SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.39 número1Disputas en el orden simbólico: orquestas infantiles y juveniles en ArgentinaDisputas de sentido, conflictos y negociaciones en torno al patrimonio cultural y el desarrollo del turismo en la Quebrada de Humahuaca (Provincia de Jujuy, Argentina) índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Runa

versión On-line ISSN 1851-9628

Runa vol.39 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires jul. 2018

 

RESEÑA BIBILIOGRÁFICA

Rubble, The Afterlife of Destruction (Escombros, la posvida de la destrucción)

Gastón R. Gordillo. 2014. Rubble, The afterlife of destruction. Durkham: Duke University Press. ISBN: 0-8223-3380-5. 304 págs.

 

Mariana Daniela Gómez 1

1 Universidad de Buenos Aires -Facultad de Filosofía y Letras. Correo electrónico: marianadanielagomez35@gmail.com
Doctora en Antropología. Investigadora Asistente en CONICET. Instituto de Ciencias Antropológicas.-Sección Etnología y Etnografía

 

 

Gastón Gordillo es un antropólogo apasionado por el Chaco argentino y su historia. Pasaron casi tres décadas desde sus primeras incursiones en las comunidades tobas del Pilcomayo medio (oeste formoseño), y con la publicación de su último libro demuestra que su encantamiento ante la palimpsesta geografía e historia del Chaco persiste y se acrecienta. Viaja en auto (cual Flaneür del siglo XXI) por localidades del sudeste de Salta unidas por caminos polvorientos y observa que el paisaje se transforma velozmente. Grandes topadoras destruyen bosques para limpiar terrenos y cultivar soja. Visita una localidad, regresa dos años después y las ruinas de la vieja ciudad de Esteco que fotografió desaparecieron bajo el avance de las máquinas: el pasado es rápidamente deglutido por un futuro que ya tiene dueño. Claramente no son los pobladores criollos, gauchos e indígenas (sus queridos interlocutores) con los que estableció amistades y conversaciones. Estos observan con desconcierto la destrucción de su entorno y los cambios que el boom de la soja trae a sus modos de vida: nada bueno. Fiel a su estilo, cruza indagaciones históricas, reflexiones conceptuales (aportes de Lefevbre, Adorno, Benjamin, Heidegger, Espinoza, Badiou, Deleuze, Bourdieu, Latour) y viñetas para exorcizar etnográficamente los vestigios de una larga historia de conquista, violencia, dominación e insurgencia en el Gran Chaco.

El tema central de esta etnografía es la dialéctica en torno a la destrucción, producción y creación del espacio, las formas de las violencia y de la insurgencia en la antigua frontera chaqueña, los escombros y las ruinas en tanto restos materiales de esas destrucciones realizadas en nombre de la conquista, la civilización, la modernidad, la expansión del Estado-nación y ahora el neoextractivismo. Articula estas cuestiones basándose en uno de sus autores favoritos, Lefevbre, para quien el análisis de la destruccióndel espacio es central para comprender su producción. Gordillo no es un nuevo en estos temas, su etnografía con los tobas (2010) se centró en analizar desde una dialéctica negativa (Adorno) las tensiones espaciales e identitarias presentes en sus memorias como resultado de las experiencias de violencia estatal, proletarización y conversión religiosa. Desde su perspectiva epistemológica-teórica, desde hace dos décadas, el autor pone especial énfasis en la espacialidad de toda práctica social y sus efectos en las subjetividades. De los sujetos subalternos y del propio etnógrafo en su trabajo de campo: los seres humanos no sólo tenemos y somos cuerpo, sino que con nuestros cuerpos nos desplazamos por el espacio, lo sentimos y lo percibimos, lo construimos y lo destruimos.

Un escombro es un objeto residual orientado hacia la negatividad: testigo mudo de la destrucción que se remonta a la conquista y se continúa mediante el avance de las topadoras. Gordillo analiza "constelaciones de escombros": lugares interconectados donde se encuentran restos de antiguos fuertes, misiones, iglesias, ciudades, pueblos, barcos de navegación, vías ferroviarias y hasta restos humanos de indígenas masacrados a mediados del siglo XIX. Frente a estos restos, los pobladores del sudeste salteño (criollos, gauchos e indígenas) construyen sentidos, memorias, traman historias y se sienten afectados y conmocionados (incluyendo el encantamiento y el embrujamiento). Los lugares ejercen un poder de afectación (según Latour) en las sensibilidades de los habitus de estos sujetos con claras marcas de clase, étnicas, raciales y de género masculino: los interlocutores de Gordillo son criollos —algunos de ellos, gauchos arquetípicos— y aborígenes —indígenas wichí que se autodefinen como "entreverados" o "puros"—. Ciertos lugares y zonas convocan a que las personas se reúnan, produzcan memorias, recuerdos, nostalgias, narrativas y también afectos alrededor de ellos. Así sucede con los restos de una antigua misión jesuita, San Juan Bautista de Balbuena, que con los siglos se transformó en un lugar de reunión para las familias que trabajan en las cercanías, o con las ruinas de la antigua Ciudad Perdida de Esteco, atacada en 1686 por los mocovíes que lucharon para liberar a mujeres y hombres capturados como esclavos, y posteriormente destruida y abandonada a raíz de un terremoto en 1692; un castigo divino, según la creencia popular, como respuesta a la esclavitud de los indígenas llevada adelante por los españoles. Este lugar, asimismo, se encuentra conectado a otra ciudad pequeña que existió al sur de Quebrachal, también llamada Esteco, pero de la que poca gente escuchó hablar.

Otro tema central es la presencia fantasmagórica de los Indios: con mayúsculas y a pesar de su connotación racista porque, como explica Gordillo apoyándose en Benjamin y Taussig: "para disolver el fetiche se requiere primero revelarlo y apreciarlo en su poder alucinatorio". Se trata de entidades fetichizadas, míticas y obsesivas que afectan a los criollos desde lugares y épocas pasadas pero también en el presente y desde adentro de sus propios cuerpos e imaginarios: la mayoría reconoce que tiene sangre indígena y que los Indios son sus ancestros salvajes. Sus fantasmas —castigados, esclavizados y/o masacrados en la época colonial y republicana— acechan a los criollos cuando se acercan a las zonas de escombros o ruinas que Gordillo describe. Al mismo tiempo, los Indios se revelan como una "ausencia presente" —a veces afirmada, y otras, negada— en las oscilaciones identitarias de los criollos y los wichí que se reconocen como "no tan puros". Así, a lo largo de esta etnografía se problematizarán las identidades mestizas (incluyendo una breve y esclarecedora discusión sobre el uso popular y académico del término mestizo en Latinoamérica y Argentina) y las identidades indígenas que ya no caben en un concepto de identidad entendida como una sustancia unificada. Por el contrario, la identidad indígena que prevalece en los barrios indígenas de pequeñas localidades del sudeste salteño revelan una indigenidad elusiva, desconexa, urbana y desterritorializada, producto de múltiples orígenes, éxodos y traumas.

Gordillo realizó trabajo de campo durante 14 meses entre mayo de 2003 y agosto de 2007 alrededor del área de transición entre el Chaco y los Andes, el viejo cauce del río Bermejo en Rivadavia, el norte de Santiago del Estero y las Tierras Bajas de Jujuy. Mimetizado con su objeto de indagación, construyó un "acercamiento constelacional a la etnografía" para examinar desde una dialéctica negativa el devenir a través de la ruptura partiendo de que la destrucción (o "la ruina") es inherente a los proyectos de modernidad del capitalismo.

El libro se divide en cuatro partes en las que se ordenan diez capítulos. En la primera (Fantasmas de Indios) se presenta a los protagonistas de la etnografía, los pobladores rurales pobres del sureste de Salta. Como telón de fondo se encuentra la historia de la violenta conquista del Chaco mediante el accionar de oficiales españoles y argentinos. La segunda parte (Ciudades Perdidas) se concentra en la posvida actual de lugares destruidos por sublevaciones e insurgencias, como sucedió con las dos ciudades de Esteco. La tercera (Residuos de un mundo de sueños) trata sobre algunas ruinas del proyecto de progreso y modernización que las élites nacionales llevaron adelante en el Chaco, una vez que el Estado argentino impuso su soberanía mediante métodos que incluyeron las masacres de indígenas, su arrinconamiento territorial y su despojo cultural. Como irá mostrando el autor, estas "promesas de prosperidad" pueden verse reactualizadas en el agronegocio de la soja que destruye geografías y modos de vida gauchescos. Finalmente, en la cuarta parte (Los restos de la violencia) analiza otros restos materiales que dejó la conquista del Chaco y el "retorno de los indios" en dos sentidos: a partir del reasentamiento de indígenas wichí en lugares que les pertenecieron pero que fueron ocupados por los criollos, y también como "conjura cíclica" que los criollos predican sobre los fantasmas de los Indios que "no se terminan de ir" porque el fantasma es constitutivo de sus identidades mestizas y la violenta desaparición es constitutiva del fantasma (Gordillo, 2014: 245).

 

Referencias bibliográficas

GORDILLO, Gastón. 2014. Rubble. The afterlife of destruction. Durkham: Duke University Press.         [ Links ]

GORDILLO, Gastón. 2010. Lugares de Diablos. Tensiones del espacio y la memoria. Buenos Aires: Prometeo.         [ Links ]


Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons