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Runa

versión On-line ISSN 1851-9628

Runa vol.36 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires jul. 2015

 

RESEÑAS

La fabricación plural de la ciudad. de Saint Pierre, Caroline. 2014. Trad. Miguel Espejo. Buenos Aires: Antropofagia.

Mercedes González Bracco *

 

* Licenciada en Sociología (UBA), Doctora en Ciencias Sociales (UBA), Becaria posdoctoral CONICET. Integrante del equipo de Antropología de la Cultura del Instituto de Ciencias Antropológicas (FFyL-UBA). Correo electrónico: mercedesbracco@yahoo.com.ar

 

 

Para los investigadores urbanos en general -y para los antropólogos en particular- resulta muy poco habitual poder asistir a la creación y desarrollo de una ciudad nueva. Este fue, precisamente, el desafío de Caroline de Saint Pierre, quien ha sabido sacar un gran provecho como testigo de este experimento urbano a través de un trabajo etnográfico extenso y profundo a la vez.

La aventura narrada por la autora comienza en los años setenta, cuando funcionarios y planificadores urbanos buscaban nuevas formas de controlar la expansión de París. El desafío era complejo: ¿Cómo salvar a la ciudad de sí misma y de su espejo distorsionado (el conurbano)? Como superación tanto de la megalópolis aplastante como de los degradados y estigmatizados conjuntos de vivienda social de la periferia, la solución apareció de la mano de las "ciudades nuevas", promesas de un intermedio ideal entre lo urbano y la naturaleza. Su construcción buscaba además constituirlas no como meras ciudades dormitorio, sino como nuevas centralidades donde pudieran llevarse a cabo prácticas residenciales, laborales y de ocio propias de la gran ciudad, pero llevadas a una escala más humana, en donde el contacto con la naturaleza fuera uno de los pilares esenciales de su atractividad. Asimismo, la heterogeneidad social estaría presente desde el principio, con espacios para la vivienda social -en su mayoría destinada a población migrante- intersectados con departamentos, casas independientes o colectivas de pago que otorgarían a este conglomerado una nueva dignidad para sus habitantes. Como bien concluye Michèle de la Pradelle en el prefacio a la edición francesa: "No vivir en un monoblock o en una torre, sino en un edificio de planta baja y cuatro pisos es un modo de no ser un habitante anónimo del conurbano, sino un ciudadano de Cergy: lo construido se vuelve una marca de su diferencia; y habitar una ‘Ciudad Nueva’, con su centro comercial y su estación de trenes, es el signo de que se está en pie de igualdad con la modernidad y no relegado a una lejana y salvaje periferia de París" (p. 15).No obstante, más adelante en el tiempo se observa que este ideal no estuvo exento de conflictos; una vez instalados y como practicantes de la ciudad nueva, la percepción de los jóvenes provenientes de familias migrantes otorga un marco privilegiado para estudiar los límites de esta pretendida integración. Por otra parte, sin embargo, también se recogen voces de otros habitantes que aportan sus propias expectativas, prejuicios, alegrías y desilusiones en torno a su vinculación con la ciudad y los vecinos, refrendando o refutando aquellas propuestas primigenias de los planificadores.

Como resultado de este recorrido de largo aliento que se desarrolló durante la década de 1990 en la ciudad nueva de Cergy, particularmente el barrio de Saint-Christophe, el texto se organiza en tres partes que muestran las distintas instancias de la construcción, consolidación y desarrollo de distintos aspectos de la ciudad. La primera parte presenta las narraciones e imaginarios puestos en juego por parte de los ideólogos de la "ciudad nueva". A partir del análisis de los discursos de diversos funcionarios, de Saint Pierre desarma el "relato de la ciudad nueva". Por ejemplo, al hurgar en los comienzos de proyección de estos espacios, cuyo propósito desestigmatizante buscaba mostrarse como una política de Estado innovadora que se aventuraba sobre territorios salvajes a ser conquistados, se muestra cómo esto llevó a opacar tanto la tradición urbanística en la que se apoyaba (la ciudad-jardín) como a los habitantes previos de los espacios a ser ocupados. Por otra parte, el análisis de la forma urbana también da cuenta de las intenciones innovadoras del plan: la diversidad de formas en oposición a los monoblocks, la diversidad de actividades en oposición a la ciudad dormitorio, la gestación de un centro cívico y comercial, y el rol "reparador" de la naturaleza integrada dan cuenta de la confianza que depositaban funcionarios y urbanistas en la redención social a partir de la materialidad arquitectónica. Observando el resultado, la paradoja que señala la autora resalta claramente: la "ciudad del mañana" no es más que un retorno a la "ciudad tradicional".

La segunda parte aborda más profundamente el barrio de Saint-Christophe, cuyo porcentaje de vivienda social es superior al de los otros sectores de la ciudad. A través de sucesivas observaciones de los espacios en los que los jóvenes se reúnen, de sus recorridos y de entrevistas en profundidad a algunos de ellos -adolescentes o en su primera juventud-, la autora registra sus códigos -cómo visten, cómo hablan, qué hacen-, sus formas de relacionarse entre ellos, con los adultos y, particularmente, con el barrio y la ciudad. ¿Qué significa crecer en una ciudad nueva? ¿Cómo practican la ciudad que les es dada y qué ciudad construyen? Las respuestas a estos interrogantes, por supuesto, no son unívocas. Por un lado, aparecen ciertas reiteraciones en vinculación con la discriminación que sufren por parte de otros habitantes por ser inmigrantes, negros, jóvenes, pobres, y particularmente por ser visibles (y audibles) en el espacio público, lo que parecería mostrar los límites de la integración imaginada para las ciudades nuevas. Por el otro, sin embargo, también surgen experiencias positivas habilitadas por los espacios comunitarios, entre los que se destaca el rol jugado por la "Casa del Barrio" (suerte de centro cultural barrial) como contenedor de expresiones artísticas, deportivas y culturales que al mismo tiempo opera en la comunicación y traducción a un público más amplio.

La última sección, finalmente, recoge experiencias de diversos vecinos del barrio en los espacios de sociabilidad. La ya mencionada "Casa del Barrio", la plaza, el mercado, las ferias, aparecen entonces -si bien con matices- como reales fomentadores de esta comunidad imaginada por los planificadores al momento de concebir la ciudad nueva. El éxito de estos espacios, sin embargo, también debe mucho a las prácticas creativas de los propios residentes, que buscan, a través del encuentro, construir además una imagen social de sí mismos frente a sus vecinos.

Así, la lectura del libro invita a repensar los abordajes y estrategias metodológicas al momento de estudiar las ciudades contemporáneas. A partir de la interconexión densa entre actores, elementos, prácticas y discursos, la investigación de Caroline de Saint Pierre nos permite dar un salto cualitativo, pasando de la pregunta qué es una ciudad para abordar el cómo se construye.

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