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Apuntes de investigación del CECYP

versión On-line ISSN 1851-9814

Apunt. investig. CECYP vol.23 no.2 Buenos Aires jun. 2013

 

LECTURAS EN DEBATE

Vida cotidiana y sexualidad en la década de 1960*

 

Nicolás Viotti**

* A propósito Pareja, sexualidad y familia en los años sesenta de Isabella Cosse (2010); Los ’60 de otra manera. Vida cotidiana, género y sexualidades en la Argentina de Isabella Cosse, Karina Felitti & Valeria Manzano (editoras) (2010) y La revolución de la píldora. Sexualidad y política en los sesenta de Karina Felitti (2012).
** CONICET-FLACSO.


 

Suele afirmarse que la década de 1960 condensa grandes transformaciones sociales y culturales en las sociedades occidentales. Los “60s” son la década de grandes cambios: la llegada a la luna, el Concilio Vaticano II, los movimientos de liberación en el tercer mundo, los movimientos por los derechos civiles en Estados Unidos y las criticas anti-jerárquicas a las instituciones europeas. Pero también, y sobre todo, la década de 1960 supone idealmente una transformación en la vida cotidiana y en los modos de subjetivación: la emergencia de nuevos estilos de vida marcados a fuego por una sensibilidad autónoma que contrasta con lo que suele imaginarse como un orden relativamente más jerarquizado en las décadas anteriores. Sexo, drogas y rock and roll sigue sonando como un mantra que identifica un momento intenso de la imaginación social sobre un pasado, ya no tan reciente, que suele ser visto como un momento de mutación significativo en ámbitos poco formalizados de la vida social, o al menos poco formalizados para unas ciencias sociales muy formalistas, como las relaciones de parentesco y la sexualidad. Pero que sin duda se pueden extender hacia otras relaciones tan poco formalizadas como ellas: las relaciones con lo sagrado, con la industria cultural y con el propio cuerpo.

El caso Argentino, sin embargo, no tuvo análisis sistemáticos que den cuenta de las condiciones locales, los alcances y los límites de esa transformación. Las ciencias sociales se consolidaron sobre una agenda de temas y abordajes en donde el pasado argentino reciente resultaba extraño (o tal vez demasiado familiar) y en donde, en el mejor de los casos, resultaba atractivo en tanto devolvía la imagen refejada del origen (y momento heroico) de la radicalidad político-cultural como objeto particularmente legítimo. Hasta hace muy poco los escasos trabajos académicos dedicados a la década de 1960 se caracterizaron por ser análisis focalizados en una parcela restringida de los sectores medios ilustrados identificados con la vanguardia político-cultural, cuando no directamente dedicados a un subgrupo dentro de ese horizonte como los llamados “intelectuales de izquierda”. Vale decir también que en la mayoría de los casos esos trabajos fueron escritos por participantes activos de esa sensibilidad cultural.1

La perspectiva de esos trabajos supo centrarse sobretodo en la producción y la circulación de bienes culturales letrados. Esa perspectiva se interesó poco por otros espacios de la producción, la circulación y, sobre todo, los usos de bienes de la llamada cultura masiva (vinculados con la música, el cine, la radio y la televisión). Asimismo, en buena medida esos enfoques no se interesaron por la vida cotidiana.2

Si sabemos bastante sobre el “campo intelectual” de la década, y sobre todo sobre sus zonas políticamente radicalizadas, mucho menos se sabe sobre la experiencia de otras franjas de la vida social menos heroicas. Sus formas de organización familiar, su modos de vivir la sexualidad, sus experiencias religiosas y estéticas. Y, sobre todo, al suponer a la década de 1960 como un gran proceso de modernización radical se sabe poco sobre las continuidades y las transformaciones culturales realmente existentes.

¿Qué decir de fenómenos que excedían la radicalidad política en la experiencia social de la década de 1960? ¿Cuánto de novedad cultural supuso la década en relación a las formas culturales y las subjetividades dadas en las décadas precedentes? La publicación de una serie reciente de trabajos centrados en la historia social y cultural de la década de 1960 parece ampliar esa tendencia y empezar a descentrar las miradas.

Pareja, sexualidades y familia en los años sesenta de Isabella Cosse (2010) se refere a las relaciones afectivas y contractuales entre varones y mujeres, así como entre padres e hijos. Analiza los modelos de familia y las relaciones de parentesco en un contexto de fuertes cambios y cuestionamientos al modelo nuclear y a las relaciones de jerarquía, pero su argumento mas fuerte esta en mostrar como esos cambios mantuvieron muchas veces modelos normativos previos y supusieron mas continuidades que rupturas con la cultura familiar y los modos de subjetivación previos. A su vez, señala como el cuestionamiento al modelo dominante de la domesticidad que una generación joven llevo adelante en Argentina, a diferencia de lo sucedido en Europa y Estados Unidos, estuvo marcado por la represión y el aumento del autoritarismo.

El análisis de Cosse se centra en los cambios y las continuidades de un modelo de domesticidad articulado en torno a la identidad de clase media de Buenos Aires. El aspecto de clase no es aquí solo una identificación estratégica, sino el resultado de un proceso histórico de sedimentación de imágenes y valores que permiten identificar e identificarse con una configuración moral específica que aparece tanto en los relatos de sus participantes como en los medios de comunicación (las revistas femeninas, programas de radio y telenovelas), manuales de sexología y crianza, archivos personales y memorias, leyes, estadísticas y ensayos. Su trabajo reconstruye un circuito ritual que va del cortejo al noviazgo, con especial énfasis en el sexo. Modelos de sociabilidad mas distendidos, citas a solas y noviazgos más fexibles mostraban una innovación con las décadas precedentes. Desde allí Cosse describe el modelo conyugal y las ideas sobre maternidad y paternidad que mostraban la importancia de la “familia respetable” como ideal que mantenía el lugar de la mujer en el hogar y el hombre proveedor como jefe de hogar. Tiene un particular interés la aparición del paradigma psicológico como una innovación que afectivizaba e igualaba las relaciones en la pareja y con los hijos, produciendo negociaciones entre modelos explícitamente más jerárquicos heredados y otros que producían una relativa y siempre ambigua autonomía personal.

Estos aspectos de la domesticidad en la década de 1960 le permiten desarrollar un análisis minucioso que muestra múltiples modulaciones y no un proceso unilineal, a su vez le permite caracterizar un proceso de cabio cultural en procesos capilares que muestran más una transformación paulatina que una gran revolución de las costumbres. El término acuñado por Cosse para este proceso es el de una “revolución discreta”, es decir que durante los 60´s los jóvenes se conocían, atraían y formaban parejas cuestionando en muchos casos lo heredado y buscando nuevos patrones de comportamiento afectivo y sexual, pero a su vez en muchos casos reactualizando los mandatos familiares.

La revolución de la píldora. Sexualidad y política en los sesenta de Felitti (2012), por su parte, muestra como la emergencia de la píldora anticonceptiva en Argentina se enmarca en una trama de relaciones más amplias que incluyen nuevas formas de organización familiar y una moral sexual más autónoma, pero que se distancian tanto de políticas sistemáticas del Estado por el control poblacional como de los movimientos feministas que lucharan por los derechos de igualdad femeninos en las sociedades euroamericanas del Atlántico norte. Sobre todo, da cuenta de la centralidad de algunos agentes del campo médico, ciertas zonas del cristianismo evangélico y también de espacios innovadores de la acción social universitaria como ámbitos centrales en esa difusión. Asimismo señala como más adelante las relaciones entre revolución anticonceptiva y revolución sexual, sin mantener relaciones directas, conformaron un espacio de confluencia común en la producción de nuevas subjetividades femeninas que apuntaban a que las mujeres tuvieran un control más íntimo de si mismas.

La controversia social que aparece asociada a la emergencia de los anticonceptivos y la planificación familiar en América Latina tiene que ver con la disyuntiva de si la píldora era un símbolo de liberación sexual femenina, que desvinculaba el placer sexual de la función reproductiva, o un modo de regulación social y moral de las clases subalternas en un contexto de fuerte cuestionamiento de la política imperialista de Estados Unidos sobre la región. El caso Argentino resulta singular ya que la política poblacional, a diferencia de otros países de América Latina, priorizó el crecimiento y no la reducción de su número de habitantes. La ideología del “país vacío” redujo el problema del “control poblacional” que se expandió por la región en la posguerra. Sin embargo, los cambios culturales que priorizaban la autonomía femenina si fueron un factor importante en la difusión de la anticoncepción, aunque lo fueron tardíamente si se compara con los países del Atlántico norte.

