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Runa

versión On-line ISSN 1851-9628

Runa vol.31 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires ene./jun. 2010

 

RESEÑAS

Giobellina Brumana , Fernando. 2009. Diarios de la India. Experiencia de campo con una hechicera brasileña . Barcelona: Laertes S.A. de ediciones. 192 pp.

Bárbara Martínez *

* Facultad de filosofía y Letras. UBA/CONICET. Correo electrónico: bmartinez@filo.uba.ar.

Fecha de realización: octubre de 2009. Fecha de entrega: diciembre de 2009. Fecha aprobación: abril de 2010.

Vila Brasilândia, 1981. La preta belha que ha tomado posesión del cuerpo de la India saluda cálidamente al autor, pero su lenguaje enmarañado exige la intervención de asistentes que allanen el encuentro etnográfico. Barcelona, 2009. Giobellina bucea en su memoria: "Ya con el tiempo aprenderé a arreglármelas sin intérpretes y tendré largas conversaciones con algunos de los espíritus de la India" (p. 41). Este nuevo libro de Fernando Giobellina Brumana está consagrado a transportarnos por sus primeras experiencias en el terreno de las religiones brasileñas. En primer lugar, partiendo de los vínculos que nacen de la relación con la India —una hechicera, tal como ella misma se define— nos conduce por una etnografía de prácticas ceremoniales, entidades espirituales y especialistas rituales que se apoya, en cada página, en el material de campo. Los resultados son reveladores. Así comprendemos, por ejemplo, que los espíritus, que arriban desde una región ontológica diferente, se apropian del cuerpo de la especialista dentro y fuera del contexto ceremonial, indicando una continuidad de la vida religiosa en ámbitos no rituales e instalando fronteras permeables entre ambos mundos que se proyectan por doquier en la vida diaria.

Las ideas del autor —subalternidad religiosa, cohesión, estrategias de domesticación— permiten comprender la dimensión política de los fenómenos religiosos. Por esta vía aprendemos, por ejemplo, que las disputas entre terreiros pueden dirimirse en las ceremonias, como verdaderas batallas místicas donde se enfrentan los poderes de las entidades espirituales de sus respectivas mae de santo . Para la India, la necesidad de remarcar su autoridad y dominio, modelando primero el compromiso del grupo y ratificándolo después, ha sido, según argumenta Giobellina, un factor que propició la continuidad de su terreiro . Interpretando un ideal colectivo, su grupo de seguidores sustentó y legitimó su influjo hasta el momento de su muerte.

La preocupación de captar el punto de vista emic acompaña desde las primeras páginas de la obra, y se sustenta en un copioso material etnográfico. Ésta es quizás una de sus mayores virtudes. En un momento en que muchos antropólogos parecen más interesados en involucrarse en profusos debates teóricos desacreditando a la etnografía, el libro de Giobellina se lanza de lleno a incorporar su experiencia de campo —evidenciada en un sorprendente corpus de datos sobre los temas considerados, en el material fotográfico en el que se apoya y en los relatos de primera mano surgidos de su libreta de campo. La perspectiva que ofrece lo vuelve una valiosa herramienta de aprendizaje, un manual metodológico —aunque no haya sido el principal propósito del autor— para los antropólogos en formación, pues pone en práctica un método de investigación que reúne sus logros en una síntesis original, a la par que repasa las instancias de iniciación por las que ha atravesado en su "bautismo de fuego como etnógrafo" (p. 43). Quienes se encuentren recorriendo sus primeros pasos en la disciplina encontrarán interesantes reflexiones del autor sobre sus primeros aciertos, desaciertos e impericias como etnógrafo que, sin duda, sintetizan y reflejan las dificultades e incertidumbres por las que cada investigador pasa en los inicios de su trayectoria, como cuando escribe "Interrogaba a la India como si ella fuese una especialista teórica de un culto, una erudita, una teóloga. (…) Le pedía algo que no estaba en sus manos otorgar: un orden, un sistema que como tal sólo era y es preocupación de instancia docta." (p.112). Esta revisión del pasado se sustenta en el rigor académico y en la experiencia adquirida de quien lleva casi tres décadas en el estudio de las religiones brasileñas.

En cuanto a su estructura, el libro comienza con una introducción que presenta un panorama general del campo religioso brasileño, abocándose específicamente a la descripción de las denominaciones subalternas. El capítulo primero está dedicado a introducirnos, tomando como foco los inicios del vínculo entre el etnógrafo y sus interlocutores, en la red de relaciones sociales inter e intra—templo que gravitan alrededor de la figura de la India. El capítulo dos está consagrado por entero a la trayectoria de vida de la especialista. La lógica de la ficción embebe, según el autor, el lazo comunicacional entre ambos. El ocultamiento y las mentiras ordenan y animan el discurso de la especialista ritual. Aquí, a partir del cuestionamiento de la noción de verdad en la instancia de conocimiento antropológico, Giobellina invita al lector a una revisión epistemológica de la naturaleza intersubjetiva del dato de campo. En esta sección también se repasan las crónicas sobre la vida en su aldea natal, su iniciación religiosa, sus desventuras y sus lazos con la muerte. El tercer capítulo describe las biografías rituales de quienes participaron de la existencia de la India —se trate tanto de seres vivos como de los espíritus de muertos que la habitaron ceremonialmente. A partir de ello el autor revisa tópicos como los usos domésticos del poder ritual, el consumo de bienes y servicios religiosos, la lógica de la acusación y la cuestión de las anomalías clasificatorias. Finalmente, el capítulo cuarto puntualiza e ilustra algunas instancias socialmente relevantes del proceso etnográfico, apoyándose nuevamente en el diario de campo y en entrevistas. El recurso de colocar en primer plano a la voz de los otros favorece el entendimiento de fenómenos como el uso diferencial de alternativas religiosas que practican los actores luego de la muerte de la India. Hacia el final del texto, un apéndice contiene la traducción de los fragmentos de entrevistas que figuran en idioma original en el cuerpo. En último lugar, un copioso glosario que incluye los principales términos utilizados facilita la comprensión al lector.

Por su orientación, podemos ubicar este libro en el turno reflexivo que influyó en la antropología especialmente a partir de los años ´80. Giobellina está conciente de las implicancias del encuentro intercultural. Precisamente por ello no se detiene en la rigurosidad de sus métodos, sino que va más allá interpretando a la India —mejor dicho, junto a ella— en su universo simbólico, sin perder de vista que es el mismo etnógrafo quien se encuentra implicado en este proceso de conocimiento dialógico.

Los problemas de interpretación en antropología también ocupan un lugar en Diarios de la India . El trabajo del investigador en sus primeras etapas —objeto de este libro— involucra un diálogo interior que se nutre, por una parte, de sus creencias y bagaje intelectual, y por la otra, del discurso de un otro que se vale de presupuestos implícitos con los que sólo sus autores están familiarizados.

Finalmente, tan solo dos pequeñas sugerencias. En los comienzos de la obra se nos ofrece un panorama de las cuatro denominaciones —espiritismo, pentecostalismo, umbanda y candomblé— que, a juicio del autor, cubren el campo religioso subalterno en el centro sur de Brasil, en los estados de Minas Gerais, Paraná, Rio de Janeiro y São Paulo, donde se centran sus pesquisas. Esta descripción e interpretación no agota el conocimiento que Giobellina, nos consta, ha desplegado a lo largo del resto de sus obras. Nos parece que hubiera sido interesante profundizar en el equilibrio estructural que en su opinión hace que el sistema total sea poco permeable a modificaciones de escala profunda (p. 29). Por otro lado, pese a que el propósito del autor es "brindar una visión concreta, sensorial, de una experiencia de campo" (pp. 11), creemos que enriquecería a esta atrayente etnografía ampliar el diálogo con otros autores, puesto que son reducidas las menciones teóricas en el texto.

En resumen, el lector que busque en una etnografía comprender el universo social de mundos diferentes al propio encontrará en este trabajo un complejo abordaje del juego simbólico de la imaginación cultural en el campo religioso brasileño que, al mismo tiempo, invita a un viaje hacia el pasado, en un recorrido por el corazón mismo de la experiencia iniciática de un antropólogo en el campo.

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