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Prismas

versión On-line ISSN 1852-0499

Prismas vol.10 no.1 Bernal jun. 2006

 

RESEÑAS

Alberto Mario Damiani,
Domesticar a los gigantes. Sentido y praxis en Vico. Rosario, UNR Editora, 2005, 412 páginas

 

Alberto Damiani aborda en este libro la obra de Giambattista Vico de manera integral y sistemática guiado por el objetivo de señalar su relevancia política. El pensador napolitano, nos recuerda el autor, se opuso desde temprano a las filosofías que desatienden los asuntos civiles, y pensó que el sentido de la teoría no es otro que su aplicación a estos asuntos.
La lectura política es propuesta desde el propio título, que evoca la imagen de unos gigantes a los que es preciso domesticar. Según Vico, la civilización se forjó desde la animalidad propia de unos seres que se aislaron y desarrollaron "desmesuradamente sus carnes y huesos"; se trataba de "hombres de robustas fuerzas corporales, que, aullando y rugiendo, expresaban violentísimas pasiones" producto de una desenfrenada libertad bestial. Los gigantes, aquellos seres que no sólo Vico sino el imaginario colectivo de una época supuso como antecedentes del hombre civilizado, representan la barbarie desde la que el hombre construyó su medida humana creando las instituciones.
Sin embargo, y he aquí el sentido político que Damiani busca resaltar, esta barbarie no forma parte de una etapa del pasado -un tanto pintoresca pero felizmente superada- sino que representa un peligro latente para las naciones modernas. Vico, enfatiza el autor, no se interesó por investigar los corsi y recorsi de las naciones para elaborar una filosofía de la historia conforme a su naturaleza común y descubrir así la historia ideal eterna subyacente. Por el contrario, su interés de fondo fue desarrollar herramientas filosóficas que permitieran advertir y oponerse a la decadencia que se cierne sobre las propias naciones modernas. El libro de Damiani intenta demostrar esta tesis interpretativa de manera erudita y metódica, dirigiéndose especialmente contra quienes ven en el pensador napolitano una filosofía de la historia indiferente a la urgencia de lo político, o bien lo leen desde las perspectivas biográfica o historiográfica. En tal sentido, no pretende aislar y sacar a la luz las resonancias políticas de una obra más amplia, sino reconstruir esta dimensión para mostrar su carácter central, especialmente desde la perspectiva de las sucesivas versiones de la Scienza Nuova, y, cuando la interpretación así lo requiere, de textos anteriores. Dado que el objetivo de la ciencia viquiana es "orientar el gobierno racional del mundo civil mediante el conocimiento de sus condiciones antropológicas, institucionales y lingüísticas", Domesticar a los gigantes recorre en cada una de sus secciones los conceptos de gobierno, lenguaje, racionalidad y ciencia en conexión con el eje político que se busca resaltar.
La primera parte, "Antropología y política", se ocupa de la definición de la naturaleza humana en tanto base conceptual de la dimensión política. Se muestra allí cómo en obras anteriores a la Scienza Nuova se perfila una visión antropológica metafísica desligada de las condiciones institucionales. El hombre es caracterizado a partir de su mente imperfecta, en oposición a la mente divina. Damiani explica cómo esta perspectiva es dejada de lado en la obra más célebre del pensador estudiado, donde la naturaleza humana se representa como esencialmente conformada por las condiciones sociales, culturales y políticas que el mismo hombre establece.
Resulta interesante, en este punto, la ubicación de Vico en el debate moderno acerca del estado salvaje. A diferencia de otros autores clásicos, el pensador napolitano sostiene que el hombre no parte de un estado presocial sino que, como hicimos mención, cae en él luego de que algunos miembros de la especie se aíslan y se transforman en monstruosos gigantes. La vuelta a la civilización se produce mediante la recuperación de la dimensión religiosa -en un principio, bajo la forma del temor al trueno-, el matrimonio -donde se plasma la transformación de las pasiones animales en humanas- y la sepultura, que expresa la creencia en la inmortalidad. El proceso educativo que impone certezas se desarrolla al principio como una verdadera domesticación llevada a cabo por instituciones sanguinarias, hasta que la mente deja de estar inmersa en los sentidos corporales y el hombre interior recupera el dominio de las pasiones.
Así, en parte oponiéndose a la noción cartesiana de certeza, Vico desarrolla la idea de un sensus communis, según la cual existen certezas básicas que han dado lugar en todas las naciones a las instituciones básicas del mundo civil. Estas instituciones se suceden de manera necesaria siguiendo un orden ideal eterno de carácter providencial cumplido "a espaldas" del libre albedrío. En un desarrollo siempre igual de la naturaleza humana, al gobierno patriarcal le sigue uno aristocrático -donde la relación de mandato y obediencia puede llamarse propiamente "política"- y finalmente los estados democrático y monárquico, en los que se despliega la igualdad entre los hombres.
Al estudio de las relaciones entre antropología y política Damiani integra la siguiente sección del libro, "Política y lenguaje", que se ocupa ante todo de las primeras obras del autor investigado. En ellas se advierte una clara oposición a las consecuencias de aplicar el método cartesiano en el ámbito de la educación, lo cual fomentaría de modo unilateral y precipitado la actitud crítica. Vico defiende, por contraste, la importancia del arte de descubrir argumentos (tópica) y del de persuadir, esencial para la vida civil porque produce el sentido común y el consenso indispensable para toda institución. Mientras que la certeza producida por la persuasión permite el establecimiento firme de las primeras instituciones, la pérdida de certezas implica la disolución de esas instituciones y de la propia naturaleza humana. La crítica racional que pone un límite a la persuasión debe ser compensada, entonces, por una retórica persuasiva reconstructora de certezas.
De acuerdo con la interpretación de Damiani, el lenguaje posee en Vico un lugar central para la estructuración de la dimensión política. La propia mitología, en correspondencia con esto, ya no es considerada un mero estudio de la sabiduría de los pueblos primitivos, sino una investigación de cómo éstos dieron sentido a su experiencia. Al articular las ideas que expresaban una experiencia colectiva y que conformaron un lenguaje originario, los mitos permitieron dar a luz las primeras instituciones, por lo que constituyen el primer producto de la civilización. La ciencia que estudia los tropos de este lenguaje (la "nueva arte crítica") representa nada menos que la "llave maestra" de la "nueva ciencia".
La tercera parte, "Política y racionalidad", se detiene primero en la oposición de Vico al derecho moderno, el cual ha prescindido del concepto de providencia divina y, en tal medida, no ha podido explicar el paso del estado salvaje al estado político. En contra de esto, Vico defiende el carácter histórico de la naturaleza humana, su lenta conformación mediante una educación religiosa y legal. En el curso de la historia -del cual ya hicimos mención- la aristocracia sucede al patriarcado y es sucedida por la república, donde reina la idea de equidad natural y donde, de la mano de la experiencia democrática, surge la propia racionalidad. Pero cuando las instituciones dejan de encauzar los intereses egoístas y de plasmar la equidad, el sentido común pierde verosimilitud y la naturaleza humana vuelve a acercarse a la barbarie. Las pasiones vuelven a tomar el dominio, aunque ahora llevan el sello de los vicios propios de la civilización. Vico llama "barbarie de la reflexión" al proceso intelectual de rebeldía frente a las instituciones que desemboca en esta nueva tiranía de las pasiones. En este nuevo contexto de barbarie, la palabra ya no persuade. Las ciudades se convierten en selvas por las que vagan personas incomunicadas, ajenas a cualquier sentido común, solamente orientadas por pasiones y caprichos, descripción -si se permite la comparación- similar a la imagen muchas veces esbozada de nuestras sociedades capitalistas.