Para Felitti la autonomía femenina no fue parte de la agenda de la “nueva izquierda”, para quien el feminismo resultaba una distracción burguesa, y se consolidó como un ideal concreto de disputa en algunas organizaciones que tímidamente iniciaron su actividad en la década de 1970. En este escenario, fueron mucho más relevantes los médicos y la salud pública, quienes adquirieron un lugar central, y algunos agentes de la acción social e incluso religiosa. Su análisis provoca al sentido común mostrando como las experiencias pioneras en la ciudad de Buenos Aires estuvieron vinculadas con la Asociación Argentina de Planificación Familiar, fundada por un grupo de médicos preocupados por el problema sanitario, el Programas de Extensión Universitaria de la Universidad de Buenos Aires en Isla Maciel y experiencias de grupos cristianos evangélicos como el Centro Villa Mitre de Planificación Familiar.

Las vías de autonomización femenina que estos discursos habilitaron, así como las reacciones públicas y los dispositivos de regulación -muchas veces encarnados en la prensa, la industria cultural y los medios masivos- a este proceso, dan una especificidad al caso argentino que muestra lógicas locales específicas y modos de singulares de apropiación de una tendencia mucho más amplia.

Pareja, sexualidad y familia de Isabella Cosse (2010) y La revolución de la píldora de Karina Felliti (2012), al que podría agregarse el reciente The Age of Youth in Argentina: Culture, Politics, and Sexuality from Perón to Videla de Valeria Manzano (2014), conforman una constelación de estudios que renuevan las perspectivas sobre la vida cotidiana, el parentesco, el género y la sexualidad en la década de 1960. Si estos trabajos de modo independiente están en diálogo implícito y comparten una sensibilidad en el análisis y en los modos de construir los problemas de investigación, el volumen Los ‘60 de otra manera. Vida cotidiana, género y sexualidad en la Argentina de Cosse, Felitti y Manzano (2010) corona esta tendencia con un diálogo explícito. La introducción conjunta a ese trabajo puede leerse también como un programa de investigación. Allí las organizadoras señalan la centralidad historiográfica de preguntarse por la subjetividad y la vida cotidiana en Argentina y, eventualmente, también por la sexualidad como un elemento de ese encuadramiento más amplio para entender mejor el cambio cultural.

La esta centralidad del concepto de cambio cultural resulta provocadora en la medida en que las autoras marcan el camino de un enfoque poco habitual para entender la historia reciente, dominada por la historia intelectual y la sociología de los intelectuales.3 Desde una perspectiva explícitamente localizada en la historia social y cultural las autoras proponen una mirada descentrada sobre la cultura que evoca una discusión más amplia sobre las relaciones entre historia, sociología y antropología. Hay razones biográficas que explican esa perspectiva novedosa, ya que las autoras pertenecen a una generación donde la épica de la década de 1960 esta relativamente lejos de sus trayectorias. Esa distancia generacional y epistemológica les permite también rearmar la agenda de temas y enfoques, rodeando la centralidad de la política revolucionaria, así como de los intelectuales y la cultura experimental de vanguardia, construyendo una nueva imagen de la década de 1960 mucho más plural. Hay allí un desafío mas amplio a los modos de construir conocimiento social que excede el campo de los estudios de historia reciente y que puede ser una maravillosa lección para las ciencias sociales en general, muchas veces aferradas a la auto legitimación de objetos de investigación ¨cultos” y “políticamente relevantes”.

La colección de trabajos compilados incluye temas diversos. Un primer grupo está dedicado a la juventud como categoría generacional. Es muy significativo y original el ensayo de Mirta Varela sobre la corporalidad de los varones de la Juventud Peronista, su análisis del estilo y la construcción de lo masculino en una organización política esta llamado a convertirse en un clásico sobre las relaciones entre corporalidad, juventud y política así como en cualquier investigación futura sobre peronismo y vida cotidiana. Valeria Manzano también analiza un aspecto de la juventud, pero en el horizonte de la cultura masiva y la experiencia estética del rock. Se dedica a mostrar las relaciones entre juventud, mercado de la música y consumo como parte de un fenómeno novedoso vinculado a una nueva sociabilidad y un nuevo sistema de valores. Su trabajo se distancia de los análisis habituales sorbe historia de la música, muchas veces centrados en los productos culturales únicamente, tramando una historia social de los circuitos de producción, circulación y usos del rock, un dispositivo cultural central en la experiencia social de los jóvenes en la década de 1960 con fuertes ecos en las décadas siguientes.

El análisis de Carla Villalta sobre los significados y las ideas en torno a la adopción y el de Isabella Cosse sobre la emergencia de una “cultura divorcista” son dos trabajos dedicados al tema de la familia y el parentesco, las relaciones entre ideologías familiaristas, Estado, saberes expertos y sistemas normativos. Villalta analiza las practicas burocráticas de la minoridad y las discusiones alrededor de los proyectos de ley sobre adopción, las “entregas” ilegales de niños como práctica aceptada y la ideología que asigna a las nuevas familias el deber de “imitar a la naturaleza” muestran desplazamientos novedosos en torno a las relaciones padres e hijos adoptivos. Cosse, por su lado, analiza las formas de acusación y legitimación de los divorcios no vinculares y los casamientos en el exterior como nuevas prácticas que priorizan el “bienestar subjetivo de la familia” como valor preeminente durante la década, un valor que al mismo tiempo que autonomiza las relaciones familiares refuerza su modelo culturalmente hegemónico.

Finalmente, una última sección del volumen está dedicada al género femenino. Inés Pérez analiza la mecanización del hogar en la Mar del Plata de los años sesenta a partir de dos generaciones de mujeres, mostrando como la supuesta liberación del trabajo doméstico que prometía la tecnología en realidad supuso usos múltiples y no necesariamente mayor autonomía femenina. Karina Felitti se dedica a entender cómo la anticoncepción y el aborto aparecen en la industria cultural de la década. Su análisis de programas de TV, revistas y el cine muestra las relaciones entre medios masivos e imágenes innovadores, y al mismo tiempo contradictorias, sobre el control de la natalidad. El trabajo de Karin Grammático se dedica a las relaciones de género en una agrupación peronista femenina vinculada a la agrupación Montoneros. Muestra allí que los discursos políticos revolucionarios, anclados en una visión masculina, redefinían las concepciones de lo político entre las mujeres en la medida que capitalizaban la experiencia previa en la vida cotidiana de los barrios donde militaban y en la medida que incorporaban sus relaciones con las mujeres de sectores populares.

En muchos casos las miradas sobre la década de 1960 se identificaron demasiado acríticamente con un mito fundacional que dio por sentada una radicalidad inusitada y la adopción rápida de nuevas costumbres asociadas a modos de vida más autónomos que permearon la organización familiar y las sexualidades, pero también las experiencias estéticas, la religiosidad o la política vivida. Las nuevas familias, la liberación de homosexuales y mujeres, el rock, las nuevas espiritualidades y los movimientos de emancipación centrados en la vida cotidiana conformaron una experiencia social que no significó lo mismo en todos los contextos occidentales y no tuvo la misma capacidad de producción de relaciones sociales novedosas. En todo caso, todos estos trabajos muestran como los valores de la autonomía se difundieron diferencialmente de acuerdo a configuraciones sociales específicas, fronteras institucionales -muchas veces explícitamente represivas- y a experiencias culturales sedimentadas que hicieron de ese proceso una experiencia plural y diversa. Como se sugiere en estos análisis, en muchos casos los espacios ideológicamente más vanguardistas no necesariamente suponían un cuestionamiento de los principios de la jerarquía en la vida cotidiana o lo hacían de un modo menos espectacular que la mitología sobre la década de 1960 proyecta sobre ellos. A su vez, existe en esos trabajos tal vez más de manera implícita que explícita, un esfuerzo por situar procesos de autonomización subjetiva en tramas de relaciones y de valores muy específicos que se entienden solo restituyendo un horizonte socio-cultural más amplio que el de los procesos mismos.

Leídos en conjunto, una de las lecciones que se pueden extraer es que se pueden establecer puentes entre ámbitos muchas veces leídos como independientes. Ahí hay otra lección metodológica que excede el tema y el objeto específico y se enlaza con la compleja historia de los modos de difusión de los valores de la autonomía como un problema de investigación que requiere análisis detallados y ejercicios comparativos que puedan leer ámbitos diferentes bajo el lente de nuevas categorías que no aíslen la experiencia social en nichos académicos. La idea de que existen realmente ámbitos independientes como la política, la religión, la estética, el parentesco o la sexualidad a veces corre el riesgo de abstraer en demasía una experiencia social mucho más integrada de lo que se suele conceder.

Esta nueva mirada sobre los sesenta tiene, al menos, tres consecuencias centrales para las discusiones contemporáneas y futuras en las ciencias sociales. En primer lugar, para la historiografía del pasado reciente. Estos trabajos dan cuenta de una innovación temática y metodológica que podría ser continuada para repensar en esa clave, por ejemplo, la década de 1980, donde los pocos trabajos que existen también se han centrado casi exclusivamente en el mundo intelectual o en las vanguardias culturales. En segundo lugar, para los análisis contemporáneos. Los trabajos sensibles a los procesos de autonomización cultural de la sociología cultural y la antropología tienen una gran oportunidad de diálogo y reflexión comparada que puede ayudar, en particular, a poner en perspectiva los cambios actuales en la familia y la sexualidad y, en general, a leer comparativamente la vida cotidiana. Existe en ese conjunto de análisis sobre la década de 1960 una última dimensión que hace a su carácter político. Sin renunciar a la vitalidad que inspiró buena parte de los trabajos clásicos sobre la década, la política aparece aquí en una nueva clave muy contemporánea que se aleja tanto de las miradas centradas unilateralmente en las lógicas estatales como en el “campo intelectual”. Sin duda menos épica, la dimensión política emerge en una preocupación por reconstruir un cuadro tan complejo como diverso de un proceso de cambio cultural atento a las dimensiones cotidianas y a los modos de vida como un espacio fundamental de negociación y conflicto.

 

1. Oscar Terán inaugura su libro con un comentario sobre los 60´s como la preocupación por un “nosotros” que “se dibuja sobre un escenario sin duda habitado por otros actores que legítimamente se resistirían a reconocerse en la imagen que el espejo de este texto les propone” (Terán, 1991, p. 9). Por su parte, Silvia Sigal señala que “a pesar de un constante intento de objetividad, el período cubierto por este libro coincide demasiado con mi propio itinerario como para pretender afirmar que hay en él el desapasionamiento de un observador exterior” (Sigal, 1991, p. 4). Sobre la relación entre intelectuales, peronismo e izquierda y un tono de “revisión” autobiográfico ver también Altamirano (2011) y Sarlo (2007). Ese tema puede encontrarse también en la presentación de Enrique Oteiza (1997) a una publicación pionera en el tema de las vanguardias estético-políticas, aspecto de la década que en las últimas décadas ha sumado trabajos muy significativos de investigadores más jóvenes que no comparten la experiencia biográfica pero si la reverencia mítica.

2. El reciente ensayo de Beatriz Sarlo (2014) sobre el “viaje ideológico” por América Latina podría ser un contra-ejemplo sugerente de los análisis sobre los 60´s hechos por participantes activos de esa sensibilidad vanguardista al centrarse en el viaje como ámbito particular de lo cotidiano.

3. “Nuestra propuesta aquí, de hecho, es descentrar a las vanguardias intelectuales o artísticas como ejes organizadores de la narrativa de los sesenta” (Cosse, Felitti y Manzano, 2010, p.11)

 

Bibliografía

Altamirano, Carlos. 2011. Peronismo y cultura de izquierda. Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores.

Cosse, Isabella. 2010. Pareja, sexualidad y familia en los años sesenta. Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores.

Cosse, Isabella, Karina Felitti & Valeria Manzano (editoras). 2010. Los ‘60 de otra manera. Vida cotidiana, género y sexualidades en la Argentina. Buenos Aires: Prometeo.

Felitti, Karina. 2012. La revolución de la píldora. Sexualidad y política en los sesenta. Buenos Aires: Edhasa.

Oteiza, E. et al. 1997. Cultura y política en los años ’60. Buenos Aires: Oficina de Publicaciones del CBC-UBA.

Sarlo, Beatriz. 2014. Viajes. De la Amazonia a Malvinas. Buenos Aires: Seix Barral.

Sarlo, Beatriz. 2007. La batalla de las ideas. Buenos Aires: EMECE.

Sigal, Silvia. 1991. Intelectuales y poder en la década del sesenta. Buenos Aires: Puntosur.

Terán, Oscar. 1991. Nuestros años sesentas: la formación de una nueva izquierda intelectual en la Argentina. Buenos Aires: Puntosur.

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