fuente: Elaboración propia en base a datos electorales de la DINE.

 

CUADRO 6
Congruencia del voto: presidente vs. gobernador y gobernador vs. presidente en la Provincia de Misiones en el año 2007

Fuentes: Elaboración propia en base a datos electorales de la DINE.

CUADRO 7
PNS ponderado por tamaño del distrito (PSNw) y porcentaje de votos obtenidos por las principales fuerzas políticas en la elección presidencial y de gobernador en la Provincia de Misiones en el año 2011

Fuente: Elaboración propia en base a datos electorales de la DINE.

 

CUADRO 8
Congruencia del voto: presidente vs. gobernador y gobernador vs. presidente en la Provincia de Misiones en el año 2011

Fuente: Elaboración propia en base a datos electorales de la DINE.

 

1     El concepto de comunidad de origen cívico alude a un grupo que se auto-identifica y comparte un origen común, el cual resulta de la pertenencia a una comunidad delimitada geográficamente por el territorio del Estado y construida social-mente por prácticas institucionales estandarizadas y uniformes (Escolar et al. 1994, Canovan 1998).

2     En este artículo no se utilizan las palabras nacional y subnacional. El objetivo de ello es evitar el efecto homogeneizador de conceptos tales como: Estado nación, gobierno nacional o política nacional. La palabra nacional dificulta observar e identificar la presencia de identidades y comunidades vinculadas con las unidades políticas de segundo orden (para el caso argentino: las provincias); aún en Estados donde los ciudadanos que comparten la misma nacionalidad. Por estos motivos, en estas páginas se utilizará el concepto de estatal para hacer referencia a todo lo relacionado con el Estado central y subestatal para referirse a todo lo vinculado con las unidades políticas de segundo orden. Por último, los conceptos de estatal y subestatal hacen referencia estrictamente a lo institucional, dejando de lado todos aquellos aspectos relacionados con la problemática de identidades, clivajes y cuestiones de tipo valorativas.

3     Por clivaje adscriptivo se hace referencia a aquellos elementos que permiten construir una referencia grupal, independientemente de la voluntad de los individuos que forman parte del grupo. A diferencia de los clivajes voluntarios, donde los individuos pueden decidir su incorporación y permanencia, en los clivajes adscriptivos —lingüísticos, religiosos, culturales o étnicos—, las personas son constitutivamente integrantes del grupo (Spinner 1994).

4     Gran parte del actual territorio misionero pertenecía a la Provincia de Corrientes. En 1881 se crea el Territorio Nacional de Misiones. En 1884, por ley nacional, la ciudad de Posadas que aún pertenecía a la provincia de Corrientes es incorporada al Territorio Nacional de Misiones y declarada capital. A diferencia de Corrientes que tuvo una población estable, las guerras y conflictos fronterizos (guerra con Brasil 1824/1828 y la Triple Alianza 1864/1870) dejaron prácticamente despoblado al territorio misionero lo que motivó, por parte del Estado central, políticas activas de repoblamiento (Bartolomé 1982), mediante la atracción de inmigrantes, en su gran mayoría, polacos, ucranianos y alemanes.

Por partido político subestatal se entiende aquella fuerza política que tiene presencia en al menos una de las unidades subestatales que integran el Estado y que asimismo obtienen representación política en dicho nivel (Deschouwer 2006, Baras et al. 2009, Hopkin y Barberà 2009). En algunos casos, estas fuerzas logran ingresar en la arena estatal gracias al peso electoral que tienen estos partidos en sus respectivos territorios.

Actualmente, existen pocos trabajos de política subestatal sobre la provincia de Misiones. A pesar de ello, el nacimiento y la consolidación del Frente Renovador de la Concordia Social ha sido analizado por algunos autores. Por ejemplo, Abdulhadi (2013), analiza las estrategias políticas y mecanismos institucionales a través de los cuales el Frente Renovador consiguió reforzar su control político al neutralizar espacios institucionales de poder dentro de su jurisdicción, como por ejemplo el Superior Tribunal de Justicia, el Tribunal Electoral y el Tribunal de Cuentas. Según el autor, a partir del control sobre los principales resortes de poder provincial el Frente Renovador logró convertirse en una fuerza hegemónica al interior de la provincia. En cambio, Martin y Carlino (2013) analizan cómo la crisis política, institucional y social del 2001 impactó sobre el sistema de partidos misionero. En este marco, abordan las condiciones que explican el proceso de ruptura y fin del bipartidismo provincial y la emergencia del Frente Renovador de la Concordia Social. Específicamente, el análisis se centra en el rol legislatura provincial como espacio de poder, mostrando la transformación de una cámara de presentantes fuertemente fragmentada a otra hegemonizada años después por el Frente Renovador. En el análisis se destaca cómo esto proceso se produjo en un escenario de fuerte desnacionalización política.

