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versión On-line ISSN 1851-9601

Postdata vol.26 no.2 Ciudad Autónoma de Buenos Aires jun. 2021  Epub 11-Nov-2022

 

Reseñas

Metodología de la investigación social: caja de herramientas.

Ignacio Santoro

Mariana, Caminotti; Hernán Pablo, Toppi. Eudeba, Ciudad Autónoma de Buenos Aires: 2020. 200p.

La ciencia política se encuentra en un constante proceso de desarrollo y especialización. Con el progreso de la disciplina, el estudio de la política se ha vuelto cada vez más científico. En parte, los avances se vieron ligados a una complejización del objeto de estudio, el cual exigió incorporar nuevas y más sofisticadas herramientas. Frente a este panorama, Metodología de la investigación social busca brindar instrumentos metodológicos indispensables para llevar a cabo un proceso de investigación, pero también, resaltar los desafíos que tienen los científicos sociales al momento de enfrentarse con un proyecto nuevo.

El libro compilado por Mariana Caminotti y Hernán Toppi se organiza en nueve apartados. La introducción es presentada por los compiladores, quienes se adentran en la relevancia que tienen las ciencias sociales para interpretar las problemáticas de la sociedad desde una mirada científica. De esta forma, destacan la construcción de conocimiento desde un enfoque teórico, la aplicación de una metodología y la finalidad que tiene la evidencia empírica en el análisis. Asimismo, resaltan que este tipo de investigación tiene en cuenta la complejidad del objeto de estudio de las ciencias sociales, al encontrarse en constante movimiento.

Luego de la introducción, Ileana Gutierrez, Juan Manuel Remesar y Olga Val desarrollan el primer capítulo, donde presentan las bases del debate epistemológico de las ciencias sociales. En ella distinguen entre las formas de conocimiento científico (la episteme) y anecdótico (doxa). Esta diferenciación fue tomada por Popper, y en base a ella estableció el criterio de demarcación. Los autores realizan una revisión de los clásicos marcos epistemológicos, haciendo énfasis en el positivismo lógico o neopositivismo, y las discrepancias entre los métodos inductivos y deductivos. Asimismo, se destaca el pluralismo metodológico de Kuhn y su concepción de análisis por medio de paradigmas científicos. Hacia el final, se analiza cómo estas teorías epistemológicas congenian con las ciencias sociales.

Jacqueline Behrend desarrolla en el segundo capítulo el proceso de conceptualización y medición en las ciencias sociales. La autora distingue entre cuatro niveles de análisis: en un primer nivel explica la relevancia de la conceptualización y su adecuado uso en base a la clasificación de Sartori, ubicando a los conceptos dentro de una escala de abstracción y diferenciando entre aquellos abarcantes y los más específicos. A continuación, en un segundo nivel de análisis se adentra en las dimensiones y en un tercer nivel, en la operacionalización de las variables a través de indicadores. Además de ello, la autora debate sobre cómo los y las investigadoras se vinculan con los conceptos ya existentes y advierte sobre los riesgos de la proliferación de conceptos nuevos. Asimismo, explica las diferencias centrales entre las variables dependientes e independientes y sus particularidades.

Carlos Varetto y Hernán Toppi en el capítulo tercero identifican y narran los pasos necesarios a ser llevados a cabo en un plan de investigación. Para ello, los autores hacen una primera advertencia, los proyectos son dinámicos y están en constante proceso de reelaboración. Luego, definen las distintas etapas de planificación, siendo el momento fundacional la pregunta de investigación, seguido por los distintos pasos metodológicos y de relevamiento del marco teórico antes de enfrentarse con los casos empíricos. Los autores resaltan que todo proceso de investigación debe tener como meta principal generar un aporte novedoso al campo científico.

En el siguiente capítulo, Verónica Pérez Betancur explora los diferentes diseños de investigación en las ciencias sociales. Para ello contrasta las “culturas” cuantitativas y cualitativas. En cada cultura destaca el desarrollo del método, su vinculación con la cantidad de casos y la selección de los mismos (donde los cualitativos suelen estar ligados a un N más pequeño), así como también fortalezas y debilidades de utilizar cada método. A modo de ejemplos la autora presenta diseños cuantitativos como los experimentos, así como también, el matching y la regresión discontinua, especialmente utilizados como métodos de control. En los diseños cualitativos, explora los estudios en profundidad (en base a los casos más probables y los menos probables), o bien el método comparado a partir de la similitud o la diferencia, especialmente cuando existen pocos casos observados.

En el capítulo quinto, Julieta Suarez Cao y Federica Sánchez Staniak buscan profundizar en los métodos de investigación en ciencias sociales e introducen los métodos mixtos, los cuales se nutren de técnicas cuantitativas y cualitativas. Las autoras enfatizan los dos métodos mixtos con mayor resonancia: la triangulación, propio de una perspectiva clásica y la integración, vinculada a una perspectiva contemporánea. En la triangulación, los métodos cuantitativos y cualitativos son utilizados como una combinación de estrategias, otorgando una respuesta a un mismo interrogante. Por ello, el método cualitativo suele observarse como un complemento del análisis cuantitativo. En cambio, en la perspectiva contemporánea, las autoras explican que los métodos mixtos se utilizan de forma integrada, al cumplir diferentes funciones: habitualmente un método diseña, evalúa y refina una inferencia mientras que otro realiza la inferencia final.

Emilia Simison en el sexto capítulo desarrolla una herramienta compleja para las ciencias sociales: los experimentos. A diferencia de las técnicas mencionadas hasta el momento, los experimentos se distinguen porque el o la investigadora interviene en el proceso en el cual se genera la información, manipulando alguna variable de interés para evaluar sus efectos. La autora evalúa los desafíos y los pasos a tener en cuenta por quien investiga al momento de realizar experimentos en ciencias sociales, y sus diferencias con las ciencias naturales. Dentro de esta herramienta se distingue entre los clásicos (de laboratorio, de encuestas y de campo) y los diseños cuasiexperimentales, donde no existe una intervención directa del investigador, sino que se utilizan datos de carácter observacional. Dentro de estos, se destacan los experimentos naturales, el matcheo estadístico, las variables instrumentales y los diseños de regresión discontinua. Al final del capítulo Simison releva las ventajas y los límites que tiene los diseños experimentales.

Profundizando en los métodos cualitativos, en el séptimo capítulo Tomas Bril Mascarenhas, Antoine Maillet y Pierre-Louis Mayaux desarrollan el process tracing, técnica que se ha vuelto protagónica en los últimos tiempos. Este capítulo, novedoso por ser uno de los primeros en escribirse en español, define los principales aspectos del método, el cual se centra en rastrear los procesos al interior de un caso, buscando detectar la cadena causal que lleva a la aparición de un fenómeno. Asimismo, los autores distinguen entre momentos inductivos y deductivos, así como también identifican algunas recomendaciones para quienes tengan intención de llevar adelante un trabajo con esta técnica. Hacia el final muestran dos casos que ejemplifican cómo se realiza este tipo de investigaciones.

En el último capítulo Cecilia Allemandi relata su experiencia en la realización de su tesis doctoral sobre las condiciones laborales del servicio doméstico en la ciudad de Buenos Aires entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, narrando las etapas del desarrollo de su proyecto de investigación junto con los desafíos que surgieron en cada una de ellas.

Como conclusión podemos afirmar que Metodología de la investigación es un libro indispensable para investigadores en formación y ya formados. Quienes son conocedores de la profesión o bien llevaron adelante algún proceso de investigación con anterioridad, verán reflejadas las actividades que realizan cotidianamente y compartirán aspectos propios de la profesión, así como también acceder a herramientas metodológicas clásicas y novedosas, mientras quienes tengan que enfrentarse con un trabajo de investigación por primera vez podrán encontrar una guía y proyectar los posibles desafíos que posee el camino de la investigación.

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