Vico imagina una historia ideal eterna de carácter cíclico, de modo que a la recaída en la barbarie le sigue un resurgimiento del proceso de institucionalización y humanización, proceso que se ve ilustrado por las naciones antiguas y las modernas. Pero, como subraya Damiani, la Scienza Nuova no es una doctrina que fomente la resignación frente a un curso histórico predestinado, sino que alienta la acción política en tanto permite pensar estrategias que demoren indefinidamente el destino ineludible.
La última sección del libro, "Ciencia y política", expone con cierto detalle la oposición de Vico a la matematización cartesiana de la naturaleza y al método racionalista en general. Este último desestima el estudio de lo humano principalmente porque desatiende la eficacia del libre arbitrio, el cual no permite descubrir leyes universales y verdades indubitables. Frente al ideal cartesiano y sus consecuencias pedagógicas, Vico propone volver al hombre prudente que tiene en cuenta lo particular y está verdaderamente capacitado para la vida política. Como revela Damiani, el pensador napolitano no rechaza el ideal científico sino el modelo dieciochesco de las ciencias naturales como paradigma exclusivo de ciencia. La Scienza Nuova toma como objeto de estudio el mundo histórico prescindiendo de los presupuestos naturalistas y orientándose con la idea de que toda obra humana puede ser estudiada científicamente porque es un producto humano.
El latiguillo viquiano "verum ipsum factum" significa precisamente que lo que fue hecho por los hombres puede ser, por ende, conocido. Damiani examina las distintas funciones y los problemas interpretativos y gnoseológicos a los que da lugar este principio en diversas obras, subrayando la función central que tiene en la Scienza Nuova. El mundo ilustrado representa, para el autor de este estudio, el interés primordial y práctico de Vico, cuyas descripciones de la crueldad y la barbarie no tienen otro fin que mostrar crudamente las dimensiones de un peligro inminente. Los principios descubiertos científicamente están en función de orientar el gobierno sobre la base de una concepción del hombre como libre. La faz "activa" de esta ciencia se vuelca, entonces, sobre la educación y la política, y apela a la comunicación racional sobre los principios del mundo civil con el fin de preservar las instituciones ilustradas.
Esta manera de acercarse a la obra de Vico permite adivinar en el propio Damiani una perspectiva ilustrada y una mirada desde la situación contemporánea, lo cual no oculta las virtudes académicas o "inactuales" de este estudio. Con respecto a esto último, el autor respeta la terminología y en gran medida el idioma de Vico, ya que casi todas las citas están trascriptas en su lenguaje original -todavía accesible para los lectores de lengua española- y traducidas al pie. La reiteración de las tesis principales, en un estilo claro y fluido, permite relacionar fácilmente las diversas secciones y articular un conjunto progresivamente mayor de conceptos. El aparato erudito se expone en notas al pie, donde se incluyen discusiones interpretativas y un cuerpo nutrido de referencias clásicas y contemporáneas, sin interrumpir el curso de las tesis principales. Cierran la edición una completa bibliografía sobre Vico y los estudios críticos más destacados, así como un índice de nombres.
Como resaltamos, el carácter riguroso e informado de este estudio no va en detrimento de su interés por revivir la proyección práctica de la obra abordada. Los gigantes ateos y asociales de Vico pueden provocar una sonrisa, en tanto el motivo no forma parte de nuestro trasfondo de creencias. Sin embargo, no resulta inverosímil asociar el crecimiento desmedido de los cuerpos en nuestras sociedades opulentas con el creciente aislamiento individualista y la pérdida de la cultura ilustrada. En todo caso, más allá de las imágenes que la ilustren y de las figuras en las que efectivamente se encarne, resulta claro que la barbarie no es un peligro conjurado, y un estudio profundo de la obra de Vico como el que propone Damiani arroja luz sobre esta problemática.

Andrés Crelier
UNLP

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