7 Para este análisis se trabaja con el PNS ponderado por tamaño del distrito de Bochsler (2010), con el índice de inflación partidaria ponderado de Moenius y Kasuya (2004) y congruencia del voto, de Escolar y Castro (2013). En base a la bibliografía especializada, la nacionalización política puede ser medida y analizada en tres dimensiones: i) la horizontal, ii) la vertical y iii) la dinámica. En este trabajo se utilizarán las primeras dos dimisiones. La horizontal, analiza cuán homogénea o heterogénea es la distribución de los votos a lo largo del territorio. Cuando la distribución de los votos es homogénea el sistema de partidos puede ser caracterizado como nacionalizado. En cambio, si la distribución es heterogénea el sistema se

encuentra desnacionalizado, lo que posibilita suponer un comportamiento regional del voto. En este trabajo se utiliza el PNSw de Bochsler (2010) para conocer la dimensión horizontal. Cuando este índice se acerca a 1, implica una distribución homogénea de los votos (nacionalización política), en cambio a medida que se acerca a 0 significa una distribución cada vez más heterogénea de los votos (desnacionalización política). La dimensión vertical estudia similitudes y diferencias entre los niveles que constituyen el sistema de partidos en cuestión. Dentro de este grupo se pueden identificar dos estrategias de análisis: una que estudia los niveles de inflación partidaria y otra que aborda los niveles de congruencia del voto entre dos categorías. Los índices de inflación partidaria comparan el número efectivo de partidos (NEP) de una misma categoría entre dos niveles, bajo el supuesto de que las unidades políticas o administrativas inferiores poseen un menor NEP respecto a la arena superior. Cuando más fragmentado o más amplio es el sistema de partidos en la arena inferior, más elevada será la inflación partidaria; en estos casos es factible sostener que el sistema de partidos se encuentra desnacionalizado. En este trabajo para medir la inflación partidaria se utiliza el índice desarrollado por de Moenius y Kasuya (2004). La segunda estrategia de análisis de la dimensión vertical busca conocer los niveles de congruencia del voto entre dos categorías electivas. Aquí se trabaja con la metodología desarrollada por Escolar y Castro (2013). Los estudios sobre congruencia buscan identificar si los votos de cada elector entre categorías son políticamente unívocos o políticamente disociados. Los electores más nacionalizados serán aquellos que tienen un comportamiento unívoco (congruentes) y votan simultáneamente a todos los candidatos que se presenten vinculados coalicionalmente entre los distintos niveles y categorías. En cambio, los electores más desnacionalizados serán aquellos que tengan un comportamiento disociado (incongruente) entre candidatos y listas (Escolar y Castro 2013). Por último, la nacionalización dinámica, si bien no es abordada en este trabajo, busca observar cuán estable o inestable es el sistema de partidos a lo largo del tiempo al comparar la evolución de los apoyos electorales en porcentajes o valores absolutos entre una elección y la sucesiva.

La temática identidades y EDM ha sido abordada por diversos autores (Nuñez Seixas 2005). Para el caso argentino, por ejemplo, enfoques historiográficos explican el surgimiento de las identidades políticas patagónicas en términos del impacto de los clivajes nacionales; específicamente la manera en que la ascendencia del peronismo reconfiguró las identidades patagónicas preexistentes (Barros 2009, Masés y Rafart 2003). Otros trabajos con un perfil más politológico abordan específicamente el surgimiento de identidades provinciales. Por ejemplo, Casullo (2013), a partir de analizar los enfoques teóricos de Canovan (2005), Laclau (2005) y Jansen (2010) desarrolla el concepto de populismo subnacional. Dicha autora, al estudiar el nacimiento de la identidad neuquina y el Movimiento Popular Neuquino, muestra la existencia de similitudes en los procesos de construcción de demos subestatales y estatales. Es artículo no busca analizar en detalle los mecanismos por los cuales las comunidades cívicas subestatales pueden activarse; simplemente se sostiene teóricamente como las unidades políticas subestatales de los EDM tienen la capacidad institucional de crear identidades locales y dar contenido a las mismas.

9 Los estados federales son un subtipo de Estado multinivel, ya que son estados que poseen diversas entidades superpuestas y cuyo rasgo distintivo es la no reversibilidad de la autonomía política de las unidades políticas (polities) que lo componen (Rikker 1964, Elazar 1987, Beramendi 2006). Asimismo, esta autonomía se encuentra garantizada constitucionalmente.

10 Por Estado westfaliano o unitario se entiende a aquel que detenta la autoridad interna absoluta e independiente de cualquier otro poder superior o similar. En la dimensión externa es reconocido de facto como tal por los otros Estados de estatus similar. Desde la perspectiva realista, que prima en las relaciones internacionales, es la única entidad política legítima y autorizada. En este sentido, se presupone que su existencia expresa un proceso de autodeterminación colectivo de un pueblo que, por lo general, es asociado con la idea de nación (Bauböck 2007).

Para Chhibber y Kollman (2004), los niveles de centralización estatal son los que determinan qué grado de nacionalización tendrá el sistema de partidos. Es por ello que cuando existen períodos en los cuales el Estado central inicia una etapa de descentralización, los votantes optarán por candidatos y partidos políticos más vinculados con sus propios distritos subestatales. Según estos autores, los procesos de descentralización abren la puerta para la desnacionalización del sistema partidario. La “… descentralización o provincialización crea espacios para que partidos locales o regionales se formen y sobrevivan” (Chhibber y Kollman 2004: 172) ya que “…cuando la autoridad es ‘devuelta’ hacia niveles inferiores de gobierno, los partidos regionales, provinciales o subestatales pueden conseguir más votos a expensas de los partidos nacionales” (Chhibber y Kollman 2004: 222).

El Frente Renovador puede ser definido como un partido de origen subestatal que se presenta ante la comunidad cívica misionera como representante de los intereses de la Provincia de Misiones. Si bien actualmente es una alianza de partidos provinciales, dicho frente nace del desprendimiento de sectores del justicialismo y del radicalismo misionero. En el año 2003, el Frente Renovador estaba integrado por los siguientes partidos: Popular Independiente, Unión y Libertad y Progreso Social. En el año 2007, por los partidos de la Concordia Social, Memoria y Movilización Social, Movimiento Para un Nuevo País, Partido Progreso Social y Partido Transversal de la Respuesta. En el año 2011, los partidos que integraban el frente eran: de la Concordia Social, de la Participación Ciudadana, Dignidad Federal, Movimiento de Integración y Desarrollo, Movimiento para un Nuevo País, Movimiento Renovador Popular, del Consenso, Frente Grande, Progreso Social, Partido Renovador, Partido Transversal de la Respuesta y Pueblo Libre y Solidario.

La decisión de Closs de formar una alianza con Rovira fue una decisión personal ya que la UCR había realizado una convención y las autoridades partidarias se negaron a cualquier tipo de acuerdo entre la UCR y el rovirismo.

Recién el 25 de mayo de 2006, tres años después del surgimiento del Frente Renovador, el ex presidente Néstor Kirchner lanzó una convocatoria a construir una Argentina “cada vez más plural” (La Nación y Clarín 26/05/07), aludiendo a

23   Como se observa en el Cuadro 3, si bien todas las fuerzas tienen un PNSw menor al promedio provincial del año 1999, lo que explica la desnacionalización del sistema de partidos es la fuerte regionalización del voto de la UCR, el ARI y Recrear. Las tres fuerzas tienen un PNSw muy por debajo del promedio provincial.

24   Ver nota al pie Nº 17.

Como se ha visto, la existencia de múltiples entidades políticas autónomas, con sus múltiples ciudadanías en los EDM, puede fomentar la construcción y formación de identidades y partidos políticos subestatales de origen estrictamente institucional. La consecuencia directa de este proceso es la formación de múltiples comunidades cívicas subestatales al interior de un mismo presidente (84,85%). En cambio, el resto de las fuerzas poseen importantes niveles de incongruencia del voto26 (ver Cuadro 8).

26 Las únicas dos excepciones son el Frente para la Victoria misionero y Agrario y Social, para las cuales la congruencia de gobernador a presidente es alta. Sin embargo, es necesario destacar que ambas fuerzas obtuvieron cada una alrededor del 3% de los votos.

30 Una estrategia recurrente por parte de las élites locales para impulsar las identidades locales ha sido la de plantear la existencia de un conflicto de intereses entre el centro y la periferia, de base cultural, política o económica (Nuñez Seixas 2005). Para el caso argentino, esta estrategia se ha materializado en la tensión centralismo-federalismo (Favaro 1995, Gadano 2011). Como se observa, el caso misionero no constituye una excepción.

 

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Entrevistas

Alberto Nabor Álvarez, Alex Roberto Ziegler, Esteban Lozina, José Daniel Guccione, José Sandoval, Julio Duarte, María Losada, Pablo Juan Tschirsch, Ricardo Barrios Arrechea, Sandra Giménez.

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