SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número25El más rockero de los djs: Iniciaciones en el mundo musical electrónico porteñoCómo puntuar la vida: Cultura, materiales y placer en acción índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Apuntes de investigación del CECYP

versión On-line ISSN 1851-9814

Apunt. investig. CECYP  no.25 Buenos Aires jun. 2015

 

TALLER

De las dicotomías a los ensambles. Algunas reflexiones sobre un estudio de la música dance*

 

José M. Casco**

*A propósito de "El más rockero de los djs. Iniciaciones en el mundo musical electrónico porteño" de Guadalupe Gallo.
** Universidad Nacional de La Matanza.

Recibido: 20/03/2015. Aceptado: 5/05/2015.


 

Es un lugar común decir que las transformaciones de los últimos años producidos tanto por la "revolución de la tecnología y la información" y la "economía de mercado" han alterado diferentes órdenes de la vida de las personas. Aun así muchas veces es difícil captar esos cambios y así comprender una porción de la realidad que se nos escapa a nuestros ojos habituados a mundo más ordenados y sencillo. Podrían enumerarse varios problemas al respecto, tomemos sólo uno, el que refiere a que por la velocidad de los cambios y por nuestra habituación a mirar el mundo, hace que nuestras categorías parezcan obsoletas o por menos algo inadecuadas.

Frente a este problema el trabajo de Guadalupe Gallo logra el difícil cometido de no caer en miradas demasiado rígidas y cristalizadas, buceando, con una perspectiva que atiende a la fluidez y las articulaciones, en los mundos de la escena dance. En efecto, en la trayectoria de Martín, dueño de un local de música electrónica y novel dj, la autora traza las complejidades que aparecen en escena en el ambiente musical juvenil cuando esas alteraciones de las que hablamos, se despliegan en sus acciones mostrando porosidades, derrumbe de fronteras y transformaciones que trastocan los modos en que siempre ha sido pensado el campo de la música juvenil. La superposición de roles donde las categorías de público y productor dejan de ser dicotomías y rígidas hasta la forma en que los géneros se han visto disueltos para formar fusiones nuevas y no siempre del todo cristalinas aparecen describiendo a un mundo relativamente nuevo que se nos ha instalado. Así el trabajo va construyendo una trama que muestra con precisión como en ese micro mundo las alteraciones del orden global se viven en los sujetos y se hacen cotidianos, impregnando todos los órdenes de la vida y este aún más por tratarse de un espacio donde la velocidad, la información y el sincretismo tiene mucho lugar. En ese sentido, el caso escogido y la biografía como herramienta analítica son muy acertados ya que uno y otro movilizan aspectos que antes hubieran aparecidos como estancos o contradictorios señalando las alteraciones de un mundo marcado por la fluidez. La biografía permite eso justamente cuando está bien utilizada, mostrar cómo el mundo vital de una persona no puede ser disociado ni de su vida previa ni tampoco del marco de referencia en el que habita y se mueve.

Es que también se debe destacar que el mundo de la música electrónica es ideal para este tipo de análisis. Desde el cuestionamiento a la clásica categoría de músico con toda su serie de controversias que ha suscitado en estos últimos veinte años acerca de si los djs hacen música o no. Hasta la discusión contigua a la anterior acerca de si este género es el reemplazo o pertenece por lo menos al rock o no. Es que la electrónica, como se la llama, es sin duda una de las expresiones más poderosas de la música joven actual. Las convocatorias masivas de los festivales como Tomorrowland o Creamfields demuestran que tiene un público -además de enorme- heterogéneo, hasta el hecho de que su popularidad es de una magnitud tal que la electrónica inunda espacios sociales tan disimiles como los locales de ropa y los restaurantes coquetos de los centros urbanos. Lo mismo con el des-anclaje que produce la idea de música: quizás como en ningún otro género el dance se benefició del hecho de que hoy podamos dar cuenta como nunca antes de que existe la "música a la carta", la personalización que permiten los diferentes soportes por los que se transporta música desde las playlists hasta el modo en que diferentes formatos pueden ser combinados, es en la electrónica donde mejor se puede apreciar. Lo mismo a la hora de gestionar, las nuevas tecnologías no hacen otra cosa que posibilitar que un músico sea, manager, gerente, productor y arreglador con unos pocos dispositivos y casi sin moverse de su lugar.

Y es precisamente en el trabajo de Gallo donde se visualizan, en la forma de movimientos que permiten a su nativo poder entrar al mundo del dance acomodando sus experiencias anteriores como músico, en el modo en que los géneros pueden ser usados y resignificados por Martín para convertirte en alguien competitivo en un mundo al que llega viniendo de "otro palo". En ese querer ganarse un lugar entre los establecidos, es como la autora muestra la manera en que la tecnología lo convierte a su nativo en un dj "diferente" usando su capital musical acumulado de otros géneros para hacer sus sets originales y ocupar una posición singular entre sus pares. Allí radica también cierto uso relativo de la libertad de hacer música que permite la escena dance. En un espacio con menos restricciones que en el rock más clásico, Martín colorea su producción mezclando sonidos, retazos de boleros y diferentes voces amplificadas para producir su música.

Por último, el trabajo también retrata como búsqueda artística y criterio comercial están implicados en un despliegue donde la estrategia es la búsqueda del redito mercantil sin descuidar la calidad del producto, estrategia que por otro lado, puede verse no solo aquí sino que en otros géneros también tiene sus mentores, cuestión que no minimiza el trabajo de la autora pero que lo pone en una serie más extensa. A decir verdad el músico como cualquier artista no debe descuidar este aspecto a menos que acepte ser condenado por sus pares a medida que gana en popularidad. Pero esto también demuestra que el espacio de la electrónica también tiene sus códigos que arman posiciones y con los cuales los actores deben lidiar en el campo. Es muy importante para el análisis que la autora lo destaque por así cuestiona cierta idea folkclorizada de que allí sólo se vive la libertad.

Para terminar debemos anotar que quizás lo que más pueda criticársele al trabajo sea el hecho de que por momentos las dimensiones elegidas para el análisis diluye otros elementos que son importantes a la hora de retratar esa configuración social. Nos referimos específicamente al modo en que algunas jerarquías aparecen como poco problematizadas. Como por ejemplo, el hecho de que Martín sea el dueño del local en el que actúa, solo es tenido en cuenta como el aspecto laboral de su biografía pero poco sabemos de sus ventajas y sus desventajas por ocupar esa posición de poder a la hora de desempeñarse como músico. El punto es importante porque muchas veces los analistas no enfatizan o no recuerdan en muchos casos, que hay posiciones fuertemente estructuradas, que las jerarquías existen y tienen su peso y que esos elementos operan como determinaciones para diferentes actores. Aún cuando pueda ser difícil medir el tamaño de esas determinaciones e influencias no puede pensar a los espacios sociales sin esa variable del mundo social.

Con todo, el trabajo Gallo supone una novedad porque es un buen ejemplo de cómo se pinta un fresco del mundo contemporáneo.

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons