SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número25Escúchame, alúmbrame: Apuntes sobre el canon de "la música joven" argentina entre 1966 y 1973 índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Apuntes de investigación del CECYP

versión On-line ISSN 1851-9814

Apunt. investig. CECYP  no.25 Buenos Aires jun. 2015

 

Editorial

 

A fines de septiembre de 2010 se inauguró la 29o Bienal de Arte de San Pablo dedicada a la relación arte y política. Allí se realizó durante la primera semana un pequeño homenaje a John Cage que consistía en la interpretación en vivo de algunas de sus obras en uno de los espacios del imponente edificio situado en el Parque Ibirapuera. Cuando los músicos comenzaron a tocar una de las obras previstas, desde algún lugar no determinado de la platea que albergaba a un público más bien escaso, se escuchaba un ruido sordo y metálico que quizás provenía de un llavero agitado por alguno de los asistentes sin que pudiera ser visto. Al sonido de los instrumentos de los músicos se había sumado este ruido tranquilo y también las peticiones onomatopéyicas de silencio de un sector de público que las expresaba con franca molestia. Alguien a media voz, exclamó en inglés: "¡Silencio, por favor!" Los comentarios y murmullos posteriores al evento, por parte de algunos artistas visuales y músicos, indicaban que el autor de esos sonidos era el artista argentino, Roberto Jacoby, creador del conceptualismo político. Un músico argentino de rock que integraba la delegación de artistas e intelectuales que conformaban la obra La brigada argentina por Dilma -que Jacoby presentaba en esa bienal y que sería clausurada porque interpelaba a la política brasileña en época de elecciones- se sumó al runrún del momento y sentenció: "El verdadero homenaje a Cage lo hizo Roberto y fue muy rockero."

Efectivamente, en esa zona heterogénea de la música popular que participa productivamente de la industria cultural, que convoca grupos predominantemente juveniles, hay, con las variaciones de género y de diferencias de todo tipo que posibilitan un mundo multicolor, una tradición que otorga credencial rockera a gestos muy variados que se relacionan con formas de la contestación y rebeldía, aún de los que participan de un juego cultural industrial poderoso. La pueden poseer músicos soistica-dos y artistas musicalmente simples, pero básicamente portadores de una fuerza incomodadora que puede estar más o menos presente en algunos de los siguientes aspectos: en lo especíicamente musical, en su poesía, en su capacidad performática, en su manera de presentarse frente al propio espacio y a la sociedad. Una actitud que ni siquiera puede ser deinida contundentemente, pero que tiene que ver con la disconformidad no programática con el mundo en que se vive, en el que se participa y del que se disfrutan de sus placeres. Esa disconformidad desordenada, ambigua, pero que, por eso mismo, puede poseer la fuerza de un golpe, de un grito de rechazo, es lo que posibilita la caracterización de un gesto como rocke-ro. Y, probablemente, la asociación que realiza el músico de la anécdota relatada, no se trate solamente de una arbitrariedad coloquial fundada simplemente en la simpatía personal con el artista, sino que está expresando alguna conexión con un elemento que no es menor en la tradición de las distintas herencias de las vanguardias, y que es la fuerza de la contestación frente a múltiples formas de la fetichización de la cultura.

Y por supuesto que a cualquier fenómeno social complejo se le pueden atribuir múltiples sentidos. Las ciencias sociales construyen objetos analíticos que pueden acercar fenómenos sociales bien diferentes, de acuerdo a cómo sea las preguntas que se formulen a esa empiria particular. Entonces la vía de entrada temática posibilita encontrar en una compilación diversidad de objetos analíticos no necesariamente posibles de ser comparados entre sí. Esta caracterización que acerca algunas gestualida-des de ese mundo a elementos de las vanguardias, es probablemente parte de una doxa circulante que produce simpatías en el mundo intelectual y sobre la que efectivamente se puede trabajar y se trabaja y es posible construir desde allí conocimiento productivo. El aire que impregna este número quizás sea deudor de ese espíritu.

Claro que las grandes caracterizaciones, en un momento de debilidad de amplias preguntas integradoras, pueden resultar en una actualización simpliicada de cuestiones que en términos culturales organizaron, en otro momento y de manera vital, diversos trabajos de ciencias sociales. Las lecturas rápidas de la negatividad adorniana que atienden a la dominación y reproducción de orden, tanto como el uso de las resistencias gramscianas o freirianas, en ambos casos sin atender a las complejas mediaciones de los hechos culturales, producen en el presente, objetos olvidables.

Desde esta revista se ha valorizado la experiencia de investigación en las diferentes áreas de las ciencias sociales, a la vez que se ha intentado expresar la heterogeneidad existente en el campo amplio que las incluye. En un momento de crisis de grandes paradigmas y de ausencia de miradas predominantes que abarquen el conjunto del campo, la apuesta por expresar la heterogeneidad es una apuesta que consideramos contribuye de la manera más vital a desarrollar, a la vez que las ciencias sociales, el conocimiento de nuestras sociedades. Siempre sostenidos en la preocupación de que cada uno de estos objetos de conocimiento no son simplemente una instancia de mayor o menor reconocimiento en cada una de nuestras carreras, sino que intervienen aunque sea potencialmente en las luchas por la imposición de visiones del mundo. No hay temas trascendentes y temas no significativos. Hay objetos analíticos que dicen algo de las sociedades y entonces también contribuyen al desarrollo de la propia disciplina, o que no dicen nada de la manera académicamente correcta. Sea su empiria el papel del mundo financiero en Frankfurt, o los mayores de treinta años fanáticos del punk en la Inglaterra contemporánea, la relevancia está centralmente en la pregunta que se formula, amparada en las tradiciones de la teoría social. Esa es la manera en que se han seleccionado los trabajos que conforman este número dedicado al rocanrol y, claro, la mirada general que organiza esta actividad.

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons