Inicialmente, se podría pensar que el libro de Samuel no tiene nada que ofrecer al teórico político moderno. A primera vista, se presenta como texto poliìtico en el cual el poder desciende, traìgico y deseable, desde las inalcanzables cimas de la divinidad hasta las abismales profundidades de la humanidad. Su carácter político tampoco resulta excepcional en comparación con el resto del Antiguo Testamento. Sin embargo, lo que hace al Libro de Samuel no sólo una obra maestra literaria sino también una obra profunda de pensamiento político, reside en su narrativa al momento de exponer una fenomenología del poder político que, de acuerdo con las Sagradas Escrituras, es genuinamente humana aunque haya sido dispuesta por la divinidad. Su originalidad radica en la forma en que la narración comprende la verdadera naturaleza de la política humana.

Las ideas políticas que Halbertal y Holmes analizan en el libro de Samuel - las cuales van a estructurar las relaciones entre las tribus de Israel- tuvieron la posibilidad de emerger gracias a una transformación en la teología política bíblica. Un cambio dramático que abre un nuevo campo epistemológico para pensar el surgimiento de una nueva realidad política. La monarquía bíblica se origina conjuntamente con aquello que encarna la figura del monarca: la poliìtica; lo cual solamente es posible en un escenario en el que el rey deja de ser Dios. El rey bíblico, entronizado ante los ojos de las tribus israelitas, es un ser completamente humano. Entre el colapso de la ideología utópica del reinado de Dios, por una parte, y la negativa a deificar al rey por el otro, nació una esfera semiautónoma de la política: Dios no es el rey, y el rey será aceptado sólo mientras renuncie a todas las pretenciones de ser Dios.

Si bien The Beginning of Politics… tiene una perspectiva episteìmica, pone claramente de manifiesto la imposibilidad de discernir queì subyace tras las decisiones del soberano: si la moral o la instrumentalización de la misma. La revelación más llamativa que localiza el autor del Libro de Samuel consiste en que el objetivo principal de aquellos que logran con éxito la autoridad suprema a menudo se reduce a conservar el poder. Así, el poder se convierte en el objetivo dominante tanto en la política moderna como en la arcaica estimulando la inversión de un medio a un fin. La deficiencia episteìmica resultante de tal inversión alecciona maìs que oculta ya que funciona como subterfugio al momento de comprender la inexplicable esencia de la acción del soberano.

La ecuacioìn entre poliìtica y violencia constituye una cuestión permanente del pensamiento poliìtico. El mundo que Halbertal y Holmes encuentran retratado en Samuel tiene su origen en la violencia. Esta edificación política se manifiesta inicialmente como respuesta colectiva a los constantes ataques externos, sin embargo, este proyecto originalmente defensivo se ve afectado por un viraje hacia una noción de autodefensa. Si el soberano acumula suficiente poder para preservar a su pueblo del enemigo externo, bién está en condiciones de servirse de ese poder para abusar de su posición con total impunidad. Ambos autores reflexionan sobre este tópico a partir de la narrativa de Samuel relatando dos asesinatos moralmente injustificables: la masacre de los sacerdotes de Nob y el asesinato de Urías. Ambos episodios están en consonancia con el esquema en que el Libro de Samuel desarrolla conjuntamente las figuras de Saúl y David. En este díptico artísticamente construido, se exhiben dos formas opuestas en que el poder soberano se convierte en ejercicio de la violencia contra el propio pueblo del gobernante. Sobreviene en ocasiones por inseguridad y paranoia, como en caso de Saúl, y por momentos por exceso de confianza y autoridad, en David.

El concepto de soberanía aborrece el vacío, lo otro que ella no es. Por lo tanto, con la muerte del gobernante, el orden político debe garantizar una transferencia de autoridad rápida y sin contratiempos. La muerte del rey abre ese espacio que niega la soberanía en el doble sentido de considerarla perjudicial y al mismo tiempo imposible. Cuando trata de restituir su necesidad interna, nunca se encuentra con un devenir sino con un “hay”, es decir, con una red de posibilidades. Si bien la sucesión hereditaria garantiza resolver este vaciamiento entrópico, los candidatos viables al trono responden a un linaje real y esto implica una restricción que no se sostiene en la idoneidad del heredero sino en una lotería genética. Resultante de esta ecuación, Halbertal y Holmes reflexionan a partir del traumático cambio dinástico narrado en el Libro de Samuel, desde la casa de Saúl hasta la casa de David, a fin de hacer inteligible una suerte de circuito lógico-histórico que se materializa en la transferencia de poder intergeneracional.

El texto de Halbertal y Holmes nos aproxima a la cuestión de la sucesión dinástica abordándola desde dos dimensiones, por un lado, el clásico tema del cuerpo del rey, en concreto, pensar las consecuencias de distinto orden que conlleva la muerte del monarca. El cuerpo del rey tiene un poder de unificación simbólica con respecto a la nación. Pero ¿queì riesgos para la pervivencia de esta empresa conlleva su muerte? La desaparición del cuerpo del monarca estaì lejos de ser considerada como la liquidación de su poder de unificación. El cuerpo del rey representa el territorio de la nación. Es el espacio del poder, el espacio del lenguaje y la corporeidad, la kho• ra de lo poliìtico. En segundo lugar, el valioso testamento de David a su hijo Salomón donde se revela en todo su apogeo la política, una serie de consejos a los que se corresponden diferentes maneras de conservar el poder; el legado del viejo monarca no señala el camino a la eternidad (fin religioso), ni a la riqueza (fin económico), sino al poder per se (el fin político por excelencia). Advierte a Salomón que el resultado de sus acciones no seráì idéntico al sentido original aplicado a las mismas, por lo que llevarlas adelante implica, astucia y fuerza, capacidad de engaño y de violencia, es decir, disposición permanente para obrar inmoralmente. Estas praìcticas, por lo tanto, estaìn adheridas directamente al basamento epistemoloìgico por una relacioìn de dependencia uniìvoca entre el poder y la política.

The Beginning of Politics… disecciona la anatomiìa del poder; Halbertal y Holmes rastrean la compleja naturaleza del origen autónomo de la política, la cual se dirime entre el cielo, la tierra y el infierno. El entorno en que se desarrolla la política se define por la incapacidad de los sujetos de saber con certeza si las justificaciones ofrecidas por los gobernantes reflejan con precisión u ocultan engañosamente sus motivaciones. Es característico del poder una desigual distribución del calar de las intenciones. El poderoso cala, pero no permite que se le cale; el poder se sirve del secreto para proteger su potencia y para incrementar su capacidad operativa. El secreto oculta partes vitales del poder cuyo develamiento sería peligroso. Y el poder mediante el secreto se instala, se inscribe y se infiltra en lugares adversos a su ejercicio.

Halbertal y Holmes exponen rigurosamente las tensiones estructurales y las contradicciones del proyecto político que se distinguen a lo largo de la narrativa propuesta en el Libro de Samuel. A la idea de estabilidad, evocada como núcleo de la monarquía hereditaria, le es opuesta la del movimiento, constitutivo de toda experiencia política; la idea de la naturaleza social definida como un orden regido por fines inmanentes o trascendentes, la de los accidentes cuyo encadenamiento es de causa a efecto. Esta dialéctica rige al momento del origen de la política en la comunidad que habita el autor de Samuel, este momento permite clarificar dos cuestiones medulares: vencer por la fuerza, apagar los focos de resistencia, y hacer reconocer esta fuerza, la de garantizar la propia seguridad garantizándosela a los demás.

En conclusión, The Beginning of Politics… constituye un valioso ejercicio teórico que permite proyectar una interpretación histórica transversal de la política basada en el canon realista de su ejercicio. Ambos autores, cuestionando la naturaleza bíblica del poder exponen el origen de un espacio político autónomo, puramente humano para comprender la profunda transformación que se había producido en la constitución material y que será la base de la soberanía del pueblo de Israel.

Ernesto Tolosa