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Apuntes de investigación del CECYP

versão On-line ISSN 1851-9814

Apunt. investig. CECYP vol.24 no.1 Buenos Aires jun. 2014

 

TEMA CENTRAL

Individualmente juntos. Tensiones en las identidades juveniles en torno al consumo de éxtasis y la cultura dance

 

Ana Clara Camarotti *

* IIGG-UBA I CONICET
Individualmente juntos. Tensiones en las identidades juveniles en torno al consumo de éxtasis y la cultura dance


Resumen

El presente trabajo se enmarca en un proyecto de investigación doctoral que se llevó a caboentre 2005 y 2010. En él buscamos analizar las características que presentan los procesosde construcción de identidades de un grupo de jóvenes de sectores medios de la Ciudad deBuenos Aires, en particular la población que concurre a fiestas electrónicas del circuito denominadoculturadance, a partir de las relaciones que establecen entre las nuevas formasde consumo de drogas de síntesis,fundamentalmente el éxtasis, las experiencias de diversiónnocturna, los espacios de sociabilidad y los usos del tiempo. Para ello, indagamos enlas vinculaciones entre las transformaciones de los marcos sociales e institucionales que sefueron dando durante las últimas décadas y las reflexividades puestas en juego al construirsus identidades.

Palabras clave Jóvenes; sectores medios; consumo de éxtasis; fiestas electrónicas


 

Como consecuencia de un largo proceso social, histórico y económico, en las sociedades actuales el espacio destinado a la diversión, el juego y el disfrute, además de haber pasado a formar parte de las necesidades básicas, se ha transformado en un lugar clave. Los jóvenes pasan cada vez más tiempo participando de estos espacios de diversión en donde logran llevar a cabo prácticas de comunicación, afectivas y emotivas con otros jóvenes, lo que los torna importantes al momento de entender cómo se conforma la categoría de lojuvenil en nuestras sociedades. La diversión, su forma de organización, sus significados y sus manifestaciones forman parte de contextos creados socialmente que responden a dinámicas estructuradas en función de intereses e ideales sociales.

El contexto recreativo juvenil se define por el dinamismo y la heterogeneidad, ya que sus espacios se multiplican, se diferencian y se redefinen los tiempos para habitarlos. Los jóvenes, lejos de asistir pasivamente a un espacio de ocio puntual, transitan por la noche, estableciendo cada vez, distintos itinerarios (Blázquez 2009). Los escenarios festivos nocturnos quedan conformados por un entramado de elementos: la música, la estética, los distintos tipos de sustancias que se consumen, las manifestaciones de la identidad sexual, los modos de relacionarse afectivamente entre los jóvenes y los tiempos y espacios en los que se desarrolla la diversión, por lo que requieren de una mirada integral para poder abordarlos (Blázquez 2008). En este sentido, consideramos que los escenarios recreativos nocturnos son espacios valiosos para el análisis sociológico dada la importancia que presentan para los jóvenes, por el rápido crecimiento en cantidad y diversidad que tuvieron los locales de diversión nocturna en los últimos años, y fundamentalmente, por ser una dimensión social poco abordada en las investigaciones sociales.

Como han documentado algunas investigaciones (Vila 1995; Semán y Vila 1999; Lles 1998; Frith 2003),la música en los espacios de recreación nocturna es una práctica cultural relevante y constitutiva para los jóvenes. En la sociedad actual, podemos afirmar que no se es joven si no se escucha música. A partir del estilo musical que se elija se establecen pautas de acción (lugares a los cuales se concurre), estilos estéticos y modos de pensarse en el mundo. La masividad del consumo en los últimos años, paradojalmente, tiene como característica primordial llevar a cabo búsquedas en pos de la singularidad, es decir, consumir nos hace ser diferentes y nos da elementos desde donde construir propias identidades. La diversidad musical contribuyo en este sentido.

Durante los últimos años se vienen desarrollando diversos estudios en torno a los cambios en las relaciones entre la condición juvenil, el mundo adulto y las instituciones sociales. Sin embargo, aún existe una vacancia de estudios que analicen las vinculaciones entre los espacios de sociabilidad de los jóvenes, los usos del tiempo y los consumos/usos de drogas, tomándolos como analizadores de las transformaciones en las condiciones sociales y en las identidades juveniles.

En el presente artículo analizamos los procesos de individuación de un grupo de jóvenes de sectores socio-económicos medios y medios altosde la Ciudad de Buenos Aires a partir de las relaciones que se establecen entre las nuevas formas de consumo de drogas, las experiencias de diversión nocturnay, los espacios y usos que hacen del tiempo.

Retomamos de Danilo Martuccelli (2007; Araujo y Martuccelli, 2012) el desarrollo teórico en torno a una sociología de la individuación, cuyo objetivo central es:

(...) describir y analizar, a partir de la consideración de algunos grandes cambios históricos, la producción de los individuos. La cuestión no es entonces saber cómo el individuo se integra a la sociedad por la socialización o se libera por medio de la subjetivación, sino de dar cuenta de los procesos históricos y sociales que lo fabrican en función de las diversidades societales (Martuccelli, 2007: 30).

El autor plantea la necesidad de un cambio de rumbo para la sociología del siglo XXI, teniendo como horizonte el estudio de las capacidades existenciales y sociales del individuo de sostenerse en el mundo. No hay individuo sin un conjunto muy importante de soportes, afectivos, materiales y simbólicos, que se despliegan en su experiencia biográfica, a través de un entramado de vínculos con sus entornos sociales e institucionales. Los soportes son los medios por los cuáles el individuo llega a tenerse frente al mundo; el conjunto de elementos, materiales e inmateriales, que lo vinculan a su contexto (Martuccelli, 2007).

En nuestra investigación retomamos y adaptamos la herramienta metodológica de los relatos biográficos -especialmente desde el abordaje desarrollado por Michèle Leclerc-Olive (2009)- ya que mediante los mismos podemos abordar los procesos de construcción de la experiencia social de los sujetos y las vinculaciones entre sus contextos, reflexividades y soportes. La construcción de los datos empíricos a partir del enfoque biográfico consistió en el despliegue narrativo de las experiencias vitales de los jóvenes con el objeto de elaborar, a través de entrevistas sucesivas, un relato que permita mostrar el testimonio subjetivo tanto de los acontecimientos como de las valoraciones que dicha persona hace de su propia existencia (Pujadas Muñóz i992).La construcción de relatos biográficos nos permitió una mejor aproximación a los procesos de construcción de la experiencia social de los sujetos y a las vinculaciones entre sus reflexividades y soportes afectivos, materiales y simbólicos (Sautu 2004; Leclerc-Olive 2009; Vasilachis de Gialdino 2007).

Para tal fin se realizaron 20 relatos biográficos de aproximadamente 3 entrevistas cada uno, 9 a mujeres y ii a hombres jóvenes, las edades rondaban entre los 23 y los 35 años. En todos los casos eran asiduos participantes de la movida electrónica en la Ciudad de Buenos Aires.

Tanto en la determinación de la muestra como en el análisis del corpus construido seguimos los lineamientos de la teoría fundamentada (grounded theory), utilizando como herramienta auxiliar el programa informático Atlas.ti.

Nuestro trabajo se llevó a cabo en un tipo de espacio urbano recreativo particular asociado a la música, el baile social, la diversión, los consumos distinguidos; atravesado por una fuerte influencia global. A continuación realizaremos una descripción de loslugares de diversiónelectrónicos dela Ciudad de Buenos Aires,de las sustancias químicas que consumen sus participantesydel surgimiento de la música electrónica, es decir, de los elementos centrales que caracterizaron esta escena nocturna. Luego presentamos los resultados de nuestro estudio, en donde analizamoslos procesos de individuación de un grupo de jóvenes de sectores medios2que participan de la cultura dance local.

Creación de nuevos escenarios recreativos juveniles y consumo de éxtasis

España es uno de los países pioneros en crear y exportar el concepto dela fiesta, o más precisamente la cultura dance electrónica nocturna (Oleaque 2004;Calafat Faret al. 2008). Matthew Collin y John Godfrey (2002) describen cómo desde Ibiza a mediados de los años 80 los jóvenes ingleses encuentran condiciones apropiadas de diversión nocturna, las que van a reproducir en su propio país. Un punto interesante que plantean los autores es cómo estos jóvenes ingleses incorporan al volver a su país cambios y nuevas condiciones en los modos de diversión aprendidos en España, los cuáles reexportarán a Ibiza en los años siguientes. Algunos autores mencionan este proceso como un ámbito de sincretismo recreativo muy activo en la creación de identidades juveniles (Calafat Faret al. 2008).

Una de las diferencias fundamentales del movimiento electrónico o dance en sus primeros momentos en Europa, en relación con otros movimientos juveniles previos, como los mods, hippies o punkys, está en la intensa democratización que produjo en aspectos tradicionalmente relacionados con el desarrollo de nuevas formas de ocio entre los jóvenes (Romo Áviles 2001). En el surgimiento de este fenómeno la edad, la clase social, el sexo, la orientación sexual u otros, no fueron factores discriminantes. La cultura dance ofreció un lugar en el cual las personas procuraban un espacio de tolerancia de las diferencias según clase, etnia, sexo, economía o moralidad (Collin y Godfrey 2002).

El consumo de éxtasis3estuvo presente desde un primer momento en estos nuevos espacios de diversión nocturna lo que no implica que presenten una relación determinista con los mismos. El MDMA (3-4 metilendio-ximetamfetamina) ha estado al alcance de las personas desde todo el siglo XX. El hecho de que no se popularice como droga recreativa hasta fines del siglo XX evidencia que no fueron los efectos de esta droga los que crearon la cultura electrónica sino el contexto histórico y cultural específico el que permitió que la gente encuentre otro uso a una droga ya existente. En este sentido, entendemos que las drogas como cualquier otra tecnología, sólo adquieren significados y efectos en contextos determinados (Gilbert &Pearson, 2003).Por ello, resulta interesante analizar cuales son los usos y los siginificados que las personas le encuentran a las drogas y como las-vinculan y utilizan en determinados contextos.

Según Gamella y Álvarez Roldán (1999), el consumo de éxtasis es una innovación mercantil, ideológica y simbólica y no farmacológica ya que no es invento reciente. Haciendo un poco de historia, encontramos que el MDMAfue descubierta en Estados Unidos de casualidad, y utilizada en ese momento con fines psicoterapéuticos y (cuasi) religiosos. Luego en los noventa y ya con el nombre de éxtasis esta sustancia pasará de un uso minoritario, discreto y privado, a otro generalizado y alarmante, vinculado a fines creativos, lúdicos y públicos, asociados a conciertos, locales nocturnos y fiestas multitudinarias.

La novedad que presentó esta sustancia en los noventa estuvo vinculada a la forma en que fue presentada, pastillas de diversas formas y colores, y a la eficaz orientación que tuvo hacia un público juvenil. Esta forma de presentar a la sustancia logró que los consumidores distinguieran entre tipos y marcas, cosa que no es posible con ninguna otra droga ilegal y que éstas sean percibidas por los jóvenes como una droga limpia, fácil de administary de consumir.Otro factor que colaboró en la elección de los jóvenes por esta droga fue el enorme interés que le prestaron los medios de comunicación, proponiéndola en sus inicios como una droga divertida y atractiva, como la droga del amor (Gamella y Álvarez Roldán 1999).

En la Ciudad de Buenos Aires los escenarios nocturnos que componen lo que podría denominarse la movida electrónica o la cultura dancepresentaron algunas características similares a lo que ocurrió en otros países de Europa, mientras que otras mantuvieron particularidades locales.Según expresaron los jóvenes entrevistados la novedad que introdujo esta forma de diversiónen nuestro país fue que se habilitaron escenarios de diversión no conocidos hasta el momento. Como elementos centrales podemos mencionar, por un lado, las fiestas multitudinarias o raves,4 realizadas por lo general al aire libre en grandes espacios, continuadas en los after-hour o fiestas de día -comienzan a las 8.00 hs. de la mañana y terminan a las 15.00 hs. del día domingo-, que suponen una innovación temporal crucial para el concepto de fiesta o de escenario de diversión nocturno. Algunas veces puede ocurrir que el after se extienda hasta el anochecer, convirtiendo este circuito de diversión en un continuum noche-día. En algunas oportunidades estos eventos se extienden durante más de un día. Y por otro, la invención y aparición de la música electrónica y el consumo de una sustancia novedosa para sus participantes, como fue el éxtasis.

En primer lugar, y con el fin de contextualizar el fenómeno de la movida electrónica en la Ciudad de Buenos Aires esbozaremos brevemente cuál ha sido su desarrollo.Se pueden distinguir tres momentos en este proceso de expansión del uso y consumo de música electrónica y de drogas de síntesis: en primer lugar, el que transcurre desde 1995 hasta 1998 (casi una década después de lo que ocurrió en varios países de Europa, donde la denominada Ruta del Bakalao en Valencia fue la máxima expresión5); el segundo momento está comprendido entre los años 1999 y 2001; y el último, desde 2002 hasta el presente (Camarotti 2010).

En el período inicial, las fiestas tenían la particularidad de ser cerradas y exclusivas. Si bien se hacían en ámbitos públicos se permitía el acceso sólo a un grupo privado y selecto. En términos de Marcelo Urresti (1994) la autoafirmación de lugar selecto, para elegidos, necesita de la producción de otros y de afueras a partir de los cuales definirse y redefinirse, negando y renegando de ellos.

Traían a los mejores DJ de afuera para mil personas... era ultra-elitista. El éxtasis yo me acuerdo que estaba como ochenta, que en aquella época eran dólares, una barbaridad, yo no llegaba, no llegaba, no entraba a los lugares, no tenía acceso. lo único que tenía era un poco de acceso al Moroco que era un lugar más under y a los after que se hacían en la New Age y las de Comunication (Paulino, 30 años).

Se trataba de un grupo reducido de personas que habían viajado y participado de este movimiento en Europa (España, Inglaterra, Alemania) y Estados Unidos y buscaban incorporarlo a nuestro país. Sin embargo, esta nueva forma que adquirían las prácticas recreativas en otros países se incorporaron en Argentina varios años más tarde. Una mirada global del fenómeno da cuenta de que el período inaugural en nuestro país coincide con las confiscaciones de cientos de miles de pastillas en España y con la necesidad de incrementar mercados no europeos. En estos años el éxtasis se ubicaba en España en el centro de las nuevas pautas de policonsumo y era la droga más exitosa de los años 1990.

En sus inicios, las fiestas se llevaban a cabo en lugares remotos al aire libre en donde se priorizaba todo lo relacionado con lo natural: bailar en la playa, consumir frutas y abundante agua. Sin embargo, el consumo de drogas -que caracterizó estas escenas- también estuvo presente desde sus primeros años y, aunque parezca contradictorio, también vinculado con lo natural. Algunos de los lugares famosos a los que viajaba gente de todo el mundo para asistir eran Bora Bora, en la Polinesia, y Trancoso, en Brasil. Como relatan Collin y Godfrey,

(.) cuando la gente empezó a regresar de sus viajes a New York a principio de 1980 todo cambió: todo el mundo quería probar el éxtasis. El goteo inicial de suministros llegó desde New York por medio de mensajeros, en sobres de burbujas pegado con cinta adhesiva en el cuerpo de los viajeros. Era un secreto especial al que pocos podían acceder (2002: 55).

Adyacente a esta movida elitista y selecta, comenzaba a gestarse en la Ciudad de Buenos Aires otra conformada por grupos de DJs y entendidos, que tenían como interés experimentar con la música, principalmente con la electrónica, buscando que la misma se difunda a otros grupos. Así surgen en el país las primeras fiestas raves organizadas por Bioma (productora de eventos) y la Urban Groove (conformada por un grupo de DJs) que presentó la primera rave en el Parque Sarmiento.6 Según los organizadores (Bs. As. Menú) estos eventos ofrecieron a la gente un lugar diferente frente al clima discriminatorio frecuente en las discotecas (Leff et al., 2003). Los concurrentes a estas fiestas explicaron que la falta de organización y de seguridad fue lo que hizo colapsar este tipo de eventos.

Lo que resultaba llamativo y característico de este período era que en estos nuevos espacios de diversión diurna-nocturna convivían jóvenes con estilos estéticos y musicales marcadamente diferentes.

En estas primeras fiestas raves las sustancias ilegales que se consumían eran variadas, aunque la marihuana era la más visible. Los jóvenes consumían lo que llevaban porque era difícil conseguir drogas adentro de estas fiestas. El éxtasis era para un grupo reducido, el que accedía a comprar pastillas era porque tenía una red importante de contactos.

Había gente que conseguía éxtasis pero eran pocos y vos veías que no había mucha gente realmente enganchada con la música electrónica. La gente estaba más que nada por el bardo (Santiago, 32 años).

Un extracto del diario de campo de uno de los escasos trabajos en Argentina sobre esta temática resulta interesante para graficar estas primeras fiestas en Buenos Aires:

Primera rave en Parque Sarmiento 23 de mayo de 1998:

Subí la escalera y me encontré con una pileta olímpica climatizada, y en uno de esos extremos los DJs pasaban música. Era una música que invitaba al relax, con sonidos electrónicos pero un ritmo tranquilo. Las luces llamaban la atención, ya que dibujaban figuras en la pileta y el reflejo que surgía del agua, junto con el sonido, le daban al lugar un ambiente especial. Sobre unas gradas había gente sentada mirando la pileta, charlando. Eso fue apenas entré, a las dos de la mañana. A la hora, ya había gente metida en la pileta, desnuda, en medio del clima creado por la música, las luces, y sin hacer caso al frío que hacía ese día. En esa zona no se bailaba. Estaba todo puesto para sentir. El meterse a la pileta sin ropa es el sumum de la sensación. La mayoría de los "nadadores" eran hombres, aunque también había algunas mujeres (Leff et al., 2003: 202-203).

En esteperíodo que definimos como inicialconviven, por un lado, con una movida elitista y exclusiva, jóvenes que viajan al exterior, que participan de fiestas privadas, cerradas, que logran acceder al consumo del éxtasis, y por otro, un grupo de DJs que experimenta con la música electrónica; que busca ampliar y difundir esta cultura a otros grupos sociales organizando fiestas masivas y públicas en las que participan jóvenes con estilos estéticos y musicales marcadamente diferentes. En este primer momento se produce una tensión por el sentido que estas fiestas asumirán, comoun espacio recreativo inclusivo y no discriminante, como era una de las propuesta, o circunscriptas a un grupo de jóvenes de elite.

El segundo momento, período de extensión, en donde la participación de los concurrentes se intensifica y el éxtasis se convierte en un elemento clave que caracteriza este tipo de eventos. Este período se lo puede entender como un paralelo al verano del amor en Ibiza.7 El lugar que caracterizó esta época en Buenos Aires fue Pachá8 a donde concurrían unas 4.000 o 5.000 personas, quienes sentían que la energía de la música y el baile los hermanaba.

Subir y bajar con la música... y era como una comunión muy grande, para mi era importante, sentir eso era muy fuerte... que la gente subía y bajaba según lo que decía el DJ, como la manejaba. Es por esto que los DJ en Argentina comenzaron a flashear entre el 99 y el 2001, porque se dio un fenómeno en Pachá que realmente fue groso. Durante estos años se vivió algo muy fuerte. (Santiago, 32 años).

Lo que pasa es que yo en el 99 hice clic con la música electrónica. Fui a Pachá que tiene un sonido envolvente, me pegó realmente y sentí otra cosa, otro tipo de comunicación con la música que no había sentido nunca. Sentí la música realmente adentro del cuerpo y algo que me daba energía para bailar durante ocho horas seguidas, nunca había estado tanto tiempo bailando. se te acalambraban las piernas porque no podías más... Además había una cosa que era que el mismo cuerpo y la cabeza te pedían la repetición, que era lo que antes no aguantabas de la música electrónica justamente. Era esa cosa repetitiva pero que tiene pequeñas variantes que se van manifestando de a poco, pero sobre todo es un ritmo que se mantiene y ahí entendí esa cosa de la música electrónica y el DJ y el bailar ocho horas seguidas. porque es otro concepto de la música y de la fiesta. Primero porque es un evento que a mí me empezó a interesar por el tipo de comunicación que hay con la música, porque era más allá de engancharse con un tema, era vivir una jornada, y esta jornada el DJ te la maneja con tiempo, espera a mandarte en un momento arriba y va creando todo un clima. Arranca despacio, va creando un clima arriba, lo baja y lo sube y lo cierra de una manera determinada a la noche. Son ocho horas y lo lindo es vivir las ocho horas junto a un grupo de gente que está viviendo lo mismo que vos, esto fueron los años de finales de la década de los 90 en Buenos Aires. Y más que ir a escuchar música era como un ritual y se me empezó a emparentar mucho ritual y música de vanguardia. No era ir a bailar, era ir a danzar. Empecé a sentir que no era ir a bailar, esa cosa de ir a la France, a la matinée como cuando era chico a levantarme a alguna chica, sino que era ir a danzar ¿viste? y a tener un trip tuyo, muy individual y que también podías ir a conectar con la gente, era con la música y era vivir todo un trance durante un tiempo. Y esto es lo que me parece muy interesante (Fernando, 29 años).

En este período el éxtasis se convierte en un elemento clave de consumo, los jóvenes expresan que facilita y permite bailar, conectarse y experimentar y cultivar la música electrónica. Según nos relataron los entrevistados, en estos años el acceso a las pastillas no resultaba difícil porque ya se había conformado una red importante de vendedores. Era frecuente ver en estos lugares grupos de personas con potes de crema masajeándose, tocándose, buscando conectarse desde lo sensitivo. La música y el baile eran elementos centrales.

Lo que se vivió en Pachá fue muy fuerte. Había un dealer cada tres pasos, había mucha gente consumiendo pero a un nivel elevado y era todo un ritual. La gente se preparaba desde las siete de la tarde y le agarraba una adrenalina y salía nadando a la noche. La gente llegaba a las ocho de la mañana con el tope de energía, entonces los DJ se guardaban lo mejor del setpara ese momento. Entonces la gente se quedaba arando ahí arriba. Además lo que se vivía en el estacionamiento de Pachá era increíble, la gente iba saliendo y no podía parar de bailar, entonces ponían los estéreos de los coches y la gente se quedaba bailando ahí porque no se podía quedar quieta, es decir, seguía el boliche afuera con toda la gente bailando, los de prefectura mirando y pensando cuándo echamos a toda esta manga de locos. Y después se organizaba para ver a qué after se iba. Estaban todos panfleteando los after y la idea era cómo seguimos esto... (Paulino, 32 años).

En correspondencia con las relaciones de género, las mujeres que denominamos pioneras en la participación de estos eventos, nos comentaban que en este período no se sentían acosadas sexualmente por los hombres, que nadie miraba a nadie y que cada uno estaba en la suya. La sensación era de mucha libertad, experimentación, conexión con los otros y, fundamentalmente, con uno mismo.

Como expresan Collin y Godfrey, en cualquier cultura siempre hay fricción entre, al menos, dos ideologías que rivalizan:

la elitista contra la populista, la vanguardista contra la de masas. Aunque es innegable que estos momentos estuvieron marcados por estos conflictos, el espíritu dominante de la cultura del éxtasis desde su inicio fue la inclusión. Ofrecía una serie de posibilidades para que los y las jóvenes pudieran definir su identidad, era algo infinitamente maleable y abierto a nuevos significados (Collin y Godfrey, 2002: 15).

Sin embargo, en los discursos de los jóvenes que integran la cultura dance de la Ciudad de Buenos Aires aparece una marcada contradicción entre la idea de integrar a todos, como un ideal de no discriminación y aceptación de la diversidad, pero que en la práctica funciona con la aceptación de unos pocos.

Recordemos que si bien formalmente los recursos simbólicos están al alcance de todos, efectivamente esto no ocurre. En este sentido, existe una serie de inhibiciones y desvalorizaciones internalizadas en algunos sectores sociales que lleva a que no busquen estos lugares de recreación por varios motivos: falta de conocimiento, poco o nulo manejo de la información para encontrar este tipo de eventos -muchas veces también requiere de un manejo de técnicas específicas (Internet)-, el miedo a salir del territorio conocido, por tanto colonizado, a otro en el que se es turista, en el que por ser un territorio desconocido hay que asumir los riesgos que esto implica.

Y por último a partir de 2002, período de masificación, un factor que influyó en la popularización fue la aparición en el país de las fiestasCreamfields.9 La primera edición de este evento en Buenos Aires fue en 2001 y la concurrencia alcanzó a 18.000 personas aproximadamente. Esta mega fiestase realiza ininterrumpidamente desde hace 13 años y cada año convoca a un mayor número de concurrentes. Una vez que el fenómeno se masificó en la Ciudad de Buenos Aires, según los entrevistados, las situaciones de no discriminación coincidentes con los resultados de investigaciones realizadas en España, no perduraron.

En cuanto al uso de drogas de síntesis también se observa un aumento considerable en cantidad y variedad de pastillas que se consumen, lo que genera una disminución del precio y la calidad de las mismas. Los jóvenes que experimentan con estas sustancias lo hacen a edades más tempranas.

Hasta el 2001 había éxtasis buenísimo y después cuando empezó a haber problemas económicos empezaron a hacer el éxtasis acá y le metían cualquier cosa. Y la gente terminaba rabiosa, porque yo ví el cambio con el éxtasis más barato, le ponían mucha anfeta y mucho menos MDE (metilendioxietil anfetamina) ó MDA (metilendioxianfetamina) que es lo que te produce el efecto placentero y que viene más del opio. Con la anfeta la gente quedaba rabiosa, mandibuleando. había gente haciendo fuerza contra nada y no los veías disfrutar realmente sino que veías a la gente realmente con una descarga muy fuerte de energía que no podían desembocar y además empezó a pasar que por ejemplo Pachá se llenó. Hubo un momento que había gente muy anfe-teada y no pudiéndose mover, eran como vacas adentro de un camión, era algo desesperante. Yo fue ahí que me angustié y no quise ir más, basta con esto porque. primero estaba sobrevendido, no podés vender tantas entradas, man. No se puede disfrutar estando sobre-vendido. Después que empezó a haber drogas cada vez más baratas y gente más agresiva y. dejó de ser placentero (Rolo, 30 años).

Las relaciones de género, según nos comentaron las entrevistadas, vuelven a los roles más tradicionales, en el sentido de que la iniciativa en la conquista debe ser tomada mayormente por los varones. De todos modos, las mismas entrevistadas manifiestan que el acoso sexual lo sufren menos que en otros espacios de diversión nocturna. Estos lugares parecen seguir brindando a sus concurrentes ciertos atributos que no consiguen en otros lados: primero porque las drogas de síntesis, y fundamentalmente el éxtasis -que son las sustancias que según los jóvenes que más se consumen en estos lugares-, presentan muy buena fama ya que su consumo y sus efectos no deseados se puede controlar, lo que hace que se viva un clima de armonía y empatía entre los concurrentes características que adjudican a los efectos de esta sustancia y contraponen con los que generan otros consumos de drogas; en segundo lugar, la escasa violencia presente en las fiestas, que brinda la sensación de seguridad; y como último aspecto a destacar, la ausencia de discriminación que contradictoriamente aseguran los jóvenes que se vive en estos eventos.

Sin embargo, en esta etapa aparece en algunos discursos, entre ellos de los denominados pioneros, una clara distinción entre lo que denominan la verdadera cultura electrónica (en donde prima lo distinguido, lo apropiado, lo delicado y lo exclusivo) y la manipulación comercial que fue imperando en estos últimos años. En los relatos se percibe un hastío producto de la masificación de este fenómeno.

(...) el éxtasis si algo te despierta también es eso... una sensación de amor y de "soy bello", de aflorar todo eso... Igual si te quedás mucho tiempo te empieza a resultar patético. y sobre todo cuando te das cuenta que se van copiando la formulita: me pongo el anteojo naranja, y me pongo la remerita. y ya es como que hay toda una cultura muy copiada. se puso de moda entonces uso eso. Además se instalaron pasitos de baile, viste, todos bailaban igual, y esto era lo increíble antes de las fiestas... como que había un nivel de expresión con el cuerpo, nadie bailaba igual. además eran unos ¡desfachatados!, muy divertidos. La gente bailaba casi teniendo convulsiones, era rarísimo y era lindo de ver (Paulino, 32 años).

De todos modos este tipo de actividades recreativas nocturnas siguen diferenciándose de las que durante décadas conquistaron las salidas nocturnas de los jóvenes de clase media en Buenos Aires: las discos. Las lógicas de funcionamiento de unas y otras parecen no cruzarse en ningún punto. En estos eventos no hay porteros que lleven adelante una lógica de selección de los estéticamente idóneos para poder entrar a la disco, sino que la exclusión está dada por el alto costo monetario de la entrada o la dificultad para conseguir la información. Tampoco hay tarjeteros que promocionen el lugar, al contrario, la publicidad no está disponible, tiene la lógica de la invisibilidad, hay que saber decodificarla ya que nunca es explícita y clara, sino que es sólo para entendidos.

En cuanto a lo musical, mientras que en las discos se encuentran ritmos variados por los que el DJ transita durante la noche: rock, marcha, pop, melódico, cumbia, etc., la música electrónica no convive con ningún otro estilo musical.

Los reservados presentes en todos los boliches se caracterizaron por ser las zonas menos iluminadas, donde la sombra simboliza el lugar de lo que no está permitido a la luz, lo que no se puede mostrar: el encuentro sexual y sensual entre las parejas. Estos espacios fueron recreados en los chill out, zona de relax, el único lugar en donde no se baila sino que sólo se escucha música que, por lo general, al ser más tranquila invita al descanso y en muchas oportunidades permite que los consumidores de drogas logren disminuir los efectos no deseados ocasionados por el uso de las mismas. Se establece así un pasaje de un lugar privado para el encuentro íntimo con el otro a uno público en donde se exhibe el encuentro sexual sin restricciones.

Para concluir con el desarrollo del proceso de incorporación de la cultura dance en la Ciudad de Buenos Aires, resulta oportuno retomar el relato de uno de los jóvenes, quien se mostraba optimista con esta tercera etapa porque si bien el período anterior (segundo período 1999-2001) puede asociarse con un despertar el momento actual, a pesar de haberse masificado y ubicado dentro de una fuerte lógica comercial, lo caracterizan de la siguiente manera:

A mí me parece que lo más bueno está viniendo ahora, cuando hay una cosa decantada, de maduración. Si querés ir a la joda vas a la joda pero también hay gente que está investigando, gente que hace cosas copadas, gente que desarrolló otros aspectos y... si querés tenés la fiesta de 30.000 personas: la creamfields que vas y consumís y si querés tenés una noche especializada de drum & bass (el martes a la noche), para mi esto es lo mejor. es más conciente es más maduro... A la distancia desde el 99 al 2001 fue una fiesta y se dió en un contexto... no es casual que haya sido la época del menemismo de que haya habido una bienaventuranza económica, no es casual que en Europa el "verano del amor" se haya dado entre los 80 y principios de los 90.

En las dos últimas etapas descriptaslas drogas de síntesis-y el éxtasis como su máximo representante-fueron elementos significativos. Como surgió de los relatos de los entrevistados, los primeros en consumir dichas sustancias fueron grupos minoritarios, de jóvenes que viajaban al exterior, circunscriptos a círculos elitistas, que buscaban experimentar y explorar a partir de las drogas de síntesis pero cuando los circuitos de fiestas electrónicas fueron creciendo y masificándose las pastillas de éxtasis se convirtieron en un elemento característico y distintivo de estos escenarios, en tanto les ofrece ventajas instrumentales: mantenerse despiertos, bailar durante largas horas, divertirse, entrar en estados diferentes, sentirse bien consigo mismos.

Asimismo, el uso de éxtasis en grupos cada vez más ampliados y las escasas situaciones problemáticas asociadas a este tipo de consumo evidenció que el uso de drogastambién podíaser controlado y compatible con el mantenimiento de los vínculos sociales, el trabajo y el estudio. El uso social o recreativo de drogas por parte de estos jóvenes no debe ser entendido en términos de trasgresión sino como un intento de adaptación a un estilo de vida juvenil. Los significados en torno al consumo de éxtasis que manifestaron los entrevistados de la muestra estuvieron relacionados con las exigencias que las fiestas electrónicas proponen.

Resumiendo, podemos decir que para este grupo de jóvenes que participan de la escena dance porteña, el uso de drogas es una práctica cada vez más esperable y menos reflexiva. En los últimos años el menú psicoactivo ofrecido en estos escenarios se diversificó y fueron sumándose otras drogas como popper,10 ketamina,11 lanzaperfume.12 Por otra parte, se observa una progresiva pérdida de estos espacios recreativos nocturnos como lugares inclusivos y tolerantes a las diferencias, sin embargo, continúan brindando a sus concurrentes la sensación de seguridad y de no discriminar.

El uso de éxtasis da visibilidad y masividad a la categoría de consumo recreativo o social de drogas como una práctica de jóvenes de sectores medios, medios-altos. Así, el consumo de drogas puede dejar de ser pensado como propio de colectivos marginales, lo que permite romper con la asociación droga-juventud-delito. De todos modos, entendemos que la aparente heterogeneidad que presentan los gruposen el consumo de drogas oculta similitudes: búsquedas de placer, emoción, desrutinización y ruptura con la cotidianeidad presentes en la mayoría de las experiencias, al menos iniciales, de los consumidores de diferentes sectores socio-económicos.

Los orígenes de la música electrónica

Con el nombre de música electrónica se denomina una serie de sonoridades que emplean para su producción e interpretación instrumentos electrónicos y tecnología musical electrónica. Cuando surge la música electrónica se establece una asociación exclusiva con la música académica, pero desde finales de los años 1960, las nuevas tecnologías habilitaron el proceso creativo a un mayor número de personas lo que permitió una mayor popularidad (Gilbert & Pearson 2003; Blázquez 2011).

En lo que refiere a este nuevo estilo musical denominado electrónico, cualquiera podía crear su propia música, no hacían falta las cuerdas vocales de una diva o una orquesta. Un elemento fundamental en este proceso fue la caja de ritmos comercializada por la marca Roland a principios de la década de 1980, que, como paradoja, por esos años era considerada obsoleta y ya no se fabricaba, pero los jóvenes artesanos de Chicago la reinventaron con nuevas posibilidades para las cuales nunca había sido originariamente creada. Como en algún momento expresó el escritor William Gibson la calle encuentra usos propios para las cosas (Collin y Godfrey 2002).

En lo que respecta a la música electrónica encontramos que las mezclas del estilo electro con el house generaron, a mediados de los ochenta en Estados Unidos, la música techno (en Detroit, Michigan) y la música house (en Chicago, Illinois). Sus inicios se remontan a los clubes nocturnos gays afroamericanos como The Warehouse (cuyo DJ principal era Frankie Knuckles), club que dio su nombre a este estilo musical. A partir del house y el techno surge una variedad de subestilos cada vez más amplia a la vez que específica.

Collin y Godfrey advierten que (.)

las discotecas gays negras han servido siempre de caldo de cultivo de nuevas evoluciones de la cultura popular, como laboratorios donde la música, las drogas y el sexo se cruzan para crear innovaciones estilísticas que lentamente se infiltrarán en la sociedad blanca y heterosexual (2002: 23).

La popularidad de la música electrónica se logra a fines de los años ochenta, cuando también en Europa productores y DJs empezaron a producir y a dar a conocer temas techno y acid house con fuertes influencias del pop. El desarrollo del techno y el house en Estados Unidos a lo largo de la década del ochenta y el posterior movimiento británico de acid house, de fines de los ochenta a principios de los noventa, permitieron el desarrollo y la aceptación de la música electrónica en las discotecas de estos lugares. En síntesis, el salto al éxito de masas se inició, como afirman Gamella y Álvarez Roldán (1999), en el Reino Unido desde donde, curiosamente, no sólo se extenderá por Europa, sino que retornará a Norteamérica transformada en una música de ida y vuelta, enriquecida con las influencias culturales de estos pueblos. En la consolidación de esta música parece haber jugado un papel decisivo la estancia de varios de sus iniciadores (DJ's y productores) en Ibiza, lugar mítico para este movimiento.

La composición electrónica crea ritmos más rápidos y de una precisión que no se había logrado hasta el momento con la percusión tradicional. La música dance puede presentar sonidos de instrumentos tradicionales y voces que son alterados electrónicamente. Los importantes avances tecnológicos acompañados por la caída de los precios en los equipos electrónicos hicieron que también los incorporara la música popular.

Estos estilos musicales se caracterizan por un continuo uso de remezclas (volver a editarlo agregándole nuevos elementos), en muchos casos de temas de épocas precedentes. El avance de la informática hizo que cualquiera que lo deseara pudiera crear música en su casa. Esta época se caracterizó por un hazlo tu mismo que provocó una invasión de productores que comenzaron a hacer escuchar su música. En este sentido, muchos DJs evocan esta época como la democratización de la música, en la cual Internet resultó una herramienta importante en tanto permitió colgar los discos que sus autores componían para que circularan y se conocieran por un canal que no tenía costo económico. Esta apertura para la composición musical parecía prescindir de una educación musical y de experticia para tocar algún instrumento. En este momento el que se lo proponía podía componer música desde su casa. Pero los procesos remarcados por Collin y Godfrey (2002) de distinción, jerarquización, domesticación de la originalidad y de autoría se impusieron tan rápidamente en este nuevo ámbito que no pasó mucho tiempo para que se crearan departamentos en grandes casas discográficas y del espectáculo para explotarlo.

Como explica Fabián Beltramino (2004) el house se inició a partir de la experimentación con los sonidos graves que producía un modelo sintetizador Roland TB-303, sonidos muy distorsionados al punto de parecer deformados, como cuando se deforman ciertos objetos ante la visión por la acción del LSD, figura que habría dado lugar a la denominación acid house. La posibilidad de manipulación y reformulación de estilos sumamente diversos mediante procedimientos de mezcla, remezcla y entramado; hibridación que estos medios técnicos permiten, implica una transformación importante en la noción de composición musical a partir del hecho de que se trata de la mezcla de música previamente compuesta. A este primer nivel de hibridación en el estudio hay que sumarle, en el contexto de la raves, fiestas, clubs, un segundo nivel de mezcla en vivo del sonido procedente de los discos con la de los sintetizadores y samplers13 por parte de quien ejerce el rol de creador musical en esta escena: el discjockey.

Un elemento fundamental es el cambio que transitó la imagen del DJ, como figura principal a artista exclusivo a maestro de ceremonia; esto propició la autonomía estilística del DJ que ya no tiene que adaptarse al estilo musical del local en el que trabaja sino que el lugar es el que se adecua y transforma con el DJ de turno. El local queda al servicio de y definido por el artista.

El house tiene un ritmo suave y sensual en la batería, que aumenta dependiendo del subestilo. A pesar de la variedad de estilos musicales y de su constante surgimiento, el house mantiene mucho de sus raíces en los subestilos que se desprenden de él. Dentro de las variantes que existen las que se caracterizan por ser las más fuertes son: psychodelic trance, drum & bass y jungle, que se diferencian por sus percusiones extremas y por sus continuos sonidos atmosféricos.

El techno es un estilo de música electrónica bailable. Se caracteriza por un ritmo monótono, repetitivo -más rápido que el house- y la consecuente utilización de instrumentos electrónicos, como sintetizadores y samplers. A diferencia de otros estilos, el techno se lo identifica por no tener sonidos vocales o ser éstos mínimos. Asimismo, se estructura de manera repetitiva para maximizar el efecto bailable de la música. A fines de los años 1980, este estilo se empezó a popularizar en Europa, gracias al lanzamiento de la compilación "Techno!, The New Dance Sound Of Detroit" (Virgin Records UK, 1988) primero en Gran Bretaña y después en Frankfurt, y Rotterdam.

En el Reino Unido podemos dar cuenta de tres momentos en el techno: el acidtechno, el intelligenttechno y el experimentaltechno, diferentes en cuanto al concepto musical y a las estructuras. El primero surge específicamente en Londres durante el desarrollo de las llamadas Squat Party (o Free Party, antecedente primordial del concepto de rave). De todos modos, un poco más tarde Alemania se convirtió en el centro de la movida techno en Europa y en el creador de los medios de difusión para este estilo musical. A fin de ejemplificar podemos destacar la rave Mayday en Dortmund (1991), un nuevo concepto de fiesta que llegó a ser uno de los primeros eventos en promover el techno en Europa junto con la Loveparade de Berlín. Mientras en Europa se daba un desarrollo sustantivo del techno, en Estados Unidos (principalmente en su cuna, Detroit) aún el estilo se desarrollaba de manera underground, aunque surgía uno de los sellos más importantes en la promoción del techno a nivel mundial: Underground Resistance.

A mediados de los 90, la música dance comercial se hizo muy popular en todos los países de Europa y en Estados Unidos, alcanzando elevados niveles en las ventas del género, producto de la difusión masiva en radios y fiestas, discos y clubs nocturnos. La música techno y las housepartys se convirtieron en todo un símbolo de una nueva clase de entretenimiento, accesibles sólo para los sectores socioeconómicos medio o medios altos. En Japón la escena techno comenzó con un crecimiento muy incipiente logrando ser cada vez más influyente. Por último, en Sudamérica (particularmente en las ciudades más importantes de Argentina, Brasil y Chile) la música electrónica comienza a sonar en los años 90. Sin embargo, el fenómeno denominado cultura dance, que incorporó a las características ya descriptas particularidades locales, comienza a consolidarse recién en 1995 como un nuevo movimiento musical.

Resulta sorprendente la vertiginosa propagación de este estilo musical en todo el mundo. Pocos elementos de consumo lograron trasladarse tan rápidamente en países tan diversos. Algunos autores dan cuenta de este proceso como un momento de globalización de sonidos y estilos, en los que las fuerzas homogeneizadoras del consumo dejan atrás las fronteras socio culturales -idioma, nacionalidad- e instalan nuevas prácticas y gustos que anclan en todos los lugares de igual manera, como si fueran independientes de la historia, la cultura y de los factores sociales de cada lugar. De todos modos, no se desconoce la existencia de una serie de adaptaciones locales dentro este proceso global (Gamella y Álvarez Roldán, 1999).

Si bien los estilos que se derivan del house y del techno son sumamente diversos y difíciles de precisar en sus características y límites internos, es posible afirmar que poseen ciertas apariencias comunes. Por un lado, la exigencia de volumen alto se convierte en un rasgo estructural. En el contexto de los escenarios donde se escucha esta música, el elevado volumen va asociado con la obturación de una comunicación verbal (al menos relajada) entre los concurrentes, así como también de la posibilidad de tener una percepción más corporal que auditiva de lo sonoro. Por consiguiente, se observa una preferencia de los estilos con frecuencias bajas (infrasonoras en algunos casos) que generan una conexión física con la música, relacionada con la materialidad misma del sonido y no con la sobrecodificación de esa materialidad en un lenguaje musical más o menos compartido (Beltramino, 2004: 102).

Retomando la idea de Urresti (1994), entrar en los lugares de diversión nocturna significa entrar en la música porque la música inmediatamente se apodera de quien entra en ellos. El autor explicaba (hace varios años atrás, cuando aún no existía la música electrónica en nuestro país) que dentro de los locales de baile, la música sufría un proceso de solidificación del sonido, es decir, que el altísimo nivel de decibeles de la música densifica su volumen, aumenta su peso específico, lo corporiza. Más que escucharse, la música se siente como si presionara en el cuerpo.

Otro aspecto compartido por estos dos subestilos es el papel secundario y marginal que ocupa la voz humana en estos estilos de música. Las voces, cuando aparecen, lo hacen de manera velada o las integran a una trama sumamente distorsionada, lo que se conoce como el remixado14 de una canción, en donde la voz aparece sólo como marca de origen, que da cuenta de una canción de épocas precedentes. Esta música, que tiene como rasgo distintivo que está hecha sobre todo para bailar y no para escuchar, ya que apenas se basa en el texto, necesitó de todos modos de una gran variedad de nuevos conceptos que en muchos casos se mantuvieron sin traducción y se volvieron comunes a discursos en varias lenguas cumpliendo una doble función: la de ser un elemento de distinción, y su contrapartida: la de contribuir a la creación de procesos globales.

Continuando con los rasgos que caracterizan a este estilo musical y a sus escenas surge la idea del non stop, del que nada puede detenerse, esto se consigue a través del encadenamiento de temas siendo la música la encargada de hacer cumplir este principio básico.

En síntesis, todos estos rasgos, mezclados e integrados, son los que favorecen a que esta música sea capaz de producir ciertos efectos psicotrópicos o alucinógenos en los concurrentes. En términos de Gamella y Álvarez Roldán (1999) el pulso constante del bajo junto a la danza monótona bloquea los pensamientos, afecta las emociones y entra en el cuerpo produciendo un estado físico de adormecimiento y un estado alterado de conciencia.

A 130 pulsaciones por minuto, el tiempo vuela. Sometidos a los ritmos repetitivos de la música dance, los relojes corporales, acostumbrados a 70 latidos cardíacos por minuto, contabilizan mal el tiempo. El cansancio es otra forma que tiene el cuerpo para reconocer el paso del tiempo (...) y cuando no hay letra, es difícil juzgar la duración de la música. "Mezclo la música de forma que parezca una larga canción del primer al último disco", declara LxPacific, pinchadiscos holandés (.). A unas 130 pulsaciones por minuto, la música se hace hipnótica. Los bailarines se desploman a menudo en la pista de lo agotados que están.15

Procesos de individuación en jóvenes de sectores medios

Los jóvenes que participaron de nuestro estudio mostraron un interés particular en los encuentros nocturnos que llevan a cabo con sus pares en estos escenarios caracterizados por la música electrónica y el consumo de drogas de síntesis, al experimentarlos como lugares que propician situaciones y relaciones sociales diferentes a las que cotidianamente ocurren en la sociedad. Es decir, de sus relatos surge una marcada diferenciación, que mencionan a partir de las categorías dicotómicas adentro y afuera de estos eventos, en donde la categoría adentro expresa un sentimiento altamente positivo porque los hace sentirse ligados a los otros, lo que no experimentan en otros ámbitos de sus vidas.

De este modo, encuentran en estos escenarios nuevas formas de relacionarse con sus pares en donde los vínculos cara a cara, las sensaciones corporales, el entendimiento y la buena convivencia son rasgos altamente valorados por ellos.

El análisis de los relatos biográficos tomados a los jóvenes en este estudio reveló que las categorías sí mismo (yo), nosotros y otros (ellos) aparecían como significantes privilegiados al momento de narrarse (Ricoeur 1996; 1999). Además, se pudieron especificar dos escenarios delimitados y contrapuestos a los que se referían las personas entrevistadas: adentro y afuera de los eventos festivos extraordinarios a los que concurrían (fiestas electrónicas como, por ejemplo, Creamfields).

El discurso sobre el SÍ MISMO

La descripción que los entrevistados hacen de sí mismos da cuenta de una búsqueda por explorar nuevas sensaciones, así como también de la distancia que mantienen frente a los condicionamientos sociales en torno a las formas de interpretar el mundo, su postura acerca del consumo de drogas, la sexualidad, los condicionantes que impone la moda y las formas de divertirse. Los jóvenes expresan que se alejan de los controles que rigen y regulan el mundo cotidiano a través del trabajo, la familia y la educación formal, y encuentran que estos escenarios festivos nocturnos les brindan la posibilidad de llevar a cabo la presentación de un sí mismo menos condicionado socialmente.

En estos escenarios festivos las personas jóvenes dicen mostrarse prescindentes de la mirada ajena, como si la mirada de los otros no fuera necesaria para constituirse en sujetos. En el juego de máscaras, esta percha o personaje -recuperando las categorías de Erving Goffman (1997)-, se convierte en hegemónica enel grupo de jóvenes estudiado. La interpretación del papel abúlico, de indiferencia hacia los otros, busca reforzar discursivamente la idea de aceptación de las diferencias, donde pareciera que cada uno puede pensar y actuar en consonancia con sus convicciones, sin por ello ser juzgado ni juzgar. Estas explicaciones expresan la idea de un sujeto inmanente, que puede construirse solo, que puede armarse y darse la forma que desee, una identidad que sigue las premisas de ármela usted mismo.

No obstante, entendemos que toda identidad necesita mostrarse para aparecer, comunicarse para hacerse real, es allí donde radica la importancia que adquieren los otros en este proceso de construcción el cual es inacabado y por tanto incompleto.

La estética de estos jóvenes persigue un estilo exótico buscando alejarse de los parámetros más clásicos y estandarizados que la moda impone, a la vez que buscan la diferenciación entre los concurrentes. En menor medida, se observan jóvenes que visten trajes futuristas, colores plateados, telas brillantes, formas de vestir que rompen abruptamente con la estética de moda. Dos objetos que unifican a todos los participantes y que aparecen como signo de pertenencia son los anteojos de sol y los teléfonos celulares, ambos tienen una función práctica además de estética, los anteojos cubren los ojos sensibles por el efecto del éxtasis, el celular facilita el encuentro con amigos cuando los predios son tan grandes y permite registrar los momentos especiales a través de las cámaras fotográficas y de video para luego publicarlo en las redes sociales.

Los jóvenes encuentran en la estetización de su persona y de los lugares a los que concurren una mediación expresiva entre el orden vigente (tradicional) de las cosas y su modo de entender y de habitar el mundo (capacidad de acción) (Chaves 2005). En síntesis, los jóvenes no sólo se presentan desde los relatos que esbozan acerca de quién soy sino también a partir de cómosoy estéticamente, y este punto incluye qué consumo, cómo lo consumo y cuáles son los sentidos que esos consumos invocan.

Entre estos elementos, el consumo de drogas de síntesis juega un papel preponderante, en tanto muestra el posicionamiento de los jóvenes frente a las mismas. Las drogas son aceptadas y aprobadas por estos grupos y consideradas no por su estatus jurídico, como sustancias legales o ilegales, sino por los beneficios/consecuencias que éstas les otorgan. El consumo de sustancias se vuelveasí una práctica plausible de ser mostrada. En este sentido, es interesante remarcar que algunos jóvenes que no consumen drogas de síntesis se muestran frente a sus pares como si lo hicieran, es decir, mientras bailan sostienen una botella de agua mineral, símbolo de haber consumido éxtasis, ya que se aconseja no mezclar esta sustancia con alcohol.

Como se observa en los dos fragmentos que citamos a continuación, consuman o no consuman drogas de síntesis, los jóvenes esbozan juicios desprejuiciados al respecto:

La onda de la droga es poder sentir algo distinto, no sé qué... la música o lo que sea... es sentir... son sensaciones. Vas, comprás y pagás sensaciones de distintas cosas de lo que sea... es así (varón, 29 años, no consumidor de drogas de síntesis).

Yo cuando tenía los viajes de éxtasis me daba cuenta que mi cuerpo estaba esperando un estímulo, que podía viajar a lugares fantásticos, que podía sentir la energía por el cuerpo, la sensación de desapego. Cuando me fui a Brasil dije voy a empezar a hacer yoga, acá tenía el prejuicio de que eran todas viejas, y allá me mandé. Lo de las viejas no era cierto porque era gente joven, viejos, de todo. Y ahí fui como experimentando con el cuerpo, y estuve como un año y medio, y me di cuenta que era como la parte que compensaba lo otro, era buscar un equilibrio más natural (...) Y lo bueno es que tenía un lugar con qué comparar, como yo ya había viajado con éxtasis sabía que había un lugar para ir. Y cuando encontré esto me di cuenta que era parecido a lo otro así que... (varón, 30 años, consumidor de drogas de síntesis).

El consumo no lo viven como algo malo per se sino como una práctica compleja en la que influyen varios aspectos, entre ellos: las características personales de los sujetos, el entorno familiar, los proyectos de vida y los modos de comprender el mundo (esquemas mentales de percepción incorporados en los procesos de socialización). Asimismo, casi la totalidad de los que habían consumido drogas de síntesis advirtieron que estas prácticas tienenuna fecha de vencimiento, es decir, que esto sólo durará unos años. Esto los lleva a romper con la representación social más consolidada y compartida socialmente en torno a la idea de carrera del consumo, en donde se comienza a consumir marihuana y se continúa de modo creciente con sustancias cada vez más nocivas; adhieren, en cambio, a otra idea, la de trayectorias de consumo, en donde se establecen diferencias entre uso, consumos problemáticos o situaciones abusivas de consumo y dependencia, entendiendo que el consumo de drogas puede también convertirse en una práctica más o menos estable durante toda la vida de una persona o que puede acompañarla durante algunos años de su vida y luego prescindir de su uso. En el componente cuantitativo de nuestra investigación, el cuál no desarrollamos en este trabajo, evidenció que la mayoría de los consumidores de éxtasis de la muestra, expresaron que prueban y mantienen el consumo de las drogas de síntesis reservado para determinados momentos de sus vidas, por lo general, los vinculados al ocio y/o la diversión, no manifestaron ningún inconveniente asociado al consumo de estas sustancias (Camarotti 2012).

Como se desprende del fragmento posterior, a algunos entrevistados el consumo de éxtasis les permitió llegar a ciertos estados mentales y corporales que no habían logrado hasta ese momento. De todos modos, reflexionan acerca de la posibilidad de dejar de consumirlas y buscar otros modos de alcanzar esos estados placenteros experimentados con las drogas.

O sea, con el éxtasis yo llegué a esa sensación a la que no recuerdo haber llegado con ninguna otra cosa. En esa época no encontraba comparación con otras cosas, porque uno empieza a buscar las similitudes. no sé, ¿el deporte me da esa sensación? No. ¿El sexo? Más o menos, y más si sos jovencito porque todavía no le encontraste la vuelta. Entonces te da como tristeza, saber que tu vida normal no va a llegar a esos niveles. Obviamente nunca va a llegar a esos niveles porque esos niveles son forzados por la química. Pero el poder llegar a estados más elevados de donde uno está normalmente, estando al natural, es una satisfacción grande (varón, 28 años, consumidor de drogas de síntesis).

Este modo de experimentar con las drogas marca una diferencia notoria con los discursos más instalados socialmente, los cuales siempre refieren a los jóvenes de sectores sociales bajos. En un trabajo de investigación que realizamos con jóvenes consumidores de drogas de estratos socioeconómicos bajos (Kornblit et al. 2004), la descripción que hacen de sí mismos frente a la pregunta de cómo describen su etapa de consumo de drogas advierten una sensación que definen como el estar anestesiados (estuve dormido, estuve ausente, no me daba cuenta). El ingreso en el mundo del consumo es visto así como vinculado con un modo de paliar los sufrimientos psíquicos. Se trata de sumergirse en un tipo de vida diametralmente opuesto al de ese período vital, en el que el principal referente es la droga, sea ésta cual sea. Casi todos los entrevistados hablan de un punto de inflexión, un momento en el que se inició el consumo, a partir del cual todo fue diferente. Queda atrás el malestar psíquico del período previo, y comienza una etapa en la que lo que se rescata es el bienestar producido por la droga, investida ésta de significantes fundamentalmente tranquilizadores.

En la mayoría de los casos presentaban similares trayectorias de rehabilitación por drogas(varios tratamientos, algunos inconclusos, dificultad en el acceso a los mismos) y luego de esta experiencia reflexionaban sobre cómo la droga profundizaba sus problemas, que el consumo sólo les permitía taparlos, no resolverlos. Como consecuencia de estos análisis, la reinserción social se plantea en términos de corte total con el mundo del consumo, haciendo notorias las debilidades de los sujetos que los llevaron a consumir. De esto se desprende la necesidad de rearmar una vida nueva anulando sus vivenciasy vínculos afectivos anteriores.

En oposición, los jóvenes que participan de la movida dancey que formaron parte de nuestro estudio no establecen una diferenciación taxativa y reprobatoria de su inicio en el consumo de drogas en un antes y un después en sus vidas, como en el caso analizado en el párrafo anterior, ni hubo menciones sobre la necesidad de tener que llevar a cabo un tratamiento de recuperación por los consumos problemáticos de drogas. Para el grupo de jóvenes entrevistados, el consumo de drogas, y puntualmente el de éxtasis, permite abrir nuevas posibilidades sensoriales y facilita las búsquedas interiores, la espiritualidad y nuevos modos de encontrarse con sus pares.

P) ¿Te ayudó todo esto a relacionarte con otras personas amorosamente?

R) No, no me ayudó a relacionarme con otros. Me ayudó a sentir. Me ayudó a conocer otra gente que por ahí estaba en la misma y que consume lo mismo de la misma manera. Es un grupo nuevo que se formó de ir a las fiestas electrónicas, a los boliches, a veces salimos a comer. Pero no me ayudó a relacionarme amorosamente con otras personas el éxtasis (varón, 38 años, consumidor de drogas de síntesis).

Para estos jóvenes el consumo de éxtasis está asociado con el placer y las nuevas experiencias, que si bien no siempre son positivas, en la mayoría de los relatos remiten a los elementos que el consumo les facilita para pensarse y descubrir nuevos mundos. De todos modos, en algunos de los discursos se mencionan también elementos negativos del consumo de drogas de ellos o de sus amigos, los cuales son analizadoscomo experiencias intensas, en donde la pasaron mal y las cuales preferirían no volver a repetir.

En sintesis, encontramos que estosjóvenes entienden los consumos de drogas como una práctica que, si bien presenta mayores riesgos que otras, no hace peligrar su salud; en ningún caso nos mencionaron la necesidad propia o de algún amigo de tener que realizar un tratamiento por consumo de drogas. La asunción de éste tipo de riesgos por parte de este grupo de jóvenes no es producto de la falta de percepción del mismo o de la falta de información, sino de la presencia de otros códigos construidos en oposición a los aceptados por la mayoría. De todos modos, se muestran atentos a no asumir más riesgos que los ineludibles (Camarotti 2010).

Los factores biográficos que los jóvenes utilizan para describirse no son arbitrariosresponden a ciertas narrativas dominantes del período histórico en el que se encuentran. En términos de Danilo Martuccelli (2007) son esas narrativas colectivas las que dictan, incluso subrepticiamente, el tipo de selección de elementos sobre los que me debo apoyar para construir mi biografía y mi identidad personal; por ello, para el autor el espectro de invención debe pensárselo de manera restringida.Este es un punto clave para analizar y comprender los modos que encuentran los jóvenes de vivenciar y reflexionar sus consumos de drogasy para entender las diferencias que se establecenentre consumidores de drogas de otros contextos sociales, económicos y culturales.

El discurso sobre el NOSOTROS

Como expusimos anteriormente, los jóvenes relatan que en estos eventos se sienten más libres, sin restricciones y condicionamientos sociales, expresan que la comunicación con el resto de la gente, tanto verbal como corporal, se torna más fluida y espontánea, todos están en la misma frecuencia persiguiendo el mismo fin: pasarla bien, disfrutar y conectar con el resto de la gente.A continuación incluimos un fragamento de entrevista en donde resume un poco estas sensaciones:

(...) es como el viejo sloganpeace. Está todo bien, parte de este movimiento que es cero bardo, o sea cada uno está en su historia. Vos por ejemplo ves gente bailando, que a mí me encanta, pero veo chicas gordas, vestidas como si fueran un palito, saltando en el medio de la pista... En otra época, las hubiesen bardeado y ahí no pasa nada. Es más, lo más probable es que se hagan amigas de ellas, que los veas a todos charlando. Eso está bueno. En otra época las aislaban, las bardeaban, hoy todo eso no pasa, supongo que será parte de la cultura (varón DJ, 40 años).

Los jóvenes manifiestan que en estos encuentros con sus pares comparten valores culturales (basados en lo estético), una fuerte armonía en los vínculos sociales y una alta valoración de la solidaridad, lo que los hace sentir que rompen con situaciones cotidianas y rutinarias pudiendo relajarse y sentirse cuidados. De este modo, manifiestan la importancia del encuentro con los otros, de las relaciones cara a cara, las sensaciones corporales, el entendimiento y la buena convivencia. El nosotros que construyen estos jóvenes presenta barreras débiles, en tanto logran conformar un grupo de pertenencia, un nosotros,precario y fugaz.

Ellos manifiestan que estos eventos, les permiten volveral mundo cotidiano con la sensación de haber construido un espacio diferente aunque sea por breves instantes. Los jóvenes encuentran en estas fiestas la ilusión de estar creando un momento efímero pero necesario para vivir en sociedad. De todos modos, en sus discursos surge una tensión, por un lado la apuesta es crear un mundo privado y confiable, pero, por otro, no todos podrán acceder. La comunidad ideal será para unos pocos, los iguales, y para que ello ocurra los otros, los diferentes, los no confiables deben quedar por fuera. Los dos escenarios que quedan conformados adentro - afuera de las fiestas representan la primera diferenciación entre las categorías delnosotros y de los otros. Es decir, establecen una diferenciación entre los jóvenes que concurren a estos eventos y los que no.

A diferencia de lo que revelan otras investigaciones con usuarios de drogas (Kornblit et al. 2004), comenzar a consumir drogas no los lleva a un cambio abrupto y radical con el grupo que forma parte del nosotros, al contrario, funciona como un vehículo para la ampliación de nuevas amistades. Es decir, al grupo existente de los íntimos -familia y amigos- se suman otros vínculos, nuevos afectos.

En cuanto a las explicaciones que advierten que los consumidores de drogas caen en el consumo por problemas familiares quedan refutadas, al menos en los relatos de estos jóvenes, ya que en la mayoría de los casos se hace manifiesta una buena relación con los padres.

No podemos dejar de destacar el papel que los medios de comunicación han tenido en los últimos años en la construcción de la asociación entre drogas-delito-juventud, convirtiéndose en uno de los principales encargados de mostrar el consumo de drogas de los jóvenes de sectores bajos como un hecho alarmante, mientras que por otro lado tuvieron un tratamiento diferente con el fenómeno del consumo de drogas de síntesis. Si bien un gran número de noticias da cuenta de un novedoso, creciente y alarmante consumo de drogas de jóvenes de sectores medios, con máximos niveles de educación, la principal preocupación hace referencia a evitar los problemas para la salud que estos consumos puedan generarles. Como queda expuesto, en el tratamiento de estas noticias no sólo se busca despertar la alarma social de la población general sino que también revela que para nuestra sociedad estos jóvenes no resultan una amenaza sino que se busca alertar sobre los riesgos y daños que el consumo de drogas puede provocarles.

Lo novedoso de estos encuentros festivos es que los jóvenes no constituyen la grupalidad como resultante de lo barrial, donde lo cotidiano y rutinario es la constante. Por el contrario, los grupos que se establecen en estos escenarios de fiesta están caracterizados por la volatilidad y la fugacidad de los vínculos. A continuación incluimos un fragmento que muestra cómo el éxtasis facilita el encuentro con los otros, no en términos sexuales, sino permitiendo las relaciones entre pares.

(...) a mí me pasó que durante los eventos que estaba bajo el efecto del éxtasis podía relacionarme con todo el mundo, y estaba todo bien. Me ayudó. Me ayudó a desinhibirme, sobre todo, porque yo la sensación que tengo es de mucha fraternidad, entonces de repente rompés con prejuicios o miedos, y ves a la otra persona como una par tuya, y te animás a contar lo que te pasa, a expresarte, es como que construye puentes, y es super placentero. También tiene que ver con ser consciente de que vos eso lo lográs en un estado, con un efecto influenciado por el éxtasis. Pero, bueno, es válido. Me ayudó en ese aspecto, y también fuera de ese efecto, al otro día, porque ya no tenés ese mambo de te llamó o no. Esto te permite comenzar y continuar con esa relación. Porque vos, de alguna forma, con esa persona encontraste un código, que ocurrió esa noche, y después al otro día no sentís lo mismo porque tenés otro estado pero recordás lo bien que la pasaste, o el buen trato que tuviste, o cómo se divirtieron. Es parte del código, podés entenderme a mí de lo que yo estoy hablando si vos tomaste el éxtasis. Si no no vas a realmente entender, porque uno no puede llegar a sentir las mismas cosas, ¿no? Entonces te permite encontrar códigos en común, que de otra forma sería más teórico.

No hay forma. También en la personalidad, el hecho de que vos estés tomando algo con alguien te genera una homogeneidad en la manera de ver las cosas, en la manera de atravesar los miedos. Hay como un montón de cosas., hay mil cosas más, pero, digamos, es un puente que vos unís, que vos logras construir (varón, 35 años, consumidor de drogas de síntesis).

Asimismo, en los relatos aparecen diferentes modos de pertenecer. Los espacios VIP16 son el claro ejemplo de esta diferenciación. La persona con consideración VIP tiene acceso a zonas restringidas, en donde no es el dinero el que habilita o no a su ingreso sino los contactos. Entre los beneficios de pertenecer al grupo VIP se encuentran los de no pagar la entrada, no hacer fila para ingresar al lugar y en muchos casos tener otra puerta de acceso, disfrutar de un espacio selecto, en donde pueden observar al resto del público sin ser vistos por los otros.

Podemos decir quela estética de los lugares a los cuales concurren, sus modos de presentarse y mostrarse en público, la elección del estilo musical que escuchan, les permite a los jóvenes aparecer y validar sus formas de actuar en el mundo. De este modo, los espacios de socialización que habitan les proveen formas para recrear lazos afectivos y los protegen contra un mundo que resulta cada vez más inasible y complejo. Estos eventosson vividos como espacios comunitarios, estableciendo una distinción entre el adentro y el afuera que se relaciona con lo propio y lo ajeno. En estos espacios los jóvenes comparten valores culturales (basados en lo estético), una fuerte armonía en los vínculos sociales y una alta valoración de la solidaridad, lo que los hace sentir que rompen con situaciones cotidianas y rutinarias pudiendo relajarse y sintiéndose cuidados.

Esteescenarioprivado y confiable, compuesto por identicos, funda una comunidad compuesta por jóvenes que piensan y actúan de maneras similares, lo que les garantiza una sensación de protección, seguridad y confianza a costa de la invisibilización de lo diferente.

El discurso sobre LOS OTROS

En este puntose busca analizar los grupos que estos jóvenes hacen contrastar con el nosotros o con el yo. Según los entrevistados, el ellos queda integrado por los jóvenes de sectores socio-económicos bajos, que presentan estilos de vida diferentes. Según Anthony Giddens (i992)los estilos de vida son prácticas hechas rutinas, que se presentan en los hábitos de vestir, de comer, de moverse, de expresarse, en las preferencias por determinadas prácticas y consumos, en la gestión del tiempo, etcétera. El autor remarca que los mismos se adoptan, no se transmiten, lo que implica una elección entre un gradiente de opciones, no una imposición, pero tampoco una elección totalmente libre e individual.

A continuación incluimos el fragmento de una jóven que sintetiza lo que la mayoría de la muestra expresó cuando hacian referencia a los que no pertenecen a este lugar, los que quedan afuera.

Yo creo que la gente deja de ir a estas fiestas cuando se masifican hacia las clases bajas, viste cuando dicen "está lleno de negros", eso puede ser, hay lugares (...) que están llenos de gente que antes no iba. Te lo dicen así: "va gente que antes no iba", es muy loco, eso hace que se corran y no vayan, vayan a otro lado (mujer, 23 años, no consumidora de drogas de síntesis).

Para los jóvenes entrevistados el grupo delos otrosestará conformado por los jóvenes de sectores socieconómicos bajos y por aquellos con los que no comparten una reflexividad estética, ética, ni musical. La única música que queda validada en estos espacios es la electrónica, cualquier otro estilo musical es desaprobado. Si bien los sub-estilos musicales que presenta la música danceson difíciles de decifrar, conocer y distinguir, poder hacerlo marca diferencias entre un auténtico conocedor de este estilo musical y los que no lo son. En la fase cuantitativa, que no se presenta en este trabajo, casi la totalidad de la muestra negaba su pasado musical por considerarlo no adecuado con su elección actual. Es decir, la opción por la música electrónica funciona como borradura de sus trayectorias musicales anteriores (Camarotti 2010).

Los consumos de drogas legales e ilegales también encarnan los contrastes de los estilos de vida. A continuación incorporamos las explicaciones que esbozaron los entrevistados cuando vinculan los disturbios y las manifestaciones de violencias con los consumos abusivos de alcohol, mientras que el espíritu festivo, tranquilo y amigable queda vinculado a las fiestas electrónicas y al consumo de drogas de síntesis.

Hay diferentes cosas, por un lado, el nivel de educación de la gente pueda que sea superior, o quizás no lo sea, no es lo mismo el público que va a una fiesta electrónica, que el que va a una cancha de fútbol. Por otro lado, es cierto que el alcohol genera violencia y el éxtasis no, eso se ve. O sea el tipo que esta borracho es un tipo que está expectante, que es engorroso, provocador, insolente. El tipo que está drogado con éxtasis es un tipo que camina derecho, que no es violento, que tiene una actitud de acercamiento hacia la gente. El perfil del que consume éxtasis y el perfil del que esta borracho es muy diferente, después habrá que ver la personalidad de base de cada uno (.) pero el clima que se respira con unos y otros es diferente (varón, 30 años, consumidor de drogas de síntesis).

Esta explicación quedaría incompleta si no tenemos en cuenta que el mercado es el que cada vez más propone la segmentación a partir de los productos, lo que lo convierte en un gran colaborador en la definición de una variedad cada vez más amplia de opciones de vida y cuyo manejo se convierte en todo un arte.

En este sentido, Lash Scott y John Urry(i998) destacan que los estilos de vida en la modernidad tardía responden más a una personalidad que a una posición social. Por su lado, MikeFeatherstone (1991) observa que en ciertos grupos urbanizados, sobre todo en jóvenes de clase media con educación superior, se manifiesta la tendencia a asumir una postura más activa respecto del estilo de vida. En este sentido, se observa una tendencia hacia la estetización de la vida cotidiana, es decir, la preocupación por la moda y por la presentación del sí mismo a partir de los objetos que se seleccionan para mostrar.

Los jóvenes entrevistados pueden sumarse a la tendencia de los sectores que poseen ciertas ventajas en sus posiciones sociales, culturales y económicas, que buscan transformar los espacios en objetos de consumo estético que sólo podrán disfrutar o gozar aquellos que puedan interpretarlos.

Carlos Guzmán Cárdenas (1996) sostiene que el consumo no es el lugar de lo suntuario y de lo superfluo sino que cuando se consume también se piensa, se elige y reelabora el sentido social de lo público. Es por ello que, como afirman Mary Douglas y BaronIsherwood (1979), el consumo sirve para pensar. Pero además, permite ordenar políticamente cada sociedad.

De los discursos de los entrevistados se desprende que hay grupos de jóvenes que no deben ingresar a estos lugares porque no son parte de ellos.

R: la seguridad de drogarte dejó de pasar por qué es lo que estás tomando, ahora la preocupación es que cuando estás drogado no te roben todo o no te hagan algo. Antes había seguridad adentro de estas fiestas, te sentías seguro, no te pasaba nada. Yo te aseguro que si hoy vas a una fiesta y preguntás chicos: ¿cuál fue el problema? ¿hubo algo que los molestó? te van a decir que esto está lleno de negros cabeza, que esto cambió, que esto era otra cosa antes. Y puede ser.

P: ¿Y vos cuándo crees que se produce este cambio?

R: Y yo lo veo muy. hace dos o tres. Yo te aseguro que cuando yo iba a la escuela, tenía 17, 18 años yo no sabía lo que era un éxtasis, no sabía lo que era más que un porro y una línea de merca, ahora tenés un montón de drogas nuevas, y ves en la tele documentales. Y todo tiene que ver con todo porque hoy se siente atraído el pibe de clase baja con una droga, "¿por qué yo no puedo tomar esa droga?" Entonces va a esa fiesta, junta los 80 mangos, va a la fiesta, se toma una, y quiere pasarla bien, no quiere robar. Pero empezó pasándola bien en la fiesta, vió que se podía robar, vió que es fácil robar... ¿entendés? La primer fiesta se drogó, la segunda dijo: pará, no me voy a drogar, voy a la fiesta a hacer plata. Entonces, ya hay una mezcla gigante en la fiesta. Vas a ver una clase alta, una clase baja y una clase media muy marcada.

P: Bien, entonces resumiendo, lo que hizo que estás fiestas dejen de ser seguras es la mezcla de gente.

R: y. siii obviamente (mujer, 23 años, no consumidora de drogas de síntesis).

En la mayoría de los discursos de los jóvenes entrevistados aparecen los jóvenes de sectores bajos como el enemigo irreconciliable. Un grupo que no puede escapar a su destino de pobre, maleante, delincuente, estos atributos le son dados de modo inmanente; están inscriptos en su naturaleza de pobre.

A modo de conclusión

Como ya dijimos la riqueza analítica del concepto de identidad se basa en su ambigüedad. Por un lado, se refiere a rasgos exclusivos y propios de los sujetos, y por el otro, reenvía a un conjunto de perfiles sociales y culturales, históricamente cambiantes, propios del colectivo social de pertenencia (Martuccelli 2007). En síntesis, encontramos que la noción de identidad a la vez que da cuenta de la singularidad, remite a lo social en lo que se inscribe un individuo. Por ello, cuando titulamos el trabajo Individualmente juntos buscamos mostrar la tensión que expresa este grupo de jóvenes, quienes noperciben las coerciones que se les imponen en su construcción identitaria. Por el contrario, sostienen que pueden prescindir de los otros en la conformación de su identidad.

En el trabajo se indagó en torno a los modos que utilizan un grupo de jóvenes de sectores medios y medios-altos para enfrentar y subsanar las trasformaciones que ha sufrido el orden predominante, es decir, entender y describir las estrategias que utilizan los jóvenes para superar la fragmentación y el cambio de las diversas esferas y ámbitos de lo social.

En relación con este aspecto podemos concluir que los cambios que trajo la modernidad tardía llevaron a los sujetos a buscar sus propias reglas generando por un lado, incertidumbre y sensación de riesgo, y por otro, permitiendo un mayor espacio para la innovación personal. De este modo, el proceso de individuación se convierte en una de las características que mejor la representa porque logra evidenciar cómo a partir de la descomposición de las formas sociales existentes anteriormente, el orden social ya no logra explicar completamente las biografías personales. Compartimos el plateo de Martuccelli, que sostiene que no todo quedó librado a la reflexión de los individuos y a sus acciones personales sino que los hábitos heredados y las pre programaciones de roles sociales siguen condicionando a los sujetos.

La nueva situación social produce incertidumbre y se expresa bajo la forma de padecimiento individual, mostrando el agotamiento de un modelo de Estado o de acumulación económica basado en la racionalidad como factor único y determinante. En este contexto, el surgimiento de nuevas formas de sociabilidad corrobora la necesidad de encontrar nuevos soportes por parte de los actores, asimismo evidencia que no todos quedan habilitados de la misma manera para disponer de dichos soportes, lo que da cuenta de que las trabas estructurales continúan condicionando a los sujetos que encarnan estos cambios. De todos modos, en este proceso los individuos siguen necesitando de los otros para constituirse, las identidades siguen siendo el producto de un intercambio con los otros (individuales o institucionales).

Por consiguiente, la reflexivilidad estética, si limitamos nuestro análisis a este grupo de jóvenes de sectores socio económicos medios que concurren a este tipo de escenarios nocturnos caracterizados por la música electrónica, juega un papel preponderante en tanto constituye y permite una manera diferente de relacionarse consigo mismo y con los otros. Cabe aclarar que esto no genera espacios de encuentro que atraviesan los diferentes estilos y estéticas, sino que se circunscribe a los jóvenes que poseen biografías y posiciones socio económicas similares.

Como es esperable, las identidades resultantes de estos espacios de diversión nocturna, a la vez que se modifican por el modelo de organización social, también lo tiñen e impregnan con nuevas características, entre las que se destaca la variabilidad y las múltiples formas de la expresividad juvenil. La falta de marcos institucionales o la escasa representación que los jóvenes padecen, sumada a la imposición social de construir identidades propias, diferentes y exclusivas, lleva a que los jóvenes se encuentren con escasas herramientas para poder enfrentar la imposición de construir sus identidades. Ante la pérdida de autoridad simbólica de otras instituciones socializadoras tradicionales estos jóvenes encuentran que los nuevos espacios de sociabilidad les ofrecen modelos de identificación, reglas y significados que les sirven de apoyo en la búsqueda de una identidad propia. En este sentido, la estética de los lugares a los cuales concurren, sus modos de presentarse y mostrarse en público, la elección del estilo musical que escuchan, les permite aparecer y validar sus modos de actuar en el mundo. Los espacios de socialización descriptos les proveen formas para recrear lazos afectivos y los protegen contra un mundo que resulta cada vez más inasible y complejo.

Por otra parte, el uso/consumo de drogas de síntesis ocupa en los espacios de sociabilidad nocturna un lugar preponderante. Ningún joven dejó de mencionarnos su relación o vínculo con las diferentes drogas de síntesis, las consuman o no las consuman. Por otra parte, el consumo de alcohol, a diferencia de lo que muestran la mayoría de las investigaciones con jóvenes, si bien es una práctica habitual y extendida en este grupo no es la más mencionada por ellos; queda opacada por la irrupción del éxtasis como elemento novedoso y distintivo, características que lo posicionan entre los concurrentes con una valoración altamente positiva. Este consumo asociado al placer y a las nuevas experiencias facilita las relaciones con los otros, la empatía, exalta la afectividad, el disfrute de la fiesta y permite romper con lo cotidiano.

Analizar cómo viven y definen los jóvenes sus actividades y prácticas del tiempo libre nos permite analizar la contradicción que sufren entre, por un lado, el tiempode los rituales personales y grupales vividos como desrutinizantes y definidores de la propia identidad; y por el otro, el de las rutinas impuestas por las instituciones, tanto del estado como del mercado que, si bien son vividas como ajenas (mundo adulto), no pueden ser eludidas en la organización de la propia biografía.

Los escenarios recreativos nocturnos que hemos estudiado terminan actuando por carencia o falta de otros espacios más propicios, como lugares de referencia para estos jóvenes. Si bien los jóvenes lograron modificar la representación social del consumo de drogas distinguiendo entre consumos no problemáticos y otros que sí lo son, el consumo de drogas sigue apareciendo como una práctica esperable asociada fuertemente a la idea de ser joven.

Estos jóvenes representan un desafío para los abordajes sobre juventud desde las ciencias sociales, ya que justamente lo que los define es el permanente esfuerzo por escapar, desde su propia existencia individual, a toda definición o simbolización que busque homogeneizarlos o estandarizarlos.

Notas

2. El origen social de los entrevistados se definió empíricamente a través de los siguientes indicadores: máximo nivel de estudio alcanzado, ocupación y máximo nivel de estudios alcanzados de la madre de los entrevistados

3.Sustancias producidas por síntesis química, generalmente compuestos anfetamínicos a los que se añade algún componente de efecto alucinógeno (Tu Guía del Plan Nacional del Ministerio del Interior de España. Esta guía se distribuye gratuitamente en los lugares de diversión nocturna española).

4. El término raves es una palabra inglesa que significa delirio, entusiasmo. La participación masiva de los jóvenes y su extensión a varios países han hecho que este fenómeno se convierta en un verdadero movimiento social. Estas fiestas comienzan realizándose separadas de los circuitos comerciales y se caracterizan por pasar música house o techno (Calafat, Montserrat, Becoña, Fernández, Gil Carmena, Palmer, Sureda, Torres 2000).

5. Como destaca Astrain (2001) en España lo que contribuyó en gran medida a la extensión de este fenómeno fue el papel que jugaron los medios de comunicación: en el caso del éxtasis, se lo significaba de manera altamente positiva, se presentaba como una sustancia asociada con la belleza, el sexo, el placer y los ambientes de moda. Las características distintivas de este fenómeno en Pamplona estuvieron basadas en el surgimiento de varios locales y discos que adscribieron a este nuevo tipo de música en donde el consumo de nuevas sustancias en cápsulas conocidas como mescalinas se convirtieron en una práctica esperada (las cápsulas confiscadas entre 1985 y 1987 revelaron que contenían principalmente MDA (metilendioxianfetamina), según Gamella y Álvarez Roldán (1999).

6. Lugar recreativo cercano al barrio Saavedra en la Ciudad de Buenos Aires.

7. El verano del amor fue en 1967 en California, pero muchos ven como reflejo de ese momento histórico el verano de 1988 en Ibiza, por eso lo denominan el segundo verano del amor.8. Pachá es una disco que se caracteriza por pasar música electrónica. Está ubicada en la Costanera Norte de la Ciudad de Buenos Aires. Allí funciona el Clubland, nombre que adopta el lugar los días en que hay sólo música electrónica.

9.Creamfields es un festival que se originó en 1992 en Liverpool, Inglaterra. Cream es una marca original inglesa que tenía su propio lugar bailable que tuvo que cerrar ya que comenzó a dedicarse a la organización internacional de las Creamfelds y al desarrollo del merchandising que las acompaña.

10. Nitrito de amilo o también se lo conoce como nitrito de isobutilo o nitrito de butilo. Se trata de líquidos incoloros y con un fuerte y característico olor. Suelen inhalarse con el objeto de aumentar el placer sexual. Los efectos se producen muy rápido, y su duración es muy breve.

11. Hidrocloruro de ketamina, un potente anestésico disociativo con un potente efecto analgésico.

12. Es una mezcla gaseosa, de la familia de los inhalantes, que se puede aspirar por nariz o boca.
*Contiene una combinación de éter, cloroformo, cloruro de etilo y una sustancia perfumada.

13. Se toman muestras de sonidos preexistentes para fabricar nuevos sonidos.

14. Como explicamos anteriormente remixar un tema es remezclarlo, es decir, agregarle nuevos elementos, que por lo general son versiones más extensas que las originales.

15. Revista Colors, n° 26, abril-mayo 1998, 37.

16. VIP son las siglas que significan en inglés Very Important Person. La expresión se emplea en diversos ámbitos para designar a personajes -políticos destacados, famosos, empresarios, asistentes a un evento que requieren una atención o protección especial-.

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